Hola a todos. De vuelta por aquí para un análisis.
Las reglas son las de siempre. A partir de aquí hay dragones. Espoilers. Adéntrate si quieres, pero no reclames.
“Los hombres que no amaban a las mujeres” es la adaptación norteamericana de la primera novela de la trilogía “Millenium”, del escritor sueco Stieg Larsson. Las novelas alcanzaron un descomunal éxito comercial. Tras una adaptación sueca de toda la trilogía, llega la versión norteamericana. La primera de las novelas la ha adaptado Steven Zaillian (autor, entre otros, del guión de “La lista de Schindler” y coautor del de “Moneyball”, actualmente en cartelera). La dirección ha corrido a cargo de David Fincher.
Breve resumen
Mikael Blomkvist, un periodista que ha fracasado en su intento de desenmascarar a un corrupto empresario (Wennerström) se embarca en la resolución de otro caso. Otro empresario, Vanger, le promete entregarle a cambio información reveladora sobre su enemigo. Para investigar este asunto, la desaparición de Harriet, sobrina de Vanger, contará con la ayuda de una singular hacker, Lisbeth Salander, con la que iniciará una relación sentimental.
Pequeño análisis de la estructura
Detonante de la acción: Mikael es condenado por acusar sin pruebas al empresario Wennerström. Perderá todos sus ahorros. La condena además supone en gran desprestigio para la revista “Millenium” con cuya directora tiene una relación sentimental que no parece del todo oficial.
Primer acto:
Tras su caída en desgracias, Mikael recibe la oferta de Vanger, un viejo empresario: si resuelve un viejo misterio familiar (la desaparición de su sobrina Harriet) le proporcionará información confidencial para poder desprestigiar a su enemigo Wennerström.
En una línea paralela, Lisbeth Salander, hacker contratada por Vanger para investigar a Blomkvist antes de encargarle el trabajo, sufre un inesperado cambio de “tutor” (minuto 23, punto de giro de la trama personal de Lisbeth).
Primer punto de giro: (Minuto 25) Blomkvist deja la revista, acepta el trabajo de Vanger y se va a Henested.
Segundo acto:
Blomkvist comienza a investigar el caso de Harriet Vanger: conoce a toda la familia Vanger.
Mientras tanto, el nuevo tutor abusa sexualmente de Lisbeth: sólo si le complace tendrá acceso a su dinero.
Trama de Lisbeth Salander. Lisbeth se venga de su tutor. Le chantajea y logra acceder a su dinero. (min. 65)
Trama principal: Blomkvist descubre que las anotaciones del cuaderno de Harriet corresponden a citas bíblicas. Se abre la posibilidad de que el caso de Harriet tenga que ver con un asesino en serie. (Min. 72) (Para mí este punto marca el centro del segundo acto)
Blomkvist necesita ayuda y “contrata” a Lisbeth. Ambas tramas se funden. Min. 76
Lisbeth halla las muertes correspondientes a las citas bíblicas. Se confirma la teoría del asesino en serie.
Blomkvist recibe un disparo. Lisbeth le cura. Se acuestan. (Min. 98)
Segundo punto de giro:. (Min. 110) Cada uno por su lado, Lisbeth y Blomkvist averiguan la relación del padre de Martin con los crímenes. Lisbeth también averigua la relación del propio Martin.
Tercer acto:
Mikael acude a ver a Martin mientras Lisbeth trata de llegar a tiempo para avisarle de lo que ha averiguado.
Clímax: Mikael a punto de morir a manos de Martin. Lisbeth llega a tiempo de liberarle. (min. 120)
Martin muere, perseguido por Lisbeth. (Min 130)
El caso está resuelto. Harriet, en contra de lo supuesto, está viva, en Londres. Bajo otra identidad.
Tercer punto de giro: la información sobre Vennerström que Vanger entrega a Blomkvist es inútil. No podrá vengarse de su enemigo. (Min. 140)
Cuarto acto:
Actuando por su cuenta, gracias a información obtenida ilegalmente y a un préstamo de Blomkvist, Lisbeth logra desviar los fondos de Vennerström.
Vennerström, desprestigiado y arruinado, muere a tiros. (Min 150)
Lisbeth, enamorada de Blomkvist, le compra un regalo. Ve cómo éste vuelve con su pareja. Lisbeth se marcha, desengañada, tras tirar el regalo. (Min. 153)
Protagonistas:
Mikael Blomkvist y, en menor medida, Lisbeth Salander
Antagonista:
Wennerstrom, Martin Vanger (el asesino), el tutor de Lisbeth.
