LAS PUTAS, LOS MARICONES Y LA GUERRA CIVIL

Por Chico Santamano.

 himmler

Nazis en la Plaza de Toros de Las Ventas.

Desde que tengo uso de razón llevo oyendo eso de que todas las pelis españolas van de putas, maricones y guerra civil. Evidentemente esto es falso. O al menos es falso desde que tengo uso de razón, claro. Y de eso hace ya unas cuantas décadas. Tampoco tantas. No se crean.

Nos encontramos ante un argumento peregrino que a pesar de la evidencia sigue ahí, enclaustrado en cierto sector de la sociedad, tan fresco y lozano como el primer día. La verdad es que cuando oigo y leo esa idiotez siempre pienso lo mismo…

Ojalá hubiera más pelis de putas y maricones. Pelis que rocen el escándalo. Que provoquen debate social y mucha controversia. Historias que remuevan conciencias. Que nos muestren una realidad por muy dura que sea. Películas tan alejadas (o quizá no tanto) a nuestra naturaleza interior que sintamos una irresistible atracción a pasar por taquilla aunque sólo sea para rechazarlas desde lo más profundo de nuestras entrañas.

Estoy harto de oír hablar de “la peli escándalo del año en USA” o “la peli escándalo del año en Francia”. Sin embargo, por aquí andamos adormecidos contando por enésima vez la misma historia sobre la inmigración buenista pensando que eso es de verdad cine social. También hay otra posibilidad y es que quizá… ya estemos curados de espanto.

La otra cosa que se me viene a la cabeza es… Ojalá hubiera más pelis sobre la Guerra Civil. Pero no de la posguerra, que es de lo que se ha hablado hasta la saciedad y tanto hartazgo levanta. Hablo de género bélico puro y duro. Ya, ya sé que eso cuesta más pasta que contar el despertar sexual de un niño en la España profunda y franquista, pero cualquier guerra está trufada de pequeñas historias. Historias como esta.

No todo tiene por qué ser bombardear Madrid como si nos enfrentáramos a una peli de Michael Bay. A pie de trinchera hay mucho que descubrir y aquí surge otra de las grandes críticas… ¿Por qué en el mismo bando? ¿Por qué los rojos siempre son los buenos y los nacionales los malos malísimos? ¿Por qué el mensaje “progre” prevalece sobre todo lo demás?

Estoy de acuerdo en que la mayoría de las veces el tema se ha tocado desde un maniqueísmo que daba ligeras arcadas. Pero aquí es cuando -queridos trolls- llega esa cruda verdad que escuece oír y que ciertos sectores de la derecha se empeñan en negar una y otra vez con la esperanza de que, de tanto repetirlo, quizá se convierta en realidad… Pero es que en esa guerra, señoras y señores, redoble de tambores… SÍ HABÍA UN BANDO BUENO Y UN BANDO MALO.

Lo siento. Cuanto antes lo asumamos antes acabaremos con este debate. Había un bando que representaba valores de libertad, progreso y democracia. Había otro que le hacía la ola a Hitler y luchaba por… ya saben… lo que vino después durante cuatro décadas; opresión, incultura, negación de todo tipo de libertades, machismo, injusticia, persecución, genocidio…

Y eso no quita que a ras de trinchera hubiera gente maja matándose en ambos bandos, ojo. Ya sabemos que aquella guerra, como tantas otras, era una lotería geográfica en la que nuestros abuelos defendieron el frente que les tocó más allá de su ideología. Y claro que los dos bandos hicieron tropelías terribles. ¡Estábamos en guerra! Es absurdo creer que unos fusilaban y los otros repartían bolsitas de Haribo. Pero si contamos la historia de un soldado en el bando nacional no dejaríamos de narrar las vivencias de alguien que luchaba en el bando equivocado o que entró muy a tope y luego se fue desencantando. Si fuéramos alemanes podríamos contar la historia de “Valkiria”. Es decir, nazis buenos vs. nazis malos. Porque si fuéramos alemanes hacer una peli en la que los nazis son buenos estaría prohibido, claro. Quiero creer que una vez puesto el foco en el lado franquista lo que se reclama son historias de “demócratas atrapados en el bando nacional”… ¿Porque esa es la historia que querríamos contar, no? La historia de peña estupenda que acaba luchando por la libertad, ¿no? ¿O qué? O… UN MOMENTO… A ver si me entero…

Cuando se critica que siempre se cuente la peli desde el mismo bando o al menos desde el mismo plano ideológico “rojeras y progre”… ¿¡De verdad se nos está pidiendo que hagamos lo contrario!? ¿¡Que hagamos más pelis y series elogiando al bando nacional!? ¿Que se haga apología y ensalzamiento de sus valores? ¿Que se los presente como víctimas de un conflicto que ellos comenzaron? ¿Que se reivindique la figura de Franco y sus secuaces?

