por David Muñoz
1.Y al final… el abrazo de grupo.
Al terminar de escribir mi entrada de la semana pasada, caí en que la serie cómica “Modern Family” es un buen ejemplo de cómo la duración de una historia (y todo a lo que te obliga esa duración), afecta a la percepción que acabamos teniendo de ella.
La estructura de la serie –al menos de los doce o trece episodios que he visto hasta ahora- siempre es muy parecida: hay entre tres o cuatro tramas que discurren en paralelo en las que los diferentes miembros de la familia protagonista (y sus respectivos hijos, parejas, etc.) se meten en un lío en el que normalmente sale a reducir la parte más negativa de su personalidad. Como en tantos otros ejemplos de formatos similares, son los defectos de los personajes los que ponen la comedia en marcha. Por Ej. a menudo el padre, que es un impresentable de cuidado, culpa a alguien de una de sus meteduras de pata y con sus intentos de hacer más verosímil su mentira, lo único que consigue es quedar como un verdadero cretino. Pero al final, haya pasado lo que haya pasado, la familia es capaz de perdonar y se mantiene unida. Al igual que los defectos de los personajes activan la comedia, sus virtudes la desactivan. El amor puede con todo.
Sin embargo, imaginaros que os ocurrieran a vosotros las cosas que les pasan a los personajes de la serie… ¿estaríais dispuestos a fundiros en un fraternal abrazo final con el tipo que os ha estado amargando la vida hasta hace solo un momento? ¿Quién tiene esa capacidad sobrehumana para perdonar, para olvidarse de lo malo y quedarse solo con lo bueno? Pues me temo que solo los protagonistas de una comedia. A pesar de eso, nos lo tragamos. Además de factores psicológicos como que en el fondo la mayoría queremos creer que el amor puede con todo (da igual que la vida nos demuestre una y otra vez que no es así), creo que por lo menos en mi caso juega un papel muy importante la celeridad con la que ocurre todo. De los 20 minutos que dura un episodio solo cuatro o cinco (como mucho) están dedicados a ese final en positivo. Y creo que es así porque cuando ocurre lo mismo en un largometraje, mi sensación es muy diferente. No puedo evitar sentirme decepcionado e incluso aburrirme. Se estrenan demasiadas comedias que tras dos primeros actos divertidísimos se olvidan de la comedia (y del gamberrismo) para resolver la historia en clave de drama moralista, revelándose en panfletos reaccionarios disfrazados de irreverencia. Corderos con piel de lobo. Pero pese a que “Modern Family” utiliza la misma estructura, la velocidad a la que pasa, o bien no me deja tiempo a pensar, o bien facilita que todo me moleste menos (también es cierto que en este tipo de series es inevitable que al final de cada capítulo las aguas vuelvan a su cauce para que todo vuelva a empezar de nuevo). En todo caso, estoy convencido de que si las mismas tramas durarán 70 minutos, al estilo español, y ese final que pasa visto y no visto se llevara 20 minutos, hace tiempo que habría dejado de ver la serie.
2. Más A.O.F.
Siguiendo con el tema de la semana pasada, “veamos” una escena del primer capítulo de la serie “A Gifted Man”.
Aviso, si queréis ver la serie, no sigáis leyendo. Este apartado de la entrada contiene abundantes “spoilers”.
El protagonista (MICHAEL) es un brillante cirujano. Un amigo suyo al que ha operado al principio del capítulo, acaba de morir por no cuidarse durante el posoperatorio. Michael también ha operado hace poco a un chaval, y en este caso las cosas han salido bien. En la escena habla en un muelle con el fantasma de su ex mujer (ANNA), que de vez en cuando se le aparece. Fue ella quién le pidió que operara al chaval.
La escena comienza con él leyendo en una tableta la noticia que ha aparecido en un periódico digital sobre la muerte de su amigo. Estamos en el minuto 36 del capítulo.
MICHAEL deja de mirar la tableta cuando ANNA se acerca a él. O más bien, se aparece.
MICHAEL
Sí, bueno… he operado al chico. Ependimona benigno. Limpiar y reseccionar totalmente. El chico va a estar bien.
