por Sergio Barrejón.
A continuación vamos a analizar la película “Legislatura mortal”, estrenada a finales de 2011 y que todavía sigue en cartel, previsiblemente hasta mediados del próximo otoño.
Protagonista: los productores del cine español.
Objetivo: vivir de hacer películas.
Obstáculos: los recortes presupuestarios, el IVA cultural, la falta de un modelo económico alternativo, la confianza absurda en que el antagonista dejará de joder.
Antagonista: el Gobierno de Rajoy.
Primera escena: A finales de 2011, Mariano Rajoy llega al Gobierno.
Incidente desencadenante: El Gobierno rebaja en 200 millones el presupuesto de TVE.
Desarrollo primer acto: A principios de 2012, el Gobierno nombra directora general del ICAA a Susana de la Sierra, una mujer joven, preparada, dialogante, políglota. Un truco de guión bastante viejo: disfrazar de cordero al lobo feroz. De hecho, una de las primeras medidas que tiene que anunciar la nueva directora del ICAA es un recorte del 36% en el presupuesto del ICAA. Desaparecen las ayudas a creación de guiones, a películas para televisión, y a distribución. Las ayudas a cortos se quedan en la mitad.
Primer giro: A mediados de 2012, el Gobierno anuncia que el 1 de septiembre subirá el IVA cultural del 8% al 21%. Una maniobra algo previsible, teniendo en cuenta el background: sed de venganza del PP contra el sector de las artes escénicas desde las humillaciones –merecidísimas- sufridas en 2003 (Hay Motivo, los Goya del No a la guerra, etc).
Segundo acto: En el verano de 2012, cuatro mil empresas de la industria cultural envían una carta al Gobierno pidiéndole que demore la subida del IVA al menos seis meses, razonando que la medida será muy dañina para el sector.
A principios de 2013, con el IVA ya al 21%, el presupuesto del ICAA vuelve a caer. Pero en verano, el Ministro Wert anuncia que está abierto a revisar el IVA cultural. Muchos productores audiovisuales quieren ver en esa vaga declaración una “voluntad de diálogo”. (Esto está mal. Las historias no se cuentan con diálogos, sino con acciones. Ejemplo de acción significativa: el Ministro de Cultura no asiste a la gala de los Goya).
Punto medio: A principios de 2014, después de recortar aún más el presupuesto del ICAA, el Gobierno decide bajar el IVA… de la compraventa de obras de arte. El de cine y artes escénicas se queda igual. Muchos productores protestan, pero Montoro los aplaca, otra vez, con una simple línea de diálogo: “Ya hemos bajado el IVA de las obras de arte y ahora trabajamos en el resto de la reforma fiscal de la cultura”.
A mediados de 2014, la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural envía otra carta al Gobierno reclamando la supresión inmediata del IVA al 21%. Le dan dos meses al Gobierno, o empezarán a “estudiar medidas”.
https://s.libertaddigital.com/fotos/noticias/1920/1080/fit/cristobal-montoro-risa.JPG
Como era absolutamente previsible, el Gobierno ni contesta. Pasan dos meses y… bueno, ¿recuerda alguien las medidas de protesta? Pues eso.
Segundo giro: En julio de 2014, dimite la directora del ICAA. Después de luchar a brazo partido porque las desgravaciones fiscales llegasen a un nivel razonable, y visto que el Gobierno no tiene la menor voluntad de tomar ninguna medida que favorezca a la industria cultural, Susana de la Sierra asume que Rajoy, Wert y Lasalle la han engañado y se larga.
Tercer acto: En noviembre de 2014, los productores –no os lo vais a creer, pero os juro que es cierto, la hemeroteca no miente– envían OTRA CARTA al Gobierno pidiéndole que baje el IVA cultural.
A principios de 2015, y ante la cercanía de la gala de los Goya, el Gobierno anuncia que “subirá” el presupuesto del ICAA hasta los 55 millones. La cifra es exactamente la misma de 2013. O sea, la mitad de lo que el ICAA tenía al final del Gobierno Zapatero. O sea, que de subida nada. También anuncia que están “estudiando” la posibilidad de bajar el IVA cultural. Ya no es que recurran a diálogos cutres. ¡Es que hacen copy-paste!
