Por Natxo López
A principios del 2012 escribí un guión de cortometraje titulado “Pase Privado”. Era una historia pequeña, inspirada en experiencias y recuerdos de los años en los que trabajé como acomodador en los Cines Golem de Pamplona. No quiero desvelar demasiado, pero digamos que también era un ejercicio narrativo que investigaba en el uso de la elipsis y del punto de vista del personaje. Mi intención era dirigirlo, a pesar de la buena experiencia que había tenido con “La Media Pena”, en la que alguien más ducho que yo en las lides de la claquetas, Sergio Barrejón, se había hecho cargo de esa responsabilidad con excelente resultado.
Pero sí, me he vuelto uno de esos guionistas engreídos que se aventuran a ponerse detrás de una cámara. No me quedaron excusas cuando Íker Ganuza, productor de “La Media Pena” (además de maravillas como el film “La Buena Nueva”), me dijo que le había gustado el guión y quería producirlo. Tardamos algunos meses en arrancar (en parte por un lapso de tiempo que me tomé debido a mi reciente paternidad). Confeccionamos los dosiers pertinentes y tuvimos la fortuna de ser seleccionados para recibir ayudas del Gobierno Vasco, del ICAA y de la Comunidad de Madrid (esta última nos fue comunicada en mitad del rodaje y con poco margen de entregas, en una argucia burocrática que ha provocado que muchos aspirantes deban devolver las ayudas).
Pero vamos que sí, que soy un director subvencionado; se abre la veda para insultar.
“Pase Privado” fue rodado hace pocas semanas en los cines Dreams de Madrid, que nos abrieron las puertas de su casa durante tres noches, y con un elenco de lujo: Gorka Otxoa, Natalia de Molina (a quien muchos habrán descubierto en la última película de David Trueba “Vivir es fácil con los ojos cerrados”) y Josean Bengoetxea, actor vasco de dilatada carrera y reconocido talento.
Como guionista que se lanza a dirigir, y aunque no se trate de un largometraje -como en el caso de Daniel Castro y su estupenda “Ilusión”- he considerado de cierto interés emular a Barrejón en aquel post y escribir sobre la experiencia, de la que saco unas cuantas enseñanzas que cualquier director primerizo conoce perfectamente, pero que a mí me hubiera sido beneficioso escuchar antes de rodar. Intentaré resumir sin caer demasiado en el autobombo.
En primer lugar, hay TRES reglas fundamentales para ser un buen director:
1- Rodéate de un buen equipo.
2- Rodéate de un buen equipo.
3- Rodéate de un buen equipo, cojones.
En ese equipo incluyo desde actores hasta el último auxiliar de producción que prepara los bocatas. Por suerte para hablar de mi experiencia no necesito recurrir a eufemismos del tipo “fue un rodaje muy intenso” o “todos tuvimos que buscar lo mejor de nosotros mismos”. No, no hubo hostias ni malas caras, fue un rodaje fluido y agradable porque estaba rodeado de un buen equipo.
Por supuesto que hubo problemas y cansancio y esfuerzo, pero eso forma parte de cualquier rodaje. Cada miembro del equipo sabía lo que tenía que hacer y lo hacía bien (excepto yo, en ciertos momentos), y eso, espero, redundará en el resultado final.
Hay que prepararse bien.
No dudo de que existen directores avezados que llegan a la localización sin planificar y que, sobre la marcha, deciden cómo van a rodar cada secuencia. Pero para alguien más inexperto, y por mucho que uno tenga la historia en su cabeza, todo lo que sea preparar y planificar terminará resultando positivo. Yo me dibujé un Story Board entero del corto. Y me costó, porque no soy muy buen dibujante y me lleva mucho tiempo que quede medio bien. Pero lo hice, en primer lugar, porque ayuda a que el proyecto resulte más atractivo cuando se solicitan las ayudas. Y también, y sobre todo, porque es una manera estupenda de obligarte a reflexionar e imaginar cada plano.
Obviamente, cuando encontramos la localización y empecé a colaborar con Antonio J. García, el Director de Foto, y David Casas, Primero de Dirección, gran parte de la planificación cambió gracias sus acertados consejos, y combiné el Story con dibujos de “plantas” de las localizaciones donde se especificaban posiciones y movimientos de cámara y actores, algo en realidad más útil para el equipo de rodaje.
Todo esto no significa que la planificación prevista fuera la mejor posible -ahora sé que me equivoqué en unas cuantas decisiones- pero sí que estaba pensada y consensuada, lo que ya es mucho.
Los actores son tus aliados a la hora de transmitir la historia.
