REBELIÓN EN LA GRANJA

por Bárbara Alpuente.

Hay cuatro tipos de guionistas: Los guionistas que creen que hay que educar a la pobre audiencia (más conocida como “señora de Cuenca”), los guionistas que piensan que su trabajo consiste estrictamente en entretener a la audiencia sin más complicación, los que carecen de dilemas internos relacionados con su actividad profesional, y los guionistas que aseguran que hay una cifra determinada de tipos de guionistas, como si la complejidad humana que convive en este gremio se pudiera reducir a cuatro etiquetas.

En nuestro trabajo a menudo aparece un elemento que genera muchísimo rechazo: el mensaje. Eso que alguien decidió en su día que era dañino y moralista, en vez de pensar que puede ser enriquecedor y ético. E incluso que puede no ser ninguna de las dos cosas. Porque el mensaje no es un ente al margen de cada uno de nosotros, sino la evidencia de la subjetividad humana, que no puede abandonar al sujeto por mucho que éste pretenda estar por encima. Desde entonces, el pobre mensaje late sigiloso bajo la piel de cualquier trabajo creativo, atemorizado ante la idea de que se detecte su presencia.

He asistido a multitud de debates sobre la importancia o el lastre que implica el mensaje. Y en todos estos debates hay quien se declara en contra y además niega que en sus guiones exista rastro de tal estigmatizada palabra. Lo siento, no me lo creo. Hasta el “Robobo de la jojoya”, si te pones, tiene un mensaje.

En el momento en el que omites ciertas cosas, eliges un determinado perfil de personaje, un giro u otro, un punto de vista u otro, una temática concreta o la construcción de una trama, estás conformando un transfondo, una sensibilidad, una ideología, una tendencia, un punto de vista… llamémoslo como menos nos moleste, pero admitamos que se trata de un MENSAJE. Sí, con mayúsculas. ¿Qué hay de malo? ¿Qué nos da tanto miedo? Un mensaje no tiene por qué ser una doctrina, ni tiene por qué ser una obviedad disfrazada de conflicto social como hemos podido ver en (inserte aquí la película buenista que le caiga peor) Yo quiero contar algo con lo que escribo y no por ello estoy intentando aleccionar a nadie. (Excepto en este caso en particular en el que esa es exactamente mi intención)

No se trata de educar, ni de embrutecer, ni creo que se trate sólo de entretener. Hay una diferencia entre creer que tenemos poder como guionistas o creer que tenemos responsabilidad como guionistas. Y nos da tanto miedo que nos juzguen por lo primero, que preferimos liberarnos quitándole toda importancia a nuestro trabajo. Pues no, la nuestra no es una profesión cualquiera. Ninguna profesión cuyo resultado pueda incidir en otro individuo es una profesión cualquiera.

El que se dedica a diseñar zapatillas también tiene responsabilidad; no sólo las tiene que hacer estéticas, es que además debe pensar en la reflexología para no joderle la vida a nadie. ¿Nos parecería arrogante que un fabricante de zapatillas nos dijera que tiene mucha responsabilidad con sus compradores? No. Entonces, ¿por qué creemos que se nos va a juzgar si admitimos la nuestra? Porque probablemente lo que estemos haciendo con la negación es ocultar que tal arrogancia, efectivamente, existe. Aquellos que creen pertenecer a una profesión poderosa lo que intentan es que no se les note. Luego escondemos nuestros aires de grandeza tras el cinismo y la aparente modestia. “Yo sólo soy un guionista”. Evidentemente, ¿qué te hace pensar que debes aclarar eso? Pero ese “sólo” no te exime un ápice de lo que estás contando al mundo con cada una de tus palabras.

Por eso creo que hay guionistas implicados y guionistas comprometidos. El guionista implicado lleva a cabo un empleo. El guionista comprometido lleva a cabo un oficio. Aunque, por supuesto, no todos los proyectos, empresas o productores ejecutivos merecen nuestro compromiso.

Una vez escuché la diferencia entre estar implicado y estar comprometido con el siguiente ejemplo: En un plato de huevos con chorizo, la gallina está implicada y el cerdo está comprometido.

