Por David Muñoz.
Hace un par de semanas Tele 5 decidió que “La fuga”, la última serie de la que he sido guionista, no tenga una segunda temporada.
Normalmente no soy muy amigo de hablar en este blog de los proyectos en los que trabajo. Los cuatro o cinco folios de una entrada de Bloguionistas casi siempre me obligan a simplificar y a tomar atajos. Pero el proceso de desarrollo de una serie de televisión suele ser cualquier cosa menos sencillo. En este caso, cuando el guionista y productor ejecutivo Nacho Faerna concibió “La fuga”, la acción transcurría en el año 2055 y en una cárcel en la Luna. Cuando se estrenó, sucedía en un futuro muy cercano y en una plataforma petrolífera habilitada como prisión. Podéis imaginaros que entre medias pasó de todo, o casi. Así que para acabar explicando una versión de los hechos que se iba a quedar coja sí o sí, y que además podría sentarle mal, por inexacta, a algún compañero, prefiero callarme. Eso sí, espero que algún día Nacho Faerna, Joaquín Górriz (el productor ejecutivo de la serie tras la marcha de Nacho) y Tatiana Rodríguez (coordinadora de guión) se pongan de acuerdo para escribir el “cómo se hizo” de la serie. Os aseguro que a su lado el documental sobre el rodaje fallido en España de la película del Quijote de Terry Gilliam os iba a parecer una tontería (además, creo que la historia va más allá de lo puramente anecdótico y es bastante representativa de lo malo, lo bueno y lo regular de cómo se produce televisión en España).
Pero ya digo que no es eso de lo que quiero hablar hoy. En realidad tampoco quiero hablar de la serie en si. Sino de un tema en el que he pensado mucho según la audiencia iba perdiendo interés en “La fuga” semana tras semana.
“La fuga” es una serie de “continuará”. Como es lógico, el hilo conductor de la serie es la fuga que le da título. En el capítulo 1 se presenta el plan de los personajes para escapar de la plataforma petrolífera, y en el 12 lo ejecutan. Aunque durante una fase del desarrollo, cada episodio incluía una subtrama que ocurría en tierra contando cosas sobre el pasado de los personajes que protagonizaban la trama principal (al estilo de las de “Perdidos”), estas fueron descartadas por razones presupuestarias. Rodar exteriores salía demasiado caro. Posteriormente, se decidió que los capítulos contarían historias carcelarias autoconclusivas. Pero cuando llevábamos escritos unos cuantos guiones, Tele 5 nos pidió que nos centráramos en el triángulo amoroso y en las tramas de los miembros de la resistencia y que aparcáramos o cerráramos cuanto antes las historias carcelarias que ya estaban abiertas.
La cuestión es que entre unas cosas y otras, al final “La fuga” se convirtió en una serie de la que no podías perderte un solo episodio si querías enterarte de lo que estaba pasando.
Y aunque su arranque fue muy bueno (casi un 17% de share), entonces llegó el fútbol, -dos semanas seguidas nada menos de Madrid/Barcelona-, los datos fueron a peor y empezó el parece que inevitable baile de fechas y de horarios. Que si hoy nos vamos los jueves, que si la semana que viene no emitimos pero volvemos a la siguiente los miércoles, que se anuncia a las 10 y media pero en realidad la emisión comienza a las 11 menos cuarto, etc.
O estabas muy atento a la parrilla de Tele 5 o era muy difícil saber cuándo se emitía “La fuga”. Recuerdo que un día, en medio de este lío, me llamó mi madre y me dijo: “Oye, ¿tú serie la han quitado ya, no?”. Pues no, no la habían quitado. Pero para muchos espectadores, “La fuga” había desaparecido de la programación.
Otro día un amigo que no tiene nada que ver con este negocio (es chófer) me dijo otra cosa que luego he escuchado más veces: “Pues es que como me perdí un episodio, me desenganché” .
En ese “desenganche” está la clave de todo.
Pese a Internet, todavía son muchos los espectadores que consumen televisión de la manera tradicional. “Hoy es martes, y después de cenar veo la serie de los martes”, me dijo hace poco una amiga mayor que yo. “Su” serie, la serie que ha elegido de entre las varias que se emiten. Y si no está “tu” serie, asumes que la han quitado y te pones a ver otra cosa (la serie de la competencia a la que te enganchas en lugar de la otra). Los que no la consumen así, se la descargan. Que quizá es lo que justifica las cifras récord de descargas que ha tenido “La Fuga”. ¿Para qué estar pendiente de los cambios en la programación cuando sabes dónde puedes encontrar la serie sin problemas? Lástima que las descargas no computen a la hora de decidir la continuidad de una serie.
Porque “La fuga” es un fracaso raro. No es que la serie no le interesara a nadie (ante lo cual habría poco que decir salvo tratar de hacerlo mejor la próxima vez) sino que a los millones a los que le interesaba no les merecía la pena esperar a ver cuando la programaba Tele 5 y preferían verla a su manera. Puede haberse dado la paradoja de que el éxito en Internet de la serie haya ido en contra de su continuidad al haberle restado espectadores en su emisión en abierto.
Según Vertele!, “La ficción se ha convertido en una de las series más seguidas en Telecinco.es y Mitele.es con un total de 3.146.199 de vídeos servidos (capítulos íntegros) desde que se estrenara a primeros de enero. De estos vídeos servidos, un total de 1.850.021 pertenecen a Telecinco.es, mientras que 1.296.178 pertenecen a Mitele.es. tal y como recoge Vanitatis”.
La cifra de Vertele! Se ha quedado antigua, porque en el momento en el que se publicó la noticia creo que solo se habían emitido ocho capítulos, pero aún así, esos más de tres millones me parecen una barbaridad.
Supongo que los programadores tendrán razones de peso para cambiar el día y la hora de emisión de una serie una semana sí y otra también. Me cuesta entender cómo nadie puede pensar que esa sea la forma de mejorar su “share”, pero… vete a saber, no soy un especialista en ese tema.
Sin embargo, mi impresión es que la relación de los espectadores con las series puede explicarse bien con la siguiente metáfora: conoces a una chica (o a un chico, vaya) y el primer día todo va estupendamente. Es guapa, simpática y lo pasas de miedo con ella. Pero a la segunda cita la chica llega tarde, y a la tercera ni se presenta. A la cuarta ya te planteas si ir o no, pero bueno, después de pensarlo mucho decides darle una oportunidad. Pero si esa vez tampoco aparece… en fin, hay más mujeres en el mundo luchando por conseguir tu atención. Porque el espectador es un ligón. Viendo televisión todos somos Brad Pitt. Nos desean todas. Y el exceso de oferta nos convierte en unos veletas.
La cuestión es que al final el espectador que se siente maltratado, o pasa de la serie, o la consigue por otras vías. En los dos casos el resultado es el mismo: deja de verla por televisión.
De modo que partiendo de la premisa de que a pesar de todo los programadores saben lo que hacen (¿qué cadena tendría interés en sabotear su propio producto?), como guionistas quizá deberíamos preguntarnos cómo deberían ser las series que escribimos cuando estas van a ser emitidas por cadenas que tienden al “baile de parrillas”. Aunque bien pensado deberían ser las televisiones las que se lo pensaran dos veces antes de encargar series de “continuará” en las que perderte un episodio te impide comprender la historia. Total, nosotros nos limitamos a hacer lo que nos mandan.
