FIRMAS INVITADAS. DAMA AYUDA: DOS GUIONES Y UN ROTULADOR NEGRO

La semana pasada se publicaron las bases de la segunda edición de la iniciativa DAMA Ayuda. En Bloguionistas invitamos a algunos de los guionistas tutorizados en la primera edición a contar la experiencia y, tras Juanjo Ramírez, hoy es el turno de Diana Rojo y Juan S. López, que han desarrollado sus proyectos ‘L de Loli’ y ‘Los Ausentes’ respectivamente junto a David Muñoz durante los últimos nueve meses.

Por Diana Rojo y Juan S. López.

Cuando desde Bloguionistas se pusieron en contacto con nosotros para que contásemos nuestra experiencia en DAMA Ayuda, tuvimos la misma duda que cuando recibimos la noticia de que estábamos seleccionados: ¿seremos capaces?

Y es que conseguir plasmar en estas líneas lo que ha supuesto para nosotros DAMA Ayuda, y concretamente ser tutorizados por David Muñoz, es muy complicado. Son demasiados sentimientos repartidos a lo largo de un intenso proceso de trabajo. Pero vamos a intentarlo.

Nosotros, Diana y Juan, no nos conocíamos antes de todo esto. Pero para los dos suponía una oportunidad de seguir aprendiendo y, por qué no, de encauzar nuestras carreras en el guión, o al menos así es como lo veíamos. Y tuvimos la suerte de ser seleccionados. Os podéis imaginar la alegría que nos llevamos.

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El nerviosismo con el que acudimos a la presentación de seleccionados en la sede de DAMA con los cuatro tutores y nuestra primera reunión con David unos minutos después, solo fue superado cuando David nos vino a decir que nuestras sinopsis tenían potencial para ser una buena historia, pero que de momento no lo eran ni de lejos. Ese fue el primer momento (uno de tantos, de verdad, no os lo podéis imaginar) en el que pensamos “soy un fraude y se van a dar cuenta”*.

*No queremos enredarnos en hablar sobre nuestros guiones. David, en su post sobre la segunda convocatoria de DAMA Ayuda, al que agradecemos enormemente las palabras que nos dedica, cuenta todo lo que hay que saber sobre “L de Loli” (de Diana Rojo) y “Los Ausentes” (de Juan Salvador López). 

A partir de entonces empezó un proceso de trabajo que David propuso fuese a tres bandas, es decir, tener reuniones periódicas (una vez cada dos o tres semanas) los tres juntos, viendo primero el proyecto de uno y luego el del otro, marcándonos pequeños objetivos que cumplir antes de la próxima reunión. A nosotros nos pareció bien y a día de hoy no somos capaces de imaginar que hubiese sido de otra manera. Nos sirvió para ser un equipo, cada uno escribiendo su guión, pero siendo partícipe de los avances, retrocesos, entusiasmos y frustraciones del otro. No queremos decir que sea la forma ideal de afrontar este tipo de iniciativas, simplemente ha sido la manera en que lo hemos hecho nosotros, y nos ha ido muy bien.

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Exaltación de la amistad guionística.

Lo primero de todo fue olvidarnos de la sinopsis que habíamos enviado. Había que partir de ella para volver a construir la historia, pero esta vez haciendo un boceto muy general de lo que sería la trama principal, las posibles subtramas, quién era nuestro protagonista, las etapas básicas por las que debería pasar la historia y hacia dónde debía encaminarse. Esto nos iba a servir en la siguiente fase de islote al que poder regresar cuando salíamos a navegar a lo loco y nos perdíamos por el camino.

La intención era irnos acercando poco a poco a una escaleta básica. Para ello nos dedicamos a apuntar todo lo que se nos pasaba por la cabeza, tirándonos a la piscina con situaciones que a veces parecían no encajar, pero que nos iban a ayudar a avanzar y a dar lugar a otras mejores. Hubo que volver en varias ocasiones a ese islote del que hablábamos antes, incluso reformularlo y adaptarlo, para ir llegando a un auténtico tratamiento repleto de personajes, acciones, imágenes poderosas, tramas… En definitiva, para encontrar la historia que queríamos contar.

A finales de febrero teníamos un tratamiento donde la historia había cogido forma. Era el momento de lanzarse hacia la primera versión del guión. David nos marcó el objetivo de escribir veinte páginas a la semana, sin mirar atrás, sin excusas de falta de inspiración o de tiempo. Y como la palabra de David es Ley, pues no nos quedó más remedio que hacerlo. De esta manera nos plantamos en abril con nuestra primera versión del guión.