Objetivo del protagonista:
Probar la culpabilidad de Wennerström, para ello, resolver el caso de Harriet Vanger. Establecer la verdad. Recuperar su prestigio.
En el caso de Lisbeth: ayudar a Blomkvist, del que está enamorada, a desenmascarar a Wennerström. Además, parece tomarse de manera personal los casos sobre violencia contra mujeres. Posiblemente sufre algún trauma por alguna experiencia anterior.
Aliados: Vanger, Lisbeth (si consideramos a Blomkvist el único protagonista), algunos miembros de la familia Vanger, policías, testigos…
Obstáculos, reveses: Tutor de Lisbeth, disparo, otros miembros de la familia Vanger…
Mi análisis:
Me da la impresión de que cualquiera que haya visto la última película de David Fincher habrá salido con una extraña sensación.
La película parece acabar veinte minutos antes del final.
Pero sigue.
Aunque la película nos presenta inicialmente a Blomkvist derrotado por un empresario que acaba de ganarle en los tribunales, todo parece empezar realmente cuando el millonario Vanger le ofrece resolver un asunto familiar. Esto se debe en gran parte a que nunca presenciamos un enfrentamiento entre Blomkvist y su antagonista, a que se nos presenta la derrota inicial del protagonista como algo que simplemente detona la acción. A Wennerström se le ve escasos segundos y, casi siempre, a través de breves declaraciones a la televisión. Evidentemente, no parece el tipo de presencia que suele tener el antagonista del héroe en una película convencional.
(Por cierto, la historia ocurre en Suecia pero… los personajes hablan en inglés – muchos de ellos con acento nórdico. Muchos textos están en sueco. Otros, en inglés. Imagino que la decisión de mantener la historia en Suecia, en lugar de adaptarla a los Estados Unidos tiene que ver con mantener algunos elementos de las novelas – implicación de algunos personajes en el nazismo, por ejemplo – pero admito que me produjo una extraña incomodidad durante gran parte de la película ver a actores norteamericanos haciendo de suecos que hablan entre sí en inglés – eso sí cada uno con su interpretación del acento nórdico).
Otra singularidad de la película de Fincher es la trama de Lisbeth Salander, que se mantiene casi completamente independiente de la principal durante la mitad de la película. Esta subtrama sirve para presentar al personaje más singular de la película y, en mi opinión, contiene las mejores secuencias, sin embargo, desde un punto de vista estrictamente narrativo, todas ellas son prescindibles. No es necesario para comprender la historia principal el saber que un tutor abusa de Lisbeth y que ésta se venga finalmente de él.
El grueso de la película, lo que podríamos calificar de larguísimo segundo acto (o de segundo y tercer acto en una estructura de cuatro) consiste en la resolución de un caso familiar que afecta a los Vanger, una rica familia cuyos miembros no parecen llevarse demasiado bien entre sí. Algunos de ellos tuvieron vergonzantes simpatías por los nazis.
La investigación sigue los procedimientos habituales: búsqueda de documentación, entrevistas con testigos y/o familiares de la desaparecida. Un giro sorprendente tiene lugar cuando, gracias a una anotación en la libreta de Harriet, Blomkvist sospecha que el caso tiene algo que ver con una serie de versículos bíblicos. Y, tal vez, con un asesino en serie.
En mi opinión, esta trama tiene algo de tópica: el propio Fincher dirigió una gran película de psicópata asesinando según textos religiosos (en aquél caso, los 7 pecados capitales). De “Se7en” hace ya 16 años. Desde entonces, se han rodado incontables thrillers con este tipo de argumento.
Pese a estar hábilmente escrita y excelentemente dirigida, la historia principal resulta, en mi opinión, algo vulgar: la pista de la libreta lleva al clásico mapa en el que se marca el lugar en el que apareció cada víctima, la investigación sobre los movimientos del tío de Harriet acaba indicando que éste se encontraba siempre en la ciudad en la que se cometió el crimen. Una original (y en mi opinión algo inverosímil) variante sobre el tema del psicópata aparece cuando se descubre que Martin siguió los pasos de su padre cuando éste falleció y continuó sus crímenes siguiendo un ritual similar.
Martin muere y la desaparecida Harriet es localizada por Blomkvist en Londres, donde vive bajo otro nombre. Ahora que el asesino ha sido descubierto, puede regresar con su familia. El regreso de Harriet, que es abrazada por su tío ante la mirada de los investigadores sería la penúltima secuencia de una película clásica. La última permitiría adivinar cómo será en el futuro la relación entre los dos investigadores y qué futuro les espera.
