FINALES

En mi artículo anterior, El “increíble” hombre araña, dije que suelo disfrutar, aunque sea solo un poquito, con casi cualquier película de superhéroes. Bueno, eso era porque todavía no había visto “The Dark Knight Rises”. Fui a verla el viernes pasado creyendo que me ayudaría a rematar una entrada de Bloguionistas sobre trilogías que ya tenía más o menos pensada, pero me pareció un horror tan grande que no tengo ganas de volver a pensar en ella. Así que ya hablaré de trilogías otro día.

De modo que hoy voy a hablar de finales, usando como ejemplo “Esto es la guerra”, una película que sin ser nada del otro jueves, al menos consigue entretenerte durante hora y media.

Escrita por Timothy Dowling, Simon Kinberg y Marcus Gautesen y dirigida por un  comedido McG, (al que la mayoría conoceréis por sus películas de Los Ángeles de Charlie), “Esto es la guerra” cuenta la historia de dos agentes de la CIA, Tuck (Tom Hardy) y FDR Foster (Chris Pine), que además de trabajar juntos, son buenos amigos.

Pero las cosas empiezan a torcerse cuando ambos se enamoran de la misma mujer, Trish (Reese Witherspoon), y deciden competir entre ellos para ver quién consigue convertirse en su pareja. Esa es la “guerra” a la que se refiere el título. La gracia es que ambos usan todos los recursos de la CIA a su disposición para ganar la guerra. Y que por supuesto ella no tiene ni idea de a qué se dedican realmente. Trish cree que Tuck es viajante de comercio y FDR capitán de barco.

Cartel de la película This Means War (Esto es la guerra)

Una de guapos

No lo recuerdo muy bien, pero creo que el tráiler me dio la impresión de que “Esto es la guerra” era una película de acción con toques cómicos, cuando en realidad sucede lo contrario: es una comedia sentimental en el fondo muy clásica, con varias escenas de acción de las cuáles ninguna es especialmente memorable.

Lo que mejor funciona es la química entre los tres personajes que componen el triángulo amoroso. Y eso que, si bien Reese Whitherspoon tiene una edad similar a Hardy y Pine, parece mucho mayor que ellos y resulta algo difícil creerse que semejantes maromos se enamoren perdidamente de una chica tan poquita cosa, a la que además cuando surge el flechazo aún no ha tenido oportunidad de conocer muy bien. Pero bueno, son problemas menores.

Lo que ha hecho que me planteara hablar de ella es su final.

Y sí, aviso, se acercan SPOILERS (aunque si seguís leyendo, veréis que en realidad esta es una película cuyo final no importa mucho; de hecho ese es el problema).

El dilema de Trish es el siguiente: ¿elige a Tuck o a FDR? Tuck es más cariñoso que FDR, está separado y tiene un hijo, y prefiere las camisas de cuadros a las chaquetas. Podríamos decir que es el sensible de la pareja. Por su parte, FDR es un caradura, un vividor y un ligón, y tiene ese desparpajo y esa soltura de los que se saben atractivos y no pierden ocasión de explotarlo en su propio beneficio. Es un tipo superficial.

Por compararlos con otros agentes secretos, Tuck es Jason Bourne y FDR James Bond.

Cuando quedan más o menos 20 minutos para terminar, Trish está hecha un lío, no sabe con quién quedarse, los dos le gustan por igual, aunque por diferentes razones.

Entonces, en mitad de la escena de acción que cierra la película, Trish está a punto de morir. Para salvarse, tiene que elegir entre lanzarse a los brazos de Tuck o los de  FDR. Y…

…se lanza a los de FDR.

¿Por qué?

Pues aún no lo sé. Porque ya os he dicho que Trish tiene las mismas razones para elegir a uno que a otro.

Es una decisión totalmente arbitraria. Por tanto, es un mal final. “Malo” porque no resulta satisfactorio, porque no responde a nada que se ha planteado previamente en la película. Y ya sabéis que los buenos finales son los que te sorprenden mientras los estás viendo pero luego te parecen lógicos, inevitables. No es fácil conseguirlo, pero bueno, si fuera fácil, los guionistas no haríamos ninguna falta.

Lo primero que pensé al ver el final de “Esto es la guerra” es que parecía el resultado de las votaciones del público asistente a los pases de prueba de antes del estreno. Por lo que sea, les gustó más Chris Pine.

También pensé que probablemente habrían rodado otros finales.

Y al ver los extras del Blu-Ray, descubrí que sí que había sido así.

Grabaron otros dos finales: uno en el que Trish elige a Tuck, y otro muy divertido en el que… ¡los que acaban abrazados son Tuck y FDR mientras que Trish muere! Éste último lo grabaron como una broma, porque, como explica McG en la pista de comentario, jamás habrían tenido el valor de utilizarlo.

Pero lo que me importa de cara a esta entrada es que incluso una película tan insustancial como esta, que no pretende más que entretener, acaba transmitiendo un mensaje, teniendo una moraleja.

Una película con vocación tan comercial no puede acabar con uno de los coprotagonistas amargados porque la chica ha pasado de él. Por eso, tras elegir a FDR, Tuck encuentra consuelo en los brazos de su ex mujer, y tiene la oportunidad de recuperar a la familia que perdió.

Viendo ese final (y la manera tan edulcorada en la que está rodado) es inevitable concluir que para los guionistas de la película, el mejor final para Tuck solo podía ser ese. Una final de una moralidad muy convencional. Usando metáforas norteamericanas, porque para eso estamos hablando de Hollywood, podríamos decir que es el final que aplaudiría el Partido Republicano. La obligación de Tuck es ocuparse de su familia y no tiene derecho a rehacer su vida con otra mujer.

Sin embargo, no es lo que querían contar los guionistas (o sí, quién sabe), porque como he dicho antes, en otro de los finales, Trish elige a Tuck, y en las escenas que vienen a continuación, el agente bandarra sigue con su vida, solo que, en vez de acostarse con solo una azafata como vimos al principio de la película, ahora se acuesta con dos. Esa es su recompensa por haber perdido a Trish. Es el final para… no sé si el partido Demócrata, pero sí al menos el del Hollywood de las pesadillas de Newt Gingrich.

