POR QUÉ SIGO SIENDO DE DAMA

por Carlos López

Andan los compañeros de Sgae poniéndose de acuerdo, echando cuentas, revolviendo cajones, abriendo ventanas para que entre el aire. Con ello se enfrentan a lobbys y a lobos, saltan chispas en la Asamblea y en la Junta. No es una tarea fácil resetear aquella casa, para nada, y ojalá les salga bien: será bueno para todos los autores. Hoy mismo habrá noticias de la Junta reunida para nombrar al sucesor de Reixa. Hoy, como la semana pasada, como todos estos meses, el barullo de Sgae lo inunda todo, al público y a los profesionales les llega tanto ruido que alguno me ha preguntado si DAMA ya había dejado de existir. ¿Perdona…? Sí, sí, me insiste ante mi gesto perplejo, me han llegado rumores de que la cosa está mal.

Pues no. Escribo este post para informar a quien lo necesite: DAMA funciona. Como dicen en los malos telediarios, con absoluta normalidad. De hecho, funciona mejor que nunca, ya ha cumplido catorce años y ha superado un buen rosario de pruebas. Vaya por delante, por si no lo sabíais, que yo pertenezco a DAMA desde sus comienzos, por eso puedo afirmar que hoy disfruta de mucha más salud de la que podíamos soñar. Ya no somos una reunión de bienintencionados con aire utópico-conspirativo, hace años que no pecamos de ingenuos y que nos importa más cuándo y cuánto se paga que cualquier otra declaración de intenciones.

Que no se hable de DAMA, que parezca invisible, quizá sea la mejor prueba de que todo marcha razonablemente bien: recauda y reparte cada trimestre, tiene firmados convenios con cadenas, televisiones, operadoras, portales de internet y acuerdos de reciprocidad con otras casi cuarenta entidades extranjeras. Somos alrededor de 700 autores (sólo guionistas y directores), una entidad pequeña que se beneficia de su reducida dimensión para funcionar como un reloj suizo. No tenemos excusa, por que no nos hace falta una gran maquinaria para andar. No necesitamos poner de acuerdo a músicos con dramaturgos, ni a letristas con editores. No hay un pasado como una losa ni una contabilidad insondable. Las asambleas de DAMA eran interminables: ahora, creedme, son muy muy aburridas.

Así es fácil ser transparentes. Incluso resulta fácil reconocer los errores cuando se cometen, y fácil también repararlos sin ninguna burocracia.

Todo es tan normal que, atentos, DAMA y Sgae se llevan bien. ¿No lo sabíais? Era lo más lógico, alguna vez tenía que pasar. Hay muchas mesas de negociación a las que asistimos juntos para defender intereses muy parecidos. Hoy, DAMA y la Sgae comparten una base de datos conjunta que permite, por ejemplo, que guionistas de un mismo capítulo que sean de entidades diferentes puedan repartirse los derechos de forma automática. Hoy cualquiera puede cambiar de una a otra entidad sin ningún problema: os lo detallo más abajo. Y os lo cuentan, claro, en la web de DAMA.

Las cosas no son tan fáciles, me diréis. Cierto, ahora menos que nunca. Hoy dices que eres autor y te tiran piedras. Va a costar mucho tiempo y esfuerzo reparar el daño que el faraón Bautista ha infligido a la imagen de los autores, a los que puso de escudo en la proa para que recibiéramos todos los golpes. Por eso tengo que aplaudir la tarea que intentan algunos compañeros en la nueva Junta. Lo tienen muy complicado, ya se está viendo. Los muros del castillo siguen intactos, los técnicos y albaceas siguen siendo los mismos de antes, seguro que hay cámaras secretas aún sin abrir y que a diario les aparecen pedruscos enterrados en la arena. En un debate en el que participé en el II Encuentro de Guionistas retraté esta situación con la imagen que esta situación me evocaba: aquella oficina de Cómo ser John Malkovich, de apariencia normal pero de unas dimensiones útiles que obligaban a andar permanentemente agachado. Perdónenme si exagero. Ojalá.

imgBeing John Malkovich3 copia

Y si se llevan tan bien, ¿no sería mejor que sólo hubiera una entidad de gestión, y no dos? Si esa hipotética entidad sólo integrase a guionistas y directores quizá no fuera mala idea. Pero meter bajo el mismo techo a otro tipo de miembros, de intereses dispares cuando no contrapuestos, sería caminar hacia atrás. Además, creo que es bueno que exista más de una, la ley lo permite y, además, así el autor puede elegir. Y la competencia obliga a que se afilen las ofertas. Por ejemplo: desde que existe DAMA, la tarifa que cobra al autor por su gestión la Sociedad General de Autores y Editores ha bajado del 25% al 18%. Sí, mientras podamos permitírnoslo, a todos nos beneficia que haya competencia, aunque al mismo tiempo será inevitable que formemos una ventanilla única para recaudar.

