REPITIENDO ALGUNAS CONCRECIONES SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR

por Guionista Hastiado. (Publicado originalmente en Fotogramas)

Mucho de lo que voy a contar tiene que ver con este gran post que mi buen amigo Daniel Castro publicó ayer y cuya lectura recomiendo a todo el mundo.

Los derechos de autor nacieron como medio para evitar las tropelías contractuales de las empresas culturales contra los autores. En resumen, obligan a las empresas a compartir con los autores una pequeña parte del lucho obtenido gracias a sus creaciones. En la Wikipedia tienen una explicación mucho más profusa y exacta. Convendrán ustedes en que sería muy injusto que García Márquez hubiera vendido los derechos de “100 años de soledad” por unos cuantos pesos cuando aún era un desconocido, y que nunca hubiera vuelto a recibir una ganancia por su obra.

Los mayores detractores de los derechos de Autor, por lo tanto, son ciertos oligopolios culturales, que son quienes realmente pagan esos derechos (cadenas de televisión, distribuidoras, emisoras musicales, editoriales…).

Los autores conservamos siempre los derechos morales de nuestras obras, lo que significa que siempre seremos reconocidos como autores de esas obras, y percibiremos la parte de derechos que nos corresponda por ello (no es así en el derecho anglosajón, ver la wikipedia para más información). Los derechos de explotación o de distribución publica suelen estar en manos de empresas a las que se les han cedido (productoras de televisión, por ejemplo).

Cosa aparte es el canon por copia privada, que surgió en nuestro país en los años 80 en respuesta a la aparición de aparatos con los que se podían hacer copias físicas de los soportes donde se distribuían ciertas obras (cassetes de doble pletina, duplicadoras de vídeo…). Se creó como una compensación estimada por las presumibles pérdidas que dichas copias podían generar, y autoriza, de facto, a que el consumidor pueda tener una copia para su uso, siempre que sea sin ánimo de lucro (en cuyo caso todo es perfectamente legal, no como en el derecho anglosajón donde la tenencia de dicha copia sí supondría un delito).

Ese canon lo abonan las empresas que fabrican y comercializan dichos aparatos. Otra cosa es que se hayan esforzado en dejar muy claro que ese gasto se lo trasladan al consumidor, algo que, lógicamente, cabrea al consumidor.

El canon lo recaudan las entidades de gestión de derechos de autor, como la SGAE. Ellas se encargan de repartirlo (y aquí viene una de las preguntas más difíciles de responder en todo este lío: ¿cómo se reparte ese dinero?).

El gran lío surgió con la llegada de internet, donde la copia física deja de existir. Evidentemente, el pago del canon se convierte en algo mucho más controvertido y difícil de justificar. De hecho, son muchos los creadores que no están de acuerdo con que se siga manteniendo, o no al menos de la manera en que se gestiona.

Los derechos de autor no son algo malo en sí mismos, son semejantes a las patentes industriales; suponen una protección del autor frente a las grandes corporaciones y favorecen el desarrollo cultural de la sociedad. No se cobra al público varias veces por lo mismo (una demagogia bastante extendida, en buena parte debido al gran lío del canon), sino que se cobra a una empresa una parte de las ganancias que genera la obra. La pelea de fondo tiene que ver con cómo y cuanto se recauda, y cómo y cuánto se reparte. Ahí es donde está el espacio de discusión.

Y ahí es donde se incide en muchos de los problemas que tiene la SGAE, siempre desmedida en su afán recaudatorio (bodas, peluquerías y asuntos por el estilo, trabas al copyleft, zancadillas a otras entidades de gestión…), y muy poco transparente en su forma de distribuir los derechos. Los elevados sueldos de muchos de sus directivos y las presuntas irregularidades en las cuentas de la SGAE han estado desde hace muchos años en boca de multitud de autores que no compartían el espíritu de la entidad. La investigación abierta contra la SGAE no parece sino confirmar muchas de estas sospechas.

No se trata de que la SGAE no exista. Se trata de que haga las cosas bien y, por descontado, de que nadie meta mano en la caja.

