ENTREVISTA: BORJA COBEAGA Y DIEGO SAN JOSÉ

por David Muñoz

A estas alturas no creo que haya muchos habituales de Bloguionistas que no sepan que Borja Cobeaga y Diego San José son los guionistas de la que ya es la película española más taquillera de la historia: la comedia “8 apellidos vascos”. Quizá porque, aunque no suele ser lo normal, por una vez los guionistas han hecho tantas entrevistas promocionando su película como el director y los actores. Sin embargo, en muy pocas se ha hablado realmente del guión de la película. Por eso, me pareció que sería interesante conversar con ellos aquí, para, por una vez, no mencionar ni los límites del humor, ni el mundo abertzale, ni los tópicos regionales, ni el difícil momento que atraviesa la industria del cine español, ni… en fin, todo de lo que ya han hablado tantas veces, y centrarnos en el proceso de escritura del guión y su forma de ver la comedia. Así que, aprovechando que me encontré con ellos comprando películas en un centro comercial (sí, somos de esos…), se lo propuse y este es el resultado: una conversación de más de dos horas vía chat. Espero que disfrutéis tanto leyéndola como yo disfruté teniéndola. Ah, para entender bien todo lo que se dice hay que saber un par de cosas: Borja y Diego coescribieron las dos películas que ha dirigido Borja, “Pagafantas” (2009) y “No controles” (2010); han sido guionistas del programa de la ETB “Vaya semanita”, y tienen en la nevera un piloto de serie de televisión también para la ETB titulado “Aupa Josu”, dirigido por Borja y coescrito por Diego y Juan Cavestany.