Por tanto, está claro que no hay intención ninguna por parte de los cineastas de moralizar en un sentido u otro. Por eso se cubrieron las espaldas en rodaje y filmaron todos los finales posibles.

Pero lo quiera uno o no, las historias son vehículos de transmisión, no sé si todas las veces de ideología, pero sí que de una visión del mundo. Lo tenemos grabado en el cerebro desde chicos, desde que nuestros padres empezaron a contarnos las primeras historias, y descubrimos que al final venía la moraleja, la lección que pretendía comunicar el relato.

Hay quien dice que todas las historias son solo versiones más o menos sofisticadas, más o menos obvias, de las fábulas de toda la vida. Y probablemente no le falte razón. “La cigarra y la hormiga” corre por nuestras venas. Eso por no hablar de las parábolas.

Y creo que conviene asumirlo.

Porque todas las decisiones que tomas al escribir el primer acto obedecen a razones que tienen que ver con lo que quieres contar con el tercero. Resulta muy difícil escribir sin rumbo, sin tener por lo menos una idea de cómo es el final (donde reside la esencia de lo que quieres contar).

Por supuesto, puedes decidir escribir un entretenimiento insustancial como “Esto es la guerra”. ¿Y por qué no? También hacen falta. A mí por Ej. la película me dio justo lo que necesitaba en el momento en el que la vi. Pero aún así, lo quieras o no, tu historia hablará de algo, transmitirá un mensaje, y encima, si no controlas a dónde vas, correrás el peligro de que sea un mensaje que no tiene nada que ver contigo, que en absoluto refleea tu forma de ver las cosas.

Es prácticamente imposible crear un mecanismo dramático vacío de contenido (aunque McG lo haya intentado varias veces). Porque así es como estamos hechos. No observamos el mundo de forma neutra, lo valoramos, lo juzgamos, nos posicionamos respecto a él. Todas las miradas son turbias. Desde que nacemos estamos entrenando para buscar significado, para encontrar conexiones incluso dónde no las hay. Por eso existen las historias.

Además, los últimos minutos de una película pueden cambiar totalmente nuestra opinión respecto a ella. Y no, no me refiero solo a los finales con giro sorprendente al estilo Shyamalan. Pasa con todos.

Como me dijo mi amigo y profesor Lewis Cole respecto al tremendo final de “La lengua de las mariposas”:

“Hace que te olvides de que la película parece construida a base de trozos que no encajan demasiado bien entre sí; la fuerza del plano en el que el niño tira la piedra hace que no seas capaz de pensar en otra cosa al salir del cine”.

Manuel Lozano interpreta a Moncho en La lengua de las mariposas

Una escena que vale una película

Pensando en esto de los finales intercambiables, creo que es una de las razones por las que a veces el cine espectáculo es tan insatisfactorio dramáticamente. Como pasa en “Esto es la guerra”, en su afán de gustar a todo el mundo, los finales no resuelven el asunto que se dirime en la trama de la película (que en este caso sería algo tan clásico, especialmente en la comedia, cómo elegir entre dos modelos posibles de masculinidad a la hora de decidir tener una relación).

Así, uno sale del cine y a los diez minutos olvida lo que ha visto.

Si las películas fueran canciones, como espectadores preferimos los finales con redoble de tambor a esos en los que el volumen baja lentamente.

Y al final, no quería, pero voy a hablar de “The Dark Knight Rises”. Porque una cosa que no se le puede reprochar a Christopher Nolan  es que no supiera lo que quería contar o que no se haya atrevido a contarlo.

Porque el final de su trilogía del hombre murciélago es coherente, y también rotundo.

Eso sí, la próxima vez sería mejor que contrataran a un director al que no le diera vergüenza hacer una película de Batman.

Por David Muñoz.


*Ya que mi comentario negativo sobre “The Dark Knight Rises” ha despertado tanta polémica, y alguien se preguntaba por ahí abajo qué pensaba yo exactamente de la película, si tenéis curiosidad mi opinión se parece mucho a la de Harry Knowles y, también, en cuanto a la interpretación de su carga ideológica, a la de Santiago García. Creo que no merece la pena que me explaye más para acabar diciendo cosas muy parecidas a las que han dicho ya muy bien ellos.

Quizá lo único que añadiría es que tratándose de la película sobre la redención de un héroe, su final me produjo el efecto contrario al que supongo pretendía conseguir Nolan: me deprimió. Primero, porque no creo que el trauma de Wayne pueda curarse así por las buenas ni que él sea capaz de abandonar su “misión” de un día para otro; y luego, aún aceptando todo eso, a mí este Wayne que deja a un lado sus responsabilidades (¡incluso con  los huérfanos de Gotham!) y solo piensa en retirarse me parece una pena de personaje.

Todos perdemos a seres queridos, todos sufrimos, todos nos equivocamos. No hay casi nadie con más de 40 años que no haya pasado por cosas parecidas a las que ha vivido Bruce Wayne. Sin salir de la ficción, seguro que los polis de Gotham al día siguiente vuelven al trabajo. Pero Batman, no. Menudo héroe, que renuncia cuando las cosas se tuercen. La moraleja de la película: cuando no puedas más, ríndete. Que por inusual, tiene hasta su gracia.

Pero vaya, que el común de los mortales no podemos ni rendirnos aunque queramos, sobre todo porque no tenemos a dónde ir ni cómo. Este Batman apela a la compasión de sus espectadores, a su empatía. Pero para mí no necesitaba una novia nueva y dejar la máscara, necesitaba un psicólogo. ¡Y llevaba ocho años así! La verdad es que no sé qué estaba pensando Alfred.

51 comentarios en «FINALES»

  1. Hay un libro interesante al respecto de lo que hablas: “The moral premise”, que tiene el inquietante subtítulo de “Harnessing virtue and vice for box-office success”. No hace falta decir que es americano. Viene a decir que detrás de cada película hay una opción moral que ha elegido el guionista. Como digo, el planteamiento asusta un poco, pero no deja de tener mucha verdad, en mi opinión.

  2. David Peñasco Maldonado

    “Es una decisión totalmente arbitraria. Por tanto, es un mal final. “Malo” porque no resulta satisfactorio, porque no responde a nada que se ha planteado previamente en la película. Y ya sabéis que los buenos finales son los que te sorprenden mientras los estás viendo pero luego te parecen lógicos, inevitables. No es fácil conseguirlo, pero bueno, si fuera fácil, los guionistas no haríamos ninguna falta.”