Sin embargo, ahí es donde “Los hombres que no amaban a las mujeres” (y tal vez también la novela y la película sueca – no las conozco) resulta sorprendente. De pronto, la historia vuelve a ser la de Mikael contra el empresario que ganó su demanda por difamación, ese Wennerström al que apenas hemos visto.
El cuarto acto (o larga coda) de la película muestra como Lisbeth ayuda a Mikael a librarse de Wennerström. Es llamativo que el protagonista de la película desaparezca casi completamente en los veinte últimos minutos y que la resolución de su problema principal recaiga en su colaboradora y amante.
Hacía tiempo que no veía una película comercial que transgrediera así las “normas” del guión.
La pregunta es ¿funciona?
Mi respuesta es… no lo sé. Algunos opinarán que la parte final, con Lisbeth disfrazándose y arruinando al empresario en un vertiginoso montaje es prescindible. Otros la contemplarán con interés. Personalmente, encontré que la maravillosa manera de dirigir de Fincher hacía que esa última parte de la película fluyera mágicamente. Sin embargo, también fui consciente de estar viendo algo que pertenecía a “otra historia”. Me gustó, pero mi implicación emocional, ahora que había acabado la historia principal, fue mínima. Narrativamente es una decisión arriesgada.
¿Por qué se tomó esta decisión?
Sobre esto, evidentemente, sólo podemos lanzar especulaciones.
Ahí va la mía:
Opino que acabar tras la resolución del caso principal hubiera dejado para los espectadores las cosas excesivamente cerradas… si lo que uno pretende es producir dos películas más con los mismos personajes.
Los veinte últimos minutos permiten que veamos al duro personaje de Salander arruinar a Wennerström sólo por amor a Blomkvist. La última secuencia, nos revela que ese amor no parece correspondido. ¿Será así como acabe la relación de los dos? ¿Volverán a unirse? Dejar estas preguntas en el aire tal vez anime a más espectadores a ver la segunda parte de la trilogía.
La pregunta que yo me hago es esta otra. ¿La siguiente película también la dirigirá Fincher? En caso afirmativo, la veré, sin duda.
Por Daniel Castro (Guionista en Chamberí).
Un buen ejemplo para que Muñoz, Barrejón y Chico aprendan a escribir post’s.
También puedes escribir tú un post, si quieres, en lugar de dar lecciones de no se sabe qué en los comments.
Y los post’s? Son los nuevos M&M’s?
Daniel Castro, qué feo que digas estas cosas con seudónimo.
Jajaja… no me hagas reír, Chico, que te saco del armario.
Javi, coño, aprovecha la oportunidad que te regala Barrejón y déjanos a todos boquiabiertos con tu fantástica escritura.
Muy buen análisis, Daniel.
Muy de acuerdo contigo en casi todo. La historia que nos interesa acaba veinte minutos antes que la película, como si fuera entre paréntesis.
Y aún así… Yo, personalmente, la seguí a gusto y agradeces esos veinte minutos más de regalo, aunque ya estés fuera. Por supuesto por Fincher, pero también por ella, que es la verdadera bomba de la película, y cuya historia acaba veinte minutos más tarde que la del protagonista.
Gracias por el post.
No he visto esta versión. Sí vi la sueca y leí la novela en su día.
No recuerdo si peli sueca acaba con el hundimiento de Wennerström (recuerdo vagamente una secuencia de montaje, pero no estoy seguro). La novela sí lo incluye, y de manera mucho más extensa (con viaje a Gibraltar, incluido). Además, Harriet no aparece en Londres, sino en Australia (donde cría ovejas). Y, rizando el rizo, Harriet pasa a ser accionista de la revista para la que escribe Mikael.
Por lo que comentas, parece que la película hereda, con bastante fidelidad, los posibles defectos dramáticos de la novela. Quízás sea porque la novela está concebida como parte de una serie, con una trama horizontal centrada en Salander (fundamentalmente) y Mikael (en menor medida) y tramas episódicas, la primera de las cuales es el caso Vanger. Debería haber hecho una serie y no una peli.
Siempre he pensado que lo mejor de la saga Millenium es el
personaje de Salander.
Es el único personaje con matices, con contradicciones. Los demás, cualquiera de ellos, es bueno o malo, sin zonas grises. Incluso la relación de Mikael con su jefa, que podría proporcionar una zona turbia a su personaje, se devalúa al modernizarla con la aceptación del marido de ella. Tampoco ayuda que en la novela se incluyan las listas de la compra en Ikea.