Lo cierto es que eso ya se hizo durante mucho tiempo. En concreto durante los cuarenta años en los que no se podía dar otro punto de vista más allá del “oficial”.

Quiero creer que existe una derecha moderna que no tiene ningún interés en pasar por taquilla para disfrutar el biopic de Queipo de Llano, pero esta loca petición de la derecha más rancia abre un debate interesantísimo. ¿Cómo podríamos articular un guión en torno a la figura de alguien con esos ideales sin ser críticos con él? ¿Cómo podríamos acercarnos a un tema tan espinoso sin tomar parte? ¿Podemos escribir sobre esto sin retratarnos, sin dejarnos ver? ¿Puede ser el escritor invisible con una cuestión así? ¿Se puede defender al bando nacional y marcar distancias con los cuarenta años que llegaron después? ¿Se puede nadar y guardar la ropa?

Vale que podemos hacer películas con villanos acojonantes donde Freddy Krueger, Darth Vader, Annie Wilkes, Alien o el Coronel Hans Landa sean los protagonistas. Vale que podamos simpatizar con ellos. Podemos no condenarles y dejar que el espectador saque sus propias conclusiones. Debemos comprender por qué hacen lo que hacen y conseguir que el espectador sienta cierta atracción hipnótica por sus aventuras. Podemos convertirlos en auténticos iconos pop, pero nunca podremos maquillar la realidad y decir que ellos eran los buenos de la película. Les guste o no a esa “masa enfurecida”, tomar parte por el bando nacional es tomar parte por “los malos” y defender y normalizar sus ideales, en mi pueblo, se llama hacer apología del franquismo.

Así que, señores críticos del cine español, la próxima vez que se pregunten desde su caverna por qué siempre se hacen películas sobre el mismo bando aquí tienen una posible respuesta (suena hortera, lo sé, pero no se me ocurre otra): los que nos dedicamos a esto podemos ser de izquierdas o de derechas, pero en general CREEMOS EN LA DEMOCRACIA. Ojo, también es posible que seamos unos pésimos guionistas, pero la buena noticia es que al menos jamás daremos un golpe de estado ni nos convertiremos en unos tiranos genocidas. Algo es algo.

28 comentarios en «LAS PUTAS, LOS MARICONES Y LA GUERRA CIVIL»

  1. Firmaba yo el 90%

    Para picar, en cuanto a la guerra civil, en según qué sitios no hablo de “franquistas” o “nacionales”, sino de nazis, lo cual siempre incomoda. Ya, ya sé que *exactamente* lo mismo no eran. Pero lo hago por subrayar que tenemos superasumido que los nazis eran los malos, mientras que sus colegas locales… bueno, reabrir heridas y todo eso. Anda y que se vayan al peo.

  2. Uff, vaya jardín en el que nos metemos. Es casi una selva amazónica. Que conste que el debate me parece interesante: tengo un guión de género “guerracivilista” metido en un cajón, esperando tiempos mejores. Y eso que recibió una ayuda del ICAA. Comparto tu argumentación principal: la causa franquista es indefendible. El personaje que luche por ella está condenado a ser el malo de la película. Punto. En lo que sí discrepo es en la descripción del bando republicano como representantes de la democracia, la libertad y el progreso, porque simplifica una realidad muchísimo más compleja y creo que es el origen de muchos desencuentros.

    Comprendo que no es lugar para prolijas explicaciones. Yo también me veo obligado a simplificar: en el bando franquista no se salva nadie, porque está contaminado por el “pecado original” de empezar la guerra y continuarla con ayuda odiosa (salvo aquellos que luchan obligados, o dudan, o cambian de bando, o reniegan…) PERO, moralmente, en el bando republicano tampoco se salvan todos. Sectores muy importantes del mismo no lucharon por la democracia o la libertad, y a menudo desplazaron de los centros de decisión a aquellos que sí eran verdaderos demócratas. Y desde luego, no emplearon métodos democráticos. Sin embargo, aquella radicalización de parte del bando republicano no se habría producido sin el golpe militar inicial. Por tanto, volvemos al inicio: el bando franquista es culpable.

    Vaya lío. En fin, si esto fuera sencillo no estaríamos hablando del tema después de tantos años…

  3. Suscribo. Sobre todo en lo de la guerra civil.

    Para mí en realidad, se han hecho pocas películas de ese tema que merezcan la pena, que hablen de “ése”concepto que cita el autor. La que más me gustó de siempre fue “Soldados” de Alfonso Ungría. Precisamente por ello.

