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LA ASAMBLEA DE LA SGAE

Asamblea_SGAE_2012_Reixa

Por Natxo López

El pasado jueves día 20 tuvo lugar en Madrid la Asamblea General de Socios de la SGAE, a la que acudí en calidad de socio, espoleado por la polémica de la que nos hicimos eco en Bloguionistas en este post.

Fue una asamblea larga, espesa y algo tensa. No fui con idea de tomar nota de lo que se decía así que no voy a hacer un resumen pormenorizado de lo que allí aconteció, sino que me limitaré a exponer algunas valoraciones absolutamente personales.

Por contextualizar, voy a intentar explicar brevemente la polémica que había levantado tanta expectación entre socios y medios de comunicación.

Como ustedes saben hace cosa de un par de años, y poco después de unas elecciones que confirmaron el continuismo de la directiva, la policía entró en la SGAE para recabar información en una causa contra diversos miembros de la directiva a los que podríamos llamar “presuntos chorizos hijos de su madre”.

Tras el consecuente revuelo se decidió volver a celebrar elecciones. De ellas surgió una nueva directiva, liderada por Antón Reixa, músico y productor gallego, que había manifestado la intención de regenerar la SGAE e intentar limpiar su imagen pública, muy deteriorada.

Después de un año como presidente, su gestión está en entredicho por varios grupos descontentos. Uno de los motivos más importantes es que Reixa aireara hace poco que hay un grupo de 11 músicos que han cobrado auténticas millonadas en repartos de derechos, gracias a una argucia fraudulenta, por la cual registran miles de obras que se emiten a altas horas de la madrugada en programas de TV vacíos de contenido. Como la SGAE cobra un montante fijo al año a estas televisiones por todos los derechos audiovisuales de los que se beneficia, ese dinero que se llevan estos 11 señores se está quitando de la recaudación de otros músicos, guionistas y directores que, obviamente, verán mermados sus ingresos legítimos por derechos de autor. Obviamente, a ese grupo de 11 personajes esto no les sentó bien, pero también hubo gente a la que no le gustó que esta denuncia se trasladara a los medios.

El asunto candente relacionado con éste es la deseada reformulación de ciertos sistemas de reparto, que tradicionalmente han beneficiado a los músicos en detrimento de autores audiovisuales. SGAE ha estado este año negociando con DAMA para hacer más justos y equitativos esos repartos, especialmente en lo que respecta a las televisiones. No parece lógico que haya músicos que ganen millones de euros por meter con calzador tonadillas en programas de madrugada, mientras que guionistas de series de prime time reciben compensaciones mucho menores. Era una reivindicación histórica del colectivo audiovisual (guionistas incluidos, por supuesto) y en esta legislatura se ha metido mano al asunto, lo que ha puesto en pie de guerra, lógicamente, a una gran parte del colectivo de músicos.

Otro de los asuntos que ha enturbiado la gestión de Reixa es el asunto Arteria. Arteria es una elefántica red de teatros que se empezaron a adquirir bajo la batuta de Teddy Bautista. Son teatros grandes, caros, y sin una utilidad clara para la entidad. Así que se decidió venderlos (aunque parece difícil que, en el actual contexto económico, se pueda recuperar todo el dinero que se invirtió en ellos). Para ello, Reixa contrató a una empresa llamada Thesan, que se encargaría de gestionar esa venta. El problema es que parece que esta empresa era demasiado “cercana” al presidente (Onetti, presidente de Arteria, ha llegado incluso a acusar a Reixa de haber recibido comisiones de Thesan), además de haber obtenido unos honorarios algo discutibles (35.000 euros al mes, consiguiera o no vender inmuebles, más una comisión por posibles ventas).

Ante esta situación, diversos grupos contrarios a Reixa (algunos de la “vieja escuela”, mayoritariamente músicos, otros con ganas de conseguir más poder) habían planeado su estrategia: votar en contra de las cuentas en la Asamblea e intentar provocar así la dimisión del presidente para convocar nuevas elecciones.

Pero aquí surge un problema grave. Si las cuentas no se aprobaran, la entidad entraría en una situación muy complicada, porque sin refrendo de cuentas la gestión queda paralizada. Y eso podría, de hecho, provocar que el Ministerio de Cultura entrara con sus caballos por la puerta grande de la SGAE para poner orden. Lo que ocurre es que, con la animadversión que este gobierno ha demostrado hacia la cultura, es muy posible que más que poner orden se dedicara a poner a la entidad patas arriba y a desmontarla desde dentro. Era un peligro real que la mayoría de los socios preveían y que consideraban mejor evitar para arreglar las cosas entre los socios, pero que los “enemigos de Reixa” estaban dispuestos a asumir con tal de derribar a la presidencia.