ANNA
Bien, maravilloso. Gracias.
Ella mira la tableta.
ANNA
¿Lo conocías?
MICHAEL
Sí.
ANNA
Lo siento.
MICHAEL
(simulando indiferencia)
Es su culpa. Le salvé la vida y luego va y hace exactamente lo contrario a lo que le dije.
ANNA
Está bien estar triste, Michael.
MICHAEL
(irónico)
En serio, ¿está bien? Bien. No, no, es bueno saberlo.
ANNA
No, sé que estas cosas pueden ser duras para ti.
MICHAEL
Anna, no me has visto en diez años. No tienes ni idea de lo que es duro para mí.
ANNA
Siento que hayas perdido a un paciente.
MICHAEL
No era sólo un paciente. Era un amigo. Y no debería haber muerto. Ahora no.
ANNA
Créeme. Eso es algo que no puedes controlar.
MICHAEL
(derrumbándose)
No, no, hay una lógica, hay reglas, y las sigues. No sales, no te emborrachas, no te sueltas tu parche de un golpe…
(llorando)
No persigues balones por la calle*. Anna… no puedo manejar esto… no puedo.
Y Michael se marcha, dejando sola a Anna.
*Está hablando de la forma en la que murió Anna.
Ha pasado un minuto y 53 segundos desde que comenzó la escena. Y estamos hablando del clímax emocional del episodio, del momento de “quiebre” del protagonista. Aún así, los personajes dicen lo que tienen que decir y nada más. No hay bloques de diálogo largos y es más importante lo que no se dice que lo que se dice. El productor ha confiado en el texto, pero también en el trabajo de los actores y del director. No hacen falta más explicaciones. Y la escena funciona perfectamente.
¿Y por qué he elegido esta escena y no otra de una serie de la HBO por Ej.?
Pues porque “A Gifted Man” es una serie muy comercial con vocación de llegar a todo tipo de público, un melodrama “buenista” que busca continuamente tocar la fibra sensible de sus espectadores al precio que sea (en el segundo episodio, Michael opera un tumor cerebral y hace una cesárea… ¡a la vez!). No es precisamente “Treme”. En cuanto a intenciones, se parece mucho a la mayoría de nuestras series. Pero sin embargo, dudo mucho que si un guionista español escribiera una escena así, el productor no le obligara a reescribirla. Primero, sucede en un muelle que solo aparece una vez en el capítulo. ¿Sacas a los actores a un exterior y solo lo “aprovechas” para grabar minuto y medio? Imposible. O te escribes tres escenas de muelle u olvídate de él. Además… ¿no vas a aprovechar la escena para que conozcamos mejor a los personajes? ¡“Profundiza”, escríbete tres o cuatro folios en los que ambos abren su corazón y verbalicen todo eso que ahora transcurre en segundo plano! ¡No confíes en el director ni en los actores! ¿Y por qué no de paso metes alguna frase ingeniosa, alguna metáfora rebuscada, alguna historieta que funcione como parábola de lo que sienten los personajes? ¿Por qué no escribes como un adolescente ñoño (o como un aficionado)?
Eso es el A.O.F.
Adultos escribiendo como adolescentes repipís.
Y es nuestro género preferido.
3.El éxito y el fracaso.
Hace un tiempo (creo que fue por Navidad, pero no estoy seguro), escribí una entrada en este blog intentando animar a todos aquellos que a pesar de estar intentándolo con todas sus fuerzas, no habían conseguido hacer realidad su sueño de convertirse en guionistas profesionales, ya sea integrándose en el equipo de una serie de televisión o vendiendo un guión de largometraje. Lo que venía a decir era que en la vida el azar juega un papel muy importante y que si las cosas no salen como uno quiere no hay que sentirse un fracasado ni darse de cabezazos contra la pared. Lo único que puede hacerse era dejar de exigirse tanto. Sobre todo si ese “tanto” corre peligro de acabar con tu salud mental. Y recuerdo que a algunos lectores de Bloguionistas le sentó muy mal mi texto. Según ellos, estaba diciendo que hay que aceptar la derrota sin luchar y estaba fomentando el derrotismo. Yo intenté aclarar en los comentarios que no era ni mucho menos eso lo que pretendía, pero me da que no tuve demasiado éxito. Y hace unos días precisamente un amigo guionista me envió el link a esta estupenda conferencia para TED del filósofo Alain de Botton (subtitulada en español) en la que habla de lo mismo que yo en mi entrada, solo que lo hace mucho mejor (y encima lo hace de forma bastante divertida). Aunque Botton no se refiere específicamente a aquellos que realizamos un trabajo creativo sino a todos los bichos humanos, creo que es inevitable sentirse aludido cuando habla del papel que juega la envidia en nuestras vidas.