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David: ¿”8 apellidos…” es un encargo, no?
Borja: Sí.
David: ¿Cómo surgió? ¿Qué es lo que os propusieron exactamente?
Borja: La llamada la hizo Telecinco Cinema. Nos propusieron escribir una comedia sobre regionalismos e imagino que pensarían que nosotros tiraríamos por lo vasco, por haber estado trabajando en “Vaya Semanita”, el programa de ETB. Esa fue la directriz, poco más, y nosotros propusimos la historia, los personajes.
Diego: A partir de ahí se dieron muchas vueltas. De hecho, el primer tratamiento no tiene NADA que ver con la película. Lo que sí se mantuvo siempre fue que un andaluz iba a Euskadi y, lo que nos parecía más importante: que no iba a haber simplemente un choque, sino que se iba a hacer pasar por vasco.
David: Cuando os llamaron para el proyecto, ¿os citaron como ejemplo “Bienvenidos al norte”? Es algo que me parece haberle leído decir a uno de los productores de la película, Ghislain Barrois, en alguna parte.
Diego: Más que citarse como referencia, creo que se habló de la película porque la referencia es obvia, pero de cara a fijarnos en el argumento no. De hecho, es una película que tampoco nos gustó demasiado en su momento. Nosotros teníamos un proyecto de 2007 titulado “8 apellidos vascos”, que no tiene mucho que ver con la película que hemos hecho para T5 (rescatamos el título), que era más bien un “Los padres de ella” meets “Vaya Semanita”. Y siempre tiramos más por ahí que por “Bienvenidos al Norte”.
Borja: Es cierto que la idea de hacer una comedia sobre tópicos regionales flotaba en el ambiente. Varias productoras habían encargado a equipos de guionistas pelis del estilo. Estábamos nosotros con “8 apellidos vascos”, pero había una de un catalán en Andalucía, un manchego en Cataluña…
David: ¿Cómo era esa primera versión del tratamiento?
Borja: No era una comedia romántica, era una comedia “laboral”. Se centraba en un señorito andaluz, mucho más señorito y pijo que el personaje de Dani Rovira, que iba a Euskadi a dirigir una fábrica. Él era un hijo de papá que tenía que demostrar a su padre que era capaz de ser un hombre responsable. Y en Euskadi se hacía pasar por vasco. Pero la motivación era familiar y laboral, no romántica.
Diego: Esa primera historia viene de una motivación clara: No queríamos escribir OTRA comedia romántica. En aquella versión ya están apuntados algunos chistes que se quedaron. Creo que lo del contenedor que arde estuvo siempre.
Borja: Y se cayeron algunos chistes muy buenos, como el de otro personaje que llevaba años fingiendo ser vasco y tenía un zulo de jamones de jabugo.
David: ¿Y cómo fue el paso a escribir “otra” comedia romántica?
Borja: Fue jodido, porque llevábamos varios meses con la historia de la fábrica y nos dimos cuenta de que aún no teníamos un tercer acto válido. Partimos de cero otra vez, cosa que te puedo asegurar que no fue fácil. Pero veíamos que la mayor motivación para el personaje, la que podría hacer más o menos creíble que el tipo se fuera a Euskadi y fingiera ser vasco, debía ser una chica.
David; ¿Por qué os atascasteis con el tercer acto, qué pasaba?
Diego: ¡Ya no me acuerdo! ¿Qué pasaba, Borja?
Borja: La fábrica era una conservera, así que había alguna escena en un barco pesquero que creo que estaba bien. Teníamos una resolución muy “Bienvenido Mister Marshall”. Muy tonta.
Diego: Ah, venía el padre, ¿no?
Borja: Sí, venía el padre de Sevilla y los vascos fingían ser muy pro-españoles porque le habían cogido cariño al andaluz. Eso sí era muy “Bienvenidos al norte”.
Diego: Sí, demasiado, cierto
David: Entonces, si lo he entendido bien… ¿el paso a la comedia romántica fue decisión vuestra al ver que lo otro no funcionaba?
Diego: Creo que fue más bien con T5.
Borja: Yo creo que no fue T5. Empezamos a escribir el guion en una época en que los asistentes a la sala de cine empezaban a ser solo los señores y señoras mayores. Pelis como “Hotel Marigold”, “Intocable”… Es decir, que no hacía falta que la trama fuera romántica para tener éxito. Por lo tanto Telecinco no estaba particularmente obcecada en que hiciéramos una comedia romántica. Estaban contentos con que no hubiera trama de amor. Fuimos nosotros, más bien, porque veíamos que estábamos abocados a ello, aunque nos resistiéramos. Queríamos pensar que no y al final no hubo remedio.
Diego: También pasaba que eso nos permitía volver a la idea de 2007, que era sobre un chico de Santander que se enamoraba de la hija de Otegi y que para caerle bien a su suegro, se hacía radical, pensando que así se lo ganaba.
Borja: Eso es. Ellos seguían pensando en la idea original. Les encantaba. Tenían la espinita de haber hecho esa peli y al final hicimos esta, tomando algunos elementos, como el título.
Diego: Veníamos tocados de “No controles”, que no había funcionado bien, y queríamos evitar el amor. Pero era una tontería de actitud.
Borja: Exacto.
David: ¿Cómo son los primeros pasos que dais al escribir un guion? ¿Sois de escaleta?
Borja: Somos de escaleta muy al final.
Diego: Lo que hacemos es hablar mucho tiempo, meses. Y luego escaletar al final, para repartirnos la escritura, pero ya está muy mascada, incluso a nivel de gags.
David: Aunque tardéis en meteros en escaleta… ¿no vais construyendo una estructura básica de la película según vais avanzando en el desarrollo de la historia? Yo lo que suelo tener, tanto cuando escribo solo como acompañado, es una especie de “mapa” de la película, una línea horizontal dibujada en un papel en la que coloco los hitos principales. Lo llamo “mapa” porque aunque no sepa cómo voy a llegar, por lo menos sé a dónde tengo que ir. ¿Cuál es vuestro método?
