Mairena Ruiz (Valencia, 1987) es licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual. Tras realizar el Máster en Guión de Cine y Televisión de la UC3M se dedica a contar historias, a veces transmedia, y es experta en compartir fotos de su perro, León Tolstói, en todas las redes sociales.
Decía hace poco Natxo López que una de las realidades que hay que asumir de ser guionista es que tus familiares de más de 60 años no van a entender a qué te dedicas. Pues imaginaos si a eso le añades “transmedia” detrás. Porque, ¿qué es el transmedia? Mi respuesta a esa pregunta es siempre la misma:
Bueno, vale, podríamos decir que es una forma de contar historias utilizando varios medios que se complementan entre sí. Puedes disfrutar de cada parte por separado pero sólo conocerás la historia completa si participas o consumes todas las plataformas disponibles. Cómics, videojuegos, películas, cuentas de twitter, videoblogs… Todo vale.
Si queréis saber más sobre la teoría del transmedia, os recomiendo leer a Eduardo Prádanos. Yo voy a hablar de un caso práctico: Nayik. No sé cómo de útil será, porque cada transmedia es único e irrepetible pero bueno, como es en el que yo he trabajado, es el que os voy a contar.
El año pasado tuve la suerte de hacer las prácticas del Máster de Guión de la UC3M en El Cosmonauta. Una película financiada mediante crowdfunding que ha conseguido más de 400.000€, que será estrenada el 14 de mayo en Madrid y que estará disponible en internet, gratis. Ya, ya lo sé, qué hartazgo con El Cosmonauta, pero es que a mí recién salida del máster y con lo que me gusta el transmedia, las redes sociales y poder echarme la siesta en el sofá de la oficina, pues me encantaba la idea.
El Cosmonauta se planteó desde el principio como una experiencia transmedia, en la que la película es el “primer nivel de implicación”. Puedes ver sólo la película, pero si quieres conocer toda la historia debes ver los webisodios que van antes y después del largometraje, más de 80 minutos que completan la historia. Ese sería el “segundo nivel”. Nayik es el tercero: una ficción que sucede en directo, sólo en Internet y que, aunque vaya a estar disponible en un repositorio, sólo puedes disfrutarla completamente durante las seis semanas que tiene lugar.
Cuando mis dos compañeros y yo llegamos nos encontramos con la película, recién terminada de montar; decenas de pequeñas piezas y escenas eliminadas. Pero también miles de fotos increíbles, un montón de historias que se habían quedado fuera y un disco duro lleno de planos de naves, documentos oficiales y diarios de personajes históricos como Nikolai Kamanin, el jefe de cosmonautas durante la carrera espacial. Nicolás Alcalá, el director de la película, nos pidió que le propusiéramos ideas para crear con todo eso lo que quisiéramos, con la condición de que tenía que quedar terminado en los tres meses que teníamos de prácticas.
Después de debatirnos entre el pánico y la emoción al ver que teníamos tanta libertad creativa y tantas posibilidades de cagarla, lo difícil fue decidir qué hacer. Teníamos un montón de ideas pero teníamos que encajarlas todas de forma que aprovecháramos al máximo todo ese material, que aportara algo nuevo y que fuera interesante. Al final creamos Nayik, una serie de perfiles de Facebook supuestamente basados en una antigua red de comunicaciones soviética. En esa red nuestros personajes interactuarían entre sí, contando una historia.
Nos montamos una línea temporal en la pared con lo que pensamos que era cinta aislante (no lo era, era cinta de cámara) y nos pusimos a colocar puntos de giro y a crear arcos de personajes y escribir cosas en post-it’s de colores, como profesionales. Teníamos claro que la ficción duraría tres meses y que concluiría justo antes del estreno de la película, así que creamos un calendario compartido en Google y fuimos introduciendo ahí los “eventos”. Primero a modo de escaleta: “Andrei publica un estado sobre su llegada a Star City”, y más adelante con algunos “diálogos” completos en los que intentábamos captar la voz de cada personaje, incluyendo el texto de los estados, los comentarios de los otros personajes, las fotos que compartían… Algunos estaban basados en lo que ocurría en la película y otros surgían viendo fotos del rodaje, o durante la típica conversación con unas cañas delante. Era todo idílico y maravilloso.