Ya estamos. He mencionado cifras y porcentajes. Menudo coñazo de post. Larguísimo y panfletario. Espero que no sea así, esto no pretende ser un informe ni tampoco un folleto, aunque a más de uno se lo parecerá.

Y para quienes les espanta hablar de estos temas, supongo que sois conscientes de que quienes nos están robando (en política, en economía, en gestión) se aprovechan precisamente de nuestra desidia en las cuentas, de que decimos no servir para esto, de que todo este mundo nos parezca tan aburrido…

ROMPER EL MONOPOLIO

Para entender mínimamente por qué hay dos entidades, y por qué costó tanto que las hubiera, sólo hay que saber que la aparición de DAMA supuso el fin de un monopolio. Hasta 1999 sólo existía Sgae. Recaudaba todo y en nombre de todos, fueran socios suyos o no, de cualquier nacionalidad, los conociera o no. Así cobraba cada año a televisiones y usuarios una cantidad fijada a tanto alzado, y después repartía entre sus socios con las tarifas internas que tenía a bien establecer. Las demás entidades de gestión (actores, intérpretes, ejecutantes), nacidas con su apoyo, recaudan derechos digamos colaterales, pero la nuestra no, nosotros también teníamos derecho por ley a cobrar Comunicación Pública, por eso la irrupción de DAMA atacaba su línea de flotación: nuestra mera existencia les obligaría a cambiar de forma de recaudación, ya no se podría hablar de representación universal, de una cantidad grosso modo, porque si había dos entidades era preciso IDENTIFICAR cada emisión, cada autor, cada obra por separado para poder cuantificar cuánto habría que pagar a cada entidad.

¿Me explico?

No estaban dispuestos a aceptarlo (aún hoy no lo hacen: véase el ingente fondo de derechos sin identificar), por eso intentaron abortar nuestro nacimiento y, después, hacernos la vida imposible con infinitas zancadillas, incluida una querella criminal, el veto a los festivales que incluyeran un autor de DAMA, el regalo de asistencia jurídica a los cines que dejaran de pagarnos, el ofrecimiento bajo cuerda de adelantos millonarios a los autores que se pasaran a sus filas…

Casi consiguen ahogarnos, es cierto. Aquella beligerancia nos impuso una economía de subsistencia. Que aún hoy forma parte de nuestro carácter: que ningún miembro del Consejo cobre dieta ni sueldo alguno es, mientras nos lo podamos permitir, una garantía de salud que evita luchas intestinas y posibles corruptelas.

Creo que si finalmente hemos salido adelante ha sido sobre todo por una cuestión de actitud, porque dejamos de quejarnos y actuamos en positivo. Simplemente nos planteamos una pregunta muy sencilla (¿cómo lo harías tú?) que tenía una respuesta complicada, pero una respuesta que ha ido materializándose con el paso de los años. Desde el principio, DAMA estuvo obligada a identificar a cada autor y cada obra, y las facturas que presenta a las televisiones y los cines siguen siendo así: una por una, cada emisión de cada obra. Así es muy difícil que queden cantidades dedicadas a otra cosa que no sea el estricto reparto de derechos.

En 2004 éramos 67 socios. Hoy somos más de 700, lo que supone un repertorio de casi doscientas mil obras. Recauda al año casi cuatro millones de euros. Cobra una tarifa de gestión del 12%. ¿El sistema de voto? Se explica en cuatro palabras: un socio, un voto. Hace años parecía una utopía, alguno pensaría que éramos jipis irredentos, asamblearios desocupados, agitadores sin fundamento. Puede ser. Pero hoy es una entidad que paga, y cuyas hojas de liquidación se entienden. Ese era el objetivo. Y si un día no me gusta, me doy de baja con una simple firma. Y me cambio de entidad. Se puede.

A mí me costó una querella personal ante un juzgado mi intención de darme de baja de Sgae. Eran otros tiempos.