Diego: Sí, eso sí lo tenemos. Lo que pasa es que yo creo que antes de eso nos centramos mucho en tener 4-5 gags muy potentes (la manifa estuvo ahí casi siempre), por si hay momentos de comedia que nos guían el argumento, sobre todo en una película como ésta, donde los gags son prioridad, o al menos más que en “Pagafantas” y “No controles”.
Borja: Creo que pasados meses de conversaciones tenemos bastante metida la peli en la cabeza. En cuanto a estructura sobre todo. Pero es cierto que estructuramos muchas veces en base a secuencias de comedia que creemos potentes. Hay 3 o 4 momentos que sabemos que van a estar. Y muchas veces tramamos para que esos momentos estructuren la peli. En ocasiones hacemos una escaleta física, pero muchas veces tenemos claro en la cabeza como es. Lo demuestra que cuando nos repartimos el trabajo no hay errores, sabemos de qué escena nos toca escribir a cada cuál.
Diego: Una cosa que hacemos mucho es: vale, podemos tener una secuencia como la manifa; que puede ser muy divertida, ¿pero qué nos puede cambiar en la trama, qué giro puede aportar más allá de que luego los chistes estén bien? Es decir, a veces tenemos primero la vía para el gag y luego pensamos bien cuál puede ser su aporte al argumento.
David: ¿En qué momento repartís el trabajo? ¿Cómo lo hacéis?
Borja: Recuerdo que en “Pagafantas” nos turnábamos. Es decir, uno escribía las versiones impares y el otro las pares. Pero a partir de “No controles” cambiamos y nos repartimos bloques de secuencias.
Diego: Pero la verdad es que cuando vamos a teclear, ya está todo muy mascado. Cuando escribimos yo no tengo la sensación de tener que inventar mucho. Otra cosa es dialogar, que ahí ya jugamos más a hacernos reír mutuamente.
Borja: Sí, a sorprender al otro con un diálogo que no espera. Yo recuerdo mi ataque de risa cuando en “Pagafantas” leí que el tío Jaime decía: “No sabía que te gustaban los Héroes del Zodiaco”. Ahí Diego me pilló desprevenido.
Diego: El chiste favorito de Julián López. No de la peli, de nuestra carrera.
Borja: A él también le pilló desprevenido.
David: ¿Os pidió Tele 5 un tratamiento o pasasteis de escaleta directamente a guion dialogado?
Diego: Hubo tres tratamientos: el primero, el laboral; el segundo, más romántico pero algo más secote, menos loco; y el tercero, romántico y entregado al gag, que es el que se ha estrenado.
Borja: El tratamiento es el enemigo de la comedia. Es imposible que un tratamiento sea tan divertido como el guion final, sobre todo en nuestro caso, que somos muy de diálogo. Nuestras pelis tienen su punto fuerte en los diálogos.
Diego: Lo malo es que la cadena puede dudar con un tratamiento de comedia. Llevarse la sensación de que no es divertido. Y te pueden volver loco. En T5 vieron la película clarísima en la primera versión dialogada, a partir de ahí, todo fue afinar detalles que no nos cambiaban la vida.
David: ¿Cómo eran los tratamientos? ¿Cuántas páginas tenían?
Diego: Muy largos, ¿no? Unas 30 páginas. Siempre vamos largos, en cualquier caso
Borja: Sí, tratamientos larguísimos, siempre pasamos de 30.
David: Y sí metíais diálogos, ¿no?
Diego: Algunos chistes que teníamos muy claros, sí están en tratamiento. Pero lo hacemos más de cara a los lectores del tratamiento que a nosotros. Por el pudor de “esto así contado les va a aburrir”.
Borja: Sí, además creo que así lo vendemos mejor, te da una sensación más precisa de cómo será la peli.
David: En teoría el tratamiento debería servir no tanto para saber si la historia es divertida sino para saber si funciona dramáticamente, ¿no?
Borja: Pero en una comedia se espera que uno se ría. Eso está por encima de todo. Desde luego es importante que funcione dramáticamente, pero la guasa es lo primero.
David: Claro.
Borja: Una cosa interesante que hacemos y es idea de Diego, antes de ponernos con el guion, es la ficha de personajes.
Diego: Es curioso porque su utilidad es un poco abstracta, nunca tengo la sensación CONCRETA de que me esté ayudando, pero está claro que sí: hacemos unas fichas un poco de periodismo barato, como si fueran estas entrevistas que hacen a los actores en las revistas de cine, “¿Tu frase más mítica?”, “¿Tu lema?”, “¿Qué odias de ti?”… pero en un rollo muy desahogado, creo que no aguantaríamos tomarnos eso muy en serio y, al ser comedia, buscamos divertirnos también con esa fase.
Borja: Es bueno para fases de bloqueo, cuando nos cuesta avanzar. Nos hace mirar a otro lado y nos da ideas.
David: ¿Pero no son biografías exhaustivas, no? Sino material que luego usáis para caracterizar a los personajes.
Diego: Sí.
Borja: Son cuestionarios, muy de “Quo” o “Elle”.
Diego: Exacto, es hasta divertido rellenarlos
Borja: A veces esos datos no aparecen en la película. Ayudan a saber cómo hablan los personajes, a rellenar huecos de su personalidad. El de Juan Carlitros de “No controles” es antológico.
Diego: Y también ayudan a que, cuando nos dividimos el curro, estemos escribiendo cada uno en su casa para los mismos personajes.
David: ¿Y la relación con el director? ¿Cómo fue durante la escritura del guión? ¿Estaba ya contratado cuando estabais escribiendo o llegó más tarde?
Borja: Cuando nos ofrecieron escribir la peli, pensaban que yo querría dirigirla. Pero teníamos otro proyecto con Telecinco que a mí me apetecía más, por lo que preferimos escribirla y pasar a otra cosa.
David: ¿Y el otro proyecto? ¿Cuál era?
Borja: “Fe de etarras”. Pero finalmente no lo hacemos con ellos. Cuando teníamos una primera versión de guion llamaron a Emilio.

