IDEOLOGÍA

Por Daniel Castro (Guionista en Chamberí)

En su post del pasado martes, David Muñoz hablaba de “Through stranger eyes” de David Brin, que analizaba “ideológicamente” algunas estructuras narrativas, sobre todo el Mito del Héroe, analizado en “El héroe de las mil caras” de Joseph Campbell, y denunciaba que detrás de este paradigma narrativo se podían encontrar ideas “fascistoides”; una exaltación de la aristocracia, etc.

Suelo ponerme a temblar cada vez que alguien analiza películas o series desde un punto de vista ideológico: es como sentarse ante un comisario que analiza el trabajo de uno, juzgándolo únicamente como algo políticamente eficaz o no.

Sin embargo, también opino, como David en su post, que los guionistas tomamos decisiones instintivas en nuestros guiones, sin sospechar siquiera las posibles interpretaciones políticas o ideológicas que éstas pueden tener.

Me gustaría dedicar un momento a pensar en este asunto. Os prometo que será menos pesado de lo que parece.

Tomemos una película comercial norteamericana de estudio. (Una peli que será o intentará ser) Un gran éxito . Veamos algunas características que suelen repetirse con cierta frecuencia.

1 Un héroe (habitualmente un hombre). Tipo corriente: inteligente, pero no excesivamente culto, bueno, pero no un santo, listo, pero no un genio.

2 Se enfrenta a dificultades exteriores. Al contrario de lo que muchos otros harían en su situación, el héroe decide enfrentarse al problema. Lo hace a su manera. Muchas veces su decisión le lleva a enfrentarse al colectivo, que no entiende su rebeldía.

3 A pesar de estar básicamente solo, el héroe sí cuenta con la ayuda de algún aliado o maestro que, en muchos casos, le insta a conectar con algún tipo de fuerza interior, más mística que racional.

4 Gracias a su esfuerzo,  aplicando las enseñanzas del maestro y superando sus debilidades, el protagonista logra vencer el problema, el conflicto.

5 Tras este final feliz, el héroe regresa a la situación inicial… mejorada. Ahora se conoce mejor a sí mismo, ya que ha aprendido algo. La sociedad, en agradecimiento, también le tiene en mayor consideración: ahora es un poco más que un tipo corriente. Además, su éxito viene acompañado de algún tipo de triunfo secundario (éxito sentimental y/o económico).

(He extraído estas características generales de mi experiencia como espectador de películas. Seguramente me he dejado unas cuantas. Muchas de ellas coinciden con las etapas del Mito del Héroe. No es raro, dado que este paradigma narrativo se ha convertido en el molde por el que están hechas casi todas las películas comerciales. Evidentemente, hay muchos casos en los que los guiones no cumplen todos estos puntos. Por ejemplo, es muy habitual que el héroe moderno sea… un antihéroe que no alcanza un triunfo total ni una inserción social satisfactoria ni siquiera tras su éxito).

Vamos paso a paso.

¿Qué consecuencias ideológicas pueden sacarse de esos puntos?

Punto 1

–       Estamos solos. La sociedad es un conjunto de individuos.

–       Lo que mola es ser normal: citar a Dante es de raros. No hacer nada de deporte es de raros. Cuidarse mucho es de raros. No cuidarse nada es de raros. Hay un término medio. Eso es lo que mola. Ahí está el héroe. Lo extraordinario está oculto en lo ordinario.

Punto 2

–       No se puede esperar demasiado de los demás. Cuando hay un problema, uno tiene que actuar por sí mismo.  Las instituciones son ineficaces, cuando no corruptas.

Punto 3

–       Existe el conocimiento. Existe la capacidad de transmitirlo. Aprender te hace más fuerte. Los soberbios no aprenden.

–       Existen fuerzas místicas, poderes interiores… la realidad no se conoce únicamente con los sentidos y la razón. Hay algo más. Y la fe es la puerta.

