EL PEOR CONSEJO DE ESCRITURA QUE ME HAN DADO NUNCA

El autor del artículo original es Ken Levine y lo podéis encontrar íntegro en inglés en este enlace: Worst Writing Advice I Ever Got.

Ahí va la traducción:

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En aquella época en la que David Isaacs y yo intentábamos meter cabeza nos dimos cuenta de que un gran obstáculo era que no sabíamos una mierda. Ninguno de los dos había ido a cursos de escritura y básicamente no encontrábamos más que dificultades. Así que decidimos apuntarnos a un curso por las tardes que daba un profesor que decía haber escrito para BARNEY MILLER*. Esto era en aquel tiempo antes de IMDB en el que confiabas a ciegas en la palabra de la gente. Y en respuesta a tu siguiente pregunta te diré que no, resultó que nunca había escrito para BARNEY. Tiempo después, acabamos vendiendo algunas historias a la serie y cuando mencionamos el nombre del profesor ninguna de las personas que trabajaba allí sabía quién era. Así que le preguntamos. Él se defendió diciendo que había sido escritor fantasma de uno de los escritores de BARNEY. Nadie allí había oído jamás el nombre de este otro escritor tampoco.

Este “profesor” en realidad se ganaba la vida jugando al póker. Finalmente, acabó dejando la ciudad (o tuvo que salir por patas, una de dos). Lo último que supe de él fue que vivía en Hawaii y que formaba parte del registro de delincuentes sexuales por exhibicionismo. Este era nuestro profesor de escritura.

El espantoso consejo que nos daba era el siguiente: decía que teníamos que coger la cantidad que nos estuvieran pagando y dividirla entre el número de páginas del guión. Redondeando, digamos que cada página salía a unos 500$. Según él, después de escribir cada página, debíamos preguntarnos a nosotros mismos: “¿De verdad esta página vale 500$?”

¡¡¡AAAAAAAH!!!

Lo único que consigues con eso es aumentar de forma innecesaria la presión sobre ti mismo. Lo peor que puedes hacer es asegurarte de que cada línea esté perfecta antes de pasar a la siguiente. El resultado final será un guión nada natural y tú tendrás una úlcera.

De hecho, lo que deberías hacer es precisamente todo lo contrario. Deberías darte libertad, dejar que tu imaginación vuele libremente. Sigue un camino pero date permiso para probar cosas. Si no funcionan, las puedes borrar. A veces una dirección puede que no funcione pero siguiéndola surgirán algunos chistes que sí lo hagan. O la dirección equivocada de repente te lleva a esa dirección correcta que nunca habrías encontrado si hubieras estado eligiendo minuciosamente cada palabra de cada línea.

Mira tu guión desde fuera, como un todo. ¿Funciona la historia? ¿Hay momentos y escenas divertidos? A veces necesitas una o dos páginas para preparar un buen chiste o recoger lo sembrado. Entonces, ¿hay páginas que valen 100$ y otras que valen 900$? Menuda locura.

Otro consejo parecido e igual de estúpido es que cada página debe contener una determinada cantidad de chistes. Cuando algún profesor te diga esto, corre. Es posible que su futuro en la industria sea vivir en una cueva en Hawaii con antecedentes policiales.

No pienses en el dinero cuando estés escribiendo. Piensa en pasártelo bien y en ser creativo cuando estés escribiendo. Y el dinero vendrá.

*Nota del traductor: BARNEY MILLER es una popular sitcom norteamericana que estuvo en emisión de 1975 a 1982.


Traducción de Carlos Crespo.

El guionista estadounidense Ken Levine

El guionista Ken Levine.

1 comentario en «EL PEOR CONSEJO DE ESCRITURA QUE ME HAN DADO NUNCA»

  1. Yo queria aportar algo, aunque soy la menos indicada para dar consejos por mis escasos conocimientos.
    Es algo que pienso, es una teoria propia que puede dar sentido a algo.
    Si dejamos de pensar, solo nos dejamos llevar por lo que nuestra alma nos dicta en una emoción que suscribe historias sin sentido, pero que a lo mejor despues de unas cuantas hojas si empienzan a cobrar ritmo y estilo, formando verdaderas maravillas.
    Es como lei en un libro, sobre animacion 2D, hablaba sobre captar el movimiento de la gente. Explicaba un ejemplo, una clase donde se dibuja a un modelo, los alumnos se ponian muy concentrados mirando hacer el dibujo bien maquetizado, estructurado con todas la parte del cuerpo, estando como agarrotados, pues en el libro aconsejaba que no habia que pensar en controlar el trazo, ni el dibujo, si no que habia que dejar el lapiz libre, olvidar que estas dibujando, abondonarte al dibujo solo sintiendo… y de repente el lapiz suscribe solo, y empiezas a crear formas y volumenes dinamicos y estilosos.
    Os propongo algo, es un simple juego. Ponte delante del ordenador o donde escribas, cierra lo ojos, escuchate a ti mismo, tu interior, y ponte a escribir sin abrirlos. Los resultados son muy interesantes.

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