Rodando la escena de la manifestación.

Rodando la escena de la manifestación.

Diego: No se metió mucho, fue siempre muy respetuoso porque la primera versión le hizo mucha gracia. Nosotros trabajábamos en las siguientes versiones y, antes de mandársela a la cadena, quedábamos con él y comentábamos algunos detalles.
Borja: Sí, él vio desde el principio que la trama y los personajes funcionaban. Quería afinar un poco la relación padre-hija, que creo que es su principal aportación.
David: En Twitter habéis comentado que hubo aportaciones a los diálogos de la gente de “Que vida más triste”, por ej. o de los actores andaluces Alfonso Sánchez y Alberto López. ¿Cómo gestionáis esas aportaciones?
Diego: Rubén Ontiveros o Mario Albelo son gente con la que siempre contamos para que se lean nuestros guiones y siempre nos cuelan 2-3 chistazos. Son unos superdotados para eso, son dos de las personas que mejor dialogan humor que yo conozca. Pero también lo hicieron en “Pagafantas” y “No controles”.
Borja: Ahí hay un tema. Somos vascos y los chistes de allí los controlamos. Los andaluces, no. Algo que ansiábamos mucho es que el actor que hiciera de Rafa fuera andaluz y aportara mucho en la manera de hablar del personaje.
Diego: Sí, para que no quedara falsísimo. Entonces, en la parte de Andalucía, teniendo a un actor malagueño y dos sevillanos, los chistes pasan a ser rematados por sus expresiones.
Borja: A mí me gusta cuando Dani Rovira confiesa que ha mirado el móvil de Amaia y dice “un salpicadito”. Eso no estaba en guion, por ejemplo. Me parece que hace suyo el personaje. Y en lo vasco hay frases como “el puto cura” o “perder has hecho” de Karra Elejalde que son aportaciones suyas. Pero por otro lado sí hay mucho diálogo tal cual del guion. Es que suele pasar que parece que el actor ha improvisado todo… No es una queja. Sólo una constatación. Me pasa desde Mariví Bilbao en el corto “La primera vez”, que el público lo veía y creía que estaba improvisando sobre la marcha.
David: ¿Cuántas versiones escribisteis del guion? Y, ¿cuánto duró el proceso de escritura?
Diego: Versiones de tratamiento 3. Dialogadas creo que 8. Aunque igual hubo las típicas separatas cuando se acercaba el rodaje. Y el tiempo total, como un par de años
Borja: Con muchos parones, eso sí, por la situación de Telecinco, que retrasó la producción de proyectos casi un año, en bloque.
David: Siguiendo con el tema de la improvisación (o no). Algo que en realidad sería una pregunta para Martínez Lázaro pero que me produce curiosidad: ¿Se permitieron improvisaciones de los actores y que aportaran cosas en rodaje, a lo Apatow? Dicen que Apatow (y eso es lo que se ve en los extras de los DVD de sus pelis) hace una toma con el guion y luego deja que los actores meten sus morcillas a ver si alguna merece la pena. ¿O eso es algo que una película española (por tiempo de rodaje) no se puede permitir?
Borja: Eso en España no se puede hacer. Es así. Y creo que tampoco hay una cultura de improvisación loca como la de los cómicos americanos. Yo muchas veces, como director, y si vamos bien de tiempo, pido al actor una toma “bonus track”, donde lo puede hacer como le dé la gana. Y a veces esa toma es maravillosa y otras una mierda. Pero creo que las improvisaciones de ensayo o rodaje, en el caso de “8 apellidos vascos”, son mucho más puntuales.
David: Además casi todos esos cómicos americanos también escriben, ¿no?
Borja: Claro.
Diego: Es otra cultura. Y si no escriben, venían de clubes de improvisación.
Borja: Exacto.
Diego: De todos modos, creo que los cómicos de ahora, tipo Dani Rovira, van estando más capacitados para eso. Dani se escribe su material, ha hecho mucho directo y, de hecho, cuando estás con él te das cuenta de que es muy rápido.
Borja: Pero la industria es la que no está capacitada, con rodajes de 6 semanas o menos.
Diego: Claro. Y yo, como guionista, me imagino una comedia rodada en 12 semanas para que haya mucha morcillita, y que el resultado no tiene ni puta gracia.
Borja: Hay actores cómicos buenísimos que no son capaces de improvisar.
David: También.
Diego: ¿Se sabe cómo lo hace Todd Phillips? Es que a Apatow le tengo paquete.
Borja: Lo de Apatow es fascinante, ver los making. Como Will Ferrell con Adam McKay. Es brutal el nivel.
Diego: Igual en “Funny People” tenían que haber improvisado un poquito menos, ¿no?
Borja: Jajajajaja. Sí, se les fue de las manos. Un par de horas, en concreto.
David: Carlos Areces por ejemplo es alguien que morcillea muy bien, con mucha gracia.
Borja: Pues con Areces, por ejemplo, rodamos hace poco un piloto que escribieron Diego y Juan Cavestany y no improvisó ni una coma. Se le notaba cómodo con el guion.

Carlos Areces en "¡Aupa Josu!".

Carlos Areces en “¡Aupa Josu!”.