Y entonces llegó nuestro momento cercano a la muerte. Justo antes de acabar las prácticas se decidió que de tres meses reduciríamos la historia a seis semanas, nos contrataron a mi compañera Milena Cañas y a mí para que compagináramos Nayik con tareas de producción y… uno de mis jefes borró por error el calendario con todo nuestro trabajo. De los dos días siguientes sólo recuerdo mirar decenas de foros en internet y hacer nudos de ahorcado con cuerda de pita para colgar los muñecos de cosmonautas que teníamos por la oficina mientras esperaba respuestas.
Gracias a una maravillosa trabajadora de Google llamada Katherine (a la que hicimos productora honoraria en agradecimiento) conseguimos recuperar el calendario, aprendimos que ni de la nube te puedes fiar y decidimos que íbamos a llevar Nayik un paso más allá.
De tres personajes fijos, con otros tres o cuatro que sólo comentaran cuando fuera necesario, pasamos a once personajes con sus propios perfiles y sus propias tramas: los tres protagonistas, tres secundarios de los cuales uno ni siquiera existía en la película y cinco personajes históricos de los que habría que respetar su personalidad, manías personales y detalles como en qué año habían muerto.
Nos repartimos las tramas para reestructurarlo todo, adaptar el ritmo de la historia a esas nuevas seis semanas y desarrollar los nuevos personajes. Logramos algo comparable a una escaleta dialogada que yo voy reescribiendo casi sobre la marcha para unificar las historias, los diálogos y, sobre todo, asegurarnos de que la parte más “teórica” del transmedia la hemos aplicado bien.
Igual que en El Cosmonauta, dentro de Nayik volvemos a encontrarnos con otros tres niveles. Puedes decidir seguir sólo al trío protagonista, que lleva el peso de la historia, o seguir a los personajes históricos si lo que te interesa es la URSS, las conspiraciones y la carrera espacial. Lo ideal es que la gente siga a los once personajes pero el trabajo del guionista transmedia es crear la historia teniendo en cuenta esos niveles, hacer posible que la gente que quiera seguir sólo a los tres protagonistas no se pierda en su historia. Pero también que el que sigue a los secundarios vea muchos más matices, que vea cómo todas las historias se entrelazan, no sólo con el resto de personajes sino también con los webisodios y la película. Además de que todo esto le resulte natural y sencillo, y no un laberinto de plataformas y redes sociales sin sentido.
Y todo eso antes de lanzarlo, claro, ¡y en dos idiomas! Hemos seguido experiencias similares y hemos intentado analizar, y prever, pero cada experiencia transmedia es única. No sabemos cómo va a reaccionar la gente, no sabemos si vamos a pasar seis semanas pegados al ordenador o si voy a tener que ceder al final y hacerle un Facebook a mi madre, una maravillosa señora de Cuenca con una terrible manía de trollearme, con tal de que alguien lo lea.
Hola Mairena,
Lo primero felicitarte por lo que parece un trabajo muy bien planteado. Yo también desarrollo narraciones transmedia y me parece genial que unos chicos recién salidos del master tengan una oportunidad así y se lancen al vacío con tanto entusiasmo. Seguro que os va muy bien!
Quizá a algunos lectores del blog éste les parezca una de esas “entradas autobombo” que tanta polémica levantan, pero yo creo que leyendo tu explicación sobre Nayik se aprende sobre transmedia y nuevas posibilidades de narración. Sobre todo me resulta clave el aprovechamiento de material ya rodado, grabado, fotografiado y escrito para que no se pierda en el limbo… ese es uno de los grandes regalos que el transmedia hace a los guionistas, el que todo el backline de la historia y los personajes pasa a ser material útil para ofrecer al espectador/lector/oyente/internauta.
Sólo te pondré una pega: ¿A quien se le ocurre hacer una línea temporal con cinta de cámara, con lo cotizadísima que está siempre en los rodajes?
Ya en serio… suerte y enhorabuena.
Javi Jáuregui
Muchas gracias por el comentario, Javi.
La verdad es que ha sido una oportunidad tremenda porque partíamos ya con una comunidad detrás y con muchísimo material, y llegar a un proyecto así y que el director te entregue a sus personajes y su historia para que los uses por ti mismo… Pues te puedes imaginar lo agradecidos que estamos.