    No en vano está basada en textos de Max Aub, un genial autor no suficientemente utilizado por el cine del que recomiendo vivamente (si se tiene entereza para leerlas) el conjunto de novelas que componen El laberinto mágico: Campo cerrado (1943), Campo de sangre (1945), Campo abierto (1951), Campo del Moro (1963), Campo francés (1965) y Campo de los almendros (1968).

    Campo francés narra la historia de los que sufrieron el campo de concentración de Argelès sur mer y es un guión de cine (con su formato de guión y todo) que en cualquier otro país se habría convertido en película sin lugar a dudas.

    Eso sin hablar del maravillosos e irónico relato corto titulado La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco.

    En teatro, con la sutileza que le define, Las bicicletas son para el verano (muy superior a su versión ciematográfica) Fernán Gómez hablaba de ello.

    Necesarios para recuperar la memoria (o Memoria, con mayúsculas) de un país que corre hacia delante como un pollo sin cabeza para no sufrir ni viendo la tele. Para no recordar que hubo y hay malos. Tan reales como monstruosos.

    El problema es que no solo no hemos hablado de eso en nuestro cine. Tampoco lo hemos hecho de una transición heredera de esa siembra de maldad y de miedo a levantar la voz.

    Se nos acumulan las deudas.

  4. ADVERTENCIA: Hablo como no guionista y como aficionado al cine, pero que no tiene nada que ver con la industria. Sigo este blog de hace tiempo porque me interesa el tema, pero no porque me dedique (o quiera dedicar) a esto

    Creo que el problema y/o crítica sobre el tema “guerracivil/posguerra” (al final son posguerra más que cualquier otra cosa) no es tanto que se ambienten historias ahí, sino que en gran parte de esas historias (y suele haber al menos alguna “importante” cada año) vienen a ser, poco más o menos “la misma película” (muchas comillas).
    Por supuesto que no son la misma película, pero todas ellas beben de ideas comunes, en las que la representación de unas ideas (políticas) prima sobre una historia. Por ejemplo, películas como Las Trece Rosas (2007), Los Girasoles Ciegos (2008), Pa Negre (2010) o La Voz Dormida (2011) son películas en las que el escenario, el mundo que reflejan, el escenario (y la visión sobre el mismo), prima sobre la historia de sus personajes. El Laberinto del Fauno (2006), por ejemplo, no es así (a pesar de estar ambientada en la misma época y tener muchos de los elementos, guerrilleros, represión, malo fascista, etc) o incluso La Niña de tus Ojos (vale, haciendo un poco de trampa con Alemania)

    Por poner dos ejemplos extranjeros, además del mismo director, no es lo mismo La Lista de Schindler (1993) que Salvar al Soldado Ryan (1998). Son películas sobre la Segunda Guerra Mundial ambas, pero la primera tiene un gran componente “político” (nazis y demás), la segunda cuenta una historia en la que ese componente está mucho menos presente.

    Ojo, no creo que haya problema en hacer películas con un fuerte componente político y siendo “manifiestos andantes”. Las hay muy buenas (con ideas con las que comparto y con las que no), y no hay problema en hacerlo. Después de todo, las manifestaciones artísticas tienen esa capacidad. Pero sí que creo que se está volviendo, en cierta manera, en un cliché desde hace ya tiempo. Es decir, no es verdad que todas las películas españolas sean de guerracivilismo, pero tampoco es del todo mentira sea un tema recurrente. Hay un cierto número, suficientemente grande de películas que hablan de eso (una “masa crítica”), de postguerra, de franquismo, desde una óptica y unos valores. Hasta el punto que resultan (y hablo de una perspectiva personal) un poco repetitivo, porque terminan resultando un poco panfletos. Y eso creo que, como industria, no es lo ideal.
    Oye, que cada uno haga las películas que le apetezca, por supuesto. Luego se verán o no se verán, pero esa es otra historia. Pero creo que, desde la industria del cine muchas veces se asume una postura demasiado defensiva sobre este tema (así como una postura muy simplista “del otro lado”)

    En el tema buenos/malos no entro. Creo que las películas pueden ser, como he dicho “declaración de ideologías”, así como también pueden no serlo (hay una gran cantidad de películas que me encantan que “supuran” valores que no comparto). Una película no puede ser una fiel representación de la historia o de la realidad en toda su complejidad, y al final por lo que me atrae el cine es que me cuenten historias interesantes ;-)

