por Diego Puertas.
Ignoro si les sorprenderá esta historia. Tiene algo de arrebato revolucionario de baja intensidad, pero sobre todo de gesto de mala hostia, como lanzar al suelo todos los trastos del escritorio sin nadie a quien tumbar encima y sabiendo que luego habrá que recogerlos. Pero ahí van. A la mierda.
Me llamo Diego Puertas y soy cineasta en prácticas. Estas prácticas empezaron por hacer cortos de adolescencia en S-VHS, siguieron por varios años de encierro casi monacal aprendiendo (o, como diría un anglosajón, enseñándome) a escribir largometrajes, y continuaron con varios intentos infructuosos de meter la cabeza en el mundo del guión televisivo. Rebasé las 1.000 páginas hace tiempo: he escrito siete largometrajes para alimentar el cajón de mi escritorio, además de numerosos cortos no producidos, pilotos de televisión, specs de series existentes y alguna biblia. He hecho pruebas para numerosas series y programas, siempre con buena respuesta tanto oficial como oficiosa, siempre quedándome a las puertas con variadas excusas o explicaciones. Mi trabajo escrito ha llamado la atención de varias cadenas de televisión nacionales y productoras importantes; he tenido reuniones en rascacielos de Los Ángeles y en la agencia del Ari Gold real. Sin embargo, sigo fuera de la industria.
¿Por qué, se preguntan?
Se lo digo yo: por gilipollas.
Aparte de un par de grandes ocasiones que no cuajaron por pura y simple mala suerte (ser contratado en una serie que es cancelada un mes después, etc.) mi gran problema ha sido siempre querer hacer las cosas como es debido y, o bien no ser capaz de estar a la altura de mis propias aspiraciones, o bien chocar de frente con un sistema, el español, que en términos generales no está pensado para hacer las cosas bien sino para hacerlas fáciles (baratas es una extensión de ese adjetivo). Antes de que salten: eso no quiere decir que no haya productos de calidad ni que la gente que trabaja en productos mediocres no se deje los huevos en ello. Es una cuestión de planteamiento, y de quien, como yo, tiene problemas de adaptación en ese ecosistema. Observen que no culpo al medio más allá de la constatación de que está mal diseñado; todos lo sabemos, hablamos de ello a diario; todos participamos o queremos participar de él como si fuera algo que se hace día a día a espaldas de nosotros, una construcción maléfica y ajena sobre la que no tenemos ninguna responsabilidad. España 101, si me lo permiten, pero eso es tema para otro blog. El fondo de la cuestión es que, por muy capaz que yo sea de integrarme en esa maquinaria, y lo soy, no he tenido la oportunidad de hacerlo como peón, y siempre que ha existido la posibilidad de hacerlo como capataz no he sido lo suficientemente hábil para pasar por el aro.
Porque hay que pasar por el aro.
Hace algo más de dos años di por concluidas mis prácticas de guión y me lancé a las de dirección. Escribí, produje y dirigí G, un cortometraje sin subvenciones en el que no tener que hacer concesiones. Invertí mis ahorros, los de mis padres y los de algún buen amigo y, créanme, es un corto barato. Y viví lo que cualquier director conoce bien: llevar algo a la práctica ya implica un volumen de concesiones que resulta inasumible para mucha gente. Dirigir cine consiste en una hilera interminable de aros llameantes, cada uno con un domador con látigo y mostacho y la esperanza de un aplauso del público al pasar por el último.
Tuve la suerte de contar con un reparto extraordinario y terminar con un producto digno. Yo no daba un duro por él, pero el recorrido del corto en el circuito de festivales ha sido inmejorable, teniendo en cuenta que es una primera obra y costó una cuarta parte del presupuesto de los cortos con los que ha competido en los festivales importantes: alrededor de 50 selecciones en España, varios premios, reacciones muy agradables de todos los públicos, e ilusionantes comentarios de algunos cineastas a los que admiro.
