¿CUÁNTO DAÑO HA HECHO LA CRISIS A LOS GUIONISTAS?

Por Carlos García Miranda.

Dicen los que mandan en España que los brotes verdes ya están dando flores porque hemos salido de la crisis. Igual es trola, que las Municipales están cerca y hay que vender el color de la esperanza, pero la realidad es que los centros comerciales vuelven a estar llenos, en los restaurantes no hay mesas libres, y las productoras producen de nuevo. Las cadenas que estrenaron series al inicio de la temporada han renovado las que van bien, y ya tienen adquiridos nuevos proyectos para el próximo año. También se ha puesto en marcha otra vez la maquinaria de la industria cinematográfica, en las carteleras se encuentran títulos de pata negra. Todo vuelve a ser como antes.

Bueno, casi.

La realidad es que las cosas distan mucho de ser como antes, al menos para los guionistas. La crisis llegó a nosotros como una ola que nos sumergió, arrastró y, al romper, nos pegó una buena hostia. Fuimos muchos los que nos tuvimos que pasar una época en barbecho, hasta que el mercado audiovisual se reactivó. Desde hace cosa de un año, vuelve a haber trabajo en tele. Pero lo que no hay es trabajo para todos.

Un grupo que se ha visto muy afectado por esta reducción de plantilla es el de los que quieren empezar en esto del guion. Hubo un tiempo en el que, los que estudiaban un Master, hacían prácticas en las productoras con las que las universidades tenían los convenios. Los alumnos que destacaban, acababan con un contrato de becario y, si todo iba bien, luego con uno de guionista. Bueno, pues ahora los estudiantes aprovechan al máximo sus prácticas y, después, se ponen a buscar trabajo de otra cosa, porque lo normal es que no les contraten. En las productoras no hay sitio para gente sin experiencia, ni gente con tiempo para enseñar a los que están empezando. Y esto es, más que nada, porque no hay mucha gente. Los equipos de guion han menguado considerablemente por culpa de la crisis. No pasa en todas las producciones, pero, en algunas, lo que antes escribían tres guionistas, ahora lo tiene que escribir sólo uno.

Hay otros que también se han quedado fuera por culpa de la debacle económica: los que cobraban mucho. La burbuja televisiva hizo que algunos de los que ocupaban los escalones más altos en las producciones como guionistas tuvieran nóminas de varios ceros. Con la llegada de la crisis, los que están aún más arriba en la pirámide, pusieron el grito en el cielo por esos sueldos, como si los guionistas no merecieran cifras cercanas a las de los productores ejecutivos por su trabajo. Llegaron entonces las rebajas, muchos de esos guionistas top vieron sus nóminas rebanadas; muchos otros se vieron en la calle, y con una edad, que para llegar hasta esos puestos hace falta tener una trayectoria laboral de años. Y, claro, tal y como están las cosas, no es fácil encontrar un cargo similar al de la época de abundancia televisiva. Lamentablemente, algunos de los que pusieron en marcha las producciones del pasado, éxitos de la televisión con los que crecimos muchos de los que trabajamos en esto, se encuentran forzosamente prejubilados.

Y luego estamos los que, antes del batacazo económico, sólo éramos guionistas con sueldos normales. La mayoría, ahora tenemos salarios reducidos, algunos incluso a la mitad. Los presupuestos de las cadenas para las series ya no son lo que eran, y lo que las productoras te pagan por escribir un capítulo, o trabajar en plantilla, tampoco. Además, los contratos fijos se han convertido en ciencia ficción; a lo más que puedes aspirar es a ser fijo discontinuo. Con ese tipo de contrato se supone que, una vez terminada la producción, te vuelven a llamar para la siguiente, o para otro proyecto en el que encajes. Pero, a veces, el teléfono no vuelve a sonar, que igual la serie no renueva o lo siguiente que hacen no está dentro de tus competencias. Entonces, la productora se lava las manos y se quedan con tu finiquito, el que no te pagaron porque tu contrato de fijo discontinuo les eximía de hacerlo. Si lo pides te lo dan, pero te dicen que entonces no te llamarán cuando salga algo que sí sea más para ti porque renuncias a tu contrato con ellos. Algunos incluso te dicen, como me dijeron a mí, que “por ley” no pueden volver a llamarte en un periodo de dos años si cobras tu finiquito.

