Por David Muñoz
Seguro que ya he comentado aquí más de una vez que desde hace unos años llevo el taller de escritura de guión de largometraje del Máster de guión de ficción para cine y televisión de la Universidad Pontificia de Salamanca.
El objetivo del taller es que cada grupo compuesto por tres alumnos escriba la primera versión del guión de una película. Algunos lo consiguen (este año, la mayoría), y otros no. Pero en realidad eso no es lo más importante. Lo importante no es acabar el guión, sino aprender a pensar como un guionista. Y eso es algo que solo depende de lo implicado que uno esté en todas las fases del proceso, independientemente de que pueda llegar a atascarse en alguna de ellas.
Uno de los guiones de este año que están ya listos para caer en las manos de un productor se llama “Chili Queen”. Se trata de una comedia protagonizada por adolescentes bastante divertida.
Y hace unos días les pedí a sus autores, Carmen, Irati y Álvaro, que escribieran ésta sinopsis de la película:
“Ana, como toda adolescente, quiere comerse el mundo. Su oportunidad se presenta en forma de intercambio académico: pasará el próximo curso en Estados Unidos.
Sin embargo, nada más poner el pie en tierra se da cuenta de que las cosas no son como esperaba; ¿dónde está aquella familia de acogida de aspecto chic y sonrisa de anuncio? ¿Quién es ese matrimonio afroamericano, de aspecto campechano, que la espera con un cartel, escrito a mano, en el que a “España” le falta su letra más importante?
Sin más opción que convivir con los Harmons, Ana tendrá que aprender a comer sin servilletas de tela y a aceptar que su nuevo instituto no es, ni mucho menos, como el de “High School Musical”
Junto con Talicka Harmons y su amigo Anwar, se embarcará, casi sin querer, en una cruzada contra las animadoras, capitaneada por la rubia de bote (como no podía ser de otra forma…) Hillary. El duelo: el campeonato bianual “Chili Queen”, un concurso en el que, tras pasar una serie de obstáculos -donde se ponen a prueba las cualidades culinarias, la capacidad de crear discursos sobre la salsa, y se come… se come como si no hubiera mañana- se elige a la joven que será imagen, en prensa y televisión, de la mejor marca de Chili del Estado.
Participar en el certamen supondrá para nuestra protagonista descubrir que las apariencias no son tan importantes y, sobre todo, entender qué es la verdadera amistad”.
Yo añadiría unos detalles que no sé si se entienden al leer la sinopsis:
-Ana, la protagonista, es una pija muy pija. Se ha criado entre algodones y está acostumbrada a hacer siempre lo que le da la gana.
-Básicamente ella cree que va a vivir con una familia como la de “Modern Family” y de pronto descubre que ha aterrizado en una de “The Wire”. Luego se da cuenta de que no es así y que en realidad los Harmons son buena gente, pero durante buena parte del primer acto ese malentendido da lugar a escenas bastante divertidas.
-Una vez en el instituto, Ana es solo una hispana más, o sea, una marginada, y para tener amigos se ve obligada a relacionarse con el tipo de frikis a los que despreciaba cuando vivía en Madrid.
Vamos, que se trata de la clásica historia de “pez fuera del agua”.
Y, por supuesto, el concurso para elegir la “Chili Queen” se merece cualquier adjetivo menos “glamuroso”. La Ana repija con la que se abre la película jamás habría participado en él.
Bueno, creo que más o menos se entiende de qué tipo de película estamos hablando, ¿no?
A mí me parece que se trata de un proyecto con bastante potencial comercial. Ahora solo hace falta encontrar un productor que piense lo mismo.
Y esa es la razón por las que estoy hablando de él hoy aquí.
“Chili Queen” se merece ser algún día una película.
¿Hay alguien ahí?
…
¿Nadie?
Sigamos.
Entre los proyectos de este año de Salamanca hay uno que me ha frustrado especialmente. Sus tres autores no han conseguido llegar a escribir la primera versión del guión, y sin embargo puede que su idea fuera la más interesante de entre las que se presentaron el primer día del taller.