También fue emitido por La Sexta 3 (ocasión sobre la que Chico Santamano posteó aquí) junto con los cortos de cuatro compañeros y sus equipos. La audiencia fue notable, y G fue el más visto, con casi 90.000 espectadores (a las 15h de un viernes). Aquello ya fue un aro por el que pasar. Les cuento: todo formaba parte de un acuerdo con el festival de televisión de Vitoria, y aunque La Sexta 3 no remuneró a las productoras por la emisión de los cortos, sí se pusieron las facilidades para que los autores pasáramos un fin de semana en esa ciudad, comiendo y bebiendo de puta madre por cuenta del festival e invitados a alojarnos en un estupendo hotel. Pareció suficiente contraprestación (añadida a la repercusión de la emisión en sí, obviamente) y acepté pasar por el aro. La experiencia fue inmejorable.
Gané en otro festival. El premio para el cortometraje consistía en ser emitido en el programa Somos cortos de La2. Por supuesto, por la cara. Ya saben, esa cadena pública que apuesta por la cultura.
El “premio”. Muy amable pero no, gracias.
Meses después (quizá tras ser proyectado en SGAE en Corto, quién sabe) han vuelto a ponerse en contacto con la distribuidora del cortometraje, esta vez como programa de televisión que busca material y ha oído que el corto merece la pena. Otra vez, por la cara. Derechos para televisión en abierto para el territorio de España. Derechos de comunicación pública para que RTVE pueda difundirlo en Internet a través de servicios IP en sus medios interactivos.
Otro aro llameante.
Si aceptase, mi corto lo podrían ver del orden de 80.000 personas, quién sabe si más. El equivalente a unos, no sé, 500 festivales.
Pero, ¿recuerdan? Soy gilipollas.
He vuelto a decir que no. Al menos habría visto el ingreso correspondiente por derechos de autor. Pero he dicho no. Soy bastante mónguer.
Queridos amigos de RTVE: les pediría que no vuelvan a tener los santos huevos de emitir promociones en las que dicen, con esas palabras, que apuestan por el cine español. Al menos hasta que la Ley del Cine no les obligue, como debería, a pagar a los cortometrajistas (al menos a los que hacemos cine: no estamos hablando de un corto de 3,30 minutos grabado con una cámara de fotos en una tarde) lo que les es debido por llenar el tiempo correspondiente de su parrilla, cuarto de hora en mi caso. Habría supuesto cierta publicidad para mi corto, muy probablemente, en especial en un momento en el que estoy intentando levantar un largometraje basado en él y con su mismo protagonista, célebre estrella de televisión que ha rechazado casi todo lo que le han ofrecido en cine pero, por algún motivo, apuesta fuerte por mí y por un largometraje de G. Pero una vez más, amigos, he dicho que no a prestar mi trabajo y el de mi equipo.
Qué quieren que les diga. Subnormal perdido.
Así que, a lo loco, he decidido pasar por ese aro, pero a mi manera. He subido nuestro corto a una cuenta de YouTube, propiedad de un amigo (además, productor asociado en él), y he aprovechado la ocasión de ponerlo aquí, por primera vez en Internet, en estreno, en Bloguionistas. Si una tele no paga, al menos podré elegir el marco y el público, y quién sabe, quizá dentro de algunos meses mi amigo pueda recuperar su inversión en mi persona gracias a AdSense, que es un modelo de compensación que, por irrisorio que sea, parece cuidar más a sus proveedores de contenido que la televisión pública española. ¿Me leen, señores de RTVE? Prefiero este aro al que me ofrecían ustedes.
Es el primer aro antes de salir al circo de tres pistas que será levantar un largometraje de G, cuyo guión está casi listo, mientras encuentro, por fin, un aro por el que saltar, orgulloso, al mundo del guión televisivo. Quizá se lo cuente un día.
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Amigo, la arrogancia moral que destila tu escrito “el aro” es probablemente la razón por la que no encajes en el sistema… el sistema seguramente es malo pero quizá tú también… llamarte a ti mismo tan condescendientemente gilipollas no hace sino reforzar la hiperbólica imagen que tienes de ti mismo… haber escrito 1000 páginas no significa nada… aunque a los escritores amateurs les cuesta mucho asumirlo, NO hay grandes talentos por descubrir y tu seguro que tampoco lo eres… la escritura (la de guiones o la de lo que sea) no es para flojos ni llorones… es para hombres y mujeres… este blog, a veces, parece el foro de aspirantes a una especie de OT del guión… de bustamantes de la escritura…
Los envidiosos madrugan hoy.
