PUES NO SÉ QUÉ DECIRTE (5, y último)

¿Somos los nuevos bardos de la corte?

Hace unos meses leí este libro:

Se trata de una recopilación de artículos, prólogos y breves ensayos firmados por el escritor de ciencia ficción David Brin, cuya novela más popular puede que sea El cartero (sí, la que adaptó Kevin Costner tras Bailando con lobos; esa que arruinó su carrera como director, aunque a mí me parece magnífica).

En varios textos, Brin se muestra bastante crítico con Joseph Campbell y su “viaje del héroe”. Como ya he hablado aquí en alguna ocasión de Campbell y su teoría, os remito a los artículos al respecto de la Wikipedia por si queréis refrescar vuestros conocimientos al respecto. Solo quiero subrayar que se trata de una estructura narrativa más, que sin embargo poco a poco ha ido convirtiéndose para muchos (especialmente para los productores de cine comercial norteamericano) en LA estructura narrativa*.

Y comentando un programa de televisión de la PBS en el que Bill Moyers entrevistaba a Campbell, Brin dice  (y perdonadme por la traducción; espero haber sido lo más fiel posible al texto original):

“(en ellas), Bill Moyers le dio a Campbell horas para exponer la nada original teoría de que de un continente a otro las antiguas leyendas tienen ciertas similitudes en cuanto a su ritmo y sus temas. Pero, ¡ay!,  ni una sola vez Moyers cumplió el deber del periodista de formular preguntas difíciles. Por Ej: ¿puede que algunas de las similitudes hayan surgido debido a simples razones económicas? Los bardos y los narradores de los días de antaño necesitaban alimentarse. Así que naturalmente, le hacían la pelota a los caciques, los reyes y los magos que tenían todo el pan y el oro, conjurando leyendas de élites de semidioses y príncipes, atreviéndose pocas veces (y solo oblicuamente) a sugerir que la creatividad y el coraje – e incluso la soberanía- podrían residir en los hombres y mujeres normales.

Los dones de ilustración – el igualitarismo (…), la habilidad para trabajar de forma cooperativa, la capacidad para polemizar, para criticar, la movilidad social y la ciencia- eran anatema. Aún hoy, los románticos no se sienten cómodos con ellos. Para Campbell, cualquier historia que se alejara de la fórmula romántica estándar, no era ni siquiera una historia”.

Entonces, al contrario de lo que sostiene Campbell, según Brin el viaje del héroe no es una estructura narrativa que nace de forma natural o espontánea en diferentes culturas, sino que surge del interés de los poderosos en perpetuar la estructura social que les permite ocupar un lugar de privilegio. Lo que buscan es generar historias, mitos y leyendas, que apuntalen su poder dotándoles de cualidades ultraterrenas (“¡No soy rey porque mis abuelos pasaron a cuchillo a todos aquellos que se cruzaron en su camino y se quedaron con sus tierras, sino porque Dios me ha elegido para liderar a mi pueblo!”). Y para muchos un halo de misticismo funciona como patente de corso para comportamientos que serían injustificables de otra manera (como por Ej. escribir la patética última temporada de Perdidos…). Es la mejor manera de que cualquier arbitrariedad se acepte como una verdad revelada, y por tanto, indiscutible.

A menudo, Brin ha escrito sobre El señor de los anillos y La guerra de las galaxias. Tiene muchos menos problemas con la primera entrega de la serie porque comparada con las otras es casi, casi progresista (al menos la fuerza no dependía de que fueras de “sangre azul”), pero suele cebarse sobre todo con La amenaza fantasma. Y con razón. Pero como ya se ha escrito mucho sobre el asunto, esta vez voy a dejar de lado las películas de Lucas y para explicar mejor el punto de vista de Brin voy a usar como Ej. El señor de los anillos.

Pensemos en la obra de Tolkien como vehículo de propaganda. ¿Cuáles son algunas de las ideas que transmite?:

-Hay unos tipos de sangre real que no se sabe muy bien porqué, nacieron para gobernar. Por su propia naturaleza, son justos y ecuánimes. Se merecen el trono. Y el deber de todos los que están por debajo de ellos es ayudarles a conseguirlo.

-La movilidad social no es algo deseable. Los hobbits son majetes y tal, pero ni se plantean que a lo mejor se merecen algo más tras derrotar a los malos, un puestecillo en la corte o así. Son campesinos simpáticos que sirven a sus amos sin rechistar y sin pedir nada a cambio. Y aún así, hay diferencias entre ellos. Sam siempre se muestra servil con Frodo. Como tiene que ser. Para algo éste está socialmente por encima de él.

-La revolución industrial (el progreso) es mala. Y los obreros de la metalurgía o la minería (¡esos orcos!) son lo peor, sobre todo si tiene un líder (Saruman) que está dispuesto a destruir el orden establecido.

Son solo tres ejemplos, pero espero  que valgan para que entendáis por dónde va Brin.

Pero a mí lo me preocupa no es que El señor de los anillos sea así o no, sino si, muchas veces -casi todas, de forma inconsciente, escribiendo con el piloto automático-, no estaremos incorporando a nuestras historias elementos con una “función” que trasciende nuestras intenciones como narradores. Si no estaremos sirviendo de vehículo de ideas y de formas de entender la realidad con las que si nos paráramos un poco a pensarlo no estaríamos en absoluto de acuerdo. Claro que para que esto nos preocupe tendríamos que creer que la ficción es capaz de configurar esa parte de nuestro cerebro que genera nuestra ideología. Cosa que yo no tengo nada clara.

El viaje del héroe nos enseña a confiar en los señores mayores enigmáticos (preferiblemente si llevan barba blanca).

Si es así, la aceptación masiva de las tesis de Campbell habría que valorarla de una manera muy diferente a cómo se hace habitualmente. Se trataría de un triunfo propagandístico absoluto de los reaccionarios. Porque no puede haber mayor victoria que convencer a prácticamente todos los que se dedican a pergeñar historias de que “el viaje del héroe” es una estructura “natural”. Que las historias no solo son así sino que no pueden ser de otra manera. Vamos, casi como ha ocurrido con las reformas de las leyes que rigen el mercado laboral que se han llevado a cabo en casi toda la Unión Europea.  En España, a Zapatero solo le falto decir que caminando por el campo, se acercó a un lago, surgió una espada de entre las aguas y una voz ultraterrena le conminó a “hacer lo que tenía que hacer”. Y él, pobrecito, lo hace, pero no porque quiere, sino porque debe.

