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SUSTO O MUERTE

argo

por Ángela Armero

Esta semana tuve la ocasión de estar en una mesa sobre la visibilidad de los guionistas en la Universidad Carlos III, donde se imparte un máster sobre escritura de guiones. Así pues, estábamos unos cuantos guionistas frente a un montón de jóvenes estudiantes interesados en contar historias. Allí había muchos Goyas por metro cuadrado. Me acompañaban Gorka Magallón (Las aventuras de Tadeo Jones), Alejandro Hernández (Caníbal), Carlos Molinero (Salvajes), Azucena Rodríguez (El detective y la muerte) y Adolfo Valor (Promoción Fantasma). Yo también tengo un cabezón en casa, pero no lo conseguí escribiendo, sino que vino de París. Fui en representación del sindicato ALMA que además colabora en dicho máster.

Aparte de despejar ciertos lugares comunes erróneos, como por ejemplo que cada uno escribimos un personaje (esta leyenda tiene más adeptos que la historia aquella de la mermelada, el perro y Ricky Martin) y que, saliendo de la facultad, te van a plagiar inmediatamente, (tema para otro post: contar como las ideas no generan registro, según la ley de Propiedad Intelectual) enseguida surgieron dos discursos más o menos contrapuestos entre nosotros, lo que hablábamos del día a día del guionista. El discurso realista-pesimista, apuntalado en la sinvergonzonería de la mayoría de los productores, la dificultad del trabajo televisivo, las insoportables esperas, los momentos de incertidumbre, la frustración y la precariedad del guionista de cine, versus la idea de que es posible hacer carrera en esto, triunfar, vivir bien y ser feliz.

En realidad, los dos discursos tenían algo en común, y en eso parecíamos estar todos de acuerdo: que este nos parece el mejor oficio del mundo, y que puede llegar a ser divertidísimo cuando, de vez en cuando, nos juntamos unos cuantos a hacer pizarra de una serie, por ejemplo. De regreso a Madrid, le dije a uno de estos guionistas lo que pienso: uno/a puede haber acumulado muchísimos sinsabores, frustraciones, descalabros y fracasos y al mismo tiempo tener la sensación de que no le ha ido mal del todo. Así de loco es este trabajo.

Para muchos guionistas que también nos dedicamos a dar clase, es un dilema moral. ¿Qué es más importante en un aula, inspirar a los que se quieren dedicar a esto, o contarles la verdad? Por supuesto que no hay una sola verdad, ésta difiere para unos y para otros, según su carácter y según su experiencia, según su momento vital y su forma de expresarse. Y supongo que tampoco es cuestión de elegir, sino de decidir en qué se pone el acento: si en la inspiración o en la dificultad que reviste llegar a escribir guiones profesionalmente.

Por otro lado, si una persona está decidida de verdad a ser guionista, saber que es muy complicado llegar a ser escritor no debería aguar su entusiasmo, pues entonces no es tal. Pero supongo a que ninguno de los profesores nos gustaría encontrarnos cara a cara con algún alumno que nos dijera: “me dijiste que encontraría trabajo” o bien “no me dijiste que era imposible”.

No hay nada imposible. La fortuna favorece a los audaces. La industria del guión no es un club cerrado de señores fumando en pipa con batas de seda, es un sector abierto y codiciado, al que lógicamente no pueden acceder todos los que lo desean, pero sí los que tengan ganas (imprescindible), perseverancia (imprescindible), talento (imprescindible) o/y contactos (muy deseable, aunque los contactos sirven para una primera oportunidad,  no para trabajar continuamente, en mi opinión). Esto no es nuevo. Las profesiones creativas tienen gran riesgo de hambre y desolación, el arte, dicen, es morirse de frío, pero también, con las dosis de esfuerzo, tiempo y talento necesarias, puedes llegar a ser un guionista que trabaja. Yo, que lo soy con mis altos y mis bajos, puedo decir que es un sueño cumplido.

Gracias a los organizadores del Máster por organizar esta estupenda mesa. 

 

3 comentarios en «SUSTO O MUERTE»

  1. Sin tener grandes estudios de guionista, creo que una buena hitoria lo hace todo Asi es con el guión que escribí. ” Yo Me Robe Chuquicamata ” Lean el libro y se darán cuenta de como seria una película con el tema . El libo esta a la venta en Les Assassins y el guión esta en mis manos.
    Atte. Juan Carlos Cheyre.

  2. Como encontrar un auspiciador que ponga un millón de dólares para comenzar mi película. Tengo todo menos la guita.No me explico quien paga los bodrios que se han hecho y que mas encima los premian. Definitivamente, el mundo cambio.O hay que hacer películas políticas ?…

Los comentarios están cerrados.

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