    Estoy totalmente de acuerdo. Por ejemplo, a mí el final de “La posesión de Emma Evans” me pareció una puta mierda.

  3. Excelente post y excelente final, con intención clara. Ganas de saber tu opinión pormenorizada de la última de “the batman”

  4. ¿Por qué dices que Nolan se avergüenza de hacer Batman? Yo creo que es el director que más se ha sumergido en los cómics y ha hecho crecer a los villanos. Compara sino el Bane de Batman y Robin con el de el caballero oscuro…La pega que le pongo a la peli es que no da pie a la imaginación, lo deja demasiado atado. Y algún aspecto relevante de la trama que me parece de broma. ¿A ti por qué no te gustó?

  5. Aun no he visto Batman… ya os diré que me parece. Pero el trabajo de Nolan con el personaje hasta la fecha, para mi, ha sido impecable… No sé si merece eso de que “le da vergüenza el personaje” (Por otra parte y ahora que lo pienso, como la cinta vaya en la línea de “Origen” mal me pinta la cosa)
    Para final cojonudo y con una gran moraleja “Los caballeros de la mesa cuadrada” jaja. Es un: “el mundo es absurdo y lo mejos es reirse de todo, incluso de tí” tan fuerte como un puñetazo directo a la cara.
    Saludos!

  6. Vaya tontería de post. Como no queremos/podemos razonar sobre TDKR, escribimos sobre una película que es una soberana tontería de principio a fin. Ni entretenida, ni vehículo cumplidor ni nada. Y para terminar, una puya sin sentido al mejor director de su generación. Muy bien…

  7. Está claro que los Batman de Nolan se han convertido en un curioso fenómeno de credo cinematográfico. Como todas las religiones, son capaces de despertar pasiones e intolerancias extremas. No las comparto. En mi opinión, El caballero oscuro es una de las películas más sobrevaloradas de la historia. No sé cómo lo consiguieron – marketing, la muerte de Ledger…- pero los millones de fieles que tiene esta película son capaces de desollarte si insinúas que solo es una película más de superhéroes, (incluso algo aburrida) con todas las limitaciones del género, y no un tratado excelso sobre las pasiones oscuras del alma humana etc… Yo me he atrevido a hacerlo aquí, refugiado en el anonimato. Si no, para rato…

    1. Por un lado, también me parece hasta bien que todavía hoy una película despierte tanto fervor. Si te molesta que alguien diga que no te gusta y te comportas como si hubiera mentado a tu madre es porque te importa mucho. Claro que también es fácil caer en el hooliganismo cultural, como ha pasado por ahí arriba. “¡Tu opinión es una mierda porque no es la mía y como piensas así entonces todo lo que dices o haces tú es una mierda!”. Cosa que me parece penosa. Ya lo he dicho muchas veces, aquí estamos para conversar, no para insultarnos ni agredirnos.

    1. Yo la verdad es que estoy pasmado ante la agresividad de los comentarios que ha despertado mi comentario sobre la última película de Batman. Normalmente borro los comentarios que incluyen frases tipo “puta mierda” pero he decidido dejarlos porque me parece curioso. Ya he dicho que no me apetece hablar aquí de “The Dark Knight Rises”, aunque sí he dejado algún comentario sobre la película en el blog “Mandorla”, por si tenéis curiosidad. Mi pulla a la película de Nolan es la de un espectador decepcionado que se aburrió soberanamente con ella durante casi tres horas. Y no he sido el único. Es una de las pocas veces en las que coincido casi totalmente con la opinión de Harry Knowles de “Ain´t It Cool News”, por Ej. Lo que me sorprende es que mi comentario sobre Nolan se interprete como un ataque a él o a su cine. Cuando a mí hay películas de Nolan que me gustan (Insomnia, Origen) y otras que me entusiasman (The Prestige, que quizá es una mis películas preferidas, la segunda de Batman, Memento), o sea, cinco de ocho nada menos. Y en realidad las únicas suyas que no me gustan nada son la primera y la tercera de Batman. Pero sí, creo que Nolan no está hecho para hacer películas de superhéroes, o por lo menos no películas de superhéroes cómo me gustan a mí las películas de superhéroes. Tendría que escribir una entrada para explicarlo mejor, pero para mí las películas de Batman parecen de superhéroes pero no lo son. Y además, estoy un poco cansado del remake perpetuo en el que viven las películas de superhéroes (les pasa como a los cómics de DC y Marvel, pero en menos años). Tengo ganas de que Nolan escriba guiones originales (bueno, él o su hermano) y cuente historias nuevas, precisamente porque creo que es de los pocos que ahora mismo podría hacer películas de gran presupuesto que se salgan de la norma. Por eso, como seguidor de Nolan y admirador de su cine, estoy deseando que vuelva a hacer otras cosas. Porque a pesar de todas las pegas que pueda ponérsele, Origen me parece cien veces más interesante que este Batman. Pero está visto que no se puede opinar sobre ciertas cosas sin que alguien rápidamente afile el cuchillo. En todo caso, es una pena que por mi pataleta sobre este Batman, no le prestéis atención a lo que digo sobre “Esto es la guerra”, que de veras que es una película de la que se puede aprender bastante.

    2. ‘Normalmente borro los comentarios que incluyen frases tipo “puta mierda”’
      Pues a mí eso me parece penoso David, no censurar a mí me parece que incluye dejar comentarios que usan ese lenguaje.

    3. No es censura. Ya lo he explicado aquí muchas veces. Para participar aquí hay que respetar solo una norma: ser educado y respetuoso con las opiniones de los demás. Y eso más o menos lo que viene a significar a efectos prácticos es que no permito que nadie me diga lo que no tendría valor para decirme a la cara. Bueno, a mí o a cualquiera que participe en este foro. Si odio algo de Internet es que sirva para que gente que no se atreve a alzar la voz en público se anime a insultar a todo el que le contradiga.
      ¿Que pasaría si en mitad de una mesa redonda te pusieras a insultar a uno de los ponentes? Que te expulsarían. Pues para mí esto es una mesa redonda, solo que virtual. Internet es también el mundo real. Y parece mentira que muchas veces los que más presumen de internautas no se den cuenta (y no me refiero a ti, Igor, no te conozco y no sé lo que piensas). Estamos en un foro público. Yo para cagarme en cosas y personas ya tengo una lista de correo privada con varios amigos.
      Pero luego, claro, la frase “puta mierda”, dependiendo del contexto, puede tener connotaciones muy distintas.

