Fotos de Sofía López y Jon D. Domínguez
Álex Montoya es uno de los cortometrajistas más importantes de España. En su filmografía figuran obras multipremiadas como “Cómo conocí a tu padre”, “Marina” o “Maquillaje”. Con su último trabajo, “Lucas”, ha logrado la nominación al Goya al Mejor cortometraje de ficción. Se puede disfrutar de “Lucas” y de otros trabajos del director aquí: http://vimeo.com/alexmontoyamelia
Álex, antes de empezar, enhorabuena por la nominación. Recuerdo estar viendo la lectura de los nominados y cuando llegaron a tu categoría leyeron tu nombre el último. ¿Te has recuperado ya de ese momentazo de tensión?
El año pasado también era candidato con el corto “Maquillaje” y me tragué la lectura solo. Creía que no me iba a afectar, pero verlo de esa manera, en directo, sin ninguna pista de nada, es realmente estresante, así que esta vez me busqué a alguien para verlo conmigo.
Lo malo es que a esa hora la gente seria trabaja, así que sólo logré liar para la ocasión a un amigo, Pablo Llorens, que tiene dos Goyas por cortos de stop motion. Pablo trajo uno de sus cabezones para darme suerte y yo lo acariciaba mientras miraba fijamente a Clara Lago leer los nominados. Tardó en salir y lo pasé un poco mal la verdad, ya me veía que se iba a repetir lo del año anterior. Y es un rollo, porque tienes que explicar a todo el mundo que una cosa es ser candidato y otra nominado y que hay mucha competencia y esas cosas. Por suerte este año me lo ahorro.
La nominación es el premio más importante que ha recibido el corto, pero hay que recordar que “Lucas” ha tenido un buen recorrido por festivales, incluso fue Short of the Week y Staff Pick en Vimeo…
“Lucas” es un corto de casi media hora, su duración le cierra la puerta de muchos certámenes. Por suerte, los festivales grandes suelen aceptar trabajos de esa duración y ahí ha funcionado bien. Se estrenó en Seminci y tiene premios en Málaga, Medina del Campo, Cinema Jove, Cortogenia…
Además, por llevarme un poco la contraria a mí mismo y a mi estrategia del año pasado, decidí colgar el corto en Vimeo a mediados de diciembre. La experiencia no ha podido ser mejor. Fue rápidamente escogido por el equipo de Vimeo dentro de sus Vimeo Staff Picks, que igual no es muy conocido para el público en general, pero que tiene una repercusión bastante importante en el mundillo anglosajón, y al poco fue también resaltado por Short of the Week, acompañado de un artículo muy perspicaz de Rob Munday. El resultado es un feedback estupendo y 45.000 vistas en un mes.
El caso de “Lucas” es particular: es una historia –escrita a cuatro manos con Sergio Barrejón– originalmente pensada como un largometraje y, al final, el primer acto se termina convirtiendo en corto. El resultado ha sido estupendo, ¿por qué crees ha funcionando tan bien como historia corta?
“Lucas” nace, como dices, de un proyecto de largo. Cuando arrancamos a preproducir el corto ya existía el guión de largo en una primera versión e incluso teníamos la idea loca de aprovechar físicamente el corto como primer tercio del largo.
No es una estrategia inédita: Carlos Therón intentó algo parecido con “Impávido”. Creo que su proceso fue muy parecido al nuestro. Como él, a medida que nos acercábamos a rodar el corto, el guión del largo iba evolucionando por su parte, cambiando los hechos e incluso el tono de ese primer tercio.
Por otra parte Javier Butler, el debutante que interpreta a Lucas, era ya era un poco mayor para el personaje cuando rodamos el corto. Además crecía a ojos vista, casi día a día, imposibilitando que lográramos financiación a tiempo para rodar el resto.
Al final decidimos montar el mejor corto posible, eliminando todo lo que no perteneciera a él, y cruzamos los dedos para que nos sirviera como tarjeta de presentación para el proyecto de largo. Este extremo se ha visto cumplido un poco con esta nominación.
