Entrevista de Àlvar López y Carlos Muñoz Gadea
Alba González de Molina es la guionista y creadora de Julie, una película de bajo presupuesto financiada a través de Verkami (donde consiguió recabar 30.000 euros) que tiene muy en cuenta su nivel de producción desde la primera página de su guión. Tras pasar por el Festival de Málaga, donde se hizo con los premios a Mejor actriz y Mejor ópera prima, se estrena hoy en varios cines a nivel nacional.
¿Hasta qué punto te limitó el nivel de producción en el proceso de escritura?
Desde el comienzo empecé a escribir el guión con mente de productora, e iba autocensurándome, eliminando todo aquello que pudiese inflar demasiado el presupuesto. Cuando hice los últimos retoques de guión también los miraba con ojos de productora.
Que os seleccionaran en Málaga y todo lo que ha venido detrás demuestra que para contar una buena historia no hace falta contar con un gran presupuesto. ¿Habrías contado una película diferente con más presupuesto? ¿En qué habría cambiado el guión?
Habría podido hacer ciertas secuencias de otra manera, aunque siempre pude amoldarlas. No creo que haga falta tener un gran presupuesto para contar historias. Pero claro, siempre depende de qué historia quieras contar y de qué manera. La creatividad es infinita.
No conocemos el background del personaje al iniciar la historia, sino que poco a poco entendemos quién es Julie. ¿Cómo es el proceso? ¿La construyes de manera cronológica y luego la desmontas?
Es un personaje que huye de su casa y es más bien opaca, de escasas palabras. Al llegar a un pueblo totalmente ajeno a ella, el espectador no tiene ningún punto de referencia ni información añadida, sólo lo que vamos intuyendo según su comportamiento, sus silencios y sus respuestas. Poco a poco ella irá abriéndose de forma cronológica. No hago uso de flashbacks, pero sí que hago referencia a cosas suyas del pasado.
¿Cuánto has escrito que no sale en la película (contexto, personajes)? ¿Cómo decides qué eliminar y qué no?
En la primera versión de guión escribí unas 130 páginas, la última se resumió en 94. Tuve que meter mucha mano y recortar. Creo que lo más importante es intentar ver la historia con perspectiva, luego adentrarte en cada secuencia y ver si se sostiene por sí sola. Si no cuenta nada nuevo y te preguntas qué pasaría si la eliminas y la respuesta es que no pasa nada, entonces es que sobra.
¿Cuántas versiones has escrito y qué sueles reescribir en cada versión?
No recuerdo ni el número de versiones. Han sido muchísimas. Suelo reescribir situaciones. El final lo cambié varias veces hasta encontrar el adecuado. También suelo cambiar de orden las secuencias.
Es interesante ver que la historia se detona a través de un personaje, el argentino, que tiene precisamente la función de detonar. ¿Cómo encuentras este personaje en el proceso de escritura?
Necesitaba un puente de comunicación entre la huida de Julie y el pueblo, alguien entrañable y cercano que entendiese la situación que estaba pasando Julie sin hacerle muchas preguntas. Él habla más que ella y respeta sus silencios. Y además es un personaje que se encuentra en una especie de limbo. Él también huyó, pero en su caso del pueblo a donde luego va Julie, y se quedó cerca, tendiendo ese puente de comunicación con el exterior.
Solemos preguntar qué ha sido más importante en la creación de una historia, si el tema (es decir, sobre qué queréis hablar) o la trama (cómo y a través de quién lo contáis). Diríamos que en este caso el proceso ha sido primero tener los temas que querías tocar. ¿Ha sido así?
En mi caso aparecieron tres palabras en mi cabeza antes de empezar a desarrollar la idea: mujer, maternidad y educación. Poco a poco fui desarrollando esas ideas, y me pareció interesante partir de una huida como incidente incitador.
Parece que uno de los temas que se tocan es que las cosas no son tan fáciles como parecen, que hay que luchar por lo que se quiere y que no todo se puede quedar atrás, que hay que afrontar el pasado y sus consecuencias. ¿Cómo es el proceso de escritura para conseguir que el tema esté presente a lo largo de toda la película?
El peso del pasado ha de notarse en cada secuencia sin ser redundante. Ella oculta cosas y habla poco. Realmente, teniendo claro al personaje, las situaciones que planteaba en las secuencias llevaban ya de por sí ese peso, como si el personaje tuviera vida propia. Es lo que pasa cuando ya tienes un personaje muy interiorizado, cuando sabes cómo reaccionaría ante cualquier situación. Me encanta ese momento en el que me pongo a escribir y yo misma me sorprendo de lo que va ocurriendo y me intriga aún más qué pasará después.
Se suele decir que se escribe de lo que se sabe, de lo que uno conoce. ¿Qué hay de ti en la búsqueda personal de Julie?
Supongo que habrá algo de mí en Julie pero creo que hay más de mí en lo que la rodea.
Ahora que comentas lo que le rodea, el film plantea una forma de vida distinta, una alternativa a la sociedad. ¿Cómo es el proceso de documentación?
Hace unos años hice un documental llamado Stop! Rodando el Cambio. Estuvimos rodando formas alternativas de vivir durante un mes. Visitamos ecoaldeas, comunas, pueblos en transición, ciudades, etc. Ya estaba bien documentada, pero quise acercarme más aún, y visité la ecoaldea donde rodé Julie unas siete veces antes de ir a rodar.
En la aldea hay muchos personajes. ¿Los escribiste pensando en que cada uno cumpliera una función narrativa que planteara distintas visiones de la vida?
Por un lado sí y por otro no. Más bien quise que mostraran con la mayor realidad posible las diferentes opiniones en espacios donde todo el mundo piensa de forma más homogénea porque han decidido tener un estilo de vida similar.
Al final da la sensación que planteas más preguntas que respuestas. ¿Esta manera de sugerir, de suscitar en el espectador sus propias respuestas, está buscada desde el guión?
Exactamente. Dejo muchas preguntas al aire. No quería conducir al espectador hacia una verdad absoluta, sino que intenté plasmar diferentes conflictos y situaciones y sus posibles resoluciones. ¿Son innatos en el ser humano ciertos conflictos?
Estamos delante de una historia protagonizada por una mujer que decide por sí misma, que es por ella misma y no por ser “la mujer de”. ¿Crees que hay suficientes historias así en la industria española?
Nunca son suficientes.
Levantar una película con 30.000 euros de presupuesto y conseguir que se estrene en cines a nivel nacional es para quitarse el sombrero…es como si la liga la gana el Betis!
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