    4. Si yo entiendo lo que dices, claro. Pero y qué más da que alguien diga que “Batman es una puta mierda” sin dar más razones. Yo creo que no hay que filtrar las cosas en función de la buena educación. Con mucha más razón entonces podríamos cerrar infinidad de periódicos y cadenas que faltan el respeto a cosas mucho más importantes que películas o artículos en un blog.
      Creo que no merece la pena seguir porque no nos pondríamos de acuerdo, pero yo creo que el límite a lo que se puede escribir sólo debería ser el código penal y las alusiones privadas.
      Vamos, que yo soy de los que siendo homosexual no multaría a Intereconomía por los comentarios que allí se sueltan(vomitan) al respecto, para explicarlo de otra manera.

  8. “Gánatelos al final y tendrás un éxito”. Eso dice McKee/Cox en esta escena de la inagotable “Adaptation”:

    1. Y sí, el comentario final sobre Nolan era una puya con intención irónica, un final llamativo en un texto sobre finales. Pero vamos, no esperaba la que me iba a caer encima…

  9. Creo que el principal problema de “Esto es la guerra” era el estilismo capilar de sus protagonistas. No sé cómo pudiste concentrarte en otra cosa, David.

  10. Pues a mi fue precisamente el final de esta peli el que le dió sentido a todo lo anterior. La película es pura diversión, no busca en ningún momento sorprender, ni dar un planteamiento nuevo… simplemente, acción, amor y risas. Pero, francamente, no vi venir que el final de la parte de acción coincidiría con el final romántico de esa manera tan original. Y es que al final no importa, en ningún caso, con quién se queda, sino cómo llega a esa elección. Me pareció genial, siendo el resto una película facilmente prescindible.

    Y lo de que Reese en esta peli es “poquita cosa”… guau, no sé yo a lo que estás a costumbrado, pero siendo una mujer que a mi nunca me ha llamado la atención, en esta (y en la de Jonhy Cass) me quita el hipo.

    Aun así, es una reflexión intersante. Como todas las que hacéis.

    Un saludo!

    1. Hola Miguel,

      La mecánica del final está muy bien, pero que muy bien pensada. Los guionistas consiguen encontrar una manera de mostrar el dilema de Trish en acción, cosa que no suele ser nada fácil. Es una idea muy buena y a la que se llega de forma muy natural en el contexto en el que es utilizada (de hecho en los extras del DVD se ve una escena final previa mucho más tópica que decidieron eliminar para rodar la que finalmente usaron).

      Lo que me parecía interesante comentar, porque dice mucho de cómo se escriben algunas películas de este tipo, es la arbitrariedad de la decisión de Trish. El hecho de que realmente no importa con quién se queda, como bien dices tú. Y en un guión bien construido, eso no debería ser así.

      La verdad es que me he quedado con ganas de leer el guión original. A ver si lo encuentro por ahí.

      Y en cuanto a Reese Witherspoon… bueno, es que a mí no me parece nada atractiva (en el cartel que he subido arriba esté totalmente rehecha con Photoshop). Pero vamos, que evidentemente es una cuestión muy subjetiva. Eso sí, gran actriz, una fiera de la comedia.

      Y Chico… sí, el estilismo capilar es impresionante. Sobre todo el de Chris Pine… como para olvidarlo…

  11. A Pine le sobra y a Hardy le falta. Y no te voy a apoyar en este mismo post en lo de Reese porque me parecería ya demasiado homosexual, pero vamos… que TAMBIÉN. Muy de acuerdo.

  12. A mi me gustaría saber si de verdad se aprende sobre guion viendo este tipo de pelis tan prescindibles como “Esto es la guerra”. No es la primera vez que te leo analizar bodrios (sucker punch me viene a la mente)
    ¿Tú como guionista aspiras a escribir ese tipo de pelis? ¿Es alguna estrategia para llegar a la industria de EEUU?
    No sé, está bien ver de todo, pero no creo que analizar estructuras de ciertas pelis que no tienen más pretensión que entretener o que son fruto de decisiones de despacho para lanzar la carrera de fulanita/o sirva para algo. Creo que precisamente los guionistas y más en españa, donde no hay una industria fast food cinematográfica, tenemos carta blanca para al menos, poner el listón un poquito alto y no imitar modelos mediocres de industrias que nos sacan años luz de ventaja. Esa es la sensación que me da David, que no te dejas llevar y piensas demasiado como guionista de cadena de montaje. Creo que en el guion no hay fórmulas cerradas, ni teorías definitivas y que hay que poner un poco de alma y de toque de autor en lo que hacemos, es lo único que salva el panorama nacional.

