Por Chico Santamano.
No sé por qué, pero últimamente el tema de las acciones y/o acotaciones está siendo una conversación recurrente con algunos colegas. – Sí, vale… así de apasionante está siendo mi vida social en los últimos meses.- Y todos hemos detectado con cierto fastidio y asombro que se está extendiendo una especie de ley por la que se prohíbe mimar este apartado en los guiones.
Entre otras cosas, esta ley-no-escrita asegura que la descripción de las acciones cuanto más escuetas mejor. Estoy de acuerdo, pero escueto no tiene por qué significar “telegráfico” o “aséptico”. También dice que si lo que estás contando no se puede enfocar con el objetivo de una cámara no hay que escribirlo. Es decir, líneas como “En la conciencia de Mengano aún pesa lo ocurrido días atrás” estarían prohibidas, puesto que ninguna cámara, por muy digital y 3D que sea, podría registrar el eco de una experiencia pasada si no lo estamos viendo en modo flashback.
El año pasado llegó desde la tele el informe de un capítulo que yo había escrito. Era un informe realizado previsiblemente por uno de esos becarios tan “denostados” últimamente y que, como tenía los manuales y “reglamentos” muy fresquitos, criticó y pidió que se eliminara una descripción que era prácticamente igual al ejemplo anterior.
Era evidente que la “teoría” se la había aprendido, pero la práctica no la conocía.
En la práctica en general y en la tele en particular se rueda muy rápido. Casi no hay tiempo para ensayos y tanto los actores como los directores agradecen un poco de tu ayuda. Si la acotación hace referencia a un raccord emocional que encima viene de un capítulo anterior, nunca está de más que les refresques la memoria. Es decir, si al final del episodio anterior la prota ha sido violada, no es ninguna tontería que les recuerdes que al principio de ese episodio no debería estar canturreando en la ducha.
Ya me diréis qué le importaba al becario el estilo de esas descripciones si esa literatura no se va a “emitir” en el canal que le paga… aunque eso tampoco es cierto.
El año pasado Carlton Cuse, showrunner de LOST, dio una charla en Madrid. El tipo contó cómo en las descripciones de los flashbacks de Sawyer llenaban las páginas de tacos. Frases como “Sawyer coge la puta pistola y sale de la habitación cagando leches” vendían perfectamente la fuerza y el tono “callejero” que el guionista pretendía dar a la escena. De alguna forma, el escritor con su pauta estilística conseguía influir directamente en el pulso narrativo de la secuencia. De la misma forma, los flashbacks de Jin y Sun seguro que estaban cargados de líneas que describían un mundo oriental más elegante y sosegado que el de ese outsider sin hombros llamado James Sawyer.
A no ser que hagas una descripción pormenorizada de todos y cada uno de los libros que pueblan una estantería y los dieciocho cuadros que decoran una pared, los compañeros de arte también agradecen una mínima referencia sobre las localizaciones. ¿La habitación tiene aire retro o minimalista? Si la casa es propiedad de gente adinerada, ¿destila encanto y sofisticación o está sobrecargada de manera vetusta y barroca? Somos escritores y somos buenos, seguro que podemos encontrar un punto medio entre “Menganito observa la casa” y un párrafo eterno de media página que sólo despierta bostezos.
Y es que en esto, como en todo en la vida (menos en los debates de Telecinco), el “punto medio” y la moderación es la clave. Hace unos meses me tocó reunirme con actores. Uno de ellos se quejaba de que cuando leía algunas de las acotaciones que les escribíamos no podía más que ofenderse porque le tratábamos como si fuera subnormal. Marcar acotaciones para su personaje como “Menganito muestra su asombro” para él era insultante. “¡Entiendo lo que sucede en la secuencia… sé que me tengo que asombrar!” La respuesta por mi parte era clara…
“Estamos seguros de que tú lo sabes, pero este guión lo tienen que leer unos señores en la tele, entender la secuencia en toda su dimensión y hacer un informe”. El actor mostró su total asombro al descubrir que el guión pasaba por el departamento de ficción del canal antes de que llegara a sus manos. Pero claro… ese es otro tema… Actores, os queremos. Qué haríamos sin vosotros, pero qué porculo dais a veces, coño.
