Por Alberto Pérez Castaños.
El pasado viernes Noel Ceballos publicó un magnífico recopilatorio con los momentos clave de la historia del ‘Saturday Night Live’. Como es lógico, el recopilatorio incluía “More Cowbell”, en mi opinión uno de los sketches mejor escritos de todos los tiempos. No se equivoca Noel cuando dice en la descripción que debería estudiarse en todas las escuelas de guión, porque es absolutamente perfecto en todos los aspectos. Tiene de todo: estructura, frases memorables, Will Ferrell, Christopher Walken y, por supuesto, un cencerro. Es probable que a estas alturas no quede nadie por conocer a Bruce Dickinson (sí, THE Bruce Dickinson) y a Gene Frenkle pero, por si acaso, podéis verlo aquí.
“More Cowbell” fue emitido el 8 de abril del año 2000, escrito por el propio Will Ferrell y Donnell Campbell. Fue un éxito instantáneo y pasó a formar parte de la cultura popular americana de manera irremediable. Años después todavía seguían parando a Christopher Walken por la calle y molestándole en los restaurantes: ¿le recordaban lo maravilloso que estuvo en ‘El Cazador’ o en ‘Atrápame si puedes’? No, le decían que a la ensalada que se estaba comiendo le faltaba algo. ¿El qué?, preguntaba él. Exacto: MORE COWBELL.
Por supuesto, “More Cowbell” es uno de mis sketches favoritos. Qué demonios: es mi favorito. Lo veo cada poco tiempo para fortalecer mi ilusión por escribir comedia y para recuperar la fe en la humanidad en general. Porque definitivamente merece la pena vivir en un mundo en el que Will Ferrell se puede poner una camiseta de seis tallas menos y tocar el cencerro “explorando el espacio”.
Sí, sin duda fue bonito recordarlo una vez más y, encima, hacerlo junto a otras 29 piezas históricas. Pero ese momento de placer y comunión con el planeta se vio interrumpido. El autor del recopilatorio mencionó ALGO que yo no recordaba y que hubiese preferido que siguiese siendo así. Sin embargo, se trata de la razón por la que he decidido escribir este post.
Como recordaréis, allá por el año 2009 se estrenó la versión española del ‘Saturday Night Live’, que consistía en adaptaciones de los guiones originales al castellano con actores de aquí. En su primer capítulo, que tuvo como host a Antonio Resines, ocurrió ese ALGO:
Obviamente, no voy a enumerar las razones por las que el Saturday español fue un programa fallido, más que nada porque llegaría unos seis años tarde a hacerlo y no tendría mucho sentido (aunque en este reciente y genial post de Alejandro Pérez se habla algo sobre el asunto). Sin embargo, al recordar la versión del “More Cowbell”, no sin sentir dolor, sí me hice algunas preguntas: ¿cómo es posible que un producto literalmente copiado de otro que es sobresaliente no funcione?, ¿qué es lo que hace que la versión española falle? Así pues, a continuación voy a intentar responder a estas preguntas:
1. Todo es mentira: La comedia funciona cuando es de verdad. En este sketch, absolutamente todo es mentira. Por alguna razón, en algún momento de nuestra historia reciente, alguien decidió que los actores que interpretan a heavies tienen que hablar como gorrillas desdentados adictos al crack. Nadie sabe por qué, pero es así. Y amigos, ya HUELE. Ningún heavy habla así. Debemos parar esa mierda y debemos pararla ahora. Sin embargo, Edu Soto interpretando al líder de la banda es una suma del Neng de Castefa y un bufonesco Rosendo Mercado cuyo resultado no es otro que el disparate. ¿”Stoppin’ now”?, ¿en serio estamos haciendo esto? Estoy convencido de que Edu Soto no necesita recurrir a esos tópicos interpretativos para brillar. No entiendo por qué ocurre eso.
Y lo mismo pasa con Secun de la Rosa en el papel del productor Cristoph Cristopherson. De nuevo, otro actor con talento de sobra que cae en el error de la exageración innecesaria. El personaje habla con molestos falsetes y haciendo cuernos con los dedos todo el rato porque, claro, es heavy y los heavies hacen cuernos cuando hablan.
Y no quiero olvidarme de mi detalle favorito: como es un productor que “hace discos de oro”, le ponen… una camisa estampada con discos de oro. Capitán Obvio al rescate de la comedia.
Al Dickinson de Walken te lo crees. E incluso, aún sabiendo que ni él es productor musical ni tú músico, deseas con todas tus fuerzas que te haga un disco de baladas con cencerro. Al Christopherson de Secun de la Rosa ni te lo crees ni quieres volver a saber de él durante el resto de tu vida.
