LO QUE SÉ, LO QUE NO SÉ, Y OTROS ASUNTOS BREVES

Por David Muñoz

Peppa Pig y su familia. No son guionistas, pero la imagen es una buena metáfora de cómo está la cosa para la profesión...

Peppa Pig y su familia. No son guionistas, pero la imagen es una buena metáfora de cómo está la cosa para la profesión…

LA TÍPICA PREGUNTA DE LAS ENTREVISTAS QUE NO SÉ RESPONDER

El otro día me hicieron una entrevista, y, como casi cada vez que me entrevistan, me preguntaron qué podía aconsejarles a los guionistas que empiezan para ayudarles a conseguir vender sus guiones. Parece mentira, pero a pesar de todas las veces que me lo han preguntado, no tengo una contestación preparada, siempre me pillan  por sorpresa. Así que me quedé callado un buen rato, sin saber qué decir. Quizá porque aunque me gustaría tener una buena respuesta, una respuesta útil, no la tengo, y me da miedo soltar una retahíla de lugares comunes que me hagan quedar como un bobo, o peor, dar la impresión de que estoy ocultando información para que no llegue otro guionista y le venda un proyecto a ese productor al que ya estoy intentando colocarle uno yo. Pero de verdad, no tengo ni idea de qué hacer para vender un guion. He vendido unos cuantos, de acuerdo, pero cada vez ha ocurrido en unas circunstancias tan distintas (y únicas) que me resulta imposible extraer conclusiones que puedan orientar a otros respecto a qué hacer o no hacer. En serio, si lo supiera, habría vendido muchos más guiones de los que he vendido. Estaría forrado. Y no es el caso.

Lo único que tengo claro (y que intenté explicar en la entrevista una vez superé el bloqueo) es que no hay que rendirse nunca, porque es imposible saber cuándo aparecerán ese director o ese productor que van a interesarse por tu historia. Y que como en este país –y bueno, en cualquier otro- quienes consiguen que se hagan las historias son los directores, pues cuando antes te alíes con uno para mover tu proyecto, mucho mejor. Pero eso es todo lo que sé al respecto. Mueve tu guion todo lo que puedas, no dejes de hacerlo, y busca aliados. Ya está.

UNA COSA QUE SÍ SÉ

Ocurre a menudo: un alumno, o un ex alumno, se queja de que no hay futuro. Lo ve todo negro. Nadie compra guiones de cine. A nadie le interesan las historias. Y no digo que ese alumno o ex alumno no tenga parte de razón. Pero entonces, le pregunto: “¿y cuántos guiones has escrito tú?”. Muchas veces, la respuesta es: “Ninguno”. Y vamos a ver, uno no es guionista porque haya hecho un curso o un máster. El guionista es un señor que escribe guiones. Lo demás es querer ser guionista. No es lo mismo. Si deseas ser guionista de cine y no has escrito un solo guion de cine, lo siento, pero no tienes derecho a quejarte. Bueno, incluso me atrevería a decir que no lo tienes si no has escrito por lo menos tres o cuatro.

Otro alumno me dijo hace poco que para qué iba terminar su primer guion de largo si total, como yo les acababa de explicar yo, en España las películas las escriben sobre todo los directores, solos o con guionistas de confianza con los que llevan trabajando años.

Esa respuesta sí la tengo clara: escribir guiones, acabarlos, sirve para muchas cosas.

Primero, porque si no has escrito al menos un buen guion no tienes manera de demostrar que eres guionista, y me parecería raro que un productor decidiera pagar a un novato para escribir un guion completo basándose solo en una buena sinopsis o en un tratamiento.

Y luego, porque el 80% de las veces en las que cobras como guionista de cine es escribiendo encargos, desarrollando proyectos de otros, adaptando novelas, etc. Pero para conseguir esos trabajos también tienes que haber demostrado que sabes escribir. De modo que aunque nunca te paguen por tu guion, si te sirve como muestra de escritura ya habrá servido para algo muy importante. La cuestión es que lo necesitas (o los necesitas). Sin ellos, no eres un guionista.

Por supuesto, el camino a la televisión es diferente. Se puede entrar en una serie (o se podía) como becario sin apenas experiencia, solo tras haber escrito una buena prueba, e ir aprendiendo el oficio sobre la marcha. Pero el cine es otra cosa.

ALGO QUE PUEDO EXPLICAR

El banner que lo anuncia está por ahí cerca. Los días 9 y 10 de marzo voy a dar un taller de guion de cómic en la Cineteca del Matadero. Si alguna vez se os ha pasado por la cabeza escribir un cómic o estáis pensando en hacerlo, creo que os puede resultar interesante. Yo lo único que puedo prometeros es que haré lo posible para que la experiencia merezca la pena. Llevo quince años (o más) escribiendo cómics, y creo que contaré cosas que os harán más fácil el salto del cine, la televisión o la novela a la historieta. Y, como me da cierta vergüenza usar esta página para promocionar mi curso, lo voy a dejar aquí.

