Por David Muñoz.
Hace poco, revisando en una clase la escaleta de un guión de largometraje de una alumna mía, nos dimos cuenta de que el mayor problema que tenía es que se había empeñado en incluir una historia de amor que sin aportar mucho a la trama principal, competía con ésta en importancia (y número de páginas/minutos en pantalla). Que el protagonista se enamorara era irrelevante de cara a contar lo que mi alumna quería contar. Además, el guión ya tenía un componente emocional muy fuerte que no requería de más apoyos. El argumento giraba sobre la amistad entre dos chavales que en 90 páginas se juraban lealtad, se traicionaban, trataban de matarse… de todo. En realidad, la suya era la única “historia de amor” que había que explicar bien.
Así que decidimos eliminar la historia de amor. Y creo que el guión funciona ahora mucho mejor. No creo que nadie eche de menos a la pobre chica que durante dos versiones vivió en sus páginas.
Después de la clase estuve pensando un buen rato en lo que había hablado con mi alumna. Y me di cuenta de que muchas películas tienen el mismo problema que su guión. Solo que en ellas, antes del rodaje nadie tomó la decisión de eliminar la “historia de amor”.
Por Ej. en “El origen del planeta de los simios”, el protagonista, Will Rodman (James Franco), se enamora del personaje que interpreta Freida Pinto. Se enamora un poco porque sí, a una velocidad de vértigo, y su subtrama podría ser eliminada totalmente de la película sin ningún problema. Salvo por la escena en la que Cesar siente celos cuando se besan (dónde en vez de con una novia formal, Rodman podría haber estado con una amiga), nada de lo que ocurre entre ellos contribuye a hacer de “El origen del planeta de los simios” una película mejor. Más bien ocurre lo contrario. Al largo de Rupert Wyatt le pasa como a la versión del guión de mi alumna. Ya cuenta una “historia de amor”, la de Franco y Cesar, el chimpancé que evoluciona. Ese es el eje emocional de la película. Todo lo demás está de más. Encima, Rodman también vive otra relación muy intensa: la que le une a su padre enfermo. Una relación que también podríamos calificar como de “historia de amor”. Solo que en este caso funciona. Por dos razones: porque forma parte de la trama principal (sin esa enfermedad no habría historia) y porque, como es lógico siendo una historia de padres e hijos, la pillamos digamos que “empezada”.
A ver si consigo explicarme. Creo que en este tipo de películas, donde el romance no es el elemento principal, es posible contar historias de amor, pero siempre que sirvan a la trama principal, que contribuyan a hacerla avanzar (como en “Drive”, de la que ya hablé aquí hace unas semanas). Pero, si no es ese el caso y aún así se quiere tener un componente sentimental importante, en vez de optar por historias de “enamoramiento” (chico conoce a chica, etc.), que exigen un desarrollo, una evolución, y requieren de un número de páginas más o menos importante para ser contadas en condiciones, es mejor explorar cómo afectan los acontecimientos a relaciones ya asentadas, que siempre piden menos explicaciones porque el espectador las da por hechas.
No es un Ej. muy reciente, pero lo cito porque he vuelto a ver la película hace muy poco: por Ej. eso es lo que ocurre en “Donnie Brasco”, un peliculón de Mike Newell de 1997 donde Johnny Depp interpreta a un policía infiltrado en la mafia que acaba simpatizando con el mafioso al que pone cara Al Pacino. Una subtrama muy importante de la película (especialmente en la edición extendida editada en DVD) es cómo afecta lo que ocurre a la relación de Depp con su mujer. Y funciona perfectamente. Porque su desarrollo no “choca” con la verdadera “historia de amor” que se está contando, la que surge entre el agente Pistone y “Lefty” Ruggiero.
Las historias de amor (de enamoramiento) en presente, son tan intensas, se apoderan de tal manera de nuestras vidas, y de las de nuestros personajes, que restarles importancia dedicándoles una subtrama chapucera es trivializarlas, convertirlas en innecesarias, provocar que se sientan como un “pegote” que sobra, o que compite con la verdadera historia que estamos contando, reclamando una atención por parte del espectador que no se merece. Si no se cuentan bien, mejor no contarlas.
Un Ej. de trama de este tipo bien escrita: la historia de amor de “Avatar”. El relato de la transformación de Jake Sully es el de su enamoramiento. Ambos son inseparables. Son uno.