ALGUNAS PREGUNTAS CLAVE

¿Qué hay que hacer para cambiar de Sgae a DAMA, o viceversa?

Fácil. Según un acuerdo entre las dos entidades, si antes del 21 de septiembre manifiestas por escrito tu deseo de cambiar de entidad, todo tu repertorio pasará a formar parte de la otra entidad a partir del siguiente uno de enero. ¿Cómo hay que manifestarlo? Sencillamente, acudir a la entidad a la que quieres ir, y ella se encarga de todo. Y este no es un viaje para toda la vida: puede ser de ida y vuelta, y más de una vez.

¿Qué entidad puede gestionar repertorio de teatro?

Sgae es la única entidad que gestiona derechos teatrales. Pero puedes tener tus obras de teatro en Sgae y tus obras audiovisuales en DAMA. No hay ningún problema, muchos socios lo hacen. En ninguna de las dos te van a mirar mal. Igual que si eres actor y también estás dado de alta en AISGE: es la única manera de cobrar. Encargas a una sociedad la gestión de un derecho, no te atas de pies y manos y con todo tu equipaje exclusivo a una sola entidad. Insisto: estás pagando una gestión, no te estás sacando un carné de militancia.

¿Hay problemas de reparto si los guionistas de un capítulo o película son de diferente entidad?

No. Es automático, hay un flujo de información constante entre Sgae y DAMA para garantizar este reparto. Es una de las razones por las que, de momento, no se ha abierto un debate que seguramente sea necesario dilucidar en tiempos futuros: ¿es justo el reparto en cuatro partes iguales entre director, argumentista, guionista y músico?

¿Qué requisitos hacen falta para ser socio de cualquiera de las dos?

Las entidades de gestión recaudan en tu nombre los derechos de autor que, por ley, son de gestión colectiva obligatoria… vamos, que tú solo no puedes reclamarlos y tienes que hacerlo a través de una de las dos entidades. Para que puedan recaudar, sólo tienes que tener UNA OBRA emitida que haya generado derechos. La inscribes y automáticamente te conviertes en socio. No te van a cobrar nada (bueno, creo que Sgae una pequeña tasa de inscripción) ni te van a cobrar por registrar tus obras después, que en ambas entidades puedes registrar ONLINE, por supuesto.

Y la pregunta que todos, amigos de lo inmaterial, estáis pensando:

¿QUIÉN PAGA MÁS?

Creo que no se puede dar una respuesta general, cada una valora de manera diferente según qué obra sea y a qué hora se emite, o si es un estreno, por poner algunos criterios de ejemplo. Hay una forma de averiguarlo: en DAMA te practican repartos virtuales de tu obra, para que sepas cuánto cobrarías si fueras socio antes de decidirte.

Es cierto que DAMA nació con la intención evidente de cobrar el máximo posible aminorando al límite el descuento de gestión. Pero también es verdad que a veces, cuando Sgae detecta que en una serie los guionistas de DAMA cobran más, les inyecta una cifra mágica a sus autores para que no se sientan agraviados. En mi opinión, este sobresueldo arbitrario es una razón más para no estar en Sgae: si me podían pagar más, ¿por qué no lo han hecho? ¿Por qué me pueden regalar una cantidad sin explicación? Preguntas que, yo al menos, como socio de DAMA no me hago. No me preocupan. No veo individuos en la Junta en los que nunca depositaría mi confianza. No veo intereses ocultos. No veo gastos inexplicables.

Espero haberos informado. Supongo que a más de uno le estomaga cualquier cosa que parezca un folleto de propaganda. Bueno, no veréis que DAMA se gasta en grandes campañas, de alguna manera habrá que contar lo que hace.

(Sólo una cosa más. Seguro estoy de que en muchos lectores, es la norma en los últimos tiempos, la sola mención al cobro de los derechos de autor habrá despertado su indignación. Sienten que es una cantidad que se les roba directamente de sus bolsillos y que no tenemos ninguna razón para cobrar. Contra ese sentimiento yo también me rebelo. No entiendo cómo los autores hemos permitido que esa sea la relación que mantenemos con el destinatario de nuestra obra, cómo es posible que el consumidor de cultura sienta esa animadversión contra nosotros cuando es obvio que si alguien se enriquece será, en todo caso, la industria, las grandes y medianas compañías: nosotros sólo cobramos en minúscula proporción.