El personaje de animación más perturbador de la historia.

El personaje de animación más perturbador de la historia.

LA UNIFORMIDAD

Una reflexión de última hora que espero poder desarrollar algún día en una entrada más larga: últimamente, gracias al éxito de “Tadeo Jones” he leído bastantes declaraciones de gente que se dedica a hacer animación en España, sobre todo de productores. Todos los reportajes en los que aparecen dichas declaraciones comparten un cierto tono triunfalista que no me parece  del todo justificado. Quizá porque me da la impresión de que la mayoría de las películas de animación españolas (o europeas) que se estrenan pasan totalmente desapercibidas. Especialmente aquellas que, como “Arrugas” o “Chico & Rita”, se dirigen a un público adulto o son muy distintas estéticamente de las grandes producciones norteamericanas. Me da que aunque no pasen desapercibidas a nivel de prensa o crítica, no llegan a dar dinero.

Otra cosa que me llama la atención de las entrevistas es el énfasis que se pone en lo exportable que es la animación más comercial gracias a lo fácil que es que no se note el país de dónde procede la película. No hay actores “físicos” (y su voz puede ponerla una estrella americana, si hay para pagarla), ni escenarios reales, los lugares donde transcurre la acción pueden ser cualquier sitio. Vamos, que un espectador chino no tiene porqué saber dónde se ha hecho “Tadeo Jones”, por Ej. Para él, podría ser igualmente una película de Dreamworks. Pero, aun asumiendo que ese es un camino posible (y quizá obligatorio para cierto tipo de grandes producciones), lo que me preocupa es que sea ese el discurso dominante y que seguirlo a rajatabla impida que se lleven a cabo propuestas menos derivativas, menos neutras, con más personalidad. Incluso cuando se trate de películas más baratas que quizá podrían permitirse mayores riesgos. Como niño educado (visual, narrativa, y emocionalmente), con las series de animación japonesas, nunca tuve ningún problema con lo extrañas, y, sobre todo, lo diferentes, que eran de las series americanas. Un personaje como el Baron Ashler (mitad hombre, mitad mujer) de “Mazinguer Z” sería inconcebible en una serie no nipona. Y sin tener que recurrir a ejemplos tan perturbadores –porque Ashler lo era, y mucho-, hoy en día la serie de “Doraemon, el gato cósmico”, quizá el anime popular más localista y costumbrista de toda la historia de la televisión, se emite muchas veces al día en el canal Boing. No sé cuántas horas de programación ocupa “Doraemon” diariamente, pero sí sé que cada vez que mi hija de dos años y medio dice “quiero ver Doraemon”, buscamos Boing en la TDT y allí están el gato cósmico, Nobita, Shizuka y sus amigos. Otro buen ejemplo, el “Mazinguer Z” de los que ahora tienen 30 años, sería “Dragonball”. No hay nada “neutro” ni genérico en la serie basada en el manga de Akira Toriyama. No es ni mucho menos lo que los productores de animación entienden como “exportable” hoy en día. Ya no es que no se parezca a las series americanas, es que vive en otra galaxia narrativa; sus códigos y su estética son otros. Con todo esto no quiero decir que las mejores series o proyectos sean aquellos que buscan ex profeso el tipismo o el color local (cosa que mezclada con cierta intención moralista y educativa muy del gusto de los teóricos de la televisión más progres ha dado lugar a verdaderos bodrios), pero sí que creo que la búsqueda de esa “exportabilidad” puede condenar a la animación española más comercial, sobre todo en el cine, a jugar en segunda división toda la vida, a no pasar de ser subproductos derivativos, de esos que un padre desesperado compra en DVD cuando los encuentra baratos y sus hijos ya tienen todas las de Pixar, Dreamworks o Disney (o por error, creyendo que vienen de fuera). Que sí, que eso  tampoco está tan mal. Pero a mí como guionista interesado en la animación, y como espectador que cuenta entre sus preferidas con algunas películas “de dibujos”, me da un poco de pena. Y lo repito: no estoy diciendo que la personalidad de una serie o de una película se consiga haciéndola más localista. Es un camino. Pero lo que realmente hace único a un producto audiovisual es que sus señas de identidad no remitan a otros productos de éxito anteriores. Su individualidad.

Gumball. La mejor serie que quizá aún no habéis visto.

Gumball. La mejor serie que quizá aún no habéis visto.