    1. Me parece interesante lo que dices. Puede que tengas razón en que de lo que en realidad se haya abusado no sea del escenario (La guerra civil), sino del género, de una fórmula ya agotada de hacer películas en ese escenario, que tiende casi siempre a tocar la misma gama de sentimientos en el espectador. Yo comulgo mucho con el post. Me encantaría ver películas ambientadas en la guerra civil, pero de aventuras (un Indiana Jones en la guerra civil, con sus franquistas en el rol de los nazis), bélicas claro que sí, pero con sus tanques, sus batallas llenas de extras y sus ciudades en llamas (si hay que rodarla en inglés, que así sea), y por supuesto comedia, de todas clases y colores: surreal, negra (a lo Malditos bastardos), romántica incluso (Paquito y Carmen se acaban de conocer en Tarna…), lo que se quiera… Una de mis películas favoritas de la guerra civil es “Los años bárbaros”, con esa cosa festiva tan poco frecuente, y tan agradable de ver en pantalla. En fin, parece que sí, que todavía queda terreno por explorar en este escenario, que por otro lado ya le ha dado películas inmensas a este país (“Ay, Carmela”, o “Madregilda”, son para mí sus más insignes ejemplos).

    2. Yo también apoyo lo de las pelís bélicas y políticas. Y hasta las de espías que daría mucho juego ver cómo se espiaban ambos bandos o cómo se las ingeniaban los espías extranjeros y qué es lo que hacían por Madrid e imagino que por otras ciudades españolas igual esto es ya en una postguerra española y de cara a la IIGM pero igual de interesante me parece…

      Felicidades por el post!

  5. Yo siempre he creído que el problema no es que se hagan películas “políticas” (sobre la Guerra Civil, sobre la posguerra, sobre lo que sea) sino que se hagan películas panfletarias. Parece que a algunos autores les parece que no enfatizar los mensajes (a modo de catecismo, por cierto) puede a) ser visto como no lo suficientemente “comprometido” o b) es peliagudo porque el espectador, que es idiota, no puede pensar por sí mismo, y no se le pueden presentar argumentos diferentes para que obtenga sus propias conclusiones.

    Lo que me resulta curioso es que esas películas, o esos autores, en realidad caen en los mismos vicios que el cine que, supongo, más despreciarán: el (más típico) de Hollywood. Ése donde te tienen que remachar el mensaje: el aprendizaje. El consejo de autoayuda.

    No sé si ahora hay mucho cuerpo (gobernándonos quien nos gobierna) ni suficientes presupuestos para hacer una película bélica, pura y dura. Sé, de buena tinta, que pronto se rueda una ambientada en la Guerra Civil, pero con el ojo en el mercado internacional, con lo que no es su objetivo profundizar en nada del conflicto en sí (aunque sí da bastante caña al bando republicano; bueno a los comunistas, para ser concretos).

    A todo esto, aún recuerdo que, pese a todas las quejas de ese público que tanto se queja de no que se hagan películas de género y sí de la guerra civil, luego va Zambrano y lo va tan mal con La voz dormida y, en cambio, Eva, que apostaba por la sci fi, se la pegaba a lo bestia. (Aquí no hablo de calidad: hablo de cifras). Vamos, que esos que tanto gritan, como pasa con Twitter o los blogs, a lo mejor no representan en absoluto a ese concepto tan abstracto: “la audiencia (española)”

  6. Buen artículo, uno de los muchos prejuicios sobre el cine español contemporáneo es que “solo se hacen películas de la guerra civil” como si fuera un tema que hubiera que dejar aparte. Pues no, la guerra civil y la dictadura franquista son temas a tratar porque condicionaron más de cuarenta años de nuestra historia.

  7. El problema, y ese es un problema insalvable, y del que nos costará librarnos (si es que llegamos a hacerlo, claro), es que los nazis perdieron y Franco ganó. Y luego tuvo cuarenta años para rehacer el país a su imagen y semejanza. Y así nos va.

  8. Hola:

    Me temo que antes de escribir algo sobre la Guerra Civil, habría que sopesar si el verdadero detonante de esta, fueron los sucesos de 1936… o un conglomerado de causas como una economía depauperada, un país incapaz de evolucionar social y políticamente, unas insalvables diferencias entre pobres y ricos, la inevitable tendencia del español a posicionarse en bandos (izquierda, derecha, buenos, malos, feos, guapos, progres, pijos…)

    Entiendo que ahora está de moda llenarse la boca diciendo “fascista” a todo aquel sospechoso de serlo sin confirmación previa, pero he vivido durante dos décadas (sí, DOS DÉCADAS) en un país comunista y sinceramente creo que lo mejor es el BUDISMO.

    De putas y maricones no diré mucho, pues creo que se han usado ambos colectivos en imnumerables ocasiones de manera no adecuada para intentar inculcar en la sociedad un sentimiento favorable hacia ellos, ocasionando en muchos casos lo contrario.

    Es decir, que finalmente la gente no les ha asumido como lo que son: personas que por diferentes causas se han visto abocados a una situación de miseria personal o personas que han nacido con una tendencia sexual absolutamente lícita, que para nada les convierte en abominables pues se acuesten con quien se acuesten, son PERSONAS.