Punto 4

–       El esfuerzo obtiene recompensa. Una persona corriente que se esfuerza logra su objetivo.

Punto 5

–       La mejor manera de obtener reconocimiento social es… separarse de la sociedad, llevar a cabo un acto de cierta rebeldía.

–       El éxito individual suele implicar el reconocimiento social, sentimental y económico.

En resumen, el cine comercial de Hollywood, el que sigue este tipo de esquema de guión, viene a enfatizar básicamente una tesis que podría resumirse así: una persona corriente puede vencer cualquier obstáculo si se esfuerza y encuentra en su interior cierta fuerza interior. No cabe esperar mucha ayuda de la sociedad. Dejar de creer en uno mismo es la puerta a la derrota. Por cierto, el triunfo y la derrota son claramente distinguibles.

Como veis, básicamente, el cine comercial de Hollywood, utilizando habitualmente el paradigma del Mito del Héroe, trasmite los valores norteamericanos más clásicos: individualismo, meritocracia, búsqueda del éxito, exaltación del trabajo, de la educación como algo eminentemente práctico y de cierta “rebeldía” constructiva, creencia en la existencia de “fuerzas sobrenaturales” (religiones, fuerzas de la naturaleza, tradiciones milenarias) y una visión optimista que invita a confiar en el inevitable triunfo de la verdad y la justicia.

Personalmente, comparto muchos de estos valores (aunque no todos) e imagino que a muchos de vosotros (aunque tal vez no os hayáis parado a pensar demasiado en ello) os ocurre algo parecido.

¿Se debe el éxito del cine comercial a ello, a que conecta con los valores compartidos por la mayor parte del público o… tiene el público esos valores porque ha sido adoctrinado durante años por una ficción que pretendía imponerlos?

23 comentarios en «IDEOLOGÍA»

    1. Está chulo, Cano, ¿tienes algo que ver con el vídeo? ¿Sabes cómo lograron eliminar a otros personajes de las imágenes? Creo que la mayoría son trucos de montaje, pero creo que hay casos en que eso no bastaba.

    2. Por cierto, que en algún festival he visto otra obra suya “the homogenics” sobre los esterotipos en las sitcoms que habría podido ilustrar aún mejor el asunto.
      Pero de momento no lo he encontrado online

  1. En realidad, ese mismo debate ya se daba (y se sigue estudiando) a finales del s. XIX con la literatura, y con la ópera. Los códigos morales podrían ser quizá más estrictos: no se mencionaba tanto el individuo como la sociedad; pero los socialistas hacían la misma crítica al teatro, la novela por entregas y las operetas como herramientas de imposición de códigos morales.

    1. Sí, Small, uno de los intentos del arte soviético (no sólo de su cine) fue intentar eliminar el protagonismo individual y buscar que las obras trataran sobre colectivos sociales. Como ocurrió con casi todo lo soviético, el resultado fue un fracaso espectacular. Mi impresión es que esos intentos chocaban contra algo escencial en el ser humano. No, no sé exactamente qué es.

    2. No exactamente.

      Tienes razón en que durante los primeros años de la revolución se intentó un cambio de paradigma al protagonista colectivo. “Potemkim” y “Octubre” creo que son dos ejemplos muy claros.

      En 1932, el “Realismo Socialista” se convierte en la forma estética oficial del régimen, y se vuelve a una estructura mucho más convencional, con héroes individuales que “ejemplifican” al trabajador medio.

      Es decir, más de lo mismo, una estructura conformista pero en vez de ser el protagonista el americano medio, es el obrero socialista medio u otro símbolo de la Rusia comunista.

      Solo hay que comparar “Octubre” con “Alexander Nevski”.

      Lease, no es que el nuevo paradigma no funcionase, sino que no se le dejo ni siquiera intentarlo.

    3. En realidad, me refería a la crítica de los socialistas (o proto-socialistas casi) británicos de la época, tanto los naturalistas como los post-románticos.