El actor da vida, voz, intención, cuerpo y matices al personaje. Yo he tenido la fortuna de contar con tres magníficos intérpretes a los que pude dejar rienda suelta para proponer, morcillear y rebuscar. Tres auténticos “segurolas” que tenían aprehendido el texto y asimilaban con tino las indicaciones más sutiles. Eso no sólo permitió mejorar considerablemente lo que estaba plasmado en el guión, sino que hizo el rodaje más fluido, más eficaz, permitiéndonos ganar tiempo para resolver cuestiones técnicas.
Hay que tomarse las cosas con tranquilidad, reaccionar y adaptarse.
Tres días antes de empezar el rodaje se nos “cayeron” la Directora de Arte y la Script. Dos días antes se cayó una localización. Uno de los actores tuvo un ataque de ciática en la cadera cuatro días antes. Durante el rodaje hubo un apagón de luz que tardamos casi una hora en resolver. La “doble de pino” que habíamos traído no aguantaba más de tres segundos haciendo el pino. El último día no tuvimos tiempo para montar un travelling previsto. Hubo que adaptar el plan para que en mitad del rodaje uno de los actores pudiera recibir un premio en un festival de Murcia. A otro le pusieron un rodaje ineludible la mañana siguiente a nuestra última jornada nocturna. No conseguimos a tiempo una barra de metal falsa que necesitábamos para simular un golpe. Surgieron decenas de pequeñas dificultades de peluquería, vestuario, atrezo, producción, sonido (campanadas locas, máquinas insospechadas…).
Y sin embargo todo esto acabó resolviéndose de una manera u otra. Porque en gran parte de eso se trata esto de rodar, de ir solventando marrones. Y por eso es tan TAN importante el punto número uno.
Hay que escuchar a los que saben.
El director decide constantemente sobre cuestiones que ni se le habían pasado por la cabeza. En un determinado momento de nuestra historia el protagonista se arremanga la camisa. Y entonces surge la duda: ¿cuántas vueltas ha darse a las mangas? Estuvimos unos dos minutos valorando opciones: dos vueltas grandes, dos y media más pequeñas… Tres vueltas era a todas luces excesivo. De alguna manera, el número de vueltas que se le dieran a las mangas estaba definiendo el personaje. Sé que suena a locura, pero así son las cosas cuando se está rodando. Todo importa. Todo cuenta. El director acaba decidiendo todo, sí, pero partiendo de la opinión de quienes saben más que él. Especialmente importante es escuchar a los actores, al Director de Fotografía, al Director de Producción y al Primero de Dirección, que van a salvarte el culo una y otra vez. Poder de decisión no implica que no te asesores constantemente.
Esto consiste en tomar muchas pequeñas decisiones.
Dirigir actores y decidir dónde va la cámara son las funciones más conocidas del director, pero son en realidad sólo es una parte, cada uno de los departamentos va a exigir tu supervisión constante. En el guión de “Pase Privado” escribí esto en una linea de acción:
“Carlos se pone una camisa que él considera cool. Pero sólo él”.
Esto, que es muy fácil y divertido de redactar, luego supone una decisión compleja que puede requerir tiempo. Hacía falta una camisa hortera, pero sin cruzar demasiado la linea de la verosimilitud. Estuvimos decidiendo entre varias opciones, pero el primer día de rodaje aún no teníamos ninguna que nos acabara de convencer, así que sacamos unos minutos para buscar en Internet, y finalmente encontramos algo que nos gustó en la web de Zara. Una ayudante de producción cogió un coche y fue a comprarlo. El resultado fue éste. A mí me gusta. Y me hace gracia (que haya gente que se la compre, y se la ponga).
Pero, sobre todo, esto consiste en liderar a un equipo de GENTE.
Los cortos sirven para aprender, coger callo y darse a conocer, pero aun así no hay que olvidar que en ellos normalmente casi nadie cobra, y que el equipo está trabajando gratis para sacar adelante TU proyecto. Por pura vergüenza, un director no debería permitirse que nadie currara más que él. Tan importante como tomar buenas decisiones es asegurarte de que tratas bien a todo el mundo, de que el equipo trabaja a gusto, de que nadie se cabrea y de que todos den lo mejor de sí mismos de manera voluntaria.
Vas a terminar agotado.
Dirigir es agotador, física y mentalmente, hay que asumirlo y llevarlo con deportividad. El director debe estar al 100% antes, durante y después del rodaje. Pero especialmente en el set debe estar disponible y funcional en todo momento. Hasta escaparse para fumar un cigarrillo entre planos puede suponer que dejes de atender a alguien que te necesita para algo. Si te relajas un momento, debes avisar y estar preparado para volver cagando leches. Ah, y el red bull puede ser tu amigo en un rodaje nocturno. A mí me rescató de los brazos de Morfeo.
La responsabilidad del director no es rodar al milímetro el guión, sino mantenerse fiel al texto adaptándose a las circunstancias.
