FLASHBACK: LA SARTÉN POR EL MANGO

Hola, me llamo Chico Santamano, estoy muy relajado y a punto de irme de puente, pero lo que van a leer a continuación lo escribí un día de julio de 2009. Un día que me enfadé mucho con un productor… y escribí esto:

Advertencia: hoy es uno de esos días de calentón, de estar hasta los huevos y gritar muy fuerte. No admitiré la más mínima discrepancia.

Ya está bien de que nos hagan creer lo contrario. Se acabó. En serio, hasta aquí hemos llegado, señores.

El complejo de inferioridad tenía fecha de caducidad: Julio de 2009. Ni un día más, ni un día menos. A partir de hoy, nadie nos va a convencer de que los guionistas somos un elemento más en el proceso de elaboración de una película.

No. No crean más a ese actor que les dice que sin ellos no habría personajes. Ni a ese director de foto que amenaza con apagarles las luces. Ni a esa maquilladora que asegura que no tapará los brillos de los focos del director de fotografía en la frente del actor. Ni a ese productor que dice invertir su patrimonio (mentira). No les crean, porque si se ponen tontos nos hacemos un curso de Flash, nos creamos una serie de animación para la red y a tomar por culo tanta tontería.

Y no me entiendan mal, todos somos necesarios en esta historia, claro que sí… pero nosotros, los guionistas, más. De hecho, nosotros somos IMPRESCINDIBLES. Nosotros somos el motor de arranque. TODO se pone en marcha cuando acabamos nuestro trabajo. Nosotros ponemos el primer ladrillo y el último. Decidimos cómo y de qué manera va a ser la casa que otros van a habitar meses después.

Señores… nosotros parimos, nosotros decidimos.

Durante décadas hemos sido el eslabón más débil. Hemos regalado nuestras historias a cambio de calderilla (en el mejor de los casos). Se acabó el dar nuestros guiones para que el productor nos los queme por las televisiones y nunca más podamos resucitarlo.

¿Que estamos en crisis? ¿Que no tienes pasta para pagarme una opción de compra? De puta madre. Entonces, no quiero dinero si “supuestamente” no lo tienes. Pero… Págame un piloto. Págame un corto. Ah… ¿Cómo? ¿Que insistes en que no tienes pasta? Si no eres capaz de que te dejen las cámaras, las luces e involucrar a más gente en mi piloto/corto por la cara… NO ME INTERESAS. No eres buen productor.

Me río de las comidas que tú te tienes que pagar con altos ejecutivos de las cadenas en comparación con mi ilusión, esfuerzo y dedicación durante meses y meses.

Y los actores… ojo… ojo que os veo venir. No os penséis ni por un momento que vais a meter mano en nuestros derechos de autor (antigua pretensión del gremio). Ni de coña. Vosotros sois ACTORES. No sois autores. Claro que nuestras líneas en boca de Javier Gutiérrez no suenan igual que en la de Dustin Hoffman. Pero la gran mayoría de guionistas no cobran al día, ni por asomo, el sueldo mínimo que un actor tiene estipulado por convenio. Es más… ¡Ojala tuviéramos convenio!

Por no hablar de que cuando un niño de “El Internado” hace una telepromoción cobra una pasta. Y ese actor no se escribe sus textos precisamente. Se los escribe un guionista que no ve un puto duro por hacer ese extra. Ah… y si tan “autores” os creéis algunos… Empezad a acordaros de nosotros, vuestros “compañeros guionistas”, cuando os den un Goya, un Oscar o un TP. Que nunca nos nombráis a no ser que el guionista sea el mismo director. Sabed que es de bien nacidos ser agradecidos.

Guionistas, este es el momento de empezar a levantar cabeza.

Primero, porque más bajo no podemos caer. No se respeta un sueldo mínimo, ni horarios, ni nada…

Segundo, porque en este momento tenemos a media profesión en paro. ¿Ustedes también se han dado cuenta, verdad? ¿Cuántos guionistas conocen que están desesperados en busca de curro? No tenemos NADA que perder.

Y tercero… no se equivoquen. Estos nuevos vientos de tecnología accesible sopla a nuestro favor y muy en contra de las productoras, distribuidoras, exhibidores y cadenas.

Si en cuestión de años vamos a poder escribir, rodar, montar y distribuir nuestras propias series, películas, documentales, realitys por Internet… ¿Para qué os queremos, despachos? ¿De verdad os creéis que vuestro anticuado chiringuito va a aguantar mucho tiempo en pie?

Nosotros somos los únicos generadores de contenidos. Esos contenidos que la publicidad demanda y demandarán aún más en la Red que es donde se está largando el público más interesante para los anunciantes. El mismo público que está harto de vuestros productos añejos.

Hay más talento artístico y técnico en “Tú antes molabas” o“Malviviendo” que en el 70% de la producción nacional de cine y televisión. Y ojo… “Con pelos en la lengua”, sin invertir ni un euro de publicidad (aprended, distribuidoras y exhibidores) acaba de llegar al millón de visionados. Repito… UN MILLÓN de visionados.

(EJEM… Repito… actualmente… CINCO MILLONES)

Qué conste, querida “industria”, que no os queremos dar de lado. Queremos seguir siendo amigos (o quizá empezar a serlo DE VERDAD). Actualmente, los guionistas somos como esa piñata de cumpleaños. La primera vez, nos das un palo y te lo damos todo; confeti, caramelos, piruletas y matasuegras. Pero no nos sigáis apaleando más porque no vais a sacar nada.

Claro que la gran mayoría de guionistas seguirán trabajando a pesar de que les deis cada vez más fuerte con el palito de las narices. Pero tendréis lo que merecéis. Guiones muertos antes de nacer. Historias sin gracia, sin chispa, escritas desde el tedio y la desgana.

Moraleja: mi herramienta de trabajo es una combinación perfecta entre talento e ilusión. Antes, o poníamos el culo o nuestro guión no veía jamás la luz. En un futuro cercanísimo, nosotros nos lo guisaremos y nosotros nos lo comeremos porque podremos sacarle beneficios económicos a nuestras obra. Seremos autores, productores, distribuidores y exhibidores.

Llegan tiempos inciertos, pero apasionantes. ¿Tendré que currar más? Sí. ¿Ganaré menos? ¿Menos aún? Podría ser. Pero lo que está claro es que nadie se va a beneficiar ni un euro más de lo que le corresponde con mi trabajo.

A río revuelto, ganancias de pescadores… y en este río, señores, nosotros nos vamos a comer los peces, porque aunque no nos lo creamos, tenemos la sartén por el mango.

—–

Este post está dedicado a los guionistas que están a punto de perder la ilusión, a los que quieren decir BASTA a sus jefes pero no se lo pueden permitir y muy especialmente a todos aquellos que van a mandarles a tomar por culo en breve.

Ánimo y no os dejéis chulear nunca más.

3 comentarios en «FLASHBACK: LA SARTÉN POR EL MANGO»

  1. “¿La sartén por el mango?” Bueno, Chico, de ilusión también se vive. Y no es por desanimar, pero hoy por hoy, el único que conozco y que podría predicar con el ejemplo del post es el creador (o creadores) de una webserie como: “Con pelos en la lengua”. Lo demás son cuentos chinos, que todavía están por ver, y para enseñarlos, no basta con un calentón que no admita la mínima discrepancia. Pero también es verdad que la ilusión es lo último que se pierde, y más en una profesión como esta. Suerte, valor y esa frente bien alta.

Los comentarios están cerrados.