Por David Muñoz
El viernes pasado vi en el cine Man of Steel, la última reinterpretación del personaje Superman, escrita por David S. Goyer, dirigida por Zack Snyder, y producida por Christopher Nolan.
La película me pareció horrible, pero, como llevó varios días hablando sobre el tema en Twitter, la verdad es que no me apetece seguir dándole vueltas en Bloguionistas. Aunque si tenéis curiosidad por saber qué es exactamente lo que pienso sobre Man of Steel y porqué, podéis leer este texto escrito por Mark Waid –uno de los guionistas de los cómics de Superman-, con cuya opinión coincido casi totalmente.
La cuestión es que viendo Man of Steel me vino a la cabeza una reflexión que sí que me parece que puede ser interesante compartir aquí.
La película tiene una estructura muy curiosa, y que además me parece bastante acertada. En vez de contar la historia del personaje cronológicamente, se pasa de la inevitable escena en Krypton, con el científico Jor-El metiendo a su hijo, el recién nacido Kal-El -el futuro Clark Kent/Superman- en una nave espacial y mandándolo a la Tierra, etc., a una escena con Clark ya con 30 años. A partir de ese momento, las escenas del pasado de Clark se insertan dentro de la trama principal a modo de flashbacks, utilizando técnicas de toda la vida para crear vínculos entre unos momentos y otros. Por Ej., en el presente Clark ve un autobús escolar y eso le lleva a pensar en algo que le ocurrió con un autobús escolar. Un objeto lleva a otro objeto. Aunque también hay transiciones emocionales, donde no es un objeto lo que evoca el pasado, sino un estado de ánimo. O una situación. Pero no voy a entrar en detalles para no estropearos la película a quienes no la hayáis visto aún. Quién sabe. Quizá os guste más que a mí.

Clark con cara de estar a punto de empezar a pensar en su pasado (por cierto, Henry Cavill es un gran Superman, que pena la historia).
Lo que más me llamó la atención es que se usara una estructura así en una película tan comercial. Está claro que sus productores no pensaron en ningún momento que los espectadores fueran a perderse. O que les fuera a resultar extraño tanto ir para atrás y para delante.
Sin embargo, no hace tanto tiempo, todo esto hubiera sido impensable en una película de este tipo (no estamos hablando de una de Iñárritu, por ejemplo).
Yo he tenido reuniones en las que los productores de los guiones que estaba escribiendo se mostraban yo diría que casi furibundamente contrarios al uso de los flashbacks. De hecho, entre algunos de ellos (y también entre ciertos directores y analistas de guión) era casi un dogma de fe. FLASHBACKS NO.
La única manera en la que permitían que se usaran era si no había más remedio que utilizarlos para clarificar algo que no podía contarse de otra manera en el presente.
Desde mi punto de vista, esa lógica obvia que a menudo el flashback se usa simplemente para poder mover a tu antojo las piezas de la historia que estás contando. Muchas veces su única razón de ser es hacer que la película sea más entretenida. Y no creo que haya nada de malo en ello.
Man of Steel podría haberse narrado de forma lineal. Richard Donner ya contó así la historia de Superman en su película de 1978. Y también funcionaba. Solo que de esa manera la trama de acción principal de la película (el enfrentamiento de Superman con Lex Luthor) arrancaba tardísimo. Había muchas cosas que contar antes: de dónde viene Kal-El, cómo es adoptado por los Kent y pasa a ser Clark Kent, su llegada a Metrópolis, etc. De hecho ese primer Superman casi es dos películas en una, claramente divididas por la aparición de Luthor.
En realidad, ahora que lo pienso, con el tiempo eso ha sido una ventaja más que una desventaja. Por ejemplo, yo cada vez que me pongo a ver Superman suelo dejarlo la primera vez que el protagonista llega a la guarida subterránea de Luthor. A partir de ese momento la película deja de interesarme (el plan de Luthor es ridículo y me cabrea que Superman sea capaz de retroceder en el tiempo para salvar la vida de Lois Lane). Así que prefiero ahorrármelo. Me conformo con haber visto crecer a Superman y sus primeros días en Metropolis.
