POCZILLA Vs. APATOW

Por David Muñoz

Salgo de mi casa con mi hija de año y medio (que va en su carrito, claro). Llegamos a la parada del metro, llamo al ascensor y… resulta que alguien ha vomitado dentro. El olor es insoportable. Decido bajar andando los tres tramos de escaleras que llevan hasta los torniquetes. A medio camino, siento un fuerte tirón en el hombro. De momento no me duele mucho, así que sigo andando.

Dos días después, estoy que no me puedo ni mover.

Cada palabra que tecleo en este documento va a acompañada de un gemido de dolor. Eso me pasa por dármelas de machote a mi edad. Y hoy tengo que escribir la entrada de esta semana de Bloguionistas. Además, la que tengo pensada es bastante larga. Me llevaría varias horas escribirla. Imposible. No puede ser. Abro el archivo de Word que guardo en mi escritorio con el nombre “Bloguionistas”, en el que voy apuntado todas las ideas que se me van ocurriendo para posibles entradas. Afortunadamente, hay una cortita que puede ser interesante.

Pero antes de poder leerla, tengo que contaros un episodio de Pocoyo:

Pocoyo y su amigo Pato están leyendo tebeos de “monstruos gigantes y terroríficos”.

Animados por el narrador, Pocoyo y Pato hacen “ruidos aterradores de monstruos”.

Entonces, ven un coche de juguete que avanza por una carretera que se pierde en el horizonte.

Pocoyo decide seguirlo, dejando a Pato atrás, que prefiere quedarse para seguir jugando a los monstruos.

El coche lleva a Pocoyo hasta una pequeña ciudad de juguete. A su lado, Pocoyo parece un gigante.

Pocoyo regresa a por Pato y le lleva a ver la ciudad.

Una vez allí, los dos amigos deciden jugar “a los monstruos” y destrozar la ciudad. Igual que los monstruos de sus tebeos.

Y se lo pasan de miedo peleando y derribando edificios.

Pero no se han dado cuenta de algo importante: en la ciudad viven unas criaturas diminutas, unas bolitas de colores, que huyen aterradas de los “monstruos”.

El narrador trata de hacer que Pocoyo y Pato se den cuenta de lo que está pasando, pero ellos dos se lo están pasando demasiado bien como para escucharle.

Por fin, Pocoyo y Pato dejan de jugar, y, aleccionados por el narrador, deciden “redimirse” reconstruyendo la ciudad de las bolitas. Y todos quedan tan amigos. Aquí no ha pasado nada.

Y el otro día, tras ponerles este episodio de Pocoyo a mis alumnos del taller de escritura de cortos del NIC (como parte de una explicación de la que hablaré en otro momento), me di cuenta de que su estructura es la misma de la mayor parte de las comedias que se están estrenando últimamente (las comedias digamos “post Apatow”).

En muchas de ellas, los personajes, que en el fondo son unos buenazos, se ven metidos en una situación delirante que les lleva a hacer todo tipo de salvajadas. A comportarse como cafres. Pero siempre, al final, las aguas vuelven a su cauce, y, tras el inevitable tercer acto sin comedia y el momento “vamos a explicar la lección de la película” -que casi siempre implica dar por buenos modelos de comportamiento de una moral extremadamente simplona y conservadora (la redención casi siempre implica pasar por el altar)-, los personajes vuelven al punto de partida y, como les pasa a Pocoyo y Pato… aquí no ha pasado nada. Son comedias escatológicas, zafias, que hay quien califica de gamberras. Pero su gamberrismo es un gamberrismo infantil, una pataleta sin consecuencias. Televisión disfrazada de cine.

Pensad en “Resacón en las Vegas”, pensad en “La boda de mi mejor amiga” (para mí, soporífera, pero según otro bloguionista, la mejor película del año pasado) pensad en “Poczilla”, y decidme después si estoy equivocado.

Se me ocurren pocos Ej. de comedias de éxito reciente que no sigan ese patrón. Entre las que yo he visto, solamente “Supersalidos” y “Mal ejemplo”.  Y por los pelos (aunque las dos me parecen estupendas).