… Hay dos tipos de guionistas; los que cierran los posts con maestría y los que terminan comparando su gremio con animales de granja…

Aun así, espero que haya quedado claro mi MENSAJE.

10 comentarios en «REBELIÓN EN LA GRANJA»

  1. Me gusta mucho tu post, Bárbara. Da en el clavo reivindicando algo que se está perdiendo en el audiovisual: algunos lo llaman “mensaje” y huyen despavoridos ante la palabra. Un mensaje no tiene por qué ser una doctrina, sino tan sólo un posicionamiento ante la realidad. Y no necesariamente ante un tema social. Construir un buen personaje que salga de tus tripas ya es un posicionamiento, ya es la expresión de una voz. Los creadores audiovisuales, formados en su mayoría en escuelas de cine, se limitan en la actualidad a reelaborar lo que ya han visto, no a expresar con verdad que hayan vivido, pues la mayoría viven más bien poco (me recuerda a un acertado post tb de algún compañero vuestro que hablaba de que para ser un buen escritor hay que tratar de ser tb buen hijo o padre o madre o pareja, o algo, y no sólo escritor). Por esa razón creo que hay muchos que reniegan de la palabra “mensaje”, porque al no tener uno, al no tener una voz, al carecer de un posicionamiento ante casi nada, identifican el cine “mensaje” como una especie de enemigo a batir y se refugian en el grupo de los artesanos, gente que puede ser un gran profesional pero que le da igual 20 que 80. Está muy bien que exista este grupo, pero es imperativo que el otro no se achante, se cultive y diga lo que sienta que tenga que decir.

  2. A mí me gusta pensar que todo (absolutamente todo, lo que se hace y lo que no) tiene sus consecuencias. Y darse cuenta de ello es apropiarse de los actos de uno mismo.
    Nada se hace porque sí sin que eso tenga ninguna influencia en los demás. Es obvio. Pero ponerlo en palabras (en este caso, leerlo) siempre es un regalo.
    No es que nosotros elijamos un mensaje, es que en cierto modo nosotros somos el mensaje.

  3. El problema con el mensaje (in my opinion) es cuando se vuelve evidente, opaco y claramente detectable. Creo que un guión gana cuando nos invita a mirar el mundo desde cierta perpspectiva y nos permite sopesar lo visto y sacar conclusiones personales. Claro está, que por muy ambiguo y vago que sea este mensaje, se encuentra ahí, pero esa transparencia y dificultad a la hora de encontrarlo lo hace más atractivo. Es decir, los personajes y la historia deberían crear el mensaje, y no al revés. Me refiero a películas en las que todo apunta hacia un mismo lugar, donde la historia se vuelve maniqueísta para poder transmitirnos ese mensaje.

    The Wire tiene un mensaje, una crítica detrás, pero te la cubren en un mundo lleno de personajes grisáceos, donde las definiciones no están nunca muy claras, y cuyos espectadores pueden llegar a sacar mensajes múltiples y diferentes que creo que hacen a la obra mucho más rica e interesante. ¿Cuál es el mensaje de esta serie? No uno vago, si no uno definido y claro. Creo que cada uno te diría una cosa diferente.

    Lo que, personalmente, no soporto, son esas historias maniqueas y con un claro sentido moralista. No me gusta (lo que añade clara subjetividad a mi frase) que me digan lo que tengo que pensar, y tampoco que el guionista me diga claramente lo que piensa él. No me gustan las historias mascadas (un adjetivo que añadimos a muchas películas para criticar su trama sus personajes, pero pocas veces su mensaje), me gustan las historias que se dejan pensar.