David: Me gustó mucho. Ojalá el éxito de “8 apellidos…” sirva para que se animen a emitirlo.
Diego: “Aupa Josu” es lo que más me gusta de lo que he hecho con Borja, y me flipa la sociedad que hacemos con Juan.
Borja: De hecho, en “Aupa Josu” nos dimos cuenta de que debíamos improvisar algo. No por ganas, sino porque me di cuenta de que nos estábamos quedando cortos. El guion era de 60 páginas y los actores hablaban a toda pastilla, por lo que metimos un par de cosas en rodaje para estirar un poco. Pasó como con “Pagafantas”, un guion de 95 páginas que luego dura 78 minutos. Pero las improvisaciones de “Aupa Josu” eran más de escenas aparte, como cuando levanta los brazos en plan Nixon, por ejemplo. El guion se rodó tal cual.
David: El tono es fundamental en comedia. Y lo es desde la escritura. “8 apellidos…” y “Aupa Josu” son muy distintos en ese sentido. ¿Lo son tanto desde guion o es el resultado de la interpretación que hace de ellos cada directorl?
Borja: Creo que parten de la escritura.
Diego: Sí, claro. Se escribe de manera totalmente diferente, muy conscientes de qué busca cada proyecto.
Borja: Creo que el tono es territorio del director, pero sí hay algo ya desde guion que marca, incluso antes de guion, son las intenciones iniciales.
Diego: En “8 apellidos vascos” hay chistes, gags muy claros, y en “Aupa Josu” eso quisimos evitarlo, de hecho, incluso íbamos quitando del guion aquellos momentos en los que hacíamos comedia claramente.
Borja: El planteamiento inicial era muy diferente.
David: La situación incómoda sustituye al gag.
Borja: “Aúpa Josu” es una comedia más bajonera, sin chistes de diálogo.
Diego: A mí me encanta escribir las dos cosas, no creo que haya una cosa mejor ni más difícil que la otra, pero es una decisión que tomamos en base de para quién estamos trabajando.
David: Yo en “Aupa Josu” con los diálogos de los payasos abertzales me partí de risa…
Diego: Jaja.
David: Y ese plano del niño llorando…
Borja: No veo diferencia entre escribir un gag o una situación incómoda, siempre hay un concepto detrás. Pero es un concepto más dirigido a la exageración o a destacar un aspecto mediocre del personaje.
David: Y las conversaciones con el “contacto”… pero vaya, sí, que es otro tono, otro mundo.
Borja: Sí, son diálogos realistas. Es decir, no es nada que no pase en la vida real.
Diego: Eso es. El gran debate es si “Aupa Josu” llega a tanto público como “8 apellidos”, que obviamente, creo que no.
Borja: Creo que en “Aupa Josu” el público objetivo éramos Cavestany, Diego y yo. Ahí está la diferencia. Lo hicimos para nosotros.
David: Mmm… no sé… mi impresión es que podría gustar mucho. Pero a lo mejor me equivoco.
Borja: Yo creo que habría gente que diría “¿Esto es una comedia? Si es deprimente…”.
David: En Inglaterra “The Office” fue un éxito. Y mil series así lo han sido. Solo hay que intentarlo.
Borja: Claro. Por eso lo hacemos.
Diego: A ver si se estrena, aunque no sé yo si los programadores de Euskal Telebista leerán Bloguionistas.
Borja: Yo hago cine por el convencimiento absoluto de que puedes hacer algo buenísimo y que guste a la gente.
David: Volviendo a “8 apellidos…”, hay algo de lo que he hablado mucho con mis alumnos y es que, frente a lo que mucha gente cree tras leer libros como el de McKee, ni todos los personajes en cine tienen un arco de transformación, ni un conflicto interno que se resuelva en el clímax. Pasa en el terror (Alien), pasa en la aventura (Indiana Jones), y también pasa en la comedia. Mi impresión es que le pasa a Rafa, el protagonista de “Ocho apellidos vascos”. Quiere ligar con Amaia, y ya. Por lo demás él está bien, no tiene nada que resolver a nivel psicológico. Pero ese objetivo es suficiente para ponerlo en marcha. Mi teoría, quizá equivocada, es que cuando en comedia sí se le da al protagonista un conflicto interno (al personaje de Jack Lemmon en “El Apartamento”), su resolución hace que inevitablemente el tercer acto derive en drama. Y Rafa parece diseñado para evitar esa deriva al drama final. ¿O no es así?

Borja: No creemos en los grandes conflictos.
Diego: Yo creo que esto también tiene que ver con lo que decíamos antes de cuál es el proyecto que estás escribiendo. Si quieres que te quepan muchos gags y la gente se meta en el cine con la esperanza de reírse muchas veces y todo el tiempo, no puedes cargar al personaje de un gran conflicto que, para resolverlo, te va a llevar de manera inevitable a hablar en serio de esa resolución. Si quieres que hasta el clímax tenga comedia, habrá que darle un esquema que sustente todo, que haya progresión, pero que cuide el protagonismo de los gags. Hay una frase que leí en internet y me fascina: “los gags muy bien pero el guion una puta mierda”. El problema es mío por leer frases en internet.
David: Como si los gags no fueran también el guion…
Borja: Pero creo que también tiene que ver con nuestra actitud ante las pelis, las estructuras, los conflictos. En “Pagafantas” decidimos que no habría evolución de personaje. No pasaría Txema de A a B, sino de A a A.
David: Claro, en “Pagafantas”, donde el prota sí tiene ese conflicto (de hecho es la base de la película) lo que hacéis es no resolverlo. Al final el personaje de Gorka Otxoa sigue siendo el mismo (o peor). Me pareció una estrategia muy inteligente precisamente para evitar el final en clave de drama de muchas comedias.
Borja: Eso es.
Diego: Sí.
Borja: Pero incluso ahí el tono iba hacia el drama, por consciencia de que no vas a cambiar. Es que la gente no cambia TANTO. Eso no me lo creo nunca cuando veo una peli.
Diego: Sí, en los últimos 20 minutos de “Pagafantas” no hay casi chistes.
Borja: Justamente la gracia está en que no somos capaces de desprendernos de nuestras mediocridades.
Diego: Pero claro, era un proyecto diferente a “8 apellidos…”, donde diseñamos el primer acto ya pensando que en el tercero tenía que haber comedia por encima de todo.
David: En “Pagafantas” el final en el avión me pareció tremendo, pero muy divertido también.
Borja: Es terror, como el episodio final de “En los límites de la realidad”.
Diego: Creo que, precisamente de cargar a la comedia de “grandes conflictos dramáticos”, ha surgido ese cáncer que es la comedia dramática.
Borja: El dramedia. Uff.
Diego: Que es una fusión que funciona una vez de cada 100. En las otras 99 ni te ríes ni te emocionas
Borja: Lo difícil es lo que hace Alexander Payne, comedia y drama en la misma escena, incluso en el mismo diálogo.
David: ¿En qué películas pensáis cuando habláis de dramedia? ¿Algún título?
Diego: Dramedia es mucho la nueva comedia indie americana, no? Nunca son COMEDIAS puras. Nunca se tiran a la guasa.
Borja: Creo que la primera dramedia clara que vi, pero que justo estaba bien fue “La boda de Muriel”. Pero “Pequeña Miss Sunshine”, “500 días juntos”… No las aguanto.
Diego: Eso es. Ese rollo. En plan “comedia, sí, pero ojo, que tiene mucho cine”.
Borja: Diego, lees demasiado internet.
David: ¿Cuáles serían entonces vuestros referentes en comedia contemporánea? No tanto porque os den un modelo a seguir sino porque disfrutéis con ellos.
Borja: Ahí estamos muy de acuerdo. Es difícil decir algo que a Diego le guste y a mí no. Quizás yo soy más permisivo con el post-humor y demás.
Diego: Para mí, si hablamos de comedia, Adam Mckay, Todd Phillips, los hermanos Farelly, Edgar Wright… Y “The office”, “Louie”, Armando Ianucci (con “The Thick of it”, “Veep”)…
Borja: Alexander Payne es el tipo de director que yo querría ser. De hecho mi objetivo es hacer algo como “Nebraska”. Que considero muy comedia. Y claro, luego hay cosas de amigos nuestros que nos flipan: Cavestany, Alberto González…
Diego: Claro, Juan y Alberto hacen comedia. Pero de un nivel alucinante además.
Borja: Mis 15 minutos favoritos de comedia reciente son de un episodio de “The IT Crowd”.
Diego: El de los baños, ¿no?
Borja: El primero de la segunda temporada, el del musical gay, todo el tramo final.