Clímax: los productores han pedido prudencia en la gala. Nada de protestas, no quieren que una gala politizada eche a perder las prometedoras ofertas del Gobierno. Por eso, a todo el que vaya a subir al escenario se le exige que firme un compromiso de no salirse del guión. El actor Carlos Areces se niega a firmar, y le impiden entregar el premio para el que lo habían convocado. Es más: lo expulsan del backstage. El Presidente de la Academia exige en su discurso que el Gobierno baje el IVA. Almodóvar advierte a Wert que no le considera su amigo.
Escena final: En la primavera de 2015… Rajoy descarta definitivamente bajar el IVA cultural en los seis meses que le quedan de legislatura.
Conclusiones:
-El antagonista es un malo de bigote, de culebrón barato, empeñado en hacer el mal porque sí, sin beneficio propio.
-El protagonista insiste una y otra vez en una maniobra obviamente inútil, como una polilla dándose una y otra vez contra una bombilla. Además, se cree lo que le dice el antagonista cuando resulta obvio que miente. Cierto que el pobre no tiene muchas alternativas de ganar la batalla, pero caramba: ¡Es el prota! ¡Que se deje de cartas y haga alguna maniobra desesperada!
-El clímax no tiene fuerza. Sólo son palabras.
-El final no sorprende a nadie. No es más que una repetición de lo mismo que llevamos viendo toda la película.
-Los únicos personajes potentes son Susana de la Sierra y Carlos Areces. Son los únicos que emprenden acciones que los dignifican. Cierto que no consiguen nada reseñable, pero lo intentan, y eso les da una dimensión trágica que los hace interesantes.
Recomendación final:
Esta película es una mierda. Reescribir en profundidad y presentar nueva versión en noviembre de 2015.
¿Y si resulta que el IVA del cine estuviese bien en el 21%?
Es decir, ojalá no hubiese impuestos, a mi no me gusta pagar impuestos. Pero como hay que pagar cosas como la educación la sanidad y las pensiones, parece que necesitamos recaudar impuestos.
Para pagar esas cosas primero hay un impuesto sobre lo que ganas. Si ganas poco, pagas poco. Si ganas mucho, pagas mucho. Si ganas muchísimo, no pagas nada. Se llama progresividad-liberal-party-sytle.
Y luego hay un impuesto al consumo. Si consumes poco, pagas poco. Si consumes mucho, pagas mucho. Y dependiendo del tipo de producto, de si es un bien de primera necesidad, o un bien normal, pagarás una tasa del 4, del 10 o del 21%. Los productos culturales están en el 21%, y el sector entero culpa a este IVA de la bajada de ingresos, de despidos y otras calamidades más.
Haciendo un poco de ejercicio de objetividad… ¿por qué debería estar el cine al 10%?¿de verdad es un bien de primera necesidad?¿necesita el pueblo alimentar su espíritu con Mortadelos y Filemones, con Torrentes, con apellidos vascos, con superhéroes de Marvel? O siendo menos demagógicos: incluso si nos referimos la película mejor rodada, mejor producida de 2014, que es La Isla Mínima… ¿ de verdad que necesita el pueblo que esa película para crecer culturalmente, para alimentar su espíritu?
Sé que alguno me responderá con el ejemplo francés (Francia es ejemplo de muchas cosas… entres otras, de cómo un estado puede sostener artificialmente sectores ineficientes como la minería, la agricultura o su industria cinematográfica), o con el argumento de que la recaudación del IVA desde el aumento del tipo impositivo descendió en vez de bajar (les recuerdo que correlación no implica causalidad); Y les diré que sí que vale. Pero que yo soy de la opinión de que menos ínfulas. Que el alma hispánica no sufre por no ver la cartelera de las últimas décadas, que si fuéramos al cine todas las semanas no seríamos menos brutos y menos incultos (más bien, visto los resultados, lo seríamos más) y que estoy convencido que ir al cine es una actividad “normal”, no de primera necesidad. Y que está bien tributado al IVA normal. Sobre todo cuando ves que productos para minusválidos, o cientos de productos que sí son de primera necesidad están cotizando al IVA normal. Creo.
Es posible que el IVA cultural esté bien al 21%. En toda la Unión Europea -no sólo en Francia- está muy por debajo de ese nivel, pero bueno, no vamos a copiar modelos europeos. Que se empieza bajando el IVA cultural y se acaba instaurando una cuota de autónomos relacionada a los ingresos. Y eso sí que no.
