WILLIAM FRIEDKIN: “ADORO TU GUIÓN. NO CAMBIARÉ UNA COMA”

ACTO I

En 1993, el guionista Joe Eszterhas (Instinto básico, La caja de música) se reunió con la nueva presidenta de producción de Paramount, Sherry Lansing, quien acaba de dar luz verdea un guión de Eszterhas, Jade.

Había llegado el momento de elegir director y Sherry Lansing propone a William Friedkin, director de éxitos como The French Connection o El exorcista… y casualmente también marido de la propia Lansing.

A Eszterhas, por aquel entonces uno de los guionistas mejor pagados de Hollywood, no le entusiasmó la idea, tal como cuenta en su autobiografía Hollywood Animal.

Portada del libro Hollywood Animal autobiografía del guionista Joe Eszterhas

“Billy no ha tenido un éxito en más de veinte años, Sherry. Hay gente en esta ciudad que piensa que la única razón por la que sigue trabajando es que está casado contigo.”

Sherry dijo, “¡Eso no es cierto!”.

“En cualquier caso”, dije, “hay gente que piensa eso”.

Ella dijo “él adora tu guión. Dice que es el guión perfecto. Que no cambiaría una coma”.

“¿No?”.

“Ni una coma”, dijo Sherry. “Te lo prometo”.

Yo dije “¿Me lo prometes ?”.

Sherry dijo “Yo te lo prometo”.

Quedé a comer con Billy Friedkin y repitió varias veces que no cambiaría una coma.

“Música para mis oídos, Billy”, dije yo.

“Lo digo en serio”, dijo Billy, “es el guión perfecto”.

Me gustaba el estilo de Billy […] Me encantaba su actitud hacia el guión… Y volví a reunirme con Sherry, que me dijo que había un problema.

La iban a criticar, dijo Sherry, por dejar que Billy dirigiera Jade… y quería que yo dijese que contratar a Billy como director había sido idea mía, no de ella11. Eszterhas J. Hollywood Animal. (Hutchinson, 2004). .


ACTO II

Eszterhas aceptó decir públicamente que había sido él quien había elegido a Friedkin y la película entró en producción.

Más adelante, Cuando la película ya está rodada, a Eszterhas le llegaron rumores, vía Robert Evans y Craig Baumgarten, los productores de Jade, de que Billy Friedkin ha hecho cambios que no van a gustarle. Así lo recuerda Eszterhas en sus memorias:

Interpreté que los cambios deberían ser lo bastante serios como para que los propios productores los considerasen intolerables, aunque jamás lo dirían así (dado que Billy estaba casado con la presidenta del estudio).

Quedé con Billy a comer en Malibú, le miré a la cara y le pregunté “¿Cuándo voy a poder ver el premontaje?”.

Billy dijo, “En un mes, más o menos”.

Dije, “Mira. Si has hecho cambios a mis espaldas, dímelo ahora, así me voy haciendo a la idea. Si me entero en el pase me va a sentar como una patada en el estómago”.

Billy dijo, “Joe, Joe, te doy mi palabra, he rodado tu guión. No soy idiota. Ya sé lo que sientes hacia tus palabras. Vamos a hacer un montón de películas juntos. Si hubiera cambiado algo te lo habría dicho”.

Ya me estaba calmando un poco cuando la siguiente frase de Billy me hizo saltar todas las alarmas:

“Mira lo que te digo, Joe”, dijo Billy, “esta película que has creado va a ser algo grande”.

Jamás escuché a un director decir esa frase a un guionista: Esta película que has creado. Y estoy convencido de que cualquier director que la use está intentando encubrir algo realmente chungo.


ACTO III

Unas semanas después, Eszterhas acudió a los estudios de Paramount para ver en pantalla grande el premontaje de Jade, en un pase privado al que le acompañaron su mujer y su hijo Steve. Y esto es lo que cuenta de aquel día:

Yo miraba sin dar crédito. Presencié giros de trama y escenas enteras y pistas falsas que no estaban en mi guión. Escuché diálogos que no sólo no eran míos, es que además eran horribles.

Friedkin, el muy cobarde, me había mentido otra vez: “He rodado tu guión. No soy idiota. Ya sé lo que sientes hacia tus palabras. Vamos a hacer un montón de películas juntos“.

Esta película que has creado.

La película que estaba viendo era espantosa, no tenía tensión dramática, todo era forzado e inverosímil, pero sobre todo, no era mi película.

Empecé a sentir náuseas […] Les dije que parasen la proyección. Tenía que ir al baño. Me incliné sobre el retrete, vomité, y me puse a temblar […] “Por dios, papá”, me dijo Steve, mirándome. “A la mierda esto. No merece la pena. Tienes que largarte de esta ciudad”.

[…]

Llamé a Sherry desde la limusina, me puse a gritarle, le dije que me había utilizado y su marido me había utilizado para conseguir trabajo… y después me habían mentido sobre lo de no cambiar mi guión.

Le dije que quería quitar mi nombre de los créditos y que iba a decir a los medios cómo ella me había pedido que dijese que contratar a Billy como director había sido idea mía para que no pareciese que había sido cuestión de nepotismo.

“Cariño, por favor, no puedes hacer eso”, me dijo, y le colgué el teléfono.

Arnold (Rifkin, su agente) llamó a Sherry para decirle que yo estaba fuera de control y que quería quitar mi nombre de la película.

Llamé a Evans y le grité. Le dije que era una puta que había permitido que el marido de la presidenta del estudio le follase la película por miedo a estropear su vinculación con el estudio.

Llamé a Billy y empecé a gritarle. Le dije que era un mentiroso y un cobarde y él me dijo “¡No he cambiado nada, Joe! ¡Te lo juro! ¿Qué he cambiado? Escríbeme un informe. ¡Lo dejaré como estaba!


EPÍLOGO

Eszterhas escribió un informe de tres páginas explicando a Friedkin los cambios que consideraba necesarios para salvar la película.

Nunca recibió contestación.

Jade fue un fracaso.


Todos los extractos pertenecen a Eszterhas, J. Hollywood Animal. (Hutchinson, 2004).

Traducción de Sergio Barrejón. 

3 comentarios en «WILLIAM FRIEDKIN: “ADORO TU GUIÓN. NO CAMBIARÉ UNA COMA”»

  1. Pareciera que esa relación conflictiva guionista-director no tuviera fin. Pienso que para ser objetivos, hay que analizar este problema de forma casuística; conocer de primera mano no solo cómo se estableció esa relación inicialmente, sino a lo largo de la ejecución del proyecto. Si me atengo al relato, pienso que ambos obraron mal desde un principio: de la misma manera que un director no debiera prometer jamás que no va a cambiar una palabra del guión, tampoco un guionista debiera sentar como premisa que no se le cambie nada. Eso es desconocer la verdadera dinámica de una filmación. Por solo poner un ejemplo de los miles que se suceden en una filmación, está el caso de los actores que muchas veces solicitan cambios en los parlamentos por diversos motivos. Hay mucha tela por donde cortar en estas relaciones. Pero lo que me llama la atención del relato es que no se menciona un factor que, en el caso de los grandes estudios, incide muchísimo más que las acciones y determinaciones de directores y guionistas en el resultado final de un filme: los productores. Realmente hasta la fecha casi se pueden contar con los dedos de una mano los directores que trabajan para los grandes estudios que pueden prescindir del control y la influencia de los productores en el resultado final.

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