También tiene que ver con cosas dichas aquí cuando de Bottom explica:
“Creo que la tradición occidental muestra una gloriosa alternativa (a la idea de que por fracasar eres un perdedor). Y es la tragedia. El arte trágico, como se desarrolló en los teatros de la antigua Grecia en el siglo V a.C, era en esencia una forma de arte dedicada a registrar cómo fracasa la gente, y también a otorgarles un nivel de simpatía que la vida ordinaria no les daría necesariamente”.
4. Una recomendación.
Este libro de David Mamet:
En el que entre otras muchas cosas interesantes, dice (y cito este párrafo y no otro porque está relacionado con el punto anterior):
“Muchos de quienes sueñan con una carrera artística, quizá casi todos, se retirarán no por los muy previsibles y muy encomiados inconvenientes –la crítica, la inseguridad en el empleo, los rigores del oficio, la volubilidad del público, la posible falta de talento-, sino porque no están capacitados para una vida de autodirección. La pregunta terrorífica para ellos no es: “¿Cómo puedo servir a mi oficio?”, ni siquiera, “¿Cómo me voy a ganar la vida?”, sino “¿Qué se supone que voy a hacer hoy?”. (…)”.
A veces el furibundo anti izquierdismo de Mamet resulta un poco cansino, y su pose de machote da un poco de risa (¡tiene amigos en las fuerzas especiales! ¡guau!) pero aún así, “Manifiesto” es un libro magnífico. Sobre todo porque da mucho que pensar. Es uno de los pocos textos sobre estos temas que realmente se merece el adjetivo “provocativo”*. Aunque sería aún mejor si se hubiera hecho una corrección más atenta de la traducción española. Abundan las erratas y algunos párrafos resultan pelín confusos.
*En el sentido que le da la R.A.E., o sea, que estimula y excita
Aunque no viene mucho a cuento, es algo que me irrita:
«El chico va a estar bien»
No. En español no se dice así. Eso solo se oye en las series y películas mal traducidas.
«El chico se pondrá bien» o «El chico va a ponerse bien»
De «tener sexo» ya ni hablo…
Sí, es cierto, a mí me pasa lo mismo. Pero me he limitado a transcribir los subtítulos de la copia que vi. Y en general hay muchos errores.
Por supuesto. Si ha parecido que te achacaba el error, me disculpo.