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David: Bueno, volvemos a “8 apellidos…”, que nos despistamos. A mí lo que más me divirtió de la película (aparte de la mítica llegada a “Mordor”…) fue el tramo que empieza con la cena en la que Amaia le presenta a Rafa a su padre (Karra Elejalde) y termina con él colándose en la casa de Carmen Machi ayudado por el padre. Me gusta mucho que cada vez que parece que el prota va a salir bien librado del lío en el que se ha metido y el padre por fin se va a ir a casa, esté vuelva para “ayudarle” y cada vez le complique más las cosas. Funciona muy bien y es muy divertido. Además los actores están muy bien, sobre todo Elejalde y Rovira.
Borja: Esa es mi parte favorita de la peli.
Diego: Sí, es lo más redondo. De hecho se puede ver fuera de la peli y funciona como bloque.
Borja: Pero creo que viene también de otros guiones nuestros. En “Pagafantas”, a esas alturas de trama, pasaba lo mismo cuando le ponen las mechas, el cumpleaños… Creo que llegamos a ese punto de guion siempre bien. Nos hemos librado ya de plantear la trama, conocemos a los personajes y tenemos el terreno abonado.
David: Y podéis complicarle la vida al prota. El objetivo, como dice el guionista John August, siempre es putearle, ponérselo difícil, cada vez más. ¿En qué momento decidisteis dejar en elipsis la cena, o sea, cuando comen, y que no se viera? Porque esa es una de las cosas que ayudan a que ese tramo funcione. En la escena de cena de “Los padres de ella”, la estrategia del guionista fue justo la contraria, mostrar la escena y dejar fuera el antes y el después.
Diego: En realidad es bloque de “conocer al suegro” ya tiene un peso en minutos bastante generoso. Detenernos, además, en la cena, nos iba a alargar mucho esa zona y se iba a apoderar del segundo acto. Por otra parte, es un tema en el que iba a ser muy fácil caer en lo obvio: lo de comer demasiado, que se cuenta mejor vomitando
que viéndose. Nos hacía gracia pasar directamente a “RAFA sale vomitando”.
Borja: Sí, no queríamos hacer la escena de ingerir. Era más gracioso todo si quedaba en off.
Diego: Como símbolo del estómago andaluz sobrepasado por Euskadi.
David: Clara Lago ha sido la más criticada de la película. Por lo del acento (que a mí también me resulta raro), pero también creo que a eso se suma que le ha tocado un personaje que en comedia siempre resulta muy ingrato, y es el personaje serio, el normal, cuya actitud más creíble contrasta con la del protagonista y los personajes secundarios, que siempre suelen ser más divertidos.
Borja: El payaso blanco es difícil de defender.
Diego: Claro, pero es imprescindible. De hecho, creo que Amaia tiene más peso que la chica de “Los padres de ella”, que no me acuerdo ni de quién es.
Borja: Tiene que haber un rebote cómico. Si no, los personajes más cómicos no funcionan.
Diego: Nuestra vía para darle comedia era cargarla de carácter, que tuviera mucha mala hostia, una mala leche que no suele ser la de las chicas de comedia romántica, y además, darle el nudo de la decisión final.
David: Eso me gustó mucho. Que no es una pánfila.
Borja: Pero el personaje, como el tono de la peli, ha quedado más amable. Cosa que no considero un problema, sino una decisión. Nosotros imaginamos una concejala de Bildu que gruñe.
Diego: Sí, Amaia en nuestra cabeza tenía mucha mala leche, pero es posible que ese tipo de personaje femenino hubiera sido raro para parte del público. Luego, es cierto que pasa una cosa que se vio cuando montaron el tráiler: la peli se explica mejor con la Amaia gritona y malencarada. Y, de hecho, Clara Lago en el trailer parece Linda Hamilton en “Terminator 2”, entre empujones y tacos.
Borja: Sus mejores momentos son los de mala hostia, está claro.
David: ¿Y lo de darle un conflicto interno (o emocional), tan potente, que además se resuelve, con lo de su padre? Ella es el personaje que cambia, no el protagonista. Se reconcilia con el padre y acepta a Rafa.
Borja: Eso era fundamental para la mecánica de la trama. Es decir. ¿Cómo pasa de odiar al tipo a quererle? Teníamos que mezclarlo con el conflicto familiar. Amaia pasa de estar sola a tener una familia.
Diego: De hecho, Borja y yo llevamos 2-3 años muy obsesionados con la relación padre-hijo, y esto íbamos a meterlo sí o sí a las primeras de cambio.
Borja: Las relaciones paterno-filiales nos obsesionan mucho más que las románticas.
David: A mí me gustó mucho esa subtrama.
Borja: Pues ahí viene la insistencia de Emilio como director. Ese tanto es suyo. Esa escena la reescribimos muchas veces.
Diego: Sí, a mí cuando Karra le da el sobre, creo que es de los momentos más emotivos que nos han salido y es porque Emilio, que no es vasco, nos sacó el cariño a nosotros que nunca escribimos esas cosas.
David: De hecho lo que me pasó es que a nivel emocional para mí una vez pasa eso, lo demás me supo un poco a epílogo. Como que ya estaba todo el pescado vendido.
Borja: Totalmente.
Diego: Sí, la cosa es que lo siguiente fuera rápido. Otra opción que se barajó, y que viendo ahora la peli, me parece mejor que en su momento, era que Koldo estuviera en Sevilla en el desenlace. Koldo y Merche, los dos.
David: El final fue lo único que a mí me dejó un poco frío de la película. ¿Por qué Rafa dice que “no” en la escena de la boda? No lo pillé, me pareció un poco artificial, algo que hacía falta para provocar un giro antes del final pero que no estaba del todo bien “vendido”.
Borja: Había un tema que se limó en guion, bueno, más bien en rodaje, que era la motivación económica. Es decir, que Amaia hacía todo esto por el pufo que tenía con la boda. Limarlo ayudó a que la relación padre-hija fuera más emocional, pero claro, la motivación de Rafa para volverse a Sevilla tras decir que “no ” en la boda, quedaba más floja. Porque en realidad él se quedaba en shock cuando se enteraba de que Amaia hacía todo por la pasta.
Diego: Cuando se enteraba de que todo era una tomadura de pelo por pasta, se venía abajo.
Borja: Teníamos un chasco muy claro de Rafa que ahora está desdibujado. Pero eso habría convertido a Amaia en un personaje mucho más mezquino y la relación con su padre se habría resentido. Llegados a ese punto, con la peli a punto de rodar, había que elegir, y
el móvil económico casi desapareció.
Diego: A nosotros nos iba lo mezquino, pero se buscaba una película más blanca en cuanto a motivaciones, y eso se limó para suavizar a Amaia.
David: ¿Y el final con los del Río? Me comentasteis que vuestra intención era más irónica que la escena que se rodó, ¿no?
Borja: Bastante más. Rafa se daba cuenta de que su fantasía es una horterada.
Diego: Claro, la presencia de los del Río era para generar un APOCALIPSIS HORTERA del que se burlara Rafa. Yo creo que el cambio del personaje de Rafa en la peli es ése: se da cuenta de que es un hortera de cojones y no lo había visto hasta entonces.
Borja: Además el sonido es de playback, no de directo. Eso lo cambia todo. Es un matiz pero le da un aire mucho más mágico. Lo nuestro era realismo sucio. Sólo queda el diálogo de “un poco hortera sí que es”.
David: Me gustó mucho la subtrama de amor entre Carmen Machi y Karra Elejalde, esto de que sea una versión inversa de la de los protas, en este caso es el vasco quien se enamora de una española… es muy buena, pero también como muy de manual, esto que se dice a veces de que las subtramas deben de ayudar a ver la trama principal desde otro punto de vista, contar cosas que refuercen el tema y que no te permite contar la trama principal. ¿Sois tan cerebrales al abordar la escritura de subtramas así o es algo que surge de forma espontánea?
Borja: Lo somos. Cerebrales. Porque pasa en todos nuestros guiones.
David: Que no lo digo como una crítica, sino lo contrario.
Borja: Lo sé, lo sé… Yo creo que es porque odiamos las subtramas, pero como nos gustan los secundarios, lo que hacemos es que sea una trama espejo. Nos flipan los secundarios. A veces, demasiado, Juancarlitros en “No controles” se comía la peli.