Ésta era la situación previa a la Asamblea, en la que la pelea se iba a plasmar, básicamente, en una cuestión: ¿se aprobarían o no se aprobarían las cuentas? Aprobarlas suponía un balón de oxígeno para el presidente; no aprobarlas, su probable caída con el riesgo de intervención estatal. ¿Músicos contra escritores? ¿”Bautistas” contra “Reixanos”? No. Pero sí.

Ahora, mis impresiones, absolutamente personales y posiblemente erróneas.

– Lo primero que me llamó la atención al entrar a la asamblea es el gran despliegue. Era mi primera asamblea (a pesar de que llevo algunos años como socio de la SGAE) y aquello parecía la junta directiva del Santander. La SGAE tiene mucho dinero y lo demuestra.

– Lo segundo que me llamó la atención fue la alta media de edad de los asistentes. Mucha calvicie, mucha cana, mucho rencor enquistado durante décadas. Da la sensación de que la SGAE es una entidad de gente que “hizo cosas hace años”. ¿Dónde están los jóvenes músicos, guionistas y autores que, también, triunfan hoy en día? (Y cuando dijo “jóvenes”, doy un margen muy amplio) ¿No debería plantearse, en algún momento, un cierto relevo generacional?

– La Asamblea empezó tarde. Antes de empezar con los asuntos previstos en el orden del día se propuso votar si las votaciones iban a ser secretas o públicas. Esto ya mostraba una cierta idea de cómo estaban distribuidas las fuerzas, porque en general los contrarios a Reixa querían votaciones secretas. Ganó por amplia mayoría la votación pública (que se contabiliza con un sistema tecnológicamente complejo y algo zarrapastroso al mismo tiempo, con “azafatos” corriendo por la sala para leer los códigos de barras de las papeletas alzadas a mano, ya que cada socio cuenta con diferente número de votos, según su “peso” como autor; aparte de que muchos teníamos votos delegados por compañeros).

Lo primero que había que hacer era presentar las cuentas, y hubo un desfile de técnicos y economistas con poco dominio del escenario que desglosaron las cuentas del año, explicando punto por punto los ingresos y los gastos. Mucho número y mucho bostezo. En resumen, este año se ha recaudado menos por la caída de la actividad (consecuencia de la crisis, de la subida del IVA y de la “cuasisupresión” del canon) y ha habido más gastos, en parte para resolver algunas de las rémoras económicas que vienen de la anterior etapa y que empiezan a quedar resueltas. Todo esto ha ocasionado un déficit para el ejercicio de algo más de un millón de euros.

Las explicaciones fueron demasiado largas. Entre una cosa y otra duraron casi tres horas. Una estrategia de “apabullamiento numérico” un poco fea, la verdad. Habría bastado con un par de personas y unas explicaciones más generales, puesto que las cuentas desglosadas estaban a disposición de todo el mundo.

– Tras la presentación de las cuentas, se abrió el turno de palabra, y ahí es cuando empezó “el tomate”. Uno tras otro, fueron saliendo a la palestra diversos socios a plantear sus cuestiones sobre las cuentas. Muchos de ellos pertenecían al sector “indignado” de los músicos y se dedicabaron a lanzar exabruptos y exponer sus amargores de manera poco ordenada, lo que provocó que el moderador (que tuvo un papel ciertamente ingrato) tuviera que repetir una y otra vez: “por favor, limítese al tema de las cuentas”, obligando a muchos de ellos a intentar retorcer sus argumentos para ligarlos al asunto tratado, en plan: “estas cuentas no me gustan y por lo tanto Reixa es malo y feo y mal músico y le odio. Pero en relación a las cuentas”.

– Me llamó la atención la falta de vergüenza de algunos de esos músicos acusados de enriquecerse fraudulentamente, que salían al estrado hablando de que se había atacado a su imagen pública y blablabla, pero que en ningún momento negaron haberse llevado ese dinero. Al contrario, lo reivindicaron y negaron que esas decenas de miles de composiciones registradas fueran “música que nace muerta”, como había expresado Reixa en su comunicado. “¡La música nunca nace muerta! ¡Nace, crece y se reproduce!“, aseguró José de Eusebio. Él, Juan Erasmo Mochi y Juan Márquez fueron algunos de los ponentes más pendencieros. Con sus atribuladas intervenciones dieron una imagen muy lamentable de los músicos y de sus reivindicaciones. (Mochi llegó a increpar a Reixa por no ser “español”, lo que provocó que le retiraran el turno de palabra y que desde la platea le llamaran “fascista”). No faltaron tampoco  imprecaciones constantes desde las gradas, con algunas frases divertidas como “¡A mí no me interviene ni dios!”, cuando alguien advertía de la posibilidad de que el Ministerio interviniera a la entidad.