Manu, no seamos jueces tiquismiquis. Deja que sea un poco condescendiente, qué más te da, ¿eh?. Has visto el corto ¿verdad? Me parece que con eso basta, más allá de la retórica del texto, que no hace daño a nadie. Quédate con la sustancia. Tanto podía decir gilipollas como valiente. Casi prefiero la falsa modestia. Así que aplausos mil para Diego.
A mí me cuesta mucho interesarme por los cortos, lo reconozco, porque la inmensa mayoría, como este, no hacen más que contar una situación, una anécdota más o menos ingeniosa.
Quizá es muy difícil ir más allá dado las limitaciones del formato, pero no imposible. Este corto de Francois Ozon creo que es un ejmplo brillante, son sól siete minutos:
http://www.dailymotion.com/video/xadanu_une-robe-d-ete-a-summer-dress-vose_shortfilms
Igortxu: el corto de François Ozon es muy bueno. Y si lo ves entero, probablemente te guste más todavía. Porque no dura 7 minutos, sino 15. Aquí tienes un enlace al corto completo:
http://www.dailymotion.com/video/xiljci_a-summer-dress-new_shortfilms?
Por curiosidad, cuando hablas de “la inmensa mayoría” de los cortos, ¿es porque los has visto? ¿Enteros o sólo a medias?
Sergio, ya sé que me eliminarás el mensaje y con raón… Pero me voy a dar el gusto:
MANU: ERES BOBO.
Sergio, que otra vez te pasas de listillo, el corto yo lo he visto entero y más de una vez, lo tengo descargado desde hace un año, pero ese fue el único enlace que encontré con subtítulos en español en streaming y no verifiqué que no estaba entero y al ver que ponía siete minutos y no recordar la duración original dije equivocadamente que duraba eso.
Ahí me equivoqué, pido disculpas.
¿Pero te das cuenta de que tu ironía y condescendencia ante un error mío están fuera de lugar? Un poquito menos de arrogancia, que no tienes ni idea de si he visto muchas o pocas cosas, cortos o largos. Estas chulerías fáciles son muy propias de mediocres, de verdad.
Muy interesante tu experiencia Diego. Un insólito ejemplo de que se pueden conservar los principios, dar espaldarazo al sistema y encontrar otros caminos, tal vez más plagados de obstáculos y que requieren más tiempo y paciencia, pero también efectivos (eso espero, confío en que este audaz movimiento dé sus frutos; ya se sabe que internet es la ventana más ancha y con menos intermediarios). Aunque parece inevitable que, tarde o temprano, si se quiere dar el salto, haya que terminar sucumbiendo a los rigores de la industria, aumentar el flujo de concesiones, ya sea en dinero o en aspectos propios del producto, creo que precisamente casos como los tuyos son los que necesita la industria para que quien mueve sus hilos contemple otros procesos de acercamiento al público, con productos de calidad que calan en la red gratuitamente. Si no ven en él un valor artístico (que lo tiene, y mucho por cierto), al menos que vean un dinero que se les puede escapar por tus santos cojones ¡Olé tú, amigo Diego!
Pingback: Carta pública "El Aro": explicación de la publicación en la red del Cortometraje "G"
Interesante. Meneado.
http://www.meneame.net/story/carta-publica-aro-explicacion-publicacion-red-cortometraje-g
Una vez un director que dirigía por primera vez su propio guión me dijo: “Es peor dirigir tus propios guiones, porque el que destroza tu guión ya no es otro, con el que te puedes meter, sino que eres tú mismo”.
¡Un saludo!
Pues la han descartado… spam: 5 irrelevante: 3 antigua: 1
Y es curioso, por que por spam… no conozco ni al autor de la entrada ni a ninguno de los del blog, y antigua…¿?
Meneame se está poniendo cada día más desagradable.
¡Un saludo!
Yo por si acaso le he dado un meneo. De todos modos, sí le hago un matiz a Puertas: el que dirige un corto de tres minutos y medio en una tarde con una réflex y recibe una oferta, tiene exactamente el mismo derecho de ser retribuido como el director de una obra en cine. Ciertamente la inversión del segundo es mucho mayor, pero puestos ambos en el disparadero, la plataforma ha de estar dispuesta a pagar a ambos.
Cierto Ara
Trolls o usuarios que han pensado que lo he subido yo? Anyway, gracias por el intento.
