THE EMBRYO: ASÍ SE ESCRIBEN LOS GUIONES DE RICK AND MORTY

A sus 47 años, Dan Harmon ha creado ya varias series de éxito, entre ellas The Sarah Silverman Program, Community o Rick & Morty.

Pero mucho antes de eso, Harmon había puesto en pie la legendaria web Channel101.com y después Acceptable.tv, dos iniciativas para facilitar que cualquier autor pudiese mostrar en televisión un capítulo piloto de serie televisiva. Todo esto lo arrancó en 2002: antes de existir YouTube.

Además de un pionero en democratizar la difusión de ficción televisiva, Harmon es un guionista tremendamente prolífico. Y el secreto de su productividad reside, al menos en parte, en la soltura con la que Harmon maneja la estructura narrativa.

Harmon ha destilado la esencia del viaje del héroe en un círculo de ocho pasos que él denomina The Embryo.

Esta fórmula le sirve de esquema narrativo para desarrollar los argumentos de sus guiones de una forma más ágil. Tiene este aspecto:

Imagen: reedsy.com

Como todas las fórmulas, es más que discutible. Habrá quien la vea como un corsé inaceptable y habrá quien piense que es la panacea. A mí no me parece una cosa ni la otra, pero como todas las fórmulas, me produce interés, porque en todas veo alguna utilidad.

Personalmente, jamás escribo siguiendo una fórmula… pero jamás reescribo sin tener en cuenta alguna.

Prefiero crear en completa libertad, sin plantearme si mi primer acto dura demasiado o si el punto de giro cae en la página no sé cuántos. Ahora bien, a la hora de replantearme qué es lo que falla en mis guiones, me resulta muy útil comparar la estructura de mi historia con alguna fórmula clásica. Me sirven de plantilla para detectar fallos de construcción.

A la hora de reescribir, no le hago ascos ni a Syd Field ni a Blake Snyder ni al viaje del héroe ni al eneagrama.

Y no es que me sirvan todas. Pero siempre hay al menos una que me sirve de algo. Aunque sea para cortar un fleco o añadir un detallito. No sé otros guionistas, pero yo nunca he creado un guión redondo a la primera. Y siempre, siempre que he pedido opiniones externas, he recibido aportaciones valiosas.

Eso son para mí las fórmulas: herramientas de análisis externas que me pueden aportar algo a la hora de reescribir.

De hecho, una de las herramientas que más uso es una especie de “fórmula cambiante”: consiste simplemente en buscar películas o series que estén de algún modo emparentados con mi guión, y desmenuzar su estructura para analizar sus estrategias narrativas, a ver si alguna de ellas me sirve para mejorar mi historia.

Y no tienen que ser necesariamente referencias que me gusten ni que considere modélicas. Para un guión de aventuras a lo mejor me sirve más Harry Potter que Gunga Din o Indiana Jones.

Tampoco es que vaya a deformar ni mutilar mi guión para que se parezca a otro, o para que encaje en un molde preconcebido. Pero no pierdo nada por contemplar mi estructura desde otro punto de vista. Usaré sin pudor cualquier herramienta que me ayude a hacer que mi guión sea más ágil, más emocionante, más divertido.

Y hay una manera muy sencilla de dilucidar si una fórmula narrativa tiene sentido o es puro humo:

Si su autor propone ejemplos concretos en las que se aplica, merece la pena escuchar lo que tiene que decir. Si no, ni puñetero caso. Harmon ofrece dos ejemplos muy claros. En vídeo. Aquí, Harmon explica cómo aplica su Embryo a un capítulo concreto de Rick & Morty. Y en un segundo vídeo, algo más largo, se muestra más en detalle el funcionamiento de la writer’s room de Rick & Morty.

Y para rematar, ¿qué tal leer el guión original de un capítulo de la serie en PDF? Podéis encontrarlo en nuestra sección Descargar guiones.

Sergio Barrejón.