En el libro ‘cómo orquestar una comedia’ de John Vorhaus (muy recomendable por divertido y pedagógico) el autor dedica unas páginas a reflexionar sobre ‘las aspiraciones’ y anima al futurible guionista que haga lo propio:
«Reduzco mis aspiraciones. Me concentro en este capítulo, en este párrafo, en esta frase, en esta proposición, en esta palabra. ¿Por qué? Porque la esperanza del éxito puede acabar con una comedia con tanta facilidad com el temor al fracaso. Rebajando nuestras aspiraciones combatimos nuestra necesidad de triunfar. (…) Si eliminas el sueño eliminas el poder (…) Aplaudid las pequeñas victorias. Hacen crecer victorias mayores»
Esta parte del libro es un canto al positivismo y al éxito basado en el trabajo pormenorizado (dia a dia, párrafo a párrafo, letra a letra). También ensalza la importancia de tener ‘voluntad de arriesgarse’, aunque lo entronca con la de ‘ser gracioso o no’ y los rigores del ego, creo que puede aplicarse en ámbitos de mayor calado y puede servir como acicate para (si es lo que se quiere hacer) perforar la membrana de lo tópico y convencional, y dar cancha a la libre expresión de ideas, recursos, montajes, composiciones a todos los niveles narrativos o lo que surja por esa sesera:
«Yo imagino la voluntad de arriesgarse como una herramienta de trabajo y, al igual que las demás, debe estudiarse, comprenderse y dominarse (…) Lo que no siempre tenemos es la voluntad de arriesgarnos, y la voluntad de arriesgarse es en realidad la voluntad de fracasar. Desde nuestra más temprana juventud se nos enseña a aborrecer el fracaso pero, aunque parezca extraño, la voluntad de fracasar es uno de los instrumentos más valiosos dentro de tu orquesta cómica. Hace que el resto de tus instrumentos sean más fáciles de usar y que los uses bien»
En conclusión: Si no creas expectativas, no tienes nada que perder y mucho que ganar (que descubrir!). Si trabajas libre de metas, trabajas para ti mismo y dejas el camino libre de obstáculos y cantos de sirena que adulteren el transcurso natural de las cosas, que condicionen tu predisposición, tu estado de ánimo, tus herramientas de trabajo. Tu pico y tu pala.
Hay una escena en “Mulholland Drive” en la que Naomi watts
ensaya una escena para una audición con su amiga pechugona.
Los diálogos que recitan suenan bastante ridículos.
Poco después tiene lugar la audición donde Naomi tiene que
interpretar la escena junto a un galán madurito.
Y de repente toda la escena cobra vida. Los diálogos que antes
resultaban ridículos ahora están llenos de sentido.
Los actores han conseguido el milagro.
Miguel Mihura decía que sus diálogos debían ser interpretados
de una determinada manera para que funcionasen.
Y eso sucede con todos los guiones. Tarde o temprano
tendrán que ser interpretados y los actores pueden hundir
el texto o mejorarlo.
Es un trabajo en equipo, y no queda más remedio que confiar
en que cada uno hará bien su parte.
Sin embargo siempre resulta más barato reemplazar a los
guionistas que a los actores.
“No confíes en el director ni en los actores”. Yo diría más: ¡No confíes en los espectadores!.
Espectacular libro de Mamet, Me encanta esta anécdota que cuenta al principio. Hablando de lo aburridos que eran sus profesores dice:
Excluyo a Harold Clurman, que a los ochenta años o cosa así, llevó a mi mujer al teatro. Mediado el segundo acto, mi mujer notó que su acompañante le ponía una mano en la rodilla y a continuación la deslizaba bajo la falda. “Harold, por favor – le dijo – ¿qué haces?” Y él le contestó: “Yo al teatro vengo a pasarlo bien”. Bueno, pues lo mismo que yo, lo mismo que todo el mundo; y ésa es o debería ser nuestra única motivación.
Reducir las expectativas porque de todos modos la van a cagar es como censurarte antes de que te censuren: darle armas al enemigo y saber de antemano que vas a hacer algo malo.
Mi consejo es: conoce a tu enemigo. Y escribe de tal manera que, pese a los obstáculos, consigas transmitir tu mensaje. Es lo que se hace cuando hay censura, no es nada nuevo.
Lo contrario es derrotismo, y en cierto modo, perder el norte de por qué se es guionista.
¿Que es difícil luchar contra dichos obstáculos? Sí, como todo en esta vida (empezando por vivir). Pero lo cierto es que, y dando por descontado que motivos para quejarse hay abundantes, en esta profesión hacen falta cojones, y a menudo solo me encuentro excusas.
No creo que los consejos de Vorhaus vayan por ahí. Lo que intenta impedir con “rebajar” las expectativas es el bloqueo por el miedo a no hacer algo brillante desde el principio. Él nos dice que no nos obliguemos a la brillantez porque, además, es imposible: de 10 cosas que hagas, 9 serán una mierda. Así que no te preocupes porque te salga una mierda, es lo normal. Lo que tienes que hacer es seguir intentándolo.