Por supuesto, esto no solo ocurre con el viaje del héroe. A veces se me pasa por la cabeza que las series de televisión (con diferencia, la forma de ficción que más se consume en este momento), son armas de “formateo” mental masivo. Pero salvo pocas excepciones, cada vez que me siento delante del televisor a ver una serie ambientada en la actualidad, me sorprende ver que “retratan” una realidad que no tiene nada que ver con la que conozco. La falta de naturalidad con la que se trata la inmigración (con esos institutos y esos barrios “blancos” casi al 100% que son pura ciencia ficción) o la homosexualidad (ser gay sigue siendo la característica fundamental de un personaje, su rasgo de identidad), remiten a una España que lleva sin existir desde hace 20 años y que probablemente ya solo pervive en los arrebatos nostálgicos de muchos ejecutivos de televisión.

Lo que no sé es si es algo que, como sostenía hace poco un amigo guionista, se hace adrede, con toda la intención del mundo de manipular y de reforzar una percepción reaccionaria de la realidad (la homosexualidad, la inmigración, son excepciones, desviaciones de la “normalidad”), o es algo que, como en el caso de la aceptación masiva de las teorías de Campbell, se hace casi sin querer.

No sé. No lo tengo nada claro. A lo mejor es que vivimos con anteojeras y ya está. O que la ficción televisiva española ha construido su propia metarealidad a lo Tarantino cateto. Al fin y al cabo en la mayor parte de las series los acentos regionales todavía suelen usarse solo con intención cómica. Y la discusión sobre temas políticos, si no es en tono paródico o de chufla, es percibida por las cadenas como veneno para la audiencia. No puedo hablar de todas las series, porque obviamente no las he visto todas, pero en cuanto a las que más o menos conozco, tengo la impresión de que únicamente en Amar en tiempos revueltos se habla de estos asuntos. Y además se hace de una forma bastante rigurosa. Solo en la semana en la que estoy escribiendo este texto ha habido tramas sobre judaísmo, las “elecciones” de puro paripé que se montó Franco para seducir a la comunidad internacional, o los empresarios trepas afines al franquismo más por interés que por convencimiento ideológico. Y eso en una serie que muchos subestiman por tratarse de un culebrón (cosa que no tiene nada de malo; las tramas sentimentales también están muy por encima de las que nos tragamos a las 10 de la noche). Claro que a lo mejor es por eso por lo que sus guionistas pueden permitirse ese nivelón. O que sí quieres escribir algo decente es mejor pensar en un público de señoras de 50 para arriba que en ese quimérico “todo el mundo” del prime time. A ver si puedo escribir un texto más largo sobre ella en una próxima entrada de Bloguionistas (y que conste que nunca he trabajado en la serie ni para su productora; pero mi pareja la sigue y a base de sentarme un rato con ella a verla he acabado cogiéndole el gusto).

Ya os digo que no tengo respuestas a muchas de las preguntas que me he formulado en esta entrada. Pero sí que llevo un tiempo intentando cuestionarme todos esos automatismos que los guionistas vamos adquiriendo sin querer con el paso del tiempo. Por lo menos para intentar que cuando me siente delante del televisor o en una sala de cine no acabe viendo una historia firmada por mí que transmita una idea de la realidad que me repatee.

Y con esta entrada doy por terminada la serie “Pues no sé qué decirte”, con mis dudas más habituales sobre la escritura de guiones.

A partir de la semana que viene… tema libre.

*En realidad, para conocer bien el viaje del héroe, basta con que os sepáis de memoria La Guerra de las galaxias o El señor de los anillos.

54 comentarios en «PUES NO SÉ QUÉ DECIRTE (5, y último)»

  1. Muy interesante y un motivo de reflexión para las personas que trabajamos generando ficción y, por lo tanto, ofreciendo, lo queramos o no, modelos y arquetipos. Y no me refiero a la moral o a conductas sociales. En Tv3 emitieron un par de series documentales de producción propia, la primera “Jutjats” mostraba el mundo real de la justicia en Catalunya, y la segunda “A la presó” hacia lo propio con las prisiones. Al verlas pensé que deberían ser obras de obligado visionado para guionistas de series que demasiado a menudo escribimos con un gran desconocimiento de lo real, lo sucio y lo difícil. También me apunto a la defensa del modelo de culebrón como vehículo válido para expresar (también) lo profundo.

  2. Una entrada muy interesante. Comparto tus opiniones sobre Campbell y su camino del héroe, reificado como “el camino” por el éxito de Star Wars. Hay muchas otras estructuras o caminos que han seguido héroes muy célebres de nuestra cultura y que no encajan para nada en esa estructura. El Rey David siempre fue considerado como un gran héroe (hoy su historia es más desconocida por eso de que es bíblica, lo que es una pena pues es fabulosa…) pese a su carácter oscuro y contradictorio. Ulises tampoco encaja muy bien en el camino de Campbell, no digamos ya Aquiles o Héctor, y para meter a Hércules hay que hacer muchas trampas y el viaje de los Argonautas tampoco tiene mucho que ver con el camino campbelliano (además de que funciona como contenedor de otras historias), y algunas de las historias del ciclo artúrico, por mucho que las usase Campbell, tampoco encajan demasiado en ese ciclo. Con héroes más modernos, que representan más nuestro tiempo, la cosa se aleja más: Quijote, Ahab, el Conde de Montecristo, Jan Val Jean, el niño de la isla del tesoro, etc… y, aquí sí se puede ver que muchos no son de la élite (como en Star Wars o El señor de los Anillos) sino que son gente normal.

    Jung en su teoría de los arquetipos proponía que estos eran innatos y comunes a todos los hombres, una especie de conciencia compartida por toda la humanidad… y, al decir compartida, se refería a algo casi físico o espiritual… lo que me parece un disparate de los gordos. El concepto de arquetipo me parece precioso y muy útil, pero más que nacer de él las historias que se cuentan, creo que es al revés. Los arquetipos nacen de las historias que contamos y, con ellas y los tiempos, van evolucionando. Y el héroe (o los varios tipos de héroes), como todo arquetipo, van evolucionando y cambiando… y hay, y ha habido, más de un camino, sin duda.

  3. El viaje del héroe es un molde para hacer galletas. La masa con que hagas las galletas es cosa tuya. Puedes hacer galletas reaccionarias, puedes hacer galletas subversivas. No sé si Brin tiene otro molde, pero si lo tiene apuesto a que con el suyo también se pueden hacer galletas fascistas.