Como ya habréis adivinado, me gustan muy poco las comedias moralistas de Apatow y compañía. Primero, porque me aburren. Con lo que duran tienen muy pocos momentos de verdadera comedia. Para ver dos escenas divertidas, como la de la diarrea o el momento en el que las protagonistas provocan al policía cometiendo todo tipo de infracciones de “La boda de mi mejor amiga”, tuve que pasarme 130 minutos sentado delante del televisor (encima cometí el error de ver la versión extendida). Si lo que quiero es reírme, me sale más a cuenta ver “The Big Bang Theory” o “Modern Family”. Duran solo 20 minutos y te ríes muchas más veces. Y si lo que quiero es que me cuenten una buena historia, no me gusta que me traten como a un niño de dos años al que después de dejarle disfrutar con el juego de los monstruos de Pocoyo y Pato, hay que recordarle que eso está muy mal, a ver si se va a confundir y luego va a salir a la calle a darle patadas a las papeleras.

Puede que de todas las historias quepa extraer una enseñanza, pero no me siento cómodo cuando esa lectura se verbaliza de forma tan obvia y en un tono tan condescendiente. Me hace sentir como un escolar. Y yo fui un niño que odió el colegio.

Claro que luego mira Woody Allen y su “Midnight in Paris”, con la que andan loquitos los críticos estadounidenses (incluso gente tan cabal como Rogert Ebert), y esa escena en la que Owen Wilson explica la moraleja de la película, así, en voz alta y bien clarito, por si acaso alguien no se ha enterado aún. “Repetid conmigo: todo el mundo cree que el pasado siempre fue mejor, todo el mundo cree que el pasado siempre fue mejor, todo…”.

El cine como un manual de autoayuda, o como un libro de filosofía subrayado (se han editado, lo juro),

Y esta es la moraleja de esta entrada: en vuestro próximo guión, escribid una escena así al final del tercer acto. Explicad la película. Que ningún espectador salga del cine sin pensar que además de divertirse ha aprendido algo. ¿Para qué tratar a tu público como adultos cuando prefieren ser educados como niños? Pensad en las críticas, en los premios. Y a la mierda con la sutileza. La ambigüedad es para cobardes.

A lo tonto, me he escrito un par de folios y el hombro me duele bastante menos.

No, si al final escribir va a ser bueno para las contracturas y todo.

Si esto fuera una “buena” película y yo el protagonista, le diría al coprotagonista (o mejor, a la chica, como Owen): “El esfuerzo siempre recompensa. Me daba miedo ponerme a escribir por culpa del dolor de mi hombro y ahora ni siquiera me duele. Repite conmigo: el esfuerzo recompensa, el esfuerzo…”


23 comentarios en «POCZILLA Vs. APATOW»

  1. Si este texto fuese un proyecto que tuvieras que presentar, ¿mantendrías los tres últimos párrafos y todo lo que hay antes del video? ¿No es “andamiaje”, como lo definíais por aquí ni hace mucho?

    Sois guionistas, os encanta escribir y os encanta leeros a vosotros mismos, y a mí me encanta que escribáis y leeros, pero siempre me queda la sensación de que los textos son excesivamente largos y a veces las introducciones y las justificaciones innecesarias (¿Por qué escribo este texto? ¿Por qué le pongo este título?) son una total e innecesaria masturbación en público que no aporta gran cosa.

    De buen rollo, que conste, solo me choca que recomendando tantas veces releer, pulir, quitar todo lo que sobra y tener en cuenta el tipo de documento que estás escribiendo, os queden unos posts tan largos muchas veces a consecuencia de esas auto-justificaciones que no aportan gran cosa. Tenia un profe de literatura que decía que si escribimos un texto describiendo una pared, y decimos que en esa pared hay un clavo, cuando entre en escena el protagonista en ese clavo tiene que colgar el sombrero :P

    1. ¿Qué ley infringen? Pues la ley de la economía del lenguaje.

      ¿Vaya mierda de relatos escribiré yo? Quizá, pero a diferencia de los Bloguionistas, ni me gano la vida escribiendo relatos, ni doy consejos sobre cómo escribir relatos mejores o cómo lograr vender esos relatos. Si queréis juzgarme a mí, vulgar aficionada, con el mismo criterio que a los primera división, favor que me hacéis.

      Mi comentario solo pretendía ser una crítica constructiva, y reitero lo de los formatos: no tienen la misma extensión ni la misma riqueza en detalles la Biblia que una presentación de guión, y parece mentira que estemos hartos de leer sobre eso aquí mismo. De ahí mi observación de que muchas veces en un formato como un “post” para un blog en internet muchas veces la extensión es excesiva porque se pierden en detalles y explicaciones que no vienen a cuento AQUÍ, EN ESTE FORMATO. Pero que es una vulgar apreciación personal, no hace falta que me hagáis un juicio sumarísimo ni que esto se convierta en un debate sobre la calidad de mis (por otro lado inexistentes) relatos.

