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BREVE CATÁLOGO DE PROHIBICIONES PARA DIRECTORES Y GUIONISTAS

por Sergio Barrejón

He aprovechado estas fiestas para ver cine español. Me ha impresionado la descomunal “Lo imposible”. Como director, me superó totalmente. Me pasé media película pensando “¿eso cómo se hace?”. No me extraña nada su éxito.

Me fascinó “Una pistola en cada mano”. Como productor, aplaudí la inteligencia con la que aprovecharon un guión escrito a base de episodios breves en una herramienta para armar el casting masculino más impresionante de los últimos años.

Me gustó mucho el empaque visual de “El cuerpo”. No diré aquello de que parece americana. No parece americana. Parece de Óscar Faura. (Un Goya para este señor ya, por favor.) Como guionista, me pasé toda la película intentando desentrañar el misterio del cadáver desaparecido. Sólo lo conseguí a medias.

Con películas como éstas, capaces de reconectar con el público adulto, y títulos tan astutamente dirigidos a reconectar con el público joven, como “Tengo ganas de ti”, no me extraña que éste haya sido el año con mejor recaudación de la historia del cine español.

Pero eso ya lo están comentando todas los blogs de anuncios de cine, así que vamos a lo que vamos. Viendo estas películas y otras, me he encontrado con algunos de mis tabús personales como guionista y como director. Estuve comentándolos el otro día en Twitter, y alguien me preguntó “¿Qué pasa? ¿Que ahora el cine tiene prohibiciones?”

PUES SÍ. Éstas son mis prohibiciones para directores:

– Nunca filmarás a un actor llorando en primer plano de frente a cámara. Es una obscenidad, queda más ridículo que conmovedor y, sobre todo, ¿qué esperas conseguir? ¿Que el público se emocione con las lágrimas del actor? No funciona así. El público se emociona con lo que provoca esas lágrimas. No con las lágrimas. No lo olvides nunca: los mocos no son emocionantes.

– Nunca cambiarás de plano para dar paso a una acción concreta. Si has filmado una conversación entre dos personas en plano/contraplano, digamos en plano medio, y una de ellas se va a levantar, dejarás que empiece a levantarse en el plano medio y después cortarás a un plano más amplio. Pero NUNCA montarás el plano amplio antes de que se levante. La cámara nunca debe anticipar lo que van a hacer los actores. Otro ejemplo: es muy típico pasar de trípode a cámara al hombro cuando en mitad de una escena se produce una pelea. Ningún problema con eso, pero ni se te ocurra pasar a cámara al hombro antes de que empiece la pelea. Como espectador, resultad odioso adivinar que alguien se va a llevar un guantazo sólo porque la cámara ha empezado a temblar un poco.

– Nunca filmarás insertos de un actor vomitando. Más concretamente, nunca filmarás un inserto de váter, con el actor entrando en cuadro en primer plano de perfil y vomitando. Montar un set up exclusivamente para que el público pueda valorar la verosimilitud de ese chorro de vómito falso me parece, además de una obscenidad, una insensatez. Y esto nos lleva al siguiente punto:

– Nunca filmarás un inserto sin entidad narrativa y dramática. Un inserto, en términos sintácticos, es una cochinada. Es como una frase entre guiones -que no digo que haya que prohibirlas, pero ¿a que joden?- y debería usarse con respeto. Si no aporta nada a la historia, ni respeta el punto de vista planteado, no tiene lugar en una buena película.

– Nunca montarás el mismo plano de un actor antes y después de un plano subjetivo. Es decir: si tienes un plano medio de un actor mirando algo, y luego montas su plano subjetivo, después no puedes volver al plano medio del actor. Es feo. Es pobre. Es aburrido. Si filmas un plano subjetivo es porque al personaje le importa lo que está viendo. Y se le importa al personaje, debería importarte a ti. Y si te importa a ti, saca un primer plano, no seas cutre.

— Excepciones a esta norma: si filmas dos planos subjetivos muy seguidos, no hace falta cambiar de plano las dos veces. Sólo la primera:

 

 

Del mismo modo, si inmediatamente después del plano subjetivo va a haber una acción física que cambie drásticamente el encuadre, entonces sí puedes aprovechar el plano anterior sin que quede cutre:

 

Y unas pocas prohibiciones para guionistas:

– Nunca harás caer al suelo a un actor durante una huida desesperada sin que haya una razón convincente para ello. Y sobre todo, nunca harás que continúe la huida arrastrándose si no hay una razón clarísima para ello. Si necesitas ese tipo de chapuzas para darle emoción a una huida, tal vez debas replantearte toda la escena, o incluso todo el acto.