A ver si antes de que me muera alguien hace una película buena de Superman entera. Porque de momento solo funcionan trocitos de unas y otras.
En fin, que me pierdo. Vuelvo al tema de los flashbacks.
Gracias a la estructura de Man of Steel, su guionista ha evitado que le ocurra lo mismo que al Superman de Donner. Pese a contar cosas tan alejadas en el tiempo (y tan dispares en cuanto a tono), la impresión al verla es que estás ante una sola película. Y de paso, la amenaza de los Kryptonianos –y con ella, el arranque de la trama principal- puede llegar un poquito antes también.
Ambas razones me parece más que suficientes para justificar que se cuente de esa manera.
Pensando en todo esto, caí en la cuenta de que el guión de vampiros que colgué aquí hace unos meses, Frío, utiliza también una estructura fragmentada que saltaba atrás y adelante en tiempo y en la que además me permití dividir la acción en capítulos narrados desde diferentes puntos de vista. Una estrategia narrativa muy utilizada en la literatura pero mucho menos usada en el cine. Y fue lo que más me cuestionaron del guión algunos de los productores que lo leyeron. Me preguntaban: “¿Por qué lo has escrito así?” “¿Qué razón hay?”. Y mi respuesta era: “Porque es la forma más satisfactoria que se me ha ocurrido para contar esta historia”.
¿Podría haberla contado de otra forma? Pues sí. Pero no me habría sido tan interesante.
Pero para muchos lectores era un problema importante. La estructura les parecía artificial, poco orgánica, arbitraria.
Y creo que entiendo por qué.
En el cine, nos tragamos cualquier tipo de flashback siempre que esté “justificado”. Y por “justificado” entendemos que surja del protagonista, que sean sus emociones quienes decidan qué vemos y cuándo lo vemos. Evidentemente, vemos lo que el guionista quiere (y necesita) que veamos, pero no lo parece. O más bien, no sentimos que sea así.
Por eso, en Man of Steel funcionan los flashbacks y los saltos en el tiempo, porque todo, o casi todo*, son recuerdos de Clark.
No sé si puede extraerse o no una regla de todo esto, pero me parece algo interesante sobre lo que pensar. ¿Qué está dispuesto a aceptar el espectador o no? ¿Hasta dónde podemos llegar? Porque de saberlo depende que nuestra historia sea disfrutada o no. Reparar en la artificialidad de lo que te están contando puede hacer que desconectes y que deje de importarte.
Otra estructura interesante es la de Lo imposible, la película dirigida por Juan Antonio Bayona en 2012.
Como ya sabéis todos, cuenta la historia real de una familia que sobrevive a un tsunami y sus intentos por volver a reunirse tras ser separados por la ola gigante.
Ese planteamiento tiene un problema estructural muy gordo: y es que el momento más intenso y espectacular de la historia (el tsunami) ocurre al principio. Visualmente (y emocionalmente) es un clímax que estructuralmente funciona como detonante de la historia. Es lo que provoca que la familia se separe.
La solución que encontró el guionista, Sergio G. Sánchez, me pareció interesante (además de bastante atípica): movió ese clímax al final de la película, escamoteándolo al inicio mediante un fundido a negro y mostrándolo en forma de flashback recordado por el personaje de Naomi Watts.
Pero cuando vi la película, en el momento en el que apareció el largo fundido a negro después de que Naomi Watts ve aproximarse la ola, os juro que en el cine la gente empezó a gritar: “¡Pero qué pasa!”, “¡Que se han saltado de rollo!” (por estos comentarios, no hace falta que os diga que se trataba de gente de más de 50 años).
La verdad es que no sé qué habría pensado yo de ese momento de no haber escuchado esos gritos. Mi recuerdo está demasiado condicionado por ellos.
Pero sí que me pareció que quienes gritaban estaban reaccionando de forma instintiva a algo relacionado con lo que he comentado hace unos párrafos: ese fundido a negro era arbitrario, había llegado porque sí. Era una decisión del “dios director”, puramente narrativa, no emocional. No obedecía a una lógica vinculada a lo que le estaba pasando al personaje.
Luego pensé que habría sido muy distinta la reacción del público si se hubiera mostrado a Naomi Watts perdiendo el conocimiento al ser embestida por la ola. Entonces, si les habría parecido algo “natural”. No les habría parecido tan extraño**.
Resumiendo: mi impresión es que la estructura fragmentada que parece que solo obedece a la conveniencia del narrador, produce desconfianza en el espectador; mientras que si la justificas vinculando esos saltos atrás y adelante al arco emocional del protagonista, puedes colar casi cualquier cosa, por muy marciana que parezca.
Lo mismo estoy equivocado. Y seguro que a muchos se os ocurren ejemplos que demuestran justo lo contrario. Pero esta semana me propuse escribir una reflexión del tirón solo horas antes de subirla al blog, para no darme tiempo para reescribirme y afinar las ideas, y es lo que he hecho. En cierta manera, lo que he hecho ha sido pensar en voz alta.
Y a lo tonto, he acabado hablando bien de algo de Man of Steel. En fin…

Bonita escena. Aunque absurda. ¿A qué estaba jugando Clark? ¿A Superman antes de ser Superman? Porque el traje con la capa se lo encasquetó su papi, no lo pidió él.
*También hay flashback del tipo “porque sí”, como el epílogo del niño con la capa. Pero en ese momento el espectador ya está en la historia y lo acepta. Aunque creo que no lo habría aceptado al principio de la película.
**A veces me he preguntado si esa decisión se tomaría en guión o en montaje. Pero eso es algo que solo pueden explicar quienes han hecho la película.
ACTUALIZACIÓN: Albert Monteys ha publicado una historieta en su tumblr. criticando Man of Steel. Podéis leerla aquí. Incluye esta viñeta que tiene que ver bastante con lo que comento en mi entrada:
Yo mientras salía del cine viendo los créditos vi “Productor ejecutivo: Jon Peters” y entonces lo comprendí todo.
Y que hubieran nada menos que seis temporadas de Lost, y aún los productores españoles duden que el espectador entienda los flash-backs…
Claro que, también es cierto que Man of Steel iba a ir a verla todo el mundo, sí o sí, con flash-backs o sin ellos. Supongo que ni necesitaban el boca-oreja.
Escribo como fan del personaje de Superman y como guionista. Al ver la película, quede decepcionado. Mucho fuego artificial, efectos especiales, muchas explosiciones, y seria. Al guion, para mi gusto, le falto contenido, sustancia. El personaje de Kal-el es mas filosófico, el conflicto de superman es más abstracto, yo hubiera puesto más énfasis ahí. Pero tampoco es culpa de la película en sí, es de Hollywood. Cuando veía las escenas de acción, me recordó a Iron man 3, demasiadas explosiones y efectos, para la mayoría eso entretiene, distrae del trasfondo de la película. Supongo que uno al escribir guiones, ve todo desde una perspectiva más amplia y no se deja obnubilar por tanto bombos y chayas. Es una lástima, la historia de Superman es una historia que da para mucho, lástima que no se le saque partido como se debe.
No he visto Man of Steel (ni creo que la vea, no es el tipo de cine que me hace salir de casa). Pero lo que realmente me ha gustado en este post es la reflexión que haces sobre el uso del flashback. Es cierto que ha tenido una mala prensa monstruosa, se ha considerado un pecado casi tan gordo como el uso de la voz en off (pese a ejemplos como el magnifico arranque de El apartamento o El tercer hombre). Al final los recursos son recursos y si funcionan bienvenidos sean.
Entiendo que se rechace el flashback “explicativo”. O sea esas historias en las que nada cuadra hasta que alguien dice: “Siéntate y escucha, que te contaré lo que pasó”. Pero hay otras historias en las que la vuelta atrás es la manera más eficaz de contar una historia. 21 gramos, contada cronológicamente, no tendría la misma fuerza. Ni de lejos. O la estupenda y poco reconocida Lejos de la tierra quemada, cuya historia narrada cronológicamente resultaría trivial y sin ninguna garra. O Lone Star de John Sayles… ejemplos hay muchos.
