ALGUNOS MOTIVOS PARA AMAR CASTLE

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Si hay una cosa que no soporto en este mundo son los procedimentales. Tengo asumido que toda narrativa seriada tiene que tener cierta repetición. Sí, hay pautas de repetición en capítulos de series tan aparentemente heterodoxas como The Wire o Los Soprano. Dicho esto, me cuesta horrores sentarme delante de un producto que se basa en la explotación de una estructura.

Bien. Hace semanas que estoy absolutamente enganchado a Castle. Castle representa, en éstos momentos, la mejor televisión que tengo a mi alcance.

Si no conocéis Castle os hago un breve resumen que contiene toda la serie: Escritor de novelas policiacas se junta con mujer policía para documentarse de cara a un nuevo personaje. Juntos resuelven casos en mutua cooperación y se atraen mutuamente semana a semana. FIN.

Entonces… ¿qué elementos hacen especial a Castle ?

1.- La buddy Movie de finales de los ochenta y los detectives clásicos:

Castle no busca parecerse al procedimental del siglo XXI, sino que tiene su filón fundamental en las series de parejas detectives de finales de los ochenta, con Remington Steele (1982-1987) y Luz de Luna (1985-1989) a la cabeza. Las dos series comparten tres elementos fundamentales que han sido extirpados del procedimental actual: Son historias de detectives, pero tienen un sustrato cómico. Son historias protagonizadas por parejas más o menos improbables y no por grupos y se sostienen sobre una tensión sexual no resuelta constante que cuando se resuelve, destruye la serie por completo.

Las dos tienen, por cierto, cinco temporadas. Castle lleva cuatro.

La otra fuente esencial de la historia de Castle son los relatos detectivescos clásicos. Si bien éstos estaban protagonizados por genios individuales (aunque acompañados ocasionalmente con un compañero en forma de contrapunto emocional) la cuestión fundamental es que cumple las reglas de un género cuyo mejor estudioso, G.K. Chesterton (No os perdáis “Como escribir relatos policiacos” publicado por Acantilado) describió como juegos de inteligencia entre el escritor y el lector. Entendiendo por juego una dinámica de desafío y cooperación.

Chesterton no soportaba que los casos se resolvieran por elementos externos a lo presentado al léctor (sectas milenarias, complejas organizaciones terroristas, etc.) Sino que entendía el relato de crímenes (pues esa es la otra clave de “lo policiaco”) como algo fundamentalmente familiar. Así son las historias de Castle. Todas los responsables han aparecido en la historia y todos, absolutamente todos, tienen motivos de carácter emocional… Lo que nos lleva al segundo punto.

2.- La emoción por encima de la técnica.

CSI, la madre de todas las franquicias procedimentales de los últimos años, la que más éxito tiene y la que ha redefinido el género, representa bastante bien los valores de una determinada concepción de la posmodernidad. Lo emocional se ha sustituido por una serie de procesos tecnificados que aparecen como fiables. Una especie de determinismo científico muy ligado al poder del mercado y sus categorías sobre lo que se puede medir. Lo subjetivo, el razonamiento, es sustituido por máquinas en las que podemos confiar.

Castle funciona en la liga contraria. El laboratorio y la asepsia científica no existen. Lo que existe es la capacidad de observación, las emociones, los conflictos entre las personas. La pista, que es fundamental en CSI es sustituida por la confesión, por el duelo emocional entre cazadores y cazado.

El rol del experto (el científico policial neutro) se pone aquí en tela de juicio con un personaje, Castle, que no es policía y no es experto más que en emociones y tramas y Beckett, que siendo policía se presenta como una fuente de ficción, como un personaje.

3.- Carisma de ficción.

Es esa noción de ficción dentro de una ficción otra de las características fundamentales de la serie. Beckett se convierte en material de ficción al ser Nikky Heat, el nuevo personaje de Castle. Así, las novelas que Castle escribe se colocan como espejo a la propia ficción de la serie. Heat-Beckett intentando pasar desapercibida en un contexto que la ha hecho popular y el propio Castle como celebridad pseudo mediática a la búsqueda de tramas son el contrapunto perfecto y la base para una sorprendente cantidad de historias protagonizadas por personajes de televisión, dramas en teatros, realitys shows, etc. La ficción y la producción de la ficción es uno de los habituales escenarios del crimen en la serie.

Por último, las tramas en si son, a pesar de estar dibujadas con escuadra y cartabón milimétricas (formato obliga) un prodigio de inteligencia en los puntos de partida y llegada y un minucioso manual de cómo ofrecerle pistas al espectador en ese juego que Chesterton tanto valoraba. Aquí, por ejemplo, pensar que sabes quién es el asesino (e incluso saberlo) no es un signo de error por parte de la serie, al contrario, es una prueba de que están haciendo las cosas bien.

4.- TSNR

Quién no conozca el carisma desbordante de Nathan Fillion se ha perdido a uno de los actores más solventes de la televisión actual. Su capacidad para no tomarse en serio a si mismo, su participación en series míticas como Firelfy o que, directamente, han cambiado la forma en la que se concibe la televisión como Dr Horrible Sing Along Blog, le hacen el candidato perfecto para encarnar a un personaje que vive como un personaje, que es totalmente autoconsciente y que solo se relaciona con normalidad absoluta, sin filtros, con su hija y con su madre.

Fillion no conseguiría que Castle funcionará si no fuera por la química que desprende Stana Katic, la agente Beckett de la serie que consigue un personaje humano, muy atractivo y que desprende inteligencia y autonomía permanentemente.

La tensión sexual entre ambos, dosificada con cuentagotas en la serie es el elemento más volátil de la mezcla explosiva que supone el funcionamiento de cualquier serie. En el errático sistema de programación que Cuatro ha decidido poner para programar los capítulos (mezclando temporadas) y que es cómo yo me he enganchado a la serie, se han dejado ver momentos en los que el tono cómico y la alegre despreocupación han dado paso a enamoramientos más o menos dramáticos y llantinas. Me temo que el día que ese sea la norma la serie bajará muchos enteros. Por el momento, a disfrutar.

 

4 comentarios en «ALGUNOS MOTIVOS PARA AMAR CASTLE»

  1. Yo también odio las procedimentales con toda mi alma, pero Castle me ha enamorado en los últimos meses, la 4ª temporada está siendo fantástica, quizás más dramática de lo que fueron las 3 primeras, pero eso ha hecho que me enamore más de sus personajes y de la serie en sí.

    Ahora mismo es una de las series que más espero con ansia semana a semana, y decir eso de una procedimental, tiene tela.

  2. yo también me he enganchado en la caótica repetición de cuatro y tengo siempre abierta la guía de episodios para ir ubicándome, porque, además, al ritmo que van de quince episodios semanales el cambio de una temporada a la otra (sin tener todos los referentes) era una locura.

    a menudo veo series mientras hago otras cosas y, sin embargo, necesito concentración total con ‘castle’. lo nunca visto en una serie de detectives (excepto el último ‘sherlock’, que vaya también).

    qué penita lo de las cinco temporadas de ‘hechizo de luna’ y ‘remington steele’…

  3. La verdad que yo soy adicta a esta serie creo es la mejor serie que he visto, en mi pais estan promocionando ya la 4ta temporada, pero dice que muy pronto, igual voy con la tempotada de USA faltando los 2 cap.demasiado buena esta serie el que no la ha visto la recomiendo…

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