Por Guionista Hastiado
Como ya saben, hace un par de semanas tuvo lugar el II Encuentro de Guionistas en la ciudad de Madrid. Mi compañero Santamano colgó aquí ya las conclusiones oficiales de dicho encuentro, que se redactaron en común por parte de la gente de FAGA, EDAV y ALMA, atendiendo a las opiniones e impresiones de los participantes en las jornadas.
Como suele suceder con cualquier documento oficial, quizá el deseo de contentar a todo el mundo y de mantener ciertas formas de corrección pueda haber repercutido en un texto no suficientemente concreto o comprensible para algunos, así que me he aventurado a hacer una breve interpretación, personal y subjetiva, de lo que creo que en realidad se estaba diciendo en dichas jornadas, para que todos nos entendamos mejor:
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Estamos orgullosos de ser guionistas. Somos un colectivo con un sentimiento de unión inquebrantable. Y a pesar de que nuestra situación laboral es en muchas ocasiones precaria, seguimos no sólo trabajando, sino también generando trabajo para otros.
Caminamos juntitos por el borde de un desfiladero de 45 cms. de ancho. Avanzamos hacia nuestro objetivo (el guión) eludiendo por un lado los hachazos de un variopinto grupo de orcos furiosos (productores, directivos, directores y público), y por otro, la caída a un abismo insondable (el paro). Eso sí, después de cada jornada quedamos a tomar unas cañas, a llorar los unos en los hombros de los otros y a comentar la jugada, lo que nos aporta un gran sentimiento de unidad gremial.
Padecemos los malos hábitos del sector audiovisual sin dejar de creer en su potencial de desarrollo como industria y servicio, como legado cultural.
Nuestro pueblo agoniza construyendo las pirámides. Nos esclavizan, humillan y sodomizan, pero todo este sufrimiento merece la pena porque algún día el producto de nuestro esfuerzo entretendrá a turistas que harán un montón de fotos con flash (incluso de día).
Por todo ello y a raíz del II Encuentro de Guionistas manifestamos que:
- Pese a la actual coyuntura de crisis y por mucho que cambien los modelos de negocio, el público demanda y seguirá demandando contenidos, y no existen contenidos sin guionistas. De modo que los guionistas somos necesarios y permaneceremos.
Siempre habrá alguien que tenga que hacer el trabajo sucio, y por suerte los chinos todavía no dominan nuestro idioma. También están los sudamericanos, es cierto, pero ellos no comprenden nuestros profundos conflictos de clase media que tantas buenas horas de ficción nos dan. Por el momento todavía se nos necesita en la mina, y eso nos hace sentirnos poderosos. ¡Temblad, gerifaltes!
- Los guionistas vemos la multiplicación de las ventanas de exhibición de obras audiovisuales como una oportunidad. Las estructuras tradicionales de producción no van a desaparecer sino a convivir con nuevas formas de creación, realización y exhibición. Ésta es una buena ocasión para que aquellos de nosotros que lo deseen, asuman mayores riesgos con el fin de tener mejor control sobre su trabajo.
Me voy a convertir en productor. Aunque no gane dinero, al menos seré el activo de la relación laboral, no el pasivo. Con suerte, igual hasta me cepillo a alguna actriz.
- El guión merece el respeto de todos los que intervenimos en la realización de ficción televisiva; desde la gestación de un proyecto hasta su emisión. Sea cual sea la tendencia a la hora de organizar el trabajo, un buen trabajo de guión requiere de unas condiciones mínimas para desarrolarse correctamente, y las empresas tienden a vulnerarlas en su beneficio exclusivo, sin tener en cuenta a los profesionales. Es necesaria una normativa legal, pactada con la industria, que nos proteja. Además, cuando nuestras condiciones de trabajo no son justas, los guionistas tenemos el deber de decir NO.
Ecribir en una habitación fría, con pluma y tintero, a la luz de una vela y con una mano cortada no significa que vaya a convertirme en Cervantes. Si me aflojan un poco los grilletes y me dan dos semanas para hacer un mapa de tramas a lo mejor consigo mejores resultados, lo que redundará en el beneficio de todos. Y ojito conmigo: si no se me respeta fabricaré una cuerda con mis calzoncillos y me ahorcaré en mi celda. ¡A ver quién se ríe entonces!
- Los guionistas de programas exigimos consideración: Donde hay creación, hay autoría. Copamos con nuestra producción un alto porcentaje de la parrilla televisiva y sin embargo las cadenas suelen asimilarnos a los redactores. En consecuencia nuestra remuneración es inferior y se ningunea la vertiente creativa de nuestro trabajo, con lo cual no cobramos derechos de autor. Pedimos la apertura de un debate gremial y con las sociedades de gestión de derechos de autor para, entre otros, tratar la cuestión de qué formatos deben generar derechos y cuáles no.
A los de Auschwitz nos tratan mucho peor que a los de Mauthausen. Exigimos equiparación de derechos, ya no soportamos que nos miren por encima del hombro. ¿Por qué ellos disfrutan de deliciosa carne de rata, mientras nosotros nos contentamos con este insulso guiso de cucaracha? ¿Es que ya no hay justicia en el mundo?
- Las televisiones deben apoyarse en los guionistas a la hora de crear nuevos contenidos. La dificultad de las cadenas para definir tendencias más allá de propuestas repetitivas o conservadoras es un síntoma de la escasa participación del guionista en los procesos de búsqueda y creación de formatos. Una buena televisión es aquella que forja su personalidad a través de una combinación inteligente de producciones asentadas y proyectos de riesgo. Los guionistas podemos y queremos tener un rol en este proceso. Es necesario que las cadenas nos reciban y nos escuchen; generar un mercado de ideas.