      Otros han respondido mucho mejor a lo largo del día citando a Propp, pero no es el único. Así que, en todo caso, no podemos responsabilizar al cine de Hollywood de crear ese modelo. En todo caso de heredarlo alegremente.

      Lo triste es que se hace demasiado, hasta el punto de que, ahora mismo, hay en Internet un número considerable de fans de los Simpsons enfervorecidos con la “denuncia” de Banksy, porque estaban convencidos de que hay algo en esa cultura “americana” que había que contestar. No en lo económico o en lo político, sino en lo cultural: el vehículo del mal.

    4. Por cierto; me pareció muy interesante la crítica y autocrítica de “Exit Through the Gift Shop” a ese respecto

    5. Pero eso es porque el viaje del héroe carece de definición moral. Se puede aplicar tanto al héroe como al antagonista. O a un asesino en serie que trabaja de forense, por poner un ejemplo, sin que se resienta lo más mínimo. A fin de cuentas todo antagonista, villano o como se le llame tiene su propio viaje del héroe que siempre ocurre entre bastidores. O filmando las escenas que le dejan mal, que para eso el malo.

      Pero eso no es que sea característico del viaje del héroe, sino de la ficción en general. La ficción puede provocar emociones y generar preguntas, pero buscar respuestas o elementos morales en ella es absurdo. ¿El cine americano transmite ‘malos’ valores? Quizá el problema resida en que las personas renuncian a buscar valores en cosas que llevan más trabajo, como un libro (que no una novela, que es tan ficción como una película) y a cambio se van al cine a que le transmitan valores. A ser posible con actriz maciza y efectos especiales.

      Yo estoy harto de escuchar comentarios del tipo ‘esta película demuestra…’. Por dios, es una jodida película. No demuestra un carajo.

      Y de esto no se salvan los admiradores de la obra de Banksy (lo que no quita que sea un tipo interesante).

      – Hey, he visto la última de Bansky. No es como la mierda americana de siempre, te hace pensar.
      – ¿Ah, sí?, ¿y en que has pensado, exactamente?
      – Uuuuh, bueno, que mola mucho, no es conformistas, sabes. Es cool.
      – Ya.

      Pues eso.

  2. Corto y pego mail informal que le crucé a David Muñoz la semana pasada y que ahora igual vuelve a venir al caso:

    Creo que el viaje del héroe no tiene ideología y me he sorprendido mucho rastreándolo en pelis tan alejadas de los tópicos arquetipos hollywoodienses como por ejemplo Azul de Kieslovski o Funny Games. Star Wars o Lord of the rings lo evidencian, juegan a eso, pero lo que cada uno haga con él tendrá que ver con su sensibilidad, no con la propia estructura (estructura por otro lado mucho más mutable de lo que parece en manuales como el de Vogler e incluso en la definición casi academicista de Campbell, que caen -comprensiblemente- en el error de la extrema sistematización).

    En realidad sólo funciona desde el inconsciente y desde le proceso creativo más puro, el problema de base es que últimamente se busca forzarlo.

    Tampoco es que yo sea defensor a ultranza de Campbell, pero Brin se equivoca al menos en parte: han aparecido tribus amazónicas que estaban completamente aisladas del resto del mundo hasta mediados del XX y hasta donde yo sé los motivos rituales y ruspestres coinciden sorprendentemente. Un mentor no es un señor anciano de barba blanca venerable, también es Oscar Ladoire en Pagafantas, el entrenador de Rocky (ya sea Mickey o Apollo), Gabriel Byrne en In treatment, y un interminable etc.

    Conan: ¿Qué es el acero comparado con la mano que lo empuña…?

    1. No soy un gran conocedor del Viaje del Héroe, ni siquiera he leído el libro de Campbell, por eso he preferido no centrar mi post en él.