En caso de que sean ciertas las acusaciones de que alguien ha robado dinero, es dinero robado a los autores, no al estado ni a los contribuyentes. Los socios de la SGAE seríamos los principales perjudicados.

La SGAE no son los autores. La SGAE es una sociedad que recauda y gestiona derechos, algo parecido a un agente. Para un autor individual sería una tarea muy compleja gestionar y recaudar sus derechos, y por lo tanto es lógico que contrate a una entidad para que lo haga por él, igual que se contrata a un abogado para que te defienda en un juicio.

Todo esto se ha planteado como una lucha entre los autores y los internautas, cuando es una lucha de autores contra empresas, por un lado, y de empresas (y gobierno) contra asociaciones de internautas, por otra.

Los autores no estamos en contra de Internet, ni mucho menos. Todo lo contrario, Internet sirve para dar mayor difusión a nuestro trabajo, algo que alimenta nuestro pobre espíritu de tímidos egocéntricos. Lo que sí creemos es que si alguien se lucra con nuestro trabajo debe compartir una parte –muy pequeña- de sus beneficios con nosotros.

Los autores no somos millonetis ladronzuelos, somos currantes. Los renombrados figuras a los que se ha identificado siempre con la SGAE no tienen mucho que ver con la mayor parte de los creadores de este país, mucho menos importantes, mucho menos forrados y mucho menos pícaros.

Por último, confirmo que soy socio de la SGAE (aunque el canto de las sirenas de DAMA me llama cada vez más poderosamente). Es algo de lo que parece que ahora mismo uno debería avergonzarse, y sé que me van a caer hostias como panes por escribir este artículo. Pero cada vez que explico estas cosas en familia, en una boda, en la peluquería o en una tertulia de terraza, consigo que alguien se plantee mínimamente la posibilidad de que todas esas verdades tan absolutas, tan extendidas y tan maniqueas puedan ser, al menos, matizables. Algo es algo. Granito de arena.

14 comentarios en «REPITIENDO ALGUNAS CONCRECIONES SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR»

  1. Vale, el post que a todos nos hubiera gustado leer hace tiempo.
    ¿Y ahora qué?
    Los autores y nosotros los que utilizamos las cosas gravadas con el canon estamos en el medio de una lucha entre los que ganan produciendo contenidos legalmente y los que ganan distribuyendo ilegalmente. ¿Cómo salimos de esa trampa?
    Tal vez se podría empezar con un llamamiento público de todos los autores y compositores que piensan como el guionista pidiendo la derogación del canon como gesto de buena voluntad para iniciar una nueva discusión sobre como compensarlos adecuadamente.
    Y la respuesta de nuestro lado debería ser no descargarnos nada de páginas no autorizadas por un par de días como demostración de que hay otro camino.

    1. Y cuando se suprima el canón, ¿cuál va a ser la excusa moral de los que se descargan las cosas gratis-total?

      Lo del par de días es de una generosidad emocionante.

    2. @kohonera
      El gratis total (que no es así ni de coña y lo sabes) tendrá una oportunidad de desaparecer cuando se faciliten acceso a los contenidos, con una calidad mínima y a un precio razonable.

      Si yo, pongamos que por 10€ al mes tipo Netflix, puedo con el mando de la tele o de la XBOX accedera lo que quiero ver… ¿qué sentido tiene perder tiempo y dinero en descargas, soportes y soportar mala calidad?
      ¿Para qué pagar a Megaupload, registrarte en una web, soportar publicidad emergente, perder tiempo en buscar, descargar, grabar y sufrir traducciones aberrantes en algunos casos, si eso me lo resuelven con un click?

      Por ahí se empieza. Yo quiero pagar por acceder a contenidos. De hecho, pago D+ (precisamente por esa facilidad de ver lo que quiero con el mando de la tele), descargo el resto de cosas que o no me ofrecen o no lo ofrecen como quiero verlas, y si se crea “un Netflix” directamente me doy de baja y prácticamente no descargaría.
      Pagar ese servicio me saldría más barato, en tiempo y dinero.

      Claro que habrá que quien compre en el top-manta una peli ripeada con calidad lamentable… pero esos compradores no descargan.

