por Sergio Barrejón.
En el contrato de mi primera película como guionista había una cláusula que aplazaba el pago de la mitad de mi sueldo al inicio de rodaje. La película tardó cinco años en rodarse.
En las reuniones de trabajo de otra película, al director lo alojaban en un hotel de 4 estrellas. A mí, en un hostal de prostitutas.
Durante mi primer año como guionista de televisión me pasaba catorce horas diarias al ordenador. Me gasté la mitad del sueldo en fisioterapia, engordé nueve kilos y no podía dormir sin un Orfidal.
Mis relaciones con los productores también eran difíciles. Firmaba cualquier cosa que me pusieran delante, no sé si por miedo o timidez. No sabía negociar. O bien comulgaba con ruedas de molino o bien rechazaba trabajos de forma altanera y quijotesca.
Me alimentaba mal, dormía a deshoras, tenía la vitamina D por los suelos y mi capacidad de concentración era un desastre. Es un milagro que hoy siga siendo guionista. Me sorprende incluso el seguir vivo.
En algún momento empecé a darme cuenta de que el mito del guionista que trabaja en pijama y descansa cuando quiere estaba poco conectado con la realidad. Sabía que mi carácter tampoco me permitiría ser uno de esos escritores que se sientan a la mesa de nueve a cinco y no se levantan ni a mear. Pero alguna forma tenía que haber de conciliar un trabajo que me encantaba con un estilo de vida que no me convirtiese en un viejo de treinta años.
Empecé a investigar sobre hábitos de trabajo. A leer sobre la postura correcta al ordenador. Me informé sobre alimentación. Empecé a hacer ejercicio. Aprendí a negociar.
Hoy estoy más en forma que hace quince años, duermo sin pastillas, aún me queda bastante pelo, y mi volumen de producción es mucho mayor que cuando era joven. Y entonces no era padre de familia ni profesor de guión. Mi presión arterial es correcta y cuando viajo por trabajo me alojan en sitios sin prostitutas (al menos que yo sepa).
A mí me costó años enderezar un mal arranque. A otra gente le cuesta la carrera. Para evitarle el mal trago a futuros guionistas, y aprovechando que algunas escuelas y universidades me llamaban para dar clases de guión, en 2011 monté una conferencia sobre este asunto. No se trata sólo de advertir de los riesgos laborales del guión. También de dar consejos de organización de tiempo. Trucos para vencer el bloqueo creativo (empezando por comprender qué es y qué lo motiva). Proponer técnicas de negociación. Incluso he diseñado un diagrama para decidir qué trabajos aceptar y cuáles no.
Intento dar esta charla un par de veces al año. La última vez fue en febrero, en Madrid. La próxima es el 3 de noviembre en Alicante. La organiza la asociación Mediterrània Audiovisual. Se titula El oficio de guionista y la inscripción está abierta hasta este domingo.
Tengo un guion único, taquillero y futuro HIT. No sé venderlo . Es sobre el robo del siglo.Ocurrio en Chile . 10 millones de dólares robados sobre un avión en vuelo . Solo un personaje . Jamás lo encuentran . Es realmente entretenido, dramático , divertido etc etc.
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