Diego: El personaje de Merche era un hombre en la versión anterior de tratamiento. Y lo transformamos en mujer para que Koldo rompiera su nacionalismo a base de enamorarse de una extremeña sin darse cuenta.
David: ¿Y cómo era de hombre?
Borja: Era un falso abuelo.
Diego: Un abuelo al que los hijos no le hacían caso y entonces disfrutaba mucho con su rol de “falsa familia” y no estaba dispuesto a que el andaluz se volviera a Sevilla.
Borja: Porque nos gustaba la estampa de familia falsa. Una familia falsa que es más de verdad que la auténtica.
David: Que gran escena la revelación final sobre Merche, cuando se ve el cojín con la bandera de España y las fotos…
Borja: Sí, volvemos al terror de “alguien se da cuenta” que había en “Pagafantas” con los posters de Bunbury o el final del avión.
David: La relación entre Elejalde y Machi queda un poco colgada en la peli. No sabes cómo se resuelve. ¿Era así en el guión?
Borja: No tanto, porque en principio los veíamos en Sevilla. Pero nos pidieron centrar el final en los dos protas.
Diego: Es razonable resolver la trama romántica con ellos dos y nadie más, para darle más entidad. A mí hay algo de que no sepas bien qué pasa con Koldo y Merche que me gusta, porque creo que en este tipo de comedias comerciales no se suele dejar nada sin sobre explicar. El marronazo es que hay que hacer una segunda parte y habrá que pensarlo.
Borja: Alberto González es muy fan de “No controles”, pero dijo algo que nos afectó mucho: que el final, con todos los protas despidiéndose, cerrando tramas, parecía “El retorno del rey”.
Diego: Jajaja. Sí. Desde entonces medimos mucho las despedidas
Borja: Evitamos finales explicativos.
Diego: Esa frase me marcó mucho
Borja: Sí, es nuestra mayor influencia de los últimos años. Ni “Louie”, ni nada. Esa frase de Alberto.
David: Una cosa rara es cómo entra en la película el personaje de Carmen Machi, ¿fue así siempre en el guion? A mí me pareció extraño que aceptara tan fácilmente al prota cuando se presenta en su casa de noche, me costó tragármelo. ¿Cómo razonasteis vosotros ese momento?
Borja: Yo pensaba que era una mujer que se aburría mucho. No tengo conflicto con su motivación en ese sentido. Desde su primera escena es muy cotilla, muy invasiva, muy cercana.
Diego: Y vive en un pueblo tan pequeño y tan vasco, que tiene una conexión desesperada y automática con alguien de fuera.
Borja: Su motivación es que se aburre bastante y se apunta a un bombardeo. Y claro, lo que dice Diego, que empatiza con el no-vasco.
Diego: Es como una “alianza pro-constitucional”
Borja: Jajajaja.
Diego: Creo que en alguna versión, esa parte se explicaba más, y se intentó reducir para ir más rápido al grano.
Borja: Jajaja, Diego, no te justifiques. Nos han pillado. Como con las amigas de la prota, o el ex novio. Probamos a meterlos en la trama y nos sobraban todo el rato.
Diego: Es verdad
Borja: Teníamos que tener pocos personajes, eso estaba por encima de todo para que la trama funcionara.
Diego: Con el novio había alguna situación buena, como cuando se encontraba con Rafa ya vestido con su ropa.
Borja: El ex novio estuvo en casi todas las versiones de guion, pero era otra peli.
Diego: Sí, porque necesitabas explicar demasiado el fracaso de la anterior relación.
David: Justo ahora estoy asesorando la escritura de un guión de comedia que creo que puede estar muy bien en el proyecto de desarrollo “Dama Ayuda”. La guionista, Diana Rojo, está escribiendo la primera versión, y de pronto, hay varias subtramas que nos sobran. Hay una hija que me temo que es vuestro “novio” y no va a sobrevivir a la siguiente versión.
Borja: A nosotros lo que más nos gusta es la unitrama.
Diego: Solo nos gustan las subtramas que abre la trama principal, las que nacen por eso. Por ejemplo, lo de Koldo y Merche es consecuencia de una mentira, que es la trama principal.
Borja: Cuando hay tramas secundarias nos da la sensación de que estamos haciendo un capítulo de “Hospital Central”. Con todos nuestros respetos a la serie, pero creo que el cine o bien es coral a tope, como Berlanga o Altman, o de una sola trama. Odiamos cuando las subtramas están separadas de la principal, cuando ésta no la provoca.
Diego: Eso es. A mí me parece televisivo.
Borja: Y los personajes suelen caer en el proceso, está claro. A mí me ha tocado llamar a un actor para decirle que no venga a rodar, que su personaje se ha caído. Siempre se peca por exceso. Nunca me he arrepentido de haber cortado una escena de guion o montaje. Siempre es mejor más corto. Bueno, hay una excepción en “Pagafantas”. De guion. Sé que a Diego le duele especialmente esa.
David: ¿Cuál fue?
Borja: Una escena con el amigo de tío Jaime, el fotógrafo que SÍ había abrazado el digital.
Diego: Ahí teníamos un encuentro muy chulo con un compañero de instituto que tenía otra tienda de fotos, pero digitales, y se enfrentaba a él en el bar, como si fuera un western, diciéndole que no tenía principios.
David: Cuando nos encontramos hace unos días Borja dijo algo a lo que le he estado dando vueltas, y es que creía que si él hubiera dirigido la película no habría sido un éxito tan grande. Ya os comenté que a mí no me gustó ni la puesta en escena ni esa música como de “dabadabadaba” tipo años sesenta. Y sin embargo, me reí mucho. ¿Creéis que sí que hay un estilo en comedia a priori más comercial?
Borja: No lo sé. Tampoco lo dije por hacerme más “cahierista”, por decir que la peli dirigida por mí habría sido mejor. En absoluto. Pero creo que por ejemplo, el personaje de Amaia habría sido diferente, más hosco, y creo que la clave del éxito de la peli es su amabilidad, su tono caricaturesco y blanco.
Diego: Más que en aspectos técnicos, creo que Emilio ha sabido abrir la película a un público mucho más amplio del que nosotros teníamos en mente, se han simplificado detalles para que se descojone desde el adolescente hasta el abuelo, y si se habla del taquilla es importante este giro.
Borja: Todas las críticas que ha tenido Emilio sobre su puesta en escena las he tenido yo con mis dos pelis como director. El hotel de “No controles” no era la apoteosis del diseño de producción precisamente.
Diego: Jajaja.
David: Yo tenía casi una lucha interna viéndola… como que, vale, no me gustaba formalmente (tampoco es que me horrorizara) y a la vez me estaba riendo mucho. Y no soy de los que se parte de risa con facilidad en el cine. Me preguntaba si la comedia no sería un tanto incompatible con cierta complejidad formal.
Borja: Yo creo que es compatible. Tras “No controles” reflexioné un montón sobre esto. Una cosa es el estilo invisible de Cukor y Hawks y otra cosa es la inexpresividad. Creo que en mis pelis como director he confundido el estilo invisible con el estilo inexpresivo.
Diego: Yo aquí siempre recuerdo una cosa. Cuando se intentó hacer un piloto de “Que vida más triste” con dire de foto, realizador, etc… los mismos guiones no tenían ni puta gracia. Para mí, muchas veces, la comedia funciona mejor cuando la forma no luce demasiado.
Borja: Pero una comedia rodada con intención es más divertida que una comedia “retransmitida”. Ejemplos como Edgar Wright y Javi Ruiz Caldera lo demuestran. Pero entiendo lo que decís. Lo importante es saber dónde está la gracia y que la puesta en escena lo refuerce. A veces reforzarlo es dejar la cámara quieta. A veces puede haber un chiste de movimiento de cámara o un corte concreto.
Diego: En este sentido, los Farrelly son unos superdotados
Borja: Los mejores.
Diego: Hay algunos gags de “Carta blanca” que no se pueden contar mejor.
Borja: La escena del pedo líquido.
Diego: El pedo líquido, o la paja en el coche con la policía mirando.
Borja: Aguantan plano y cortan en el momento preciso. Y viene un plano de expresividad muy graciosa. Sí creo que se puede hacer comedia con la puesta en escena. El tema es reforzarlo.
David: Claro.
Borja: Y creo que lo último que he dirigido lo hace mejor que antes. Si ves el corto “Democracia” o “Aúpa Josu”, hay una intención de cambio.