    1. Sí, es es más o menos lo que creo (o quiero creer) yo. Pienso que el patrón puede utilizarse para otros fines que difieran de su origen. Y también es lo que piensa Brin, por cierto. En mi caso, es lo que he intentado hacer en mi serie de cómic “La casa de los susurros”. Espero haberlo conseguido.

    2. Por favor, ni el viaje del héroe, ni los arquetipos, ni los monomitos ni los géneros etc etc se han generado en una noche con tormenta y malas intenciones; se han pulido a través de siglos de generaciones de autores , independientemente de su talento, y también de las reacciones de sus públicos (independientemente de su nivel cultural), todo ello mezclado con ingredientes culturales y cerebrales.

  4. Diego Germán Gonzalez

    Seria interesante saber que piensa Brin de Harry Potter. Uno de sus mejores amigos es de clase trabajadora y la otra ni siquiera viene de familia de magos, El enemigo es el que defiende el derecho hereditario. Dumbledore rechaza el ministerio de la magia porque le gusta demasiado el poder y piensa que seria peligroso tenerlo. Y al final, después de que el protagonista y sus amigos sobrevivieran más por suerte que por habilidad el que termina salvando la situación el menos dotado magicamente de todos los personajes

    1. Diego Germán Gonzalez

      Vale, cometí el error de comentar sin leer el enlace de la Wikipedia, si algo encaja en el camino del héroe es la saga de Harry Potter

    2. De hecho, hay por ahí una sinopsis de “La guerra de las galaxias” que, mediante tachaduras en los personajes y lugares, se elabora una sinopsis de “Harry Potter”.

  5. Lo curioso es que si uno se fija en las leyendas DE VERDAD y las acepta sin manipulaciones ni explicaciones de ningún tipo… prácticamente ninguna se adecua el “viaje del héroe”. Esto lo dice el amigo elperejil más arriba y es muy cierto.

    El propio Tolkien escribió su saga años antes de que Campbell formulara la teoría y, excepto por algunos momentos cocnretos, el resultado no encaja precisamente “como un guante”.

    Lo que se consiguió con “el héroe de las mil caras” es, posiblemente, un molde para guionistas más que otra cosa, como demostró muy inteligentemente George Lucas.

    Aunque tampoco tengo nada claro que todoe sto implique mensajes fascistoides. En Star Wars sin ir más lejos, el Imperio es una suerte de Alemania Nazi ultramilitarizada en la que el brujo malvado que la gobierna es poco menos que atrezzo.

    Y en El Señor de los Anillos tanto Merry como Pippin consiguen sendos puestos en las cortes de Rohan y Gondor. Sam, por su aprte, se hace Alcalde de la Comarca y gobierna durante doce años, como Felipe González. El tema de la revolución industrial es muy cierto pero también puede verse como un alegato ecologista que me parece poco “reaccionario”. Lo único con lo que puedo compartir las opiniones de Brin es con el tema de la Sangre Real que, por otro lado, se encuentra en prácticamente todas las leyendas de occidente.

    Mis reflexiones sobre El Camino del Héroe y sus derivados (para quien pueda interesarle):

    http://poderfriki.blogspot.com/2009/11/san-jorge-y-el-dragon-i.html

    http://poderfriki.blogspot.com/2009/11/san-jorge-y-el-dragon-ii.html

    Y un cortometraje de animación que hice sobre el tema:

  6. No sé si cuestionarse a Campbell es cuestionarse a Jung, y si la narrativa “épica” ha de juzgarse bajo perspectivas sociológicas, porque, al cabo, todo es interpretable.

    Sobre todo, porque ya no vivimos en una sociedad de clases. No creo que el espectador asuma, ni siquiera de forma subconsciente, que los reyes tienen todo el derecho. Además, ya digo, siempre hay matices.

    Lo que se critica, podría ser, en el Señor de los Anillos no es la revolución industrial sino el ataque a la naturaleza (el bosque). El “malo” es nada menos que un tirano, que podría representar un dictador. Y es un personaje desclasado y contradictorio como Gollum, el que tendrá un papel relevante.

    Que en la épica se cuele la espiritualidad parece lógico, porque es una narrativa que intenta trascender. No se me ocurre cómo afrontar la épica de otro modo, sin caer en la tontería violenta de “300”. Otra cosa es que haya quien quiera “entremeterla” como “patente de corso”. No creo que sea el caso de Perdidos, por cierto.

    Otra cosa es que la espiritualidad te la traiga al pairo. Eso, sin embargo, no inhabilita la propuesta.

    Por otra parte, no estoy seguro de que la mística sea una especie de aliado de lo reaccionario; me parece un argumento de nuestros padres marxistas, bastante superados.

    Pienso que puede ser sano repensar las estructuras narrativas heredadas, y no dar por sentado que sean las “naturales”. Ahora bien, siempre podemos estudiar la estructura de los cuentos populares, que, esos sí, provienen de las que fueron gente corriente.

    Por cierto que ahí hay más de una coincidencia con los “grandes relatos”: el viaje; el objeto mágico; la moraleja…

    Es algo a reflexionar muy mucho

    1. Hombre, decir que no vivimos en una sociedad de clases me parece muy aventurado… si eres madrileño, te aseguro que no es lo mismo nacer en la calle Serrano que en Carabanchel. Ni son las mismas las posibilidades que te ofrece la vida ni cómo tienes formateado el cerebro.

    2. Bueno, pues matizo: quise decir que no en esos extremos que eran más claros en el XIX. Además, lo que es seguro es que no vivimos en una sociedad de estamentos. Ya no hay reyes, en ese sentido.

      Si hablamos de “ricos” y “pobres”, o de “más ricos” (calle Serrano) y “más pobres” (Carabanchel) esto no creo que se refleje en El Señor de los Anillos tal cual.

      En todo caso, insisto: los análisis son todos interesantes, y revisar libros “intocables” como el de Campbell, muy sanos.

      Pero más clasismo veo yo en la ficción televisiva española, donde, con la excusa o la razón (táchese lo que se sospeche) de la comedia, hay mucho estereotipo: el portero, la limpiadora, el inmigrante, etc.

