por Guillermo Zapata.
Creo que podría escribir un artículo parecido para la educación, la sanidad, la reforma laboral, etc. Pero ésto es bloguionistas, así que hablemos de guiones, de cine, de tele y eso.
Hablemos del panorama. Si conoces el panorama, pasa al siguiente párrafo. Si no, te lo resumo: Charlas con amigos. La expresión favorita es “parado”, todo está parado. No solo no se invierte en desarrollo de proyectos, los proyectos ya escritos no se ruedan, los proyectos ya rodados no se emiten. Un proyecto por emitir de una televisión forma parte de sus “activos”, un proyecto emitido forma parte de sus “pasivos”. No se están rodando películas. Las subvenciones destinadas al cine tras los recortes se irán todas a pagar las ayudas a las películas del año pasado. Hay una cosa llamada “ley de mecenazgo” que parece ser la panacea bíblica, pero de la que no sabemos nada y tampoco se la espera.
Vale. Correcto. Ya estamos todos en el mismo sitio.
Ahora. ¿Qué hacer? En realidad, la única pregunta importante es siempre qué hacer.
Opciones.
A.- Manifestarse, gritar, enfadarse (mucho o poco) Al gusto.
B.- Confiar en que escampe. Rezar para que escampe a Dios o a Luis Buñuel. A quién sea.
C.- Pensar que a ti no va a pasarte. Confiar en tu talento. En tu potencia creativa. En tus contactos.
Tengo la sensación de que estas tres formas son igualmente legítimas, razonables y problemáticas. ¿Es razonable y justo enfadarse? Sin duda. La lista de motivos es larguísima. ¿Es razonable confiar en que las cosas mañana irán mejor? Si, por supuesto, porque vivimos un contexto que se nos presenta como pasajero. ¿Es razonable creer en uno mismo? Hombre, ¿si no crees en ti mismo en quién demonios vas a creer?
Pero a la vez son paredes. Son límites infranqueables que se bloquean muy fácilmente. A la primera opción siempre se le va a poder decir “Grita hasta quedarte ronco” “Expresa tus opiniones cuanto quieras” “Pero no hay dinero”. A la segunda siempre se le va a poder ir dando cuerda poco a poco porque está dispuesta a conformarse con la ilusión de un regreso a un tiempo mejor. Y la tercera siempre puedes pensar que si algo no va bien también es culpa tuya.
Quizás hay que elegir otros caminos con menos paredes. Hacer películas o series requiere de algunas cosas, pero hay una esencial, gente que quiera que esas cosas existan. Si esa gente no tiene interés, si no hay ese deseo de que algo exista, no existirá. Entonces, quizás el centro de las conversaciones, las discusiones, los enfados, las propuestas, podría ir encaminado no a demandarle cosas a quién hace los recortes, no a la esperanza de volver a tiempos que, quizás, no vayan a volver y tampoco a nosotros mismos, sino en aliarnos con otros. Aliarnos a través de proyectos, de series, de películas, de experimentos que, si funcionan, podamos replicar.
Aliarnos con otros es reconocer también la necesidad de recomponer un lazo roto, muchas miradas por encima del hombro, mucho “son todos unos vagos que viven del estado” y mucho “no les interesa nada, son idiotas, no saben de nada, están manipulados” Y ese será un proceso largo, como recomponer un matrimonio herido o superar una muerte. Pero esa alianza es esencial porque es el motor de otras cosas. De otra forma de relación con el público, que igual ya no tiene que ser “público” sino comunidad.
Podríamos pensar que el cine o la televisión ya no existen, pero que tenemos las herramientas técnicas y los conocimientos para que existan y, entonces, ¿que haríamos?
Sin una fuerza afirmativa, que plantee la creación cultural en términos nuevos, que produzca de otra forma, distribuya de otra manera, sea sostenible y no solo rentable (que también) sin esa doble alianza, es muy posible que nos quedemos roncos… Y ya. Y quizás si esa fuerza afirmativa existe, se recompone la relación social que posibilidad un determinado modelo de cultura y que sostiene a unos profesionales y unas comunidades creativas.
Hay una frase que me gusta mucho que dice algo así como “la única manera de que un sistema supere a otro sistema es que el nuevo sea, al menos, tan complejo como el anterior”. No sé porque me ha venido a la cabeza.
Por Dios, Bloguionistas: Elige. ELIGE.
Voy a cambiarlo. Cosas del directo. Gracias.
Bien. Ayuda. Gracias.
Y lo de la frase. Supongo que porque te estabas adelantando a los que puedan pensar que tu propuesta parece ingenua. Dices: “no es fácil. No es simple. Lo se. No soy tonto.”
Lo dicho, bien.
Cristo te escuche, pero ¿realmente crees que es posible dicha alianza?
O al menos mixta, es decir, guionistas experimentados he introducidos en el mundillo, ¿se aliarán con los que estamos queriendo asomar la cabeza?
No sé, creo que las alianzas se darán, de darse, de manera muy endogámica y sectaria.
Pero no obstante, aplaudo tu iniciativa, es una de las alternativas que debemos contemplar ante el terreno yermo en el que nos movemos (ahora queda trazar esa hoja de ruta y plantearse tipos de alianzas. Que esto no se quede como el 15M, una romántica y bellísima idea que se acabó convirtiendo en un monstruo informe).
Gran post, Guillermo. Es lo que ya hacía falta en este país, opiniones y actitudes como esta. Es una lástima que sean las malas épocas las que saquen los mejor del hombre. No podrá ser de otra forma, como dices, o no será. El sistema de producción y consumo cultural que construyamos será mejor que el anterior. Por fin huirán las ratas que nunca tuvieron nada que aportar, los intrusos para los que contar historias (en el rol que fuera: actor, guionista, director, productor…) les emocionaba lo mismo que vender pan, por fin podremos, de alguna manera, integrar internet y por fin nos quedaremos los que haremos esto como si nos faltara el oxígeno. Será un camino duro pero la recompensa nunca habrá sido mayor ni tan hermosa. Ánimo a todos y mucha fuerza.
Hay otra opción que no has dicho: cambiar de país.
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