    Creo que más allá de historias desgarradoras y casi humanas… se les sigue percibiendo como PUTAS y MARICONES y es que al igual que en el caso de la Guerra Civil Española, hay tantos claroscuros que hay que ser muy honesto y atreverse a escribir no sólo con el corazón, sino con cabeza.

    Francisco Franco Bahamonde no debió jamás acceder al status de dictador y dueño y señor de los designios de España; pero al igual que otras almas atormentadas y (oh casualidad) dictadores y criminales políticos como él (léase Stalin, Hitler o Castro) surgieron como producto de una sociedad convulsa, anárquica y con escasa tendencia al orden, la honestidad social y política y la sensatez.

    No creo que habría guerra de la que hablar, si la España de aquel entonces no estuviese marcada por conflictos y más conflictos arrastrados (fueran de la índole que fueran) que propiciaban que caudillos y demases se sintiesen tentados a intervenir para “salvar la nación”.

    Y esto es un hecho… a río revuelto, ganancia de pescadores.

    Por todo ello, digo que de putas, maricones y guerras civiles hay que hablar, pero sólo si sabemos que:

    -Hay putas que son putas porque quieren ser putas.
    -Hay maricones que son personas maravillosas… y los hay que parapetados tras su ¿status? de maricones, van de víctimas por la vida y casi que te dicen que: “Yoooo soy maricón porque el mundooooo me ha hecho así”.
    -En la guerra civil hubo AUTENTICAS bestias en AMBOS lados, más allá de vencedores y vencidos, porque sinceramente y a título personal, juraría que en una guerra de la que todavía hablamos y que JAMÁS unió a este país… no hay vencedores y vencidos.
    TODOS han perdido. TODOS.

    Y es que como en muchas cosas, la realidad supera a la ficción.

    Un saludo y desde luego muy buen post.

  9. Desde mi humilde punto de vista, como “nacido en Venezuela y educado parcialmente por el sistema educativo Español” el tema de la guerra civil “de la Madre Patria” (un chistecito para endulzar la cosa) siempre ha sido un tema interesante y polémico, digo, desde los días de la colonia no sabemos que pasaba en España para esos días (y con la mentalidad de ahora en Venezuela, es más que todo culpar por x o y acciones y nos olvidamos que nuestros “héroes” se aprovecharon de una eventualidad para “las gestas heroicas de liberación”.
    En todos los bandos que forman parte de un conflicto, hay gente buena y gente mala, es decir ningún bando es completamente bueno o malo, pero como se apela por “la historia la escriben los vencedores” tenemos lo que tenemos.
    Y , creo que fue en una canción de los Guns and Roses que sale la frase “¿Que hay de civil en una guerra?” la guerra es la peor solución a un conflicto, pero que ene l cine la han “endulzado”(algunos) y otros retradado como la cruenta carnicería y la degradación del ser humano (sea civil o de otro tipo)
    Venezuela y sus habitantes aún no superan la mentalidad de caudillo de finales del siglo XIX (vean el comportamiento del difunto y su sucesor para datos recientes)
    En mi humilde punto de vista, creo que unos de forma forzada quieren olvidar la guerra civil española y otros aún creen que está presente y quieren vengtar a sus caidos, ojo por ojo y un día todos seremos ciegos.

    Saludos desde Venezuela, les deja un ciudadano que no quiere ser más venezolano.

  10. Las guerras son complejas, si son civiles más. ¿De verdad se puede hacer una misma película de la II Guerra Mundial, de la guerra civil española o de la guerra civil yugoslava? Si lo que tienen en común es que hay buenos y malos, y presuponer que todos tenían una idea meridiana de lo que era la democracia como ideología, es difícil pensar que se hagan buenas películas sobre la Guerra Civil española, Si acaso la mejor, en el sentido Chico, que hablas, Soldados de Salamina.

  11. Reblogueó esto en El blog de Lo Cascioy comentado:
    “Estoy harto de oír hablar de “la peli escándalo del año en USA” o “la peli escándalo del año en Francia”. Sin embargo, por aquí andamos adormecidos contando por enésima vez la misma historia sobre la inmigración buenista pensando que eso es de verdad cine social. También hay otra posibilidad y es que quizá… ya estemos curados de espanto.”

  12. Chico, después de leerte, parece que sólo planteas dos opciones a la hora de realizar una película sobre la guerra civil: o se ensalza el bando “progre” o se hace apología de Franco. No hay términos medios. Como en los cuarenta sólo se admitía el punto de vista Nacional, ahora toca el otro. Además, todos sabemos que los rojos eran los buenos (salvo alguna cosilla), y no hay más remedio que simpatizar con ellos si queremos contar la “verdad”. ¿Acaso no defendían la democracia al igual que la gente decente de hoy en día, ya sean de derechas o de izquierdas? ¿He recogido bien la esencia de tu escrito?