El orden cronológico es, muchas veces, el menos interesante de los posibles enfoques de una historia. Incluso contraproducente en según qué géneros (el policíaco, por ejemplo, en tanto que investigación de hechos pasados está “obligado” a remontarse hacia atrás en los pormenores del caso).
El “purismo” como ejercicio de estilo pase… pero es legítimo emplear todos y cada uno de los recursos expresivos que el cine nos ha dado a lo largo de décadas de historia y de obras maestras.
Así que bienvenido sea el desorden bien utilizado, con inteligencia, con instinto narrativo… y sin complejos.
Precisamente ando enfrascado en un largo con gran profusión de flashbacks y me resulta muy interesante la entrada, David.
En mi caso, algo complejo, los flahsbacks se convierten en una trama paralela que se entrelaza con el presente y, a la vez que avanza en su propia narración, ayuda a comprender y completar los acontecimientos que vemos en el presente, hasta que finalmente ambos tiempos narrativos confluyen. No es un ejercicio fácil de resolver bien -y me está obligando a darle a la sesera- pero me ha dado idea de la variedad y cantidad de efectos y recursos distintos, a veces muy potentes, que te puede aportar un flashback.
Como bien dice Paco, el recurso en sí no malo ni bueno, depende del uso que le des.
Y qué me decís de los flashforwards? Alguien me explica cómo y cuándo usarlos (bien o mal)? La verdad que este recurso aún no lo entiendo, si el flashback es un salto al “pasado”, el flashforward se basa en un evento de cara al “futuro”? existe sólo en la imaginación del personaje o es una suerte de visión de lo que viene más adelante en la peli? es una disyuntiva entre lo que puede y no puede ser? entre lo que puede y no puede pasar?
Con respecto a Man of Steel, traté de salirme del traje de guionista para poder ver la peli como un fan de los cómics, del superhéroe en cuestión, y como un espectador ‘average’. Pero fue imposible no detectar cierto grado de “complejidad” en la lectura de la trama.
Si bien, los efectos especiales, y ver a un Supermán que se da de hostias a toda velocidad, tiene lo suyo. Pero coincido y comparto en que la inestabilidad temporal deja huecos que difìcilmente satisfacen.
Me recordó un poco la historia de Jesús de Nazaret, donde cuentan su origen, el nacimiento en un pesebre con reyes magos y todo aquello, para luego poner un fundido a negro y ponernos ante un tío que ya tiene 33 y que hace milagros. Queda uno: ¿y qué pasó en esos años anteriores, qué sucedió en su adolescencia? Y no se vale decir que te explican todo en una serie de tv porque eso sí que es un flashback bien jalao.
Saludos y enhorabuena!
Que manía al flashback, a mi me encanta… Es un recurso maravilloso, es una escusa tonta decir que los flashback no funcionan, claro si haces un Mulholland Drive o un Memento es normal que la gente se pierda, porque es la intención, pero ¿que me dicen uds de Forrest Gump? o Titanic, acaso la gente no la entendió, porque hasta mis abuelos la vieron en su momento, son películas narradas, claro que a la gente a veces le cuesta los saltos, pero tampoco hay que exagerar, otro ejemplo claro es el Diario de Noa, yo creo que la voz en off es un recurso que ayuda bastante, a mi en lo personal me encanta Mr Nobody, es maravillosa como juega entre saltos, es una delicia para los amantes del cine y de los guiones, ojo mi opinión personal. Pero creo que el problema no es el flashback si no los productores que quieren hacer una película comercial en tres días y no dan crédito al trabajo final, a lo que podría convertirse con el tiempo en una taquillera obra de arte o en una película de culto.
Sinceramente, a mi el personaje de superman no me acaba de
convencer. Funciona mejor como icono que como protagonista
de una historia.
Todo superhéroe tiene que tener dos cosas: superpoderes y una
razón para usarlos contra el crimen.
Superman trae los superpoderes de fábrica y lucha contra el crimen porque es “lo correcto”. Y son esos fuertes valores morales
inherentes al personaje lo que, en tiempos de Dexter y Walter
White, lo convierten en anacrónico.