Aunque el punto de partida con el que estaban trabajando sugería una posible película muy clara, esa no era la que ellos querían escribir, de modo que, buscando otro posible desarrollo argumental que les resultara más satisfactorio, han ido pasando los meses y han llegado al final del curso sin tener nada que les convenciera.
Pero ya se lo dije a ellos en clase: si te ocurre algo así no hay que agobiarse demasiado. Pasa a menudo. Tienes una idea que te interesa, y, cuando empiezas a explorarla, a construir una historia a partir de ella, no llegas a dar con nada que te resulte interesante. Y pueden pasar meses hasta que lo consigas. E incluso es posible que no llegues a conseguirlo nunca.
Repito que lo importante, sobre todo para no desanimarse, es tener claro que esto es algo que les ocurre de vez en cuando a todos los guionistas. De hecho, lo normal es que si eres de los que tantea varios posibles proyectos a la vez antes de decidir cuál es el que va a escribir, de cada tres, al menos uno no te dé lo que esperas de él. Lo peor es que a veces esos parones, ese no saber por dónde tirar, ocurren también con proyectos que en teoría tienes mucho más claros, o incluso te pillan cuando ya has empezado a escribirlos.
Pensando en todo esto, recordé algo al respecto que leí en el libro del making of de “Toy Story”, el primer largo de Pixar, dirigido por John Lasseter en 1995.
Parece ser que en Disney tienen asumido que tarde o temprano es inevitable que el desarrollo de una historia se “atasque”. Según el libro se trata de “un día que suele llegar a mitad de la creación de todos los relatos animados de Disney, un día en el que te das cuenta de que la narrativa tiene grandes debilidades que te obligan a hacer cambios muy importantes”.
En el caso de “Toy Story”, ocurrió cuando los miembros clave del equipo creativo se sentaron a ver la primera parte del story animado de la película y descubrieron que habían tomado muchas decisiones erróneas que provocaban que los dos protagonistas, Woody y Buzz Lightyear, te cayeran fatal. Por Ej., Woody tiraba a Buzz adrede por la ventana, se comportaba sádicamente con el perrito Slinky y en general quedaba como un capullo abusón por el que era imposible sentir empatía alguna.
Por su parte, Buzz estaba caracterizado de forma algo confusa. Se creía un héroe espacial, pero a la vez sabía que tenía dueño, con lo que cuando se perdía con Woody lo que deseaba era también volver con Andy. Y no hay mejor manera de quedarse sin combustible narrativo en una “buddy movie” que darles el mismo objetivo a tus dos personajes protagonistas.
Así que el equipo de la película no tuvo más remedio que reescribir casi completamente esa primera parte.
¡Y esto ocurrió cuando ya habían escrito no sé cuántas versiones del guión y los animadores ya habían empezado a trabajar en muchas escenas!
Imaginaros el drama.
La pena es que poder replantearse la historia una y otra vez hasta casi el último momento solo te lo puedes permitir en animación. Como dice en el mismo libro Andrew Stanton, “Ese es el lujo de la animación (…) aprendimos a las malas que lo que hicimos bien fue estar dispuestos a cortar cosas aunque nos parecieran divertidas y a seguir adelante e intentarlo otra vez”.
Por eso, no es extraño que los procesos de desarrollo de las películas de Pixar se prolonguen durante años y que muchas veces los directores que arrancan los proyectos se vayan quedando por el camino (que yo sepa ha pasado dos veces, en “Ratatouille” y en “Brave”).
Pero es que a veces no hay otra manera de encontrar la permutación adecuada de una historia que dedicarle todo ese tiempo.
El problema es cuando ese tiempo no está pagado y das con un productor que más o menos pretende que te pases dos años escribiendo gratis, o casi. Porque cuando ponemos como Ej. a Pixar a veces se nos olvida que esos señores que tanto están esforzándose por hacer la mejor película posible, están cobrando un buen sueldo todos los meses. Se están ganando la vida y se la están ganando muy bien. Pero ese es tema para otra entrada.
En todo caso: o estás muy motivado, o el proceso de reescritura puede acabar con la resistencia del guionista más empecinado.