      Imagino que el Mito del viaje del héroe es la síntesis y sistematización de gran parte de la literatura mundial. Por ejemplo, sin detenerme demasiado a pensar en ello, imagino que la Odisea sigue bastante fielmente esa estructura narrativa. Quiero decir que se podrán encontrar narraciones que sigan ese paradigma antes y después de la obra de Campbell, en cualquier forma artística y tradición cultural.

      Estoy de acuerdo contigo en que lo “novedoso” es que esta estrategia narrativa se haya generalizado tanto y que las películas comerciales parezcan seguirla demasiado a pies juntillas.

  3. Este debate está bien. Aunque creo que, hagamos todas las conjeturas que queramos en ver cómo afecta las estructuras prefijadas en la ideología final, la realidad (al menos por estos lares), es mucho menos razonable. Se escribe lo que un productor más o menos quiere, que normalmente coincide con “lo que quiere el público”. Supongo que normalmente asociado a una ideología de la normalidad. Una vez has realizado tu trabajo, que tú normalmente no habrías hecho si de ti dependiese totalmente su elección, se retocarán aquellas cosas que excedan de la normalidad, ya que, “al público normalmente no le interesan”. Luego vendrán las cadenas, con el otro hacha, con similares argumentos. Y puede que razón no les falte, ya sea por huevo o por gallina, el tren ya está lanzado y hay que subirse a él en marcha si quieres que funcione tu negocio. Al final, tu punto de vista es lo de menos. Es decir; te marcan casi al dedillo esa normalidad. Nos podemos interrogar por los condicionamientos en origen, pero me parece que la realidad del producto final, está tan alejada de estos planteamientos que exponéis a debate, que francamente no creo que sea relevante más que para lo que escribimos que va a nuestros cajones. Y lo que escribimos para nuestros cajones, casi por rebeldía, solemos tratar de romper con todo lo que hacemos habitualmente. En esos trabajos de futuro más que incierto, mi opinión es que somos bastante conscientes de qué escribimos.
    Saludos.

    1. Interesante lo que planteas, Panov. Sin embargo, ¿por qué el productor, cadena, jefe, opina que algo es “lo que quiere el público”? ¿Es porque estima que el público quiere, por ejemplo, un final feliz que le haga sentir mejor después de ver la película? ¿Creamos finales felices porque el público los reclama o… los reclama el público porque durante años se le han ofrecido y rechaza cualquier cosa que le haga sentirse peor?

      Efectivamente, cuando uno escribe para una productora su margen de decisión es mucho más estrecho que cuando escribe para sí mismo pero… ¿no puede uno proponer que el protagonista sea una mujer en lugar de un hombre? ¿O que se enamore de alguien de clase social más baja y que esto no sea un gran problema social? No todas las decisiones que toman los guionistas están absolutamente determinadas por los jefes.

    2. En mi caso no es que reniegue al respecto de preguntas basadas en razonamientos teóricos, que las hay y las debe haber, pero soy un poco más aséptico con las respuestas: ¡qué más da!

      Da igual, porque pienso que la tendencia actual se determina sobre todo por baremos económicos. Alguien dirá que esto ha ocurrido siempre. Pero creo que no de forma tan determinista. Si se buscan imperiosamente “gustos” mayoritarios, se desprecia minorías. Este desprecio me parece poco reflexivo, ya que no debería dejar de ser rentable en depende qué ocasiones, por haber algunas minorías enormes.
      A tú pregunta del huevo y la gallina, respondo lo mismo: ¡qué más da!
      La situación actual de consumo basura mayoritario, sea por lo que fuere, es la que se va a seguir fomentando por la predisposición cortoplacista de las cadenas (¡grandioso nombre! – De Azúa dixit-). La única posibilidad de reversión vendrá, si viene, de un agotamiento paulatino (no muy diferente de lo que ocurre en otros ámbitos). Yo no creo, por ejemplo en TV, que a T5 le guste esparcir mierda sólo con la intención de darle mierda a la gente; simplemente creo que le resulta barato. Eso sí, y ahí te doy la razón, afirman sin ningún tipo de rubor que es lo que el público demanda.