Hace unas semanas monté un nuevo trailer del corto: inconscientemente me salió mucho más cercano al tono que tiene ahora el guión del largo. Lo podéis ver aquí: http://vimeo.com/80381039
“Lucas”, con 28 minutos de duración, es, probablemente, el más largo de todos los cortometrajes nominados al Goya de esta edición. Además, el corto cuenta con una producción importante: numerosas localizaciones, gran elenco de actores jóvenes promesas y adultos consagrados, exteriores nocturnos, rodaje en discotecas, con vehículos… ¿Consideras que es tu trabajo más completo y complejo hasta la fecha?
“Lucas” dura 28 minutos a 25 imágenes por segundo y un segundo menos de 30 minutos a 24. Quiero decir que apuré todo lo posible el tiempo disponible antes de cerrarme las puertas de casi todos los festivales del mundo.
En ese sentido creo que me ha servido para hacerme una buena idea de lo que es rodar un largometraje. Cuanto mas larga es la pieza, el trabajo que exige crece exponencialmente. No sé muy bien por qué es, pero no es el doble de duro hacer un corto de 20 minutos que uno de 10, es muchísimo más duro. Las opciones se multiplican y con ellas las decisiones a tomar y, sobre todo, las concesiones.
Ahora mismo me parece un milagro rodar un largometraje redondo y tengo mucho más respeto por los directores que lo logran. Que Amenábar, por ejemplo, coescribiera y dirigiera una peli tan fantástica como “Tésis” con 24 años me revienta la cabeza.
También es verdad que, como voy un poco por libre, tiendo a comerme yo gran parte de la búsqueda de financiación, de la producción y casi toda la pospo. En ese sentido, quiero empezar a delegar y a dedicarme exclusivamente a lo mío. Así que si hay productores leyendo esto, ya saben.
El corto narra cómo Álvaro (Luis Callejo) le hace grooming a Lucas (Javier Butler), un menor de edad; es decir, se acerca amistosamente a él para lograr satisfacer sus necesidades pedófilas por Internet. ¿De dónde nace una historia tan oscura?
La idea era llevar el concepto de “Catfish” un poco más lejos. Con todas las herramientas que existen ya para buscar la procedencia de una imagen concreta, se hace mucho más difícil hacerse pasar por otro en las redes sociales.
Me puse en la piel de Álvaro y se me ocurrió que lo mejor sería contratar a un chaval atractivo, alguien que no tuviese Tuenti, ni Facebook ni nada, para hacerle las fotos necesarias, para crear la ilusión perfecta.
Pero en el corto no pretendo tanto hablar de la pederastia como de un pederasta. El tema es tan extenso, abarca un espectro tan amplio, que no me interesan sus extremos, poblados de verdaderos monstruos. Me interesa mucho más hablar de Álvaro, de alguien que está bordeando la normalidad, que tiene una inclinación, pero que a la vez trata de no deslizarse por ella, de no caer.
Lucas, por su parte, tampoco es exactamente una víctima. Es un chaval que decide hacer la vista gorda sobre los aspectos más escabrosos de su trato con tal de lograr dinero y aceptación social. Es una especie de actualización de ‘Lolita’, una de las pocas obras que trata este tema sin demasiados maniqueísmos.
¿Cómo fue el trabajo de documentación de un tema tan perverso y desagradable?
Bueno, he leído artículos de prensa, he visto películas (recomiendo la sorprendente “Trust” de David Schwimmer, el Ross de “Friends”), pero sobre todo he mirado a mi alrededor, he recordado cosas que veía de joven y que no me he parado a interpretar hasta más tarde, de gente muy concreta que conocía bien.
Porque al final escribir es una forma de psicología, de tratar de desbrozar el comportamiento humano, de ponerse en el lugar del otro y de mirar hacia dentro: es la mejor forma de documentación.
Eres un director multigénero, pero algunos de tus cortos más reconocidos, como por ejemplo “Cómo conocí a tu padre”, son comedias, ¿qué te llevó a contar un relato turbio como es “Lucas”? Y, habiendo tocado todos los palos, ¿te encuentras más cómodo escribiendo o dirigiendo algún género en concreto?