Imaginemos que ahora mismo hay 100 guionistas pensando en arrancar la escritura de un guión de largo. Pues bien, estoy seguro de que de esos 100 guiones potenciales, solo llegarán a escribirse como mucho cinco o seis. La mayor parte se quedarán por el camino. Y la mayoría serán sobre todo víctimas del cansancio de sus autores, que hartos de tratar de resolver los problemas de la historia sin conseguirlo, abandonarán al sentir que no están avanzando.
Por eso, tampoco quiero dar la impresión de que la única manera de escribir un buen guión es pasarse años reescribiéndolo. Sobre todo porque hay muchos ejemplos (alguno sufridos en mis propias carnes) de lo contrario. Reescribir por reescribir puede ser tan nefasto como dar por bueno lo primero que se te ocurra.
La reescritura compulsiva es otra amenaza que también se cierne a menudo sobre los guiones no natos.
A veces, una historia nace casi “hecha”, más que una idea es ya la base de una película, incluso puede que haya llegado al mundo con una estructura implícita. Vamos, que lo único que hace falta es ponerse a escribirla.
Entonces, nos pasa algo muy curioso a los guionistas, y es que desconfiamos. Empezamos a dudar. Parece demasiado fácil. Así que no puede ser bueno. Y en vez de saltar de alegría porque por una vez se nos ha ocurrido una idea que da para una película sin tener que escribir primero treinta y siete escaletas tanteando su desarrollo, empezamos a cuestionarla. Y en ese cuestionarla, acabamos enredándola y complicándola innecesariamente, hasta que acabamos metidos en un nuevo embolad .
Por supuesto, las dudas suelen provenir más de los directores o de los productores con los que trabaja el guionista, y así ocurre que dos años después de rescribir un guión puedes llegar a encontrarte con una versión que sigue sin gustar y en la que además no queda rastro de la razón por la que lo vendiste.
Y esa desconfianza es algo que he visto muchas veces también en Salamanca.
Aprender a confiar en las ideas propias, en las películas que pueden escribirse con ellas, es también un talento. Ver una obra maestra y reconocerla como tal es fácil. Pero hay que asumir que aunque lo que uno escribe (salvo casos de egolatría extrema) nunca te va parecer tan bueno como lo que han escrito (y rodado) los demás, eso no quiere decir que no vayas a poder escribir el guión de una película que llegue a rodarse.
Por otro lado, no hay que olvidar que acertar siempre es imposible. Si no fuera así, los directores no rodarían mas que obras maestras. Y en todas las filmografías hay películas que no entiendes cómo llegó a rodar el maravilloso director “X”.
Aceptar la propia falibilidad es la única manera de no bloquearse y seguir escribiendo. Aceptar que nos equivocamos, que cuando acertamos a veces no sabemos por qué, que muchas veces no sentiremos decepcionados con nosotros mismos.
Y tenerlo en cuenta te vale tanto como profesional, aspirante o alumno.
Lo importante es seguir intentándolo.
Ojalá mis alumnos de este año Salamanca no lo olviden y dentro de poco sus guiones estén haciendo la ronda por las productoras.
Pase lo que pase, de momento, “Chili Queen” ya está dando la cara.
Lo repito: ¿Hay alguien ahí?
¿Ehhh?
Desengáñate, David. Con la que está cayendo en España, encontrar financiación para una película sin un nombre potente detrás es misión imposible. Otra cosa es mover el guión con una alguna productora americana. Los grandes estudios quedan descartados por la razón anteriormente expuesta (o conoces a alguien dentro del negocio, o tu guión acabará siendo uno más de los cientos de guiones no solicitados que reciben todos los meses, y de los de debajo del montón); PERO una productora ‘indie’ podría ser una opción. También están los concursos de guiones como el Niccholl Fellowships. Todo es moverse
Se habla mucho de la mala situación económica y de la crisis tan importante que hay en la producción española.
Llamdme ingenuo, pero yo creo firmemente que se puede hacer algo, que se puede hacer mejor y que se puede conseguir que una buena historia vea la luz.