      En cine al tener una dependencia directa también de las cadenas, está, bajo mi punto de vista, escorándose peligrosamente la situación. Antes de presentar un proyecto tienes que “diseñarlo” en consonancia a lo que la cadena quiere y también, ya que lo dices,a su ideología. Ya conoces aquello de “la cadena está buscando una heroína de menos de 30 que luche contra los malos que representa a la industria armamentística”. Así que te están adelantando que tienes que presentar. En tu agudeza como vendedor, que no como guionista, está introducir una serie de tramas o personajes que enfatice el impulso que ellos te hayan mandado. Algún toque de originalidad en la historia, algún apoyo comercial, un guiño al target establecido… Después de todo ello, están los famosos retoques de guión, de los que estáis más al corriente que yo. Por eso me parece que cualquier predeterminación histórico-teórica por trama o personaje, en la que estén basados ciertos arquetipos, es en la actualidad española lo de menos.

      Hay que añadir también, que hoy me he levantado hasta los huevos de alguna de estas cosas y quizá parte de lo que diga viene determinado por ello.

      Saludos.

  4. Creo que hay multitud de ejemplos que demuestran que se puede aplicar la estructura del viaje del héroe al mismo tiempo que subvierten esos cinco puntos ideológicos que expones.

    Por otro lado, lanzo una pregunta: ¿se puede escribir algo que no esté, en mayor o menor grado, contaminado de ideología, empezando por la nuestra propia?

    1. Como ya he dicho más arriba, no soy experto en el Viaje del Héroe, sólo he hecho un pequeño resumen de algunas características que suelen repetirse en el cine comercial (hay mil excepciones, por supuesto).

      La pregunta que planteas me parece muy interesante. Creo que no, creo que todo lo que escribimos, incluso la forma en que lo hacemos, dice bastante sobre nuestra manera de ver el mundo, pese a que, como escritores profesionales queramos (y, en cierto modo, debamos) adaptarnos a diferentes géneros, ideas, tonos, tipos de relato…

  5. El tema es interesante. Pero complejo, jodidamente complejo. Yo añadiría, de cosecha propia, alguna que otra reflexión improvisada.

    Solemos identificar el viaje del héroe con el cine americano y con la transmisión de valores dentro del cine americano. Pero en realidad el viaje del héroe es anterior a Campbell, e incluso anterior a Hollywood. Y para más inri no es ni siquiera americano, sino ruso y al comienzo de la era comunista. El tema sale los famosos 22 pasos de Propp, que no son demasiados populares entre guionistas pero sí que lo son entre escritores de novela.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Vlad%C3%ADmir_Propp

    Campbell no hizo otra cosa sino coger un análisis filosófico y convertirlo en un D.I.Y. (lo que sí es algo muy americano).

    En realidad el viaje del héroe ya existe en la literatura folklorica europea. Es más, es la base de ella. Y su éxito puede que se deba a su capacidad para provocar emociones y crear identificación en el público.

    De hecho, los que emigraron a América hace dos siglos llevaban la cabeza llena de sueños que en buena medida habían sido forjados por esa tradición literaria europea. Y Estados Unidos fue creado mucho más en base a los sueños de la gente que a las tradiciones sociales europeas, a las que los inmigrantes que llegaban, gente pobre, no creo que tuviera en mucho aprecio.

    Así que me atrevería a decir que no fue America la que creo el viaje del héroe como modelo de sus valores, sino que fue el viaje del héroe el que modeló los valores americanos. De ahí esa identificación tan profunda entre el país y las historias que cuenta.

    Otra cosa es hasta que punto eso es algo positivo. Después de todo, el modelo de cuento tradicional fomenta valores como el individualismo que están bien hasta cierto punto pero que, llevados a un extremo, pueden no resultar en absoluto tan positivos.