  7. Sin poner en cuestión la tesis de Brin, no estoy de acuerdo en que, necesariamente, el paradigma del “viaje del héroe” sea, siempre y per se, un modelo aristocrático. Es posible que su origen fuese ese, el de hexégesis de los poderosos, pero no creo que ahora se aplique en esos mismos términos. No creo que el convervadurismo de los ejemplos expuestos provenga de la estructura narrativa sino de los personajes elegidos para contarla. El Señor de los Anillos película refleja las ideas de Tolkien respecto a la naturaleza, el progreso y el papel del Inglaterra en el mundo. Pero nada impediría que ese héroe fue un personaje nada aristocrático. Estoy pensando en “Shreck”, que también se ajusta al viaje. Incluso seguro que seríamos capaces de identificar esta misma estructura narrativa en películas no épicas.

  8. *choke* Brin ha descubierto que Tolkien era un facha. ¡Inconcebible!

    Aunque de hecho la primera Guerra de las Galaxias sí que es aristocrática; Luke es el hijo de un famoso piloto y guerrero Jedi llamado Anakin y, casualmente, es un gran piloto y apunta maneras de Jedi. “Es como su padre”, dice su tía Beru. Es en El Imperio Contraataca donde se explica que el poder también corrompe, que su herencia está podrida y que los poderes jedi hay que ganárselos a base de sudar la camiseta.

    1. Es cierto, Luke es el clásico “príncipe desterrado”, que se ve obligado a ocultar su origen aristocrático para salvar la vida. Muy interesante. Nunca lo había visto así.

  9. Como curiosidad recomiendo leer “El último anillo”, de Kiril Yeskov: Es una continuación de “El señor de los Anillos” desde el punto de vista orco, donde su sociedad científica y pacifica es destruida por una alianza de bárbaros supersticiosos y retrógrados…

  10. A mí me parece que cuando Brin dice “Los dones de ilustración – el igualitarismo (…), la habilidad para trabajar de forma cooperativa, la capacidad para polemizar, para criticar, la movilidad social y la ciencia- eran anatema. Aún hoy, los románticos no se sienten cómodos con ellos. Para Campbell, cualquier historia que se alejara de la fórmula romántica estándar, no era ni siquiera una historia” no se está refiriendo exclusivamente a que la estructura del viaje del héroe proyecte una forma de ver el mundo feudal, sino que es una estructura que necesariamente impone una forma de entender el mundo (el de la historia, pero se supone que también el real) muy específica.

    Brin es Americano y está hablando desde una sociedad donde el 99.9% de películas se ajustan a esa estructura. Donde por definición tiene que haber un protagonista y un antagonista. Donde el esfuerzo individual del protagonista (junto a sus amigos, pero individual, no un esfuerzo social o de clase) siempre lleva a un cambio a mejor y un progreso individual. Una estructura que dice que si queremos, podemos cambiar las cosas (por lo tanto el mundo no está tan mal, es sólo que no tratamos de cambiarlo, no somos héroes) y que el fin justifica los medios. Una estructura que no admite crítica profunda al héroe/protagonista o a la sociedad de la que proviene y en la que el antagonista se define como tal por oponerse a los objetivos del héroe (relativizante moral).

    Brin es un crítico muy ácido de su sociedad: individualista, carence de crítica en profundidad, con su concepto del sueño americano y del que no triunfa es el que no lo intenta. Lo que el trata de decir (creo) es que el viaje del héroe es una estructura que afirma ese orden social que a él tanto le disgusta. Por eso habla de “el igualitarismo (…), la habilidad para trabajar de forma cooperativa, la capacidad para polemizar, para criticar, la movilidad social y la ciencia”.

    Yo personalmente creo que si la estructura es tan importante en el guión (eso nos dicen, ¿no?) será porque tiene significado, aparte de efecto. Por ejemplo, es imposible escribir una tragedia con el concepto de viaje del héroe (tragedia a la griega, con protagonista abocado al fracaso porque la lucha no tiene sentido ya desde el comienzo)…

    Uy, me ha quedado un tocho…

    1. Pues el Quijote cumple con todos los aspectos del paradigna del viaje del heroe y está abocado desde el principio al fracaso.

    2. Hombre, si está abocado al fracaso, con cumple con el paradigma, que incluye un regreso triunfal con el elixir. El Quijote es una parodia de las novelas de caballería, con lo cual, su estructura es muy similar a la del viaje del héroe, pero al final se subvierte.

      Tú imagina intentar venderle a un ejecutivo de Hollywood una historia en plan “La guerra de las Galaxis” pero con Luke muriendo al final y el imperio triunfando. Y trata de convencerle que sigue la estructura convencional. A ver qué tal sale.

      Arriba yo estaba hablando de tragedias clásicas, la forma dramática más antigua que conocemos (Electra, Edipo…) y por tanto una que debería ser tan influyente en esto del guión como el viaje del héroe (que proviene de relatos líricos y narrativos, no dramáticos). Pero el esfuerzo mental que supone encajar Edipo (la obra -dramática, no el mito -narrativo-) en el viaje del héroe me supera. Con suficientes vueltas todo se justifica, pero no hay que ser un genio para darse cuenta que son dos paradigmas absolutamente distintos, con suficiente historia para demostrar su valía, si bien uno se ignora por completo y el otro, al menos aquí en USA, se ha convertido en universal.

      Y yo no creo que el vieja del héroe imponga un sentido de izquierdas o derechas, o conservador, o progresista. Lo que sí que creo es que impone una visión del mundo conformista, optimista, que no deja lugar a muchas críticas de fondo (el realismo sovietico también se adapta a esta estructura, por ejemplo) porque al final el esfuerzo del héroe es suficiente para solucionar los problemas. Compárese eso con la tragedia, en la que por mucho que te esfuerces vas a terminar muerto o un miserable, porque hay fuerzas superiores a ti que siempre van a ganar (en muerte de un viajante, una tragedia americana contemporánea, es la sociedad egoísta e individualista -y no los dioses- la fuerza antagonista).

      En fin, se trata de mi opinión.

    3. Muy bien, ahora intenta traspasar el Episodio III al viaje del héroe, a ver qué tal queda… (pista, la película encaja en la parte intermedia del viaje -las seis películas estructuradas como una sola historia-).

      No se está vendiendo el final de la historia como final definitivo, sino que se sabe va a continuar. Sino sería un final muy poco satisfactorio (y no es que lo sea mucho ya de por si).

      Es más difícil encontrar un ejemplo de final trágico en una película que no sea una precuela. No digo que no haya. Haberlos los habrá, pero de lo que se trata es de las pocas excepciones que hay frente a la estructura predominante.

