ARACELI ÁLVAREZ DE SOTOMAYOR: 6 CONSEJOS DE GUIÓN

Araceli Álvarez de Sotomayor es guionista La Que Se Avecina y El Pueblo y creadora de Machos Alfa. La semana pasada Isabel de Ocampo publicó una extensa entrevista con ella. Podéis verla completa aquí:

 

Y por si no tenéis tiempo, aquí os dejo un resumen de las seis cosas que he aprendido sobre guión escuchando a Araceli:

1. NOSCE TE IPSUM

Conócete a ti mismo. Elabórate una rutina de escritura en la que se vean favorecidos tus mecanismos creativos. Trata de ser más consciente durante una semana de en qué momentos aumenta tu productividad y busca los puntos comunes de esos momentos.

Quizás necesitas llegar de un paseo largo e inmediatamente abrir el ordenador. O te viene mejor ponerte a escribir de noche, cuando nadie te escribe a ti… Prueba diferentes lugares, momentos y plazos. Eso sí, a ser posible no incluyas drogas en tu rutina. Eso lo hicieron mucho los escritores de la Generación Perdida y míralos: ni uno vivo.

Comprende también tus ritmos de escritura. Cuánto tiempo necesitas madurar la idea, si te cuesta más escaletar o dialogar o si te viene mejor hacer un tratamiento extenso o prefieres saltarte ese paso.

Conócete, explórate y prueba a descolocarte, y posteriormente analiza y saca conclusiones. Desarrolla un método de escritura que se adapte a tu forma de ser, tus horarios, tu personalidad y hasta a si te entra más luz en tu escritorio por la mañana o por la tarde.

2. MUÉVETE

¿Sabes el estereotipo del guionista que escribe en la penumbra de una habitación minúscula, encorvado sobre un manuscrito que se convertirá en la película del año? Pues no seas así. Lo primero, la espalda recta. Ahora, puntualizado esto, sal. Si estás en una de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, no desaproveches la oportunidad. Ve a lugares y eventos en los que se mueva gente del sector, conoce a gente (sean o no guionistas).

Incluso si no tienes la oportunidad de vivir en una ciudad así, hay gran cantidad de convocatorias, charlas y talleres en los que puedes encontrar gente con intereses comunes. Gracias a ese tipo de conexiones luego te puedes enterar de nuevos eventos, proyectos, incluso formas de afrontar problemas.

Prueba a conectar por las redes sociales. Únete y construye desde la unión, en lugar de la soledad. Muchos trabajos han surgido de unas cervezas y muchos proyectos nacieron de talleres. Conoce el mundillo y sus recovecos y no solo podrás encontrar oportunidades, sino que te introducirás en un ambiente que te alimentará y dará respuesta a preguntas y solicitudes que te surjan. No sabes lo bien que viene un amigo productor para una lectura crítica de tu guión.

3. ESCRIBE Y LEE

Escribe. Siempre. Mucho. Todo el rato. ¿A qué esperas? Escribe.

Lee. Siempre. Mucho. Todo el rato. ¿A qué esperas? Lee. En Bloguionistas  tenemos una selección de libros de guión que te pueden ser útiles, entre los que está alguna de las recomendaciones de Araceli. ¡Aprovecha!

4. LA COMEDIA ES UNA NOCHE DE FIESTA

Si escribes comedia, tómatelo como una noche de fiesta: lo primero, no hay que especular. Las tramas, como la noche, tienen que empezar y acabar.

El matiz, la virtud que sólo encuentran los más duchos en este arte (en general gracias a practicar y practicar sin descanso, sea lunes o sábado), es no alargarlo innecesariamente. Te lo agradecerán tus espectadores. Y tu cabeza un domingo por la mañana.

Y, por último, lo esencial para una noche de fiesta como es debido: ritmo, ritmo y ritmo. Al principio de cada guión de comedia hay una acotación que señala: allegro molto.

5. ESCRIBE CON NATURALIDAD

En comedia, quizá por la importancia del diálogo para la colocación y remate de chistes no visuales, hay mucha tendencia a dejarse llevar y hacer que los personajes hablen de forma forzada e irreal.

El diálogo es una de las partes esenciales en la creación de un personaje, es su forma de interaccionar con los demás. Si caes en frases cliché o poco realistas, creas distancia entre el diálogo y el personaje que lo ejecuta. Esto produce una disonancia que, al final, hace que el chiste no entre bien. Por ejemplo, nadie pregunta ya “¿estudias o trabajas?”. En tiempos como estos esa pregunta es hasta de mal gusto. Por muy buena que sea la contestación o el remate que se te ha ocurrido.

6. NO DESFALLEZCAS

Tranquilidad. Calma. El momento llegará. No eres el único que trabaja de sol a sol en algo totalmente diferente al sector audiovisual. No eres la única que llega exhausta por las noches y se esfuerza por, al menos, dialogar una escena más. No desfallezcas.

Es difícil, sí, pero merece la pena si hace que algo arda por allí dentro, en algún momento entre que coges el metro a las 7:35 de la mañana y te bajas media hora después. Si en ese trayecto entre gente gris a medio encender has sacado el móvil y has apuntado un detalle para un personaje, una nueva resolución para una trama o una localización interesante… sigue. No pares de escribir.

Y, mientras tanto, nútrete. Deja que todo lo que vives en ese trabajo o en esos días echando currículums rebosando incertidumbre te construyan, afecten a tu forma de escribir, tus historias, tu voz. Esas experiencias sirven de documentación. Y si no, pregúntale a Paul Schrader.


Guzmán Calleja.

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