    1. Luis; desde luego que todos queremos escribir películas “únicas”, pero el oficio de guionista -y tienes que tener oficio si quieres sobrevivir en esto como profesional-, se aprende viendo cine malo, bueno y regular. Se pueden extraer conclusiones interesantes de películas horribles, de la misma manera que a veces una gran película puede que no te aporte nada que puedas usar para desarrollar tu propio trabajo, excepto el placer de verla, claro. Además, como “Bloguionista” y como profesor, eso es lo que puedo aportar, lo que puedo enseñar, porque lo que no puedo hacer es conseguir que alguien tenga talento (ese algo especial a lo que te refieres), si no lo tiene. Eso cada uno tiene que desarrollarlo por su cuenta. Es cierto que en clase si puedo hacer algo en ese sentido, y suelo dedicar un tiempo en todos los cursos que llevo a explicar cómo desarrollar la creatividad, como sacar a la luz el autor que todos llevamos dentro. Porque es algo que además me parece necesario: desarrollar una “voz” propia que te distinga del resto de tus compañeros.
      Cuando yo empecé en esto, coescribiendo con Antonio Trashorras, conseguimos llamar la atención respecto a nuestro trabajo escribiendo un tipo de guiones que en aquel momento estaba escribiendo muy poca gente en España (en general, cine fantástico serio; aunque también escribimos dos comedias de género, fantástico y de ciencia ficción, que conseguimos vender aunque no se hicieron). No fue algo premeditado. No pensamos en tener una carrera. Básicamente porque tampoco habríamos sabido como hacerlo. Nos limitamos a escribir lo que nos apetecía sin pensar en nada más.
      Pero ayudar a desarrollar la personalidad de los guionistas que empiezan es algo que es más fácil hacer cara a cara que escribiendo una entrada en Bloguionistas. En todo caso, creo que no hay que despreciar la técnica, ni creo tampoco que conocerla te convierta en un guionista “de cadena de montaje” que cree en fórmulas cerradas. En mi caso, cuando escribo hay una parte importante de trabajo instintivo, de pura intuición, y muchas veces decido ignorar las reglas (o no me doy cuenta siquiera de que las estoy ignorando).
      Pero aprendo en los sitios más insospechados.
      No sé cómo explicártelo mejor… imagínate que fueras músico, y un día escuchas una canción en la radio de un grupo que odias, un fenómeno prefabricado como hay tantos, y de pronto, escuchas algo que te llama la atención, y decides estudiar cómo está hecho, por qué te ha provocado esa sensación que te ha cautivado, y lo usas para escribir una canción del tu grupo, el más alternativo del mundo. La historia de todas las artes está llena de ejemplos así.
      Y además, hablar únicamente de clásicos indiscutibles me parecería aburridísimo. Sobre todo porque otros muchos lo han hecho antes que yo. No creo que pudiera aportar nada interesante. Además, la realidad es que todos vemos películas continuamente que no son precisamente obras maestras. Y que son probablemente el tipo de películas que escribiremos. En su mayor parte al menos. No porque queramos, sino porque la excelencia no es algo que se consiga con facilidad ni muy a menudo. Y luego habría que ver qué consideramos una película del montón o un peliculón, claro. En este caso, ya lo he dicho en mi entrada. A mí “Esto es la guerra” me sirvió para pasar dos horas entretenido en un momento en el que estaba pasándolo bastante mal por un tema familiar. El entretenimiento sin más, sobre todo cuando es realmente entretenido, no creo que sea algo que debamos despreciar. Y tampoco subestimos a aquellos que consiguen entreternos. Desde luego que “Esto es la guerra” no es una gran película, probablemente habré olvidado que la he visto dento de unas semanas, pero eso no quiere decir que no haya cumplido su función. La semana que viene hablaré de una película que está en las antípodas de “Esto es la guerra”, “Margaret”. Me gustó mucho, y me dejó huella. Pero no podría ni querría estar vieno películas como “Margaret” todos los días. A veces está bien -y no solo bien, sino que es necesario- ser superficiales, bobos incluso.
      Terminando el tocho… yo como guionista, me veo más escribiendo “Margaret” que “Esto es la guerra”. No porque una sea mejor película que la otra, sino porque lo mío son en general los dramones. Pero además, no es que no me vea, es que no sé si sabría escribir “Esto es la guerra”. La comedia es un género muy difícil. Y más cuando se mezcla con otros géneros como la acción. No subestimemos a aquellos que consiguen entretenernos y ayudarnos a olvidarnos de nuestros problemás. Porque lo que hacen no es nada fácil.
      Y por cierto, creo que con esto queda claro que yo no creo que “Esto es la guerra” sea un bodrio. “Suker Punch”, ya que la citas, sí que lo es, porque pretendiendo entretener, aburre.

  13. Releo mi mensaje y creo que no me he expresado bien. No es nada contra ti ni mucho menos, es sobre lo que nos enseñan a la hora de escribir guiones. Las fórmulas absolutas , las motivaciones, los arcos… Si hasta una película tan insustancial tiene arco y se ciñe a estas reglas, la verdad es que es para que se te quiten las ganas de escribir. A lo que voy es que si de entrada no deberíamos pensar en algo más, ese toque que haga de la película algo único.. La diferencia entre una película del montón y un peliculón.

    1. Hola Luis, si me permites me introduzco en la conversación. Entiendo lo que dices, pero no lo comparto. Creo que es necesario tener claro, aprender y asimilar, todos esos elementos y técnicas de escritura. Como ejemplo se puede utilizar un paralelismo con la pintura. Todo “artista” antes de encontrar su medio de expresión, se ha cansado de trabajar la perspectiva, los colores, las formas etc. Picasso antes de ser un artista abstracto, internacionalmente reconocido, fue un estudiante de brillante trazo realista.

      Y también estoy en contra de tu opinión con respecto a “Esto es la guerra”. No creo que sea un bodrio, ni si quiera, que sea objetivamente mala. Para mi, sí, según mis gustos o criterios, sí la considero “mala”, pero quien haya escrito esa película seguro que no le preocupa que no vaya al cine a ver su peli. Creo que una película es mala, o mejor dicho, fallida, cuando no consigue lo que se pretendía desde un principio. Es decir una comedia que no hace risa, un drama que no emociona o una de miedo que no te asusta. Por ejemplo, en mi opinión la serie “Prison Break” es bastante fallida puesto que siendo yo parte de su “target” ni me emociona, ni me entretiene, ni entro en su juego, ya que para ello, utiliza trucos horribles que te tienes que tragar, porque a Paul Scheuring le apetece. Al igual que en TDKR (por seguir con la polémica), me tengo que creer, porque sí, porque a los Nolan les apetece, que Blake reconoció que era Bruce Wayne quien está tras la máscara de Batman, siendo tan solo un niño y solo con una simple mirada a sus ojos…. ¡VENGA HOMBRE!

      Bueno, perdona la intromisión.

