La revista Caimán Cuadernos de Cine publicó en Mayo una encuesta a 350 expertos en cine español –críticos, historiadores, archivistas, directores de festivales, etc.– con el afán de establecer una lista de las 100 mejores películas de la historia del cine español.
La encuesta es la más extensa en número de participantes jamás llevada a cabo en España y en su buen quehacer, el equipo de Caimán también ha incluido las respuestas de cada uno de los participantes, algunas de las cuales arrojan luz sobre filmes para muchos olvidados o desconocidos, y nos ponen deberes a la vez que nos abren caminos nuevos.
Ante una empresa de semejante envergadura, uno siente sobre todo agradecimiento al equipo de Caimán –revista que pronto celebrará su décimo aniversario- por haber emprendido un trabajo tan complicado como valioso, y haber alumbrado un nuevo canon del cine español.
Al nivel más básico, el canon de Caimán es muy útil como chuleta para los que tienen curiosidades cinéfilas, bastante más eficaz que cursos caros o lecturas extensas que requieren una mayor inversión de tiempo y dinero: ofrece un mapa del territorio de la cinematografía española, sirve para ubicarse, y es un mirador desde el cual observar las siempre cambiantes tendencias de la filmografía nacional, sus lagunas, lo que se ha hecho y lo que no, lo que ha quedado y lo que se ha desvanecido. Tampoco hay que estar de acuerdo con los caminos trazados por los expertos consultados para sacarle provecho, de ahí interesante en incluir las respuestas de cada uno de los participantes, que llegan a citar hasta 455 películas españolas entre todos.
El crítico norteamericano Jonathan Rosenbaum nos cuenta en la introducción de su Essential Cinema: On the Necessity of Film Canons, cómo una encuesta de las 100 mejores películas de la revista Sight and Sound le sirvió de soporte a su cinefilia incipiente, y cómo aquello dio un gran impulso a su carrera de crítico. Rosenbaum pasaría los siguientes meses y años, “como un coleccionista de mariposas” en sus propias palabras, a la caza de aquellas 100 cintas.
Un canon sirve también como campo de referencias y significados. Un campo magnético, por así decirlo, que establece una fuerza de gravedad a todo lo que pretende orbitar en este espacio. Y un campo de batalla también, pues no tenemos que estar de acuerdo con todos los resultados de la encuesta, como es obvio.
Huelga decir que si un canon nacional es importante, uno internacional lo es tanto o más, pero si un guionista español se plantea escribir un guión sobre unos viejos amigos que se van al campo a pegar tiros a conejos, más le vale haber visto y estudiado La Caza de Carlos Saura, aunque sólo sea por no repetir lo ya hecho.
Las primeras diez películas de la lista ofrecen dos de Victor Erice, El Espíritu de la Colmena (puesto 2) y El Sur (puesto 7); dos de Luis García Berlanga, El Verdugo (3) y Plácido (4), y dos de Fernando Fernán Gómez, El Extraño Viaje (8) y El Mundo Sigue (9). Completan los primeros diez títulos dos rarezas irrepetibles y misteriosas como son Arrebato de Iván Zulueta (5) y El Desencanto de Jaime Chávarri (10), además de La Caza de Carlos Saura (6). El puesto número uno de la lista lo ocupa Viridiana de Luis Buñuel, con guión del propio Buñuel y Julio Alejandro.
Resulta difícil discrepar con la lista de las primeras veinte o veinticinco títulos, aunque seguramente se podría discutir el orden y enzarzarse en debates más bien estériles sobre qué película dentro de la filmografía de Erice es mejor, si El Sur o El Espíritu de la Colmena, o si es con Plácido o el Verdugo que Berlanga llega a su cumbre.
A efectos de guiones y guionistas, no se pregunta en la encuesta cuál es el mejor libreto de la historia del cine español, pero lo que sobresale de los cien títulos mejor votados es la presencia de Rafael Azcona, como era de esperar por otra parte. En total, Azcona tiene crédito de guionista en no menos de ocho títulos de las cien mejores películas si no me equivoco, una cifra increíble si se para a pensar en lo difícil que es escribir un buen guión de cine. Además, dos de aquellas figuran en las primeras diez títulos de la lista, y otro suyo firmado con Fernando Trueba, Belle Epoque, fue ganador del Oscar de Mejor Película Extranjera.
Concuerdo con los resultados de la encuesta y los participantes que primaron El Verdugo por un fotograma encima de Plácido, pues tengo para mí que aquel título, con guión sublime de Azcona y Berlanga, consigue una autentica hazaña al convertir a un verdugo en víctima, literalmente. Un acto de subversión narrativa de categoría, y a mi parecer, uno de los grandes golpes de genio jamás acometido por un guionista en la historia del cine.
Se suele decir que El Verdugo es un alegato contra la pena de muerte, pero aquello, a mi juicio, es sólo un efecto residual de la película, y planteado así, una lectura más bien pobre del filme. Puestos a denunciar, uno se centraría en el reo. como es el caso de Pena de Muerte de Tim Robbins, por ejemplo. Pero el condenado apenas aparece en la película de Berlanga, que pasó sin pena ni gloria en el momento de su estreno, dicho sea de paso. Justamente el genio de Azcona es que no va a lo obvio.
Y es que Rafael Azcona no es sólo un gran guionista español, sino uno de los más grandes de toda la historia del cine mundial. “Hay que leer más a Borges” dijo Roberto Bolaño sobre el gran argentino, en cuya obra estaba Bolaño más que versado, y de la misma manera creo yo que todos, o casi todos, los que hemos tenido la aspiración de escribir un buen guión pecamos de no analizar más la obra de Don Rafael, por mucho que la hayamos visto ya, pues nunca va a ser demasiado.
Douglas Stuart Wilson es traductor, cineasta y escritor.
Interesantísimo trabajo que además nos da deberes porque son muchas las películas por descubrir…para contribuir mínimamente a esos debates tan inútiles como apasionantes diré que el Crack tiene un ranking demasiado bajo.
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