      Y que esa estructura predominante limita mucho el tipo de historias que se pueden contar.

      Es mucho más difícil vender la excepción a la regla impuesta que algo que la siga, sobre todo si no eres George Lucas. Esa película no se hizo porque siguiese la estructura, sino porque el guionista, productor y director era la misma persona y encima pertenece a una franquicia.

    4. “Muy bien, ahora intenta traspasar el Episodio III al viaje del héroe, a ver qué tal queda… (pista, la película encaja en la parte intermedia del viaje -las seis películas estructuradas como una sola historia-)”

      ¡Vale!

      El episodio III encaja en un momento en que todo el mundo o muere asesinado o su vida se ve arruinada para siempre. En especial la de Anakin, (no olvidemos que SW es su historia), que acaba transformándose en un triste personaje torturado por un sacrificio inútil y por la culpa. Sólo el sufrimiento de su hijo en el capítulo VI le hará ver amargamente el suyo propio y que se ha equivocado. Así que, en esencia, uno de los personajes claves de la cultura popular moderna es un personaje fracasado.

      ¡Ya está! ¿Está bien? ¿Lo he hecho bien?

  11. “(…) es una estructura que necesariamente impone una forma de entender el mundo (el de la historia, pero se supone que también el real) muy específica”. Es exactamente eso. Muy bien explicado.

  12. Una pregunta para los que saben mucho de esto… ¿La literatura negra (Hammet, Chandler, etc…) consideran ustedes que es un género literario (quizá el género literario moderno por excelencia) que se pasa por el forro con éxito y orgullo las teorías de Campbell, o es que la retuerce de formas perversas; o en el fondo son las mismas historias de siempre en nuevos escenarios? Chandler, por ejemplo, parecía pensar que sus novelas eran casi un reinventar la novela de caballerías en clave moderna… pero otros autores no encajan para nada en el perfil.. ¿o sí?

    1. Pues efectivamente, creo que depende del autor. Pero una de las cosas que más atrae a muchos lectores de la novela negra es su reivindicación de los anti héroes (que paradójicamente, como el Quijote, al final acaban siendo más heroicos que los héroes clásicos; no consiguen nada casi nunca, a menudo lo pierden todo, pero ahí siguen, intentándolo, luchando aunque hace tiempo que hayan dejado de creer en aquello por lo que luchan, como los personajes de por Ej. Reverte).

  13. Estimulante post e interesantes aportaciones al respecto, de todos los comentaristas.

    “No estaremos incorporando a nuestras histórias elementos con una función que trasciende nuestras intenciones como narradores..No estaremos sirviendo de vehículo de ideas y de forma de entender la realidad..”. Pienso que sí. Sea de forma consciente o inconsciente, resulta inevitable. Nuestras creaciones (de la índole que sean) transmiten ideas, actitudes, formas de entender la realidad.
    Aunque no estén basadas en hechos reales, en un sentido literal, están inspiradas en algún aspecto de la realidad, ubicado en el contexto geográfico, histórico, social, cultural o político, en el que estamos inmersos. En definitiva, están inspiradas en la realidad que conocemos, entendemos y en la manera en que la interpretamos, conforme a a nuestras creencias, a nuestro conocimiento adquirido y también a nuestra experiencia.
    Un público joven, inmaduro o poco formado es más vulnerable y susceptible a la influencia de esas ideas, que se trasmiten en cualquier ficción que trate de reflejar algún aspecto de la realidad. Sin embargo, en el género fantástico, no da lugar. Un público maduro y formado sería inmune a esa influencia, al disponer de más recursos y más sentido crítico para interpretar esas ficciones.

    Las sociedades evolucionan y con ellas, los arquetipos y los héroes. Nosotros, también evolucionamos hacia una mayor comprensión de la realidad y ésto es lo que sirve y da sentido a las ficciones. No son las ficciones las que cambian nuestra forma de interpretar la realidad.

  14. SI el modelo original del “viaje del héroe” fuera el de los cuentos populares tradicionales, como creo que es de hecho, no hay en ese modelo necesariamente ni protagonista aristocrático, ni magia de la sangre real, ni ideologia de ese tipo. Por lo general, el futuro héroe es el tercer hermano despreciado de una familia pobre (o el séptimo en el caso de Pulgarcito), que después de sus pruebas y trabajos, asciende socialmente a la realeza o la riqueza, no por usurpacion, sino como premio.
    Que los ciclos de leyendas semicultas o cortesanas transformaran este esquema según los deseos de los oyentes poderosos, me parece bastante evidente, pero el esquema original más bien creo que expresa los deseos y sueños de gente muy corriente, que vivía en sociedades en las que sólo por magia y auxilio sobrenatural el campesino normalito, que es lo que suele ser el protagonista, podía esperar ver reconocidos sus méritos o tener una vida mejor (o incluso escapar a la muerte por hambre, como otra vez Pulgarcito).

    Transformar ese esquema según las expectativas de la sociedad de ahora se puede hacer de muchas maneras. Tambien lo sigue “El hombre que mató a Liberty Valance”, por ejemplo, y no se le puede acusar ni de aristocrática, ni de falta de ilustración, ni de simplista. Es muestra exactamente de lo opuesto en las tres cosas.

    Tolkien escibió una fábula muy reaccionaria (otros elementos no señalados son su obsesión con las razas y sus figuras femeninas, por ejemplo) pero también era otras cosas, además de reaccionaria. En el fondo, con quien se identifica Tolkien es con la Comarca y los hobbits, una especie de trasunto de la Inglaterra preindustrial idealizada, más que con los altos señores.

    1. Esa forma de ver los cuentos populares se adecúa más a otra estructura narrativa también muy queridas en USA: el hombre que no tiene nada y gracias a su esfuerzo, algo de picardía y varios golpes de suerte consigue ver cumplidas sus aspiraciones. Vamos, el sueño americano, para mí muy diferente de la épica heroica, donde los personajes están predestinados al éxito por razón de nacimiento. En uno el protagonista es un desgraciado y en el otro un afortunado caído en desgracia por cuestiones circunstanciales que se verán reparadas en el viaje.

      Sin embargo, si uno dedica una lectura atenta a los cuentos populares, verá que el valor tan preciado en esos campesinos que acabarán haciéndose ricos* no es el trabajo o la inteligencia, sino su capacidad para el engaño. El gato con botas, el sastrecillo valiente, Juan y las habichuelas mágicas… son todos buenos ejemplos de ello. No ganan los listos, sino los listillos, un modelo íntimamente vinculado a la picaresca -género eminentemente popular- antes que al viaje del héroe.