      Un saludo

    2. La respuesta de David me ha parecido impecable, y la suscribo completamente. Coincido en que no hay que despreciar el trabajo de los guionistas de películas comerciales: con toda probabilidad, lo que hacen tiene mucho más mérito de lo que parece. Retomando el ejemplo de la música, si fuera fácil fabricar un éxito de verano… ¿qué músico no lo intentaría, aunque solo fuera para pagarse las facturas de los próximos cinco años? Además, no creo que haya un solo guionista que, por muy comercial, insustancial y frívolo que sea el tema con el que esté trabajando, se dedique a fabricar deliberadamente una película fast-food. Querrá hacerla bien, trascender, dar una vuelta al género y luego llegará… pues hasta donde llegue, como todo hijo de vecino.
      Tampoco creo en esa frontera entre el cine prefabricado y el puro, instintivo. Cambian los temas, los géneros, los enfoques, pero todo cine es prefabricado por definición. El cine es un gran truco de magia donde todas las piezas están artificiosamente colocadas en una línea de tiempo. El gran mago/guionista es aquel a quien no se le ve el truco, el que escribe cosas ficticias que parecen de verdad.
      Y rompo una lanza por la conveniencia de este post. Creo que la primera fuente de verdadero aprendizaje para un creador viene del análisis de los errores propios; a continuación, de los ajenos. Se aprende mucho más de las películas mediocres que de las obras maestras. A estas “no se les ve el truco” y uno las contempla con la frustración de no saber cómo demonios ha aparecido ese as de corazones donde hace solo un segundo había un rey de tréboles…
      Creo que el punto de vista de David es el de un profesional; probablemente, sus inquietudes creativas y sus declaraciones solemnes de principios sobre la búsqueda del arte puro deben convivir cotidianamente con las exigencias del primer mandamiento de todo guionista: sobrevivir. Personalmente, el terror que me infunde la incertidumbre de cómo lograré pagar las facturas el mes que viene – y no creo que sea algo coyuntural, por muy bestia que sea la crisis que sufrimos ahora, porque va con el oficio – me completa como guionista, y me hace estar con los pies en el suelo y no permitirme “genialidades” de dudosa salida en el mercado que me da de comer.
      Respecto a “Es la guerra”, película que por cierto no he visto, se me ocurre un final alternativo que a lo mejor podría funcionar. Se trataría de aplicar la vieja fórmula salomónica de “partirla por la mitad”, y entonces aquel de los dos pretendientes que verdaderamente la ame, renunciará a ella porque solo desea su felicidad. De esta manera, el personaje de Reese descubriría quién la ama de verdad y se iría con él. Ahora habría que idear esa fórmula salomónica para aplicarla a la trama… pero creo que el ladrillo ya es suficientemente largo. Saludos!

    3. De todos modos, Luis, me parece interesante lo que planteas. De fondo está la eterna lucha entre el arte y el comercio. Y todos los que nos dedicamos a una profesión creativa nos pasamos la vida entera pensando en estas cosas, estoy seguro. Queriendo contar las cosas que queremos contar, pero a la vez teniendo que ganarnos la vida con nuestro oficio. Queremos ser artistas -de hecho, creo que lo somos-, pero muchas veces acabamos siendo artesanos. La mayor parte del tiempo. Es un dilema del que es casi imposible escapar. Algunas veces coinciden las dos cosas, que puedes ganarte la vida haciendo lo que de verdad quieres hacer, pero no resulta nada fácil conseguirlo. En mi caso yo creo que ando en un 50% de cada cosa, y eso, porque además de cine y televisión, escribo cómics.

  14. Enlazando lo que dijo David Muñoz en respuesta a Luis, respecto a lo de que de lo malo se aprende, yo hace un montón -para pasar el rato-, vi la película “Zombis Nazis” (me descojono yo solo recordándola, porque en la sala estábamos yo, mi hermana mayor, y un señor que pasaba por allí), y al ver ese tipo de películas pienso siempre en intentar alcanzar el punto medio entre lo comercial y lo artístico -que creo que no conseguiré alcanzar hasta que esté un poco más curtido (a lo soldado veterano de una peli de Sam Fuller)-, aparte de que tiene la estructura básica que hay que conocer.

    Quiero pasaros este video como muestra de cómo es el trabajo de un novel. Es un corto de un gran iconoclasta: R.W. Fassbinder. Imita a la Nouvelle Vague.

  15. Nada de intromisión hombre. Faltaría más :) Y gracias por la respuesta David.
    He sacado el tema porque me toca de cerca. Estoy escribiendo el guion de una peli y el tema de calidadVsfuncionalidad aparece constantemente hasta el punto de pensar que lo que estoy haciendo (siguiendo mecanismos de guionista para que la historia avance) es una auténtica mierda.
    Y se me viene el mundo encima. Creo que me autoengaño prolongando el momento de escribir, pensando que cuando lo haga será la leche, será algo distinto bla bla y la verdad es que cuando por fin me pongo manos a la obra, el resultado es bastante mediocre, en el sentido de que no es novedoso; ya está contado. Los personajes parecen sosos. Los giros, son giros obvios. Eso sí, técnicamente cumplo todos los parámetros de manual. (y es entonces cuando le veo posibilidades a la historia, cuando cedo a la norma, pero no es lo que tenía pensado, claro.)
    Me queda la esperanza de pensar que esto solo es una fase y que después podré revestir una estructura tan simple con toques personales. También me anima pensar en aquello que decía Hithcock “es mejor partir del cliché que caer en él”. Desde luego que por el momento, no estoy encontrando ningún placer a la hora de escaletar una peli.

    1. Lo que te pasa creo que lo hemos vivido todos los guionistas. No puedo saberlo con certeza, pero por lo que cuentas, supongo que eres joven o que al menos llevas poco tiempo escribiendo guiones. Algo que trato de decir en mis clases es que el proceso que nos lleva a convertirnos en guionistas es doble: por un lado tenemos que aprender a dominar el oficio (cosa que no es fácil) y por otro encontrar nuestra “voz”, descubrir quienes somos como narradores. Qué historias nos interesan, cuáles nos merece la pena contar cuando no nos pagan y lo única recompensa es nuestra propia satisfacción, cuáles sabemos contar mejor, nos surgen de forma natural. Y es un proceso fascinante al que hay que abandonarse procurando sufrir lo menos posible. Porque muchas veces no somos quienes querríamos ser. Fantaseamos con ser el nuevo Lynch y lo que nos sale es… yo qué sé… una de Berlanga. Reverte, el escritor, decía que nuestra voz es la mezcla de nuestras influencias y nuestra personalidad (moldeada por nuestra vida), de modo que puede pasarte como a Woody Allen, que querría ser Bergman pero no, es Woody Allen. ¿Realmente estás escribiendo una historia que te sale de dentro, que te importa? Pues si es así, deberías preocuparte únicamente de resolverla bien técnicamente. Lo demás ya vendrá luego. Tu estilo, tu particular forma de ver las cosas, surgirá por si solo. Aunque a veces no lo reconocerás, no creerás tenerlo. Pero lo verán los demás. En todo caso, ese es un proceso, el de encontrar la propia voz, que solo se culmina escribiendo. Escribirás quizá varias historias que no te satisfacerán, y de pronto, habrá alguna que te hará decir: “este soy yo como guionista”. A mí me pasó cuando escribí el primer tratamiento de la historia que acabó convertida en “El espinazo del diablo”. Hasta entonces había escrito muchas cosas que ni me parecían buenas ni sentía que tuvieran que ver conmigo. Así que ánimo, porque lo que estás sintiendo es algo normal. Incluso aunque encuentres tu universo narrativo, seguirás teniendo esa sensación alguna vez.
      Y a lo tonto vaya tochos estamos escribiendo. ¡Tendría que haber contado todo esto en una entrada! Bueno, quizá acabe haciéndolo igualmente.

