ENTREVISTA CON IVÁN ALEDO, MONTADOR DE “EL PRÍNCIPE”

por Carlos López

El principe

La primera vez que visité una sala de montaje pensé que montadores y guionistas éramos individuos de la misma especie. Vi que el montador hacía doble clic sobre la carpeta de su escritorio con el título de la película y que dentro guardaba diferentes versiones, croquis, escenas aún a medio camino… Sí, vale, su ordenador tenía una pantalla más grande que la mía, y él tenía dos pantallas más que yo, pero viéndolo allí sentado, solo, contra la pared, tecleando y moviendo el ratón, me pareció que el rodaje era un mero trámite, que alguna vez el guionista enviaría su carpeta directamente al montador, de escritorio a escritorio. No es cierto, ni mucho menos, el rodaje es donde realmente se pone en pie la historia, donde se la pone a prueba, aunque si uno ve los vídeos del making of de Gravity no sabría si llamarle a eso rodaje.

El montador es un narrador, tiene la cabeza amueblada por el mismo interiorista. La única diferencia –y es una diferencia que lo cambia todo– es que el montador trabaja con los ingredientes contados y el guionista puede cocinar con todo lo que se imagine, incluso lo inimaginable. Los montadores, claro, sólo trabajan con el material ya rodado, pero saben interpretarlo con otra luz, descubren dobles fondos a la historia a base de descodificar las imágenes que le van llegando día a día del set. Ese es su único rumbo: no lo que estaba previsto, no lo que costó rodarlo, sino qué trasmite, qué cuenta. Y qué puede contar si lo cambias de sitio. Y a veces te quitan de un plumazo bloques enteros, o los cambian de lugar, o alteran el orden de los diálogos de una escena. Y uno alucina. Porque cambia todo el sentido, sí, pero de alguna manera ya estaba ahí.

Por eso un guionista siempre aprende cuando habla con un montador, y seguro que a éste le sucede lo mismo cuando trata con guionistas. A Iván Aledo lo conocía hace ya unos años, de la mano del director Jesús Mora. Creo que recuerdo cada vez que le he visto trabajar: porque no han sido muchas y porque cada vez aprendí algo. A veces deja caer una opinión sobre la historia en la que está trabajando, y aunque suele ser una idea de hondo calado, en absoluto improvisada, Iván la deja caer achinando los ojos, como si cometiera una travesura. Iván Aledo es grande, y es uno de los grandes. Ha montado películas de Berlanga, de Médem, de Piñeyro, de Martínez Lázaro. Y ahora está terminando de montar la serie El Príncipe, que esta semana ha estrenado Telecinco (y puedes ver online aquí).

Tengo que decir que para mí ha sido un privilegio trabajar en el equipo de guión de la serie. La compañía no puede ser más talentosa (Aitor Gabilondo como creador y Verónica Fernández, Joan Barbero y Susana Sánchez Carvajal firmando guiones) y el proyecto tiene una envergadura de vértigo. El parto ha sido complicado, cómo no, es una serie cara y la emite un canal privado que necesita amortizarla con un elevado dato de audiencia, así que para llegar a puerto hay que atravesar muchas tormentas. Además, es una serie cuyas tramas van acumulando sorpresas capítulo tras capítulo, de manera que a la vuelta de los cuatro primeros el material es nitroglicerina para el guionista: agítese con precaución.

El trabajo en una serie de televisión es también peculiar para un montador, por el ritmo agotador que se le impone y porque va descubriendo la evolución de los personajes a medida que le llegan a la mesa de edición. Junto a Iván Aledo, en la edición de El Príncipe ha estado Javier Laffaille, además de Enrique DomínguezLouis Trouillet como ayudantes y Rafa Medrano como coordinador de postproducción. Me he permitido robarle un tiempo que no tiene a Iván Aledo para que respondiese a estas preguntas para vosotros. Como era de esperar, os regala generosamente algunas perlas para conservar. Muchas gracias, Iván.

¿Cuál es tu relación con el guión a lo largo de tu trabajo en una película? ¿Sigues todo el proceso, las diferentes versiones? ¿Montas siguiendo el guión, con él delante?

Normalmente me llega el guión de la penúltima versión antes de rodaje y casi empiezo a leer el guión cuando comienza el rodaje no suelo ver ni seguir el proceso hasta llegar ahí, mi visión de el guión es pues la del verbo casi hecho carne.

Cuando trabajas en una serie de televisión, ¿tienes información de lo que va a suceder en la temporada o vas conociendo la serie según te llegan los guiones? ¿No temes desvelar algo o no subrayar algo necesario?

No tengo una información detallada ni oficial de ese tipo de cosas, pero tengo mis “confidentes”, los directores, algún director de producción al que tengo cerca, por no decir encima, a diario. Me gusta que me informen así. “Creemos que Fran no va a ser tan malo, que tiene su corazoncito, ya verás más adelante”. De alguna manera disfruto manteniendo la misma “inocencia” del espectador. En el fondo mi trabajo consiste en ser uno de los primeros espectadores de la serie.

Hay guionistas que prefieren seguir la trama y guionistas más proclives a seguir al personaje. ¿Cómo sigue un montador al personaje?

Mirándole a los ojos, siempre.

Por regla general, los guiones de televisión tienen mucho más diálogo que en cine. ¿Buscas el silencio o es algo prohibido en televisión?