No quiero decir que las tramas autoconclusivas sean la panacea universal. Hay muchas más razones por las que una serie no llega a funcionar. Pero sí que creo que merece la pena “blindar” las series contra los saltos en la programación escribiendo guiones que, independientemente de que hayas visto o no los capítulos anteriores, te ofrezcan algún tipo de satisfacción narrativa. Capítulos que cuenten una historia completa y no sean solo parte de una historia mucho mayor.
No se trata de que solo deban hacerse sitcoms o “procedurals” a lo C.S.I. Al fin y al cabo el cambio es el motor de la ficción dramática (e incluso series cómicas como “Con el culo al aire” incluyen tramas de continuará). Pero si yo fuera director de ficción de una cadena, me lo pensaría mucho antes de encargar una serie como “La fuga”. Intentaría que en “mis” series las tramas autoconclusivas supusieran al menos el 85% de cada capítulo. Algo que creo que en general hace muy bien Globomedia. La única alternativa es ofrecer siempre la serie a la misma hora el mismo día, y me temo que eso, salvo quizá en el caso de Televisión Española, y no siempre, es casi ciencia ficción.
Otra posibilidad es replantearse la manera en la que se mide el éxito de las series. Porque si se diseñan desde el guión para que sean consumidas cuando al espectador le apetezca verlas, muchas veces del tirón, ya sea descargándoselas o comprando la caja con la temporada completa en DVD, no sé qué sentido tiene que la continuidad de una serie dependa únicamente de su éxito en un medio donde las mismas características que son virtudes para el público que compra cajas y descarga, se convierten en defectos. Pero me da que eso tampoco va a ocurrir. Por lo menos no a corto plazo. No mientras la rentabilidad, o sea, los anuncios, estén en la televisión.
Precisamente he leído hace poco un artículo muy interesante de un periodista que no conocía llamado Ryan McGee, en el que habla tangencialmente de estos temas en su versión norteamericana. En “¿Hicieron los Soprano más mal que bien? HBO y el declive del episodio”, McGee explica como la popularidad del formato televisivo a lo HBO, donde cada episodio es solo un capítulo de una novela, y por tanto difícil sino imposible de disfrutar por si mismo, está haciendo más daño que bien a la escritura de las series. El artículo está muy bien argumentado y me temo que tiene razón. Así que la semana que viene (o a la siguiente) trataré de traducir parte para poder explicar las cosas en las que me ha hecho pensar y en cómo se aplican a la producción de series españolas.
Volviendo a “La fuga”, y terminando ya, creo que merece la pena reflexionar cómo ha sido su deambular por la parrilla de Tele 5, y también prestar atención a las cifras de descargas oficiales que ha tenido en la página de la cadena (y vete a saber las que ha tenido por medios extraoficiales). Y, sobre todo, creo que merece la pena tenerlo en cuenta a la hora de plantearse nuevos proyectos. Porque creo que ya no hay que pensar solo qué quiere hacerse de acuerdo al supuesto público que se busca (el famoso target) sino también en cómo va ese público a disfrutar del producto que se le ofrece. No podemos separar la forma del contenido.
La forma en la que se consume televisión está cambiando a toda velocidad. Y o espabilamos, o vamos a acabar quedándonos atrás.
*Justo termino el texto y me dice un amigo que ha estado en una reunión en una productora donde le han comentado que dada la dificultad de fidelizar al público joven (al que iba dirigido “La fuga”), se estaban planteando renunciar a ese tipo de proyectos para buscar un público de mayor edad (que en su mayor parte aún solo ve la tele), ese que ha convertido en un éxito la miniserie de la Pantoja.
Pero no creo que ese sea el camino. Esa es la técnica del avestruz. Meter la cabeza bajo tierra y esperar que pase el peligro. Y así no vamos a ninguna parte… salvo a la muerte, como el avestruz.
“De modo que partiendo de la premisa de que a pesar de todo los programadores saben lo que hacen”. Pues lo siento, pero pienso que si, ya de entrada, partimos de una premisa falsa llegamos a conclusiones falsas, lo siento.
“¿qué cadena tendría interés en sabotear su propio producto?” Pues recordemos la definición según Cipolla “Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio”.
Me parece comprensible que tú no te quieras enemistar con quien te tiene que dar trabajo en un futuro, pero las acciones de los programadores de tv con la programación de las series -cambios de hora y emisión arbitrarios incluso con series de éxito , repetición indiscriminada hasta el agobio de episodios-sólo se pueden explicar muchas veces precisamente llendo a esa definición de estúpidez.
Estás pasando por alto al superior del que compone la parrilla que, por disputas con otras cadenas y en contra de su opinión, le obliga a poner algo en uno u otro sitio.
Si tuviera que listar grandes series diría: Perdidos, A dos metros bajo tierra, Twin Peaks, Los Soprano, Carnivale, quizá Roma, Dexter… Ninguna de ellas es de episodios autoconclusivos. Sólo destacaría Friends y Los Simpson.
La industria (en este caso la televisión) debe adaptarse al producto, creado con la calidad del mismo como objetivo, y no al revés. Y bajo mi humilde opinión, una serie autoconclusiva es un producto menor.
Gordon: precisamente algunas de las series que citas me parece que comparten el mismo problema. Naufragaron por exceso de ambición (narrativa, me refiero) y al final decepcionaron. Y justo eso es de lo que habla Ryan McGee en el artículo que he citado ahí arriba y que espero poder desgranar cuando tenga algo de tiempo. “Perdidos” y “Carnivale” (y mira que las dos me han hecho disfrutar) analizadas en su totalidad, como la historia única, la novela televisiva, que pretendían ser, son un desastre: caóticas, incoherentes… precisamente porque luchan contra su propia naturaleza televisiva, que no permite planificar a tan largo plazo.
Tomadas como una obra única, son un fracaso.
Lo que quieren hacer sus productores es muy interesante, pero también es casi imposible. Bueno, ya hablaré de ello en otra entrada partiendo del artículo de McGee. Y olvidas decenas de grandes series autoconclusivas. ¡Que la historia de la televisión no empezó en los 90!
Pero, dentro de lo que comentas, muy interesante por cierto, ¿dónde sitúas casos como el de Dawton Abbey? Recuerdo que con la primera temporada ya percibí un principio de fanatismo, incluida yo misma, pero la espera de la segunda y su emisión supuso que mi madre me colgara el teléfono, con una amiga no quedáramos de mutuo acuerdo porque la echaban, y Marta Peirano, por decir alguien que peque poco de dejarse llevar por melindres británicas, comentaba en su facebook cuando llegaría a España la segunda, y muy corta, segunda temporada (ni idea de si se puede llamar a esa especie de coitus interruptus temporadas)… y hablo de gente que apenas enciende ya la televisión.
Bueno, esos son casos excepcionales, creo. A mí me pasó con los primeros años de “Perdidos”. Pero vamos, el espectador medio creo que no es de fanatismos, sino de ver lo que más le interesa entre lo que le ponen. Y si no está, a otra cosa. Con todas las series hay un porcentaje (casi siempre pequeño) de espectadores que la siguen cuándo y cómo sea.