Lo importante, como dice David, es seguir intentándolo, hacer las cosas bien y ponerle mucha ilusión y muchas ganas. Y (añado) atreverse a hacer esa ronda por las productoras, y a exportar la idea y a intentarlo en el extranjero, y hacer todo lo posible porque una historia en la que crees vea la luz.
Por el tipo de peli, (claramente para adolescentes/jóvenes…) “Chili Queen” igual podría ineresarle a la gente que rodó Spanish Movie, Promoción Fantasma o Fuga de Cerebros… “Mucha Mierda” a ver si conseguís hacerla!
Si, En Zona Roja, la cosa está muy pero que muy mal. Pero creo que el objetivo fundamental de las actividades de formación no es vender sino FORMAR. Si luego algo del material generado llega a tener un recorrido comercial, cojonudo. Y si no, no pasa absolutamente nada: si te ha servido para mejorar tus destrezas el objetivo está cumplido.
No voy a entrar en lo de si hay un nombre potente detrás mejor que si no lo hay. Una, porque es de perogrullo: Spielberg a priori está mejor colocado que López. Y otra porque no deja de ser una invitación al desánimo. Un nombre potente conseguirá una financiación potente, claro, pero un nombre modesto puede conseguir una financiación modesta. Y aún así suficiente para levantar un pequeño proyecto pero con calidad, interés, viable… y el nombre y la financiación estarán un poco menos lejos la próxima vez.
Pero insisto: lo más importante de una actividad formativa es lo que puedas aprender en ella. Y nunca será trabajo perdido, porque los proyectos fallidos tambien hacen bagaje.
Exactamente, por es he dicho en mi entrada que lo importante no es que los alumnos terminen el guión, sino que aprendan a pensar como guionistas. Luego, si sale algún guión con posibilidades, estupendo, pero no es el objetivo. Como dice Paco, los proyectos fallidos hacen bagaje. Y es inevitable tenerlos. Es raro el guionista que no ha escrito varios guiones por cada uno que ha vendido. En mi caso creo que por cada uno que he colocado he escrito por lo menos tres. Así que imaginaros el número de proyectos fallidos que he acumulado a lo largo de estos años.
Uno se termina aburriendo de oír hablar de la maldita financiación.
Financiar NUNCA ha sido, ni será el problema.
Si no se puede hacer “Avatar”, se hace “Red lights”. Si no se puede hacer “Red lights”, Se hace “Juno”. Si no se puede hacer “Juno”. se hace “Clerks”.
Por muy poco dinero que haya. simepre hay alguien capaz de hacer algo al menos decente ajustándose a ese presupuesto.
El problema NO está en conseguir la pasta. El problema NO está en conseguir hacer la película. El problema está en que NO te van a dejar estrenar en condiciones INDEPENDIENTEMENTE de lo buena que sea tu película.
El problema es que tú haces “Clerks” en USA y con ella bajo el brazo te vas a buscar distribución y la encuentras ( a su medida, claro está). Aquí ni te reciben. Y no te reciben porque hay un chiringuito organizado para que sólo estrenen los mismos de siempre. Hagan lo que hagan.
¿Ejemplos? Preguntadle a Vigalondo lo que le costó que le estrenasen los “Cronocrímenes”. y eso no fue un estreno, fue un navajazo en la femoral.
Y la televisión es aún peor.
¿Crisis? Cuando vea saltar por los aires a las productoras apesebradas, cuando vea que ALGUIEN BUSCA buen material para producir, cuando vea a alguien buscar soluciones en vez de echar la lagrimita y cabrearse porque las cosas cambian, me creeré que se está NOTANDOI la crisis. De momento lo único que se ve es MIEDO al futuro, que no es lo mismo.
Un saludo
Witiza: es que todos estos temas son muy complicados, y tampoco es plan de que nos pongamos a enviar dos mil mensajes para matizar las opiniones y los datos que aporta cada cual. En todo caso, hay cosas en las que coincido contigo. El actual modelo de financiación del cine español es un desastre. No puede ser que sin el dinero de una televisión sea prácticamente imposible hacer una película que pueda competir en cuanto a factura, distribución, promoción, etc. con las que vienen de fuera (como va a hacer este fin de semana “Tengo ganas de ti”) y que realmente al final los verdaderos productores, pues son quienes deciden qué se rueda o no, sean las televisiones.
