Por Juanjo Ramírez Mascaró.
Si eres guionista y estás empezando, es lógico que pienses que eres el mejor. ¡El puto amo! Llevas toda la vida escuchándolo. Cuando escribiste ese poema lleno de ripios en el cole, tus padres se lo enseñaron al resto de la familia y entre todos proclamaron que eras especial, que estabas destinado a llegar lejos.
Luego hiciste aquel corto amateur que ganó el primer premio en el festival de tu pueblo. “Vas a ser el nuevo Amenábar“, profetizaron tus colegas, pero a esas alturas tú ya dabas por sentado que Amenábar era basura comparado contigo.
Saliste del instituto dispuesto a merendarte el mundo, atravesaste esa fase que en su día bauticé como “la edad del pavo del artistilla” y, cuando por fin te dieron el diploma de turno y llegó el momento asomarte al mundo real para probar tu valía, enviaste tus guiones a una decena de productoras, dando por hecho que alguna de ellas se rendiría a tus pies.
Por alguna extraña razón, no sucedió.
Escudriñabas las webs de Anagrama, Vertele, Fotogramas… y siempre era algún otro quien conseguía ese éxito que, si el mundo fuera justo, te correspondería a ti.
En muchas ocasiones los artistillas de nuestra calaña se quedan prisioneros en ese bucle hasta el fin de sus días, pero si tienes suerte (y espero que la tengas) la vida te demostrará que…
… igual no eres tan bueno COMO TE HAN HECHO CREER. Esos titubeos pueriles que aplaudían tus familiares podían petarlo en el jardín de infancia, pero ahora estás jugando en la puta arena de los gladiadores.
En los casi 10 años que llevo flirteando con el mundo de la tele he hecho no sé cuántas pruebas de guión para distintos programas y series. El 80% de esas pruebas no dieron ningún fruto. Las primeras veces pensaba que el mundo era injusto, que la gente que tomaba las decisiones era demasiado obstusa y no apreciaba mi “talento”.
Luego, con el paso de los años, fui coincidiendo en distintos trabajos con otros guionistas que, ya sea por divina providencia, ya sea porque nuestro gremio es una casa de putas, resultaron ser precisamente esas personas que habían sido elegidas en todos aquellos curros en los que mis pruebas de guión fueron rechazadas. Gracias a eso descubrí por qué en el pasado habían llamado a esos guionistas en lugar de a mí:
Porque son mejores que yo.
Así de simple. La mayor parte de las veces que curro con un guionista y acabo pensando “qué bueno es este cabrón” (o cabrona) me entero al poco tiempo de que ésa fue una de las personas que, años atrás, en cierto programa o cierta serie, eligieron en vez de a mí.
Creo que no soy del todo mal guionista ni hago del todo mal mi trabajo, pero seamos realistas: El mundo es demasiado grande y hay MUCHA gente en él que es muy, muy buena. Ganarás en salud y felicidad si asumes eso: El mundo no conspira contra ti. Es sólo que hay decenas de individuos que lo hacen mejor que tú.
Una de las virtudes que suelen tener esos guionistas que lo petan más que nosotros es:
Dejarse de chorradas e ir al grano. Yo no sé hacerlo. Si supiese hacerlo habría empezado este post diciendo que mi intención era precisamente ésa: la de enumerar cuáles son las virtudes de la gente que lo peta más que nosotros.
Está bien, ya sabemos que una de ellas es “ir al grano”. Éstas son las demás:
– Son MUY trabajadores.
Es un hecho: La mayoría de la gente que se queja porque su talento no está siendo valorado como merece rara vez hace gran cosa para merecer valoración alguna.
Los guionistas que lo petan más que tú normalmente se lo curran más que tú. Revisan sus guiones una y mil veces, corrigiendo erratas, agujeros, puntos débiles. Les llamas para que se tomen una caña contigo y, muy a su pesar, rechazan el planazo porque tienen que preparar una reunión o responder un mail.
Los guionistas que lo petan más que tú también reciben críticas negativas cuando exponen sus guiones en sus círculos de confianza. La diferencia está que en que tú reaccionas a esas críticas diciéndole a tu colega: “Muchas gracias. Tus comentarios me parecen súper útiles“… y acto seguido los tiras a las basura y no cambias ni una coma de tu guión, mientras que la gente que lo peta más que tú, cuando recibe críticas de ese tipo, intenta aprovecharlas para escibrir una versión mejor.
La gente que lo peta más que tú revisa sus textos para evitar gazapos como el del párrafo anterior, en el que he tecleado “escibrir” en lugar de “escribir”.
– Disparan con MUCHA puntería.
