AMERICAN HORROR STORY

por Ángela Armero

He visto algunos capítulos, cinco o seis, de American Horror Story, serie que rápidamente se ha convertido en una de las sorpresas de la temporada. En una noche singularmente aburrida, llegué a verme hasta tres, así que puede decirse que me he asomado al terreno de la compulsión en lo que a este serie se refiere.

Y lo más intrigante, o terrorífico de todo, es que ni siquiera sé si me parece buena o me parece un despropósito total.

Sé que me atrae, pero no sé si a la manera de un buen libro de cuentos de terror, como los de Poe, Maupassant o Stephen King, o si la considero el equivalente audiovisual a la comida rápida, una especie de corrupción agradable de disfrutar y fácil de olvidar.

“American Horror Story” es un pastiche de varias referencias en lo que lo único que resulta rompedor o nunca visto es la propia mezcla en sí.

Es una amalgama perturbadora de personajes, géneros y subgéneros del terror, pero también contiene elementos melodramáticos (la propia relación del matrimonio protagonista es bastante culebronera), una carga sexual importante y una buena dosis de narrativa metalingüística apoyada tanto en las películas de terror de todos los tiempos, los clásicos literarios, las leyendas urbanas, como en las tragedias de todos los tiempos de la sociedad de Estados Unidos, en las matanzas en los institutos, en crímenes “históricos” como el de la Dalia Negra o en la figura de los asesinos en serie que siembran sus jardines de cadáveres.

Creo que desde el propio título, “American Horror Story” ya se anuncia esa intención de englobar todo aquello que da miedo a ese país, cuya cultura audiovisual y social el resto del planeta tenemos tan asimilada. Me imagino que la autoironía del planteamiento disculpa lo evidente de la mezcla, de la capacidad de ser bastante burdo y arriesgado, incluso ridículo en ocasiones. Me resultan bastante chocantes los guiños a Scream (la gran casa, la adolescente sola, las llamadas de teléfono, el asesino que se mete por arte de magia) porque se percibe la parodia u homenaje a la peli pionera en el tema de comentar la narrativa y la mecánica del slasher; la parodia de la parodia. Por lo tanto, se podría pensar que AHS una muñeca rusa tan irónica como enfermiza.

 Si nos gusta esa serie (o si nos parece bizarra y burda, pero no podemos dejar de verla) es porque quizá hayamos establecido una complicidad a través de la repetición de las mismas imágenes, los mismos códigos, los mismos símbolos que son nuestra historia de terrores personales.

Estas son algunas piezas “repetidas”, algunas presentadas de forma obvia y otras con mayor sutileza: (en las fotos, hay espoilers de los capítulos 1-6 de la primera temporada.)

-La cabecera remite de forma bastante directa a la de Seven, la música también es de Nine Inch Nails.

-La casa es la clásica “Casa Encantada” de toda la vida. (Otra vuelta de tuerca, Los Otros, House on Haunted Hill, Al final de la escalera, El Resplandor.)

-Las gemelas y los gemelos.

-La semilla del diablo / La Sra. Harmon embarazada.

-Elephant, de Gus Van Sant. / Tragedia en el Instituto.

-Frankenstein

-Scream.

-Candyman / Piggy, piggy, piggy. (Capítulo 6.)

Y por supuesto habrá muchas más que no habré cazado o/y que estarán en los siguientes capítulos. AHS es un producto típico de su época. Un momento en el que los remakes, las sagas, las precuelas inundan las salas; un tiempo en el que ni siquiera lo nuevo es realmente nuevo. Por eso los elementos que utilizan para construir la ficción no son nuevos personajes o situaciones, sino retazos  de otras historias que la cultura popular ha convertido en “clásicas” cuyo mosaico ofrece un producto paradójicamente muy novedoso.

Pese a todo sigo sin saber si me gusta o me parece un collage hueco. A lo mejor lo que más me seduce de AHS es que, de forma vanidosa y algo enfermiza es que veo al espectador consciente y educado dentro de cada capítulo.

Ese espectador soy yo. Y, al igual que un montón de personajes de la serie, entro en esa casa como si fuera al chino a comprar el pan.

18 comentarios en «AMERICAN HORROR STORY»

  1. Me pasa exactamente como a ti, aunque yo creo que me decanto más hacia que es una boutade vacía y que de aquí a cinco capítulos se va a desinflar. Aún así, sigo viéndola. Como cuando adelantas un accidente en la carretera.
    Lo que más me frustra es que en el fondo tiene algo de procedimiental y en los capítulos que he visto hasta ahora (que no son todos), la estructura es bastante repetitiva y sin ningún tipo de avance en la trama o con avances mínimos.
    Creo que no pasaré del parón navideño. Bueno, uno más.