Lo primero, enhorabuena y por tu trabajo y gracias por lo bien que nos lo has contado.
Ahora lo que me surge es cuá es la respuesta a la pregunta del título. Por lo que más o menos intuyo, el trasmedia es el despliegue en diversos soportes de todas las historias y ángulos secundarios que se despliegan de una historia, pero yendo más allá lo que realmente es, se trata de una estrategia de marketing para aprovechar all máximo un producto.
A mí francamente, me da pereza. Hay tanto que ver y que leer, que andar rebañando los jirones de una sola obra parece un poco pérdida de tiempo, porque si lo que no está en la película no está, por algo será.
¿Realmente esto es a lo que vamos? No sé, igual estoy defasada, pero me da mucha pereza todo esto. Para que se me entienda, por mucho que me guste una película, despué de verla prefiero ver otra, o ver la misma otra vez, antes que tragarme los extras del DVD, salvo raras excepciones. Prefiero disfrutar muchas cosas a disfrutar mucho una sola. Entonces, mi pregunat es, ¿tenéis datos de cuánta gente ha disfrutado de todo el contenido completo en proporción a los que han visto la película?
Creo que esto tiene mucho que ver con lo que han escrito en otro lúcido post: ¿los guionistas somos creadores de obras, o de “contenidos”? Ahí lo dejo. Y felicidades de nuevo por tu trabajo y tu empuje.
Hola Jelen,
Entiendo tu punto de vista, pues muchas veces se comete el error de querer estirar el chicle de lo que hay y no da para más.
Pero el transmedia bien hecho no es eso, sino que nace desde el origen del proyecto para contar la historia a través de más plataformas y formar una superhistoria que termine siendo un universo en si misma. Es “Stars Wars” sacando una serie de animación que nos cuenta las guerras clon… no son restos de las pelis que no entraron en el montaje, es una parte de la historia interesantísima que no ha sido contada y para la que se busca un medio y una narración propia y distinta.
En el caso de “El cosmonauta” es contarte una parte de la historia a través de una red social inventada y los perfiles de los personajes en ella, con sus conversaciones e interacciones totalmente nuevas. De camino, se convierte en una forma de darle salida a material sobrante o de preparación del film, si, pero ese no es el motor inicial de la iniciativa.
Espero haberte ayudado a diferenciar un poco todo este, a veces lioso, asunto :-)
Un saludo!
Pero este tipo de cosas son idóneas para géneros muy concretos. Es decir, los fans de pelis de ciencia ficción con tropas de seguidores en plan Matrix o Star Wars o cualquier cosa nacida del cerebelo de J.J. Abrams, agradecen todo este submundo en el que seguir investigando sobre su universo preferido. Es una alternativa más para explotar un producto. Alternativa que funciona (o debería) como historia en sí misma, como complemento y como publicidad para la peli/serie madre.
(perdón por la repetición… no había leído el comentario anterior)
Jelen, soy conocida por tres cosas: mi perro, mi risa estridente y mi capacidad para hablar durante horas. Por eso intenté centrarme en un sólo aspecto del transmedia.
Los expertos aún no se han puesto de acuerdo en qué es el transmedia. Hay gente que habla de “storytelling” y “branded content”, y se refieren a utilizar historias y redes sociales para hacer marketing. Vale, eso es transmedia. Pero para mí también es transmedia cuando un fan de una serie escribe una historia sobre ella y la publica en internet, por ejemplo, y hay mucha gente que no está de acuerdo con ello.
Javi habla en su respuesta de “transmedia bien hecho”. Yo no entro en lo que está bien hecho o no, sino lo que a mí me gusta. Me gusta contar historias y me gusta disfrutar de las que me cuentan y creo que el transmedia ofrece muchísimas posibilidades para ello.