Creo que “Perdidos” se perdió (nunca mejor dicho) en el final y en la obsesión de resolver un continuará que no había sido pensado.
Pero también creo que su grandeza (con capítulos excepcionales) se basa en articular con breves flash backs emociones y relaciones que eran cuentos cortos autoconclusivos. Y maravillosos. Como el reencuentro de Locke con su padre, la lotería de Hurley, la historia de amor del escocés… Esa fue su principal virtud.
Y querría citar a “24”: una obra maestra en muchas de sus temporadas del “continuará” pero con actos definidos (no por capítulos, sino por bloques de 2 o 3 capítulos) que cerraban personajes y daban un giro a la historia.
Gran parte del éxito de una serie a día de hoy es jugar con la estructura. Y estas dos lo hacían magistralmente conjugando estilos y géneros.
Del mismo modo, teniendo continuidad, A dos metros bajo tierra en su primera temporada tenía dos hilos: el de continuidad y el del cadáver de cada capítulo que se cerraba y planteaba una moraleja.
No creo que sea cuestión de ser rígido. Hay muchas maneras de hacer las cosas bien. Como dice David, Globomedia alterna muy bien ambas cosas. Y en EEUU, series como la excelente Terriers perdió audiencia en el “continuará” y trama única. También perdió calidad. Los productores cambiaron su estructura porque decían que sólo estban triunfando series de capítulos autoconclusivos. Y la cagaron.
Por cierto, excelente tema y brillante post (se esté del todo de acuerdo o no con él en todo). Habitual en el señor Muñoz. Felicidades.
Vi el primer capitulo de la serie y me quede con una sensación rara, como de tiro fallido. Me explico, aunque hace un tiempo ya:
El guion me gusto, aunque algunas tramas funcionaban demasiado rápido para mi gusto, conocía y hablaba con quien le interesaba de forma demasiado fácil, a ratos la chica se movía como quería a ratos la vigilaban…
Y sin embargo me parecia un buen guión, aunque mal ejecutado.
El decorado era brutal, pero cuando veias a los actores moviendose por alli, no daba la sensación que pertenecieran a ese entorno, al menos la mayoria de ellos.
Así como se ha hablado aquí antes del tema, para muchas series hacen falta actores guapos, huir de la fealdad, veía a un montón de actores jóvenes, algunos mejores y otros peores, que no veías endurecidos en absoluto. Los guardias carcelarios, en concreto, me recordaban a modelos haciendo de recoge-pelotas tipo esto: http://www.blog-tenis.com/wp-content/famosos_modelos.jpg , que muy amenazadores no parecen.
Y no solo en la estética, sino también en la actuación. A la protagonista, lo siento, pero me costaba horrores creérmela. A ella y el que hubiese conseguido ese puesto a priori tan poco adecuado de forma tan fácil. Seguramente con una mejor dirección de actores y unos uniformes no tan “bonitos”, sino mas parecidos a los que salen en el boceto del post que enlazas, seria mejor.
Después esta lo que pasa en los montajes en españa: sera por tiempo=dinero, pero no se ven planos detallados y cuidados, y esta los necesitaba. (decorados los tenia!) El momento en que tiran a un cuerpo al mar, pudiendo ser duro por la frialdad de los guardias, y uno de los momentos álgidos y chocantes del primer capitulo (“así de chungo es el mundo que te cuento”), sucedía como de pasada.
Y yo lo siento, pero si bien veía ganas de contar algo diferente, y mucha buena voluntad en la creación del proyecto, no me gustaron muchas cosas de su realización… siento si he sido muy duro!
Estoy de acuerdo en general con el artículo, pero se me ocurren varios comentarios:
– Que la serie tenga más demanda que otras en internet es un éxito muy relativo y poco relevante para la cadena. Aun cuando los ingresos de publicidad fueran los mismos, que no lo son ni de lejos, la suma de los visionados de todos los capítulos apenas llega a una cifra que se pudiera considerar exitosa para la emisión de un solo capítulo en abierto por televisión tradicional.
– Puesto así en duda su éxito como producto, se aprecia esa tendencia, tan común entre los guionistas como en todos los demás gremios, de “echar la culpa al empedrado”. En mi opinión la serie no enganchaba, además de porque no la dejaron, por las indudables razones propuestas aquí, por un problema de tono y de actuación. Los diálogos eran malos, pero no peores que los de las series que han tenido mejor acogida.
– La serie no ha tenido la suerte de otras que, como “Sin tetas”, con una trama resuelta a brochazos y un nivel artístico general muy bajo, han caído en gracia, bien por el físico de unos actores, o por lo que fuera. El factor suerte juega un papel.
– Es muy evidente que las series que se la juegan todo a la continuidad no tienen éxito. Ni una sola en los últimos años ha funcionado en la televisión en abierto en este país, incluyendo “24” y “Perdidos”
De todos modos, fue un bien intento, quisisteis y os dejaron hacer algo ambicioso. Seguro que ha sido una experiencia positiva profesionalmente.
Creo que el verdadero problema es que el nivel de exigencia de los que ven la tele en abierto es muy bajo, es exigente, pero por abajo, y si les quieres dar algo diferente de lo trillado se les atraganta. Es como si invitas a mi abuelo a un restaurante japonés. Él solo come patatas, legumbres y ensaladas, y no le vengas con sutilezas.
Es que no queremos darnos cuenta de que no trabajamos en “El Bulli”, sino en Burger King. Sólo en ese sentido se puede admitir que Globomedia hace bien cualquier cosa.
Lo de internet es para analizar. Primero, según los datos dados en el post, las descargas de “la Fuga” son todo un éxito.
En TV·3 creé y fui productor ejecutivo de una serie llamada “Infidels”, que se estrenaba un día antes en la red que en la tele. Bajaba la audiencia, pero se convirtió en un fenómeno en la red. Y la cadena estaba tan contenta: `porque ése fue el target que recibí. Recuperar un público urbano, esencialmente femenino, de 20 a 50 años… Y estaban encantados porque su objetivo se estaba cumpliendo. E hicimos tres temporadas y 42 capítulos.
En esto, lo importante es que la cadena tenga las ideas claras, como en este caso las tuvo TV3. Si no ocurre la paradoja de que se inventa todo un maremágnum mediático que si, al final no se considera como audiencia, no sé para qué coño se monta.
Sí, eso pienso yo. Sino vale para nada… si es sólo algo anecdótico… ¿para qué hacerlo? No tiene mucho sentido.
Creo que johnconstantinebastard tiene razón en una cosa: tú no puedes levantar demasiado la voz. Nosotros sí. Para eso están los nicks y la estúpida idea de que todas nuestras opiniones son importantes. Ahí va la mía.