¿Pero es posible una industria del cine española sin el dinero de las televisiones?
Pues no lo tengo muy claro. Según los pocos productores con los que hablo a veces de estos temas, parece que no.
Pero no creo que tampoco sea posible aplicar el modelo norteamericano tal cual. Para empezar, somos un país chiquitito con un mercado potencial para su cine mucho menor que el de los norteamericanos. Aunque ruedes en inglés. Y créeme que conozco bien ese tema, ya que he escrito una película en inglés para Filmax que se ha estrenado en cine o DVD en más de 30 países. Por otro lado, yo creo que las subvenciones son algo bueno y necesario. Aunque también creo que se deberían gestionar de otra manera a cómo se ha hecho hasta ahora. El estado debe proteger y estimular las industrias españolas. Y ahí cabe tanto el calzado como el cine. Otra cosas es que se deban mejorar los controles para evitar la picaresca y que, como dices, evitar que al final medidas que deben estimular acaben de una forma muy retorcida convirtiéndose en razones para no tratar de ser más competitivos. Pero bueno, ya te digo que me parece que es un tema muy complicado sobre el que yo no tengo además ideas demasiado claras. Vamos, que si me nombran mañana ministro te juro que no sabría muy bien qué hacer para mejorar la situación actual.
Cambiar el sistema de subvenciones al cine en España no sería tan complicado. A mí se me ocurren, a bote pronto y sin pensar mucho, dos reformas muy claras:
1 Acabar con la picaresca (por no emplear una palabra más fuerte) de la compra de entradas: estableciendo controles, y cambiando la normativa para que no fuera la alternativa a la ruina absoluta en muchos casos.
2 Que no se pudiera recoger beneficios antes de devolver las subvenciones: no tienen ningún sentido que venga Woody Allen y se lleve un millón de euros, automáticamente, por españolizar su producción con una empresa española, y que luego la película tenga millones de beneficios. Debería devolver ese millón. Lo mismo ocurre con Almodóvar. Si La Piel que habito recauda 35 millones, no tiene sentido que el contribuyente suelte uno. Es decir, que las subvenciones deberían tener ese carácter de red de seguridad frente a malos resultados económicos. Si hay beneficios, deberían devolverse.
Bueno, el tema de las subvenciones daría para mucho…
“Si La Piel que habito recauda 35 millones, no tiene sentido que el contribuyente suelte uno.”
Si La Piel que habito recauda 35 millones, el Estado recauda cerca de 3 en concepto de IVA. Sólo por la taquilla.
Y aplicar ese sistema que propones sería premiar el fracaso: caldo de cultivo para la picaresca.
Bueno, en realidad los 35 millones son la taquilla global, incluyendo otros países. En España recaudó 4,5 millones, tengo entendido. En todo caso, sí, hay importantes ingresos de IVA. ¿Justifican la subvención de 1 millón? Pues no me lo había planteado, la verdad.
Respecto a lo de premiar el fracaso, no debería ser necesariamente así. Una de las justificaciones de las subvenciones al cine es la de hacer posible la producción de películas de alto valor artístico y poco recorrido comercial. En teoría.
David:
Yo no pido implantar el sitema americano. Pido implantar uno que permita dinamizar la situación. Es decir, que funcione la “selección natural”.
Lo primero que tenemos que tener muy claro es de qué estamos hablando:
1) Cómo salvar al cine español
2) Cómo salvara a LOS que están haciendo cine español ahora mismo.
puede parecer lo mismo, pero no lo es. De hecho son incompatibles.
La mayoría de las discusiones parten de (1), pero en realidad hablan de (2). El sistema actual no está pensado para (1) sino para (2). Y lo que ha hecho es hacer inmunes (con nuestro dinero) al fracaso a una serie de personas y/o empresas que, lejos de ser casos particulares, son la generalidad del cine español. Obviamente no hablo de preofesionales, sino de productoras.
