#MADMENCLASS: LOS JACQUEMETTON EN ESPAÑA

Por Alberto Pérez Castaños.

Fotos de Héctor Beltrán.

Los días 22 y 23 de marzo pudimos disfrutar de la primera de las dos Masterclass de guion organizadas por ALMA, que trajo a Madrid a Greg Daniels, el nombre que siempre aparece. Fue todo un éxito, como no podía ser de otra manera después del tremendo trabajo de meses y meses que han realizado desde la Junta del sindicato guionistas como Teresa de Rosendo, Josep Gatell, Cristóbal Garrido o Carlos de Pando entre otros, que no solo se esfuerzan para dar la oportunidad al resto de guionistas de disfrutar de experiencias como estas clases magistrales, sino que también están luchando cada día para mejorar la situación del sector.

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Cristóbal Garrido presenta el acto junto a Inés París y Virginia Yagüe

Este fin de semana fue el turno de la segunda Masterclass, gracias a la cual pudimos conocer un poco más a André y Maria Jacquemetton, el matrimonio que está detrás del guion y la producción ejecutiva de Mad Men. Alrededor de 200 personas se volvieron a dar cita, –esta vez en Conde Duque en lugar de en el Matadero– para escuchar a esta pareja hablar sobre los entresijos de una de las mejores series de los últimos tiempos de una manera cercana y desmitificadora, así como de sus inicios en el salvaje mundo del guion, que en Hollywood es más bonito, pero igual o más complicado que aquí.

Los Jacquemetton comenzaron la primera de las dos sesiones hablando de cómo aterrizaron en la industria americana. Ahora están en la élite, podrán decir el resto de su vida que escribieron en Mad Men, pero les costó lo suyo llegar a la cima. Empecemos con André: francés de nacimiento, llegó a Estados Unidos gracias a una beca de deportes –jugaba al fútbol– y empezó trabajando “de cualquier cosa” para mantenerse. Maria también empezó desde abajo. Trabajó, por ejemplo, de ayudante de un agente literario, donde pudo conocer a actores y aprovechaba para leer todos los guiones que llegaban a sus manos. En su primer trabajo en una serie de televisión –de becaria– aprendió, según dijo, a “escuchar y a reescribir”. De esta primera época dejaron varias perlas a modo de lección de vida guionística demostrando que, en el fondo, allí no es tan diferente que en el resto del mundo: a ambos les costó años llegar; “años” no son dos o tres, sino diez. En cualquier caso, nunca dejaron de escribir. Además, aseguraron que no hay una forma estándar de llegar, pero lo que sí tienen claro es que “no basta con tener talento: hay que ser buen compañero y saber trabajar en equipo”.

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André y Maria Jacquemetton durante la primera sesión de su Masterclass

El primer trabajo fijo que tuvieron como guionistas fue en la serie Los vigilantes de la playa, con la que se trasladaron a Hawai a vivir y a escribir. No fue hasta unos años después cuando se toparon con el hombre que les ofrecería el trabajo de sus vidas. Mientras pasaban por Cazatesoros y Star Trek: Entreprise, los Jacquemetton conocieron a Matthew Weiner, que por aquel entonces escribía en la serie Becker. “Le conocimos porque coincidíamos con él al salir a fumar en el estudio”, contaron. En aquellos encuentros, Weiner les comentaba que estaba trabajando en un piloto. Al cabo de unos años, Weiner les llamó y les dijo que había vendido aquel proyecto y que los quería escribiendo con él. Esa serie era Mad Men.

Como es evidente, cuando uno comienza a trabajar en una serie no espera que vaya a hacer historia, por eso, según contaron los Jacquemetton, empezaron a escribir en Mad Men sin ninguna presión: “Al principio, el único objetivo era hacerlo lo mejor que podamos, y mirad hasta donde hemos llegado”. Empezaron un total de siete guionistas en la sala de la primera temporada, de los cuales cinco era conocidos del showrunner, Matthew Weiner. Este dato sirvió a Maria para confirmar que “es fundamental que tus compañeros de trabajo además sean tus mejores amigos”. Sin embargo, no por ello deja de haber competencia entre compañeros: “Los trabajos creativos atraen a gente difícil, con la que puede ser complicado trabajar”, comentó André poco antes de soltar una de las frases de la jornada: “Los guionistas somos seres dañados”, refiriéndose a la compleja personalidad y complicadas vivencias que suelen haber detrás de los escritores, una idea que, por cierto, su mujer no compartía.