En un país en que la Iglesia católica tiene una casilla propia en la declaración de IRPF; en que se da amnistía fiscal al dinero negro; en que los delitos económicos prescriben a los diez años; en que desaparece el impuesto de sucesiones; en que el porno y los yates tributan al 4%; en que la deuda de los bancos se asume por el Estado… Sin duda había que acudir a la taquilla de los teatros y los cines para pagar los gastos sociales.
A mí no se me va a llenar la boca explicando la importancia de “la cultura” para un país. A lo mejor el IVA al 21% está bien. Desde luego, bajarlo tampoco iba a ser la panacea. Pero lo de “menos ínfulas” está completamente fuera de lugar. Éste es un blog de guionistas, y como es lógico, tenemos aprecio por nuestro sector y por nuestro trabajo.
Si a usted no le interesa el cine español ni comprende la importancia estratégica de proteger las manifestaciones culturales de un estado, me parece bien. Pero tal vez debería entonces buscar lugares mejores donde expresar sus opiniones. En la barra de cualquier bar con tragaperras y la televisión a tope encontrará más palmeros que aquí.
Eh, a mi me gusta el cine (sin etiquetas ni nacionalidades), adoro la buena televisión actual y he escrito varias tramas y colaborado en guiones en una serie como El Comisario. Por muy anecdótico y puntual que fuera aquello, creo que tengo acreditado mi interés por un (magnífico) blog como éste.
Lo de las ínfulas va de que a todo el sector se le llena la boca de la palabra Cultura. Así, con mayúscula. Y lo siento, pero no. Creo que la producción audiovisual en España no es Cultura, así, con mayúsculas. Y que apenas es cultura con minúsculas. En el mejor de los casos es un buen entretenimiento. En el (habitualmente) mediocre de los casos, es directamente prescindible.
Entiendo que el sector defienda lo suyo. Faltaría más. Pero la cantinela del IVA es cansino, y la insistencia y dramatismo intenta transmitir la enorme injusticia al respecto. Y oiga, que lo siento, pero yo opino que el IVA está muy bien donde está: en el IVA normal. Que ya sé que es ir contra corriente, pero de verdad que creo que tener opinión (que puede estar equivocada, pero entiendo que tiene ciertos argumentos a considerar) no es motivo para despreciar a uno como uno de esos cuñados de barra de bar y palillo en la boca. Y es que los seres humanos que no son Sergio Barrejón y palmeros, a veces, también pueden tener cultura y opinión propia.
Gracias por la parte que me toca, por lo de magnífico blog.
Cualquier argumentación que arranque con “el sector” como sujeto de una frase me parece mal planteada de partida. El sector no es un ente homogéneo. Lo conforman personas con opiniones dispares.
La cantinela del IVA: tiene razón, es cansina. Sólo que no es una cantinela. Son dos. Y la de “que se jodan con el IVA, total para lo que hacen” es tan cansina o más que la de “volved a poner el IVA donde estaba”. Cuando lo que se canta son tonterías sobre si tal cosa es “Cultura con mayúsculas” o no, es lógico que la cantinela sea una turra.
Los motivos para subir o bajar el IVA deberían ser de índole económica y estratégica. Nunca política ni ideológica. Y el IVA cultural en la legislatura de Rajoy se ha manejando como herramienta de castigo político, no de estrategia fiscal. Una maniobra así es indefendible desde el punto de vista ético y desde el punto de vista económico. Y la calidad (o falta de ella) de la producción audiovisual no tiene nada que ver en esta cuestión.
Así que no hay que darle más dinero al cine porque es malo, ¿conocéis aquello de la causa-efecto? A mí el cine y la televisión española me aterra, no siempre lo ha hecho, pero ultimamente sí, pero no siempre ha sido así.
Si indagas en la historia del cine español te das cuenta de que es una de las nacionalidades más grandes en lo que a producción cinematográfica se refiere, es triste perder este legado. Un país puede “sobrevivir” sin cultura, pero al final es eso “sobrevivir”.