Ej. de “mal” muy reciente: “Chronicle”. La película a mí me ha parecido estupenda. Puede que sea la mejor película de superhéroes de la historia. Una mezcla muy poderosa entre “Akira” y “Miracleman” (y si los no aficionados al cómic no conocéis ni una ni otra serie, ya estáis corriendo a comprarlas, os estáis perdiendo algo muy grande; aunque ahora caigo en que a lo mejor no pueden encontrarse ahora mismo ediciones de ninguna de las dos…). Pero además de contar la “historia de amor” entre el protagonista y su mejor amigo, el guionista, Max Landis (sí, el hijo de John Landis) y el director y argumentista, Josh Trank, deciden darle una historia de “enamoramiento” al amigo que ni consigue importarnos mucho ni llega a estar contada demasiado bien. Da igual que “la chica” esté en peligro (otra función clásica de “la chica” en este tipo de historias) durante la escena final. No nos importa. No es Lois Lane. No es Gwen Stacy. Es solo una rubia simpática*. Lo importante no es ella sino lo que ocurre entre los dos amigos superpoderosos (que además son primos).
Pero puede que el caso más flagrante de historia de amor mal llevada insertada artificialmente en una historia de amistad sea “The Social Network”. ¿A alguien le importa que el protagonista no consiga a la chica? ¿No habría sido mejor concentrarse en explicar mejor que significa para él perder a su mejor amigo que en añadir ese epílogo que solo sirve para remachar que los ricos también lloran?
Según escribo me doy cuenta de que hay muchas historias de amistad “contaminadas” de historia de amor. Es casi un subgénero.
Viendo las películas que he usado de Ej. siempre cabe preguntarse. ¿Cómo es posible que gente tan lista como la que ha imaginado esas películas, cometa errores tan obvios?
Pues porque probablemente no los han cometido ellos.
Es cierto que a veces cuando se incluyen historias de amor “pegote” puede ser que sea porque al guionista le ha salido casi sin darse cuenta (incluir este tipo de tramas se ha convertido en casi un automatismo, especialmente en televisión), y éste cree –equivocadamente- que sin ella su guión no es tan intensa como debería ser. Pero más a menudo se debe a que sus jefes se lo han pedido para tratar de convertir la que perciben como una historia de “tíos” en una película que pueda atraer a las salas al público femenino. Un público sobre todo juvenil al que se supone (y vaya con el razonamiento sexista) especialmente interesado por este tipo de tramas. Así que como la película va de otra cosa, de todas maneras se toca el asunto como de refilón, por lo menos para poder insertar en el tráiler imágenes de la pobre actriz a la que le toca interpretar un papel sin sustancia. El hermoso florero que decora la habitación pero cuya ausencia tampoco sería echada de menos porque total tampoco sirve para nada útil. Papel que por cierto, le cae a menudo a Frieda Pinto (la última vez, en “Inmortals”).
En ese sentido, resulta interesante lo que hicieron con “la chica” los guionistas de otra película de superhéroes, “Green Hornet”. Tengo amigos que la odian y creo que fue un fracaso en taquilla, pero a mí me gustó mucho. Dirigida por Michel Gondry y coescrita por Seth Rogen (también protagonista) y Evan Goldberg, “Green Hornet” es una película de superhéroes que es también un comentario irónico sobre la manera en la que se escriben habitualmente las películas de superhéroes. Podría decirse que es una especie de “Adaptation” con máscara. Por eso, en este caso “la chica”, Cameron Diaz, no se convierte en el interés sentimental del protagonista (aunque a éste le habría gustado que lo fuera) ni se transforma en una damisela en peligro en el clímax. La historia “de amor” es entre Britt Reid, el millonario que se transforma en Green Hornet, y su asistente Kato. Cómo debe ser. Y dado que la película sabe que Diaz podría haber sido otra Lois Lane venida a menos, el guión está salpicado de momentos que nos lo recuerdan. Aún así, no acaba de funcionar muy bien. Porque al igual que por mucho que quiera ser distinta, al final “Green Hornet” es parecida a muchas otras películas de superhéroes (especialmente en su tramo final) y en última instancia su afán por romper las convenciones es más una cuestión de forma que de fondo, también se hace muy raro ver a Cameron Diaz interpretando un papel que normalmente le hubiera tocado a un actor secundario carismático (porque lo único que hace es “mover” información y protagonizar gags sobre su condición de “chica”).
Al final, si su personaje adquiriera conciencia, al estilo de los de “La rosa púrpura del Cairo”, también se preguntaría: ¿qué hago yo en esta película?
*Ayer leí una entrevista con el director en la que éste decía que la subtrama romántica de “Chronicle” tendría más peso en la versión extendida de la película que se editará en DVD. Tengo curiosidad por verla y por descubrir si se han solucionado alguno de los problemas de la versión que se ha estrenado en cines.
