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LA SECUENCIA DE LA DISCOTECA

Un regalo de Reyes de Chico Santamano

Hace tiempo que el cine español no tiene complejos a la hora de abordar según qué géneros. Hace una década era impensable que hoy tuviéramos productos con el facturón que del que presumen “Planet 51”, “El Laberinto del Fauno” o “Agora” (que sí, que no la he visto. Pero me han dicho que en el tráiler está todo y ese todo es muy pintón).

La revolución digital ha ayudado a que la idea de infestar los cielos de Zamora con 95 naves espaciales no sea algo prohibitivo para una producción española.

La semana pasada les pedía que no hicieran caso al segundo guionista más atractivo de Bloguionistas (ahora tercero, tras la operación de miopía de Guionista Hastiado). Les rogaba que no dejaran nunca de ser unos ‘flipaos’ y que no pusieran límite a sus impulsos creativos. Pero también les advertí que les prohibiría algo. Ese algo es…

LA SECUENCIA DE LA DISCOTECA.

Como ya les he dicho, nuestros talentosos técnicos en 3D son capaces de diseñar y hacer realidad naves espaciales, pero tal y como están las cosas en nuestro país aún es imposible hacer una secuencia de discoteca digna. Les contaré por qué…

Imagínense que su protagonista entra por la puerta en un delicioso plano secuencia por cortesía del steady (el que luego se irá a la cama con la actriz protagonista, no lo olviden). Esto es lo que verán los espectadores de su futura película:

Nada más entrar se encontrarán al gorila de la puerta. En el “mejor” de los casos, producción te conseguirá a un culturista que les habrá mandado la agencia de figuración de turno. Tan gigante, tan hormonado, tan José Luis Moreno, que no habrá quién se lo crea. Eso en el mejor de los casos. En el peor, le pondrán un jersey de cuello alto y una americana que le viene grande a un técnico de sonido con coleta y barba de trece días. ¡Por favor! ¡No les den frase! Lo habitual es que no sepan hablar y les acabarán doblando. Típico caso en el que es peor el remedio que la enfermedad.

Aún en la calle, la cámara hará un plano rarísimo. No se extrañen de que la razón de esa composición tan loca sea que el jefe de producción se ha enfadado a última hora con el dueño de la discoteca. Por sus santos huevos no se va a hacer la más mínima publicidad del local y no se hace. Pues nada… Adiós luminoso.

Nos encontramos en el hall de la discoteca. Sí, lo sé… cuando escribían la secuencia se imaginaban cierto trasiego de gente entrando y saliendo. ¿Saben que todos y cada uno de esos jóvenes que entran y salen cobran? ¿Y que si esos están ahí luego no podrán aparecer en la pista bailando? ¿Qué prefieren? ¿Gente a la entrada o gente bailando? Bailando, ¿no? Pues nada… La entrada semidesierta.

Nuestro prota baja unas escaleras camino a la pista y por supuesto pasará junto a la típica pareja que se morrea mal en una esquina. Se besan como pasmarotes. No mueven sus cabezas. Él la tiene excesivamente angulada hacia la derecha. Ella se deja hacer. Por alguna extraña razón siempre ponen al tío dando la espalda, así que la pobre, más bajita, no se la ve. En cualquier caso, ambos están jodidos. Primero, porque llevan 30 minutos morreándose sin ganas. Segundo, porque no se conocen de nada. Tercero, porque él piensa  “ojalá se me vea bien para fardar en el barrio” y ella “ya verás como mi madre, que siempre ve ‘DEC’, cambia de canal y me pilla en el programa de la Cayetana esa”. Y cuarto, porque ambos se arrepienten de haber elegido bocadillo de chorizo en el catering.

Llegamos al fin a la pista. En el mundo real hay discotecas de pijos, discotecas de modernos, discotecas de góticos y discotecas del rollo que sea. En el “mundo real” del cine español todas las tribus urbanas se reúnen en la misma pista y bailan la misma música. Los responsables de la simpática agencia de figuración suelen mandar de todo un poco porque el cine español es un crisol de culturas y sus discotecas franquicias de la diversidad y la concordia urbana.

Por si lo dudan, les recuerdo que el steady se recreará durante unos segundos con el pódium de la gogó. Ustedes se imaginaban a dos asiáticas semidesnudas con antifaces dorados que en un momento dado bordean el lesbianismo a saco, ¿verdad? Pues no. Tendrán a una pretendiente del tronista de turno de “Mujeres, hombres y viceversa”. Una choni con sobaqueras y dos tatuajes extraños en la nalga. En realidad es uno solo: el siempre elegante conejito de Playboy dividido por la aparición a última hora de una estría caprichosa.