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“Democracia”.

David: Si, a mí los dos me han gustado mucho. Y me parecen muy bien dirigidos.
Borja: No es que sea una puesta en escena apabullante, no es formalismo, es lo que le pega a la historia. Y la bronca que me cayó cuando Diego vio “Democracia”…
Diego: No me acuerdo qué dije exactamente, pero cuando vi el corto pensé: “No me jodas, hacemos dos pelis… ¡¿y diriges así AHORA?!”.
Borja: Diego y yo estábamos de acuerdo en que por ejemplo, “No controles” tenía una apariencia mucho más pobre de lo que habíamos imaginado. Por culpa de las condiciones de producción y por la mía. Ahora he aprendido a localizar, a no contenerme… Es muy de colegio de curas eso de no presumir. De ahí una puesta en escena tan sosa en mis dos primeras pelis. Muy jesuita.
Diego: También has aprendido a coger una entrevista sobre guion y que acabemos hablando de ti sin que nos demos cuenta. Esto antes no te salía.
Borja: Jajajaja.

9 comentarios en «ENTREVISTA: BORJA COBEAGA Y DIEGO SAN JOSÉ»

  1. Un auténtico pelotazo. Felicidades a Borja y Diego y gracias por lo que nos toca a todos. Sinceramente, creo que 8 apellidos está bastante mejor escrita e interpretada que dirigida y montada. La parte comedia romántica funciona, vaya si funciona. Aunque curiosamente el público no hable de ello al salir del cine, el tercer acto es fantástico y llega a emocionar: mi mujer lloró como una magdalena; afortunadamente, yo pude aguantar.
    Ahora, la crítica. Creo que el primer acto es desconcertantemente corto. La película no arranca bien de ritmo. Chico conoce a chica, riñen, se enrollan y ella desaparece ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Cinco minutos? Probablemente será algo más, pero esa es la impresión que recuerdo. Síntoma de que, para mí, esa parte de la historia pedía más desarrollo. Además, ayudaría a comprender mejor ese enamoramiento y la locura consiguiente de marchar a buscarla… En fin, que muchísimas felicidades y que sigan los éxitos.

    1. Hola, mi opinión es justo la contraria: la película arranca muy bien. No hace falta saber más sobre los personajes para comprender lo que ocurre (no solo a nivel de trama, sino emocionalmente). A Rafa le da una ventolera. Se ha enamorado locamente después de pasar solo una noche con una chica (y encima una noche en la que ni siquiera han tenido sexo). Lo suyo es un impulso irracional. No debe explicarse más porque no puede explicarse. Por eso, cuando se presenta en casa de Amaia ella le mira como si estuviera loco, porque, de hecho, lo que está haciendo es una locura. De haberse desarrollado más el enamoramiento inicial, el desarrollo de la historia no habría tenido sentido. No es lo mismo contar la historia de un tipo que se enamora de golpe de alguien que no le corresponde y se planta en su casa a reclamar ese amor que él imagina recíproco y no lo es (porque, como dices tú, Amaia no puede corresponderle, ¡apenas se han visto!), que la de dos enamorados entre los que ha surgido una conexión más profunda y que se ven obligados a separarse. Habría sido una película totalmente distinta. Me encanta esa cosa quijotesca de Rafa de lanzarse a la aventura persiguiendo algo que solo está en su cabeza. Y por otra parte, precisamente uno de los problemas de muchos guiones es lo que tardan en arrancar. No necesitamos saber mucho de los personajes ni de sus circunstancias para engancharnos a ellos y a su historia. Piensa en lo que sabemos de los personajes de muchas obras maestras durante los diez primeros minutos de la película. En clase uso mucho para hablar de esto “Sin perdón”, ¿y qué sabemos de William Munny? Únicamente los datos esenciales que necesitamos para comprender lo que hace en la historia. Como con Rafa. Contar más habría resultado aburrido. Y de verdad, innecesario.

  2. La verdad es que me reí a ratos, aunque cuando lo hice lo hice bastante. Creo que con ‘8 apellidos…’ me ha pasado lo mismo que me pasó con pelis como ‘Fuga de cerebros’ o la misma ‘No Controles’, que me provocaron una risa intermitente, a coletazos, y creo que eso es debido al hecho de que todas estas pelis viven demasiado de los gags, se construyen al servicio de momentos cómicos (a veces ‘estanco’, sin estar bien integrados a la historia), y no de su conjunto. Desde luego, la pemisa de ‘8 apellidos…’ es mucho más sugerente que las dos pelis a las que me he referido, y creo que ese potencial cómico de base se explota bien. Pero a veces me pasa que veo premisas poderosas y potencialmente cómicas, grandes generadoras de chistes que luego se acaban comiendo el conjunto (en ‘fuga de cerebros’ es descarado el afán de hacer reír a toda costa mediante situaciones desvinculadas de la trama). En mi opinión lo que renquea más de la peli es el tercer acto. Cómo comentava David, ese ‘NO’ de Rafa en la boda me descoloca un poco (¿no estaba superenamorado hasta entonces? ¿asume los riesgos y aflicciones de seguir con la mentira hasta ese punto en el que, precisamente, la peli pide un giro?), tal vez porque no se haya allanado bien ese camino en el que Rafa se da cuenta de lo mezquina que hace a Amaia seguir jugando con sus, ya claros, sentimientos. El momento de ‘descubrimiento de la mentira’ creo que queda un poco desaprovechado, y elude la opción de enfrentar a los principales implicados, enterados, ignorantes y víctimas, en una misma escena (típica escena ‘todo iba sobre ruedas pero la he cagado de repente y sin querer justo cuando todos los implicados estamos en la misma habitación’). Después de la boda, la escena del sobre, el corte a Sevilla… todo sucede, para mí, demasiado precipitado. Y bueno, a nivel formal me transmite ese rollo provinciano, que le pega, pero que en este caso está un poco mal ejecutado (esa música de organillo y esas transiciones chusqueras…). Pero bueno, a pesar de lo quisquilloso que se pueda ser en un blog de guión, hay que reconocer que la peli hace risa y funciona como producto comercial y para toda la familia. Y que, joder, le está dando oxígeno a nuestra industria. Así que bravo! ; )

  3. Reblogueó esto en PAQUEROy comentado:
    De todas las entrevistas que han hecho a los guionistas de “8 apellidos vascos”, me quedo con la de David Muñoz para Bloguionistas. Clase magistral sobre la escritura de comedia.

  4. Pingback: Entrevista: Borja Cobeaga y Diego San José (8 apellidos vascos)

  5. Tener más humor y menos crítica panfletista…. es humor y ya está… que más dan los gags… hay que reírse de nosotros mismos y disfrutar.
    A mi me ha pasado casi todo lo que han dicho en la película… salvo lo de dar le teléfono al cabo de 3 meses…. eso al segundo o tercer día como mucho! Excepto la boda y las mentiras, el resto de situaciones…. ah -.- muy semejantes jajaja me reí hasta llorar, pero de alegría. :)

  6. Pingback: 8 razones que explican el éxito de ‘Ocho apellidos vascos’ | Perspectivas

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