A mí que se hable de Kaplan, me deja frío. Eso es un caso fácil de extirpar y no forma parte del “tumor” principal.
El problema son todas (no todas, el 95%) las demás. Las serias. Las asentadas:. Ver lo que recaudan año tras año sus películas es tan fácil como ir a la web del ministerio. Y ahí siguen, sin moverse un ápice de su trayectoria cosechando fracasos un año sí, otro también y el siguiente… también.
Conste que no las acuso de nada ilegal. Si fuera así, no habría problema. El problema es que nuestra legislación está hecha para que ellos sigan “trabajando”.
Siempre me dicen “¿es que crees que no les gustaría tener un éxito?”
Y la respuesta es simple: No lo sé ni me importa. Lo que quiero saber es ¿QUÉ HAN HECHO PARA CONSEGUIR UN ÉXITO?
Si no lo consigen tras tanto intento, es o porque no lo intentan o porque no saben. En ambos casos deben IRSE a su casa y dejar paso a otros.
Ése es el camino para SALVAR al CINE ESPAÑOL. El que nosotros llevamos es el de MANTENER PESEBRES.
No hace falta cruzar mil mensajes, sólo decidir si lo que queremos es (1) o (2). Así de simple.
Un saludo.
PS: Filmaz al menos lo intenta ( y lo consigue a veces)
PS2: Tampoco quiero decir que haya que echar a todo el mundo. Hay mucha gente muy válida.
Barrejón:
1) California está entre en un 20-25%
2) Eso de que están dispuestos a renunciar a las subvenciones a cambio de exenciones fiscales es mentira. (No te llamo mentiroso a tí, sino a ellos). Tuvieron la oportunidad, con el ínclito ZP y su ley del cine, cuando España estaba bien, de implantar ese sistema y sólo se preocuparon de aumentar el Fondo y la mordida de las ttelevisiones. No quieren exenciones porque para que haya exenciones debe haber pel´çiculas que den beneficios, cosa que NUNCA tienen, ni han tenido ni tendrán.
Witiza, aunque razón no te falta, creo que deberías mirar lo que han costado Red Lights o Juno. Por Ej. Juno salió por más de 6 millones de euros según la IMDB. En España, rodando en español, eso sería una superproducción solo asumible por un Amenábar. Desde luego que la distribución es un problema, pero financiar también lo es. Una película MUY barata puede costar cerca del millón de euros. Y te aseguro que no es nada fácil conseguirlo. De hecho, ahora mismo, es dificilísimo. Yo tengo ahora mismo dos proyectos en marcha (es un decir) que rondan ese presupuesto, y no tengo nada claro que vayamos a poder sacarlos adelante.
David:
Los costes en USA son mucho más elevados que en España por una serie de motivos que es muy largo explicar aquí. Una película de seis millones de allí se puede hacer aqui por muchísimo menos.
De todos modos, sólo quería poner ejemplos de diferentes nichos de coste. y de cómo se adapta uno a diferentes presupuestos… ya sabes la regla: menos pasta, menos estrellas, menos localizaciones, más diálogos.
Yo no he dicho que encontrar finaciación fuera fácil. He dicho que no es EL problema.
¿Sabes lo que es la famosa “prima de riesgo”? Lo que hay qie pagar de interés extra por no ser un país serio en vez de ser Alemania, que es el país “serio” por excelencia.
Porque la regla de oro de cualquier inversionista es que la diferencia entre lo que se saca de la inversión y lo que se mete sea suficiente como para compensar el riesgo.
Así se financia el cine americano. No están forrados de pasta. De hecho, tienen menos que el español. Allí no hay obligaciones para las televisiones ni ayudas directas del Estado. Pero allí llega un tipo greñudo de Nueva Zelanda que ha hecho un par de películas infames y te monta “El Señor de los Anillos”, O un mocoso que nadie conoce consigue los derechos de ochenta éxitos del rock para hacer “American Graffiti”.
Son casos extremos, vale, pero te da una idea de cómo son las cosas.