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Unas 200 personas acudieron a la Masterclass de los Jacquemetton

Mad Men es una serie compleja que trata temas delicados y aspectos muy crudos de la naturaleza humana. Por eso, no es difícil imaginar que en su sala de guionistas las emociones siempre deben estar a flor de piel, algo que los Jacquemetton confirmaron: “A veces, entrábamos a la sala y todos estaban llorando porque alguien estaba contando sus penas”. Según contaron, los guionistas se preocupaban de que las tramas estuviesen lo más ligadas posible a su propia realidad y, para ello, intentaban que alguien del equipo hubiese pasado por esas experiencias, ya sea un trauma, un divorcio… Pasaban juntos el tiempo suficiente como para confiar los unos en los otros a la hora de contar sus experiencias más oscuras: “Hay que estar dispuesto a mostrar tus cicatrices, de sangrar sobre la mesa, porque de ahí es de donde salen las buenas historias”. Toda esta crudeza puede sonar exagerada vista desde fuera, pero todos nos empezamos a hacer a la idea cuando contaron cómo era un día de trabajo en la serie: empezaban a las 9:30 de la mañana y la jornada era de unas 12 horas, los teléfonos estaban prohibidos en la sala y nadie podía salir de allí –menos para ir al baño–, ni siquiera para comer, ya que les traían la comida de fuera. Como tuiteó el sindicato ALMA: “El drama al servicio del drama”.

André y Maria Jacquemetton aseguraron haberse echado las manos a la cabeza en varias ocasiones al conocer algunos detalles de la industria española. Uno de ellos fue sobre la figura del showrunner: “Nos hemos enterado de que aquí el showrunner no es guionista. De verdad, no sabemos cómo puede funcionar”, dijeron mientras todos asentíamos con todo el dolor de nuestro corazón. Aprovecharon esto para hablar de la figura Weiner como mandamás: “Matt decide todo; un showrunner tiene que ser capaz de controlar todos los aspectos de su serie y de escribir cada capítulo él solo si quisiera. Debe estar presente en todas las reuniones, decidiendo en cada departamento, desde peluquería hasta vestuario. Es el general del batallón”, explicaron.

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Y como general del batallón, donde primero da órdenes es en el inicio de la construcción de la temporada. “Nos juntamos unas nueve semanas antes del inicio de la producción a informarnos, documentarnos y compartir las ideas. Matt nos pedía llegar a cada inicio de temporada con diez posibles tramas nuevas y nosotros las teníamos que vender”, contaron los Jacquemetton. Sobre esto, dijeron que un guionista tiene que saber cómo vender sus ideas, actuando, hablando… “En el equipo de Mad Men no gustan los guionistas que no hablan en las reuniones”, contaron.

Siguiendo con la construcción de la temporada, André y Maria explicaron que, tras un mes hablando de hacia dónde quieren ir, una vez tienen el mapa de tramas listo –el cual generan cortando las escenas en papel y mezclándolas sobre una mesa– y el episodio escaletado, el guionista al cual se le ha asignado ese capítulo se va de la sala durante dos semanas a escribir el primer borrador; una vez pasados esos días estipulados, Matt Weiner se encarga de reescribirlo en tres días para luego terminar una segunda versión en una semana. El presupuesto inicial era de unos dos millones de dólares por capítulo, pero han terminado teniendo casi cinco.

Tras desmenuzar la forma de trabajar en Mad Men, los Jacquemetton pasaron a hablar de la figura del guionista y de su manera personal de ver la profesión. Respecto a las relaciones con directivos, afirmaron que éstos “se sienten incómodos con nosotros porque los guionistas somos más inteligentes que ellos, por eso hay que llevarlos a nuestro terreno”. Y opinaron que si un guionista “no sabe lo que pasa en todas las áreas, desde edición hasta plató, nunca será un buen escritor”. Por otro lado, comentaron un problema habitual que están observando últimamente relacionado con los guionistas jóvenes: “Escriben cosas que nunca han experimentado, y se nota”. Por eso, recomendaron encarecidamente “salir a la calle a investigar sobre lo que vas a contar; si vas a escribir sobre un fontanero, vete con un fontanero”. Maria, por su parte, dijo que para escribir se inspira en historias de gente que conoce o que le han contado.

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También hablaron de las épocas malas que suelen pasar los guionistas, que ellos también las tienen: “En momentos bajos lo que mejor que puedes hacer es escribir siempre que puedas y reinventarte mientras te llega una nueva oportunidad”, y aprovecharon para dar otra lección de cara a enfrentarse a un nuevo trabajo: “Tienes que dar la sensación a quien te va a contratar de que vas a ser un solucionador de problemas, que puedes hacer de todo”.