A ellos les diré, si me quieren entender, que tal como están las cosas el cobro de esos derechos es sencillamente una parte de nuestro salario, la que no nos pagan cuando nos contratan (y que además cobramos con mucho retraso, ligada con cierta justicia a la repercusión de nuestra obra: cuanto más aceptación, más se cobra). Y que si dejamos de cobrar esos derechos, el beneficiado nunca será el consumidor, sino que simplemente habrán conseguido que dejen de pagarnos, sin que ello repercuta en el precio final. ¿O acaso se ha descontado en el precio de los equipos informáticos y de los soportes de grabación lo que fabricantes e importadores nos pagaban en concepto de copia privada? )

[twitter-follow screen_name=’clopezguionista’]

14 comentarios en «POR QUÉ SIGO SIENDO DE DAMA»

  1. Gracias, Carlos, por explicar con tanta claridad lo que supone DAMA, cómo funcionamos y lo duro que fue ponerla en marcha. Quién nos iba a decir hace 15 años que llegaría un día en que la normalidad fuera la rutina. Leyendo el artículo me he dado cuenta de lo orgulloso que me siento de formar parte de la entidad desde el principio. Y en estos tiempos que corren conviene recordar que es posible rebelarse y conseguir cambiar las cosas. No era nada fácil, como muy bien cuentas. Si la metáfora de David contra Goliath resulta a menudo exagerada, en este caso refleja fielmente lo que ocurrió.

    Cómo para no estar orgullosos.

    1. Entusiasmo no nos falta, compañero. Es para sentirse orgulloso, quizá fuimos adelantados a eso que ahora se grita: “Sí se puede”. ¡Gracias a ti, por empujarme a escribir este artículo!

    1. Ya son numerosos los que habéis dedicado tiempo y esfuerzo a esto, sin recibir nada material a cambio. Los que empezábamos realmente estábamos locos. Auspiciados por ALMA desde el principio. Gracias, Mariano.

  2. Gracias, Julia. Yo hace tiempo que estoy mirando el cañón. Hasta eso nos impusimos, el relevo obligatorio

  3. Gracias, Carlos. Hacía tiempo que se hacía necesario un post donde se explicara bien el concepto DAMA.

    Sé que a los que somos de SGAE nos miráis con recelo. “¿Por qué sigues ahí?”, nos preguntáis recurrentemente. Yo hace tiempo que me planteo dar el paso de volver (ya fui de DAMA hace años). Durante un tiempo no lo hice porque tenía que devolver un crédito, y ahora me da rabia pirarme justo cuando nuestro apoyo es realmente necesario para cambiar las cosas desde dentro. Por mucho que sea fan de DAMA, hemos de reconocer que a todo el gremio del guión le resultará beneficioso que SGAE se normalice y se limpie (entre otras cosas, para mejorar su relación con DAMA, como ya está pasando).

    Por lo demás, corroboro todos los argumentos que das para entrar en DAMA, y animo a cualquier guionista a que lo haga sin ningún tipo de temor, faltaría.

    Un abrazo.

  4. Gracias, Natxo, has resumido tu postura estupendamente, ya ves que yo me alargo para contar cualquier cosa. De acuerdo en que ojalá Sgae se normalice para bien de todos, aunque sinceramente no soy muy optimista visto lo ocurrido este último año: el grueso de los votos y por tanto de las decisiones sigue estando fuera del alcance de guionistas y directores. Pero vamos, me consta que la colaboración entre las dos entidades fluye y lo hace en ambas direcciones. Un abrazo.

  5. Atención, pregunta: aquellos que gocemos de uno de los famosos adelantos de la SGAE sin haberlo “devuelto” aún, obviamente, no podemos hacer la migración a DAMA sin terminar de arreglar las cuentas con SGAE, ¿no?

    1. Consulta con DAMA, Jaime. Supongo que no, pero es una suposición, quizá haya algo previsto para que sea DAMA quien devuelva el préstamo a través de futuros repartos. Una llamada basta, Jaime. Gracias.

      Es un caso muy repetido, por eso quizá haya alguna posibilidad. DAMA ha concedido algún anticipo en casos muy concretos. Por la propia naturaleza de su funcionamiento, DAMA no se puede permitir “desviar” cantidades, no tiene de dónde sacarlas, ya que se reparte el máximo posible de lo recaudado.

  6. Pingback: Por qué sigo siendo de DAMA «

Los comentarios están cerrados.