¿Y quienes son los inversores? desde una multinacional a un fondo de pensiones, desde un grupo de viejecitas ricachonas a la Marina norteamericana.
Aquí, tú o yo hablamos de financiación y estamos hablando de si una televisión compra o no la idea. Punto. ¿O me equivoco?
Y desde luego, tras muchos años de verlas financiar bodrios que ni siquiera han apoyado después, está claro que aquí las televisones no invierten pensando en la rentabilidad. Si fuera así, alguien, como en Estados Unidos, estaría buscando guiones bajo las piedras. No los buscan porque no hay necesidad. Y hay necesidad porque la ayuda de las televisiones no depende de la idea o de que pueda dar o no dinero.
Un saludo.
PS: Un millón de euros por 100 minutos son 10.000 euros el minuto. 10.000 euros el minuto no es tan poco dinero.
PS2: De las 200 películas que se hacen cada año, menos de la mitad tiene ayudas de las televisiones. De alguna manera se puede financiar… aunque luego no sirva para nada
PS3: lo de buscar guiones no es porque los que tengas sean malos, sino porque siempre quieres encontrar las joyas escondidas.
“¿Y quienes son los inversores? desde una multinacional a un fondo de pensiones, desde un grupo de viejecitas ricachonas a la Marina norteamericana.”
Se te olvida añadir “que obtienen unas desgravaciones fiscales ENORMES por invertir en cine”. También se te olvida decir que allí no se pueden exhibir en sala películas extranjeras dobladas al inglés.
Bueno, en realidad no se te olvida: lo omites deliberadamente para incidir en tu soporífero argumento de que aquí todo se hace mal porque somos malos y nos gusta.
9 DE CADA 10 productores de cine español llevan AÑOS diciendo “déme desgravaciones y llévese las subvenciones”. Pero nada. Ninguno de los dos partidos que han gobernado, perdón, arruinado este país en las dos últimas décadas ha querido hacerlo. De desgravaciones, un intento fallido con un ridículo 18% es lo más que hemos visto. Eso, y las promesas vagas de este Gobierno cuyas promesas ya estamos viendo lo que valen.
Sin embargo, según tú, la culpa es de los cineastas.
Buena entrada David. He sido alumno de esta promoción del Máster (que, muy a nuestro pesar, ha finalizado dejándonos a merced de la oscuridad laboral) y la verdad es que cuando empiezas crees que esto de escribir guiones es tan sencillo como tener una idea y trasladarla de una tacada al papel. Luego descubres que eras un imbécil por pensar eso, y que para currar de esto necesitas más ben un pico y una pala, y mucho tabiques que levantar.
Existe también un difícil obstáculo a la hora de abordar tu historia, que es la falta de perspectiva llegado a cierto punto de maceración del guión. Puede pasar que en mitad del proceso descubras que tu historia no funciona tan bien como pensabas (porque el arco del personaje se ha difuminado, porque la peripecia no va a favor de lo que quieres contar y has elegido mal, etc), y de pronto te ves incapaz de alejarte del guión y hacer una lectura analítica precisa y certera de él con el fin de remediar el problema (a veces, supongo, porque el problema está tan enquistado en sus entrañas que no se deja ver). Por más que lo intentes, si no consigues la perspectiva necesaria, objetiva y limpia, con la que emprendiste el proyecto, cuesta un mundo encontrar el extremo del hilo del que empezaste a tirar. Y cuanto más lo piensas más embotado te sientes. Y no lo sé, porque hablo de mi propia experiencia, que es solamente la del Máster. Pero me da que esa falta de distancia y la incapacidad de purgar la propia percepción sobre el guión puede convertirse en un insalvable. Aunque quiero pensar que a medida que desechas guiones adquieres más rango de perspectiva sobre todo lo que escribes.
Distanciarse de su propia obra, esa es la madre del cordero para cualquiera que se enfrente a un trabajo de creación. De la humildad/sinceridad con que se haga, depende en gran medida el resultado final. A veces, a uno le gustaría tener dos cerebros… En todo caso, y respecto al guionista, cada vez estoy más convencido de la necesidad de contar con un buen editor, consejero o alguien con criterio para analizar la historia.