– Nunca harás que un actor llame a otro “hermanito”, a no ser que interprete a un gilipollas profundo. Si no encuentras otra manera mejor de explicar que dos personajes son hermanos, tal vez necesites un coguionista.

– Nunca harás que un personaje le diga a otro cosas que el otro ya sabe, a no ser que haya una buena razón para ello. Y “dar información al espectador” no cuenta como buena razón. Dar información al espectador es algo que, en general, no debería preocupar a un guionista, y mucho menos a un director, no digamos ya a un productor. El espectador, por lo general, ha visto cien mil películas más de las que cualquier director podría hacer en media docena de vidas. Por lo tanto, a no ser que una película explore áreas muy específicas de oficios muy particulares, no hace falta proporcionar mucha información para que el espectador se haga una idea de cómo va la cosa. Por lo demás, el espectador no se pone a ver una película para obtener información. Para eso ya tiene el telediario. Concretando: nunca hagas que un policía le diga a otro cosas como “no podemos entrar sin una orden judicial, sería allanamiento de morada”.

– Nunca harás que a un actor se le caiga una pistola en un momento crucial sólo porque está nervioso. A no ser que el personaje ya haya sido presentado como un redomado torpe. No harás esto, concretamente, con actrices jóvenes y guapas. En la historia del cine ya ha habido suficientes personajes femeninos interpretados por actrices jóvenes y guapas quedando como gilipollas en momentos cruciales. Basta de esta mierda.

– Nunca harás que un personaje pronuncie rematadamente mal una palabra en inglés para hacer gracia, a no ser que sea un verdadero analfabeto. Hoy en día, cualquier español con estudios primarios sabe pronunciar perfectamente palabras como Facebook, smartphone o Hollywood.

– Y nunca nadie jamás debe decir “como en las películas”.

Éstas y otras normas, naturalmente, me las salto con gran alegría cuando escribo y cuando dirijo. Y si quieren comprobarlo, pueden ir hoy a las 17.30 a la Academia de Cine, donde se proyecta en DCP uno de mis últimos cortos, “La media pena”, junto a otros tres preseleccionados al Goya 2013 a mejor corto de ficción. La entrada es libre, pero el aforo limitado. Que lo disfruten.

Y feliz año nuevo.

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13 comentarios en «BREVE CATÁLOGO DE PROHIBICIONES PARA DIRECTORES Y GUIONISTAS»

  1. Pingback: Catálogo de prohibiciones para directores y guionistas | SEPTIMA ARS

  2. Muy interesante el articulos. Solo un comentario: En la pelicula “El padrino” a Fredo se le cae la pistola en la escena en la que disparan a su padre, y a mi no me pareció que fuese torpe, sino que no estaba acostumbrado a esa situación.

    Saludos

  3. A mí – he de reconocerlo – me encantan las frases entre guiones. No obstante, lo mejor de ese párrafo es que en un principio he creído leer: “Nunca filmarás un INSECTO sin entidad narrativa y dramática.” De repente me he visto catapultado hacia un rollito tipo “La lengua de la mariposas”, o vete a saber.

  4. Yo también tengo otro consejo para directores y guionistas: desconfía de los que te dicen lo que no se puede hacer.

    PD.: Los insertos molan.

  5. Especialmente de acuerdo en la innecesario que es poner un vómito en primer plano con el chorro. Sobre todo si es en el baño, uno por sorpresa puede ser más entendible pero es igualmente asqueroso.

    1. A veces me da la impresión de que se abusa de las vomitonas en el cine. No porque se muestren demasiadas, que también, sino porque se están convirtiendo en una especie de respuesta estandard ante toda clase de estímulos negativos. Me pregunto si de verdad la gente vomita tanto y en tan variadas situaciones o si no es más que otro cliché. De hecho abundan más en las pelis americanas que en las europeas (aunque también parecen crecer por imitación en pelis con voluntad de estilo “americanizante”). Incluso diria que parece ser como un “sello de época”: antes casi nadie vomitaba en las pelis y ahora en casi todas. Como si fuese más “indie” y más molón. Estoy por consultar a un médico – por si los raros fuésemos mi sistema digestivo y yo- si esto es normal o es simplemente una moda. En todo caso seria de agradecer una elipsis en muchas ocasiones. También la gente caga – esto si es universal y cotidiano- y sólo lo vemos si está justificadísimo.

