Entrevista y fotos por: Alberto Pérez Castaños y Vicente Bendicho Cascant.
El domingo se estrenó en la sección Málaga Premiere del Festival el esperado documental de Andreu Buenafuente: “El culo del mundo”. Una de las principales responsables de esta película es Eva Merseguer, coguionista y subdirectora del proyecto junto al cómico catalán. Eva lleva más de diez años trabajando, principalmente, en televisión, y siempre vinculada a El Terrat, la productora de Buenafuente. Con “El culo del mundo” ha experimentado un cambio en su carrera, ya que nunca había escrito documentales y, por eso, Bloguionistas quedó con ella en Málaga para que nos contase todo sobre este nuevo reto.

Eva Merseguer
Tienes una dilatada carrera como guionista, pero siempre en programas de entretenimiento como, por ejemplo, Homo Zapping, ¿cómo terminas escribiendo y subdirigiendo un documental como El culo del mundo?
Llevo trabajando con Andreu muchos años y lo conozco mucho, tenemos mucha facilidad para trabajar el uno con el otro. En este aspecto somos casi como una pareja, con sus defectos y sus virtudes. De repente, un día en octubre del 2012 me llama y me dice: “Oye, que tengo una idea en la cabeza para un documental y quiero que lo lleves tú”. Yo no había hecho documental nunca, y él tampoco, pero aún así tiró para adelante. Yo soy muy metódica trabajando y él muy caótico, así que yo era la que ordenaba los temas; todo lo que él disparaba yo lo iba colocando, porque Andreu, en ese sentido, es muy disperso, siempre está dando ideas y yo estaba ahí recogiéndolas e intentando catalogarlas. Al principio no lo veía claro, me parecía una locura y no sabía qué iba a salir, pero después ha sido un regalo, porque he trabajado con algo que es precioso, que es el amor que siente por su trabajo y por la comedia, y, además, con algo que me daba tanto reparo de inicio como es su vida privada. Sin embargo, al ser tan próximos, él supongo que sabía que siempre habría un velo que no me atrevería a cruzar por respeto. Ha sido genial, me ha gustado mucho y quiero hacer otro ya, mañana mismo.
¿Cómo te enfrentaste al cambio de registro en la escritura, además de a todo ese proceso de documentación?
Me enfrenté con mucha honestidad y con mucho respeto porque no sabía nada del tema. Como hacemos todos, evidentemente, me puse a buscar información y a hablar con gente que ha hecho documentales. Aunque lo primero que hice fue decirme a mí misma: “Eva, tranquila, vienes de la televisión y sueles tener mucha prisa por tener el guion acabado y este no lo vas a tener terminado hasta que no se proyecte la película”. Porque el guion, realmente, se ha ido escribiendo en ese año y medio que ha durado el proceso de creación de la película y hasta el último día no se acabó; de hecho, si pudiera seguir, seguiría. Así he afrontado el cambio, con calma y viéndolas venir, aprovechando cosas que pasaban y proponiendo constantemente cosas. Momentos como los de Carlos Areces surgen así, tras una conversación con él sobre si alguna vez había pensado en dedicarse al drama y pensar cómo podíamos enseñarlo. Este proceso ha estado muy bien porque me ha dado una capacidad de control sobre el guión que no da la televisión por cuestiones de inmediatez o del directo. Así que este cambio me ha gustado por eso, porque he podido cuidar y mimar más el producto antes de ponerlo a andar.
¿Y cuál fue esa idea inicial con la que te llega Andreu y de la que quería hacer un documental?
El quería hacer un viaje al corazón de la comedia, entonces le pregunté con quién quería hablar y empezó a decirme nombres. En un primer momento se barajó una opción, que era hablar con un cómico internacional que a él le gusta mucho, pero al final no se pudo llevar a cabo por disponibilidad y por fechas. Con este cómico lo que queríamos era cerrar la historia, porque empezamos el documental con un admirador de Andreu que le escribe tras la cancelación del programa y que para él era un referente y pensamos en acabarla con Andreu junto a alguien a quien admiraba y hablando de la comedia y por qué se dedica a ella.