Larga vida a Bestiario!
Me parecería fatal que si yo hubiese sido uno de los alumnos del máster, mi profesor publicase mi sinopsis es un blog…espero que los chicos hayan dado su permiso porque si no, vaya tela..
Por otro lado la idea de “Chilli Queen” no está mal, aunque tiene demasiado en común con “Dale caña que es francesa”…
A ver, pues claro que me han dado su permiso, de hecho les pedí que la escribieran para difundirla…
“hay un chiringuito organizado para que sólo estrenen los mismos de siempre”.
No. Hay unas empresas que tienen un modelo de negocio conservador. A mi modo de ver, equivocado. Pero no es una gran conspiración. Es simplemente un modelo obsoleto.
Y en Estados Unidos todos los años se hacen montones de “Clerks” que no encuentran distribución. A ver si entendemos de una puñetera vez que por cada ejemplo de éxito hay cien ejemplos de fracaso. En Estados Unidos también.
“Hay unas empresas que tienen un modelo de negocio conservador”
Si tú te atienes sólo a la gente que te está dando dinero y no quieres probar otros, eres conservador
Si tú te atienes sólo a los que NO te hacen perder dinero y aún así no quieres probar otros, eres “ultraconservador”
Si tú no buscas otros aunque los que tienes te hacen perder dinero, amigo mío, es que “algo huele a podrido en Dinamarca”.
Si tú tienes alguna teoría de por qué pasa ésto diferente a la mía, soy todo oídos.
¿Ejemplos de fracaso en USA? Montones. Pero así es el negocio. El que vale, vale, y el que no, a otra cosa. ¿Cruel? Es posible. pero más cruel es que los que valen sean los que tienen que hacer otra cosa.
Y no es una indirecta para nadie. Pero no es lógico que cada año sea una cosecha de fracasos y aquí no cambie nada.
El planteamiento de Chilli Queen me parece bueno. Para ser rodado en inglés y con vistas al mercado internacional. ¡Mucha suerte!
Lo suyo sería rodar en inglés y español, digo yo. Si no ¿como se entiende el choque cultural ? estoy cansado de ver películas estadounidenses que transcurren en México dobladas al español castellano “neutro”
Sí, esa es la idea, que la película esté rodada en inglés y en español.
Chili Queen no suena mal. Si lo tienen en inglés podrían probar en Amazon Studios.
Hola david,
Felicidades por vuestro blog.
Somos una productora de Barcelona. Suena muy bien lo que explicas de Chili queen… Siempre estamos atentos a buenos proyectos. Como podríamos contactar con sus autores??? Muchas gracias.
Hola Alberto,
Te mando un mail y te cuento.
Muchas gracias por el interés.
Hola guionistas. Gracias por vuestros posts, nos hacen falta a los autodidactas como a un servidor.
Yo también he sufrido por lo de la tarea de reescribir, y eso que estuve con un corto y no con un largo. Creo que lo de la reescritura no hay que tomárselo tan a pecho; descansas un rato, dejas la tarea unos días, y te pones a pensar en lo que hay que quitar, reajustar y ya está. Aunque yo creo que esta sería la opninión de un principiante; la del profesional sería más compleja, en parte porque estará trabajando a todas horas, y con más de un café en el estómago.
Cuando me pongo a escribir me espero cualquier cosa, porque eso me tiene preparado para cualquier problema que me surga; hay que contar con la idea de que no todo sale como esperas que salga, y que tienes que utilizar tus recursos como munición, de manera gradual.
Un saludo.
Y, además de “Chili Queen”, ¿alguna otra historia interesante?
Sí, claro, este año la verdad es que hubo varios proyectos interesantes, entre ellos un drama de punkies adolescentes ambientado en la Barcelona de los 80 y una comedia negra de zombis muy divertida. Pero me pareció que “Chili Queen” era el proyecto que tenía el guión más “enseñable” en este momento y el que podía a priori resultar más atractivo, además de producible. Porque por Ej. el guión de la película de los zombis está muy bien pero sería una película carísima.
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