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¡Ains! Las primeras versiones…

Desde luego no eran guiones para ganar un Goya, pero eran unas versiones esenciales para visualizar las historias, percibir si tenían la tensión adecuada, si los personajes funcionaban, si se entendía lo que te habías propuesto contar. Y para lo que más nos sirvió esta primera versión fue para darnos cuenta de que éramos capaces de hacerlo, y que si habíamos sido capaces una vez, lo volveríamos a ser ahora que nos habíamos dado cuenta de que había que “volver a empezar”.

Las 140 páginas de la primera versión no mienten. Si ese segundo acto, leído del tirón, te ha parecido un coñazo, es porque lo es. Si el tercer acto no hay por dónde cogerlo, igual tienes que replantearte el primero. Si ese personaje que tenías por ahí no está aportando nada especial a la historia, ya sabes lo que toca por mucho cariño que le tengas. En este punto es posible que te des cuenta de que a lo mejor es conveniente volver a la escaleta, tapar fisuras, apuntalar, y coger impulso para llegar a la segunda versión.

En la segunda versión aligeramos la historia, eliminamos lo innecesario, las funciones que cumplían los personajes estaban más definidas, las mecánicas de la historia funcionaban mejor, el protagonista era más protagonista porque su objetivo ya era un objetivo, y el antagonista era más… Vaya, el antagonista no hace absolutamente nada: tenemos un problema.

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En la madrugada, un compañero vale millones.

En realidad, lo mejor de la segunda versión es que sabes que si lo has hecho dos veces, lo volverás a hacer una tercera… y una cuarta… ¡y hasta una séptima! Y si dudas, para eso está David, para decirte que no te vengas abajo, que tu historia es buena, que lo sabes hacer y que lo vas a hacer. Y como la palabra de David es Ley…

Cuando te quieres dar cuenta ha llegado julio, han pasado nueve meses desde que empezaste a escribir y eso a lo que llevas dedicando el 90 por ciento de tu actividad cerebral se ha terminado (es importante guardarse el otro 10 restante para comer, dormir y asearse de vez en cuando). Tienes una versión muy digna de un guión, y si quieres puedes continuar mejorando a tu criatura. Pero cuesta asumir, que ya no vas a poder contar con la ayuda de…

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¡TUTHOR!

Tuthor convive entre los mortales bajo la identidad de David Muñoz. Gobierna los fenómenos cósmicos del Conflicto, los Puntos de Giro y el Objetivo. Le gusta pasar desapercibido y le incomodan las alabanzas de sus cachorros. Sin embargo, fuerzas más poderosas y terrenales, como la emoción y el agradecimiento, se imponen en esta pequeña parcela del Universo, que hoy es nuestra.

Tuthor no te va a escribir una nota sin haberse leído en profundidad cada entrega. Y os aseguramos que ha habido muchas entregas que leer. Tuthor no te va a decir jamás que algo está bien por quitárselo de en medio. Lo mismo te tacha una página con uno de esos temibles rotuladores negros que porta en lugar de martillo, que te escribe un “jaja” pequeñito al lado de un diálogo.

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No hay dolor.

La implicación de Tuthor ha ido más allá del compromiso de reunirse una vez al mes y sus deseos de que los guiones queden bien ha estado siempre al nivel de los nuestros. Ha sabido orientarnos sin anular nuestras voces, respetando y alentando nuestra personalidad como guionistas. Tuthor siempre nos ha levantado el ánimo en los momentos de bajón con paciencia y comprensión, y en una ocasión llegó incluso a utilizar un rotulador rosa.

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Tuthor puede hacer varias cosas a la vez en las reuniones.

Desde el primer día hemos confiado en su criterio. Pero eso no quiere decir que no hayamos “discutido” hasta quedarnos a gusto, o que no hayamos probado las artimañas más rocambolescas para intentar salvar una secuencia o un personaje que él ya sabía que se iban a acabar cayendo por su propio peso. Pero Tuthor razona y habla el lenguaje del resto de los mortales.

Haber podido compartir con él estos últimos nueve meses de escritura intensiva ha sido un privilegio. Todo lo que hemos aprendido es impagable, y por eso te damos las gracias, oh, Tuthor.

Tanto sentimiento de gratitud no habría sido posible sin la labor de DAMA. Roberto, Ruth y todos los que se nos escapan pero que también han estado detrás de esto merecen un agradecimiento igual de efusivo. Hay que poner en valor la labor que desde DAMA se hace en favor de guionistas noveles como nosotros, dándoles la oportunidad de aprender de auténticos referentes del guión. Mil gracias.