Todos los guionistas hemos visto alguna vez algo rodado que no se ajustaba a lo que habíamos escrito. A veces por malas interpretaciones del director, pero con frecuencia hay cambios basados en decisiones sobre el terreno que son necesarias y beneficiosas, bien porque algo no resulta como esperábamos, bien porque aparecen ideas y detalles en los ensayos que enriquecen la propuesta original (y ése es uno de los retos de dirigir, saber con cuáles debes quedarte).
En un rodaje surgen paletadas de dificultades e inconveniencias imposibles de prever, y gran parte de la responsabilidad del director es adaptarse para seguir contando la misma historia que hay en el texto, aunque algunos elementos varíen. En el caso de dirigir tu propio guión la ventaja es que no tienes que pedir permiso a nadie para cambiar lo que consideres necesario. La parte mala es que la responsabilidad va a ser tuya y sólo tuya.
Es aconsejable rodar una historia que te suponga un reto.
“Pase Privado” es una historia a la que le tenía ganas hace tiempo, en parte por sus referencias al universo físico de los cines donde yo había trabajado, pero también por ese juego narrativo complejo que no resulta fácil de resolver en la sala de edición, y que está haciendo que el proceso de montaje sea minucioso y estimulante, gracias a la colaboración y la paciencia de Raúl de Torres (un buen tipo que, entre otras, acaba de montar la magnífica “Gente en Sitios”, de Juan Cavestany).
Un corto es el formato perfecto para experimentar, probar y arriesgarse. Cuando uno se va a pasar meses metido en un proyecto por el mero hecho de aprender y disfrutar, más vale que sea una historia con recovecos y complicaciones, de la que no te vayas a cansar a la tercera lectura o visionado.
Después del rodaje queda mucho más.
Montaje, postpo, sonorización, música, etalonaje, distribución… Son fases importantes en las que se define la calidad y la eficacia última de la historia y en las que, de nuevo, es prioritario escuchar a tus colaboradores. A veces los tiempos y plazos pueden resultar tediosos, pero merece la pena disfrutar, sacarle jugo y aprender de cada parte del proceso.
Luego ya, si el resultando acaba siendo un absoluto desastre, la culpa siempre es del guionista.
Los dibujos son una pasada, menos mal que dibujas mal porqué si no…
Muy interesante el post!
Obviamente he cogido dos que quedaron medio resultones, pero te aseguro que me cuesta esfuerzo y tiempo, y que la mayoría eran bastante más desastrosos.
Muchas gracias por leer y opinar. Y felices fiestas.
Totalmente de acuerdo, Natxo. Desde mi pequeña experiencia como guionista/director, me quedo especialmente con el tema del “rodéate de un buen equipo” y con la necesidad del director de ser “accesible, educado y atento” con todo un equipo profesional que trabaja para sacar adelante TU proyecto… Y, por supuesto, con lo del desgaste físico y mental.
Muy interesante ver reflejados muchos de mis propios pensamientos en este post.
¡Un saludo y suerte con la distribución!
Gracias, javier. Mucha suerte a ti también en tus proyectos. Un saludo.
¡Los dibujos enormes! ¡Qué tiemble Daniel Clowes! Podrías hacer una novela gráfica segurisísisisismo.
Entiendo que para ti eso sea dibujar mal, pero creo que mejor no enseño mis bocetos de storyboard para mi corto, resumidos son así: Cualquier ser humano definido en cinco palos y un círculo como cabeza, y pelo si estoy inspirado.
Espero que lo de escribir y dirigir no se me de tan mal, aunque dudo que no se me de tan mal. Como Javier, me resulta curioso leer que, al parecer, dirigir es para todos igual. Esos momentos de incertidumbre, de disponibilidad, de preguntas surgidas de la nada que suponen, en definitiva, el todo. Verte superado en ocasiones porque en el papel parecía interesante pero en la vida real era una idea absurda…
Mi trabajo ha sido como práctica final de un curso bastante pobre en medios, que duró 5 meses, y obviamente el presupuesto era de 0€ (y aún así pude contar con Ricardo de Barreiro como protagonista y Luis Avilés, dire de Retornos, como profesor). Nada que ver con ser subvencionado, claro ;) (puya de broma).
Ganas de ver el resultado, por cierto :)
Muchas gracias por este post, llevo una larga temporada pensando en dar el salto y atreverme a dirigir alguno de mis propios guiones y el poder aprender de las experiencias de otros ayuda.
En parte también creo que es necesario enfrentarse a una dirección de un guión propio para ver que algunos cambios son necesarios y que no son porque le sale de las narices al director.
Un saludo y suerte, tiene muy buena pinta.
Y aquí tienen ustedes un primer teaser del corto.
Los comentarios están cerrados.