    Estoy en desacuerdo con lo anterior. Se puede (y se debe) hacer películas sobre la guerra civil sin que sean maniqueas. El secreto lo da un estupendo twitter de Sergio Barrejón de hace unos días: “ser guionista consiste en defender puntos de vista contrapuestos con la misma pasión, y sin convertirte en un cínico”.

    Incluso los Nazis tenían sus razones y muchos de ellos creían sinceramente en la bondad de su ideología. Fíjate que millones de ellos estaban dispuestos a dar la vida sin pestañear por el Führer. ¿Tú arriesgaría la tuya para defender la democracia ésta que tenemos?

    ¿Los rojos de los años treinta defensores de la democracia y de los derechos humanos? En estos momentos Durruti y Pasionaria se revuelven en sus tumbas de indignación. Los anarquistas no luchaban para que Manuel Azaña presidiera la democracia burguesa que tanto detestaban. Y los comunistas perdían la vida en los campos de batalla por la dictadura del proletariado y por su amado Stalin; la socialdemocracia (social-fascismo la llamaban), la libertad de expresión y el Congreso de los Diputados les importaba un bledo. Y también tenían sus razones (que no viene a cuento exponerlas) y es probable que yo mismo las hubiera compartido en caso de vivir en los años treinta (ahora ya no, desde la perspectiva del siglo XXI todo es más claro).

    Por supuesto que no es de recibo hacer una película en la que se diga que los Nacionales eran los buenos, eso sería maquillar la realidad como dices. Pero para contar una vez más que el bando republicano era la víctima inocente y honesta me quedo en mi casa. ¿Dónde nos situamos? Ahí está el quid de la cuestión: el modo de posicionarse indicará el talento del guionista y la relevancia de la película que se haga.

  13. No estoy particularmente en desacuerdo con lo que ha dicho, sr. Palacio, pero vamos, dígame una película, una sola en la que, por mucho que tuvieran sus razones y creyeran muy fuerte en lo que creían, se pinte a un Nazi simpático, fuera de las películas de propaganda de la época.

    1. ¿Y para qué queremos a un nazi simpático o a un rojo criminal? Creo que lo que la gente quiere (al menos yo) es historias que nos lleven a preguntarnos: “¿cómo alguien puede llegar a respetar y seguir a Hitler?” (léase Franco, a quien si bien considero un cruel dictador, no lo catalogaría como un fascista de tomo y lomo) “¿por qué un comunista amante de la igualdad y la democracia deriva hacia el anarquismo de las bombas en los que mueren todos por igual?”

      Y sobre todo: ¿POR QUÉ FRANCO LLEGÓ A SER EL FRANCO QUE CONOCEMOS?

      Tengamos presente que en la vida TODO es motivo de ALGO. Nadie se levanta y dice: “Pues hoy me apetece darle por saco a los judíos y casi exterminarlos”. Definitivamente no.

      Hay un background que estimo sería lo atractivo a tratar en una película sobre esta época y estos conflictos bélicos.

      ¿Por qué un vecino se chiva de otro vecino para que lo maten? ¿Era el denunciado un colaboracionista de rojos y/o nacionales o es que sus suculentas propiedades eran codiciadas por el denunciante?

      Ese tipo de conflictos (y otros con más entidad, por supuesto) son los que pueden dar alma a un guión sobre la Guerra Civil. Cualquier otra cosa es simplemente el “y tú más”, al que estamos acostumbrados.

      Planteemos situaciones en las que el público se vea reflejado no como de izquierda o de derecha, sino como persona ante un dilema y que sea el propio público el que de acuerdo a su moral, aspiraciones o criterio personal decida a quienes seguiría o no. Quizá salga del cine con un punto de vista diferente.

      O tal vez, y esta sería la opción idónea, se percate de que tanto unos como otros (más allá de vencedores y vencidos) perdieron miserablemente el tiempo en una contienda que se tardará años en superar, cuando habían otras maneras de hacer de este país un lugar más que digno donde vivir, sin tener que ir hacia un lado, hacia otro o temer con la no entrada al cielo.

      Un saludo

    2. Me voy a limitar a contestar dos cosas (el resto también merecería respuesta, pero ando liado):

      > O tal vez, y esta sería la opción idónea, se percate de que tanto unos como otros (más allá de vencedores y vencidos) perdieron miserablemente el tiempo…

      Este es parte del problema cuando hablamos de la guerra civil. Se habla del asunto como si hubiera sido una especie de pelea de taberna que se fue de las manos. Pero si se llegó a donde se llegó es porque había intereses completamente contrapuestos entre el bando nacional y los minibandos “republicanos”.