Buenos días,
Estoy de acuerdo con lo que dices. Ni escueto ni irse por los derroteros de la literatura más descriptiva. Leer manuales puede ser contraproducente si no se digieren.
En cuestiones como estas hay que leer a los maestros de verdad. El guión de “Con faldas y a lo loco” puede leerse casi como una novela breve. Está plagada de acotaciones y “comentarios del director”.
http://sfy.ru/?script=some_like_it_hot
Leer teatro de Tenesse Williams –porque ha sido muy adaptado– también viene bien.
Grande!!!
Amén, hermano.
Totalmente de acuerdo. Y no sólo en televisión. Como dices, un adjetivo puede dar el tono; o una acción concreta.
Imagino que, de hecho, los guiones de la mayoría de series de la AMC no podrían existir sin acotaciones (o descripciones, o acciones, esto ya según la terminología de cada uno). No, cuando muchas escenas suceden en silencio, y lo que cuenta es lo que sucede, lo que se ve, lo que los personajes hacen.
De hecho, si en la tele española se empezara a darle más peso a las acciones, entraría eso que se echa de menos: que sean más visuales que dialogadas.
Extracto de un guión de “Breaking Bad” (ep. 301):
“EXT. MEXICAN DESERT – DAY
This isn’t a border town, but farther south. There’s nothing in the way of pavement or sidewalks — just two red dirt roads that cross in the middle of nowhere, littered on both sides by old adobe and haphazard shanties.
It’s too hot to do much of anything. A few scrawny chickens hunt and peck. A few RESIDENTS brave the midday sun… but we make out OTHERS in silhouette, sitting in the shade of porches and such, minding their own business.
This town has a kind of Old West feel. It might put us in mind of the opening to “The Wild Bunch.” All is quiet. No activity of note. Not until…
… An OLD MEXICAN MAN comes crawling on his belly.
What a face. If Fellini were alive and directing spaghetti westerns, this is a face he’d cast. With skin tanned to the hue of a well-oiled catcher’s mitt and wrinkles deep enough to hide M&Ms, this man is somewhere between seventy and three hundred years old. Here he comes, making his way on knees and elbows padded with a filthy swaddling of tied-on RAGS.
Why the hell is he crawling? Nobody’s behind him, holding a gun to his head. He does it of his own volition. Dirty and dusty, grimacing into the broiling sun, prostrating himself, he moves slowly but deliberately. Left elbow left knee — right elbow right knee — he’s been at it for hours.”
Obsérvense:
– La mención a Fellini y el spaghetti western
– La mención a los M&M que cabrían en las arrugas de una cara
– La pregunta que se hace así mismo el guionista sobre los motivos del viejo para arrastrarse.
Este guión no habría pasado la criba de esos ortodoxos analistas.
pero joder, que gustazo da leerlo
Desde luego, y creo que transmite muy bien el espíritu de la escena.
Me ha gustado mucho el post, un buen análisis. Yo además de escribir guiones, dirijo y como director me gusta también lo que dices.
Un personaje puede ir en coche mirando por la ventanilla sin más, pero puede ir lánguida, y puede ir lánguida porque piensa en su matrimonio roto, o en su madre al borde de la muerte o porque se ha dado cuenta de que tiene baja autoestima. Y esto no siempre se deduce fácil, hay que ponerlo porque en contra de lo que parece, “sí se puede fotografiar” si cuentas con una buena actriz.
Sólo un pero: si hablas de que la habitación tiene un aire retro, sí cuentas algo que se muestra en cámara. Si el actor muestra su asombro, también. Incluso puedes hablar de lo que ocurre en la conciencia de Mengano describiendo sus acciones: se queda pensativo, paralizado, no puede reprimir un gesto de angustia… yo sí estoy de acuerdo con esa norma de contar lo que se ve. Siempre hay formas de hacerlo.