Ya que tú no mencionas 2055 por ningún lado, tampoco lo haré yo. Dejemos a un lado el momento en el que esta serie iba a ser diferente y arriesgada. Se convirtió en La Fuga, una serie igual que TODAS las demás pero en un ambiente futurista, con más carne en pantalla y con María Valverde haciendo de Lara Croft. Una apuesta pobre para muchos de nosotros, pero no tanto para otros que ven la tele. ¿Vamos a seguir creyendo que una televisión generalista va a hacer una serie para nosotros, amantes de la serie de culto y calidad? En la frase anterior falta alguna comilla, si queréis. La respuesta es que no
De vez en cuando usamos la frase “yo a veces también me río con Aída” para que el que tenemos delante no piense que vivimos en un mundo paralelo y somos idiotas. Pero es mentira. No nos reímos; nos enfadamos y nos quejamos por ser unos incomprendidos. Después se nos pasa, escribimos la serie, decimos que sí a todos esos cambios que nos piden para que la serie se parezca al resto de las que están en parrilla y rezamos para que dure unas semanas. Y, como David Muñoz aquí, nos quejamos bajito. No queremos enfadar a nadie.
El artículo de David, plantea toda un serie de temas que sin duda son muy intresantes de analizar. El tema de las series autoconclusivas, pero con tema común, no funcionana en España, es una realidad 8 revertibe sin duda ). Sin embargo en Argentina con una ficción con una media de calidad más alta que la española ( y no es por el talento de los guionistas españoles ) si funcionan desde hace años conviviendo con las series no autoconclusivas. Y por supuesto no estoy de acuerdo con que las series autoconclusivas sea un formato menor. Será de calidad o no.
Y en parte, quizás estoy de acuerdo con OTRODECHAMBERÍ, aunque en parte es una perpectiva derrotista, es que el espectador medio ( no sólo de España, incluso en USA ) no “puede” con las mencionadas y brillantes series de calidad que a muchos nos gustan. Y justamnente éstos son lo que no miran televisión porque prefieren descargarse o comprar las excelentes series HBO, AMC, etc, etc. Y también es verdad que como dice JELEN, a muchos abuelos no se les puede llevar a un japonés. Ahora bien, siendo minoritario, el target al que le gusta las series de calidad, también es un mercado muy interesante para las cadenas ( como descubrió San HBO ) pero por razones muchas veces surrealistas, las cadenas nacionales no lo ven como mercado y no explotan ese target. Como todo, hay gente que como en Burger KIng y otros que prefieren restaurantes de calidad, la premisa de las cadenas es sólo le damos comida a los de Burgenr KIng que son la mayoría, los demás que miren las buenas series por internet. Como conclusión son muchas las razones por las cuales no se producen series de calidad en España, pero lo que si estoy seguro es que no es porque aqui no haya talentosos guionistas, ni incluso es un tema presupuestario. La super series porque las amamos ?, por producción, actores y directores ??? Los yanquis hace cien años que los tienen, el gran salto es la excelente calidad de los guiones y ahí, si las cadenas nacionales cambiaran el chip, los guionistas españoles podrían crear series de calidad, sin duda. .
JC: A mí no me dan trabajo los programadores, me dan trabajo los productores, que son los primeros damnificados de las estrategias de los programadores. Te aseguro que si me dedicara a ponerlos a parir me ganaría más simpatías que otra cosa. Y las barbaridades más gordas sobre los programadores las he escuchado en los departamentos de ficción de las cadenas. El suyo es un papel muy difícil que no suele dejar contento a casi nadie, ni siquiera a sus compañeros de otros departamentos.
Ahora que lo pienso creo que no he hablado con un programador de una cadena de televisión en la vida. Y antes de suponer que alguien es “estúpido”, tiendo a pensar que ha tomado las decisiones que ha tomado por razones que a mí se me escapan. Pero que me encantaría conocer, desde luego. Ya entonces podría decidir si me parecen estúpidas o no. En todo caso, me cuesta creer que una cadena tenga contratado a alguien cuyas decisiones vayan en contra de sus intereses. Lo que sí creo es que algunas veces las series son utilizadas como carne de cañón, son sacrificadas en aras de objetivos de la cadena que no tienen que ver con ella ni tienen en cuenta los deseos de sus seguidores. Pero aunque nos resulte desagradable a quienes las hacemos y a quienes las ven, quizá es inevitable que ocurra. Porque la ficción en televisión es lo que ponen en medio de los anuncios. Eso no hay que olvidarlo. Lo que yo me pregunto es qué pasa cuando ya no es esa la única manera de consumir television. Que pasa, cuando por Ej. los programadores ya no importan porque la serie está disponible en una página de la que puedes descargarla cuando te de la gana. Ese es el debate interesante, me parece.
En TVE no hay publicidad, y sin embargo cortan los títulos de crédito a los 50 segundos de acabada una película, lo que resulta particularmente molesto y que, en el pasado, todos achacábamos a la voracidad comercial de las cadenas. Si los programadores no tienen responsabilidad en semejante incongruencia, ¿quién la tiene en este caso? porque es un poco desesperante que cuando algo sucede para mal la culpa se diluya tanto que al final nadie se haga responsable de lo que se hace mal, y por tanto nadie se vea con la capacidad de hacerlo mejor.
La verdad es que el molesto tema de los cortes no sé de quién depende. No sé si de los programadores. Quizá algún lector que trabaje en una cadena nos lo pueda aclarar. De hecho, sería interesante que alguien explicara cómo funciona toda ese área de la televisión.
Mi opinión puede parecer derrotista pero es la que creo próxima a la realidad. HBO ha dado con el talento pero sigue una estrategia. No se puede olvidar. Es tan tendencia ir a favor del mercado como en contra de él. Injusto sería dejar de mencionar que no son productos sujetos a audiencias; su mercado es otro (imagen de marca mundial o lo que sea).
Esto, en términos numéricos, no representa nada si nos ceñimos a los números de España (puede que me equivoque, pero yo nunca he estado delante de nadie que haya dicho que va a hacer una serie pensando en venderla a cincuenta países). Puede que aquí aún no haya espacio para ir en contra del mercado. No hay dinero para sostener eso. David Muñoz acaba de decirlo claramente: la televisión es lo que ponen en medio de los anuncios. Y no hay tantos anuncios (si los hubiese podríamos dejar de torturarnos el cerebro con que ahora Doo Wap se llama Weikis)
No sé si Guillermo Madjarian quiere decir otra cosa cuando habla de que las series argentinas tienen una calidad media superior a la española. Yo creo que, técnicamente, en cuanto a textura y calidad, las series en este país están bien hechas. Distinto es cuando el tiempo aprieta y las escenas solo se resuelven con plano- contraplano y eso lo nubla todo.
Me parece sorprendente que haya sido necesario llegar hasta estos días para analizar cómo se consume la televisión y los productos que se hacen para ella.
La televisión generalista vive de los anuncios. El ideal de cadena sería aquel en el que se emiten 24 horas de anuncios (a eso se llegará cuando los anuncios tengan la suficiente capacidad de atracción como para no necesitar de la programación convencional; si no, al tiempo). Entretanto se hacen necesarios los programas que atraen a los espectadores para que vean los anuncios. Y las series se utilizan para eso. No tienen valor por sí mismas sino por su capacidad de atracción. Así son tratadas.
Claro, tratar de trasladar productos pensados para la televisión de pago (donde el producto es el bien consumido, por el que se paga, que se puede ver en varias sesiones, que se busca activamente por parte de un espectador que tiene paciencia y voluntad de seguir una trama desarrollada en 13 capítulos y varias temporadas) a esas televisiones generalistas es un fracaso mayúsculo.