Actualmente los Jacquemetton ya no forman parte del equipo de guionistas de Mad Men. En la que será la última temporada, la séptima, no han participado. “Preferimos dejarlo en el punto álgido y empezar proyectos propios”, explicaron. Ahora mismo están inmersos en la adaptación que está produciendo la Warner de la novela gráfica DMZ, escrita por Brian Wood para DC. Lo cierto es que no pudieron dar muchos detalles al respecto, solo que ya están escribiendo. La séptima temporada de Mad Men será el cierre definitivo a la serie, pero estará dividida en dos partes, emitiéndose la última tanda de capítulos el año que viene. André contó que la idea de dividirla fue de la cadena, pero que Matthew Weiner estuvo de acuerdo con la decisión.

Como responsables de sus propios proyectos, los Jacquemetton se han tenido que enfrentar a muchos pitches y ofrecieron su visión sobre este momento tan temido por todos los guionistas. André no dudó en afirmar que “escribir un guion es la mitad del trabajo, mientras que la otra mitad es saber venderlo y venderte a ti mismo”. La pareja contó que no saber venderse hasta bien avanzada su carrera es uno de los grandes errores que han cometido profesionalmente. “Los guionistas solemos ser personas tímidas, es normal que nos cueste hacer un pitch, pero hay que aprender a dar un espectáculo cada vez que vendes tu producto”, dijeron. Para esto recomendaron a todos los guionistas que se apuntaran a clases de improvisación e interpretación. “Un pitching siempre es algo complejo, ya que no sabes con quién te vas a encontrar, eso sí, cuanto más corto mejor, 20 minutos es largo, 10, perfecto”, concluyeron sobre el tema.

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Instantes antes de entrar a la Masterclass

Si la idea de que el showrunner español no escribiese guiones les hizo echarse las manos a la cabeza, cuando se enteraron de que en España se escriben biblias de hasta 100 páginas, y gratis, se quedaron boquiabiertos. Contaron que, en Estados Unidos, las biblias son de unas 30 páginas, en las que dedican las 12 primeras a hablar de “la idea general del proyecto” y el resto “a los personajes, cuál será su viaje en la serie y los temas de la temporada”. “En nuestro país no les gusta leer, por eso las hacemos de 25-30 páginas. Lo que hacéis aquí nos parece una locura. Solo con un sindicato fuerte se puede llegar a conseguir que las productoras paguen por biblias, pilotos y primeras versiones”, sentenció Maria.

Otro aspecto que les sorprendió es que aquí no tuviésemos agentes. En Estados Unidos, la figura del agente es indispensable: “Conocen a todos los productores ejecutivos y hablan cada día con ellos para saber qué están buscando por si algún cliente suyo pudiese encajar en el proyecto”, explicaron.

Sin duda, uno de los momentos que permitió a los fans de Mad Men recrearse fue cuando los Jacquemetton contaron detalles de momentos puntuales y claves de la serie. De estos detalles se pudo saber que, por ejemplo, las escenas suelen ser largas y pausadas porque a Matthew Weiner le gusta que los actores se recreen en sus diálogos. Explicaron que los directores obedecen órdenes directas del guionista que ha escrito el capítulo en el que está trabajando; el escritor está con él durante el rodaje y, si éste opina que los diálogos se han interpretado más rápido de lo que él tenía pensado, sin, por ejemplo, respetar silencios clave, se lo hace saber. También pudimos saber que, desde la sala de guionistas, estructuran cada temporada como un gran episodio, usando gráficos para observar los picos emocionales. Normalmente, utilizan el capítulo 12 para el clímax. Otra curiosidad: Weiner decidió articular una temporada poniéndole sabores de helado a cada episodio.

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Respecto a la relación con el espectador y la posibilidad de llegar a decepcionar al fan con alguna decisión tomada en la sala de guionistas, los Jacquemetton afirmaron que ellos jamás escriben pensando en un público concreto, sino que lo que buscan con su escritura es que les guste primero a ellos y que les emocione.

Tras ocho horas en dos días, el matrimonio Jacquemetton se despidió entre aplausos asegurando que estaban encantados con la experiencia de haber venido a España, poniendo así fin a las visitas estelares desde Estados Unidos. Como se ha citado al principio, que hayamos podido disfrutar de estas citas internacionales ha sido gracias a meses de trabajo por parte de la Junta del sindicato ALMA, a los que hay que dar la enhorabuena y las gracias por el esfuerzo realizado, del que pueden sentirse más que orgullosos. Una de las muchas conclusiones que se pueden sacar de ambas clases magistrales es la importancia de tener un sindicato fuerte y unido para mejorar las condiciones laborales del guionista y para que, conforme nos vayan visitando profesionales americanos a los que admiramos, les envidiemos cada vez un poco menos.