Madre mía qué festival de patadas al diccionario di ayer. Shame on me.
Excelente corto. Aunque si Barrejón me deja opinar, diría que lo de “no hacer concesiones” parece más un objetivo a la defensiva que una necesidad real, puesto que el corto tampoco es especialmente transgresor ni difícil. Vamos, que es un producto súper vendible, no le hace falta ese aura de “obra pura” que parece querer darle el autor..
Por otro lado no deja de ser curioso, y no es un caso único, que alguien que desea meterse en la industria la desprecie tanto. Quiero decir, que igual meter tu corto en TVE te rinde más que no hacerlo por una cuestión de principios, habida cuenta de que después lo cuelgas en YouTube, que tampoco es una ONG. Es como negarse a meter a la hija del productor en tu peli soñada, y pasarte años haciendo anuncios de KH-7 para ganarse la libertad. Un poco… pose, ¿no?
spunkmayer: Me temo que no has entendido nada de lo que Diego quiere trasmitir con este texto. Te invito, desde la cordialidad, a que leas de nuevo con atención.
No sé qué es eso de una “obra pura” ni tengo especial interés en ser transgresor, al menos no en este caso. Y en efecto, Youtube no es una ONG, pero es que yo tampoco lo soy. Y por mucho que TVE sea una entidad pública, llenar un cuarto de hora de una parrilla es hacerles el negocio. Un negocio por el que es compensado todo el mundo menos el cortometrajista.
Estoy de acuerdo Diego, en que llenar una parrilla cuesta dinero. pero también que emitir un trabajo en un medio nacional es una oportunidad que no mucha gente tiene.
Quiero decir: hacerse un facebook para el corto y mantenerlo, grabar un making que luego pondrás en YouTube, enviar copias a festivales, organizar pases en bares… todo éso son maniobras promocionales que muchos hemos hecho, y que las hacemos garis o palmando pasta, como medio de promoción. Si toda la repercusión que vas a conseguir con ellas es mínima, comparada con pasar el corto en TVE, y en ese momento dices que no… entiende que haya gente que lo veamos extraño. Con todo el respeto, ¿eh?, que aquí hay que ir con pies de plomo!!
Es usted un gilipollas del que todos deberíamos aprender. ¡Aplaudiendo estoy!
Parece que el motivo de queja es que TVE le quiere emitir a usted el corto gratis. Y usted interpreta que a TVE le interesa el corto pero son tan caraduras que aunque ese interés merecería una compensación económica, ellos pretenden emitirlo sin darle a usted nada a cambio. Bien, esto es del todo razonable, pero si me permite decírselo, creo que está usted en un malentendido. A TVE no le interesa su corto. Le interesa su corto gratis. Si no es gratis, no le interesa. Pero no lo tome como una cuestión personal o únicamente propia de su obra, sencillamente los cortometrajes en televisión no interesan. No porque en sí mismos no sean interesantes, sino porque no interesan al suficiente número de personas que en modelo actual de TVE pública sin ingresos publicitarios justifica la compensación económica. TVE no es la BBC, como quizás ya han notado.
Gracias, hombre. Sin ud. nunca lo habría entendido. Sólo ha faltado “si tanto le gusta la BBC, váyase a Inglaterra!”.
Personalmente, el hecho de que TVE no pague nada por la emisión de un cortometraje me parece lamentable. Roza la falta de respeto. A lo mejor no le interesan los cortometrajes, como alguien ha dicho aquí, pero entonces surge la pregunta: ¿le interesan en cambio ese montón de películas que ha apoyado en estos años con millones de euros del contribuyente, muchas de las cuales han pasado sin pena ni gloria por las carteleras? Es que entonces cumple con la misión de sostén del cine español, contestará alguien. Entonces, ¿qué demonios es un cortometraje? ¿Un espectáculo circense? Lo dicho, vergonzoso.
Voy a intentar no ofender a nadie porque no es mi intención, pero hay varias cosas que no entiendo:
¿No quieres pasar por el aro? ¿Qué aro?
Yo mataría por pasar por ese aro del que hablas. Por dejar de currar en un trabajo de mierda que pague las consabidas facturas y tener una oportunidad en el negocio de la escritura.
Hay cientos de talentos desperdiciados porque el aro es demasiado pequeño, ¿y nos quieres hacer ver que eres un illuminati que no necesita de dicho aro? ¿Te tenemos que dar las gracias por habernos escogido como primeros espectadores?