Los guionistas que lo petan más que tú tienen un sexto sentido que les ayuda a saber qué batallas deben librar y en cuáles no merece la pena perder el tiempo.
Es posible que tú, con tu romanticismo de mierda, decidas apostar por la gacela coja, porque te gustaría vivir en un mundo en el que las gacelas cojas también puedan triunfar. Pero la gente que lo peta más que tú es consciente de que el mundo funciona como funciona, y no como a ellos les gustaría que funcionase. Los guionistas que lo petan más que tú no son adictos al fracaso.
Algunos triunfadores tienen un ego del tamaño de Júpiter, e incluso cabe la posibilidad de que dicho ego les haya ayudado a llegar a donde están, pero la mayoría de los guionistas de éxito que conozco son más bien humildes: Veneran a más gente de la que desprecian, padecen una inseguridad casi patológica, van por la vida como si todavía les quedase todo por aprender…
… pero valoran su trabajo.
La gente que lo peta más que tú no se vende demasiado barata o, como mínimo, no regala su tiempo a timadores, ni a gacelas cojas.
Conozco gente que ha escrito decenas de guiones pero no ha vendido ninguno. Sus obras van a parar a un cajón cerrado bajo llave o acaban siendo usadas para limpiarle el culo al rocín de Don Quijote. Sólo les falta colocarse en la calle Montera con una minifalda y un portátil dispuestos a mamársela en Courier 12 a cualquiera que les pida arremeter contra el molino de viento más cercano. ¡Qué cojones! Yo soy uno de ésos…
Da igual lo bien o mal que escribas: Cien mil euros apostados al caballo perdedor son cien mil euros tirados a la basura.
¡Valora tu trabajo!
¡No lleves a tu criaturita a jugar al parque de los yonkis!
Pero antes de todo eso, recuerda el apartado anterior: No basta con apuntar bien. Primero debes tener buena munición. ¡Cúrratelo! Déjate la sangre y el sudor en lo que haces. Y también la ilusión, si no es mucho pedir.
– Caen MEJOR que tú.
Si llevas tiempo en esto te habrás dado cuenta de que la mitad de los trabajos en el mundo del guión se consiguen por enchufe…
¡¡MENTIRA!!
Se consiguen por recomendación personal, que no es lo mismo.
Tiene su lógica: Hablamos de un curro que cosiste en encerrarte con otra media docena de personas en una sala a compartir ideas… durante seis, ocho, doce horas. Hablamos de un curro en el que la decisión final del coordinador ha de ir a misa (porque no existen baremos objetivos para definir qué es correcto y qué no lo es) En esas circunstancias no sólo se valora el supuesto talento del candidato. Se valorará en igual o mayor medida que sea capaz de generar buen ambiente, que trabaje bien en equipo, que no se deje dominar por la soberbia o por el ego. No hay nada que tranquilice más a un jefe que saber que no está contratando a un puto loco, o a un arrogante conflictivo de mierda, o a un sociópata de los cojones.
Es por ello que esa gente que lo peta más que tú… esa gente que fue elegida en tu lugar porque su prueba de guión fue mejor que la tuya… suele ser a su vez la misma gente que entra antes que tú a ciertos lugares… “por recomendación personal”.
Llegados a este punto, ¿qué podemos hacer para petarlo como lo peta la gente que lo peta más que nosotros? El primer paso está en admitir que aún no somos ese tipo de gente. El segundo paso está en preguntarnos: ¿Realmente estamos dispuesto a serlo?
Reblogueó esto en buffalodobro.
Hace poco recibí una cura de humildad en formato “¿y tú qué haces? Nivel: El hematocrítico”:
http://elhematocritico.blogspot.com.es/2014/07/me-acaban-de-preguntar-en-twitter-que.html
Muchos tenemos la sensación de no llegar ni a consumir un parte de esa producción.
(Disclaimer: soy un informático que por algún motivo se ha empeñado en ignorar que esto es un blog de guionistas)
Coñe, no se qué tiene el mundo del guión para atraer tanto a los informáticos (tengo mis teorías…), pero por aquí anda otro…
Por cierto, jodidamente certero el post.
Nunca sentí una autocrítica más sincera.
Yo siempre me pregunto por qué muchos autores venden mucho más que yo. Es qué no me conocen me digo.
Sin embargo tengo páginas con muchos seguidores pero que no compran.
Me hiciste pensar.
Felicitaciones y un abrazo.
Bueno no, ¡buenísimo! Me he reído tanto como veces he dicho “joder, cuanta razón”.
No será que no has disparado certeramente tú en esta ocasión. No te digo donde me has dado, pero ha dolido, cuánta razón.
Los comentarios están cerrados.