    3. @Kohonera, estoy hablando de gestos de buena voluntad para demostrar la predisposición de ambas partes para encontrar una solución justa para todos.
      No existe excusas para descargarse algo sin pagar con canon o sin canon. Pero si formas de penalizar a los que lucran con descargas ilegales.

    4. Siguiendo con lo que dice Miguel.
      MI ISP también brinda servicio de televisión por cable. Recientemente inauguró un servicio para ver contenidos por internet a un precio razonable pero pone como requisito ser abonado al cable. A mi no me interesa pagar para ver canales de noticias, de cocina o infantiles solo quiero las películas y series.
      No existe ningún impedimento técnico para que nos dé ese servicio a los que solo somos abonados de internet, es una decisión comercial. Yo estoy dispuesto a pagar por ese servicio pero no me dejan.

  2. Señor Hastiado, puntualizaría una cosa:
    “Los autores no estamos en contra de Internet, ni mucho menos. Todo lo contrario, Internet sirve para dar mayor difusión a nuestro trabajo, algo que alimenta nuestro pobre espíritu de tímidos egocéntricos. Lo que sí creemos es que si alguien se lucra con nuestro trabajo debe compartir una parte –muy pequeña- de sus beneficios con nosotros”.

    Yo creo que sería:
    “Los autores INFORMADOS no estamos en contra de Internet, ni mucho menos. Todo lo contrario, Internet sirve para dar mayor difusión a nuestro trabajo, algo que alimenta nuestro pobre espíritu de tímidos egocéntricos. Lo que sí creemos es que si alguien se lucra con nuestro trabajo debe compartir una parte –muy pequeña- de sus beneficios con nosotros”.

    Me parece lógico pedir a los “civiles” que se informen bien para no argumentar esas verdades tan absolutas y tan extendidas… pero considero simplemente crucial para salir de este atolladero que desde “los autores” no se digan esas otras verdades tan absolutas que también se dicen tan gratuitamente.
    Como dijo Buenafuente en su monólogo sobre la Ley Sinde, “los autores enfrentados con el público… algo falla aquí”. Yo creo que autores y público, o vamos de la mano, o perdemos todos.

  3. Ayer no quise comentar el extraordinario post de Castro porque ya estaba casi todo dicho, pero no quiero pasar otro día sin felicitarles a ambos. No sólo por lo acertadísimo de vuestros textos, sino por la paciencia que hay que tener para seguir hablando sensatamente de esto. Gracias.

  4. “Ese canon lo abonan las empresas que fabrican y comercializan dichos aparatos. Otra cosa es que se hayan esforzado en dejar muy claro que ese gasto se lo trasladan al consumidor, algo que, lógicamente, cabrea al consumidor.”

    Esto lo he visto repetido varias veces entre ayer y hoy. Y es falso. La ley lo dice bien claro, los sucesivos adquirientes (incluido cliente final) responden del pago solidariamente con los fabricantes, y es obligatorio repercutir y desglosar el canon en la factura a efectos de controlar el pago, en caso contrario, se asume que el canon no ha sido satisfecho. No lo hacen para que el consumidor se cabree con el ministerio, viene por mandato legal. Los fabricantes son los que realizan el trámite de liquidación de pago, pero el paganini es siempre el adquiriente final del mismo, funciona exactamente igual que con los impuestos. Esto es así hasta el punto de que si, como particular, compras un disco duro en el extranjero para uso privado en España, tienes la obligación de realizar por tu cuenta dicha liquidación.

    http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/rdleg1-1996.l1t2.html#a25

    […]
    4. En relación con la obligación legal a que se refiere el apartado 1 (compensación equitativa por copia privada), serán:

    Deudores: Los fabricantes en España, en tanto actúen como distribuidores comerciales, así como los adquirentes fuera del territorio español, para su distribución comercial o utilización dentro de éste, de equipos, aparatos y soportes materiales previstos en el apartado 2.

    Los distribuidores, mayoristas y minoristas, sucesivos adquirentes de los mencionados equipos, aparatos y soportes materiales, responderán del pago de la compensación solidariamente con los deudores que se los hubieran suministrado, salvo que acrediten haber satisfecho efectivamente a éstos la compensación y sin perjuicio de lo que se dispone en los apartados 14, 15 y 20.