Estoy un poco dividido, porque lo que más me gusta es el thriller, pero es posible que me salga más natural la comedia. En todo caso sería siempre una comedia de tono realista, con mucho hincapié en los personajes. Mi anterior proyecto de largo, que se quedó con la financiación a medias, era una comedia de boda titulada “No os caséis”. Lo primero que ponía en la memoria de dirección era que la quería dirigir como ‘La boda de Rachel’ lo que volvía un poco locos a mis coproductores.
Además, el corto retrata los problemas y conflictos de los adolescentes actuales, ¿qué tal dirigiendo a actores tan jóvenes?
Estoy feliz con los chavales. Son todos de Valencia y no habían hecho prácticamente nada en audiovisual. Curiosamente vienen la mayoría de dos escuelas muy diferentes. Unos de Escuela 2, que son bastante alternativos y hacen mucho hincapié en la enseñanza de las artes y los otros del Colegio Alemán, más clásico y académicamente muy exigente.
Lo cierto es que a la hora de trabajar no noté mucha diferencia: todos eran aplicados, trabajadores y muy entusiastas, escuchaban muy atentamente. El mérito es todo suyo, especialmente de Javier, que tiene un talento innato muy grande.
Sin embargo me he quedado con ganas de más, creo que podría haberlo hecho mejor. Les he tratado como actores con experiencia, suponiendo que iban a prepararse muchas cosas por su cuenta y, luego, en rodaje, he tenido que ser muy restrictivo, que imponer mucho mi idea, porque se nos tiraba el tiempo encima.
Si hago el largo, trataré de ensayar más con los chavales para que puedan aportar e internalizar las escenas para así poder luego darles más libertad en el rodaje.
He observado que en otros cortos tuyos como “Marina” y “Abimbowe” también se trata el tema de la suplantación de identidad y el fingimiento. ¿Por qué esa tendencia a tratar estos asuntos?
Bien visto, aunque si nos ponemos finos, el fingimiento es uno de los principales motores dramáticos. El subtexto es una forma de fingimiento y el espectador disfruta enormemente percibiendo esa discrepancia entre lo que que se dice y lo que se piensa o se hace.
Poder conocer lo que está pensando una persona, de entender las claves de su comportamiento, es uno de los grandes placeres del cine, que no tenemos casi nunca en la vida real.
Llevado más lejos, con estrategias de engaño que van complicándose progresivamente, es una de las armas más recurrentes de la comedia. Así a bote pronto diría que está en la base de la mayoría de situaciones cómicas.
Con los buenos resultados del corto, la nominación ya como una realidad y a la espera de ver si “Lucas” se lleva el galardón, ¿la versión largometraje está más cerca de producirse?
Algo hay, pero vamos a esperar a ver si se confirma.
Desde luego, si con ese final lo que pretendías era dejar con ganas de ver cómo continúa la historia, lo has conseguido…
¡Pues no hemos incluido el giro que da paso al segundo acto de la peli! Es algo que discutí bastante con Sergio Barrejón. A mí me parecía anticlimático, pero él quería incluir, aunque fuera en créditos, una pequeña escena que nos contase lo que pasa a continuación, y es que la chica de Skype desaparece y la policía encuentra su ordenador lleno de fotos de Lucas, lo que les lanza sobre su pista. ¡Encuentran incluso la conversación de Skype grabada!
Ficha de Álex Montoya en imdb.com
Álex Montoya es uno de esos cortometrajistas que inexplicablemente siguen siéndolo con un talento más que comprobado. No entiendo cómo es posible que no haya saltado al largo desde su primer corto.
Con “Cómo conocí…” ha rascado más risas y premios (Sundance incluided) que muchas carreras consagradas. Y sí, es colega. Y sí… Si hay justicia el Goya nos debería dar igual, porque lo que este tipejo merece… ES UN PUTO LARGO YA.
Lo suscribimos palabra por palabra. Queremos ver Lucas (más después de tremendo spoiler!)
“Una gran pieza, y un atisbo de prometedor largo”.
Javier Ocaña, CINEMANÍA.
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