      Los ganadores no “perdieron miserablemente el tiempo”. Lucharon por mantener y aumentar sus privilegios, y lo hicieron, vaya si lo hicieron, a costa de la sangre de mucha gente. Ya empiezo a estar un poco harto del discuro hippie-buenista-conciliador.

      Y la otra cosa que quería responder es superrápida:

      > “¿por qué un comunista amante de la igualdad y la democracia deriva hacia el anarquismo de las bombas en los que mueren todos por igual?”

      /facepalm

      O te ha fallado tu calibrador de ironía y no he pillado la coña, o, dicho desde el cariño, tú no te enteras de la misa la mitad XD

    3. sibilicio:

      Es que yo no entiendo porqué una película debe servir (necesariamente) para plantear unas tesis. “Ah, una película que explique la futilidad de la guerra, etc…”. Hay sitio para ese cine, sin lugar a dudas, pero la mayoría del cine no es así.
      Creo que no nos planteamos normalmente que “La Bella y la Bestia” de Disney haga apología de que lo importante es que las mujeres sean guapas y los hombres tengan un castillo. Quiero decir, podemos interpretarla de ese modo, pero hay que estar de un humor especial para hablar de ella en esos términos. Siempre se pueden analizar las películas desde el punto de vista moral, claro, pero entonces podemos encontrarle pegas a casi todo:
      “Vaya, Darth Vader mata a media galaxia, en el último minuto mata al Emperador y está redimido”
      “Parece que Pretty Woman trata de un putero cabrón muy carismático. Seguiré su ejemplo”
      “Que simpático es este Capitán Renault, qué divertido resulta un policía corruptísimo”
      “Los orcos son feísimos, se merecen que los exterminen. Lo mismo con los trolls”
      (me viene a la cabeza la escena de Austin Powers donde van a comunicarle a la mujer de un secuaz que han matado a su marido)

      Lo que parece claro es que, por los comentarios, no parece que nos podamos plantear una película ambientada en los años 30 o 40 en España en los que no caigamos en la necesidad de analizarlo desde la ideología, como sí podríamos hacerlo sobre las cruzadas, por ejemplo. O con una película ambientada en la actualidad. Por eso digo que quizá hay un cierto hartazgo al respecto, porque ya que no lo podemos plantear en otros términos, el incidir una y otra vez tiene un punto de repetitivo… Ojo, posiblemente sea también un problema del público…

    4. A ver, sibilicio, pues porque la crítica que se hace siempre al “cine guerracivilista” es que pinta a los “nacionales” como una panda de ogros comeniños y a los republicanos como monjitas de la caridad. Y en la clase de conflicto que describes, ya ves tú, pues esa relación se mantiene. O me vas a decir que en, por poner un ejemplo, “Rebeldes del Swing” los nazis no son malos malos malísimos a pesar de pintar un conflicto dramático como el que tú describes. O, ya puestos, “La Lengua de las Mariposas”, yendo al ejemplo de cine patrio. Así que, si ese es el problema, no debería haber problema con el cine “guerracivilista”, ¿no? Pero claro, como he dicho antes, el problema no es ese.

    5. Sr. Jarreta, no le voy a decir una, sino cientos de películas protagonizadas por nazis simpáticos. Por ejemplo, Julio Cesar, uno de los nazis más simpáticos de la historia del cine, aniquilador de poblaciones bárbaras si no se dejaban avasallar, modelo de líder de Hitler y Mussolini. Nuestra compatriota Isabel La Católica y su bendita inquisición, que en la fenomenal serie Isabel dan ganas de comérsela de lo maja que es. En El Dorado de Carlos Saura, otra gran película, acabas tomando cariño a toda la tropa racista que acompaña a Lope de Aguirre. Aquí al menos se retrata a los personajes con toda su inmoralidad (consecuencia: fracaso comercial). Los apuestos protagonistas exterminadores de indios de muchos western.

      No lo dudes, dentro de unas décadas, algún guionista (progre, por supuesto) hará una serie sobre Queipo de Llano, y todos le reirán las gracias al valeroso general

  14. Trollborges:

    Partiendo de la premisa que los ganadores predicaban la “España Única e indivisible”… permíteme que te corrija. SÍ hubo fracaso, total, rotundo e inapelable. A no ser que estés viviendo en una España paralela en la que todos cogidos de las manos cantamos “a tú ladooooo me siento segurooooooooo”.