La solución no pasa sólo por hacer productos autoconclusivos. También queda la opción de hacer temporadas más cortas (de 4 a 6 episodios), incluso series de una sola temporada, que no exigan fidelidades de años. Vamos, lo que que llevan haciendo los ingleses durante muchos años. Esto tiene ventajas evidentes: mayor variedad en las tramas y los temas tratados; mayor flexibilidad de programación; facilidad de contratar a actores de primera línea, que puede comprometerse con 4 episodios; producción cinematográfica.
Y para internet, puedes habrá que hacer productos específicos, dirigidos al público de internet (diferente del de la tv), con publicidad adaptada a internet. Los americanos ya están ello.
En fin, a cada uno lo suyo. Me parece tan de cajón que me sorprende que no se dé por sabido.
Lo que planteas en la última intervención, David, sí que es muy interesante. Porque es desconocido. En ninguna empresa se cambia nada mientras las cuentas siguen saliendo y es mucho mejor hacer como que algo no está pasando cuando no lo entiendes. Eso es lo que creo. Mientras los anunciantes paguen nadie va a mover un dedo.
Probablemente las empresas lleguen mucho antes a como traducir las descargas en beneficios. Como monetarizar la publicidad en estas cosas. Sobre el papel suena más eficiente para los anunciantes porque defines mucho mejor esa bonita palabra que es el target. Después vendrá la avalancha de caballos que es la tele generalista. Se subirá tarde y nombrarán muchos community managers. Pero esto tardará; el público que da dinero no ve ni pone sus opiniones en internet
Si no os hubieses dedicado a fusilar Prison Break, (cortinillas de transición entre escenas incluidas), otro gallo cantaría…
Te puedo asegurar que los guionistas no nos dedicamos a fusilar “Prison Break” (y mucho menos sus cortinillas!). Esas decisiones, y bueno, casi todas en realidad, las toma otra gente. Nacho Faerna, el creador de la serie, me parece que ni siquiera había visto nunca “Prison Break”. Yo sí, pero vaya, que en “La fuga” he sido un guionista de “a pie” y no era yo quien tomaba las decisiones sobre cómo tenía que ser la serie. De hecho, di la voz de alarma cada vez que alguien proponía algo que sonaba demasiado a “Prison Break”. En todo caso, ni voy a defender la serie (salvo que se diga algo falso sobre ella, como esto) ni tampoco a criticarla. No tiene que ver con el miedo ni con la cobardía que sugiere alguien por ahí arriba. Sencillamente es que no tiene sentido. Ya le dije lo que pensaba de la serie a mis jefes cuando la estábamos escribiendo, que es cuando hay que hacerlo porque tu opinión puede afectar (esperas que para mejor) el resultado final. Ahora solo me serviría para dármelas de listo (¡que fácil es criticar las cosas a toro pasado, sobre todo cuando no han funcionado!) o para recibir vitores de los lectores de Bloguionistas que servirían para inflarme el ego pero nada más. Y también creo que como guionista de la serie le debo un respeto a la gente que ha disfrutado con la serie.
Mi planteamiento aquí es extraer conclusiones sobre el devenir de la serie que sirvan para hablar de cosas más generales que puedan servirnos en el futuro a los que nos dedicamos a esto. Discutir ahora sobre actores, diálogos, me parece que no tiene sentido (sobre todo cuando ahora mismo hay triunfando series que me parecen horribles en todos los sentidos, y también otras que me parecen muy buenas). La calidad es un asunto subjetivo, y no creo que calidad sea sinónimo de éxito (ni tampoco lo contrario). ¿Así que para qué enredarnos?
David Muñoz dices: “la calidad es un asunto subjetivo”. Tal vez en creer esto esta la clave. Evitar el análisis objetivo de cualquier obra es lo que impedirá crecer y aprender de los errores. Si resulta que todo es subjetivo, es decir, que no existe ninguna referencia de lo que está bien o mal, no hay manera de mejorar.
Porque la “calidad” no es subjetiva. Cualquier profesional es capaz de situar una obra de su especialidad en su “tradición” histórica y por lo tanto establecer una comparación con lo percibido históricamente como excelente. En la medida en que un producto consiga aunar el mayor numero de “excelencias” en cada aspecto que lo componen tendrá mas o menos “calidad”. Es decir, será mas o menos bueno. No tengamos miedo a los absolutos. El relativismo es el refugio de los mediocres.
Otra cosa es el gusto, que claro que es subjetivo.
A ver… yo sé lo que a mí me parece bueno. Que no es lo mismo que le puede parecer a un ejecutivo de una cadena de televisión, ni tampoco a un espectador. Yo ante todo trato de escribir cosas que me gusten, que me satisfagan creativamente (cosa que a veces no es fácil combinar con ganarse la vida), y que respondan a lo que yo creo que debe ser la ficción televisiva. Pero eso no tiene nada que ver con éxito, ni con comercialidad, ni nada de nada. Que es a lo que yo me refería. Doy por hecho que todos, o casi todos, los que nos dedicamos a esto estamos en esto por una sola razón: para hacer cosas “buenas” (lo que cada uno entendemos por “bueno”). O sea, para devolverle a la ficción todo lo que nos ha aportado desde que éramos niños. Desde el cínismo es casi imposible escribir. Yo al menos -que siempre he sido un tanto visceral para estos asuntos-, no puedo. Desde la desesperanza, desde el desánimo, quizá se puede, sobre todo porque a veces no hay más remedio, pero para sentarse delante del ordenador e inventar creo que siempre necesitas creerte lo que estás haciendo. Y ya sé que esto último no tiene mucho que ver con tu comentario, pero bueno, me ha salido y ahí se queda…
A modo de apunte:
HBO es un “canal de cable”, modelo al que copiaron el plus y compañía.
HBO es un canal gigantesco, con una capacidad financiera enorme.
HBO repite cada capítulo a dirferentes horas del día durante un mes o más.
HBO es un canal americano, que lleva emitiendo al menos desde principios de los ochenta. Eso quiere decir que sus estructuras actuales son el resultado de treinta años de lucha feroz en mercados no intervenidos por amigos en el Estado.
HBO, que tiene un mercado de 300 millones de posibles consumidores, ni siquiera se fia de eso para amortizar sus inversiones, sino que crea pensando en las ventas internacionales.
El por qué, cada vez que se habla en España de ficción televisiva, salen las siglas HBO a la palestra, es algo que no consigo entender.
Por lo demás. creo que el post tiene toda la razón.Hay que buscar un nuevo modelo.
Un saludo.
Pues sí. El de HBO creo que es un modelo inviable en el mercado español. Por desgracia.
HBO también es un canal que estuvo al borde de la quiebra a principios de los 90; de ahí esa otra HBO que es menos exportable y que se dedica a los deportes. El boxeo en concreto, que les reporta millones.
Desde mi humilde opinión siempre salen las siglas HBO porque, en el fondo, todo aquel que es guionista piensa que en el disco duro de su ordenador tiene un Los Soprano que nadie quiere producir. Probablemente yo el primero.
La Fuga me parece una serie más que digna. Y en contra de las opiniones que aquí se reflejan, con unos guiones y un casting maravillosos. Creo que su principal problema (exteriores aparte) era los 70′ que duraba, algo que obligaba a alargar las tramas principales y a inventar unas secundarias de menor pegada.