Muy de acuerdo Santamano. Esa ley de que se ha de escribir lo filmable no ha de ser una camisa de fuerza.
Hay que ayudar a crear el tono y ambiente de la secuencia. Por ejemplo, está prohibidísimo decir en un guión que un personaje o un lugar huele de una determinada forma, no se puede fotografiar el olor. Pero… por ejemplo, escribir que el sitio apesta a sobaco de rata, da una idea, y de la idea se puede sacar una imagen con la que el equipo de arte pueda trabajar. Así mismo muchas veces al escribir, creo, se olvida la banda sonora. No puedes decir “…y mientras Kate y Sawyer se miran, Giacchino nos deleita con una de sus composiciones”, pero sí que se puede “inspirar” y sugerir con el lenguaje lo que luego la música producirá.
Hace años hice un curso de guión con Michel Gaztambide,tratando este tema de las acotaciones, nos leyó la primera secuencia de “La caja 507”. En ella se describe cómo una joven adolescente se prepara para pasar unos días fuera de casa, coge ropa, papel de fumar y unos condones. La secuencia, en linea de acción, termina con un “Se planta frente al espejo y se estudia el aspecto. Está guapa y ligeramente tensa. Con dos cojones”. Ese “Con dos cojones” no es fotografiable, pero muestra de forma contundente y directa el espíritu de la secuencia, indica y guía al director, a la actriz y a los demás departamentos.
Hola, amigos guionistas, mejores y con más experiencia que yo. Me ha gustado mucho el post y vuestros comentarios. LLevo años discutiendo con profesores y compañeros de la “División purista tocacojones” que censuran este tipo de acotaciones imponiéndote una visión que imposibilita que el texto transmita un mínimo espíritu de nada, ni tampoco las sutilezas.
Estoy escribiendo ahora una cosa sobre un joven falangista que se comporta como el chico rubio malo de Karate Kid y he puesto esto:
“La gran cicatriz de Josué que se asoma desde el hombro hasta el cuello, lejos de darle aspecto peligroso, revela que este joven de cara limpia y algo aniñada vivió una experiencia que no le pertenecía.”
¿Os parece bien o está fuera de tiesto totalmente? Me interesa vuestra opinión porque como os digo soy aún muy novel.
Muchas gracias y a por ellos, que son pocos y cobardes.
Mi opinión es que “vivió una experiencia que no le pertenecía” es demasiado literario.
Si lo que quieres es mostrar el contraste entre su apariencia de “buen chico” y el turbio pasado que simboliza la cicatriz, podrías cambiar el orden en el que aparecen en la frase: primero la cara limpia y aniñada y luego, desnudándose lentamente, nos muestra su verdadero interior: la cicatriz, aparatosa, mortalmente cercana a la yugular.
Si esa es su única cicatriz, sería algo extraño; si tiene varias, mostraría que suele meterse en problemas. Depende de lo que quieras decir de tu personaje.
Gracias por tu respuesta, Kohonera.
El caso es que esta acotación viene en un momento que no tiene nada que ver con que el personaje se revele físicamente, no lo vemos desnudo ni nada. Es una forma de describir al personaje en un momento en el que está chuleando al prota, que sería como el “Daniel Larusso”, y vemos como la cicatriz le sale desde el hombro por el cuello de la camisa hasta el cuello cerca de la mandíbula. Es como una especie de flash rápido dentro de los diálogos que están sucediendo. Me gusta cómo has descrito la cicatriz, es justamente cómo la he imaginado, pero no quería centrarme en ese flash en cómo es la cicatriz sino en cómo experiencias así le han podido marcar, en parte, para ser el chulángano con cero empatía que es ahora.
Creo que una manera de hacer las acotaciones más interesantes
sería escribirlas como lo hacia Raymond Chandler.