Otro “clásico” de la oposición a Reixa es José Miguel Fernández Sastrón, músico de familia bien que fue uno de los principales candidatos en las anteriores elecciones (y, por lo tanto, uno de los principales perdedores). Sastrón habló con propiedad y buenas maneras, lo que es muy de agradecer a pesar de la dureza de sus acusaciones de falsedad de las cuentas. El tipo además tiene un físico y una voz vibrantes, que recuerdan al entrañable Scar y le dan cierto aire de antagonista de los que molan. Yo percibí un detalle curioso que me llamó mucho la atención. Durante una furibunda -aunque leída- alocución de José de Eusebio, Sastrón iba pronunciando para sí mismo, con los labios, las mismas palabras que decía el orador, como si se supiera de memoria el discurso porque lo hubiera escrito él. Es una teoría muy loca, lo sé, pero juro que lo vi y no encuentro otra explicación. A ver si alguien cuelga algún video de la asamblea para poder corroborarlo.

Hubo también algunas intervenciones a favor de la labor de la junta. Me quedo con la de Enric Gomá; medida, ajustada a tiempo y bien estructurada y argumentada. Cómo se nota cuando habla un guionista, la verdad.

– También hubo otras aportaciones variopintas, como la de un anciano que apenas se tenía en pie (no sé cuál era su nombre). Por lo visto se trata de uno de los socios más antiguos de la SGAE y de los primeros que se enfrentó a Bautista, y que en su discurso reivindicó el pago de unos derechos que la entidad le debe desde hace décadas.

– Tras más de cinco horas de asamblea, se procedió a la votación sobre las cuentas, cuando muchos de los asistentes ya se habían ido (aunque se dio permiso para que dejaran sus papeletas en manos de compañeros). Finalmente las cuentas fueron aprobadas por un margen no muy grande, con el 56,13% de votos a favor.

– Cerca de las 10 de la noche, y una vez finalizada la votación, decidí irme a mi casa. Por lo visto la cosa siguió tensa un rato más, con la intervención de Onetti en referencia a Arteria.

En resumen, una asamblea bastante lamentable, un montón de gente muy enfadada, todo un poco “Berlanguiano”. ¿Y por qué? Porque, en definitiva, estamos hablando de dinero. Y cuando se trata de dinero, todo el mundo intenta defender su parcela y se pone muy nervioso. Y esto no debería ser así en una entidad que se supone que debería ser prácticamente “burocrática”, un medio para que los autores podamos gestionar nuestros derechos de autor.

Da la impresión de que Reixa se ha equivocado en muchas cosas. Y, desde luego, si son ciertas algunas de las acusaciones de cobro de comisiones, debería, como mínimo, dimitir. Pero votar en contra de las cuentas no parecía la mejor solución para arreglar las cosas. Además, la junta directiva está compuesta por muchas más personas, y yo me quedo sobre todo con las cosas buenas que sé que se están haciendo. La SGAE viene de una etapa anterior tan nefasta, que es fácil que las cosas vayan a mejor, porque hay mucho por arreglar.

Y eso es todo lo que más o menos recuerdo de esas largas horas. Ahora, por favor, les conmino a que corrijan, maticen o contradigan cualesquiera de los asuntos e informaciones que he desgranado aquí, porque les aseguro que fiarse de mi memoria y mi criterio es siempre, cuanto menos, aventurado.

22 comentarios en «LA ASAMBLEA DE LA SGAE»

  1. No puedo entender que los autores audiovisuales (guionistas y directores) sigan confiando la gestión de sus derechos de autor a la SGAE desde que DAMA funciona con total normalidad y ejemplar transparencia. Lo digo en serio. ¿Qué pintáis engordando el caldo a editoras musicales y personajes esperpénticos como los que describe Nacho? Hay otra forma de hacer las cosas.

    1. Entiendo perfectamente tu planteamiento, y lo he hablado muchas veces con compañeros miembros de DAMA. Muchas veces me planteo lo de volver, Nacho, pero en este preciso momento también considero útil pelear desde dentro de la SGAE para ayudar, en lo posible, a que la entidad vuelva por sus fueros.