«Mi consejo es: conoce a tu enemigo». Creo que Vorhaus señala, precisamente, que ese enemigo es uno mismo. Esos obstáculos los disponemos cada uno en la atávica lucha por alcanzar el éxito: la vanidad, el reconocimiento, reafirmar la propia existencia mediante la deferencia del mundo… Qué sentido tiene burlar los obstáculos que uno mismo se impone? No es derrotismo, es sentido común tal vez.
No me refiero a Vorhaus. Hablo de una tendencia bastante habitual en charlas y foros profesionales.
Sí que en general creo que nos quejamos demasiado. Precisamente por eso he subido el link a la charla de Alain de Botton. Creo que explica bien el porqué de tanta queja (y no solo entre los guionistas). Pero cuidado, entre la queja continua y la resignación creo que hay un espacio para aquellos que sabemos lo que hay (y no es precisamente lo que desearíamos), que queremos hablar de ello sin rasgarnos las vestiduras, y perseveramos en esto con la idea de poder hacer algún día las cosas de otra manera.
A lo mejor, un punto medio nos da la virtud. Aceptar que el trabajo en este país no permite mucha creatividad puede ser una cosa; defender lo propio (o lo ajeno, porque son compañeros de la profesión) basándose en esas limitaciones, otra muy distinta.
Además, el talento es algo que también hay que cuidar. Si no es una serie, podrás sacarlo en un corto, en un largo, en una novela o en una obra de teatro.
Digo yo.
Supongo que, la comedia, en ocasiones, es útil para romper el hielo, aliviar tensiones, aligerar los dramas de la vida cotidiana o desarmar al adversario. Y en otras ocasiones puede aportar una enseñanza útil, como la de no tomarnos demasiado en serio. Sir Ken Robinson en su conferencia: “la educación mata la creatividad”, no lo hace, y sin embargo, lo que nos cuenta es para tomarlo muy en serio.
Que el sistema educativo nos coarta es algo que da que pensar… me ha encantado este señor : )
Pues ya somos dos. Y es cierto que da que pensar. Con esa manera de contar las cosas, aquellos que no comparten su linea de pensamiento podrán sentirse molestos, pero será difícil que se enojen. Siempre se consigue más con miel, que con hiel.
Lo que tendría que darnos que pensar a todos es en que momento la escuela dejó de ser un espacio para adquirir conocimientos e información para convertirse en un centro educativo. Personalmente este speaker me parece que es simplemente un speaker contratado para un evento y dice bastantes tonterías, además de lugares comunes (como que la escuela pública solo sirve para generar profesores universitarios). Es muy pesado, y además está ya muy visto, enfrentar la educación vs la creatividad. La educación escolar debería centrarse en asegurar el conocimiento a los niños, que luego ellos hagan con él lo que quieran sea cual sea su creatividad, su inteligencia, etc, etc. Con la chorrada de que todos tengan que ser los futuros Steve Jobs de este mundo (ni te digo ya Bill Gates que aplaude rabiosamente al final del video) se está llegando a un nivel de estupidez tal que se está consiguiendo vaciar de contenido a algo tan simple como es el acceso al conocimiento; si crees que tu hijo es creativo dale pinturas y ponle delante de la pared de tu dormitorio, pero no exijas que sus profesores tengan que estar pendientes de lo estupendo que es cada niño: están ahí para decirles quien era Socrates, la fascinante vida de los seres unicelulares, y la diferencia entre decir ¡como me gusta lo que haces! a como me gusta lo que haces te pongo un diez. Porque ¿quien se supone que les va a contar todo eso? ¿tu, yo? ¿Bill Gates?
Espero que en algún momento la fascinación por el éxito personal deje de intoxicar todo lo que toca.
Ya lo ve, Yabababadooh, nunca hay dos sin tres. El tercero en discordia, molesto por lo que cuenta Sir Ken Robinson. Pero si se fija bien, no llega a estar enojado….le falta un pelín, pero, no.