      *Caso aparte son sus casaderas hijas, premiadas emparentando con la realeza a causa de sus femeninas cualidades de bondad y belleza (con la excepción de “la hija del molinero) o los cuentos infantiles y fábulas moralistas -escritas y “personalizadas”, estas sí, por aristócratas- que son para dar de comer aparte

      En ese sentido no entiendo esa obsesión por reinventar la rueda, basta echar un vistazo a cualquier obra épica para ver los orígenes del viaje del héroe, que con los años haya ido incluyendo elementos de otras tradiciones y géneros y ya no encajen tan bien en el molde de galletas que decían por ahí arriba, es connatural a la historia del arte.

      Concluyendo, afirmar que ESDLA es una reaccionario es como decir que el Cantar de Mío Cid o 300 son racistas, no hombre no, son simple épica nacional: maniqueísmo, racismo y derecho de sangre (o, en su versión griega, derecho divino, no cabrees a los dioses amijo mortal) le vienen de serie.

      Por otra parte, en el caso particular de los Cantares de Gesta no me parece nada descabellado pensar que fueran promovidos con fines de adoctrinamiento, es lo que tiene la propaganda bélica (si los bardos hubieran sido pinups otro gallo cantaría), no digamos ya la literatura sacra. De ahí a decir que toda obra posterior influenciada por esta estructura narrativa es, per se, una forma de perpetuar intencionalmente las diferencias de clase, va un trecho, hablamos de cine, no de manuales de historia.

    2. Si uno toma a Odiseo, o Ulises, como el heroe por excelencia (siguiendo el comentario de Juan Taigada más arriba)tal y como es descrito en La Odisea, se encuentra con un hombre ingenioso (en el sentido de listillo), mezquino, capaz de traicionar a sus leales cuando las circunstancias lo rquieren, bastante ruín en ocasiones, lo bastante cobarde cuando se precisa, honorable porque es lo que toca, y valiente por puro instinto de supervivencia. De todas sus cualidades, es la inteligencia la que le convierte en heroe. Su final, por otra parte, no puede ser más desastros y patético.

      Por eso opino como Farándula, que habría que distinguir el viaje del heroe cinematográfico del popular o literario, que está repleta de heroes fallidos.

    3. Cuando yo era chica cantaba esta coplilla que mi madre también cantaba, supongo que porque mi abuela también se la cantó a ella:

      “Un capitán sevillano siete hijos le dio Dios
      y tuvo la mala suerte que ninguno fue varón.
      Un día a la más pequeña le tocó la dilación.
      “Padre, me voy a la guerra vestidita de varón”.
      “Hija, no vayas a la guerra que te van a conocer
      con esa mata de pelo y carita de mujer”.
      “Si tengo mata de pelo y carita de mujer,
      córtemelo, usted padre, que varón pareceré”.
      Siete años en la guerra y nadie la reconoció,
      sólo el hijo del rey que de ella se enamoró.

    4. Después de varios días, no sé si es adecuado responder, pero voy a hacer una puntualización (en mi opinión):
      El héroe pobretón se sale con la suya donde otros más encopetados fracasaron, y lo hace a base de engaños casi siempre. Eso es cierto.
      Pero habría que añadir dos cosas:
      Una, que algún poder misterioso, o un maestro o animal personificado ayuda al héroe por su buen corazón (porque se paró a ayudarle, porque partió su pan con él o ella, etc).
      Otra, que el engaño o la triquiñuela no se emplean contra otros pobres desgraciados, sino contra el monstruo que azota la comarca, o contra la prueba abusiva del rey, o contra la competencia de los “principes” que tienen otros medios como la cuna o la espada. La moraleja parece ser que cada uno emplea las armas que tiene, y que contra el malvado vale todo porque para empezar, no juega limpio.

      Es cierto que los personajes femeninos suelen ser meramente el premio, un objeto bonito y valioso que proporciona parentesco aristocrático mediante el matrimonio. Pero, aunque menos, en las colecciones verdaderamente tradicionales de cuentos suele haber también heroínas ingeniosas y arrojadas (del estilo de “Barba azul”, o “Piel de asno”). Curiosamente, están algo más presentes y son menos pasivas en éstas que en los ciclos cultos y cortesanos.

  15. Y ciertamente, como se señala arriba, para estereotipos clasistas, los de las telecomedias españolas. Yo no sé en qué mundo viven los guionistas y productores de algunas de ellas.

  16. Bastante ridícula esa conspiración pero bueno… Ya cansa la misma cantinela de siempre de relacionar la épica occidental (a diferencia de la oriental, por cierto) con el conservadurismo o con lo que mejor convenga. No es más que una muestra de ignorancia fácilmente rebatible. Si Tolkien hubiera nacido en Rusia, por ejemplo, todo el mundo estaría diciendo ahora mismo que “El señor de los anillos” es un canto de las humildes gentes del campo contra la opresión capitalista-tecnólogica e invasora.

    1. “Osito Teddy”, Brin diría lo mismo de Tolkien si hubiera nacido en Rusia en la época de la revolución. Porque, como alguien ha explicado muy bien por ahí arriba, de lo que habla Brin no es de fascismo ni de comunismo, no; habla de que el viaje del héroe te predispone a aceptar una determinada visión de la sociedad en la que va incluida cierta facilidad para aceptar la existencia de élites que gobiernan en plan paternalista. Y, si tuviéramos que poner ejemplos actuales de gobernantes que se comportan como “elegidos” que estuvieran por encima del bien o del mal lo mismo vale Berlusconi que Evo Morales (los dos hablan de si mismo como si ellos fueran la personificación de sus pueblos, como el Rey Arturo e Inglaterra… ¡y la gente los vota!).

    2. No creo que el viaje del héroe te predisponga a aceptar la existencia de ciertas élites que gobiernan en plan paternalista. Al menos, no en el género fantástico y la ciencia ficción. En estos géneros Berlusconi o Evo Morales serían los elegidos, con cierto poder, para representar y sembrar el mal. No tendrían opción de representar a ningún héroe. En Matrix encarnarían al agente Smith, en Harry Potter a Voldemont….