A propósito de listas de Ikea. Últimamente pienso que
para escribir un best-seller hace falta rellenar seiscientas
páginas con morralla.
En la saga Millenium, por ejemplo, en el primer libro la historia
tarda unas doscientas páginas en arrancar. Además suele
incluir la biografia de personajes secundarios (yo diria
terciarios) que no afectan a la trama. No entiendo la razón, la
verdad.
Una vez intenté leer un libro titulado “El quinto dia”. La historia
va sobre una especie de monstruo marino y unos investigadores.
La primera secuencia es la tipica en la que un pescador es
atacado por el monstruo.
Pues el tio se tira cincuenta páginas contando su vida, la de
su padre, y la de su abuelo. Y tu sabes que esa información
no sólo es aburrida, sino que es irrelevante y no va a aparecer
en el resto del libro. Eso si, el libro tiene unas ochocientas
páginas.
Esta peli debería catalogarse en España como de ciencia-ficción: un periodista que acaba en la cárcel por culpar sin pruebas, caídas en desgracia, escándalo público… Eso suena aquí como lo de “atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhauser”.
Estoy de acuerdo en la estructura del guión resulta un tanto “rarita” con ese largo epílogo. Sin embargo, este queda perfectamente justificado como explicación de los sentimientos de Salander por Blomkvist y, como bien apuntas, como puente a las siguientes entregas.
Lo único que encontré más flojo de la película, comparada con otras de Fincher, fue la fotografía. Demasiado “plana”… No sé, tal vez sea un recurso del director para transmitir ese rollo frío y sueco, pero me pareció un poco pobre ese aspecto.
Yo he visto la sueca, y las sensaciones son parecidas.
Creo que la forma correcta de ver la película (y, seguramente, leer el libro) es considerarla el piloto de una serie, no una historia individual.Huele demasiado a presentación de personajes como para ser otra cosa.
Por otra parte, todo es demasiado tópico, “de laboratorio de best-sellers”: los nazis, las citas bíblicas… hasta el personaje de Salander es ortopédico. Ésta es como “Harry Potter”, de la que ningún librero había oído hablar hasta que vieron la campaña por la tele…. una campaña y después una serie de novelas.
Fincher es muy bueno,, pero de donde no hay, no se puede sacar y en “Millenium” no hay nada más que publicidad.
Un saludo.
PS: conste que es una opinión personal.
De hecho, los suecos rodaron una serie de 6 capítulos que luego convirtieron en tres películas.
Pingback: Entre paréntesis (Millennium: los hombres que no amaban a las mujeres) « Los mejores ratos
¡Gracias por el enlace y el comentario!
Respecto a la estructura de guion ‘rarita’, lo es… hasta cierto punto.
Hoy en dia la norma es que segun acaba la historia principal se acabo el asunto, o como mucho escena de celebracion, palmaditas en la espalda para todo el mundo y a casa que hace frio. Pero eso es algo mas caracteristico del cine, donde la gente se pone nerviosa si tiene que seguir sentada en la butaca y se le ha acabado la provision de palomitas. En la literatura, donde puedes ‘pausar’ el libro en cualquier momento y e irte a tomar un cafecito tranquilo a la cocina, la cosa cambia. Los epilogos funcionan mucho mejor. En las novelas de Jane Austen, por ejemplo, comoquiera que la Austen andaba siempre soltera, cada vez que se aburria se ponia a escribir epilogos. Y la cosa es que funcionaban bien. De ‘Emma’, si no recuerdo mal, el ultimo tercio de la novela es epilogo (no es broma). Y ya mas reciente, el ‘Lord of the Rings’ (la novela) tiene un epilogo que podria pasar por una novela corta. Y con una trama que daria para hacer una pelicula sin problemas. Esa trama se la cargaron por completo en la version cinematografica.
El problema con Millenium es que luego sigue. Y si se saltan la minitrama donette al final de la primera entonces les toca ponerla al comienzo de la segunda, que es por lo que optaron en la version suecada y que ayudo a que fuera aun mas liosa si cabe (si hay gente que se lia en la primera novela, en la segunda se haran directamente el harakiri, que ademas suena a mueble sueco de ikea). Eso y que Noomi Rapace parecia bastante mas equilibrada, lo que le quitaba morbo al asunto. Y hacia el arco de personaje menos interesante y, carajo, pues eso, que le quitaba morbo.