Nosotros solo contamos con nuestra propia experiencia, que no ha podido ser mejor. Por eso no podemos hacer otra cosa que recomendar a todo el mundo que aproveche la oportunidad que se les brinda desde DAMA con la segunda edición de DAMA Ayuda: ¡a qué esperáis, insensatos!

No sabemos qué ocurrirá a partir de ahora con nuestros guiones, si se convertirán en una película o caerán en el olvido. Tampoco sabemos si podremos ganarnos la vida como guionistas. Pero hay algo que sí tenemos claro y que nos hace terminar este post con una sonrisa: que nos quiten lo “bailao”.

6 comentarios en «FIRMAS INVITADAS. DAMA AYUDA: DOS GUIONES Y UN ROTULADOR NEGRO»

  1. Yo también tuve de tutor al Thutor, aunque lamentablemente sólo por muy pocas semanas (en el curso de Ibermedia), que fue igual de intenso – además, luego pasas a mano de otro tutor, o tutora en mi caso, y ya no el agotamiento, sino la locura te invade – pero que recomiendo a cualquiera, no sólo por lo intenso, sino por contrastar dos mundos tan distintos como eran David, y luego Paz Alicia Garcíadiego. Y sí, en la primera reunión con David, recuerdo cómo hacía dibujitos, e incluso te hace una caricatura mientras hablas con él, y piensas: ¿de dónde cojones han sacado al friki éste?, pero luego el friki es un tipo entregado a su labor, bastante honesto y, además, que es eso es importante, cuando estás más hundido, sabe animarte y sacarte fuerzas de flaqueza de donde no las hay. Y da igual si el guión se queda en el cajón (yo sigo peleando el mío desde que hice Ibermedia), como si luego te lo producen; ésta es una experiencia que cualquiera que escriba, debe intentar, ya sea con DAMA (que estás casi un año y me parece muy interesante por la duración) o IBERMEDIA (durante dos meses, más o menos). Espero que haya suerte con vuestra historia y que se pueda ver.

  2. Ja, ja… “friki”, te voy a dar yo a ti… En mi defensa, sí, dibujo (de vez en cuando), es una manera de concentrarme. Supongo que otro “yo”, en otra época, habría fumado como un carretero, o bebido un cubata tras otro… pero como soy abstemio y no fumo, hago garabatos para poner las neuronas en marcha. También, a veces, dibujo para frenarme, para escuchar mejor, porque cuando me meto en las historias, me acelero, y no quiero apabullar a los tutorizados con cien ideas por segundo, soltadas a ritmo de metralleta, y pasarme de intenso. Y ojalá consigas hace tu película algún día. Merece la pena (y no he escrito esto porque me haya molestado tu comentario, en absoluto, sé que está escrito desde el cariño, pero me hace gracia reflexionar, sobre todo estando en Bloguionistas, sobre cómo activamos cada uno la creatividad; lo mío son los dibujillos y los paseos, y alguna vez incluso me he dado algún paseo con algún tutorizado).

  3. Yo estaba un poco cansado de tanto curso que prometía tantas y tantas cosas, que me garantizaban convertirme en el mejor guionista de mi generación…

    Así que me puse a buscar por internet un “profesor particular” de guión. Alguien a quien exprimir y de quien realmente aprender. Al final entre varios, elegí a David pues “El espinazo del Diablo” es una película que me gusta mucho, así como el género al que pertenece.

    Acordamos las condiciones y como vivimos relativamente cerca el uno del otro, pues todo quedó “en el barrio” y como vecinos, oye…

    Al final terminé una historia en la que la principio no creía mucho, estoy moviendo su primera versión… y lo inconcebible… voy casi por la mitad de mi segundo guión, cuyas primeras 18 páginas escribí en menos de dos días…

    Pensé que debido a mi natural tendencia a distraerme, no habia pillado mucho de sus conocimientos y que mi primer guión era fruto de la casualidad.

    No, no lo es. Le he dicho muchas veces que es un muy buen guionista, pero mejor profesor.

    Por una sencilla razón: le ENCANTA lo que hace y te lo transmite y he ahí (al menos para mí) gran parte de su éxito… eso y las caricaturas… bueno, y el hablar en voz alta de degollamientos y decapitaciones, mientras la señora de la mesa de al lado se bebe su café, un tanto alarmada y no pierde de vista la salida.

    Y por eso es que acabé mi primer guión, tras mucho tiempo pensándome incapaz de hacerlo y es por eso que me he embarcado en una nueva aventura narrativa… porque me enseñó bien.

    Es como Wolverine… el mejor en lo que hace.

    ¡Saludos!

  4. Pingback: DAMA, al rescate de tu guión - Cinco79

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