Esto es parte de la misma discusión que propone el blogger pero visto desde otra perspectiva que no es la programación… ¿necesita un capi de 70′ más trama autoconclusiva que uno de 50′?
Precisamente por ser del gremio y saber lo que cuesta hacer “series de pago para televisiones generalistas” me gustaría hacer la ola a los que participaron en La Fuga. Enhorabuena por un producto estupendo. Repito, ESTUPENDO, a pesar de todo.
Los 70 minutos son letales. Y creo que sí, que debería ser parte de la discusión sobre cómo hacer las cosas. Mi impresión es que 70 minutos necesitan sí o sí tramas autoconclusivas. Incluso dudo que no lo necesiten las series con menos minutos. Ahora estoy viendo The Shield, que me parece la leche y se está convirtiendo en una de mis series preferidas. Voy por la cuarta temporada. Y en todos los capítulos hay una subtrama autoconclusiva que suele ser el caso que investigan los detectives Dutch y Wyms. Eso, aparte de darte algo siempre a lo que cortar, descomprime la serie, le permite tene un ritmo que no sea ir todo el rato a toda mecha dando caña y más caña. Es un respiro. Dado que los episodios de The Shield duran alrededor de 40 y tantos minutos, la autoconclusiva es una subtrama con menor presencia en el capítulo que la trama principal. Pero en un episodio de 70, esa subtrama ganaría en presencia. O debería ganarla.
Estupendo análisis.
Estoy bastante de acuerdo tanto sobre lo que dices sobre “La fuga” como con tu reflexión sobre la forma de valorar el éxito de las series.
Salu2
Una reflexión, David:
“Gran Hotel” también es una serie de “continuará” (de hecho, tiene mucho de telenovela) y, sin embargo, no ha tenido problemas para triunfar.
¿Diferencia entre ambas? El público al que van dirigidas. “Gran Hotel” está pensada para un público que SÍ ve la tele; “La fuga” iba destinada a un público que NO ve la tele.
¿Ando desencaminado?
Al final van a tener razón los que dicen que hay que hacer series para mayores de 50, que son los únicos que quedan frente al aparato de siempre.
Sí, es un poco lo que sugiere lo que ha ocurrido.
Y cuidado, yo no estoy diciendo que “La fuga” fuera perfecta y maravillosa y que solo no ha tenido una segunda temporada por culpa de cómo se ha programado y el lastre que ha supuesto eso debido al tipo de serie que era y la atención que exigía seguirla (algo que está directamente relacionado con el tipo de público que sí estaba interesado en ella). Probablemente habrá muchas más razones por las que no ha gustado todo lo que nos gustaría que hubiera gustado. Yo también tengo mi “La fuga” ideal en la cabeza, que no es exactamente igual que la que se ha emitido (supongo que todo el equipo de la serie la tiene). Pero desde luego todos estos son factores a tener en cuenta. Y que merece la pena barajar a la hora de desarrollar otros proyectos. Están pasando muchas cosas y están pasando muy rápido. El consumo televisivo cambia pero las cadenas no. Como sigamos así, acabaremos como las discográficas. Hay que reaccionar ya.
“En todo caso, me cuesta creer que una cadena tenga contratado a alguien cuyas decisiones vayan en contra de sus intereses.”
Pues mira, seguimos negándonos a ver la realidad, David. Eso pasa en todos los sitios. En la empresa privada y en la pública. Pero, oye, si tu te empeñas en defender a quien, en última instancia, se está cargando tus (vuestros) productos , yo no soy nadie para objetar. Lo que si tengo claro como espectador es que, “gracias” a labor de esa gente, paso olímpicamente de seguir cualquier serie de ficción por TV. Porque si no es un éxito fulgurante, el baile de días, horarios y demás está asegurado, cuando no la cancelación. Y aunque tenga éxito, pues otras muchas veces se cambia de día para intentar hacer la puñeta a otra serie de la competencia. Cuando no se interrumpe su emisión una semana sí y otra también debido a según que eventos. Y ya, cuando te emiten encima capítulos repetidos en horario de “prime time”, pues oye…
Los casos puntuales admiten duda o disculpa, pero si ante la reiteración exasperante en el maltrato a la ficción encima buscamos excusas a comportamientos que no admiten sino censura, pues oye, vosotros sabréis. Lo de buscar excusas al maltrato ya está analizado psicológicamente, oiga.Pero, Al fin y al cabo somos los espectadores los que os damos de comer. Si el sector televisivo de ficción continúa con ciertas prácticas le pasara lo que le ocurre a MediaSet con todas las ficciones que estrena útimamente. Y cuando esa gente a la que tu disculpas decida que es mucho mas barato llenar 12 horas de programación de Sálavame o similares que producir ficción, entonces llorareis.
Me refiero a producir ficción de cierta calidad como el caso que nos ocupa. Por fortuna todos sabemos , y nos alegramos, de que en el peor de los casos no os faltará trabajo escribiendo biopics para tv de Belén Esteban, Letizia o Mila Ximénez.
No seré yo quien los escriba…
Pero creo que no me has entendido. A las series se las maltrata (y por tanto a sus espectadores). Y eso está mal hecho. Objetivamente. Pero lo que me gustaría es saber por qué se toman las decisiones que se toman. De nada me sirve decir “son unos cabrones” y punto. Aparte de que no creo que sea cierto, no me parece útil. Precisamente para que la ficción vaya a más, habrá que entender los porqués de las cosas, ¿no? Decir que todo es una mierda no sirve para nada. Aunque a veces sea cierto.
“Entonces llorareis”. ¿De dónde sacas ese tonito perdonavidas? ¿Te quitó la novia un guionista o qué?
“¿De dónde sacas ese tonito perdonavidas? ” Hablo de putas las tacones “Asturianos y andaluces tienen una oportunidad histórica de convertirse en las comunidades más gilipollas de España.”
Quiza mas que por exceso de ambicion, naufragaron por exceso de temporadas.
‘Lost’, por ejemplo, es una serie cuyas primeras tres temporadas pueden ser explicadas sin problemas cerrando todos los cabos (hay diversas teorias en internet que encajan perfectamente). Es en la cuarta y sobretodo en las dos ultimas temporadas donde las tramas se complican de tal manera que es imposible dar una explicacion que cierre y explique todas las tramas.
Yo siempre he pensado que Lost es una serie que estaba perfectamente planificada para tres o cuatro temporadas. Y que a raiz del exito se tuvo que alargar y cerrar mal que bien. Quiza no fuera una asunto de ambicion, sino de codicia.
Problema con el post. No era un post aislado, sino que se suponia que apareceria como respuesta en el segundo post (de Gordon Cole)
El problema de las series a la americana, y también a la española, es que, al menos en teoría, son mecanismos narrativos diseñados para durar todo lo que haga falta. Y eso, en series como “Perdidos” va a la contra de contar una buena historia (que, efectivamente, con tres temporadas ya habría tenido suficiente recorrido). En ese sentido los que nos ganan son los ingleses, con sus series que duran solo lo que tienen que durar (no todas, pero si la mayoría).