Los guiones en estas series mandan tanto… Apenas se ruedan silencios, y apenas se montan. Los silencios trato de construirlos al montar planos del que escucha en lugar del que habla, de lo que se ve en lugar del que mira. En esos momentos, como espectador que soy , aprovecho para “distraerme” y pensar en lo que está pasando por encima de lo que se está diciendo. Confío en que los espectadores de verdad hagan algo parecido.

Cuando hablamos no decimos exactamente lo que pensamos ni mucho menos lo que sentimos, en la ficción pasa un poco lo mismo y como en la vida es cuando estamos callados, pensando para nosotros mismos, cuando expresamos casi todo.

Que no salga de aquí pero tengo una hermosa colección de silencios que no monto, que confecciono en mis ratos libres, pocos.

¿Visitas los rodajes, los decorados… o prefieres mantenerte al margen para no contaminar la mirada?

La frecuencia de mis visitas depende de la calidad del catering. Va, fuera de bromas, me encantan los rodajes, no sé cómo hay gente que dice que le parecen aburridos, pero prefiero no ir a los “míos”, no pinto nada allí, no tengo nada que hacer y al rato me pongo muy nervioso. No me hace falta para nada, es incuso mejor para tener la mirada del espectador, la credibilidad de los espacios y de los personajes.

Como ocurre en El Príncipe, cada vez es más frecuente el uso generalizado de fondos digitales. ¿En qué medida complica eso el montaje, y no sólo la técnica, sino también narrativamente?

Bueno, nos vamos acostumbrando. Se rueda y se monta con una idea bastante precisa de cómo van a ser esos fondos, los actores también suelen tener esa información en el momento de rodar y … bueno, no deja de ser una de tantas “mentiras” que usamos en el cine necesarias para contar una verdad.

Como relatos audiovisuales, ¿cuál te parece la diferencia fundamental entre el lenguaje de televisión y de cine?

Quiero creer que no hay ninguna, quiero creer que no hay ninguna, quiero creer que no hay ninguna . . . A ver si así repitiéndolo consigo que sea verdad…

Y que no me cueste un disgusto.

Lo que sí es muy distinto es el lenguaje no tanto de cada secuencia si no el de una narración de más de quince horas, ojalá se conviertan en sesenta, que la mayor parte de los espectadores ve por entregas. Eso sí es diferente, y apasionante de verdad, también en el montaje.

¿Cree que un guionista debe escribir pensando en el montaje (sugerir aperturas de secuencia, precisar cortes, o saltos en medio de una escena…)?

Cuando escribís ya estáis montando, se nota que contáis con ello y me encanta. Cada vez está mas asumido lo que es el montaje en la narración audiovisual y cómo interactuamos entre nosotros…De alguna manera estamos muy unidos, no sólo por ser “los olvidados” si no por que creo que guión y en cierta medida montaje somos el “alma” de la película. El problema no es sólo que el alma no se vea, si no que incluso se duda de su existencia.

Has leído muchos guiones en tu profesión. Supongo que de estilos muy diferentes. Háblame de esos estilos que te encuentras y de cuáles son tus preferencias.

Thelma Rittwagen decía que había dos clases de guiones, los guiones rimmel y los guiones tornillo, haciendo referencia, creo, a los guiones más literarios o a los más prácticos. A mí me suelen gustar más leer y trabajar con los primeros y más aún con los que tienen “alma”, mucha, los que no hay quien entienda, los imposibles de rodar. Lo malo es que claro, que casi nunca se ruedan.

Yo he tenido la inmensa suerte de estar en unos cuantos de estos, que se han rodado, y de los que han salido magníficas películas, de esas que te hacen entrar en ciertos bares con la cabeza bien alta. Otro día hablamos de ellos, si quieres.

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3 comentarios en «ENTREVISTA CON IVÁN ALEDO, MONTADOR DE “EL PRÍNCIPE”»

  1. Voy a repetir un tweet que he hecho hoy: después de ver los 10 primeros minutos de “El príncipe”, intenté imaginarme como sería “Justified” con los protagonistas de “Arrow” .

    Molesta y da un poco de pena que un esfuerzo de producción por parte de mucha gente -como el entrevistado- se vaya por el desague porque hay que contratar por narices como protagonistas actores del canon globomedia que queden muy bien sin camiseta o en lencería. En fin…

    1. Puede que tengas razón. Pero los datos de audiencia también pueden interpretarse como que los gustos de la mayoría van por otro lado. Y lo que está claro es que una cadena privada como Telecinco busca una audiencia masiva. A mí me encantaría que alguna vez, y cuanto antes, triunfase masivamente una serie con los códigos de algunas series que nos entusiasman y con un reparto auténticamente novedoso: quizá entonces podamos convencer a cualquiera de que así pueden ser los éxitos. De momento, difícil. Gracias por tu comentario.

    2. En eso tienes absolutamente toda la razón, Carlos. Las series se tienen que hacer para tener éxito y los números cantan.

      Lo que ocurre es que yo tengo la impresión de que la estrategia actual de MediaSet es la de intentar ganarse al público mas exigente amante de las series. Y con un producto así -siempre en mi opinión- no lo van a conseguir. Claro, que , repitiendo el tema de las audiencias, en el caso de que sea así, pensarán y con razón que ojalá todos los “fracasos” sean como éste

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