Sus novelas son como guiones y estas deseando leer las
acotaciones. Son cojonudamente inspiradas.
Un ejemplo sería el comentario de los M&Ms que apunta
Kohonera. Muy bueno.
Y curiosa también las referencias de Nicholas VO a
Karate Kid. Una peli que ha marcado una generación.
Todavia recuerdo la gracia que me hizo una escena de
“La red social” en la que los tipos ricos que denuncian al
protagonista dicen que no quieren aparecer como los
malos de la pelicula con la siguiente frase:
“Ël sería daniel Larusso y nosotros los tipos del Cobra Kai”
Tengo una pregunta: He escrito un guion. Thriller “El asesino equivocado” “The wrond murderer”.(Ingles y español – Sinopsis y Plot) Lo he mandado a España y a Hollywood con buenas respuestas, pero en realidad no se ha sido leído. ¿Hay algún lugar en que se interesen en guiones nuevos y que tengan interés en leerlo? Agradecería mucho una respuesta. Desde ya mis cordiales saludos. Enrique
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Amén!
Una vez en un guión de una serie que yo coordinaba estaba escrita esta frase: “Fulanita se levanta y le canta a Menganita las verdades del barquero”. La señora en cuestión había tomado una medicación que le producía desinhibición y por eso decía la verdad a todo el mundo. Cuando se emitió el capítulo en el momento en que esta mujer se levanta para decirle la verdad a Menganita, vi con gran asombro que se ponía a cantar “Naranjas de la China”. Yo no entendía nada. ¿Por qué canta esta señora en este momento “Naranjas de la China”?- pregunté con gran ingenuidad al director a los pocos días cuando me lo encontré en el rodaje. Su respuesta fue: “Porque nadie se sabía la canción de las verdades del barquero”. Desde entonces, Chico, escribo escuetamenta, casi en indio y sin ninguna metáfora. Cuando la pluma se me va y me pongo en plan estupenda me acuerdo de las “naranjas de la China” y borro todo. Un abrazo.
Jajajaja… Pero claro, en ese caso hay que reconocer que hablamos de incompetentes que deberían haber sido inmediatamente despedidos. Lo mismo deberíamos empezar a exigirle más a los demás en lugar de rebajarnos a escribir para mongolos.
¡Mare de Deu! ¡No me lo puedo creer! Desde luego como gag de humor surrealista no tiene precio
Me ha parecido interesantísimo el post, ¡la eterna batalla contra los puristas!
Me encantó este comentario sobre esto, no recuerdo de quién:
“puedes escribir eso, no va a venir la policía del guion a detener a nadie…”
Parece mentira, pero así me siento yo a veces al escribir, por la obsesión de tantos de que está prohibido poner “estados del alma”.
También me dejó muy tranquila la opinión de Ana Sanz-Magallón, a la que pregunté sobre el tema a la primera ocasión que tuve, y respondió:
“Vamos a ver, si conoces al director y sabes que lo va a saber plasmar, leer ‘Era el peor día de su vida’, te vale. No hace falta: ‘Miró a la mesilla de noche, allí estaban la cuchilla de afeitar y las pastillas para dormir…’ ”
A mí esto me dejó más tranquila, vaya.
Me ha encantado el extracto de Breaking Bad que ha puesto Kohonera, muy acertado ejemplo.
Excelente post y comentarios.
Yo, caundo escribo, abogo por acotar al máximos, sobre todo si estoy en una producción en la que se anula la relación guionista-director.
Los actores, luego, ante la rapidez del rodaje agradecen mucho las pautas, marcar los estados de ánimo de su personaje… si hay subtexto, qué e slo que hay detrás de lo que dice… la relación emocional puntual con quien habla…
Eso es la dramaturgia en estado puro, más allá de los diálogos (que deben ser el remache, no la base de lo que ocurre en una secuencia). Y un guión sin dramaturgia, nunca funciona.
Es mi humilde opinión, vaya.
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