Pero la crisis no sólo ha apaleado a los guionistas, que los espectadores también se han llevado lo suyo… Se cuentan a montones las series canceladas en estos años por sus presupuestos, los retrasos entre temporadas o las producciones en la nevera (series que si las cadenas emitían en plena crisis no iban a recuperar en publicidad todo lo que había invertido). Además, se lleva lo de comprar ficciones baratas. Pueden parecer caras, pero no serlo, porque de lo contrario no se producirían. Con lo que antes se hacía un capítulo, ahora hay que sacar tres.

Todas estas cosas son la cara negativa de cómo ha afectado la crisis a los guionistas. Pero, como en todo, también hemos sacado cosas positivas. La realidad es que los escritores de ficción televisiva y cine hemos espabilado bastante en los tres últimos años. Son pocos los guionistas que, ahora mismo, se dedican en exclusiva a los encargos de las productoras, en los que un día estamos y, al otro, a saber. Este tiempo de frío nos ha dado la oportunidad de hacer lo que nosotros llamamos “nuestras cosas”. Desde entonces, han aparecido montones de novelas, obras de teatro, microteatros, series y webseries de gente que ya estaba colocada en la rueda del audiovisual profesionalmente. Cosas que, igual no nos dan mucho dinero, pero sí puede darnos proyección y, sobre todo, pueden hacernos sentirnos más realizados. Laboralmente, los guionistas somos lo que producimos, para otros y para nosotros mismos.

La crisis también ha hecho que los guionistas nos unamos más en el sindicato ALMA, y que se haya aprobado la voluntad de entrar en un convenio que no nos deje en pañales frente a los abusos. También nos ha hecho más conscientes del valor de nuestro trabajo. Pero hay una cosa que aún nos queda por hacer: no permitir que esto vuelva a ocurrir.

4 comentarios en «¿CUÁNTO DAÑO HA HECHO LA CRISIS A LOS GUIONISTAS?»

  1. Siempre me ha dado rabia ver la poca importancia que se le daban a los guionistas. Nombres que pasan desapercibidos siempre y de los que nadie sabe nada cuando, sin ellos, sin sus historias, nada de lo que vemos sería igual. En fin, que lamentó muchísimo leer esto… Y que espero que la cosa mejore pronto! Ánimo chicos!

  2. Falta el grupo de guionistas normales que llevaban unos años trabajando y de repente se encuentran en paro de larga duración y sin vistas de que vayan a llamarles. Los guionistas conocidos más cercanos a mí (incluida servidora) están todos en paro, espero que nos llegue esa reactivación de la producción española de la que se habla y yo aún no he notado.

  3. Querido Carlos,

    Tengo que corregiste una cuestión (principalmente, porque me parece aún más flagrante que como lo has expuesto): en el caso de los contratos de fijo discontinuo, no tienen obligación de llamarte “para otro proyecto en el que encajes”, sino que, sea cual sea el siguiente proyecto que salga en el momento en que seas el primera de la lista, tienen que llamarte (eso sí, se hace distinción entre “ficción” o “programa”, al menos entre los técnicos). Esto supone dos cosas:

    1) Que a lo mejor lo siguiente que sale es un piloto y te obligan a cogerlo, con lo que pasas a estar el último de la lista habiendo trabajado sólo uno o dos meses.
    2) Que te llamen para trabajar en Boston y tú seas más de California…

    Por si esto fuera poco, la lista se la pasan por el forro y sólo recurren a ella cuando les interesa. Al menos esto es lo que yo he vivido.

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