Por otro lado, hablas de que un corto de 3:30 minutos rodado con una cámara de fotos en una tarde no es cine. Sinceramente, creo que hay tropecientos cortos de esas características mejor que el tuyo (que no entraré a valorar porque, repito, no quiero ofender a nadie, aunque un guionista tiene que ser capaz de recibir todo tipo de críticas una vez que exhibe su trabajo en público).
Y, para colmo, a alguien que no comulga con tu postura, que ha podido hacerlo con mayor o menor tacto, pero sin ofender a nadie, lo llamas troll y, lo que es peor, los guionistas de cabecera de este blog lo llaman envidioso y bobo.
Criticáis una endogamia y sectarismo en el sector que al final acabáis haciendo aquí, circunscribiendo las posibilidades de réplica en este blog a meros bailes de agua.
Triste cuanto menos.
¿Es posible llorar de lo mucho que se ha intentado entrar en la industria al tiempo que uno se tercia de ser demasiado bueno e íntegro para ella? Si fuera un personaje no tendría demasiada consistencia.
A mi me parece la del autor del post una postura encomiable y la aplaudo por su valentía. Pero tampoco criticaría en absoluto la de quien decide que si se emita con la intención de mostrar su trabajo y el de sus colaboradores a mas gente.
Y también estoy completamente de acuerdo en que es un poco (o muy ) jeta no remunerar la emisión de dichas obras. Aunque sea en una cadena sin publicidad, tiene que estar cuantificado en alguna parte el coste mínimo de minuto de emisión en una cadena y revertir ese mínimo coste a los creadores. O , qué coño, buscar patrocinadores culturales que se hicieran cargo de esa mínima remuneración….
Y una reflexión: si te has negado a pasar por el aro de esta manera, me temo que la industria no es para tí, sin ninguna intención peyorativa, -y eso probablemente lo puedan decir mejor gente como Chico, Natxo- porque mi impresión es que estando ya dentro de la misma tendrías que tragar mucho, muchísimo mas y peor que cosas como esta.
Así que disfruta de los resultados (artísticos y/o personales) de tu corto tal y como lo has hecho tu, que probablemente en la inudstria ni vas a disfrutar tanto ni te van a dejar que lo hagas tal y como tú quieras. En fin, si gente como Kafka parió lo que parío sin que en su vida nadie conociera sus obras…
Por poner un ejemplo parecido, en un reality de Energy titulado “Tesoros de Hollywood” el propietario de una casa de subastas especializado en vender a precio de oro objetos de pelis (a decenas o incluso cientos de miles de dólares) visitó a un tipo fan de Batman-le habia pedido un peritaje p’al seguro- que se había fabricado el sólo el Batmovil de la primera película, había comprado vestuario original de las pelis y hacía en un cuchitril de su casa estatuas de de resina a tamaño real de los personajes de las pelis. La del Joker de Heath Ledger, encima con su vestuario original, era algo increíble y no se puede describir con palabras: parecía completamente real. Y el tipo de las subastas, después de 5 minutos intentando cerrar la boca del asombro, fue incapaz de convencerle de vender una sola de sus estatuas, aún garantizándole mínimo cien mil dólares. El pavo hacía las estatuas
por su afición al Bats y al arte, y no quería desprenderse de ninguna de ellas por dinero.
Seguimos dando pena aun teniendo un cortometraje que circula por festivales y que tiene el beneplácito de cineastas y productores de televisión…Animo, que ya se escuchan pasos de los que vienen a secar tus lagrimas.
Alucino con las críticas tan duras que ha tenido Diego. Solamente por atreverse a hacer un corto como este (bastante bueno por cierto) se merece mi total consideración. Y se queja además con bastante razón, y coherentemente. Sobre todo porque cuenta con actores de primera línea y eso también es un plus para que le paguen. ¿Hasta cuando creeremos que la cultura no debe pagarse? Tengo un amigo bailarín profesional de flamenco y una cadena autónomica (CLM) le ofreció bailar en el grupo de baile de no sé qué programa de variedades. Se negó. No le pagaban nada y encima tenía que ir a otra provincia a grabar, sin dietas, ni alojamiento ni nada. De flipar.
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