    1. Muy interesante tu comentario, Klosewaitz, estudié a Propp (creo que en la universidad) pero tampoco leí su famoso estudio sobre los cuentos tradicionales rusos (Por cierto, sobre este asunto, no me perdonaría no citar el imprescindible libro de Balló y Pérez “La semilla inmortal” sobre los argumentos universales en el cine, que reducen a 21 tipos diferentes).

      Ninguno de estos autores ha inventado nada, sólo han sistematizado con más o menos talento la tradición narrativa anterior.

      Me resulta muy interesante todo lo que comentas sobre el caso norteamericano: por eso he hecho cierto hincapié en mi post sobre ciertos aspectos característicos de los Estados Unidos: la meritocracia, la ausencia de confianza en las instituciones, la veneración del éxito, de cierta “rebeldía” y la presencia de lo sobrenatural. Me encanta que menciones la profunda identificación entre un país y las historias que cuenta. Creo que los Estados Unidos encontraron en esa versión del Mito del Héroe su estructura narrativa, la que mejor servía para describir los valores de su nación. Creo que han conseguido imponer esa narrativa (ese “storytelling” como dicen ahora) como la canónica en todo el mundo.

    2. Yo no diría que en todo el mundo.

      En China, por ejemplo, que es básicamente confucionista, no tienen el valor europeo del heroe que se enfrenta a la adversidad y la vence.

      Porque en el fondo el viaje del héroe es simplemente un manual para crecer a través de la superación de obstáculos ‘encuentro obstáculo -cambio para enfrentarme a él – supero el obstáculo’. Esto es algo europeo y especialmente, americano. En China, sin embargo, la valoración se centra en la capacidad de aceptar el lugar en la sociedad y poner el bien de la comunidad por encima del propio. Así como las historias occidentales están muy ligadas a la superación personal, las chinas andan a menudo ligadas al concepto de auto-sacrificio.

      Y supongo

      Hace poco rodaron una superproducción china basada en la historia de Mulan (la misma de Disney).

      http://www.imdb.com/title/tt1308138/

      La película tenía bastante de propaganda y auto-bombo y contaba la historia de Mulan desde un prisma chino (que a fin de cuentas, la historia es China).

      Es muy curioso ver la versión de Disney, totalmente basada en el viaje del héroe, y luego ver esta versión. Cuenta los mismos hechos, y sin embargo son películas completamente diferentes.

      Pero convengo en parte de lo que comentaba Juan Raigada en el post siguiente acerca de que el viaje del héroe tiene su parte de cansino. A fin de cuentas, viene a ser lo mismo que Allen: contar siempre la misma historia. Con la diferencia de que Allen, al menos, sólo saca una película al año.

      PD Sobre el mismo post que he mencionado al final. No veo tan claro el tema de los tres actos como única opción. La novela no se estructura en tres actos (de hecho, las adaptaciones de películas a novelas suelen tener el problema de que su estructura es excesivamente sencilla). El story arc de una temporada de cualquier serie de televisión, si no me equivoco, tampoco. Y un procedimental, un episodio de House por ejemplo, me da que sería un único acto con un pequeño prologo y epilogo. Y ni siquiera la estructura en tres actos está tan clara: hay quien defiende que el acto central en muchos casos no es un sólo acto sino dos.

  6. Efectivamente, estoy de acuerdo en que todo lo que se escribe está contaminado con ideología. El problema es si la estructura industrial te deja elegir esa ideología o no.

    Yo, por ejemplo, no creo que Funny Games siga para nada la estructura del viaje del héroe. Más bien lo contrario, es una subversión de ésta bastante obvia. Es decir, que parece seguir la estructura para precisamente romper nuestras expectativas y ofrecer una crítica a la ideología (o visión del mundo) que presenta cierto tipo de cine americano.