Otro lastre del personaje es que carece de defectos. Superman
es el hombre perfecto. Puedes provocarle una crisis de identidad,
puedes hacer que pierda la fe en la humanidad, pero al final
volverá a ser él mismo. No puede evolucionar. Y una historia sin
evolución del personaje se queda en mera anécdota.
Hmaniaco: estos tiempos son los de Walter White como otros fueron los del Travis Bickle. Antihéroes ha habido siempre.¿Que los “fuertes valores morales” son anacrónicos? Pues entonces apaga y vámonos. Que alguien tire la bomba ya porque la humanidad no tiene remedio. Cada historia funciona de acuerdo a unas reglas, y tanto sentido puede tener Dexter como una buena película de Superman. El problema es que “Man of Steel” no es una buena película.
Y Superman claro que tiene defectos, muchos. Lo que me fascina del personaje es que con todos esos poderes, es un chico de kansas, con todo lo que eso significa, en cuanto a virtudes, sí, pero también en cuanto a limitaciones. Una cosa es que a como cualquier otro protagonista de una ficción diseñada para durar eternamente, no se le permita evolucionar o cambiar, y otras cosas muy diferente es que no pueda hacerlo.
La razón de que Spiderman decidiese luchar contra el crimen
es la muerte del tio Ben. Lo mismo le sucede a Batman. Dudo
mucho que un millonario dedicase su vida a eso sin haber
sufrido la traumática muerte de sus padres a manos de un
atracador.
Sin embargo eso es lo que le sucede a Superman. Lucha
contra el crimen porque es asi de enrollado. No necesita más
motivación. Y es esa actitud es la que me parece anacrónica.
Es mas propia de una peli de Gary Cooper que de un personaje del siglo XXI. Nombrame una pelicula reciente en la que el
protagonista se juege el tipo por hacer lo correcto, sin ganar
nada a cambio. Nadie se lo tragaria.
En fin. Es sólo una opinión.
Pues si hacer algo por que es lo correcto se considera anacronico, me sumo a la repsuesta de David Muños, apaga y vamonos.
No me reconforta que se considere que la venganza es el unico motivo adecuado.
“Nombrame una pelicula reciente en la que el
protagonista se juege el tipo por hacer lo correcto, sin ganar
nada a cambio”
¿Gran Torino?
Esperad, esperad, que el guionista de ‘La posesión de Emma Evans’ y ‘Prison Break en una plataforma petrolífera menos las partes buenas’ nos va contar cómo habría arreglado él el guión de una película que está batiendo récords de taquilla en todo el mundo.
Señor Sorkin, le escuchamos…
Varias obviedades:
-Mis créditos como guionista no invalidan mis opiniones. De la misma manera que el que tú hayas escrito algo o no –cosa que no sé-, no invalida las tuyas (por Ej., sobre La Fuga).
-Que una película haga una buena taquilla, no quiere decir que tenga un buen guión.
Luego, no pienso en absoluto que David S. Goyer sea un mal guionista. Me gusta mucho su guión para Blade, y me encantó su etapa en la serie de cómic Starman. Pero estoy convencido de que el guión de Man of Steel dista mucho de ser el que Goyer habría escrito si le hubieran dejado trabajar con un poco de libertad. En un proyecto así, hay demasiada gente pidiendo cosas, muchas de ellas contradictorias. Se busca satisfacer demasiados criterios, y así suele pasar que el resultado es un verdadero monstruo de Frankenstein (desde el punto de vista dramático, me refiero). Como de hecho, nos pasó a los guionistas de La Fuga. Empezamos con un proyecto, se convirtió en otro, y acabamos escribiendo algo que no tenía nada que ver con lo que queríamos hacer al principio. Lo que no impide que lo critiques. Valoramos productos acabados, no procesos. Y eso es lo que he intentado hacer yo con Man of Steel.
Por otro lado, no sé de dónde sacas que estoy intentando explicarle a nadie cómo escribir su película. Mi texto habla de los flashbacks explicando como se usan en Man of Steel. De hecho, lo que comento de la película es lo más interesante que tiene: su estructura. Y hago una valoración positiva.