      Este tipo de ficciones cautivan a una gran parte del público y es cierto que su alcance puede exceder la intención original de sus creadores. Pero no hay ninguna conspiración extraña. En el Señor de los Anillos, como bien apuntaba Kohonera y algún otro comentarista, la intención es bastante distinta a lo que aquí se expone.

      El rasgo común de el Señor de los Anillos, con Harry potter e incluso con Matrix (por aunar los dos géneros) sería la existencia de un héroe. El “elegido”, en los tres casos, es una persona sencilla y corriente, como cualquier otra y esto, además de permitir al espectador sentirse identificado, le permite recorrer su mismo camino.

      En todo caso y considerando como rasgo común a las sociedades actuales, la tan proclamada crisis de valores, estas ficciones podrían simbolizar un sentido más trascendente de la realidad, tratando de elevar nuestra conciencia y acercándonos a los interrogantes existenciales de siempre, a los que trata de dar respuesta la filosofía, la religión y la ciencia. Tres formas de acercamiento distintas, que cuando convergen en una ficción, entran en conflicto y dan lugar a distintas interpretaciones.

    3. Muy buena entrada David, saludable concebir parábolas y símiles, saltando de los guiones a la literatura, la épica o el teatro clásico. Esa idea transversal muy a colación traída por el Perejil, nos anima a una existencia profesional más ilustrada y capaz de crear todo tipo de héroes, sin los consabidos encasillamientos.

      Y hablando de héroes, anti héroes y Berlusconi… acabo de ver un filme fabuloso de Nanni Moretti, “ Il Caimano”(2006), donde un fracasado productor de cine intenta producir, como última tabla de salvación, un guión de una directora novel, sobre el “intocable” Berlusconi. Excelente, y por supuesto Moretti no oculta ni transgrede su visión del personaje y su contexto.

    4. “David Muñoz”, ¿te parece elitista una novela en la que se ensalza a unos pueblerinos y su estilo de vida llegando a conseguir la mayor gloria posible? Por favor, no digas que “ni se plantean un puestecillo en la corte”. ¿Acaso Merry no quiso enconadamente ser escudero de Theóden?

      En tu artículo dices : “la revolución industrial (el progreso)es mala”. Pero vamos a ver, ¿acaso esa revolución no fué burguesa y capitalista y quienes más se posicionan en contra de ella actualmente es la izquierda o progresismo estilo Evo Morales-Avatar? Aunque sé que es tu ejemplo, se demuestra que el simbolismo de Brin está cogido por pinzas.

      Por no hablar de la ignorancia histórica. Eso de estar en contra de la sociedad moderna con su técnica y sus avances (también llamado misología), es una cosa de raíz platónica y se ha dado a través de la historia en númerosas ocasiones: seguro que Brin desconoce también a Antonio de guevara y su “alabanza de la aldea y menosprecio de la corte”, que tuvo mucha influencia y éxito en la Europa renacentista. http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_de_Guevara

      Además irónicamente ni Tolkien ni Lucas conocían demasiado los estudios de Campbell y es un mito falso que nadie pone en duda el hecho de que el viaje del héroe es inevitable y obligatorio. De hecho, es todo lo contrario y quienes lo sostienen, en realidad, están demostrando que no lo entienden.

  17. El meollo de la cuestión que plantea David es si la forma, la estructura del viaje de héroe, condiciona el contenido. Yo creo que lo hace en el sentido de que algunas historias se adaptan mucho mejor a ésa estructura del viaje que otras. Ya se ha aludido al plot del “elegido”, el personaje que descubre a través de la narración el sentido de su existencia, y cómo en realidad está llamado a mayores logros de los conseguidos hasta el momento.

    Lo que no creo es que esta estrategia narrativa, el viaje del héroe, esté necesariamente cargada de ideología. Como todos sabéis, mucho antes que Campbell, Vladimir Propp describe las etapas del viaje del héroe, y de una forma más exhaustiva. Acerca de Propp comenta Gianni Rodari que “lo que las fábulas narran, sucedía antiguamente”, y sucedía en los llamado ritos de paso, en los que los niños superaban una serie de pruebas que les convertían en guerreros y miembros de la tribu de pleno derecho. El viaje del héroe es un rito de paso para el personaje, que después de alejarse de casa y superar unas pruebas, retorna con un conocimiento valioso, sobre todo acerca de sí mismo.

    En un sentido metafórico, todos somos ése personaje, ya que todos nos enfrentamos a encrucijadas, conflictos, y necesitamos ampliar nuestra experiencia por vía vicaria, esto es, a través de las experiencias de otros. El viaje del héroe es una experiencia alentadora, o como diría Savater, moral, en el sentido de “dar moral” para sobrellevar el caótico, desordenado y nada estructurado día a día.

    1. Osito Teddy: o todos los libros sobre Star Wars y George Lucas están equivocados, o va a resultar que Lucas sí que conocía muy bien el viaje del héroe y a Campbell antes de escribir “La guerra de las galaxias”. Y, efectivamente, Merry quiso ser… escudero. Con eso lo has dicho todo. Cada uno en “su” sitio. Y por favor no caigamos en las típicas artimañas de las clásicas discusiones en Internet. Brin no es ningún ignorante. En este libro (y en otros suyos) habla largo y tendido de las raíces históricas e ideológicas de la desconfianza al progreso. Yo he citado dos párrafos suyos, que obviamente no van a contener todos sus conocimientos.

    2. ¿O John Williams también estaba equivocado cuando afirmó que Campbell vino al rancho de Lucas a impartir charlas y nadie comprendió lo que estaba diciendo?

      ¿Y por qué no cuentas que al final todos los Hobbits se vuelven cortesanos y con títulos nobiliarios?

      No veo entonces porque no pueda tener igual razón que tú al interpretar el libro y que estoy equivocado, sobre todo cuando en la comarca no existen personajes tan siniestros (y cortesanos) como Denethor, Lengua de serpiente o Saruman. Es gracioso que luego te quejes de que se “imponga una forma de entender el mundo”.

    3. Y “Osito”, no se trata de tener razón o no o de “ganar” una discusión. A mí me interesa tu punto de vista, pese a que no esté de acuerdo con todo lo que sostienes. Pero de eso se trata, ¿no? De abrir la mente y de aprovechar este foro no sé si para aprender pero si al menos para exponerse a otras formas de ver las cosas. Aunque al menos en mí caso, sí que he aprendido cosas leyendo los comentarios a esta entrada y gracias a él han entrado nuevas ideas en mi cabeza. Además, creo que en parte me malinterpretas. “El señor de los anillos” fue uno de mis libros preferidos durante muchos años y disfruté mucho con las películas de Peter Jackson. Lo que no quiere decir que no me cuestione algunas de las cosas que cuentan.