    Y tampoco dudo que la estructura del viaje del héroe sea una estructura narrativa primordial, común a todas las culturas. Lo que no entiendo es la insistencia por seguir lo que precisamente es una estructura “primordial”, antigua y que no tiene por qué ser adecuada al producto cultural de una sociedad más desarrollada.

    Para volver a mi ejemplo (soy un poco pesado con esto, pero es que me parece que lo deja ver de forma muy clara), si bien los griegos tienen a Homero (que sigue la estructura a rajatabla -bueno, más o menos, el mito que cuenta sigue la estructura, pero no la forma de contarla, con el inicio “in media res”-), luego se ponen a escribir tragedia y hacen algo completamente distinto, porque la sociedad ha evolucionado y se trata de otro medio artístico con otras necesidades.

    Y durante mucho tiempo, la mayor parte del teatro y muchas grandes novelas no siguen el arquetipo (por entonces relegado a cuentos y fábulas, que sí que lo seguían), que sólo surge con fuerza con el advenimiento de la antropología social y las prácticas culturales-industriales, que buscan una homogeneización que permita adivinar el éxito comercial de un producto cultural.

    Y eso es lo que no entiendo, que una estructura como la del viaje del héroe, que ignora siglos de evolución cultural y narrativa, de repente se defienda como la gran estructura que todo lo contiene. Y encima, la gente que lo defiende en esos manuales de guión, lo mezclan con Aristóteles, que está hablando de una cosa completamente diferente.

    Es como la estructura en tres actos, que de repente sustituye tan por completo a estructuras clásicas igual de validas (como la de dos o cinco actos) que pareces un loco si dices que no la estás siguiendo, o siquiera la cuestionas.

    Y lo peor de todo es que estas generalizaciones e imposiciones nunca vienen de primera mano de un escritor o autor, sino de gente que se gana la vida convenciendo a los productores y guionistas de que su análisis es el único valido. A mí me parece muy bien que Lucas use a Campbell para su película, pero no que de repente, porque él y algunos otros lo hagan, esa se convierta en la única forma correcta de hacerlo y aparezcan talibanes estructurales a defender el viaje del héroe apenas abres la boca para ponerlo en cuestión.

    Yo creo que como escritores tenemos que intentar buscar la estructura que más se adapte a nuestra historia. Investigar las posibilidades y pensar por nosotros mismos, y no seguir unas pautas simplemente por que nos digan que son las correctas y las que usa todo el mundo. Además, estoy convencido de que es posible inventarse una estructura en siete actos y adaptar (con más o menos esfuerzo) toda novela o película a ella. Lo único que tiene que ser es suficientemente ambigua, como son las de los manuales de guión. Y si un productor te pregunta sobre el viaje del héroe o los actos, pues te inventas alguna forma de que parezca que están ahí.

    Ya lo siento, me salen posts muy largos, pero es que el tema me excita de sobremanera. A mí las películas que siguen el viaje del héroe de manera más o menos académica, me parecen un coñazo sin carga dramática, en las que pasan muchas cosas y no se explora en profundidad ninguna. Y encima sé como van a acabar. A mí me gustaba otro tipo de cine que ya casi no se hace.

    Así que lo pago con el viaje del héroe.

  7. Gracias a todos por el tiempo que habéis dedicado a pensar en este tema y compartirlo, sinceramente. Lo que me pregunto es si realmente estos conocimientos estructurales nos son útiles, o más bien nos enredan antes incluso de ponernos a escribir, si los tenemos en cuenta. En la época clásica de los estudios a veces escribían guiones muy rápido, y eran buenos, algunso muy buenos, y dudo si los verdaderamente grandes guionistas y novelistas, esos que nos sorprenden y nos hacen envidiar su talento, se preguntan por estas cuestiones, o simplemente se dejan llevar por la intuición, dejando que cada historia les guíe por sí misma a medida que les nace de dentro, de su cabeza, de su estado de ánimo, de su experiencia, su mala leche, su amor al género humano o lo que quiera que les mueva a escribir. ¿Hacemos bien en estudiar y analizar, y pensarlo todo tanto? ¿Debemos dejar de leer los manuales y teorías, intentar olvidar los que ya hemos leído? ¿No es uan estructura requetepensada como nadar con un flotador de patito cuando nos persigue el cocodrilo de nuestra propia ambición creativa? ¿Cuántas obtras maestras abortan o destrozas los departamentos de desarrollo = estandarización? ¿Me explico?