«La educación escolar debería centrarse en asegurar el conocimiento a los niños, que luego ellos hagan con él lo que quieran sea cual sea su creatividad, su inteligencia, etc, etc.»
Que hagan lo que quieran con los conocimientos adquiridos, sí, pero eso no significa que los conocimientos transmitidos sean todos los posibles o los que deberían saber y que, por ende, el niño disponga de todas las cartas para decantarse por un camino u otro. En realidad dispone de las cartas que el sistema educativo (sistema que se integra y es fruto de un sistema global industrializado y abocado al ‘lo que se debe ser para el bien del progreso’), en una minuciosa filtración, ofrece a sus partícipes en pos de su perpetuación… Los niños son lo que pueden ser, y ‘lo que pueden ser’ pasa por encima de ‘lo que podrían ser’ como un rodillo. La educación procesada, selectiva y debidamente encarrilada a satisfacer el sistema imperante, perpetuada en nombre del progreso, y acosta de la supuesta ‘morralla’ sobrante que es la creatividad: un importante activo humano. Eso, a mi modo de ver, es un argucia de campeonato.
Creo que no se trata de reivindicar el «éxito personal», sino de no ser excluyentes ni cínicos ni arbitrarios en eso de educar.
La educación escolar siempre ha acabado siendo lo que era necesario de que fuera para cada sociedad. Y ahora es necesario que fomente la creatividad,porque los conocimientos están al alcance de todos. Qué hacer con ellos,cómo combinarlos, eso es lo que se necesita ahora y de eso se encarga la creatividad. La educación escolar no TIENE que ser nada por que sí.
A mi me ha parecido muy divertido.
Además, la tesis central es totalmente cierta:
La educación mata la creatividad.
En un examen preguntaron a unos chavales:
“¿Como calcularias la altura de un edificio
utilizando un barómetro?”
Uno de los chavales respondió:
“Iria a casa del arquitecto y le diria:
– Si me dices la altura del edificio te regalo
este barómetro.”
Por supuesto, con esa creativa respuesta
suspendió el examen.
Lo que no me ha gustado es el ejemplo de la
coreógrafa que descubrió su vocación a los 8 años.
El tipo recalca que se hizo millonaria.
O sea, que desarrollar la creatividad es lícito
siempre que su aplicación implique un beneficio
económico.
Hmaniaco, creo que al recalcar que era multimillonaria se fue al extremo para reforzar su posición de “Incertidumbre del futuro”. No sabemos lo que va ocurrir en el futuro, ni sabemos con certeza el camino que va a ser mejor. Así que, al menos no traicionemos nuestra vocación, ni dejemos de explotar nuestro talento. Es como el estudiante que renuncia a lo que realmente le gusta y elige una carrera en función de las salidas profesionales, traicionando su verdadera vocación. Por ello, recordó al final, que otro le hubiera dado medicación y le hubiera pedido que se tranquilizara, con lo cual, ese destino excepcional que le aguardaba a la bailarina nunca se hubiera producido.
Uf, perdón si parezco impertinente, pero que cantidad de chorradas.. por aquí os soléis echar las manos a la cabeza cuando algún ‘espontaneo’ salta a la pista cuando se habla de guiones, pero veo que la capacidad de opinar a grosso modo es universal. De todas formas, si de verdad el tema os interesa más allá de los clichés os recomiendo leer a Paola Mastracola, para comenzar.
‘Porque los conocimientos están al alcance de todos’ … querrás decir Hmaniaco de quienes saben que existen y cómo abordarlos…. es como si dijeras, como soy bibliotecario y mi hijo tiene acceso a toda la información del mundo, paso de llevarlo a la escuela. Lo que me lleva a lo siguiente que dices: ‘La educación escolar no TIENE que ser nada por que sí’,
Imagino que no has pensado ni dos veces esta afirmación… borra el ‘escolar’ por si te resulta más fácil.
Lo siento Cris, pero la frase que me atribuyes es de
Kohonera.
De cualquier modo no entiendo muy bien por qué te afecta
tanto este tema.