Grandes series de animación contemporánea: “Hora de aventuras”, “Chowder”, “Jelly Jamm” (española), “Gumball”, o, para los más pequeños: “Peppa Pig”, “Pocoyo” (también española), o “El pequeño reino de Ben y Holly”. Interesantes (y en algún caso, muy innovadoras) visualmente, bien escritas, y, sobre todo, muy diferentes entre sí. Únicas. No se parecen a nada. Y las disfrutan los niños de muchos países. Ese sí es el camino.

Curiosamente, las propuestas españolas de animación para niños más atrevidas se dan en la televisión. Justo al contrario de lo que pasa en la imagen real. Pero ese sí que será tema para otro artículo.

12 comentarios en «LO QUE SÉ, LO QUE NO SÉ, Y OTROS ASUNTOS BREVES»

  1. Gumball es maravillosa. Y conozco ya a dos parejas de papás que no quieren que sus hijas la vean porque, no saben explicarlo bien, les resulta extremadamente perturbadora. La ven en mi casa, claro.

    1. Es que tiene muy mala hostia. Es como una especie de sitcom familiar pero en cínico y descreído. El episodio del beso de la abuela es mítico. A mí al principio me chocaba la mezcla de técnicas de animación y de estilos de dibujo en el mismo plano. Pero la verdad es que te acabas acostumbrando y resulta muy gracioso que convivan en el mismo “universo” personajes tan dispares.

  2. Hombre, tenemos muy recientes ‘Arrugas’ y ‘Chico & Rita’. No creo que el cine de animación vaya por detrás en eso con respecto a las series. Estoy de acuerdo con el mensaje en general pero es una batalla perdida actualmente. La animación se sigue viendo como algo infantil y es muy difícil, salvo en sitios como Japón que están mucho más avanzados en ese sentido, cambiar esa mentalidad. Querer hacer animación para toda la familia y exportable a todo el mundo pues sí, nos lleva a tener la animación que normalmente tenemos. Alguna es más creativa que otra pero todas son neutras y con aspecto de estudio americano.

  3. Hola Rincewind,

    Sí que es verdad lo de Arrugas y Chico & Rita. Es algo de lo que quería haber hablado también, pero no quería (y no podía) enrollarme mucho. En todo caso, en lo que me estaba centrando es en los éxitos, que son los que crean pautas que los demás imitan, los que crean tendecia. Quizá me equivoco, pero me parece recordar que alguien me dijo que la taquila de Arrugas había sido ínfima, por Ej. Y no creo que Chico hiciera tampoco demasiado dinero. Era por lo que hablo en la entrada de títulos con repercusión crítica o mediática que sin embargo no llegan al público. Pero sí, la verdad es que es un tema para abordar con más tiempo, porque además de que es interesante, dice mucho de cómo funciona el audiovisual español. No sé, lo mismo si tengo tiempo hoy reescribo el texto un poco para que quede más claro lo que quería decir.

    1. Bueno, el caso de ‘Arrugas’ yo creo que sí es ejemplar. Se trata de una peli de animación de presupuesto mínimo (creo que eran solamente 2 millones) pero que ha conseguido gran repercusión internacional con reconocimiento crítico en las lugares de más tradición. Estoy seguro de que ha dado beneficios gracias a las ventas internacionales tanto para estreno en salas, como para teles y DVDs. Y hacer eso sin industria y con tan poco dinero es de ‘chapeau’ y es justo considerarlo un éxito a todos los niveles.

      El caso de ‘Chico & Rita’ es similar en cuanto a su repercusión pero fue un proyecto caro (¿10 millones?). Ahí sí que habría que estudiar cómo ha ido su explotación para saber si considerarlo un éxito o fracaso económico. Supongo que dará pérdidas pero aun así, ha dado mucha visibilidad y reconocimiento a la animación española. Y diversidad y riesgo. Eso también debe considerarse como éxito.

  4. Estoy muy de acuerdo con David en el idea general: eliminar elementos locales para vender más en el extranjero no creo que sea una solución demasiado conveniente a largo plazo. De hecho, en muchos casos, el mercado extranjero busca precisamente lo más particular de cada país. Lo que pueda hacer su producto diferente.

    Hacer productos neutros, que puedan parecer de cualquier país, puede permitir, y no es poco, conseguir subproductos, versiones baratas de los originales norteamericanos.Tal vez sea conveniente para ir “creando industria” pero a mí me resulta muy poco estimulante creativamente.

    En el caso de “Chico y Rita” la taquilla española no fue buena (creo que la estrategia del estreno fue calamitosa) pero en el extranjero fue mejor. Llegó a optar a los Oscar y a recibir un homenaje en los Simpson. Evidentemente, eso no supone dinero, pero son recompensas que se pueden recibir sólo si se apuesta por la originalidad.