    1. Por lo demás, tengo miedo de hablar de monstruos y fantasmas, por si resulta que son de izquierdas y aparece Chindasvinto.

  2. MIra que meter a Poe y a King en el mismo saco, máxime cuando el mismo King se considera a sí mismo el Big Mac de la literatura…

    En el caso de los gemelos, hay una extraordinaria película de Robert Mulligan, titulada “El otro”, que creo encaja mejor en el concepto.

    En cualquier caso, creo que has definido muy bien el espíritu de la serie, una especie de amalgama de los miedos yankis en el mismo producto. Y no es algo nuevo. El mismo Michael Myers, en la película de John Carpenter, venía a ser eso, representados a través de la figura impersonal de un tipo con un cuchillo.

    Saludos!

    1. Adoro a Poe… pero no desprecias a King. Leete el inicio de “Corazones en la Antártida” y me dices si se puede escribir mejor.

  3. No sé si meto a esos tres autores en el mismo saco, pero sí lo hago en la misma estantería, porque me gustan. Yo también conozco la película “El Otro” pero me parece que el paralelismo es más evidente con las gemelas, aunque igual es un homenaje a ambos films.

  4. A mí también me parece una amalgama de referencias. De hecho, cuando alguien me preguntó que de qué iba creo que le respondí que era como si hubiesen metido a todos los personajes de las películas de miedo americanas en una misma casa.

    Todo lo que aparece en la serie nos es familiar, ya lo hemos visto, aunque no exactamente así. Creo que es eso, precisamente, lo que atrae de ella: es como ver muchas pelis de miedo de una sola vez, porque la historia de la familia es bastante endeble. Con las cosas que les pasan en los dos primeros capítulos y ahí siguen, en ese manicomio de casa, sin volverse locos. Y todo porque han invertido en ella todo el dinero. Endeble, endeble.

    En fin, una especie de placer culpable por el que uno no lloraría si se acaba.

  5. También utilizan la música de la BSO de Drácula de Bram Stocker, o alguna muy similar para no pagar los derechos

  6. En mi caso esta serie me decepcionó por un elemento muy simple, incluso casi hasta estúpido: puedo creerme todos los elementos de la historia. Lo que no me creo es a la vecina metiéndose en su casa una y otra vez para tocar las narices sin que le paren los pies o le pongan una denuncia en condiciones. Puede que sea un elemento menor, pero me saca de la historia, lo veo completamente ilógico.

  7. ““American Horror Story” es un pastiche de varias referencias en lo que lo único que resulta rompedor o nunca visto es la propia mezcla en sí.”

    No creo que se limite solo a ser referencias. O al menos, no referencias a las que aquí se indican en las fotos, si no a arquetipos clásicos. Kubrick inventó el usar a hermanos gemelos como algo siniestro, por ejemplo.

    Creo que el valor de la serie no es el reciclaje postmoderno a lo imitador malo de Tarantino, si no el saber jugar con un espectador que conoce previamente todos los referentes y como estos van a ser explotados en otra dirección, un poco como lo que hacía “Perdidos” con la ciencia ficción: allí estaban los monstruos, las conspiraciones, los científicos locos, los viajes en el tiempo, los universos paralelos, etc. Pero no era un copiar y pegar de otros, si no utilizar los mismos ingredientes en distintas dosis y distintos propósitos.

  8. Lo más interesante de AHS es su absoluta desfachatez narrativa.

    Es una sucesión de momentos estelares, ajenos a cualquier estructura. Son perlas sin hilo.

    ¿Es eso malo? No necesariamente. A mí me divierte, aunque no me la tome muy en serio. Es casi un “guilty pleasure”.

  9. A mí la serie me gusta, me parece interesante la mezcla, unas veces burda y tópica, loca e inésperada, otras. Temo ya el cómo lo van a resolver, he visto el último capítulo emitido. Para no estropearselo a los que no, sólo diré: Pope box. Me temo lo peor jajajaja un final desmadrado sin explicar nada.

    Pues a mi me encanta Constance, J. Lange está maravillosa y el personaje dice alguna frase que me guardo.

    Un saludo.

  10. Yo no creo que sólo se limite a mezclar referencias. Además, es buena técnicamente, las interpretaciones son fantásticas y es muy gay-friendly, algo poco habitual en el género.

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