    2. Hola de nuevo Luis.

      Estoy de acuerdo en lo que te dice David y subrayo lo de “encontrar tu voz” porque eso es lo que te hace disfrutar/sufrir con tus historias/personajes. Si no disfrutas escaletando es que algo estas haciendo mal, o por lo menos eso me ocurre a mi.

      Personalmente creo que esa búsqueda de “voz” debe ser algo que salga más de tus entrañas que de tu cabeza. Más emocional que racional. Encontrar tus motivaciones para encontrar las del personaje. Empieza con algo que te toque directamente (por ejemplo) e intenta hacer que nos emocione también los demás. Es entonces cuando echarás mano de esos “clichés” para que la gente pueda entender lo que nos quieres transmitir.

      De esta manera: yo disfruto mucho más a la hora de escribir, la gente que lo lea entenderá la historia y ya después te darás cuenta si eres más cómo Von Trier o cómo Billy Wilder (por decir dos).

      Sé que es una tontería, pero a mi me ayuda bastante.

      Aún así, todo eso de los “arcos”, “motivaciones”, “objetivos”, etc. Son elementos de los que echar mano si los necesitas, una ayuda. Si te ciñes a ellos como norma, cumpliendo los pasos estrictamente, olvidando de poner tus “entrañas” en la historia, tu guión acabará por convertirse en un manual de instrucciones.

      Saludos de nuevo.

  16. Ah, otra cosa. Recuerdo que te gustó Melancholia. A mi también. Me pareció increíble. Pero, dejando a un lado toda el espectáculo visual y la particular forma de rodar de Von trier… leyendo solo el guion, dirías que es un peliculón?

    1. No. Diría que es un buen guión. Es difícil decir que un guión puede dar lugar a un peliculón. Cualquier guión medio decente puede convertirse en una mala película (y viceverso). Los guiones no son obras literarias, no son la obra final, son el principio de un proceso que luego ejecutan otros. Lo único que puedes saber al leer un guión es si la película que sugiere te interesa (y puedes estar viendo algo totalmente distinto a lo que ven el resto de quienes lo leen; como pasa a menudo) y si está bien ejecutado desde el punto de vista técnico. Es lo complicado de este oficio. Y, en ese úlimo sentido, el técnico, a mí el guión de “Melancolía” me parece excelente. Últimamente a veces uso el principio en mis clases como manera de empezar una historia con muchos personajes en acción, sin secuencias que paran el avance de la trama. Lars Von Trier es un formalista, y como suele pasar con los formalistas, sus películas demuestran un tremendo conocimiento de su oficio, aunque a veces sus decisiones sean tan inusuales.

  17. Muchas gracias por tus comentarios. Creo que tienes razón, pero por lo que estoy viendo esto es un trabajo muy, MUY solitario y creo que hay que estar preparado psicológicamente para afrontarlo a diario. Uff. Lo dicho, gracias ;)

    1. Sí, es verdad que es solitario, sobre todo cuando escribes para ti mismo. A mí me ayudó mucho al principio trabajar con un coguionista. Si no, depende de cómo seas, puede que la inseguridad puede llegar a paralizarte. De todas maneras, yo que tú tiraría para delante con lo que estás escribiendo, y a ver dónde te lleva. Lo mismo te sorprende.

  18. Dos preguntas, sobre todo a los guionistas. En un producto tan comercial como “Esto es la guerra” ¿cómo es posible que la historia que el guionista ha escrito transmita un mensaje en su final -y subrayo en su final- cuando, por imperativos de producción, casi el 99% de las películas se ruedan con varios finales diferentes y el del montaje definitivo se elige el mas valorado en los “screen tests”?

    Y dos, al hilo del Bats ¿Qué es ál final el mensaje de una película? ¿El que el autor tiene la intención de transmitir o el que al final interpreta el espectador? Un poco como pasaba en “The producers”, que convertían un guión vomitivo de apología del nazismo obra de un nazi en un escojonamiento, mofa, bega y escarnio de Hitler y cía.

    Es que a mi me da la impresión de que llega un momento en que nos pasamos con lo del mensaje. Que recuerdo a Zack Snyer escojonándose porque había críticos interpretando que su película era tanto una apología como una crítica de la guerra de IRak, y el contestó que esa pregunta deberían habérsela hecho a Frank Miller años antes cuando escribió el comic en 1998… en que la guerra de Irak y el 11-S ni se imaginaban en el ambiente.

    1. Por partes:

      -Evidentemente, cuando más dirigido un proceso, más difícil te resulta contar lo que quieres contar. Pero eso pasa tanto en Hollywood como en la televisión de aquí.

      -Y luego, evidentemente, y eso pasa con cualquier obra, quiera contar lo que quiera contar el guionista, a veces la película se convierte en otra cosa. Sobre todo porque, como he dicho antes, el guión NO es la película. La película final es la suma de las intenciones de toda la gente que ha participado en su realización. Y por Ej. todos sabemos que la mirada de un actor puede cambiar totalmente el significado de una frase.
      En ese sentido una de las películas más fascinantes (por ambiguas y contradictorias) de la historia del cine es Apocalypse Now, concebida por un objetor de conciencia (George Lucas), escrita por un guionista de extrema derecha (John Milius, uno de mis guionistas preferidos, pese a que ideológicamente no coincida nada con él) y reescrita y dirigida por alguien a quien la cuestión ideológica no le interesaba demasiado (Coppola).
      Simplificando mucho el proceso, claro. Pero por si creéis que no es así, os recomiendo ver las dos películas de Milius solo que comparten temas y estructura con la de Coppola: “Conan el bárbaro” y “Adiós al rey”. Permiten entender mejor “Apocalypse Now”.