Creo que todos pensamos que la educación tradicional tiene
sus virtudes. Pero también tiene sus defectos, uno de ellos
es fomenta la ortodoxia en detrimento de la creatividad.
Cris, ¿de verdad que la educación escolar debe seguir siendo tal como es ahora por los siglos de los siglos? ¿Sin matices? ¿Sin ninguna duda? Ya que parece que conoces el asunto mejor que algunos de nosotros, por favor, ilumínanos.
Hágase un favor y no se tome tan en serio, Cris, porque cada vez que lo hace, las palabras que me mejor suele combinar en sus exposiciones son: “simplista”, “estupidez” “cliché”, “tópico” y sus adorados “lugares comunes”, como si usted estuviera libre de todo eso y fuera uno de esos académicos estirados de alto rango subidos en su pedestal. ¿Por qué le molesta tanto la charla? ¿Ha sido o aspiraba a ser profesora universitaria? ¿Ha coleccionado muchos títulos en su carrera que ahora no le sirven? ¿O es de las que tiene tan asumida su gran “cultura y educación” que no necesita demostrarlas?
Baje a la tierra.
Regla, Regla…. no me molestan los debates, sino las reducciones (por no caer de nuevo en el término simplismo). Y por supuesto te aseguro que si me tomara en serio ya me habría tirado por una ventana.
Hmaniaco, Kohonera, por supuesto que no creo que tenemos un buen sistema educativo (lo de tradicional habría que acotarlo), entre otras cosas precisamente porque la escuela, el colegio, el instituto se ha convertido cada vez más en una guardería en la que parece más importante no traumatizar a los niños, que en ser lo que nunca tendría que dejar de ser: una plataforma de acceso al conocimiento. Con la pesadilla del argumento de fomentar la creatividad más bien se consigue lo contrario, hasta tal punto la actual obsesión por dar los contenidos ya digeridos. Ni se estimula el pensar por uno mismo, ni se deja a los críos que lleguen a sus propias conclusiones, no vaya a ser que se agoten.
Recuerdo que a mi una profesora de filosofía me bajó la nota de un examen porque ilustré en él la teoria de Kant con un cómic. Sin embargo, gracias a sus pesadísimos ladrillos (porque nunca tuvo gracia, ni personal ni pedagógica) me empapé lo suficiente como para que se me ocurrieran esas viñetas.
No es que me enfade este tema, me preocupa, y sobre todo me preocupa la frivolidad con que se aborda. Personalmente opino que la creatividad lo es todo en el progreso, pero de verdad dudo que la ignorancia sea la mejor manera de alimentarla. Que no tiene nada que ver con que quien quiera cuelgue los estudios cuando le pete y se meta en un garaje.
Pero bueno, debe ser que me explico muy mal, está claro.
Cris, no creo que se pueda negar que la educación reglada (y sobre todo la primaria y secundaria) son fundamentalmente lo mismo que hace un siglo (por no irnos más atrás, al trivium y al cuadrivium). Se puede discutir si hace un siglo la escuela era eficiente y era lo que debía ser. No creo que se pueda negar que ahora no lo es.
El bla, bla, bla acerca de la creatividad, se repite mucho, pero la realidad es que la práctica del aula, los curriculos escolares, la evaluación y todo lo escolar en conjunto son casi lo mismo que en 1880.
Yo estoy de acuerdo contigo en que la escuela debería centrarse en que los alumnos adquieran conocimientos, y que la creatividad no puede estar en el curriculum… explícitamente.
Pero el problema es: ¿qué conocimientos? ¿para adquirir qué competencias? ¿cuales son las necesidades de conocimiento de los alumnos de ahora?
Conocimientos irrelevantes, embutidos como papilla sin hacerlos propios, que no capacitan para juzgar nada con criterio, ni para manejar la tecnología de ahora, ni para mantener un debate o expresarse autónomamente, ni para seguir aprendiendo por cuenta propia… no se trata de que la creatividad esté en el índice del libro de texto, sino de que se den las herramientas y se fomente la actitud personal que la facilita, lo mismo que la actitud de ciudadanía autonoma.