    2. Jajaja, no sé, debemos ser personas con estómagos de acero. Una vez siendo adulto yo solo he vomitado cuando me ha sentado algo mal o me he bebido todo lo que había y más. En otros casos nunca he sentido ganas de vomitar por nervios, una impresión muy fuerte o cosas así.

      Pero vamos, eso es cosa de nosotros que somos raros. Todo el mundo sabe que lo que sale en las pelis es la verdad.

  6. “Nunca montarás el mismo plano de un actor antes y después de un plano subjetivo”
    Hombre esto no es cuestión de cutrez o de pobreza. Este montaje acostumbra a responder a que después del plano subjetivo algo cambia en el personaje, en consecuencia, el plano debería cambiar puesto que la situación le afecta subjetivamente. El plano de tu corto donde cambia de PP a escorzo (pero desde el punto de vista del prota) y luego a PP más cerrado. Ha cambiado en el momento en que se ve que la chica está en la ducha donde la subjetiva no le aporta ninguna información más al personaje que no le haya aportado ya la primera aparición de ella bajo la ducha al prota y al espectador. Por eso no queda mal que se repita el PP más cerrado puesto que aquí lo usas el PP de forma más introspectiva que el PP normal. Sólo te has recreado en la silueta difuminada por el cristal dilatando el tiempo en el plano subjetivo. También se podría poner otra angulación o tamaño de cuadro dependiendo de lo que se quisiera narrar y en consonancia a los planos previos que se utilizan, tono de película, etc…
    En tu corto lo has hecho de manera intuitiva aunque no hayas definido bien el porqué (lo digo por lo de pobre/cutre) la experiencia te habrá llevado a esa conclusión de que no mola.
    En el segundo ejemplo otro agente externo le arranca de esa abstracción que podría tener el personaje que mira por la reja. Vuelve a la realidad anterior por lo que tiene sentido esa vuelta al plano anterior puesto que el personaje parece que no ha avanzado mucho más narrativamente dentro de la historia y lo que ha visto no le afecta tanto como para producir un cambio en el personaje y, por ende, en el plano que correspondería a afectación. La vuelta al plano anterior se produce con un cambio (lo mismo pero diferente).

    Aunque en parte coincido con lo que ha dicho Rincewind desconfío más de los que se amparan en el “todo vale” para justificar decisiones. Muchos no saben ni lo que hacen puesto que hacen “ARTE”, otros están colapsados de teoría como la que he expuesto y otros van haciendo cosas sin saber definirlas pero sabiendo que algo hay ahí que parece que funciona o no.

    Felicidades por lo del corto. Merece la pena.
    “Nunca montarás el mismo plano de un actor antes y después de un plano subjetivo”
    Hombre, ésto responde a que despu

    1. Ups, no veo opción de editar el mensaje. Lo del copy/paste me ha jugado en contra. Como dijo ese hombre: .Lo siento mucho, no volverà a ocurrir. XDD

    2. Simplemente, la cuestión es que hay diferentes formas de escribir y rodar cine. Los cineastas tenemos sensibilidades, gustos y estilos diversos. Por tanto, cuando veo que alguien sentencia que algo no se debe hacer, normalmente me revuelvo, porque muchas veces son cosas que o bien dependen de que se utilice mejor o peor dicho recurso (o sea, como todo) o bien es que es una cuestión de gusto personal.

      Por ejemplo, discrepo, como tú, con lo de volver al plano del personaje tras el subjetivo. Pues hombre, es que depende muchísimo de cada historia. Y lo mismo con los insertos. Es un recurso más. En el caso del vómito puedo estar de acuerdo (aunque supongo que para algunos géneros o realizadores puede ir bien) pero joder, es un caso un poco extremo, ¿no?

      La otra prohibición que no es de guion, pues bueno, la norma de los montadores es esa, sí, montar cuando se da la acción pero no por no querer anticipar sino porque el cambio de plano es más natural y cómodo para el espectador si se hace de esa forma. De todos modos, estoy seguro de que se podría justificar no hacerlo en algunos supuestos.

    3. Totalemente de acuerdo Rincewind. Creo que toda norma es suceptible a ser saltada cuando hay un argumento que así lo sostenga pero también, tal y como comentas, hay el gusto personal de cada director.

  7. Creo que simplemente hay que mirar el montaje y ver si chirría algo, y si lo hace, cambiarlo si tienes material para hacerlo. Las reglas están para respetarlas y para romperlas. Simplemente debería quedar una regla que aúne ambas, si queda bien y no chirría a la vista es que está bien rodada.

Los comentarios están cerrados.

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