      ¿Dije “masturbación”? Perdón, quise decir “felación”, evidentemente ;)

    2. Ni te molestes… El Erratiman es el típico gilipollas que no se le da nada, y se adjudica ataques ajenos inexistentes.
      El staff de Bloguionistas sabe que están expuestos a críticas, elogios y golpes, una vez postean.
      El único feedback que tú deberías tomar en cuenta, si se produjera, es el de Muñoz.
      El guionista que postea, interviene o no en los comment, si siente que así debe hacerlo (o simplemente le sale de las narices).
      Todos estos groupie’s con el nick oculto (porque naturalmente son cobardes) gritan porque te fijes en ellos… No hay más.

  2. A mi encantan tus post, David. A mi me gustan largos y no me parece que sobre nada por el post cierra retomando el tema de apertura (la contractura).

    Griselda, no sé si te gusta leerte pero si lo hubieras hecho te habrías dado cuenta que tu tercer párrafo vuelve a repetir lo que ya explicas muy bien en el segundo. Innecesario… también.

    Y el clavo de la pared se usa en el post: cuando el prota sale de escena, ahí queda colgando la moraleja.

    1. No pretendía ofender, solo comentar un aspecto común a los guionistas que aquí escriben y que me parece curioso. Si alguien se ha ofendido, lo siento.

      Por otra parte, yo no pertenezco a la profesión, soy una simple aficionada con blog, por lo que medirme con el mismo criterio que a grandes figuras del guión no deja de ser un orgullo, como si al delantero del equipo del barrio le criticaran por cometer los mismos errores que Messi: pues oye, un orgullo :)

    2. Kohonera dijo: las lecciones irritan a cierta edad. Pues será a ti, porque a mí me encanta leer Bloguionistas por lo didácticos que son, aprendo mucho con sus lecciones.

  3. Hombre, “REsacón” en las Vegas -para mi- no pertenece ni por casting, ni por director, ni por argumento, ni estilísticamente a la factoría Apatow… recordemos que en la primera el dentista termina mandando a tomar por culo a su mujer y medio enrrollándose con la prostituta. Y le falta esa moralina en su final que impregnan todas las películas del mentado. Opino, repito.

  4. ¡Menos mal! No estoy loco, ni sólo soy yo. Hay que plantearse ya cómo es que la crítica cinematográfica (y no sólo la americana) tiene ese “cariño” para con las comedias gamberras.

    No es sólo las de la factoría Appatow; antes de este señor (que, por otro lado, creo que sólo ha dirigido una película; me es incomprensible que tenga tanto renombre sólo por lo que produce), esta tendencia a lo escatológico ya estaba en pelis como Meet the Fockers, cuya estructura era similar. Burradas varias, cierta incorrección política, etc… para que el final conciliara todo, más o menos. Si al final el amor siempre triunfa… ¿dónde está la cacareada revolución? ¿Dónde, la comedia rupturista?

    ¿Dónde está, entonces, la ruptura, si, al final, se cuela a parte “romántica” de esa alianza “comedia romántica”? Yo no lo comprendo. Y dos o tres gags o ideas no creo que salven una película, y eso pasa con La boda de mi mejor amiga. Aunque tiene cosas buenas, sin duda.

    Y, aleluya, alguien comenta lo que yo llevo pensando meses, pero sobre todo, semanas, desde que TODO el mundo parece adorar Midnight in Paris… ¡incluso le nominan el guión! Y esto, cuando, como tú comentas, todo se soportaría mejor si, al final, no todo se expresara verbalmente, y se nos moralizara, qué poco adultos que somos que queremos escaparnos de nuestra realidad. Woody Allen ha contado y mostrado (que no “dicho”) mensajes mucho más interesantes y demoledores en otras películas (Crimes and Misdermenours, por ejemplo). ¿Será que volvemos a tiempos donde el “mensaje” vale más que la obra en sí?

    De acuerdo con todo, pues. Y, aun así, siempre dispuesto a encontrar una comedia buena de verdad, sea o no (supuestamente) gamberra.

  5. Tengo curiosidad por descubrir cual es la lección escondida
    dentro de ese episodio de Pocoyó.

    Personalmente prefiero “The grim adventures of Billy and Mandy”
    Una serie de animación que tiene como protagonistas a unos
    niños (Billy y Mandy) que tienen a La Muerte como su
    amigo-esclavo.
    Me hace gracia su humor meta. En algún gag miran a la
    cámara y sueltan “¿Quien demonios ha escrito esto?” y
    luego viene un plano de un mono frente a una máquina de
    escribir (que es la imagen que tenemos todos de un auténtico
    guionista).