Eso no es siempre asi. Cualquier historia (y no hablo solo de series) que tenga un arco claro y definido tiene fecha de caducidad. O te las arreglas para alargarlo ‘ad eternum’ o lo cierras, y si cierras el arco solo te quedan las opciones de buscar un arco nuevo o adios muy buenas y aqui paz y despues gloria. Hay muchas series con fecha de caducidad: Lost, en el momento que resuelvan el misterio, Galactica, en cuanto encuentren la situacion de la Tierra, Castle, el dia que se lien o a Castle le regalen el DVD de Paganfantas (lo que ocurra primero). Y abrir un arco nuevo no es tan simple: en Supernatural cerraron un arco de varias temporadas, decidieron seguir adelante y a dia de hoy todavia siguen tratando de arrancar uno nuevo en condiciones.
Por supuesto esto se puede evitar: sustituyendo un arco claro por muchos entrelazados (la tecnica del culebron), evitando un arco (el procedimental puro) o haciendo como que hay una historia pero no, y ahora si, pero resulta que no, o si, o quiza no y nadie sabe muy bien por donde va el asunto y mientras tanto, toma cliffhanger hasta la proxima termporada: Fringe.
Curiosamente, la gran apuesta de HBO, Juego de Tronos, esta basado en las novelas de Martin que carecen de arco claro y son un culebron en toda regla, solo que con dragones, espadas y tetas. Rome, HBO, de hecho, era otro culebron similar, solo que al estar basado en las intrigas historicas de la antigua Roma carecia de dragones. Aunque eso si, tambien tenia espadas y tetas.
Una serie como un mecanismo de movimiento perpetuo? A no ser que sea un culebron, dificil…
Lo has explicado muy bien. Este es un tema interesante que requeriría una reflexión más amplia. Pero vamos, en las productoras te dicen abiertamente “queremos más culebrón” (sea como sea el proyecto), porque saben que eso es lo que puede darle una vida larga a una serie. Y es cierto lo que dices de los objetivos, pero los objetivos, cuanto más lejos esté el momento en el que pueden ser conseguidos, mejor. Lo malo es que el misterio, a lo “Perdidos”, si se alarga demasiado acaba con la paciencia de los espectadores. Mientras que la tensión sexual no resuelta a lo “Castle” puede alargarse eternamente, o casi. Pero vamos, que de todo esto es precisamente de lo que habla el artículo que he vinculado de Ryan McGee. El ideal de un productor, y de una cadena, es que una serie pueda durar eternamente (o bueno, al menos cuatro o cinco temporadas, pues es entonces cuando verdaderamente las sacas rendimiento económico), y eso es lo que las acaba matando.
La cuestion esta en que el hecho de que una historia (o una serie) sea o no un culebron radica en el propio concepto. Y el concepto radica en la propia idea que da origen a la historia. Y una buena idea tiene el incoveniente de que, por su propia fuerza, se adueña de la historia. Por supuesto, siempre se puede agregar culebron, alargarlo, pero a partir de un punto se sentira como relleno. Cuando uno ve Juego de Tronos, simplemente disfruta lo que esta ocurriendo y de como se desarrolla, no hay una idea principal o un lugar especifico al que llegar. Cuando uno ve Lost, disfruta, de acuerdo, pero a la vez esta impaciente por que le brinden la proxima la clave del misterio. Lo que te engancha a la serie es precisamente lo que la va matando poco a poco.
PS A pesar de que la serie sea una gozada, la tension sexual no resuelta en Castle me hace aguas: no me resulta creible que el tipo se pase cinco años (cinco temporadas) iendo a un trabajo por el que no le pagan para tirarle los tejos a una tia que no le hace caso.
Ja, ja… así contado es verdad que lo de “Castle” resulta difícil de creer. De todas maneras de “Castle” yo solo he visto un par de capítulos, así que no sé cómo lo estarán tratando. Cuando acabe con “The Shield” lo mismo me pongo con ella.
A pesar del pagafantismo galopante de Castle, merece mucho la pena. Los dialogos son brillantes. Y los casos de asesinato, a pesar del tono de comedia ligera de la serie, no tienen nada que envidiar a cualquier novela policiaca seria.
No llegué a ver un sólo capítulo de la serie. Leí varios reportajes en internet y me pareció interesante, pero no quería perder el tiempo siguiendo la serie por al parrilla para enterarme cuándo la echaban.
Me ha pasado con muchas series del Telecinco, de hecho, la última a la que me enganché fue “Homicidos” y porque la emitían todos los viernes en FDF con puntualidad británica. Por no decir que es el único día que puedo quedarme hasta tarde viendo la tele (sí, viene a cuenta de los 70 minutos por capítulo).
Eso es otra. Muchos espectadores se niegan ya a ni siquiera tratar de engancharse a una serie si la van a programar así. No le dan ni una oportunidad. Y no me extraña.
Lo de la duración ya lo he comentado arriba. A mí me cuesta ver series españolas en el momento en el que se emiten por eso. Aunque soy guionista y tengo un horario bastante flexible, tengo una hija, tengo un perro al que pasear a primera hora de la mañana… y no me puedo permitir estar acostándome todos los días a las tantas de la noche. Ni pasarme dos horas y media viendo un capítulo de una serie.
Tele 5 no era la cadena apropiada para esa serie, así de claro. La tele de Vassile se ha especializado en un público muy concreto que sólo quiere carnaza, fútbol y folclóricas; y cada vez que se salen de la fórmula que les da éxito, la joden. Ya sea porque la audiencia no se engancha, o porque ese día hay partido del Madrid, o porque las estrellas no están alineadas correctamente en la casa de Piscis, y sin importar la calidad del producto, al final siempre la joden ¿Os imagináis ‘Crematorio’ en este canal? Pues eso.
Y yo soy de los que no vio el primer capítulo porque SABÍA que Tele 5 iba a cambiar el día y la hora de emisión a las primeras de cambio, como así ha hecho. A lo mejor si se dejan de bailes de horarios y de tratar a los espectadores como borregos consiguen fidelizar a alguien, porque así mal vamos…
De entrada quería decir que me han gustado mucho los comentarios sobre este post.
En caso de que hubiera un Cómo se hizo (La fuga), contad con un comprador del libro. Lo que yo sé del tema no tiene desperdicio. Precisamente por eso me gustaría indicar que el inicio de la serie, su planteamiento, bajo mi punto de vista merece mucho la pena. A pesar de los pesares. Luego… Luego la serie sufre de sus propias limitaciones fronterizas. No se puede luchar contra lo imposible.
En cuanto al fondo de lo que se está discutiendo, me gustaría aportar algo que puede ser de interés desde mi experiencia personal.
Hace unos meses firmamos un acuerdo con una importante productora sobre un proyecto para una serie. Estuvimos con ella en A3. Supuestamente gustó, aunque no se compraba nada hasta 2013. Además podía ser un poquito más cara de las producciones habituales. Pero en fin, sobre todo lo que quería contar es un dato que me parece interesante traer a colación por lo que he leído con anterioridad.