Me temo que tengo que preguntar quién era ese cómico internacional…
Era Ricky Gervais. Bueno, en un inicio era David Letterman, porque Andreu lo admira mucho y siempre ha dicho que su referente es él; es de quien aprendió gracias unos vídeos de su programa que le puso Joan Ramon Mainat en el año 95. Pero no hubo manera de contactar con él, fue imposible. Entonces pensamos en un plan B, y fue cuando él pensó en Ricky Gervais. Para mí, Gervais es la comedia en estado puro, sin pensar en el qué pasará y sin miedo.
La premisa inicial de “El culo del mundo” me ha recordado a un documental genial titulado Conan Can’t Stop que hizo Conan O’Brien cuando le echaron del Tonight Show y tuvo que estar, por obligación, durante un determinado tiempo sin salir en la tele. ¿Fue un referente? ¿Pensasteis en Conan para ese cierre debido a la similitud de su situación con la de Andreu?
No, la verdad es que no. Principalmente porque la prioridad era Letterman y también debido a que él había hecho ese documental y tampoco queríamos que pensasen que era una especie de copia. De hecho, Jerry Seinfeld también hizo una cosa parecida cuando terminó la serie y volvió a sus orígenes haciendo monólogos… Al final, Andreu con sus ideas nos fue llevando poco a poco hacia otro terreno diferente.
El detonante del documental es un mail recibe Andreu de un fan de Argentina tras la cancelación de Buenas noches y Buenafuente, pero da la sensación de que había otras muchas razones para terminar arrancando la historia…
Sí. El detonante real-real es que Andreu llevaba muchísimo tiempo queriéndose reunir con su maestro Carlos Peisojovich en Argentina, porque hacía 30 años que no se veían. Lo conoció cuando empezó en la radio con 18 años y no lo ha vuelto a ver, y Andreu siempre explica que él fue el culpable de meterle el virus de la comunicación. Esto lo dijo una vez en una entrevista, lo leyó el hijo de Peisojovich y se puso en contacto con Andreu. Eso por una parte, pero es que luego recibió ese mail tan bonito de un seguidor argentino diciéndole que qué iba a hacer ahora sin su programa y qué iba a ver por las noches con su familia. Entonces pensó que ya eran muchas señales y decidió armar todo y viajar a Argentina. Yo le pregunté: “¿Pero y qué vamos a hacer después?”, y él decía que no lo sabía, que primero iríamos a Argentina y luego ya veremos. Y así fue, al volver de Argentina nos dimos cuenta de que había muchas más cosas: ¿qué hace que la gente que te ve desde la otra punta del mundo se ría con lo que nos reímos nosotros? ¿qué es la comedia? ¿qué nos mueve a todos para reír? Entonces, a partir de aquí, se fue creando todo.
Algunos de los momentos más emocionantes del documental son entrevistas que hace el propio Andreu a otro cómicos, como, en mi opinión, las declaraciones de Leo Bassi y Concha Velasco contando aspectos muy personales de su vida relacionados con la comedia o con el propio Buenafuente (que no vamos a contar para que los lectores se queden con la intriga y vayan a verlo). ¿Cómo se preparan este tipo de encuentros en el guión?
En el caso de Concha sabíamos de antemano lo que nos quería contar porque sabíamos la historia de antes, pero era algo tan brutal que dudamos si ponerlo o no, porque no queríamos hacer “pornografía” de momentos así, sino que se viese como algo que nos conmueve. Así que, esta entrevista se preparó sabiendo lo que se iba a contar y, además, salió todo muy rápido, muy limpio y muy natural. Respecto a la de Leo Bassi, su anécdota sale a raíz de contar una especie de “cinco mandamientos de la comedia”. Para Andreu era una entrevista muy especial porque admira mucho a Leo y, pese a que tienen estilos diferentes, le gusta lo que hace. Por eso, Andreu, siempre desde el respeto, sabía hacia donde quería ir con la entrevista a Leo Bassi, y de ahí salió la anécdota que comentas.