Quiero que los de las teles me inviten a su casa. Les llevaría pastas y me comportaría con recato, lo prometo. Es como si no fueran conscientes de mi talento. ¿No ven que soy el nuevo Aaron Sorkin? Si me dejaran a mí, en este país íbamos a pasar de Los Serrano a Los Soprano en cuatro días. Yo no entiendo por qué la gente se empeña en ser Telecinco, pudiendo ser la HBO. Aunque también tengo por aquí un remake de “Los Serrano” que si les interesa…
- Constatamos que en la industria cinematográfica existe cierta distancia entre las películas que se impulsan y las historias que demanda nuestro público. No lo formulamos como crítica a la Administración sino como reflexión que merece la búsqueda de soluciones por parte de todos los implicados, desde nosotros los guionistas hasta los exhibidores, pasando por directores, productores o distribuidores. Es tiempo de sentarse para ver de qué manera acercamos proyectos y gustos del espectador.
¿Por qué siguen produciendo películas a esa panda de antiguos a los que no ve nadie? Yo tengo un montón de guiones súper comerciales que romperían la taquilla. Una versión española de “Blade”. Una versión española de “Crespúsculo”. Una versión española de “Harry Potter”. Y también tengo de género fantástico. Y también comedias, pero de las buenas, no de las españolas. Más del rollo Apatow, con sufrimiento y risa mezclados. Súper buenas. Pero vamos, que yo lo que quiero es que me compren un guión, que yo se lo hago como quieran. Aunque bueno, que si me dan una subvención tampoco me quejo. Y eso es más o menos todo. ¿Me van a pagar algo?
- Las televisiones públicas, especialmente las autonómicas, están en riesgo de desaparición. Su función como servicio es indiscutible: aseguran la pluralidad y riqueza que nos define como sociedad, además de ser la plataforma de donde salen los formatos más innovadores. Más allá del rendimiento económico, ha de valorarse en términos de función social. Los guionistas no vamos a permitir que los políticos instrumentalicen las televisiones.
Ay, dios, que como cierren las autonómicas de pronto seremos el triple de peña peleando por encontrar un curro. Y encima se acabaron los programas educativos, las tertulias y los reportajes sobre mi barrio. ¡La gente ya no sabrá qué decir que ve cuando quiere quedar bien! Además, ahora que el PP lo va a copar todo, si quiero trabajar en televisión voy a tener que renovar mi vestuario con Lacostes y Barbours (sí, esos son mis referentes, imaginen lo al día que estoy).
- Los guionistas hacemos una defensa nítida y contundente de los derechos de autor. Al contrario de lo que se ha trasladado a la sociedad, atacar a los derechos de autor supone, de facto, favorecer los intereses de grandes corporaciones de la industria cultural, en detrimento del autor y del consumidor. La Ley de Propiedad Intelectual protege al autor logrando que participe de aquellos beneficios que su obra genere. Así pues, los derechos de autor son los garantes de la existencia de nuestro trabajo, con independencia de qué sociedad los gestione.
Basta ya de insidias. Los autores no somos seguidores del anticristo (aunque algunos tengan las pintas). Hasta donde yo sé, no nos comemos a los niños. En realidad somos pobres y nadie nos quiere y damos penita. Lo único que pedimos es nuestra parte correspondiente de migajas a quienes se zampan el bocata entero que nosotros hemos preparado con amor. Si el pueblo español no entiende esta metáfora, es porque el pueblo español está manipulado, o es maldiciente, o está un poquito a la contra. Y sí, lo diremos de una vez, así a lo loco: los derechos de autor son de izquierdas, coño.
- La sociedades de gestión de derechos de autor están obligadas a responder a las necesidades reales de sus socios. Del mismo modo, los socios deben comprometerse en su funcionamiento eficaz. La imagen de los autores es nuestro propio compromiso.
A ver si entre todos se arreglamos de una vez este chocho de mil pares de cojones que se ha montado en la SGAE y se deja de hablar de ello, que estoy harto de tener broncas con mi cuñado en las cenas de navidad.
- Los guionistas exigimos que, sin demora, se revise la Ley Orgánica de Libertad Sindical. Los sindicatos hemos de tener representatividad para poder defender nuestro colectivo profesional a través de la negociación y firma de convenios y acuerdos sectoriales. Invitamos al resto de compañeros del sector a unirse en esta demanda.
A riesgo de que nos tachen de rojos, y sin ánimo de molestar: ¿les importaría dejarnos que nos sindiquemos un poquito? Prometemos no manchar.
“Todo empieza y todo acaba con un guión”, Ernest Lehman
“Yo soy más importante que tú, ¿vale?”, Guionista con hinchazón testicular.
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Será eso, sin duda. Ya sabes que te suelo dar la razón.
Muy bueno eso, Natxo. Nos vemos en un par de semanicas.
JAJAJAJAJAJA. ¡¡Esta ventana de comentarios va a ser divertidísima!!
Como ves, te has equivocado.
¡En absoluto! El fragmento “es, te h” de tu comentario en esta ventana me ha parecido lo más divertido que he leído en muchísimo tiempo.
??????
(bueno, no entiendo nada, pero espero que esto también te parezca hilarante).
Jajaja, “mantenella y no enmendalla”, es tan deliciosamente español…
SOSTENELLA.
Tengo una idea. Hacer una peli en la que se presenta Pedro Piqueras a Presidente de España. Y Jordi Hurtado le deja en ridículo cuando se demuestra el nivel cultural del candidato. Al final se presenta en Hombres y Mujeres y Viceversa y triunfa como un campeón.
Gana las elecciones y la tele nacional pasa a programar un solo espacio. Un telediario infinito. Los metereólogos salen vestidos de caníbales por consejo de los guionistas.
Y esto sucedía durante la primera semana de mandato…
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