Y aquí llega lo peor, conseguirás que tu productor le pague 180 mil euros a Paz Vega para que enseñe un pezón, pero jamás de los jamases le harás entender la importancia de pagar por los derechos de un temazo para ese momento. Olvídate de los “Infinitys”, Justices o David Guettas de turno. Imposible. Los heavys, góticos, pijos, pokeros y la choni de “Mujeres, hombres y viceversa” bailarán al ritmo de un chundachunda que se sacará de la manga el ayudante del compositor de la banda sonora de la película.

Por supuesto, del baile ni hablamos. Absolutamente descoordinado, porque como ya saben cuando se rueda no se hace con la música ratonera que luego se oirá en el montaje final, sino con todo el mundo en silencio para que se pueda oír el sonido directo de los diálogos. Así que ahí tienen a los pokeros con las piernas abiertas huérfanas de sus yeguas, los heavys moviendo las melenas para arriba y para abajo como unas Destiny Child epilépticas. Y los góticos, que no están de humor para esas mamonadas, contoneándose mínimamente con una copa de coca-cola (sin hielos) en la mano.

En fin… Un desastre. Espero que se les haya quitado las ganas de escribir nada similar después de haber leído estos párrafos cargados de dolorosa verdad.

Ahora pongan sus manos sobre esa Biblia, que seguro guardan en el cajón de la mesita de noche (el catálogo de Ikea también vale), y juren conmigo: “Juro por lo más sagrado que nunca jamás escribiré una secuencia de discoteca”.

34 comentarios en «LA SECUENCIA DE LA DISCOTECA»

  1. Grandioso. Eso, sin contar que la música que bailan suele ser electrónica, o sea compuesta sólo con ordenador para no tener que contratar a un grupo de músicos que la interpreten, así que in evitablemente sonará a barraca de feria.

  2. Qué curioso, ayer pensé más o menos lo mismo cuando pillé un trozo de “Black rain” por la tele, una secuencia en la que Michael Douglas entra en una discoteca en Osaka, creo. Nivelazo de diseño de producción: súper bien ambientado, figurantes pertinentes, iluminación adecuada… conseguían un local con personalidad, la cámara se recreaba en la descripción del espacio y daba gusto. El tema de la figuración mal escogida da para mucho… se puede cargar la credibilidad de muchas otras secuencias: bodas, fiestas, funerales…

  3. Por favor, díganme que han visto la secuencia de la discoteca de “Los abrazos rotos”: sólo sale una esquina, y no hay más de tres personas en plano nunca. Inenarrable, y más en el caso de Almodóvar que seguro que tiene pasta y conocimientos para hacer un garito más o menos creíble.

  4. creo que no has visto After… de hecho, no sé yo si te habrás fijado, pero hasta las discotecas de trainspotting son una mierda…

  5. Almodovar es especialmente malo cuando hace escenas de fiestas, grupos o actuaciones. Aparte de que puede haber algo de todo lo que ha dicho Chico (gran e hilarante post, por cierto) también hay algo en el doblaje o con el diseño de sonido, no lo sé exactamente, pero le salen escenas muy falsas.

  6. Me acuerdo que siempre me chocó el baile de la gente en la escena de discoteca de Abre los Ojos. Parecían un grupo de borrachos en un vagón de metro.

  7. Al final todo se debe al tema del dinero. No hay pasta e imagino que cuando se trata de figuración, menos aún. Aunque no fuese una peli, recuerdo que en mi etapa de becario de realización en Sogecable (por si alguien lo duda, me estoy vendiendo, sí) me propusieron un día hacer de público en el nuevo programa de Javier Coronas. Ese fue mi primer y único contacto hasta la fecha con el mundo de la figuración/público, pero creo que resultó bastante esclarecedor.

    La tele se gastaba poco en llenar el fondo, a fin de cuentas sólo se trataba de llenarlo y hacer bonito. El tema es que si la tele se gastaba poco, la agencia de figuración pagaba aún menos a la gente que iba a pasarse unas 3 horas por ahí. Entre pitos y flautas media jornada. Si por medio día de “curro” (tampoco era muy difícil, la verdad) esa gente se llevaba 15€ y un sanwich es normal que sólo hubiese lo que me encontré, una horda de chavales entre los 18 y los 25 años rebotados del instituto, sin educación alguna y lo mismo le pedian agua al presentador que se dejaban el móvil encendido después de que el regidor pidiese que lo apagaran unas 5 veces. Inevitablemente el móvil suena, varias veces, claro, y toca llamarles la atención en el descanso. Además, pedirles cierto ánimo a la hora de reírse de las bromas podía ser contraproducente porque en eso provoca que el julay de siempre decida despollarse de forma totalmente sobreactuada hasta tapar la voz del presentador.

    Evidentemente como público era un pedo, pero hay que insistir en que COBRABAN 15€ Y UN SANDWICH. Seguro que una gitana saca más vendiendo melones en la esquina del Mercadona.