Yo creo que el pensamiento de muchos está equivocado cuando piensan de la manera más pragmática posible y argumentan que la cultura ni les llena la nevera, ni les calienta la casa. Seamos serios ¿Quién de nosotros hubiera firmado vivir esta vida si nos hubieran advertido que se trataba solo de sobrevivir hasta la muerte? ¿De trabajar para poder llevarte algo a la boca y dormir para poder trabajar? Se vive para amar, divertirse, emocionarse pero, sobretodo, para pensar, trascender y evolucionar, y en estas cuestiones juega un gran papel la cultura, no lo es todo, como dicen muchos, pero algo es.
Así que sí, quizá el IVA sí podría estar bien en el 21%, si pudiera sobrevivir con ésta premisa, pero es que hoy día, tal y como está la cosa, necesitamos una ayuda a la cultura si no queremos convertirnos en un país de palmeros, que no sé lo que significa, pero me lo puedo imaginar.
Creo que lo de la venganza es un mito; a fin de cuentas, perro no come perro. Y los empresarios del cine, los más afectados por el tema, son de su cuerda.
Pero aunque lo sea, no me importa. Si mañana yo fuera ministro de Hacienda, sin venganzas ni cuentas pendientes, y amando el cine como amo, seguiría considerando que el sector no es de primera necesidad, y nunca lo tendría en la lista de productos de IVA reducido por su progresividad. En mi opinión el sector de espectáculos y entretenimientos (espectáculos deportivos, videojuegos, cine, televisión,…) son, por definición, productos a consumir en la parte superior de la famosa pirámide de Maslow, y por tanto, los más prescindibles. Por tanto, nunca deberían tener un tipo de IVA menor.
Y es que soy de los que opina que la cultura reside en la educación, que ésta si, precisa financiación. Con impuestos, por supuesto, en los productos menos imprescindibles. Como los espectáculos y entretenimientos.
Ajá. Hablemos del porno entonces. Y de los yates. ¿O eso también es un mito?
Hablemos: eres victima del los tipicos fakes de las redes sociales. El IVA de los yates es del 21%. El IVA del porno depende, obviamente del formato. Una revista o un libro tributa al 4%, independientemente del contenido (si es porno o no), un DVD o una entrada de cine tributa al 21% independientemente de si exhibe porno o un Torrente. Más info : http://www.genbeta.com/actualidad/cazadores-de-fakes-no-el-iva-de-los-yates-no-es-menor-que-el-de-las-medicinas
Mira, lo de los yates me lo había tragado, gracias por la información. Lo de las revistas sí lo sabía, y es cierto que es una simplificación tal como se enuncia en los mensajes que han viralizado. Pero sigue siendo un argumento válido: tú justificas el IVA aumentado a los productos que no son Cultura con mayúsculas. ¿Lo son las revistas porno? O quita la palabra porno: ¿Lo son la revistas del corazón? La norma europea contempla la posibilidad del IVA reducido en el acceso a espectáculos culturales. La gran mayoría de los estados lo aplican así. España también lo hacía. De pronto cambia de política (junto con otras medidas: recortes drásticos que para los presupuestos del Estado son el chocolate del loro pero para el sector con cruciales). La medida está arruinando el sector de las artes escénicas (olvídate del cine: para el teatro ha sido mucho peor), y además ni siquiera es realmente efectiva en términos económicos. Y aun así se mantiene. Y ni siquiera se admite que ha sido un error. Yo veo una intención política clarísima, en consonancia con el aparato propagandístico anti-cinespañol desplegado durante las legislaturas Zapatero.
El problema es que, por lo menos del cine, sí que han recaudado más. La subida del IVA ha sido tan bestia que compensa la pérdida de espectadores.
Es pan para hoy y hambre para mañana, claro, pero entre su visión cortoplacista y la manía que le tienen al sector, por ahora les compensa.
En realidad no, porque la caída del número de rodajes supone una bajada de altas en la Seguridad Social. De lo que se trata con subvenciones y exenciones fiscales, y esto es lo que algunos pretenden no entender, es de estimular un sector que ES rentable, pero que para serlo necesita cierto empuje. El desembolso inicial que hace falta para iniciar un rodaje es inviable si no hay ciertas garantías (no necesariamente subvenciones) de retorno.
Te hablo del IVA, del ejercicio pasado.
Aunque se aplica a todo un poco: no les hagas hacer muchos cálculos ni proyecciones.
Lo que quieren es llegar a fin de año con los mejores números posibles, aunque sea quemando tierra tras ellos.
Los comentarios están cerrados.