      Y de todas maneras, vamos, en el caso de “300”, puede ser calificada de cualquier cosa menos de ambigua, eh… lo que pasa es que su “mensaje” no es algo tan concreto como un comentario sobre la guerra de Irak.

  19. Yo creo las referencias y orígenes del personaje marcan mucho el teórico mensaje de “DK Rises”. Ya se ha dicho desde hace mucho tiempo las similitudes de Brue Wayne con personajes de una obra de la ideología de “La rebelión de Atlas”: un superhéroe perteneciente a las castas superiores de la sociedad. Y lo que si me ha chocado mucho es no leer en ningún sitio que el tema de la “dictadura” de Bane está sacado casi letrita a letrita de la saga “The Cult” que escribieron Jim Starlin y Berni Wrightson, a principios de los 80. Cambiando el personaje de Bane, que aún no había so creado, ahí está todo todito el tema de la rebelión contra las castas superiores de Gotham que deriva en un fascismo

  20. Creo que Nolan se avergüenza de Batman: lo rodea de un supuesto mundo real pero lo básico que es el personaje y todo su entorno no encaja bien. Nolan quiere hacer Heat, que también es una película de buenos y malos, pero donde nos sumergimos mejor porque ninguno viste un traje de cuero cutre ni voz gutural. Y además, Heat ya la hizo Michael Mann. Por lo demás, la música machacona durante toda la película es algo que el amigo viene haciendo desde Batman Begins, pasando por El prestigio (película que mejora con cada visionado) de forma suave pero llegando a límites insoportables en Origen y este Batman.

  21. Pingback: Hacerse al cine (El caballero oscuro: la leyenda renace) « Los mejores ratos

    1. Hola a todos, poco se puede aportar ya a lo debatido. Si a alguien le interesa mi opinión detallada sobre la película, está ahí arriba. A mí me ha gustado mucho (en algún momento más que El caballero oscuro), más que nada porque la he disfrutado como un niño mientras la veía. En cuanto al mensaje político yo no haría sangre, primero porque no estoy seguro de que haya que tomárselo muy en serio y, segundo, porque al menos ha puesta el dedo en el interruptor y ha hecho que hablemos del tema. Además, si nos ponemos a pensarlo no creo que el mensaje sea tan reaccionario como parece (de hecho Bane no se atreve a dar el detonador al pueblo, quizás porque sabe que el pueblo es capaz de una verdadera revolución sin criminales y con buenas intenciones).

      La pega que le pongo es la aparatosidad en la acción, o elementos como la batnave esa que me sacan un poco de la película.

      Creo que Nolan ha conseguido hacer tres películas generacionales que han llevado al cine a mucha gente que, quizás, se está acostumbrando a no pisar las salas.

      En fin, muy interesante el debate; ojalá todos los bandos se redujeran a seguidores y detractores de una película.

  22. viste tdkr y no te molo, nos lo cambias por “esto es la guerra” una de las mayores basuras estrenadas ultimamente,guionistas… luego reclamamos que se confie en la ficcion nacional que se escribe…un poco de seriedad por favor

    1. Con quince o dieciséis años leí una entrevista con Glenn Tipton, el guitarrista de mi banda de heavy metal favorita, Judas Priest, en la que decía que el grupo que más le interesaba en aquel momento era Depeche Mode. A mí su respuesta me escandalizó. ¡Como era posible que Tipton fuera fan de un grupo de (¡Puaggg!!!) tecno pop! Desde hace unos meses uno de los discos que más escucho es el “Songs of Faith and Devotion”… de Depeche Mode. Y sigo siendo fan de Judas Priest.
      El integrismo cultural está bien cuando eres adolescente. Te ayuda a construir tu identidad. Más tarde es solo signo de cortedad de miras. Tanto en positivo (“¡no le gusta lo que a mí me parece bueno!”), como en negativo (“¡como le gusta esa mierda!”). Aceptar que en esto no hay verdades objetivas, certezas absolutas, es liberador, te lo aseguro. La obra de arte solo adquiere significado cuando alguien la consume. Y lo que ti puede emocionarte puede no significar nada para mí. Como, por Ej., la última película de Batman. Lo que no te hace ni mejor ni peor que yo. Simplemente, tu experiencia ha sido otra. La película, filtrada por tu experiencia, por tus gustos, etc. te ha parecido mejor que a mí. Es divertido discutir por qué, desde luego (y, si la discusión es educada, puede ser hasta enriquecedor). Pero escandalizarse, o a partir de eso, teorizar sobre la situación de la ficción nacional, es ridículo.

    2. Deberías escribir un post sobre esto que acabas de escribir. Pero desde una visión personal, puede ser muy interesante y esclarecedor aunque a mi lo que dices me parece un fraude sin sentido.

    3. No soy objetivista pero sí tengo en alta estima la lógica y la no contradicción. (Por esa misma razón soy ateo).

      Por ejemplo, no tiene sentido decir: “Aceptar que en esto no hay verdades objetivas, certezas absolutas” ya es falso en sí mismo. Así que lo que parece es un subjetivismo radical e integrista, no algo liberador.

      Por eso te pedía una opinión sincera y personal. ¿O es que no decías que el debate era bueno?

    4. Yo no defiendo que tdkr sea la octava maravilla del universo o ke sea una pelicula esplendida (que no lo creo) ni que deba gustar a todo el mundo “canon freak?”. Lo que si defiendo es que esto es la guerra es una basura de pelicula, tipico papel “alimenticio” que hacen las nuevas estrellas para aprovechar popularidad y llenar sus arcas

      si me comparas un cordero asado con una ensalada de pasta y me dices que te gusta mas la ensalada, pues vale, lo entiendo, es tu gusto, si me lo comparas con un trozo de mierda, pues no…

    5. pd: lo de canon freak me ha llegado al alma, siento no respetar el canon rebelde y contracorriente de las opiniones generalizadas, que tambien suele ser topico…
      ;)

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