      Que la SGAE se congracie con los autores audiovisuales será bueno para todos los guionistas, sí o sí, y de hecho la nueva directiva lleva meses conversando y llegando a acuerdos muy positivos con DAMA. Veremos en los próximos años hacia dónde vamos, y si en algún momento se debería plantear una división total músicos-escritores.

  2. Pingback: La asamblea de la sgae

  3. Lo de Mochi merece capítulo aparte. Siempre me ha fascinado la gente que se echa flores DISIMULADAMENTE en Wikipedia. Fijaos qué comedimiento: “Su gran voz y excelente presencia le han ayudado para realizar una carrera de más de cincuenta años y siempre manteniendo sus magnificas facultades.” Y así todo, con sus faltas de ortografía incluidas.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Erasmo_Mochi

  4. El que no haya visto nunca al señor mayor al que hace referencia Natxo en su artículo, no sabe lo que es la comedia y el running gag.

  5. Yo estuve allí, codo con codo con Natxo, y es como lo cuenta y peor Le llevaba la ventaja de haber asistido a alguna más… y los personajes a los que alude… ¡salen en todas y dicen lo mismo! El señor mayor, el pobre, dijo que echaba de menos en los asientos de la Junta a ¡Ana Diosdado! No ha debido enterarse de que hay una nueva junta y sale a piñón fijo a poner verde a Teddy.
    En cuanto a la SGAE en sí… a mí particularmente me ilusionó mucho ver que gente a la que aprecio y respeto entraba en la Junta. En cosas puntuales y prácticas, como la relación con Alma, la cosa ha mejorado mucho no, lo siguiente. Si esta junta fallara en sus propósitos, podría volverme, sí… pero por ahora, siguen teniendo mi apoyo. Por eso era tan importante que se aprobaran las cuentas en esta Asmablea.

    1. Había olvidado lo de Ana Diosdado, pobrecillo.

      Sí, hay gente muy válida en la nueva junta y están haciendo muchas cosas en la mejor dirección. Yo tb. me alegro de que puedan seguir en ello, y me alegra haber contribuido con mi grano de arena.

  6. No sabía que otra de las consecuencias de la crisis era que a la gente ya no le enciende tanto el tema SGAE. Hace unos años, este post habría tenido 200 comments y 600 insultos. Ahora parece que el tema ya no importa tanto… o se están haciendo mejor las cosas.

  7. Pingback: Lo que anda en las cabezas de los autores literarios de medios audiovisuales (ALMA) | Plataforma Asamblea

    1. Jaja, impagable este post en el que se hace referencia a Bloguionistas. Ahora resulta que somos “El blog de ALMA”.

      Eso sí, todo muy buen argumentado y escrito: “Según ellos, lo único que importa es el guión y la música nada. Lo único cierto es qué, para hacer el guión de un capítulo trabajan ¿14?, en cambio en la música sólo uno o dos”.

      Guionistas no son, eso parece claro.

  8. Acabo de leerte Natxo, paciencia tuviste de aguantar tanto tiempo. A pesar de la imagen siempre extrema que da una asamblea abierta a todo y a todos, como debe ser, en el día a día en las SGAE se están haciendo muchas cosas, y con muy buena voluntad y ganas. Pero las SGAE es una entidad complicada y donde si se enciende un fósforo parece que arde Roma, tenemos un talento innato para ello, y además la prensa siempre esta ávida de noticias malas con las SGAE parecería que es la única que recauda. Seguimos luchando para dignificar, arrastrando una imagen que muchos de nosotros estamos queriendo cambiar,ojalá se consiga. José Luis Acosta.

    1. Es cierto que una asamblea no es el mejor exponente de los entresijos y del enorme trabajo que hay dentro de una entidad tan grande y compleja, y tal vez el post esté demasiado condicionado por mi desconcierto, fruto de mi inexperiencia en estas lides. Soy consciente de las dificultades a las que os enfrentáis y del buen trabajo que estáis haciendo, José Luis. Enhorabuena por eso y, sobre todo, gracias.

      1. Es una información muy sesgada e interesada, los problemas vienen de lejos, todos estaban de acuerdo en que Reixa tenía que irse y la discusión ha sido cuando, pero es larga la explicación, no se trata tanto de luchas de poder, que es lo que se quiere trasmitir, sino de maneras de gobernar y otras cosas, se ha mezclado todo feamente. Todavía estoy en la junta, hablaremos.

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