    Mi episodio preferido es “the Duck”. O cómo se pueden
    rellenar catorce minutos exclusivamente con chistes de pedos.

    Para quien tenga curiosidad y sepa inglés:

  6. Griselda: A mí tu comentario no me ha molestado en absoluto. Entiendo lo que dices, yo también he pensado a veces cosas parecidas de entradas de otros. Pero esta me apetecía escribirla así, un poco autocomplanciente, pasando de las reglas que conozco y normalmente respeto. A veces apetece hacer las cosas regular.
    Luego, voy a borrar los comentarios que me parecen ofensivos, de Erratiman y Javi. Ya lo dije hace tiempo: en los comentarios de mis entradas no voy a permitir que la gente se dedique a ofender porque sí. Ni a mí ni a nadie. Discrepar, opinar, me parece muy bien, pero siempre con educación.
    La regla que hay que respetar es muy sencilla: no digas a nadie por escrito (normalmente amparándote en el anonimato) lo que no te atreverías a decirle a la cara.
    En ese sentido… Javi, doy clase en varios sitios. Es fácil encontrarme. Me gustaría saber si eres capaz de decirme lo mismo a la cara. Y ver si eres capaz de tirarme por la ventana…

    1. Totalmente; de hecho estoy dejando mi e-mail para poder comentar, y si necesitas mi teléfono te lo paso por privado.
      Me sorprende que la metáfora de la ventana te lo tomes como literal (hay que leer más). Y que necesitas volver a empezar a caminar ,y que estás empalagado y aburrís (no solo t´ñu), te lo digo a la cara tranquilamente.
      Me mandas un privado cualquier cosa.

  7. Javi: me he dejado llevar y he incumplido la regla nº 1 que me puse cuando comencé a colaborar en Bloguionistas: no responder a las provocaciones. De todas maneras… por supuesto que no me he tomado como algo literal lo de la ventana. No creo que te irritemos tanto como para amenazar con asesinarnos.
    Y me entristece comprobar que te enorgullece decir que puedes ser así de maleducado también a la cara.
    En fin… estas son las cosas por las que mucha gente que podría estar escribiendo textos interesantes en páginas como esta no se atreve a hacerlo.
    Y esto es todo lo que tengo que decir sobre este tema.
    Cualquier comentario ofensivo posterior será eliminado sin dar explicaciones.

  8. Pues a mi no se me ha hecho largo, quizás excesivamente pedagógico, pero no creo que sea algo que sobre, excepto para los que ya van muy sobrados.

    También me parece muy claro; la moralina que hay detrás de muchas historias con apariencia ‘rompedora’ es irritante.

  9. Lo de Javi está mal expresado pero creo que lleva razón en parte. A veces el blog se convierte un poco en un corrillo, y en los comentarios se cierran filas contra los “extraños” que hacen sentir incómodos a los que no somos de “la pomada”. Dicho sea sin acritud, ¿eh? Y coincido con David en que según que formas desautorizan cualquier opinión, por certera que sea.

    Por otro lado lo de Apatow yo aún no lo entiendo. Un señor que hace comedias de 2 horas y cuarto, con un récord de desaprovechamiento de personajes y alargamiento de situaciones fallidas hasta la extenuación nunca visto, es visto como renovador y tal. Pues vale. Luego se despachan los “resacones” con condescendencia. Pues vale también. A mí “Virgen a los 40” me pareció insufrible del todo, sólo salvada a ratos por la apisonadora Carrell.

    1. Spunkmayer: efectivamente, las formas son importantes.
      Y yo soy el primero al que le desagrada que se cargue contra cualquiera que exprese una opinión discordante. La mentalidad de “manada” es una de las cosas más desagradables que produce Internet. De hecho, creo que lo que ideal sería que hubiera muchas opiniones discordantes. No tengo especial interés en que la gente esté de acuerdo conmigo. Prefiero que quienes no estén de acuerdo conmigo expresen su opinión libremente, eso sí, de forma razonada, y educada. Que me hagan pensar. A mí me encanta discutir. Estoy seguro de que mi yo futuro no estará de acuerdo con muchas cosas que he escrito ahora aquí. Así que, ¿cómo voy a pretender que todos los que me lean lo estén? Sería absurdo.
      Y en el fondo, todos aquí somos “extraños” que se reúnen para hablar de lo que les gusta. A lo mejor me equivoco y me engañan los seudónimos, pero creo que no conozco personalmente a casi nadie de los que suelen opinar.

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