2. La ejecución: Como he dicho al principio, este sketch tiene frases memorables. Al menos sobre el guión, porque luego hay que ejecutarlas bien. En boca del productor de la versión española todas estas frases son chistes fallidos, remates sin efecto. La versión original es hilirante gracias a la sobriedad de Walken, su tono, su tempo… Todo es una delicia. Todo sale bien. Sin embargo, la española no funciona porque se hace sin ritmo, demasiado rápido, chillando… Se convierte el material original, puro y brillante, en una absurda caricatura.
Un ejemplo de esto es que con el “I got a fever…” de Walken se hicieron camisetas, pósters… Se convirtió en un chiste popular, es una de esas líneas de diálogo que hacen ganar mucho dinero al guionista y que son más un regalo para el actor que otra cosa. Con el “Me estoy poniendo malito…” de la versión española no se hicieron camisetas, ni pósters, ni nada porque, de vez en cuando, en España también tomamos buenas decisiones.
3. La comedia física: Cuenta Jimmy Fallon –el batería que se ríe en la versión original y, bueno, en todos los sketches que hizo en SNL– que el resultado en los ensayos no era tan gracioso, pero que antes de salir en directo el señor Ferrell se puso una camiseta bastante más ajustada y… BOOM.
Ver al bueno de Will empujando con su culazo a sus compañeros de banda mientras golpea su cencerro con la barriga fuera es gloria bendita. Insuperable. Y todo un marrón para Antonio Resines, encargado de darle MORE COWBELL al asunto español. ¿Cuál es el problema aquí? No sólo que Resines no es Will Ferrell, algo demasiado obvio como para ser un problema. Para empezar, a Resines no se le sale ninguna lorza durante el sketch. Eso, mal. Luego, y lo más importante, que su movilidad “explorando el espacio” deja bastante que desear. Sencillamente, no es gracioso moviéndose. Pero, ojo, voy a romper una lanza a favor de Resines. A mi juicio, es el único que parece entender que no hace falta exagerar el personaje para que haga gracia. De hecho, la pieza va mínimamente bien cuando él habla. ¿Por qué? Porque habla como una persona normal.
4. La canción: Como bien apunta Noel Ceballos, nadie del equipo pareció darse cuenta de que ‘Los rockeros van al infierno’, la canción de Barón Rojo que se interpreta en la versión española, no tiene cencerro. Un sketch que se llama “Más cencerro” y que se hace sobre una canción que carece de cencerro es un sketch que carece de sentido.
Se podría decir que la versión española de “More Cowbell” es un ejemplo clarísimo de cómo no adaptar un material a tu lengua. O, mejor dicho, de por qué no adaptar un material a tu lengua. Y también de cómo no interpretar a un heavy, de cómo no interpretar a un productor musical de renombre y, por supuesto, de cómo no explorar el espacio con el cencerro.
En resumen, es como haber ido a un examen sabiendo las respuestas y aún así sacar un cero. Que, a la salida, el profesor te haya dicho que sabe que has copiado y que estás expulsado. Y que, encima, de camino a casa haya empezado a llover y, al llegar, haya lentejas para comer. Vamos, que todo mal, todo para olvidar. Algo que, afortunadamente, parece que hemos hecho.
Es un clásico que nunca pasará de moda. Por mucho que yo sea guionista, y defensor de la importancia de nuestro trabajo, este post demuestra que “el sketch mejor escrito del mundo” debe ser también, necesariamente, “el sketch mejor DIRIGIDO”.
Los mejores gags en comedia suelen ser aquellos cuya eficacia depende del acierto en la interpretación y la puesta en escena. Los chistes de texto se venden con más facilidad cuando son leídos, pero muchas veces funcionan peor en pantalla. A veces es difícil hacer entender esto, que no hay que escribir para hacer reír a un lector, sino al público. Pero para poder hacerlo es necesario un buen lector que sepa entender esos gags. Y buenos actores de comedia que aporten comedia visual y ritmo. Y un buen director que sepa guiarles. Y un buen realizador. Vamos, que hay tantas cosas que pueden hacerse mal que es MUY JODIDO conseguir hacer reír.
Cuantísima razón, Natxo. Yo estoy convencido de que el gran error de la adaptación es que no se supo dirigir bien. Pero es de LOCOS hacerlo así cuando tienes un ejemplo que funciona como un tiro ya realizado y como modelo a seguir.
Me encantan las lentejas.
Y ¿Por qué no adaptar nuestras propias experiencias como se ha hecho en el original?
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