El ejemplo que siempre pongo desde hace unos meses es “The Lizzie Bennet Diaries”, una adaptación moderna de “Orgullo y prejuicio” en formato videoblog. Podías seguir la historia sólo con el canal de youtube de la protagonista, pero veías muchas más cosas si seguías también el “spin off” de su hermana y más adelante el de la hermana de Darcy, y también sus cuentas de twitter. Para mí, como espectadora, uno de los mejores momentos de la “experiencia” fue pasar un domingo pegada a twitter porque sabía que Darcy y su hermana iban a enseñarle la ciudad a Lizzie (algo que no se iba a ver en el vlog) y la hermana fue poniendo fotos de ellos juntos durante el día. La reacción de los fans, el seguimiento, fue brutal.
En su caso, sólo el 50% de la audiencia del vlog principal, seguía el spinoff de la hermana. Y sólo un 25% las cuentas de twitter. Nosotros todavía no tenemos cifras porque la película no se estrena hasta el 14 de mayo, pero hay miles de personas que llevan varios años siguiendo el proyecto. Lo que hemos querido hacer es dar a la gente la oportunidad de conocer antes a los personajes, de saber más sobre la carrera espacial, sobre las intrigas de la política soviética. Como yo soy un poco naive, o idealista, o como queráis llamarlo, a mí me vale la pena todo el trabajo que he hecho al ver que los personajes tienen 200 seguidores, que la lista oficial tiene otros 200 y que hay unas cuantas personas que participan todo los días y que se meten en la historia y actúan como si fueran parte de ella.
Una vez soltado todo este rollo, he de decir que estoy de acuerdo contigo. Hay películas que las veo una vez y me es suficiente. Hay series que tienen transmedias que no sigo porque no me interesan. Pero hay otras que, por lo que sea, me atrapan, y nunca tengo suficiente. No creo que todos los proyectos tengan que ser transmedia ni estar en todas las redes, creo que depende mucho de cada uno y que es importante que si se hace, es porque aporte algo. Y que aquellos que no quieran implicarse más, puedan disfrutar igualmente del ese “primer nivel” sin tener que meterse en experiencias o plataformas que no les interesen.
Muchas gracias por tu aportación y espero no haberte liado aún más con el tema transmedia.
Gracias a ti, Mairena. Creo que lo mejor que puedo hacer ahora es ver completo un tinglado de estos, por ejemplo el tuyo, que igual es por donde debería haber empezado. No sé si te ha molestado un poco mi post, si era así lo siento, no era mi intención, pero en el fondo te has vengado. Si lo que pretendías era picar mi curiosidad, lo has conseguido. Te perdono porque no sabes que soy una persona con tendencias adictivas y en el fondo de mis reparos está también saber que si este tipo de narraciones de nucna acabar me llegan a enganchar tendré que robar mucho tiempo a mi crecimiento personal, mis admiradores, mi tiempo de escribir y hacer mapas, en fin mi vida más allá de la ficción. Repito, gracias.
Tu comentario no me molestó en absoluto, Jelen, al contrario, me encanta dialogar con la gente que tiene opiniones distintas a las mías, es la única forma de aprender. En el tema del transmedia creo que hace falta escuchar más a la audiencia, especialmente a la que no le gusta, para poder respetar también su experiencia.
Si te pareció que estaba un poco “seca” es porque intenté ser explicativa y no intentar convencerte de nada. Entiendo que hay gente a la que no le gusta el transmedia y no tengo por qué intentar hacerles cambiar de opinión, yo sólo comparto la mía.
Dicho eso, jeje, me alegro de que hayas decidido darle una oportunidad. En nuestro caso lo hemos planeado para que haya 3-4 eventos a lo largo del día, de forma que se entremezclen con las actualizaciones de tus amigos y sea algo “natural”, que se pueda seguir y que no sature. Creo que por eso me gustó tanto The Lizzie Bennet Diaries, porque eran dos episodios a la semana de 5 minutos, con unos pocos tweets el resto de días. No me costaba seguirlo, estaba ahí y verlo era un momento.
Espero que me cuentes qué te parece cuando lleves unos días, aunque sean solo críticas. Gracias por la oportunidad. :)
Los chicos de Deluxe se unieron al proyecto con mucho entusiasmo, pues ya habían oído hablar de él y tenían ganas de colaborar con nosotros. Para Miguel Pérez, el colorista, fue especialmente emocionante trabajar en una película tan diferente, no sólo por nuestro modelo sino porque, tras trabajar en casi 100 películas , esta fue su primera película rodada en HDSLR.
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