Reflexión de última hora:
Comentando este texto con una amiga en un intercambio de mails privados, he caído en que al hablar de cómo se insertan artificialmente historias de amor en historias de amistad, he usado ejemplos de historias de amistad entre hombres, y hasta de entre un hombre y un animal, pero ninguno de amistad entre mujeres. Y no lo he usado porque no se me ha ocurrido. Puede que porque no hay tantos de los que tirar (y que me corrija algún lector si me equivoco), dado que, cuando se hace, suele ser con la intención de “feminizar” una historia que los productores perciben como muy de hombres y por tanto temen que pueda echar para atrás al público femenino. Mientras que no se suele suponer que metiendo una historia de amor de una mujer con un hombre vas a atraer al público masculino a una película “para mujeres”.
Eso lleva a otro tema, que también me sugería mi amiga, y es que, usando sus palabras, parece que “el cine protagonizado por hombres representa a todo el mundo y el protagonizado por chicas sólo a las chicas”. Por eso, pensando a sí, y por muy errónea que sea la lógica que sustenta dicho razonamiento, parece que tiene sentido meter una historia de amor en una “película de tíos” para atraerlas a ellas, pero que introducir elementos a priori masculinos en una “película de tías” es perder el tiempo. La verdad es que es un tema interesante y del que trataré de hablar en el futuro.
No sé si es sexista o no, pero lo de que el público femenino exige una historia de amor no es una teoriía, es un axioma.
Vale, de acuerdo, no todas las mujeres, etc…. pero el público femenino en general, lo exige.
Y si la historia de amor es un pastiche, lo que tienes que hacer es empezar de nuevo y que deje de serlo.
En el planeta de los simios, por ejemplo, el padre puede dejar de ser el padre y convertirse en la mujer.
Por otra parte, es desesperante ver el poco peso que tienen los papeles de mujeres en el cine actual. me refiero papeles de verdad, no pantomimas histéricas tipo “Sexo en Nueva York”. Ya no hay cine de mujeres. Ni siquiera las mujeres cineastas hacen verdaderas películas de mujeres.
un saludo.
Yo no entiendo muy bien qué es eso de “cine de mujeres”. Me imagino que consistirá en crear personajes femeninos tan completos y llenos de matices como algunos masculinos. De momento parece que se hace más en las series de televisión con personajes como Carmela Soprano o Skyler White.
La realidad está llena de mujeres complejas e interesantes, a ver si pegan el salto a la ficción de una vez.
Me ha parecido una entrada estupenda, como de costumbre. Y estoy de acuerdo en casi todo.
Lo único en lo que discrepo es en la historia de amor de “La red social”. Creo que la motivación inconfesa del prota es hacer algo grande para canalizar la frustración y el resentimiento de verse rechazado tanto por su chica como por la élite universitaria (ambos temas entrelazados desde el principio) De hecho, creo recordar que los momentos en que el prota toma decisiones que impulsan su proyecto coinciden con reencuentros en los que vuelve a ser rechazado por la chica.
De un modo u otro, me parece un gran post.
Desgraciadamente en las historias que al final se convierten en una peli que se proyecta en cines e incluso en series de tv, sin esos papeles o personajes femeninos de “pegote”, ni siquiera aparecerían mujeres,, excepto las “putas” y las “santas”. Las historias, en un 99%, las escriben hombres para hombres. Es así. Como mujer, tanta testosterona, tanto héroe, tanto “amor” sólo entre hombres, me muestra cada día, lo apartadas, ninguneadas y la imagen tan manipulada y sexista que se le deja, en plan limosna, a las mujeres. Personalmente tampoco me interesan las pasteladas ni las historias “femeninas”, que no sé lo que son, ni quiero saberlo. Muy buena la entrada. Has puesto el dedo en la llaga.
¿Cine de mujeres? ¡Cine para hombres, claro está!
Por supuesto se trata de “la chica” que incluyen las películas de amistad masculina, con guerras y tortazos, para que funcionen entre el público varón.
No puedo estar más de acuerdo, Blanca. En realidad, las mujeres, ya tienen el papel principal en las ficciones que emulan las grandes histórias de amor de todos los tiempos. Meryl Strip ha protagonizado muchas de ellas. No entiendo porqué comentaban más arriba, que a ver si esas mujeres extraordinarias pegaban el salto a la ficción de una vez.
Hablas de escenas de amor, pero ¿Cuantas veces puede indicar un productor que hay que poner más sexo como si este fuera un condimento alimentario?
como se llama la pelicula de un hombre que llega a francia bueno el estudia yse encuntra co una mujer y esa mujer el marido se murio y a lo ultimo se concieron y al final guardan una cartas en ub arbol y de encuentra de nuevo por favor dignme como se llam a en el canal cine max
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