Saltar al contenido

EL MISTERIO DE LOS SOBRES MARRONES

tumblr_m86xp21O8X1qip9dao1_r1_400

por Ángela Armero

Un sobre marrón. No sé sabe quién lo envía, no se sabe quién es el destinatario. Ni, de momento, por qué algo tan vulgar merece una entrada de Bloguionistas.

“Hay que tener esperanza, que es lo que tira de la vida hacia el porvenir”. – Ramón Gómez de la Serna.

Voy a contaros algo de mí con la esperanza de que no suene discursivo ni paternalista. Os voy a contar algo que es verdad y que espero que os sirva. Sé que muchos de los lectores de Bloguionistas son estudiantes de guión, y otros tantos son, somos, más veteranos en la profesión.

Los aspirantes, los que llevan poco tiempo escribiendo guiones, envidian el callo de los veteranos, y los veteranos envidiamos, en ocasiones, el impulso y la motivación de los principios, la creencia de que todo es posible.

Avanzan los años, y parafraseando a Cervantes, “el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan…”, con cada guión te haces más experimentado pero también más resabiado, más escéptico, vas comprobando que no hay nada fácil, que lograr cierto nivel de satisfacción más o menos permanente es muy complicado.

Entonces tu relación con la escritura se vuelve menos fogosa, menos impulsiva, mucho menos espontánea. La escritura, afortunadamente, se ha convertido en tu medio de sustento, pero te vuelves más prosaico y piensas más en mantener lo que tienes que en todo eso que querías escribir. Y si esa sensación de matrimonio tedioso gana a la pasión enfermiza, entonces has perdido.

Por eso hay algo que para mí ha servido y sirve como pasarela entre los dos mundos. Entre el entusiasmo (bastante ingenuo, por otro lado) de los comienzos y el peligro de apatía del guionista más o menos asentado.

Se trata de escribir lo que sea y mandarlo donde sea. Preferiblemente en un sobre de papel estraza. Un sobre marrón.

20070418klplyllic_132.Ies.SCO

En 2005 envié un guión a Estados Unidos y acabé vendiendo una opción de compra que, si bien no se ha materializado, se ha venido renovando desde entonces.

En 2007, envié mi proyecto de corto en un sobre de papel marrón al festival de Medina del Campo, y gracias al premio acabé dirigiendo mi primer corto.

He enviado muchos otros sobres, algunos me han dado alegrías, otros tristezas, otros nada. Pero siempre necesitas tener ilusiones puestas en el futuro. Siempre necesitas estar escribiendo, a veces cobrando, y otras, importantísimo, escribiendo para ti y para tener una expectativa de que algo estupendo te puede pasar, algo estupendo que has conseguido escribiendo.

Por supuesto, lo del sobre ahora queda un poco anacrónico. Puede valer un email, lo importante es escribir y tener esperanzas depositadas en concursos, en mandarle algo a ese productor del que sabes que busca guiones de terror, en ayudas del tipo que sea… Y cuando sientes todavía esa ilusión te das cuenta de que eres la misma persona que eras entonces. Ese sobre marrón, aunque vaya al otro lado del mundo o a un concurso de guiones de cortos de Albacete, en realidad está dirigido a ti. Y lo que dice es que sigues confiando en tus posibilidades.  Que sigues enamorado de lo que haces y que renuevas tus votos.

La cita de Cervantes se completa de la siguiente manera:

“El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir.”

5 comentarios en «EL MISTERIO DE LOS SOBRES MARRONES»

  1. Sergio Barrejón nos decía hace poco que miráramos a los ojos al productor, que enviar por enviar era una pérdida de tiempo; y, hoy, Ángela nos dice que enviemos, lo que sea, a quien sea. Vale, estoy confuso. Si esa era vuestra intención, ¡enhorabuena! Aunque he de decir que la confusión me venía de antes…

  2. Los pelos como escarpias. Felicidades por el post Ángela. Yo soy uno de esos ingenuos soñadores que empieza, aunque ya llevo unos cuantos años practicando ‘el sobre marrón’, haciendo esto de escribir y participar en concursos (sobre todo de relatos). Debo decir que siempre revivo la misma sensación. Siempre que recibo un NO siento que mi carburador de sueños se está empezando a escacharrar. Nada grave. Porque hay algo que va más allá del derrotismo, algo poderoso y que nos impele a intentarlo otra vez. Por eso es curioso ver como esa sensación de vencimiento, ese ‘joder, otra vez, yo paso de esto’, suele acabar en nada. Sólo hace falta pasearse por una web en la que anuncien concursos para hacer borrón y cuenta nueva y reencontrarte con esa chispa que te motoriza y te devuelve a la senda de los sueños. Somos como esos robots limpiasuelos que se chocan contra la pared y en vez de venirse abajo buscan otro camino abierto. Y te limpian toda la casa.

  3. Gracias. Fue como leer el horóscopo. Hace dos días puse al correo tres sobre marrones, y me estaba preguntando qué podría pasar con ellos. Ahora ya lo sé: pasa que sigo escribiendo.

Los comentarios están cerrados.

Descubre más desde Bloguionistas

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo