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PRINCIPIOS

por Bárbara Alpuente.

En una cena con otros guionistas de televisión me cuentan que hay un guionista en particular que en un momento determinado ha decidido abandonar un proyecto en concreto (me gusta ser rigurosa con la información) Por lo visto, el susodicho ha decidido desmarcarse de un proyecto televisivo por una cuestión de principios. Yo estoy muy a favor de los principios, vivan los principios, a tope con los principios.

¿Pero qué entendemos por “principios”?  Quizá, no tolerar el maltrato y la falta de respeto o negarse a convivir en un infierno laboral en el que te has enemistado con tus compañeros, con tu coordinador o con el productor (o con todos ellos simultáneamente, que se puede) Incluso entrando en contenidos, los principios pueden surgir si el mensaje que percibes en el proyecto te resulta éticamente deplorable. Vale. Pero a medida que avanza la noche descubro que no, que por principios se entiende “disparidad de criterios”. A mí esto me parece tan respetable como todo lo anterior, pero no lo llamaría “principios”. Porque definirlo como “principios” podría sugerir que todo aquel que trabaje en una serie que no le agrada carece de ellos. Yo lo llamaría “desacuerdo”, o lo llamaría “tengo suficiente dinero ahorrado como para dejar una serie que no me gusta”. Mi enhorabuena a todos los que se puedan permitir este lujo. No es mi caso.

Me pregunto qué futuro tenemos en la industria de la televisión si tendemos a pensar que generalmente, frente a nuestros compañeros de equipo, nuestro criterio es siempre el bueno. ¿Lo es? ¿Están todos los demás equivocados?

Si no soportas que te lleven la contraria, la tele no es lo tuyo.

Es complicado, porque para vender una biblia o incluso una trama, tienes que confiar en que lo que haces está bien, pero ¿hasta dónde la seguridad absoluta en tu propuesta te convierte en un arrogante o simplemente en un tipo convencido de la calidad de su trabajo y de sus capacidades como guionista?

Me atrevo a asegurar que un guionista totalmente seguro de sí mismo es un extraterrestre. Pero no sólo un guionista, sino un creador en general. El criterio en la creación es subjetivo, esto lo sabemos todos. Un arquitecto puede someterse al juicio estético, pero su edificio se mantiene o se tambalea. Es habitable o inhabitable. Un guión, sin embargo, no obtiene una opinión inapelable.

Seguro que si nos ponemos a hablar sobre “El árbol de la vida” surge una inevitable  disparidad de criterios. Muchos piensan que es un coñazo, lenta, confusa y pretendidamente trascendente. Bien, pues a mí me encanta. ¿Quién tiene razón? (¡YO!)

A nadie le gusta escribir una segunda versión… Bueno, los habrá (gente rara ha habido siempre) Volver a casa de una revisión con tus diálogos llenos de notas que de repente no entiendes, y si las entiendes, te parece que sin duda estropean la obra inicial; esa obra más espontánea e inspirada que tu coordinador no ha sabido entender. Y presentas la segunda versión con un gesto de desdén, como diciendo “aquí tienes lo que querías… ahora está PEOR”. ¿Cuántas veces somos capaces de entender con humildad las notas de otro guionista sobre nuestras líneas? ¿Cuántas veces reescribimos pensando que está quedando mejor y que la persona encargada de valorar nuestro trabajo ha sabido encauzarlo?  No demasiadas. Porque por un lado algunos nos creemos la hostia y por el otro no solemos respetar profesionalmente a quien tenemos por encima tomando decisiones. Muchas veces porque, efectivamente, están menos preparados que nosotros y otras, simplemente, porque no son nosotros (de adverbios ya vamos bien)

¿Cuántos de vosotros trabajáis en este momento (la pregunta podría quedarse aquí) en un proyecto con el que comulguéis? No hace falta que contestéis, vuestros jefes podrían estar leyendo esto (en ese caso, dejadme una dirección para enviar mi cv, gracias)

Compruebo que a menudo nos incomoda escribir en series que no nos gustan porque pensamos que nuestros compañeros de profesión nos asociarán a esas series. Y si pensamos eso es porque nosotros también funcionamos con ese prejuicio ridículo. Hay quien cree que una serie “mala” está escrita por guionistas malos. Hay quien, a estas alturas, cree que los guionistas de televisión escribimos lo que queremos. Y hay quien asegura que escribir en una serie que no te convence es sinónimo de carecer de principios.

Si esto es así, me temo que tengo mis principios en las últimas.

Bob Dylan – Gotta Serve Somebody

Bárbara Alpuente ha sido coordinadora de guión y guionista de Camera Café y Paramount Comedy. Guionista de Doctor Mateo, Toledo, Gavilanes, SMS o Casi perfectos. Columnista de Grazia, Unfollow, Otras Políticas y Yo Dona. Ha trabajado en Canal Plus, Radio Nacional o Rolling Stone y en productoras como Globomedia, Videomedia, Gestmusic, Ida y Vuelta, Plural, Notro Films o Morena Films. Ha publicado una novela con La Esfera de los libros; “Más allá de mí”.

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97 comentarios en «PRINCIPIOS»

  1. Ya, vale, comprendo. ¿Entonces, los guionistas malos quiénes son? ¿Los que escriben series buenas? No me cuadra. Quizá sea por la falta de referentes. Qué fácil es justificarse desde la autoindulgencia. La autocrítica ya cuesta más.

  2. Si eres -como dices- rigurosa con la información cita qué serie o qué guionista. Porque a partir de definir tus “principios” dejas al guionista en cuestión como un gilipollas petulante y engreído.

    Y creo que, sea por principios o por dignidad profesional o por desacuerdos, que un guionista en este país diga “no” a un proyecto es más un motivo para tenerle en consideración que para desglosar una serie de conceptos en los que vienes a decir que si no estás dispuesto a que te llevan la contraria, mejor dejar la televisión. ¿O es que un guionista no está en su derecho de no estar de acuerdo en cómo se lleva la parte creativa de una serie si se la imponen y es él precisamente el encargado de llevarla? Si es así, equiparas al guionista cono un criado que sirve las ideas de los demás. Y para mí, esto está tan lejos de ser guionista como dejar de dialogar con los demás de lo que sea.

    ¿Que hay que pagar facturas? Por supuesto.

    ¿Que a veces eso supone trabajar en proyectos que no son los que te gustaría hacer? Por supuesto.

    Pero que eso sea la regla a seguir o que en base a esta anécdota describas esta profesión como la describes me parece algo exagerado.

    Desarrollar una teoría a partir de un comentario en una cena (en la que se debió hablar mucho del tema ya que lo descubriste “a medida que avanzaba la noche”) sin que se pueda saber las claves de esos motivos (supongo que ese guionista no estaba cenando con vosotros) me parece, como mínimo, aventurado. Y poco riguroso.

    Porque, ¿cómo sabes que ese guionista se fue porque quería imponer su opinión o no? ¿Cómo sabes que no escuchaba a nadie y se sentía Sorkin redivivo (algo que en España es equivalente a ser un gilipollas que no sabe por dónde se anda) y dueño de la verdad absoluta? ¿Cómo sabes que ese tipo o tipa se cree la hostia cuando escribe, que es como dices que te sientes tú?

    En cualquier caso, cómo no sabemos la opinión de aquél quien hablas, no podemos opinar sobre él.

    Pero sabiendo tu opinión, sí podemos opinar sobre tu concepto de esta profesión. Un concepto con el que -usando tus propias palabras- estoy francamente en desacuerdo. Y lo estoy precisamente por principios.

    1. Carlos García Miranda

      Si no has entendido la ironía en el tema de la rigurosidad no sé ni por qué Bárbara contesta a esta respuesta.

  3. Sin conocer todos los datos, me cuesta formarme una opinión sobre ese caso en concreto. Si hablamos más en general, todos hemos renunciado a algún matiz de nuestros trabajos. Creo que, al menos, cuando me ha tocado a mí, me ha costado menos cambiar algo cuando me lo decía alguien con a) experiencia (y/o más experiencia) y b) con argumentos.

    1. Renunciar a un trabajo está muy bien si uno puede. Si uno no puede, o incluso si no quiere, resulta un poco duro que otros insinúen que no tienes principios. Es básicamente la tesis.

      Gracias por comentar.

    2. Bueno, tampoco creo que nadie debiera pretender que las decisiones que toma sean ley o “modelo” sobre el que instaurar una especie de moral/ética general. Cada uno afronta su carrera como quiere… dentro de lo que “puede”. Si ese guionista que mencionas establecía entre “estos son mis límites” y un juicio tipo “y deberían ser los límites para todo el mundo que se tenga un poco de respeto a sí mismo”, entonces se entiende tu reflexión. En general, pienso que en esto del trabajo hay mucho del carácter de cada uno, y no solo en el mundo del guión. Hace poco charlé con dos personas, del mismo ámbito profesional, cuya actitud actual (en este contexto de presiones, bajadas de sueldo, etc) es muy diferente; una está hasta las narices, y ya no piensa ceder más, y la otra, pues lo asume/soporta mejor. No creo que ninguna juzgara a la otra (o eso fue mi impresión) en plan “¿Pero cómo puedes/te atreves?”. Al final, es bastante personal. Si tu cabeza o tu estómago te dice que ya no puedes más, pues poco podrás hacer; si consigues readaparte, o, aún más, si por coj… tienes que hacerlo porque tu situación económica sea difícil (hipoteca, hijos, lo que fuera), pues seguirás. Yo diría que ambas posturas son respetables.

  4. + 1 a Javier Olivares.
    Es muy fácil proyectar en cosas que oímos lo que realmente somos nosotros.

    Otr@s guionistas, quizás al oír la historia del tipo que lo dejaba porque no le gustaba cómo se encauzaba la cosa, habrían pensado que quizás le habían puteado, que nadie le había escuchado o que, simplemente el proyecto que empezó siendo una comedia había derivado en una dramedia con adolescentes y niños de por medio.

    1. Esa es la gracia, que cada uno al escuchar una historia extrae una cosa distinta. Por eso tiene sentido este blog… Y los comentarios.

      Gracias.

    1. No suena mal:

      Me pregunto qué futuro tenemos los “antidisturbios” si tendemos a pensar que nuestro criterio es siempre el bueno.

      Si no soportas que te lleven la contraria, ser “antidisturbios” no es lo tuyo.

      Me atrevo a asegurar que un “antidisturbios” totalmente seguro de sí mismo es un extraterrestre.

  5. -1 al comentario que haces, Paco. No me gusta nada. Creo que siendo las dos posturas respetables, estoy con Bárbara en que esto es un trabajo en equipo y que no somos autores en una torre de marfil, sino que la naturaleza del trabajo no es (necesariamente) personal. Que para algunos lo es, estupendo. Yo tengo proyectos )(novelas, obras de teatro, cortos…) en los que he peleado por mi autoría. Pero en el momento en el que entro en un engranaje de una serie en cuya creación intervienen muchas personas intento aportar lo mejor de mi oficio, construir al tiempo que lo hacen los demás. No quita que te puedas poner farruco de vez en cuando ni que desapruebe que la gente haga lo que quiera con su tiempo, su dinero y su carrera. Y recordando también el estupendo post de Carlos sobre “Las Concesiones”, todos sabemos cuándo son demasiadas, pero no es un tema de blancos y negros, sino de matices.

    1. Justo cuando acabo de leer los comentarios me encuentro esta alusión y la aprovecho para entrar un instante en la discusión.

      Como bien dice Ángela, es muy reductivo pensar en términos de blanco o negro (guionistas consecuentes frente a guionistas serviles, o guionistas endiosados frente a guionistas pragmáticos… como quiera que sea). Hay situaciones en las que es imprescindible tomar una postura tajante, en un sentido o en otro, pero la gran mayoría de los días y noches de un guionista no se nos plantea esa disyuntiva. A mí me cuesta extraer del post de Bárbara todas esas conclusiones que tomáis. Su fondo no es tan diferente del que yo publiqué aquí el jueves, “La Concesión” y, entre otras cosas, viene a defender a la tropa de guionistas que trabajan en una serie que no les gusta, sin que eso signifique perder la dignidad.

      Si hay que batallar por la autoría, por la profesión o por una cuestión creativa fundamental, me hallaréis en primera fila. Ya he estado ahí, de hecho. No confundamos eso con el trabajo profesional, al servicio de una idea que no es tuya y de una empresa con la que has firmado un contrato.

    2. A mí no me cuesta extraer esas conclusiones. Porque, esencialmente, para decir eso no hace falta confrontarlo con el concepto “principios” ni con que un compañero haya decidido dejar un proyecto. Sea por las razones que sean.

    3. Si creas una serie y un concepto de ficción, pese a que en el juego entran productora y cadena, ese proyecto es tan personal como si escribes una novela. Y lo defiendes al máximo. No entras “al servicio de los demás”. El concepto de equipo es multidireccional. Creo que hay suficientes ejemplos en ficción nacional (desde Armiñán) y no te cuento en la de fuera para saber que esto es así.

      Otra cosa es que nos conformemos con lo que tenemos. Que parece que sí.

      E insisto: para hablar de “equipo” o de humildad profesional, no hace falta confrontarlo con el concepto “principios” ni con que un compañero haya decidido dejar un proyecto. Sea por las razones que sean.

      Me encantaría saber qué opina de esto el guionista al que se alude y no se nombra, por cierto.

    4. Javier, yo sé qué opina ese guionista en cuestión, pero es lo de menos. Ese guionista podría incluso no existir. Es la anécdota para hablar de los límites en esta profesión. Como hay quien cree que se juega su dignidad en cada proyecto de tv y como hay quien cree que la dignidad está relacionada con otras cosas. Hay que pelear por lo que uno cree, aunque no sea un proyecto personal, pero no dar por hecho que su criterio está siempre por encima del de sus compañeros y ante las discrepancias, pensar que uno es el valiente y los otros unos serviles y sometidos guionistas.

      No redundaré más, que para eso he escrito un post que cuenta esto claramente.

      Gracias por comentar.

  6. Y que de mi post se extraiga que un guionista no puede cuestionar nada me resulta curioso. Entre otras cosas porque he hablado de compañeros guionistas, no de productores.

    Gracias, Ángela.

  7. Si alguien hace algo por principios no quiere decir que considere que los demás no tienen principios por no hacer lo mismo, sino que sencillamente tienen otros principios. Otra cosa es que tengas los mismos principios y te lo comas con patatas pero para saberlo habría que saber más de la situación.
    Igualmente me parece admirable el hecho en sí de qué alguien actúe de acuerdo a sus principios, es lo que se llama coherencia.

    1. Desde luego. Las discrepancias no tienen tanto que ver con eso sino con lo que cada uno entiende por “principios”. Y ni siquiera creo que haya que ponerse de acuerdo. Es una percepción individual y, por lo tanto, subjetiva.

      Gracias.

  8. A mí, más que los antidisturbios, me preocupa que, en un blog de guionistas, no se pille una más que evidente ironía/chiste de la autora (“me gusta ser rigurosa”) para saltar enseguida a ponerse campanudos con los comentarios.

    el humor, qué difícil…

    1. Si te digo la verdad, a mí también. Quiero pensar que el cabreo nos impide detectar las ironías. Quiero pensar…

  9. No seré yo el que pretenda traducir a Bárbara, pero su texto me parece claro y meridiano. Que no te gusten los derroteros que toma una serie o que no te guste ser reescrito por tus “superiores” me parece una opción personal perfectamente legítima para pirarte (faltaría más). Pero eso son RAZONES no son PRINCIPIOS, joder… los principios son otra cosa. O eso o yo tengo PRINCIPIOS muy extraños… o puede que incluso no tenga (que también es posible).

  10. Yo, antes de nada, y como siempre, diría que no nos enfademos, hombre, que estamos hablando de lo mismo.

    Lo de entrar en los límites de lo que son “principios” o no me parece una cuestión más para filólogos o profesores de ética, lo que me da un poco de pereza. ¿Qué más da cómo lo llamemos?

    Personalmente añadiría que no conozco a ningún guionista que haya abandonado un proyecto estrictamente por disparidad de criterios narrativos. Eso no significa que no haya pasado, sólo que yo no lo he visto, porque siempre había algo más detrás: mobbing, sueldos injustos, apropiación indebida de méritos, créditos o derechos de autor, cuando no directamente broncas absurdas, insultos recurrentes o, en resumen, gilipollas a los que ese guionista ya no quería seguir aguantando. Es que tenemos una industria fina. También hay ocasiones en las que un guionista se aburre de un proyecto, o considera que ya no tiene mucho que aprender de él y prefiere probar escribiendo otras cosas. Lo que pasa es que en la gran mayoría de los casos, esas circunstancias van acompañadas de diferencias de criterio en la escritura, pero no creo que éstas supongan las motivaciones últimas para abandonar un proyecto.

    Y si lo fueran tampoco me parecería mal; que cada uno haga lo que considere mejor. Yo creo que sí puede exisitir para un escritor algo así como unos “principios artísticos” -llamémoslo como queramos- y ahí no coincido del todo con la premisa del post, ni con Chico Santamano.

    Yo he hablado de estos asuntos con Bárbara -a la que tengo gran aprecio y admiración- y lo que yo le decía es más o menos lo que ha expresado ya muy bien Carlos López: que cada caso es distinto, y que no hay bandos enfrentados, ni blancos y negros, sólo personas muy distintas con caracteres variopintos. ¿Es verdad que los guionistas somos engreídos? Pues depende, unos más que otros, como en todo. ¿Es verdad que somos cobardicas? Pues depende también. Por eso creo que la buena intención del post y la de algunos comentarios queda algo emborronada por enfocar el asunto desde un punto de vista muy personal (lo que forma parte de lo interesante del post, también; es muy del estilo de Bárbara buscar los defectos propios y ajenos y hurgar en ellos, y por eso le gusta meterse con los guionistas que van -vamos- de sobrados).

    A mí no me parece malo que un guionista crea que la producción para la que trabaja podría ser mejor, lo que me parecería mal es que se amparara en esa creencia para escaquearse o, directamente, boicotear el trabajo de los demás. O que se negara a que su trabajo fuera modificado ni en una coma (y creo que por ahí van los tiros de lo que plantea el post). Uno tiene la obligación, antes que nada, de hacer el trabajo que le piden lo mejor que pueda y de la manera que se lo pidan y aceptar que es un trabajo en equipo. Un guionista que se enfade cada vez que le cambian una versión es un idiota, tanto, al menos, como un revisor que se cabree porque alguien le diga que no está de acuerdo con sus apreciaciones.

    Y dicho todo esto, viva la discrepancia y la disparidad de criterios. Y Sara Montiel.

  11. Buenas, creo que Barbara tiene razón, porque si eres guionista y no soportas que te lleven la contraria es imposible… Las series se escriben en equipo, y todo el mundo opina nos guste o no, y eso es un reflejo de lo que vendrá mas tarde: miles de espectadores opinando. Ademas hay que contar con que el “cliente” es la cadena, y si no quiere que escribas una escena por la razon que sea, pues no la puedes hacer… y sino pues te vas por “principios” a otra cadena. Aunque hay gente que sencillamente no soporta la crítica, y creen que lo que hacen es muy bueno y encima van de autocríticos… buf, qué pereza. A mi cuando me critican no me gusta, pero muchas veces he visto que tenían razón (otras no). Solo hay que ser un poco flexible, y en los tiempos que corren la verdad es que cualquiera sale de una serie porque no le gusta…

  12. Mientras vosotros caéis en la procrastinación, debatiendo por lo mismo, pregunto: ¿alguien me puede poner en contacto con aquell@s guionistas que tengan principios?
    Lo digo por que llevo un par de años intentando que alguien me haga una prueba, aunque sea solo eso, pero no hay manera.
    Yo lo que quiero es trabajar… eso son mis principios.

  13. Puede que yo no sepa captar una ironía… pero releyendo el texto sigo sin ver dónde está la ironía de éste. En todo caso tampoco parece haberse captado la mia cuando hablé de antidisturbios. Asi que, en el apartado “ironías” estamos empatados.
    Ahora, hablando en serio, no sé a qué colega te referías, Bárbara. A mí se me ocurrió enseguida un nombre y creo haber acertado (porque no abundan los que se van y éste caso fue sonado). Pero, si es quien yo creo que es, el tema es mucho más complejo que lo que has descrito en el post. Y no basta con lo que hayas escuchado en un cotilleo de sobremesa para elevar la anécdota a categoría.

    1. Todas las productoras y todas las series tienen sus propios “hombres de principios”. Conozco a unos cuantos que cogieron la puerta y se fueron. Ya sea porque no le gustaba la serie, porque estaban cansados de hacer siempre lo mismo, porque les chuleaban pasta o por lo que fuera. El caso al que te refieres, que todos sabemos ya quién es, no es el único, Paco.

      Dimisiones hay en todas las casas. De hecho, cuando empezábamos a leer esta mañana el post en la productora donde curro pensábamos que lo decía por un guionista que se fue hace muy poco de aquí.

      Y que conste que no tengo ni idea del caso del que habla Bárbara. No porque no se lo haya preguntado, claro. Ha sido la segunda cosa que he hecho en el día de hoy.

  14. Basta con lo que haya escuchado porque lo que me interesaba es definir los “principios”, no cuestionar a nadie en particular.
    Si uno abandona un proyecto por las razones que le dé la gana, estupendo. Si después de abandonarlo pretende que le jaleen y cuando no es jaleado lo achaca a que los demás no tienen dignidad, ya me toca más la moral.
    Que cada uno ponga los principios donde le parezca. Faltaría más.

    Y oye, al final esto ha sido divertido.

    Gracias a todos.

  15. Carlos García Miranda

    Ya que aquí nadie dice nombres de los protagonistas de la historia yo voy a decir uno: Bárbara Alpuente. Por la lectura que habéis hecho algunos del post, parece que esta chica es una especie de oficinista lameculos dispuesta a poner hasta las comas que le dicten sin rechistar. Bueno, pues no lo es PARA NADA. Compartí oficina con ella durante meses y jamás escuché que claudicara ante algo que, desde su criterio, no era correcto sin pelear antes con uñas y dientes. A pesar de que ese del que hablo fue un trabajo difícil para ella, Bárbara no dejó su puesto, pero no porque no tuviera principios, sino porque tenía conciencia de su posición.
    No podemos llamar principios a narcisismos mal elaborados.

  16. Y luego está el caso, más habitual, y en ocasiones muy sonado, en el que un guionista presume de haberse ido por principios y se rasga públicamente las vestiduras, cuando todo el mundo sabe que lo han largado y no por disparidad de criterios (que es de lo que está hablando Bárbara, señores, que no os engañe el título), sino por malo…

    1. Uy, pues yo conozco a dos!! En dos productoras diferentes. los dos les echaron por malos guionistas pero sobretodo por malas personas. Y en los dos casos, los tipos dijeron que se largaron por principios. Natxo, no te imaginas lo que hay por ahí suelto.

  17. Los principios están para defenderlos en los momentos adversos y no para recitarlos, pienso, porque si no estamos hablando de otra cosa. Si yo digo que mis principios son unos determinados y no los defiendo, lo que digo de los mismos tiene el mismo valor que si digo que están lloviendo muebles.

    A mi ya, independientemente del tema principal del blog, me molesta mucho el tratamiento del concepto de los mismos en la actualidad. La realidad es dura y estoy completamente de acuerdo en que hay que adaptarse a ella, pero creo que un montón de gente utiliza sus teóricos principios para investirse de cierta pátina de superioridad moral o decencia , cuando no de hypster o de independiente y que luego, a la hora de actuar, no existe.

    Y aclaro, sinceramente y de corazón, que todo esto no viene al hilo de ni uno sólo de los comments o del post principal…. Es, como ya he dicho, un poco de hartazgo por el manoseo del concepto en sí.

  18. Yo conozco guionistas de programas que se niegan a trabajar en corazón, aunque eso reduzca su mercado laboral. Conozco un tipo que tenía vendida una serie a una cadena, y se negó porque la productora no le permitía ser productor ejecutivo de su propia serie. Sé de un tío que abandonó una serie que le encantaba, donde le pagaban bien y no le cambiaban una coma, porque le chuleaban los derechos de autor. Y a un jefe de guión al que le impusieron un guionista con el equipo ya cerrado, le obligaron a echar a alguien para que cuadraran las cuentas, y dimitió.

    Llámalo principios, llámalo razones, llámalo equis. Pero, aún no juzgando al que actúe de otro modo, si me dan a elegir, prefiero trabajar con gente así.

    Personalmente, y desde el máximo respeto, encuentro el post lamentable. Parte de una premisa escuchada por terceras personas y, ante la ausencia del protagonista, opta por darle los argumentos que a la autora le interesan para, convenientemente, rebatirlos. Y hay un “¡oiga, usted no me dé lecciones!” que no viene a cuento. O sí: esa cosa tan española de darle un palo al que se mueva.

    1. “Si no sabes aceptar una crítica no puedes trabajar en televisión”, he leído por ahí.

      Respeto, sí. ¿Que si estoy de acuerdo? Pues evidentemente no. Y lo argumento, sin faltar al respeto, ni insultar, ni achacarle falta de estilo, ni nada similar.

      Comprendo que eres amigo de la autora, que estés de acuerdo con ella, que te posiciones y que la defiendas. Pero no te inventes faltas de respeto donde hay críticas.

  19. Esto se va de madre. Me parece que no se pueden dar eso palos a alguien que escribe un post aquí. A este paso no va a querer escribir nadie y no hay derecho a eso. Muchos leemos aquí para aprender, informarnos, etc, no creía que fuera un ring. Los principios son personales, al igual que la coherencia, la decencia, bla, bla. Unos llevan ciertas cosas por bandera y otros no. No pasa nada. EL mundo sigue. Lo único importante es intentar hacer tu trabajo bien. Nada más.

  20. Los comentarios en defensa del post, más que provocar que me replantee mi primera impresión me la están confirmando. Yo hubiese entendido este discurso: “Conozco a un gilipollas engreído, incapaz de aceptar una crítica ni de trabajar en equipo que, cuando se va de una serie, encima dice que es por ‘principios'”, Entonces no tendría nada que objetar: hay gente así y lo sabemos todos.Y creo que estaremos todos de acuerdo en que no se puede ir así por la vida.
    Pero yo lo que entiendo, a la vista de la mayoria de las defensas (e insisto en que sigo sin captar la ironia original) es que, cuando uno dice que se va por dignidad, en realidad demuestra ser un gilipollas petulante que vive en su torre de marfil. Y ahí ya no comparto: unos lo serán y otros no. Como dije en mi primer comentario no se debe elevar la anécdota a categoría. Lo lamentable de este asunto ha sido la generalización en que se ha incurrido, tanto en el post como en sus alabanzas posteriores.
    Digo esto asumiendo que, muy probablemente, mi referencia a los antidisturbios haya sido desafortunada (se ve que hay ironias e ironias), asi que presento mis excusas a quien le haya ofendido. Lo retiro en aras del entendimiento, si tanto escuece.
    Ah, se dice también que este post ahonda en lo expuesto en otro anterior por Carlos López. No lo creo. El de Carlos me resultó infinitamente más equilibrado, más matizado, menos irritante y mucho mejor escrito.
    Saludos.

    1. Carlos García Miranda

      Tal vez ese haya sido el problema del post, no decir abiertamente lo que tú has entrecomillado. En cualquier caso, a eso se le llama estilo, narrativo y personal.

  21. Aclarando conceptos:

    1) Alguien escribe un post sobre un tipo que dejó una serie por principios.
    2) No se sabe quién es ese tipo. Pero, eso sí, se dice que al hacer eso se cree Dios y quiere (eso se ha sabido al final) que todos deben rendirle pleitesía. Cosa que no sabemos si es cierta porque no sabemos quién es el tipo y no puede explicarse.
    3) Se responde a este post y algunos salen en defensa de quien lo escribió con conceptos de que lo importante en televisión es trabajar en equipo y admitir (faltaría más) lo que comentan otros (productores, cadena…). Es más: se dice que si quieres ser autor, escribas novela. No sé lo que opinarían de esto Sorkin, Moffat, Abbott u otros referentes de la ficción moderna en la que deberíamos mirarnos y no conformarnos con lo que tenemos ahora, que no me parece para tirar cohetes.
    4) Insisto: se tenga la opinión que se tenga de si esto es trabajo en equipo o no, no creo que para decir eso haya que referirse a nadie. Y más sin nombrarlo. Se haga con la ironía que se haga. Se haga con el sentido del humor que se haga… que francamente, debo ser muy lerdo porque no he encontrado ni fina ironía ni humor algunos. A las pruebas me remito con esta contestación de la autora: “Si uno abandona un proyecto por las razones que le dé la gana, estupendo. Si después de abandonarlo pretende que le jaleen y cuando no es jaleado lo achaca a que los demás no tienen dignidad, ya me toca más la moral.Que cada uno ponga los principios donde le parezca. Faltaría más.” Como se ve, la ironía mana a raudales.
    5) Como cuando alguien tacha de “narcisismos mal elaborados” a que alguien (no sabemos quién) deja una serie. ¿Sabe quién escribe esto de quién se trata? ¿No está, defendiendo la dignidad de alguien, atacando la de otra persona? Otro ha llegado a decir que no se fue por principios sino que le echaron por malo. Tócate los cojones.
    6) Cuando se entra en debate o se responde con ironías a la supuesta ironía, aparecen respuestas de “esto no se hace” o “esto no se toca”. O se defiende la dignidad profesional de la autora, como si se la estuviera maltratando. Dignidad de la que no dudo. Pero no se está hablando de ella, sino de un post que ha escrito: no exageremos.
    7) Cuando se responde y hay dimes y diretes, todo se culmina con vivas a Sara Montiel, ¡a lo loco! O “esto ha sido divertido”. Pues sí: aburrido no es.
    8) Creo que defender la dignidad de nuestra profesión no pasa por considerar al guionista de televisión como mero servidor de unos clientes (que siempre se es: seas novelista, chef o diseñador). Creo que no pasa por atacar a un anónimo. Yo conozco a un guionista que dejó una serie porque se rodaban guiones con correcciones que desconocía. A otro porque no le dejaron ser productor ejecutivo. A otro por imponerle guionistas. A otro porque le hicieron trabajar un año para cambiarle el género tras innumerables versiones. Muchos dejamos una serie porque todo iba a ser un sueño. Y recientemente yo he dejado una serie (y de ganar una pasta, por cierto), cansado de tener que defender salir en las notas de prensa (salía hasta el peluquero, pero no quien la había creado), de no poder asistir a los ensayos de lo que yo escribía y de no estar informado de la producción y prohibírseme el contacto directo con los lectores de la cadena. Y en una cadena el productor y yo nos levantamos de una reunión porque nos encontramos en una pizarra reescaletado el guión que habíamos entregado, por el ínclito David Martínez y su cohorte de lectores.
    9) Si creo una serie (y no me viene de encargo) o soy productor ejecutivo o no la vendo. Y si la cadena la quiere cambiar (London Street), vendo derechos y me piro. Y si lo que se rueda no es lo que he escrito, obligo a retirar mi nombre de los créditos (Camino de Santiago). Y si la cosa va más allá, llamo a mi abogado.
    10) Cuando me he ido yo o se han ido los guionistas que he citado, nunca he (hemos) pedido que nos jaleen. Tal vez, solo que la cola de compañeros que esperan para sustituirte te den un telefonazo para saber qué ha pasado cuando te sustituyen. Algo que yo hago siempre, como puede dar fe un compañero recientemente, cuando soy yo el que releva a otro.
    11) Creo que sólo por respeto a los que damos este paso (el de dejar una serie) porque creemos que lo creativo es un tema tan importante como el económico o lo sindical, este tipo de post sobran. Entiendo que cada uno haga lo que considere oportuno. Y más en estos tiempos tan jodidos, faltaría más. Pero tiene guasa que, como ha dicho alguien, se le dé un palo al que se mueva. Y no a los que nunca lo hacen. Para esto somos de un gremialista que asustamos.
    12) Santamano ha puesto un link de un post antiguo. En él se empieza leyendo que “como todos los años no se coloca una peli, no tengo más remedio que encontrar en la ficción televisiva un entrañable albergue en el que pasar los fríos inviernos”. Yo no me dedico a hacer series como si estuviera en un entrañable albergue. Sino porque me apasiona esta profesión y la defiendo. Y creo que la mejor ficción se está hacen en series desde hace décadas. No la veo un trabajo menor ni servil. Veo que muchos aquí no piensan lo mismo, así que no sé qué coño pinto yo aquí. Estoy cansado de post mirándonos el ombligo, hablando del fracaso como algo cool, y –ahora- criticando a un compañero (sigo sin saber quién es) por tener los cojones (o los ovarios) de dejar un proyecto.
    13) Somos –como guionistas y casi siempre como personas- lo que trabajamos, como trabajamos con nuestros compañeros y lo que firmamos. Y si en pantalla se ve otra cosa y la firmamos y tragamos con ello, que nadie diga que él no fue y que la tele y la vida es así y hay que pagar facturas. Las pagas, pero te lo tragas. Y se siente, señores.
    14) Alguien ha dicho que con comentarios críticos nadie va a querer escribir aquí. No lo sé. Lo que sí sé es que un servidor, como ya he comunicado a quien le invitó a colaborar aquí, deja de escribir en este blog.
    15) Y, ahora sí, mis recuerdos a Sara Montiel, ¡a lo loco!, y qué divertido es todo.

    1. Olivares, no seas tramposete. Que te quedas con un párrafo en el que quedo como un “mercenario de la tele” cuando en el siguiente explico, lo que todo el mundo que me conoce o sigue mis posts sabe perfectamente… que ME ENCANTA LA TELE.

      Y sí, SARA MONTIEL, A LO LOCO y lo que haga falta, macho. Desdramaticemos. Que esto es un blog de colegas que comparten profesión. No los Juicios de Nuremberg.

    2. Respecto a lo de dramatizar o desdramatizar, depende del género. Y creo que tú y yo escribimos en géneros distintos. Yo respeto el tuyo, por eso no te doy consejos. No me los des tú a mi.

    3. El párrafo está escrito, sí. Y la continuación del párrafo, que obvias porque no te viene bien para el ataque, también. Pero vamos, que no voy a defender a estas alturas mi pasión y respeto por mi curro en general y por la tele en particular. Y en géneros variados, todo sea dicho.

    4. aclarando que es gerundio

      Madre del amor hermoso, quince puntos para “aclarar conceptos” (sic). ¿Seguro que no te has dejado ninguno en el tintero? Estoy con Bárbara: si no soportas que te lleven la contraria, la tele no es lo tuyo. Siempre puedes desahogarte dando lecciones en los comentarios de los blogs, eso sí.

    5. Carlos García Miranda

      Resaltar rasgos objetivos de personalidad no es atacar la dignidad.

      Construcción psíquica y dignidad, en principio, no tienen nada que ver.

      La importancia que se le da a la dignidad y su significado y el narcisismo (bien o mal elaborado) sí tienen mucho que ver.

    6. Bueno, Rajoy lleva 30 años dedicado a la política y también piensa que es la pera limonera y que nos va a salvar a todos de nuestros pecados. Como dice alguien arriba, el narcicismo lo carga el diablo.

    7. Lo que me quedaba. Que me compararan con Rajoy. La amistad bien entendida es avisar a un amigo cuando se equivoca, no apoyarle con defensas tan insulsas como ésta. Lo bueno es que luego se piden formas y calma.

      No pretendo salvar a nadie de nada. Pero no me gusta que me den lecciones. ¿Es tan dificil de entender? Por lo visto, parece que sí.

  22. El guionista en cuestión era anecdótico. Si hubiera querido linchar a alguien lo habría dejado más claro. Pero vamos, nunca me ha dado por ahí, tampoco en esta ocasión.
    Más de un guionista se ha dado por aludido y se ha puesto en contacto conmigo (sí, lo siento, hay más gente que abandona proyectos), pero ninguno se ha dedicado a atacarme. Imagino que porque han entendido que NO ES EL TEMA DEL POST.

    Tendréis muchos principios, colegas, pero estilo os queda muy poquito.

    1. Yo también siento que haya más gente que haya dejado proyectos. Y no me considero el único, tranquila. Ellos te han llamado en privado. Y yo te he respondido en público, entre otras cosas porque hasta el día de hoy comparto contigo colaboraciones en este blog (y no estoy aquí para echar un capote como los subalternos). Si ni esos guionistas ni yo tenemos claro a qué o quién te refieres, es que el mensaje de tu post muy diáfano como que no era.

      Yo no te he atacado: te he respondido y hecho preguntas que no has contestado (ni una). Y he dado mi opinión sobre esta profesión, que difiere completamente de la tuya.

      Has hablado de sentido del humor, de ironía, de principios… Y ahora, de estilo. Has empezado repartiendo carnets de principios y ahora lo haces de estilo. No sé si con ironía o sin ironía. Pero te envidio: para dar tantas lecciones de principios y de estilo es que tienes de ti misma una muy alta consideración. Yo, de mí mismo, la tengo más baja. Por eso procuro no catalogar a nadie ni dar lecciones de moral (con ironía o sin ella) a nadie.

      Y por favor: respeto que opines que no tengo principios o estilo (lo que te dé la gana). Pero no me llames colega (ni siquiera irónicamente). Porque los dos escribimos guiones. Pero ser colega es otra cosa.

    1. Esto se resume así: Bárbara menciona a un guionista cualquiera para hablar de principios, un guionista se da por aludido y se dedica a tergiversar el post, sacando conclusiones que ningún otro habríamos sacado. Yo lo he entendido como una autocrítica nuestro gremio, pero no encuentro una sola frase en la que se insinúe que hay que tragar con todo ni nada parecido. No entiendo el revuelo. Calm down, colega.

    2. Digamos que hay dos lecturas.

      Una, la del lector que no conoce a ninguno de los guionistas que intervienen en esta discusión, y lo ve de un modo más abstracto, y no entiende a qué viene tanto jaleo.

      Otra, la de los guionistas que conocemos a Bárbara Alpuente, a Javier Olivares, a guionistas próximos a ambos (el círculo profesional en Madrid es muy reducido, y al cabo de un tiempo acabamos conociéndonos todos), e intuimos (por no decir sabemos) de qué va la cosa.

      1. No digo que sea un tema limitado a los guionistas de Madrid, para nada; lo que digo es que en Madrid (donde residen ambos) nos conocemos todos.

        Bueno, de hecho nos conocemos todos en toda España, así que olvidad la referencia geográfica.

      2. Sergio, perdona (y con el cariño y respeto que sabes que te tengo) pero creo que ha habido suficientes comentarios anónimos poco edificantes como para que le digas a éste eso de quién coño es. De hecho, la gran pregunta de este post es de quién coño habla Bárbara. Aunque ahora parece (sólo parece, eh) que todo era una metáfora. Lo cual no sé si es incluso peor todavía.

        Incluso ha habido desprecios e insultos varios por parte de gente que luego pedía estilo, respeto y calma. A mí me han llamado narcisista, que tengo poco estilo, Rajoy y que lo mío no es la televisión (lo cual tiene gracia, por cierto, existiendo el IMDB). Y aquí estamos, como unos campeones, sin pedir filiación a nadie.

        Y sí, como dice Adebisi, todos nos conocemos. Y sabemos de qué va la cosa. Entre otros temas, porque si quieres que algo deje de ser un secreto, sólo tienes que comentarlo con otra persona.

    3. No sé, Barbara, pero visto desde fuera, la entrada, más que cargada de ironía, parecía cargada de mala leche… algún caso que te habrá chirriado y que te ha dado pie a una serie de lugares comunes, tan comunes por aquí que no sé como no os tienen aburridos…. y que, bueno, al menos a mi, no me han parecido el tema del post.

      Tampoco me ha parecido que te ataquen,tan solo gente que disiente. Si ya tu entrada me ha parecido desafortunada, lo de la ‘falta de estilo’de tu ultimo comentario la remata, en esa especie de espiral en el que uno se mete cuando ‘miente’, aunque sea tan anecdoticamente.

    4. El blog es muy bueno y los novatos aprendemos mucho. Sería una lástima que por no sé qué piques dejasen de escribir colaboradores, como Javier Olivares. ¿Es que nadie piensa en los niños?

      1. Gracias, pero no son piques (por mucho que haya gente que insista en ello). Es que hay conceptos profesionales y marujeos elevados a teorías que no puedo compartir en ningún sitio que colabore.

    5. Buenas, pues nada, que esto se esta desmadrando… Un saludo Bárbara, me encantó tu post, creo que tienes mucha razón y en ningún momento he necesitado saber de quién hablabas, porque entiendo que hablas de muchos y de nadie en concreto. Sea como sea, yo tambien he abandonado algun equipo y por razones que no se han nombrado aqui. Y no me doy ninguna importancia por ello. Saludosssss

    6. Por alusiones: yo no he dicho que para ser autor haya que escribir novelas. He dicho exactamente lo que he dicho: “Yo tengo proyectos (novelas, obras de teatro, cortos…) en los que he peleado por mi autoría. Pero en el momento en el que entro en un engranaje de una serie en cuya creación intervienen muchas personas intento aportar lo mejor de mi oficio, construir al tiempo que lo hacen los demás.”

      No he dicho que no pelee por series que haya creado yo. Como decía David Muñoz hace poco en un post, ese es un caso infrecuente, ya que la mayoría en televisión trabajamos por encargo. Pero aunque a mí no me haya dado por contarlo (opción igual de respetable que lo contrario) también he estado ahí, y también he tenido mis peleas, mis malos ratos y mis pataletas. Y he aprendido algo en esas discusiones: que en el momento en que te abandonan las formas, has perdido.

      1. Ángela, opina lo que quieras pero no dictamines de triunfos o derrotas, por favor. Que esto no es un partido de fútbol. Y respecto a las formas, es evidente que ves las cosas muy distintas que yo. Y que por mucho que te responda y te cite frases que aquí se han dicho no vas a cambiar de opinión. Sólo decirte que aquí hay alguien que ha hablado de principios y de falta de estilo. Si has leído eso, puedes mirar quién lo firma. Y quién pierde las formas.

    7. Para mí el problema no es que se esté atacando a alguien en concreto y no sepamos quien es (incluso, como ha dicho Bárbara y yo la creo, podría hasta ser un guionista imaginario). Pero es que es precisamente ahí donde está lo que no me gusta de este post. Que tira la piedra al aire y puede dar en muchas cabezas.
      Y no me gusta porque nos “instruye”, como si fuesemos niños, acerca de lo chunga que es la vida y lo importante que es salvar el pellejo en esta jungla. A estas alturas, la mayoria de los lectores llevamos la suficiente mili hecha como para ignorarlo.
      Y sigue sin gustarme porque señala de manera casi automática a quien haya dejado una serie como alguien que “no sabe trabajar en equipo”, “no encaja las críticas”, “está en su torre de marfil”… y ésta imagen deplorable no es sólo responsabilidad de Bárbara y lo escrito por ella, sino de toda la legión de amigos que “solidariamente” habeis acudido al grito de “hay pelea”. Releed vuestros propios comentarios, por favor, y vereis qué imagen de gilipollas presumido se da de quien ha decidido dar un portazo. Se trate de quien se trate y sean los que hayan sido sus motivos.
      Que señalar esto, que será tan rebatible como cualquier otra cosa, se tome como ataque personal me parece que es perder los papeles, especialmente después de la lamentable alusión al “estilo” de quienes no hemos estado de acuerdo con el post.
      Finalmente… los tiempos son muy malos. Qué digo malos, ¡son catastróficos! Y me pregunto si en momentos así son posts como este los que necesitamos. Yo apuesto por reflexiones que nos ayuden a mantener la cabeza alta, a no dejarnos vencer por el pesimismo, a no tirar la toalla… a que no desaparezca el orgullo de pertenecer a esta puteada profesión. Pero si alguien cree que el mensaje que ahora estamos necesitando es “hay que pagar facturas, la cosa está muy mal, alabado sea el que se deja de sueños y simplemente traga, bendito el que no muerde la mano que le da de comer…” pues me decepciona. Mucho.
      O tal vez lo que más moleste de los que no tragan y se marchan es que dejan en evidencia a todos los demás: a los que realmente no tienen más remedio que aguantarse con lo que hay (a los que no culpabilizo), pero sobretodo a los que sí podrían decir algo porque su posición se lo permite. Pero les es mucho más cómodo dejar las cosas como están.

    8. ¿Ser guionista es una profesión o es un arte? ¿Los guionistas son trabajadores como los profesores, fontaneros, abogados, albañiles? ¿O son como los pintores, los escultores, los escritores, músicos, etc.? Quizás ahí radique todo, unos piensan que son trabajadores y otros piensan que son artistas, o incluso trabajadores creativos, un término medio. Unos trabajan para ganarse el pan, otros trabajan para alcanzar la gloria. Los conceptos de ambos pueden no coincidir para nada.

    9. Desde el punto de vista de un no guionista, el tono del post es demasiado equívoco. Personalmente, hasta la primera aclaración de Barbara, yo he sido incapaz de encontrar el tono que ella pretendía. Y después de un par de relecturas, sigo teniendo muchas dificultades para sintonizar con las intenciones de la autora al escribir el mismo. Claro, con esas premisas ya ha sido el desmadre de acusaciones en los comments

    10. Y, sin acritud ni el mas mínimo ánimo de ofender, lo de “Tendréis muchos principios, colegas, pero estilo os queda muy poquito.” ha sido una frase desafortunadísima. Tanto en el estilo, valga la rebuznancia, como en el fondo. Entiendo que el debate ya estaba mas que calentito en ese momento pero creo que hay que releerse los comments que va a hacer uno antes de apretar Intro.

      Respetuosamente.

      1. Carlos García Miranda

        En serio, dejad de decir que escribís cosas sin acritud y con respeto cuando no es así. Es de una falta de honestidad desmesurada.

      2. Sin acritud y con respeto, Carlos Garcia Miranda, estamos en todo nuestro derecho como lectores (y como compañeros de profesión también) a opinar que ha sido un post fallido, inoportuno e injusto. También a no ver esa ironia que dicen que destila y que no será tan evidente cuando somos unos cuantos – y no escandalosamente tontos – los que no la vemos por ninguna parte.
        Acritud y falta de respeto sí he visto en unas cuantas de tus intervenciones en este debate. No hace falta que te las detalle: reléete con la misma honestidad que estás reclamando a los demás y las verás tu mismo. Si las quieres ver, claro.
        Lo que no hay por donde cogerlo es esta actitud de “primo de zumosol” que te estás gastando con quienes hemos discrepado con el post. Y por ella no voy a intervenir ni una vez más en este debate. Porque nos lleva al terreno de la guerra de pandillas, que es algo que como adultos no deberíamos consentirnos.
        Hasta el siguiente debate, que este ya ha dado de si todo lo que puede dar.

      3. “dejad de decir que escribís cosas sin acritud y con respeto cuando no es así. Es de una falta de honestidad desmesurada.”

        ¿Me puedes decir, Carlos, si eres tan amable, que tiene de agrio e irrespetuoso mi comentario? Gracias.

      4. Porque si se hay ponerse en plan primo de zumosol, como muy bien ha dicho Paco Lopez Barrio, a chulo ,prepotente y faltón muy poca gente me gana, en opinión de mis amigos. De mis enemigos ni te cuento. Pero creo que hacía falta templar el debate.

        Si las reglas del debate son, como has hecho, ya de entrada acusar a la gente de hipócrita y cínica , pues lo vemos y subimos. Pero las reglas claras.

      5. García Miranda, a mí me han comparado con Rajoy, me han dicho que tengo muy poquito estilo e incluso que la televisión no es lo mío. Ah… Y narcisista (tú mismo, por cierto). ¿Y tienes los santos cojones de decir a los que opinamos lo contrario que tú que lo hacemos con acritud?

    11. Carlos García Miranda

      John, ¿tu comentario ha sido una AMENAZA? Esto es un blog de guionistas, no El club de la lucha, eh.

      1. De amenaza nada de nada (veáse lo de la limo en el último episodio de la temporada de Justified y me entenderá).No, lo digo porque si en el debate en vez de hacerlo como creo que he hecho hasta ese momento, pues vamos a ir sojuzgando y con mala idea las opiniones de los demás, pues que se avise para que así sojuzguemos todos y vayamos todos de mala idea.

        Y no me pidas que de ejemplos porque lo habéis puesto muy fácil, creo.

    12. Es de mal gusto que la autora de este artículo haga una referencia económica en plan crítica al guionista que se larga. (“…o lo llamaría “tengo suficiente dinero ahorrado como para dejar una serie que no me gusta”. Mi enhorabuena a todos los que se puedan permitir este lujo. No es mi caso.”) Qué desagradable. Suena a puritita envidia. :S

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