  8. Y con esto, metafóricamente, has explicado porqué no funciona mayoritariamente cara al público tanto cine español.
    El siguiente post puede tener que ver con las escenas de acción: estoy escribiendo algo que ya está comprado por una productora, y tengo que escribir una escena con dos tíos corriendo para salvar la vida, y otra con dos tíos pegándose, y estoy que me cago de miedo…

  9. Supongo que te cagas de miedo poder el resultado filmado de esas dos escenas (¿secuencias?), cansadoyconfuso, ¿no?. La verdad es que tampoco ha habido demasiada suerte con esas escenas en el cine español en cuanto a credibilidad. Correr siempre nos ha parecido de cobardes y aquí nunca nos llegamos a pegar, solo amagamos sacando pecho.

  10. pero ¿no es este un blog de guionistas? quiero decir que un Director DEBE sacarle provecho a los recursos que tiene, y no a los que le gustaría tener. ¿cuál es el objetivo de la secuencia? -¿que los personajes se enrollen? pues los ves saliendo de la discoteca (sin necesidad de entrar nunca en ella -¿qué consigan o consuman droga? no necesitamos entrar en el garito. ¿POR QUÉ una discoteca? ¿es imprescindible contarlo en este espacio? ¿o es por recrear una experiencia personal?

    cuando uno escribe, se debe tener en cuenta (más o menos) los recursos de producción- pero no tanto para que nos limite.

    hay una película inglesa que resuelve la falta de recursos a beneficio de la narrativa: Orlando, de Sally Potter: se ahorran el plano del tren y los efectos especiales de lluvia, por ejemplo, o ese clásico cubano de los ochenta, “plaff, o demasiado miedo a la vida”? http://www.imdb.com/title/tt0094993/ el director aparece HABLANDO A CÁMARA para contarnos que no hubo pasta para salir a rodar a la costa, explicando el objetivo de la secuencia no rodada (por no hablar de la supuesta confusión de los rollos de la película, el primero y el último.

    lo que tiene que haber es coordinación entre todos los equipos, desde el (el perpetuamente olvidado) departamento de guión, pasando por dirección, producción, dirección de arte, coordinación y diseño de vestuario, actores, etcétera. si no, chico, pues por lo menos hay que preocuparse de cobrar y que cada quien haga lo que le salga del ombligo.

    no por nada empezó a dirigir Billy Wilder…

  11. La verdad es que a veces les quedan algo “preparadas” las escenas, pero han conseguido aportar DIGNIDAD (por fin) en ese campo a las series españolas. ¿Alguien sabe quién es el doble del Aguilucho?

    Por cierto, muy grande el post… ;)

  12. Tienes mucha razón, a mí siempre me ha dado esa impresión de discotecas sin personalidad, donde confluyen gente de todo tipo y se baila un tema musical que es a la música lo que el Esperanto es a los idiomas, impersonal, soso, que nadie conoce y que no sirve para nada.

    Sobre lo que dice Javi-LHP de la figuración en tv, no sé, no tiene porqué ser así. Yo asistí de público a ‘El hormiguero’, sí, ese programa que está de moda criticar. No cobré ni un duro, ni ninguno del público, y me lo pasé genial, estaba todo el mundo muy motivado y dispuesto a divertirse. La simpatía del regidor hizo mucho y me lo pasé mucho mejor que viéndolo en casa. Y repito, gratis.

  13. A mí me mola la entrada en la discoteca de Jennifer López con esos fichajes descarados de cuando vas entrando en la pista echando un ojo a los tíos para saber si el panorama va a estar para echar miraditas o si es mejor que te dediques a hacer el mongolo con tus amigas sin presión por parecer una tía interesante que pone cara de asco cuando suena algo inapropiado.

    Adjunto documento:

  14. Y si la escena de discoteca la grabas directamente en una discoteca de verdad? Rollo documental. Hay más maneras de grabar una peli

  15. ¿Y la iluminación? ¿Es que nadie va a decir nada de esas discotecas con más luz que una plaza a las 14:00? O que todo el mobiliario esté como nuevo y no se vea ni un solo desconchado por ahí…

  16. Ya, te entiendo… Era por animar. Ya que estás, si la persecución es en coche, por favor, no los metas en un coche de esos que van para el desguace y que se aprovechan para tirarlos por un barranco. Usa un cochazo de esos de lujo para que j…. los productores.

  17. Pingback: Di no a la secuencias de discoteca del cine español

  18. Impresionante Chico Santamano, me quito el sombrero ante tal entrada. No se puede describir mejor ;)

    Un saludo

    PD: Si juro sobre el libro de instrucciones en ruso (volumen añadido) de la nueva televisión, vale ¿verdad?

  19. Véase “historias del Kronen”. Horror.
    Por el contrario, del mismo director: “Tasio”, secuencia de “discoteca” (baile en frontón en zona rural de Navarra en los años 40). Cojonuda.

Los comentarios están cerrados.

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