Me interesan las historias, y reflexionar sobre cómo están construidas. No se trata de leerle la cartilla a nadie, y menos al guionista que escribió uno de mis momentos preferidos del cine de acción: ese en que Blade recupera sus gafas de sol antes de la pelea final que cierra la película.
Nunca he sido un gran fan del cine español, pero viendo algunos comentarios, cada vez os admiro mas por tener los cojones de publicar vuestras opiniones dando la cara, sabiendo que a la mínima os van a venir a trolear con la baja calidad del cine español en general, o la mala imagen que tiene.
La verdad que conquista mas esa actitud humilde, que el típico discurso que dice que los españoles son unos piratas y los que critican las subvenciones son de derechas.
Un Saludo
Pues yo opino todo lo contrario a tí, David, creo que los flashbacks (que son un recurso que me encanta) no están bien insertados. Creo que (por cortesía de Nolan) se intentó imitar la estructura del primer tercio de Batman Begins y no han salido tan bien parados.
De la película en sí, poco que decir: no me ha gustado por un montón de argumentos. La de Donner tampoco me gustó nunca. De hecho, creo que la película de Superman que más me ha gustado ha sido Superman Returns de Singer.
En cuanto a Mark Waid (grandísimo guionista), me quedo con esta frase: it’s Hiroshima, and Michael Bay and Roland Emmerich are somewhere muttering “Too far, man, too far”
Mucho ruido y pocas nueces: eso es lo que son todas, absolutamente todas, las películas de superhéroes. Son todas gilipolladas para adolescentes, nos pongamos como nos pongamos. Buena nos la metió Puzo con un Luthor de opereta y un final que vale para todo (ya sabes, podía haber dado más vueltas a la tierra hacia atrás y… en fin). La mitificada segunda película de Donner volvía a tener el mismo final y cosas inexplicables, tras oir lo bien que la pone todo el mundo (la segunda, vale, que editaron finalmente) me da la sensación que nadie la ha visto de verdad y se dedican a machacar la de Lester porque sí.
La primera parte del primer Superman es buena, lo reconozco, a partir de ahí el más absoluto declive. Mirad las de Nolan -ruido, música infame a todo trapo, personajes aborrecibles y tontones (lo de Alfred en Florencia y llorando, lo del poli que reconoce a Batman por los ojos y lo de Bane no parece que haya salido de la maquina de escribir de Robert Towne, desde luego), palabrería constante sobre principios morales, voces guturales que dan la risa-, pero al intentar amoldar toda la parafernalia extravagante de Batman a un mundo a lo Michael Mann, darle supuestas pinceladas oscuras y un blablabla aburrido, confuso y espantoso en todo momento, se la han colado a todos los que buscaban algo más que acción y tortas en una peli del vengador enmascarado.
Vamos, creo que los superhéroes no funcionan en cine. Las historias son básicas, estructuras que son el reflejo de la vida de un adolescente con el típico y corto espectro de problemas que se tienen a esa edad. Esa era la idea y eso es lo que se quería vender. En los cómics entra mejor la idea de ver a un señor diciendo valentonadas vestido con un traje ridículo entregando a un delincuente de camiseta a raya y cuello de cisne a un policía ingenuo. En el cine cuesta. Pero todas las pelis de supes son éxitos de taquilla. Y los guiones cada vez son más flojos, más simples y cretinos que los de antes enmarañados en confusas y barrocas escena de acción donde la amenaza externa siempre ataca una ciudad -¿Nueva York, Metropolis, Gilipollilandia?-, donde algunos humanos demuestran que, dentro de su falta de superpoderes, son valerosos, honestos y se la juegan. Mucha palabrería, el puto ejercito siempre de por medio y rollos técnicos que ni nos van ni nos vienen.
Los padres no pueden ir en la nave ¿por qué? Porque no podían y punto. Porque solo un niño puede pasar desapercibido para un control ferrero de las fuerzas armadas de Kripton. Porque la nave que tenían solo tenía energia, oxigeno, lo que sea, para un bebe. No. NO. ¡NO! Nos cuentan la babosada de que ellos deben morir con el planeta de una manera tan difícil que no hay por donde agarrarla.