    4. El comentario de David me recuerda a mi tío del pueblo (nunca ha salido de él), que dice que le gusta mucho hablar con la gente, porque si él sabe más que con quién habla, puede enseñarle algo, y si es al contrario, el que puede aprender algo es él.
      Pero entraba para comentar que una vez leí a George Lucas comentar que “La fortaleza escondida” de kurosawa, más que una referencia o inspiración, había sido a “La guerra de las galaxias”, prácticamente un remake llevado al futuro. No sé si ambos la habéis visto. En mi opinión, con las diferencias evidentes, la esencia del viaje del héroe es muy parecida. Lo digo por aquello de la “épica occidental (a diferencia de la oriental, por cierto)”
      Saludos.

    5. David Muñoz dice:

      “Y “Osito”, no se trata de tener razón o no o de “ganar” una discusión. A mí me interesa tu punto de vista, pese a que no esté de acuerdo con todo lo que sostienes. Pero de eso se trata, ¿no? De abrir la mente y de aprovechar este foro no sé si para aprender pero si al menos para exponerse a otras formas de ver las cosas..”

      Es curioso. Si para ti se trata de “cuestionar” o “exponerse a otras formas de ver las cosas” para mí es “tener razón”, “ganar una discusión”. Espero que no pienses por cierto que no tengo respeto por tu trabajo

      Precisamente, yo pongo en duda que te cuestiones “el viaje del héroe”. De hecho, da la impresión que te lo tomas tan en serio que tu artículo es una advertencia a los escritores para que sean conscientes de su irrestistible eficacia y en su defecto, como has hecho tú, la dirigan a buen puerto. Pero basta un sencillo análisis crítico para darse cuenta que los trabajos de Campbell están basados en el psicoanálisis algo complicado de compatibilizar con las herramientas de trabajo de un guionista.

      Es decir, al nutrirse de ideas que refutan el que las decisiones del individuo están dirigidas por pulsiones del subconsciente y no por la libertad de acción , poco trabajo tendría el narrador, ya que ninguno de sus personajes (ni el espectador) experimentaría la moralidad ni motivaciones de sus decisiones y el valor de acometerlas ;quedando relegadas entonces estas historias a meros clichés sin emoción sobre individuos condicionados y dirigidos y totalmente previsibles.

      Por no hablar del daño que hace a la idea de que un buen guionista no se forma en dos días.

    6. Panov: hace muuuchos años escribí un librito sobre “La guerra de las galaxias” y una de las cosas que hice fue ver la película de Kurosawa. Y sí, es cierto que Lucas le debe mucho. Hay muchas coincidencias argumentales y estructurales. Y luego hay “préstamos” muy obvios, como los dos samuráis graciosetes que en “La guerra…” se transforman en R2D2 y C3Po o… cuál es su nombre técnico… los fundidos estos en forma de barrido lateral tan característicos. Formalmente, dos de los cineastas que más influyeron la estética de Lucas son David Lean (por eso rodó en Sevilla parte del episodio creo que II, para colocar la cámara en el mismo sitio donde se filmaron escenas de “Lawrence de Arabia”) y Kurosawa, del que si mal no recuerdo acabó produciendo una película junto a Coppola: “Kagemusha”. Aquí puedes encontrar un artículo bastante curioso sobre todo esto: http://secrethistoryofstarwars.com/kurosawa2.html

    7. No conocía la página. Está chula. Pues nada lo dicho…

      PD: Recuerdas bien. Lo que no sé es si también anduvo de productor en la de Los sueños.

      Saludos.

  18. Y además ¿quien es Campbell? De verdad lo que no entiendo desde que os sigo es que podais estar discutiendo horas, páginas enteras, sobre el viaje del heroe o el arco dramático, os declarais incondicionales de la HBO, seguidores de The Wire, apasionados con Lost y admiradores de Los Soprano, sepais quien es Jung …. para que el resultado sea la mediocridad de series que se emiten en estos momentos; la vida de Raphael, no me lo puedo creer, a la que le sigue la de Letizia y el Principe, en fin, después de la de Alfonso de Borbón que seguí por simpatia a Angela Armero, pero bueno, que floja, Hispania, que por lo que llevo visto en el trailer parece un anuncio de Pantene, y no quiero ni pensar en como será, en Tierra de Lobos, que confío que al menos tenga el gancho que consiguió Curro Jimenez, Guante Blanco, que cada vez que hacía zapping pensaba que la repetían porque siempre veia la misma escena, una rubia con uno con no se que historia de un embarazo con un fondo de botellas detrás, la eterna Cuentame que estaría bien que llegarán a la edad de jubilación y del asilo, que daría seguro mucho más de sí, y mientras tanto con la tambien infinita Aida y los Serrano, por no hablar del Internado que debería estar prohibida para cualquier adolescente que quiera llegar en su sano juicio a la edad adulta.

    Estoy segura que mañana me arrepentiré de este comentario, pero espero no haberos ofendido, simplemente es que no lo entiendo.

    1. Tranquila, Cris. El día en que los guionistas decidamos cómo es la ficción televisiva española me sentiré ofendido. De momento solo te estás metiendo con nuestros jefes.

    2. Bueno, me dejas más tranquila porque, efectivamente, esta mañana cuando he abierto los ojos ya me estaba arrepintiendo de dejarme llevar por estos arrebatos tertulianos, que en realidad no dejan de ser simplistas, y por lo mismo, facilmente injustos.

  19. Un articulo que me parece que complementa tangencialmente lo expuesto:

    Hace años J.M. Demateis escribió un comic de Star Wars en que se presentaba a un resistente contra el imperio de mentalidad pacifista.Por lo visto, los ejecutivos de Lucasfilm obligaron a cambiar el final porque opinaban que en Star Wars los pacifistas no existen (aceptarlos significaría no dar toda la razón a los protagonistas). Así que Dematteis intentó apartarse parcialmente del viaje del Heroe dentro del mundo que lo ejemplifica.
    http://www.jmdematteis.com/2010/09/dreams-of-wally-lombego.html
    http://www.jmdematteis.com/2010/10/star-warsagain.html

  20. Pingback: IDEOLOGÍA « Bloguionistas

Los comentarios están cerrados.