El documental termina con un final que todos conocemos: el inicio de “En el aire”. Sin embargo, mientras lo rodabais no estaba claro que el programa fuese a llevarse a cabo. Entonces, ¿cual fue la evolución de la fase final de la película mientras seguía sin confirmarse esa incógnita?
No sabíamos nada: ni si iban a dar luz verde a La Resistencia (el programa que se presentó antes que En el aire), o si se iba a terminar haciendo el de ahora, o si Andreu quería pensar otro programa… Estábamos todo el rato en plan “¿Y ahora qué, hacia dónde tiramos?”. Siempre estaba flotando en el aire la idea de hacer algo más temático sobre la comedia, centrándonos en lo que nos decían todos los invitados… En este aspecto nos ha ayudado mucho nuestra experiencia televisiva y el poder adaptarnos con rapidez a las circunstancias; esto hizo que el documental pudiera avanzar conforme iban surgiendo obstáculos y que supiésemos descartar contenido para quedarnos con el resultado final. Si no hubiesen aceptado En el aire en la cadena, quién sabe qué hubiésemos hecho; yo, por ejemplo, hubiese hecho un final con el cambio que sufre Andreu gracias al nacimiento de su hija, porque Andreu realmente cambia con esto.
Ese aspecto también es muy interesante, porque se ve cómo Andreu cambia de estado de ánimo y evoluciona, en cierto modo, como lo haría el personaje de una película de ficción, ¿notasteis esto y lo aprovechasteis en el guion y en el montaje sobre la marcha o fue algo natural?
Hay voluntad de aprovecharlo, pero es cierto que Andreu evoluciona. De todos modos, toda la parte del nacimiento de la niña y las imágenes suyas no sabíamos si incluirlas o no, porque él es muy respetuoso con su vida privada. Pero decidimos grabarla a ver qué salía y fue al verlo cuando nos dimos cuenta de que no hay por qué no ponerlo, porque es que su hija es una parte real en todo ese proceso de evolución, una etapa más, como la del programa nuevo. De hecho, él afronta el nuevo programa con una mentalidad diferente gracias al nacimiento de Joana, porque rehace su vida, cambia todo, las risas son diferentes a partir de eso momento…
¿Ha cambiado tu relación con Andreu a raíz de este proyecto?
Ha evolucionado. Nos hemos conocido todavía más, porque al trabajar en un género diferente nos hemos visto en situaciones que no conocíamos. Hemos discutido mucho, algo que antes no nos pasaba porque en tele está todo muy escaletado y sabes en todo momento lo que va a pasar y eso sí ha cambiado nuestra relación; quizá en otro momento no le hubiese dicho según qué cosas, pero como los dos queríamos tanto al proyecto hemos luchado por nuestros diferentes puntos de vista. Ha sido muy especial y esto nos ha hecho avanzar. Antes nos conocíamos mucho y ahora nos conocemos más. Mucho más. Nos hemos encontrado en nuestros límites y esto ha sido muy bonito. El documental, en general, ha sido un regalo y estoy deseando volver a trabajar con el equipo de nuevo.
¿Alguien me puede explicar el cargo de “subdirectora”? Primera vez que lo escucho en mi vida. ¿No es co-directora ni ayudante de dirección?
Vamos, que Buenafuente se compare con Letterman o Ricky Gervais… Es como si Tommy Wiseau se declara fan de Orson Welles. Que no, ‘neng’, que no tienes ese nivel…
A pesar de la animadversión que despierta Buenafuente en buena parte de la profesión (no es mi caso, yo creo que es un referente, aunque me carga un poco su entorno), me parece un proyecto interesante. Claro que si no nos mola que lo haga un showman que, nos guste o no, lleva más de 20 años currando en ésto, pues igual tenemos un prejuicio, pero ahí no me voy a meter.
Pingback: “El culo del mundo”, Buenafuente se confiesa | @escinefilo
Los comentarios están cerrados.