Lo de la capa del final: Es lo único que entiendo. Puede que Clark Kent esté jugando a ser el Príncipe Valiente.
Cada vez que voy engañado al cine a ver una de estos tipos, me digo que mucho mejor que me hubiera arriesgado un poquito y hubiera ido a algo que tuviera un aspecto menos aburrido y previsible que este tipo de películas que se suponen que le deben distraer a uno.
Alguien hablaba por ahí arriba de la motivación de Superman para luchar contra “los malos”. Bien, sus superpoderes son su propia motivación. Si tu posees algo que puede hacer la vida más fácil a los demás… ¿no te pide el cuerpo usarlo? De hecho ahí está el conflicto del personaje: entre sus ganas de ayudar, de hacer algo bueno con sus superpoderes, y su miedo a ser rechazado cuando se descubra que es diferente.
No soy guionista (aspiro a ello) así que sólo hablaré como espectador.
Hace unos años cuando se estrenó la penúltima versión de SUperman, fui a verla al cine Acteón, tras haberme dicho algunos conocidos “que estaba guapa”… y no me gustó mucho la verdad.
En esta ocasión, y tras muuuuuchos comentarios negativos, decidí ver la última versión de SUperman… ¡y me gustó!
Personalmente creo que la fórmula elegida de los flashbacks es acertadísima. No se hace difícil de digerir y si más de 15 espectadores en la misma sala se sintieron confundidos por la estrucura narrativa de Man of Steel, el problema no es del cine español… va a ser de los que van a las salas y de su coeficiente intelecto.
Es decir, no es necesario un doctorado para entender Man of Steel. Para nada.
El elenco de actores me parece acertado, quizá hubiese cambiado a esa Louise…
Ahora bien, he tenido discusiones sobre la opinión casi general de que la película es MALA, que sus personajes son planos y bla, bla, bla…
Pues creo que no. Creo que lo que falla no es la película, sino el propio personaje desde su creación. Porque si bien es cierto que a todos nos gustaría ser ese morenazo alto, guapo, con superpoderes y con un corazón de boy scout… el néne de la capa ha sido más soso que todas las cosas hasta que apareció Doomsday. Esa mala bestia que le hizo comportarse como un hombrecito.
Y es que estamos acostumbrados a un héroe sin mácula. Impoluto desde todos los ángulos y eso… eso aburre.
Este SUperman (más allá de deficiencias narrativas o ténicas) es HUMANO, se cuestiona cosas, tiene un toque oscuro… ¡exactamene como los seres humanos con los que convivió casi desde su nacimiento!
Zod le recrimina que nos ame, que se identifique con nosotros, que sea humano, en definitiva.
¿Y cómo somos los humanos? Pues a veces dudamos, no sólo de otros, sino de nosotros mismos, curiosos, con un toque de oscuridad en según que momentos, propensos a la violencia en ocasiones.
Osea, Superman lleva toda su vida en USA (¿ese no es el país de las armas, de los psicópatas y del Far West?) ¿y queremos que sea PERFECTO? ¡Algo le influirá vivir en esa parte del planeta! Porque por mucho que el señor Kent le haya hablado y educado, ese chico tenía contactos con otros niños/adolescentes y por muy especial que fuese, un par de manías de teenager se le pegarían, digo yo.
No. No creo que sea un mal enfoque del personaje. De hecho, creo que es el mejor que se le podría haber dado. Ese paraleismo con Jesús, mola… lo que falla, es como he dicho antes la propia concepción sosa del personaje, que durante años ha calado en nuestro subconsciente y que impide que nos abramos a cualquier cambio en su comportamiento.
Es como si nos diese miedo a que Superman cambiase, evolucionase… CRECIESE.
Y me temo, que en realidad lo que nos sucede con esta peli, es que este Superman nos dice que cambiamos, evolucionamos… CRECEMOS.
Y que nos hacemos viejos. Y eso, eso acojona más que una nave llena de kriptonianos hasta las cejas de coca.
Un saludo y que Alá os guíe.
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