COMEDIA AMERICANA, MIEDO ESPAÑOL

Por Xavi Daura.

Xavi Daura es, junto a Esteban Navarro, responsable de Venga Monjas. El dúo humorístico reconocido por sus labores en YouTube, también han trabajado en proyectos como Museo Coconut, APM? o el todavía inédito Retorno a Lílifor. Herederos de la estela chanante, se ganan la vida como guionistas/realizadores freelance.

SNL 40th Anniversary Special - 2015

Esto empieza como una reseña más del programa Saturday Night Live 40th Aniversary, pero luego cambio de tema.

El pasado domingo 15 de febrero se emitió en NBC el especial de tres horas de Saturday Night Live con motivo de su 40 cumpleaños, “ganando un Emmy en los primeros 10 minutos… y perdiéndolo en algún lugar por el medio”, como apuntó Amy Poehler en el mismo show. Como fanático de SNL, el programa me pareció el evento culturalmente más poderoso que he visto por la televisión, quizás sólo superado por el 11-S de 2001. Una orgía de súper-estrellas a las órdenes de bromas y guiños grabados a fuego en la cultura popular a lo largo de ¡cuatro! décadas. Cada uno de los chistes en este especial es perfectamente transformable en una o varias tesis doctorales, además de ser divertidísimos. SNL es comedia fresca, pureza y elegancia, y éste especial lo plasmó mejor que nunca diseñando en vivo un microcosmos perfecto, en el que era totalmente lícito sentir cómo se te erizaba la piel a cada sketch.

Pero volviendo a la Tierra, viendo el show era inevitable que en algún momento se cruzara por nuestras cabezas el agrio pensamiento “esto es claramente imposible en España”. La idea de que la comedia en España jamás llegará a niveles de sofisticación ni remotamente parecidos. No hablo de hacer nuestra versión de esto, sino de llegar a algo tan intenso y guay. Siempre hemos tenido este complejo de hijo retrasado en lo que se refiere a nuestra comedia. “Los productores son unos mafiosos”, “el Gobierno nos da la espalda”, “el público es tonto”, “no hay talento”… han resonado en mil charlas, entrevistas y mesas redondas sobre el tema.

Estamos de acuerdo, ¿no?

Teniendo clara esta condena, en un momento del programa, Bill Murray dijo “nos llega un comunicado de España: el Generalísimo Francisco Franco sigue muerto”, un guiño a la primera temporada de SNL (1975-76), en la que cada día cerraban un segmento del programa repitiendo esta frase, a modo de recordatorio absurdo. Pero pongamos que nosotros nos tomamos este mensaje de forma literal: españoles, Franco sigue muerto… ¿qué hacéis todavía ahí parados?

Porque, a ver, también estaremos de acuerdo en que todas esas razones antes mencionadas, por las que en España nunca triunfará la comedia vanguardista, en realidad son excusas, ¿no? De hecho, la misma afirmación de que en España no puede triunfar la comedia vanguardista es una trola, un mantra que nos vamos repitiendo a cada rato y que ya no sabemos ni dónde empezó. Hay mil ejemplos que demuestran lo contrario; el hecho de que no hayan llegado a establecerse como mainstream no es suficiente para que arrastremos esta actitud victimista.

Y esta actitud viene dada por un miedo irracional a todo: al público, al cambio, a arriesgar algo de dinero… El miedo es una cosa tan española como las sevillanas o la tortilla de patatas, y se podría decir que todas las decisiones importantes que se toman en este país son en respuesta a un miedo. ¿A qué?

Pongamos que Franco representa nuestro Hombre del Saco colectivo. A pesar de no existir, su herencia sigue persiguiéndonos en sueños. El miedo a ofender, a lo que se sale de la fórmula, a que algo no se entienda. El miedo a aprender, a cambiar reglas, no vaya a ser que evolucionemos culturalmente hacia “lo desconocido”.

Cualquiera que haya intentado levantar un proyecto de comedia (o no) en España se habrá encontrado con un montón de argumentos rarísimos para justificar que algo NO se puede hacer. Aun teniendo pruebas de que existe un público para ello o que el margen de pérdidas será mínimo, las complicaciones son infinitas e incomprensibles.

Entonces, ¿los americanos son más listos? ¡Qué va! Si España es una gran mesa de cuñados en una boda, Estados Unidos es una mesa diez veces más grande, y los cuñados van armados. Son iguales que nosotros, somos todos unos cachondos y nos gustan las mismas cosas. Pero ahí tienen tantos cachondos que de vez en cuando alguno se anima a experimentar con algo nuevo, y quien sea que manda inventa un sistema para darles voz, empaquetarlo bonito y forrarse mandándonoslo al resto del mundo. Es un sistema de prueba-error muy simple, en realidad. No tienen tanto miedo y trabajan duro. De hecho, nuestro miedo suele ir unido a una pereza generalizada por todo lo que no lleve un manual previo.

Con esto no estoy defendiendo el volvernos todos locos y decidir que “todo vale”; personalmente odio lo raro por lo raro. Tampoco estoy intentando desprestigiar la comedia más convencional; suelo reírme con La que se avecina y Ahora Caigo me parece el mejor concurso de la década. Sólo pido una coexistencia sana entre distintos tipos de comedia. Pido, en esencia, que se pierda el miedo a lo desconocido. Porque, de lo contrario, el futuro no dejará de ser más de lo mismo hasta el fin. Hay que alimentar el presente con novedades para que el futuro nos sorprenda, y todos saldremos ganando.

Gracias a Dios (Internet) parece que muy tímidamente se están construyendo caminos cada vez más sólidos hacia nuevos e interesantes escenarios. Pero joder si va lenta la cosa. Hay que convencer a tantos señores acojonados…

Por eso aconsejo que antes de rechazar ideas nuevas, suprimir chistes, dudar de nuestro público, cobijarnos en la inseguridad por pura pereza… tengamos presente lo que en SNL llevan recordándonos desde hace 40 años: el Generalísimo Francisco Franco sigue muerto. Todo irá bien.

1 comentario en «COMEDIA AMERICANA, MIEDO ESPAÑOL»

  1. El publico no le pone el cascabel al gato y los comediantes seccion standaperos se toman demasiado en serio a si mismos cuando trabajan sin red, aclaro, fuera de plató. Sigue siendo cierto que la excepcion confirma la regla aunque afortunadamente la excepcion frecuentemente me haga reir y no por su infrecuencia.

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