    Me da la impresión de que lo que dice David puede aplicarse también a parte del cine de género, terror y thriller, que se está produciendo en España recientemente.

    1. Pues sí, creo que sí, que también se puede aplicar a cierto cine de género. Pero bueno, esto es algo que ha ocurrido siempre en la historia del cine. Y no es para rasgarse las vestiduras. Lo que pasa es que no creo que deba ser ni mucho menos el único camino. Que una película sea muy localista no debería impedir su exportación. El último ejemplo: “Bestias del sur salvaje”. Aunque hay toda una parte de la industria de aquí y de afuera especializada en eso, en hacer películas que se ruedan en cualquier sitio pero se esfuerzan en simular que ocurren en una especie de ciudad norteamericana abstracta. Y para algunas historias eso puede ser lo adecuado. Pero no para todas.

    2. Parte del interés de una película de género fantástico,(por hablar de uno en particular) sobre todo cuando parte de la premisa de subvertir el orden natural de las cosas es fijar la acción en un lugar e incluso época concretos. Y si los autores son españoles, franceses o filipinos, lo interesante para mi es que cuenten historias que transcurran en su país. Abre los ojos o el día de la Bestia, no serían lo mismo si estuviera ambientado en Londres o Nueva York.

  5. Este debate me ha recordado a una entrevista de Jordi Gasull, uno de los productores y guionistas de “Tadeo Jones” en la que venía a decir que él había insistido en hacer que el personaje fuera de Chicago, para que fuera más internacional, no solo para el mercado nacional. Lo siento pero no puedo estar más en desacuerdo ¿Es más internacional el personaje por ser de EEUU? Lo entendería si dijera que el guión original estaba lleno de referencias culturales que solo fueran comprensibles para un español; se me viene a la cabeza como ejemplos los títulos de crédito de “Balada Triste de Trompeta” o la franquicia de “Torrente”.
    Particularmente, a mí como simple espectador, no me gustan las películas que intentan hacerse pasar por estadounidenses siendo de otro país, salvo alguna excepción. Me parecen un quiero y no puedo.

  6. Almodóvar puede ser el ejemplo claro de cine folklore español que es reconocido internacionalmente. Vale que el cine de autor suele ser cine localista, y supongo que el cine de género es precisamente lo contrario, cine que se hace bajo patrones comunes y reconocibles por todos, con lo cual es más cómodo y efectivo recrear los lugares de la cuna americana que reflejar la propia idiosincrasia. Pero pienso que, como bien demuestra ‘Bestias del sur salvaje’ u otras mil películas localistas, la exportabilidad de una peli la determina, por encima de todo, su calidad. Aunque coincido con lo que dicen por aquí, que la animación sigue siendo considerada por la industria como un producto hecho para niños. Como siempre, hasta que no haya un pelotazo que arrastre a las masas a ver animación de autor, nadie apostará por ella. Bastante sano ya es que Tadeo haya puesto a España en órbita. Un buen primer paso.

    1. hum, no estoy del todo de acuerdo; creo que las mal llamadas películas de género producidas en EEUU son tremendamente localistas, lo que ocurre que tenemos tan asumidas sus peculairidades que las vemos como “las comunes” “lo normal” y supongo que por eso vemos en películas españolas que se habla de “homicido en primer grado” como en la Celda 211. Pensemos en el género de terror: las primeras filmografías que tocaron este tema con acierto fueron los escandinavos y germanos, no los estadounidenses, pero no creo que nos planteemos que hacían un cine de terror pensando en que fueran comprendidos por los EEUU y en Japón a la vez.

      Por otro lado, no confundamos: que diga que haya que haya que contar historias con nuestra propia idiosincracia no quiero decir que se tenga que convertir en un muestrario de tópicos para turistas y sacar por fuerza toreros, gente bebiendo sangría y comiendo paellas mientras suenana los chunguitos de fondo.
      Volviendo a poner de ejemplo la Celda 211, vemos como los funcionarios de prisiones no van armados (cosa que probablemnte sorprenderá a los estadounidenses) o el conflilcto que se origina con los presos de ETA..

      Por otro lado estoy de acuerdo contigo que “Tadeo Jones” haya sido un éxito, como lo fue planet 51, es un buen paso.

  7. Otro caso son Shaun of the Dead y Juan de los Muertos. Precisamente su gracia está en que son muy conscientemente locales. Con eso corres un riesgo, claro, pero, como dice J., la alternativa puede acabar provocando que no seas ni local, ni internacional, ni nada.

Los comentarios están cerrados.