    En cuanto a tu mención de mi supuesto calibrador de ironía, contextualizo un poco lo que quise decir:

    En la Cuba pre-Fidel, en La Habana se ponían bombas en los cines y en sitios en los que no sólo iban a morir los partidarios de Fulgencio Batista, sino personas como tú y como yo, que sin comerlo, ni beberlo estaban allí. Creo recordar incluso que Urselia Díaz Baéz, miembro del Movimiento 26 de Julio (que desde el monte dirigía Fidel) se metió con una bomba atada al cuerpo en el cine América… lleno de público. Su inexperiencia y un poco de pánico hizo que fuese a los baños y explotase con la bomba al intentar quitársela.

    A eso me refiero. Reclama tu derecho a que tus opiniones se tengan en cuenta, reclama justicia para todos, reclama el cese de la explotación del hombre por el hombre… pero no me vueles por los aires. Ni a mis hijos tampoco.

    No hay ironía en eso. Si tú le ves la gracia es tu punto de vista. No el mío.

    Lo que quise decir (no sé si con claridad o no) es que me gustaría saber no si alguien milita con fervor en uno u otro bando, sino POR QUÉ.

    Supimos que Lecter era un psicokiller clase A, pero ¿queríamos quedarnos ahí o saber cómo se convirtió en algo así?

    Y en cuanto al posible status de “pelea tabernaria”, que dices adjudico al conflicto que nos ocupa… no lo dije, pero no está mal descrito por tí. A no ser que los inicios, el nudo y el desenlace de la Guerra Civil fueron auténticos derroches de nobleza, patriotismo, coherencia y amor por el prójimo. Yo más bien lo veo como pequeños taifas politicos que disputaban sus particulares parcelas de poder (con su cuota de seguidores más o menos motivados) y que terminaron por j…. a la gra mayoría de los españoles que participasen o no, no creo que desearan verse inmersos en una contienda tan cruel.

    ¿Pelea tabernaria? Lo fue, a lo bestia, pero lo fue… y hoy estamos recogiendo las mesas volcadas y los vasos rotos. Mira a tu alrededor.

    Y con que hables conmigo desde el respeto, me vale… desde el cariño suena algo falso pues no nos conocemos.

    Algo a lo que en principio, no sería reacio.

    En cuanto a Jaime Buelta:

    No sé si sabes que La Bella y la Bestia no es una película de Disney. Es decir, en principio no. Es una fábula en la que alguien con tendencia a la crueldad y el bestialismo social, se redime a través del amor. Y tiene una antigüedad de siglos.

    Lo de Disney es para vender entradas y hacer caja. seamos serios.

    Cierto lo de Darth Vader, pero ¿te habría gustado no saber jamás de dónde salió tal personaje? ¿Habrías preferido quedarte a oscuras en cuanto a su pasado? Yo no. A lo mejor es que soy Géminis y eso influye.

    Los otros ejemplos que me pones no los comento porque si bien son tan válidos como los míos, entiendo que están bastante lejos en cuanto a seriedad y complejidad con la Guerra Civil Española. Y si me equivoco en esto, me corriges.

    En cuanto a Antonio Jarreta no sé por dónde cogerle, además es bastante escueto escribiendo no como los anteriores que sólo saben juntar letras y me ha gustado encontrar a alguien muy parecido a mí.

    Gracias a Dios y a Monseñor Rouco Varela que sintetizo bastante…!

    Otro saludo.

    1. Por ser breve. Si piensas que en los años 30:

      – Los comunistas (los pocos que había al principio, dicho sea de paso) eran amantes de la decocracia

      – La actividad de los anarquistas era poner bombas donde se les ocurría

      – Y, sobre todo, que a los que se rebelaron lo que les preocupaba era esa españa única e indivisible (que se contradice con lo que cuentas luego de la pelea tabernaria, encima),

      insisto, tú no te enteras de la misa la mitad. No me extraña que quieras que te lo expliquen las películas :P

  15. Trollborges, teniendo en cuenta tu inquietante tendencia a estar a la defensiva, a descontextualizar las cosas y entenderlas tal cual (esto es literalmente… o entendiéndolo como un traductor de los títulos de las pelis de por la tarde en Antena3), sin leer entre líneas, y a tu tono excesivamente coloquial (esto es, MÁS que el coloquial que se asume entre perfectos desconocidos, osea… tú y yo) preferiría que a menos que fuera estrictamente necesario, me obviaras a la hora de postear en este tema.

    Por una sencilla razón, aquí se viene a opinar y a debatir, con mayor o menor fortuna, (que posiblemente sea mi caso pues no soy un experto en la Guerra Civil Española) pero no a enzarzarse.

    Por cierto, grande Palacio al hablar de un nazi simpatiquísimo, cuyo libro “La Guerra de las Galias” es considerado un texto clásico imprescindible.

    Un saludo.

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