Algunos de los autores que firman en este blog, como Natxo López, David Muñoz o Sergio Barrejón, son profesores del Máster de Guión de la Universidad de Salamanca, reconocido por el diario El Mundo como el mejor máster audiovisual de España. El año pasado, Bloguionistas invitó a los alumnos de la VIII Edición del máster a publicar sus impresiones sobre las clases. Este año, repiten la experiencia los alumnos de la IX edición repetirán la experiencia. Comienza una nueva temporada de Los Guionistas del Futuro.
DOS Y DOS (NO) SON CUATRO
Por Alberto Prado y Carlos Martínez
Llega el mes de junio. La fecha esperada. Mientras esperas a licenciarte y que te echen de patitas en la calle, has de mirar opciones. Y muchas veces, ante la falta de puestos de trabajo, acabas optando por una alternativa: trabajar de aquello que te ha gustado siempre.
Nosotros siempre hemos sido de ver películas, sobre todo los últimos años antes del Máster. Además, ambos venimos de un entorno acostumbrado a escribir (en versiones más modestas, eso sí), por lo que la elección, que no era clara, fue cada vez más una realidad con el paso de los días. Dos y dos, sin duda, son cuatro.
Entonces llega tu momento. Optas por la mejor opción y escoges Salamanca. Te seleccionan y de repente ya estás allí, plantado en un máster que pocos conocen. Un día antes de iniciarse el curso ya estás reunido con tus compañeros en un gran ambiente que se mantiene a lo largo del año. Todos juntos aprenderemos aspectos importantes de un buen guión.
– Un personaje necesita un conflicto
El primer objetivo de todos nosotros era formar parte del máster, para lo que debíamos haber pasado un proceso de selección basado en nuestros trabajos y proyectos creativos. Una vez en el máster se suda mucho, y te puedes llegar a tirar de los pelos con tus compañeros de grupo, pero sin conflicto no hay guión; y aunque te sientas más perdido que Tom Hanks en La Terminal, todos los conflictos se resolverán tras intensas jornadas de sinopsis, tratamientos y escaletas.
A pesar de no ser tan lúgubre como la habitación de hotel de Barton Fink, en el aula del máster se escuchan desde el inicio sentencias lapidarias que retumban en tu mente y te hacen considerar el abandono, tales como «si eres guionista, tu apellido en cierto momento pasa a ser ‘fracaso’», o «solo un pequeño porcentaje de vosotros acabará viviendo de esto». Dos y dos no son cuatro, piensas.Pero entonces recuerdas otra cita recurrente: «Si pensais que ser guionista no es lo vuestro y no sabéis que hacéis aquí, es que vais por el buen camino en este oficio.»
Las ganas de escribir se animan escuchando a los mismos profesionales decir cosas como «hasta Tarantino la ha cagado con un guion o al principio hay que equivocarse, lo que es imposible es que alguien novel haga Chinatown».
– Ten en marcha dos o tres proyectos y conoce como venderlos.
Hatem Kraiche lo dejó bien clarito, un guionista no puede estar trabajando en una sola idea. Esta idea compagina con nuestros tres talleres paralelos a lo largo del módulo de cine: taller de escritura de largo, de corto y de escenas.
El autor tiene que conocer su trabajo como nadie, y saber exponerlo de forma efectiva. Cada ponente te enseñará lo suyo y lo defenderán a capa y espada, como si de una venta ante el productor se tratara, así que exprime bien lo que saben de su trabajo y como lo cuentan. Como nos aclaró Paco Cabezas según su propia experiencia, nunca sabes a dónde te pueden llevar tus proyectos.
– Escribe sobre lo que te gusta
Todos tenemos mil historias que contar. Por eso, aprovecha para escribir la tuya mientras haces el máster. Si escribes sobre algo que te gusta o crees que merece la pena ser contado, la mera necesidad creativa hará que el resultado sea mucho más satisfactorio.
– La documentación es muy importante
Incluso el 50% de un buen guión puede ser una gran documentación, el autor debe conocer mejor que nadie que les pasa a los personajes en su contexto. Una buena organización e interés en la lectura pueden ser de gran ayuda. Una buena forma de empezar es el método “1,2,7,14”.
– Escribir es reescribir
Es sin duda el paradigma de nuestro máster. Las cosas no salen a la primera, y para conseguir algo que valga la pena hay que desechar otro tanto de muchas más páginas de extensión. Por eso, parece adecuado finalizar con la sentencia de un grandísimo profesional que pensamos debería ser norma fundamental de cualquier futuro guionista como nosotros y una buena forma de describir este oficio. La cita corresponde a la despedida de la masterclass de Enrique Urbizu:
«Así que ya sabéis, a reescribir y reescribir; nada de tocarse los cojones»
Es una gran idea que deis voz a la gente que estudia, sea ese máster u otro, pues para los que no estamos nos ayuda ver cómo ellos lo ven, ese salto mortal que a saber a dónde les lleva.
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