    1. Eso si, hace tiempo escribi una entrada al respecto en mi blog despues de que mi mama me pidiera que le buscase una pelicula “de esas bonitas, con mensaje” les dejo la parte que es relevante a la entrada

      Una obra siempre es más valorada si se ajusta a la moralidad del pueblo que la recibe, hoy día sería muy difícil que el publico llano aclame las películas de la Rusia comunista o las de exaltación nazi que tan vitoreadas fueron en su lugar y momento precisamente por llevar el mensaje que querían oír pero la película Bastardos sin Gloria se convirtió en un éxito porque trata sobre matar a los malos y no solamente a los malos, a uh grupo racial en concreto es decir genocidio, pero si se trata de atacar a “los malos” todo esta bien, supongamos por ejemplo que en esa obra en lugar de matar nazis se estuvieran matando niños… ¿ven lo que digo? Incluso si se usa la misma historia con una guerra entre niños y se les inventan bandos nuevos levantaría revuelo y rechazo no por lo mostrado sino por la moral del espectador, no creo que a los musulmanes les hagan gracia las películas sobre las cruzadas y no creo que algún cristiano recomiende un libro donde los protagonistas resuelven sus problema confiando en la ayuda de Alá, incluso si la historia es la misma, incluso si el desarrollo y la ambientación, si la trama y los personajes son iguales una historia con el mensaje adecuado siempre obtendrá mayor aprobación entre el público que en estos casos tiende a valorar el mensaje y no la obra en sí, creyendo que está viendo una obra interesante cuando más bien le están diciendo lo que quiere escuchar y no se cansa de oírlo

      Por eso mismo me agradan mas la historias que cuentan historias, las que toman un momento y lo hacen importante mediante el trabajo del autor en lugar de tomar un lugar común entre las emociones y darle al público lo que quiere creyendo que es bueno, al fin y al cabo el autor es el primer espectador de su obra y si se empeña en escuchar el mensaje terminara haciendo un obra con mensaje, y si además de eso concuerda con el mensaje y se recrea en ello va a estar más motivado en hacer una obra con mensaje, no hay nada como las viejas historias de Conan donde el tipo iba de un lugar a otro y lo importante eran las aventuras y no discursos moralistas sobre hacer el bien y encontrar el amor verdadero

      Además esta la cuestión del interés, si se está tratando un tema que sea importante para el espectador entonces resultara más involucrado que si se muestra algo desconocido, eso puede apreciarse con facilidad en los poemas de amor que tanto abundan y que son los mas leídos mayormente por el tema que por la calidad del trabajo, si se hace del modo correcto y se elige un tema explotable entonces es mucho más fácil y simple lograr la atención del público sin tener que hacer algo realmente bueno, si se muestra algo desconocido, que al espectador no le interesa para nada y aun así se logra atraparlo entonces se ha hecho un buen trabajo, un artista toma algo y lo vuelve importante por su capacidad en lugar de tomar algo importante y usarlo en su trabajo, si encima sucede al mismo tiempo pues que mejor pero es bastante aburrido ver temas repetidos por la falta de creatividad

      Lo relevante al oficio de contar historias es que “las obras con mensaje” se han establecido como un genero propio, al menos yo he visto a mis familiares pidiendolas y es un genero facil y que evade casi todas las criticas de esa gente simplona que suele hablar por hablar, es decir que los mensajes moralistas tienen mucho publico asegurado, por ello la tentacion suele ser grande

      Aunque como dice el post lo que deberiamos mostrar es lo que llevamos dentro, no lo que los demas quieren ver, justo ahora estoy escribiendo una historia donde el mensaje podria ser “ser un hijoputa funciona y si lo eres de forma inteligente te amaran por ello” y personalmente me da mucha satisfaccion escribirla

    2. Stars Wars es maniquea. Lord of Rings es maniquea, Robocop es maniquea, Centauros del desierto es maniquea, X-Men es maniquea, Spiderman es maniquea, Matrix es maniquea, La Jungla de Cristal es maniquea… ¿sigo?

      Yo creo que tú querías decir otra cosa.

  4. Hay dos clases de guionistas: los que acaban sus reflexiones en blogs con fotos de ellos desnudos y los que no.

    Qué pena y mala suerte.

  5. Buen post, Bárbara. En lo relacionado al mensaje, a Iñárritu le gusta decir que sus historias no pretenden comunicar un mensaje, pero, como dices, eligiendo cosas y discriminando otras en tu historia, ya te estás pronunciando respecto a algo.

    Puede que en este tipo de películas haya un distanciamiento emocional algo mayor (‘Babel’ es muy fría, en mi opinión), además de que renunciar a un mensaje implica renunciar a un criterio de selección de personajes, conflictos, localizaciones… que te puede ser muy útil.

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