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10 comentarios en «#MADMENCLASS: LOS JACQUEMETTON EN ESPAÑA»

  1. Vaya lujo de Masterclass. Primera categoría a nivel mundial, enhorabuena a los organizadores. Sobre Mad Men, qué se puede decir. En una serie tan buena, que a veces te preguntas cómo alguien ha podido llegar a imaginarla. Verla es una cura de humildad permanente…

  2. La Masterclass ha merecido la pena sin duda, pero quedé un poco decepcionado con la poca, exageradamente poca, gente que asistió a #guiónconalma el sábado a la tarde.

    Dudo mucho que todos los que pudieron estar a la mañana no pudiesen estar a la tarde, pero siendo Madrid una ciudad donde hay tanto curso, máster y grado de guión, que la sala la ocupasen 20 personas…pues no consigo entenderlo. Quizá los que vivimos fuera de Madrid valoramos más estos eventos, porque, al menos en Galicia, son inexistentes.

    Sólo es un comentario, o una reflexión, quien no pudo ir pues no pudo, pero vaya, no estuvo menos interesante que la ponencia de los Americanos.

    Gracias por todo a ALMA, muy sinceramente.

    1. Sé perfectamente de lo que hablas, en Asturias tampoco es que tengamos muchos eventos relacionados con el guión precisamente… más bien ninguno. ¡Creo que debíamos ser de los pocos del noroeste español que estábamos por allí!

      Personalmente me era imposible asistir por la tarde por cuestiones personales, pero la verdad es que me imaginaba que habría más de 20 personas.

      Aprovecho para dar las gracias a ALMA tanto por esta Masterclass como por la anterior, es un lujo tener a gente de ese nivel por aquí (esperemos que no sean los últimos). El trabajo que hacéis día a día es impecable, así que desde aquí os animo a mantener ese nivel. Espero que esto también haya servido para que aumenten los afiliados al sindicato.

    2. Creo que con los extranjeros hay un componente casi fetichista… o mitificador, no sé, que no se tiene con los españoles, cuando en realidad todos venimos a contar cosas muy parecidas. También puede tener que ver con que por la mañana hubiera mucha gente que sobre todo eran fans de la serie y no estaban en general tan interesados en oír hablar sobre guion así en general. No lo tengo claro. Yo no me quedé porque estaba agotado y me fui a casa a dormir y me arrepiento de no haber estado. Me sabe mal que hubiera tan poca gente (aunque más de 20 sí que fueron, creo).

    3. Hola David.

      El número 20 es al azar, pero dignifica mucho la cantidad de gente que hubo. Aunque mi comentario parece acusador, o similar, no lo es. Sólo me choca, y mucho, que habiendo guionistas de esa talla, la cantidad de gente que estuvo con la cantidad de gente que quiere aprender guión, no me cuadra. También lo digo por algún conocido que podía ir pero “Si fuese Vince Gilligan” (sic.).

      Coincido mucho contigo en lo de “mitificar” lo de fuera. Cierto es que la oportunidad de escuchar a esa gente es, sino por Alma, casi inexistente. Pero repatea que por tener nombre y apellidos Españoles se rebaje a la nada el interés por su trabajo. En fin, me quedé mosca con eso.

      PD: También es casualidad que en el comentario diga que en Galicia los cursos son escasos y vengas a darnos uno de Thriller. Iré sin falta.

    4. No pensé que fuera tan poca gente, de hecho, pensé que iba a haber tanta gente como por la mañana. Yo lamenté mucho no haber podido ir, pero me resultaba imposible. Y el caso es que por muy bien que esté escuchar a gente de fuera, escuchar a los de aquí es, en cierto modo más útil para saber cómo funciona lo que tienes al lado. Eso sí, espero la siguiente con ganas, sea cuando sea.

  3. Muchas gracias por el excelente resumen de la charla! Me he quedado con las ganas de ir por hallarme fuera de España y la verdad que es un lujazo poder leer lo que ha sido.
    Por cierto, os dejo una inquietud sobre un tema que pocas veces he visto reflejado: ¿Cómo escribir para coproducciones internacionales? He participado en 2 como guionista y tienen aspectos muy curiosos y jugosos. Muchas gracias!!

  4. Una gran crónica de todo lo acontecido durante la masterclass. Quizá deberíais apuntar algo sobre las mesas redondas del sábado por la tarde, que también estuvieron interesantes.

    La pregunta es… ¿para cuándo la siguiente?

    Estamos ávidos de más.

  5. Pingback: ¿Cuánto hay de tus vivencias personales en tus guiones? -

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