  8. “¿Se debe el éxito del cine comercial a que conecta con los valores compartidos por la mayor parte del público o tiene el público esos valores porque ha sido adoctrinado durante años por una ficción que pretendía imponerlos?”.

    En mi opinión, más lo primero que lo segundo. El cine americano, además de confirmar “el sueño americano”, reconcilia al espectador con los principios universales de siempre, comunes a todas las sociedades, trasmitiendo valores de igualdad, responsabilidad, sacrificio, libertad individual y justicia social. El acto heróico se realiza en aras de estos ideales, produciendo un beneficio a la sociedad, y en muchos casos, el héroe suele tener su recompensa material o moral.
    A través del Mito del Héroe se transmite una visión optimista del mundo, que invita a confiar en el inevitable triunfo de la verdad y la justicia, pero, en absoluto se transmite una visión “conformista”, porque es evidente que no todos creen que esto pueda ocurrir, ni están preparados o dispuestos a realizar el sacrificio que conlleva rebelarse contra su realidad.

    En este sentido, tal como se comentó en el otro post, el cine asume una función evasiva, pero también consoladora, ya que las injusticias de la vida real son reparadas, a traves del viaje del héroe. Y desde el punto de vista moral, lo deseable en la conducta del hombre, para favorecer la convivencia, siempre será lo más conveniente a su desarrollo individual y sobre todo social.

    Yo tampoco entiendo, porque “la estructura del viaje del héroe ignora siglos de evolución cultural y narrativa”. Desde una perspectiva antropológica comparada, que surge precisamente para evitar el etnocentrismo de las diversas culturas, este tipo de estructura en el cine podría ofrecer una visión adaptada y renovada de la história mítica, sobre los orígenes del mundo, los dioses y la raza humana. Investigaciones en este sentido, confirman que Los mitos que proceden de culturas, conductas y esquemas mentales diferentes, cumplen sin embargo funciones sociales comunes.

    Nadie está diciendo que sea la única estructura válida, pero en esencia sigue siendo útil al llevar implícitos valores imperecederos.

    Como el tema es complejo, me parece muy acertada la propuesta del post, al centrarse en el cine comercial y también la síntesis sobre las consecuencias ideológicas, que pueden extraerse.
    El punto 1 “Lo que mola es lo normal…lo extraordinario está oculto en lo ordinario”, conecta con algunos principios filosóficos de Aristóteles, contenidos en la ética de la virtud, en los que trata de buscar ese punto medio.
    El punto 3 “Existen fuerzas místicas, poderes interiores……hay algo más y la fe es la puerta”.
    Este punto conecta con algunos valores de la ética protestante, como la idea de autosuficiencia y las relaciones independientes con Dios. También puede simbolizar lo desconocido, aquello sobre lo que aspiramos a tener control.

    “Es muy habitual que el héroe moderno sea un antihéroe que no alcanza un triunfo total, ni una insercción social satisfactoria, ni siquiera tras su éxito”.
    El protagonista de “American Beauty”, Lester es un claro ejemplo. Los valores norteamericanos clásicos, no son mejores, ni peores que los de cualquier otra cultura. En la película, la crítica mordaz e irónica a la sociedad norteamericana puede extrapolarse perfectamente a otras sociedades modernas. Los esteriotipos que encarnan cada uno de los personajes son identificables, en una sociedad como la nuestra.

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