Yo me leí las tres novelas del tirón y son como un menú del Burguer King: no puedes parar de comer, pero al rato te apetece una ensalada un poco más suave y sabrosa.
La peli de Fincher no la he visto, pero si es como la sueca y como la novela, la estructura que comentas es igual, y aunque ayuda a profundizar en el personaje de Salander, está tan fuera de la trama principal que ésta parece, a posteriori, un incómodo y larguísimo flashback.
Todo lo que parece puesto de más en la primera, es en realidad sembrado para próximas tramas. Desde lo de Harriet hasta lo del tutor de Salander. Al final uno acaba con la sensación de que Larsson fue disparando a bulto, para tener de qué tirar cuando se le acabaran las ideas. Un poco como pasó con Perdidos.
“(en aquél caso, los 7 pecados capitales)” “Aquel” no debería llevar tilde.
Jn, no dudo de que tengas razón, pero, ¿podrías explicarme por qué és no lleva tilde? Me gustaría poder aprender esa norma de una vez.
No se acentúa cuando funciona como adjetivo demostrativo:
¿Quién es aquel tipo?
En aquel caso
Se acentúa cuando funciona como pronombre:
¿Quién es aquél?
Tanto aquél como éste son casos extraños
Con las nuevas normas no es necesario que los pronombres lleven tilde, ni siquiera en los casos de ambiguedad.
Pero la diéresis se sigue usando, ¿no? Por lo de “ambigüedad”
Touche. Que a su vez deberia haber escrito con acento. Igual que ‘deberia’.
Teclado extranjero ;-)
Juan, cariño, vuelve a leer las normas de la RAE. Los pronombres SIEMPRE llevan tilde, lo que no los llevan son los demostrativos como “ese” “aquel”.
Dicho esto, por lo que cuentas, Fincher ha arruinado una buena historia y, una vez más, degradado a un personaje femenino estupendo al grado de “interés romántico” que hace “todo por amor” ¡PUAJ! no pienso verla.
Hola Dani, una duda, ¿el detonante que explicas no sería sólo la situación de partida y la oferta de Vanger lo que precipita la historia? La “historia” entendida como el caso Harriet, claro, porque si se coge el caso Wennerström como trama de la película,
entonces no hay paradigma capaz de explicar semejante estructura: primer acto omitido, segundo acto como una historia independiente -caso Harriet-, y tercer acto con una resolución a manos de una secundaria (de esa historia), un protagonista 100% pasivo y un antogonista que solo lo es de nombre. Aunque, si no sabe que van tras él, poca oposición puede poner, la verdad.
Ika, gracias por comentar los detalles de la estructura. Para eso que escribo estos posts, para que, entre todos, nos pongamos a desmenuzar las historias y tratemos de entender si cumplen algún tipo de paradigma o no, si éstos son útiles o sólo cháchara, etc.
Para analizar usé la opción que servía, en mi opinión, para abarcar la película entera, es decir, el principal antagonista es Wennerström (a pesar de apenas salir en imagen) y el caso Harriet, pese a ocupar casi toda la película, sólo le sirve al protagonista para intentar derrotar a ese rival que le ha derrotado en la primera secuencia. Aunque la resolución de ese caso no le deja en la mejor situación para vencer a Wennerström, sí le ayuda (obtiene información y, sobre todo, conoce a Lisbeth, que es quien, finalmente le ayudará a derrotar al antagonista).
Creo que tu análisis es posible y razonable, pero dejaría sin tratar parte del primer acto y toda esa larga coda (cuarto acto).
Pienso que, en el fondo, la estructura no es tan rara… me recuerda a la de algunas películas de boxeo, en las que, para conseguir enfrentarse al gran campeón que ha derrotado al protagonista en la primera secuencia, éste debe entrenarse y ganar algunas durísimas peleas. Así se gana el derecho a enfrentarse al auténtico antagonista. Eso sí, aquí no es Blomkvist quien se enfrenta directamente al antagonista. Y las “pelesas intermedias” duran muchísimo tiempo.
Muy de acuerdo!
Muchas gracias por desmenuzar la historia…
P.D. Me dejó muy frío este final de “Continuará” la historia de amor…
Hola Dani, gracias por contestar, ¡qué paciencia! :-D
Creo que la estructura se presta a debate porque, como bien señalaron ya en los comentarios, es una estructura de ficción seriada, con tramas de continuidad y tramas autoconclusivas. El problema viene si se quiere analizar como una unidad independiente, ahí empiezan los encajes de bolillos con los benditos paradigmas…
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