    […]

    17. A los efectos de control de pago de la compensación, los deudores mencionados en el párrafo a del apartado 12 deberán figurar separadamente en sus facturas el importe de aquélla, del que harán repercusión a sus clientes y retendrán, para su entrega conforme a lo establecido en el apartado 15.

    18. Las obligaciones relativas a las facturas y a la repercusión de la compensación a los clientes, establecidas en el apartado anterior, alcanzarán a los distribuidores, mayoristas y minoristas, responsables solidarios de los deudores. También deberán cumplir las obligaciones de retener y entregar previstas en dicho apartado, en el supuesto previsto en el apartado 14.

    19. En ningún caso, los distribuidores, mayoristas y minoristas, responsables solidarios de los deudores, aceptarán de sus respectivos proveedores el suministro de equipos, aparatos y soportes materiales sometidos a la compensación si no vienen facturados conforme a lo dispuesto en los apartados 17 y 18.

    20. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado anterior, cuando el importe de la compensación no conste en factura, se presumirá, salvo prueba en contrario, que la compensación devengada por los equipos, aparatos y soportes materiales que comprenda no ha sido satisfecha.

  5. Yo sigo sin enterarme como recauda y distribuye el dinero
    esa gente.

    O sea. La SGAE es una sociedad de autores ESPAÑOLES,
    que no representa a todos los autores españoles, si no solo
    a los que esten afiliados.

    Sin embargo recaudan por cada CD o DVD virgen que se
    vende. Grabes lo que grabes en él.

    Recaudan si en tu peluqueria escuchas M-80, una emisora
    que no pone ni una canción española.

    Recaudan si en tu boda escuchas a los Bee Gees.

    Y luego eso lo reparten -presuntamente- entre sus socios.
    ¿es asi como funciona?

  6. La verdad es que el acceso gratuito a la CULTURA y al ARTE está requetebién, yo me lo pido para reyes.

    Yo propongo que los ARTISTAS no cobren por su trabajo sino que se les pase una asignación a cargo del Estado, que preferentemente será en especie (comida, ropa y calzado) para que así no se desvíen en su labor finisecuelar de enriquecer ese “yo” colectivo que es la nación española (aquí también cabrían los artistas en minúscula, una sociedad moderna y democrática siempre sabe ser generosa).

    En algunos casos muy señalados daría algún tipo de beca o vale descuento para que los creadores puedan ir al cine con sus novias (lo mismo valdría para las creadoras con sus novios o cualquier otra combinación que pudiera darse).

    A la cabeza de la gestión de las asignaciones, becas y vales descuentos pondría a alguien que de verdad no tuviera ningún ánimo de lucro, como pudiera ser los responsables de “seriesyonkis.com” (todos en pie, mirada hacia el infinito y la mano en el corazón).

    Propondría a su vez que “cobrar” o “pagar” por la CULTURA o el ARTE fuera delito, aunque en los casos de “pagar” se debería tener en consideración, a la hora de graduar la pena, la atenuante de patología psiquiátrica o similar.

  7. “Los autores no estamos en contra de internet”. Tampoco los internautas están en contra de los derechos de autor, aunque sea lo que la SGAE ha intentado vender para defenderse de cualquier ataque, crítica u oposición. A río revuelto, ganancia de pescadores. La pequeña história que nos cuenta Daniel ilustra el carácter mafioso de esta sociedad que ha campado a sus anchas todo este tiempo bajo la supuesta vigilancia del Ministero de Cultura. Hastiado, no creo haya que avergonzarse de ser socio de la SGAE, siendo los autores las mayores víctimas. En todo caso, los autores podrían reprocharse a si mismos haber estado muy ciegos para no plantarles cara, como hicieron otros colectivos.
    Aunque es un poco pronto, supongo que a todo cerdo le llega su San Martín.

    http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2011/07/4914/

  8. Yo apoyo a los autores. A la industria, a Teddy, a la SGAE, al canon y a los idiotas, que les den por el culo. Resumiendo, estoy con lo que es justo y razonable.

  9. Pingback: La SGAE no debería ser pública | El blog de Rafael P. Campoamor

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