La directora de ficción nos trasmitió la idea de que no les interesaba hacer demasiada audiencia (¡¿?!). Todo esto después de haber orientado el pitch evidentemente en sentido contrario. El motivo… Que las cantidades que estaban pagando por publicidad los anunciantes EN LA ACTUALIDAD, eran las mismas por algo aproximado a la media de la cadena, que si por ejemplo rompemos y sacamos un 25%. La regla de tres que se establece con cierta lógica, es que si quieres tener más audiencia debes arriesgar más, y ese riesgo casi siempre va de la mano de un presupuesto más holgado (como podía ser nuestro caso). Sin embargo teniendo en cuenta que el pago por publicidad sería el mismo por un 16% que por un 25% ¿Por qué iban a intentar invertir más?. Pues nada, contra ese argumento poco pudimos argüir, más que imagen de marca, target comercial más ajustado (cosa que en la actualidad se tiene poco en cuenta en las cadenas) y poca cosa más.
En cuanto al tema de otro tipo de explotaciones comerciales, sobre todo del presente de Internet, para las cadenas de momento es prácticamente inocuo. O eso te dan a entender en el momento en que propones algún tipo de interacción comercial que va más allá de un product placement clásico. Ni siquiera se contempla. Ni por A3, ni por la cadena amiga, en la que también hemos estado con otra serie. En dónde por cierto ahora no quieren oír hablar de otra cosa que no sea comedia familiar, multitarget con nula localización (sí, el ejemplo de todas esas series que tenemos en mente).
PD: The Shield también es una de mis series preferidas. Sin embargo esta serie me hizo pensar en algunas cosas de esas equiparaciones que siempre buscamos. Repito: Me parece una serie magnífica, con un ritmo narrativo y una cadencia argumental de la hostia. Pero existen varias tramas de mucho interés que ni se cierran, ni se intuyen, ni se explican… ¿porqué no se han cerrado o cuando menos medio explicado?… Y pensaba, “joder, si esto lo hiciese una serie española”.
Me has dejado pasmado con tu historia de la audiencia en A3… en fin, que negocio más raro es éste a veces. Y también es una pena que Tele 5 de de lado un tipo de series más inusuales para darse a la comedia familiar (aunque ahora caigo en que hace mucho que no estrenan una comedia que funcione… ¿o se me ha pasado alguna y me estoy equivocando?). De hecho… ¿puede que haya sido Tierra de lobos la última serie que les ha funcionado?
Ejemplo de webserie diseñada exclusivamente para internet: “The Guild”.
Ha acabado comprada por Microsoft como formato transmedia: han desarrollado el videojuego al que juegan los personajes en la serie.
Señores, hay sitio para una serie cuyos personajes tengan twitter y facebook y cuya trama continúe a través de esos medios y se retroalimenten unos a otros.
Si el equipo de La fuga se anima a escribir o contar que pasó en el desarrollo del formato La fuga, de paso que cuenten que pasó entre ellos y Antonio Hernández. Estamos expectantes :)
Algún día, como dice David, quizá habrá que contar con detalle el desmaking of, el Lost in la Luna o el particular corazón de las tinieblas de esta serie, pero de momento todo lo que es razonable hacer público está en el post de mi blog que linkea él en esta interesantísima reflexión.
Leo los comentarios y me doy cuenta de que estoy de acuerdo en casi todo, incluso con los argumentos aparentemente contradictorios. Seguramente porque como sabiamente dice William Goldman, en este negocio NADIE SABE NADA. Creo eso sí, que es importante que los que ideamos y escribimos no tiremos la toalla y no perdamos la ambición. También que seamos conscientes de que las comparaciones con HBO o la televisión británica son completamente injustas y astronómicamente desproporcionadas.
En cuanto a “La Fuga”, a toro pasado pienso que, como toda experiencia en esta vida, es provechosa siempre que sobrevivas. Yo aprendí mucho en los dos años y pico que dediqué casi en exclusiva al proyecto. Un aprendizaje plagado de decepciones, frustraciones, disgustos, grandes broncas… pero también de recompensas como conocer y trabajar con un maestro como Benjamín Fernández, repetir con el impagable Koldo Serra, descubrir la madurez y profesionalidad de María Valverde…
Las reglas del juego no son las que me gustarían pero me sigue apeteciendo jugar. Quizá esa frase resuma bien lo que siento respecto a todo lo que decís.
Hola David!
Primero quiero ser sincera, he terminado en tu blog de casualidad, pero hay quién dice que las casualidades no existen y que es el destino quién nos lleva a tomar ciertas decisiones…sea como fuere he terminado leyendo tu blog ,desde Canadá y a las 4 de la madrugada.
Que razón tienes en todo,soy madrileña y he venido a Canadá a estudiar inglés,en Madrid me robaron mi coche, y con el dinero del seguro pues aqui estoy…dicen que no hay mal que por bien no venga.
El caso es que yo en Madrid dejé de ver la Fuga por el cambio de programación, y creo que tienes razón cuando dices que deberían tb tener en cuenta internet para medir si la gente sigue o no la serie. Hoy en día no te preocupas como antes en seguir una serie por la tv cuando puedes verla por internet cuando tú quieras y sin anuncios….y es una pena que los que tienen el poder, y el dinero, que para mi es lo mismo, piensen en buscar series en plan”pantoja penas y marujeos ….(que tb tienen su público y oye que para gustos colores)y descarten hacer series como La fuga ….buscando un público más mayor…es una pena porque al final terminamos consumiendo solo producto internacional, HBO,Showtime….porque claro en esto de las series españolas tb tenemos el problema de “tiene que ser políticamente correcto” no me imagino yo un True Blood , Weeds o Californication, made in spain…..Pero luego si hay que sacar los trapos mas sucios y dejar al descubierto mas miserias mas lamentables de la gente ,y en horario infantil, ahi si que estamos los españoles dándolo todo!!!
Y nada, estos días , hoy , he visto los últimos capitulos que tenía pendientes de la fuga, y con la noticia de que no seguiría….me lo he pensado dos veces, simplemente por el cabreo que tenía, otra serie que mola y que quitan…
Bueno, llegué hasta tu blog buscando “contacos”que mal suena ….jaja, yo no soy guionista, ni mucho menos, mas bien actriz frustadisisa por las falta de oportunidades para caras nuevas que hay en España,que con la crisis pues más jodido aún , y para evadirme pues escribo.
Tengo un proyecto que tardé años en terminar, te pones, lo dejas…y claro, mi sueño es poder levantarlo algún día, y cotilleando por el twiter de Nacho Faerna, he terminado aqui.
Te dejo mi mail con la esperanza de que un día que tengas tiempo y te apetezca leer un ratín te leas mi historia y quién sabe?lo mismo hasta mereció la pena.
Sin animo de caer en el peloteo, gracias por escribir ,por hacer posible proyectos que consigan evadirnos de la dura realidad que nos ha tocado vivir en España.
María
maria_ca1985@hotmail.es
Muy interesante todo lo que se cuenta aquí, no paraba de asentir con la cabeza, puesto que estoy de acuerdo con casi todo lo que cuenta Muñoz. Para mi La Fuga a sido una grata sorpresa y no entiendo que haya habido “desenganche” de la estupenda trama. El reparto muy cuidado y creible, decorados y diálogos muy logrados, en fin una delicia para gente que bebe los vientos por buenas series, como The Shield, Carnivale, etc, etc..
Supongo que ese es el problema, ¿Qué perfil de series vemos aquí?.Más educación televisiva y cambio de modelo para las audiencias
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Quisiera revindicar,la falta de respeto de los programadores de FdF ,con respecto a los teleespectadores de las series,nos repiten una y otra vez los mismos capitulos de mentes criminales
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