Y eso la escuela no solo no lo hace, sino que lo estorba. Trsite pero cierto.
Aunque ya le respondí ayer, Cris (el comentario llevaba un enlace) también quería comentarle que yo a los 6 años tenía claro que de mayor iba a ser bailarina del ballet Zoom, aunque mi caso para nada es comparable al de Gilian, no vaya a pensar lo que no es. Yo nunca fui hiperactiva, más bien era tranquilita, buena estudiante y obediente, se lo aseguro. Pero también es cierto que sentía fascinación por el baile y por los artistas. En cierta ocasion, no pude controlar mis impulsos y me puse a ensayar frente al cristal del ventanal, en el baño del colegio, una de las canciones del grupo ABBA que había visto la noche anterior, muy de moda por aquella época. Cuando me sorprendió en flagrante delito Dña. Victoria, mi maestra de 4ª, no puede imaginarse el bochorno y la gran vergüenza que sentí. No me castigó, pero dio cuenta a mis padres y ellos si me castigaron dos domingos sin salir. Como puede suponer, acabé abandonando esa mala idea de ensayar en los baños públicos y nunca lo he olvidado. Afortunadamente, con los años, en mi horizonte aparecieron nuevos intereses que pude desarrollar. Creatividad y conocimiento no deberían ser excluyentes, al contrario, deberían poder ser compatibles a traves de un proceso integrador. Y por cierto, no sé si le gustará este clásico de ACDC en la versión de Celine y Anastacia. En mi opinión están de lo más cañeras.
Está bien Regla, dejemos el tema en tablas: los colegios deberían tener la gracia de habilitar espacios similares a los cuartos de baño con grandes ventanales (también yo quise ser bailarina y no cabe duda que tu reflejo en un cristal tiene mucho más morbo que en un espejo, que le quita toda la magia … yo bailé tantas ‘muertes del cisne’ reflejada en las ventanas de la habitación de mi indulgente hermano pequeño, que el pobre bicho (me refiero al cisne) debería haber muerto de aburrimiento) / pero además los profesores, de historia por ejemplo, deberían poder enseñar las revoluciones sociales del s. XIX sin interferencias, porque es increíble la capacidad de los niños para aprender y asimilar conocimientos. Por tanto, que una cosa no suponga la frivolización y el vaciado de contenido de la otra. Seguro que no debe ser tan difícil ponerse de acuerdo en esto.
He visto con sorpresa renovada el video de Celine Dion, que no es santo de mi devoción, pero que en efecto ha vuelto a hacerlo: que me pregunte si es pariente de Jordi Hurtado. Cuando yo era pequeña ella ya era mayor, pero cuando yo me he ido haciendo mayor ella seguía haciéndose mayor sin que parezca que en su vida vaya a llegar a la edad de jubilación. Supongo que debe ser cuestión de no meter en el baúl el fru-fru.
Aloe, lamentablemente la enseñanza actual se parece a la de 1880 en lo malo, no en lo bueno. Desde luego que ha evolucionado, lo que no sé si para mejor.
Kohonera me pedía que os iluminara (imagino que no debe tener hijos en edad escolar). Lo intento con un anécdota: mi hijo de 11 años viene a casa con su amigo a hacer un trabajo de clase y se sientan a hacerlo a las 7. A las 9 salen llorando… todo lo que habían hecho se les había ido a la mierda por no sé qué historia. Se trataba al parecer de hacer un wall mur (vamos, lo que antes se hacia con cartulina y tenía que haber una catástrofe natural para que se fuera a la mierda). Pero es lo que pasa cuando uno trabaja online (ya no manejan libros de texto, tienen un ordenador). Los tranquilizo, les doy la cena y les digo que todo tiene remedio en esta vida. ¿De que iba el mural? de Obama y USA, me dicen. Bueno, pues volvemos a hacerlo. ¿Qué habíais puesto?… a Obama, cortar y pegar de wikipedia… les obligo a leer lo que pone (no lo habían hecho) … conforme van leyendo vamos pillando imágenes para el wall mur y en todas tengo que ir explicándoles el porqué: pavos, fuegos artificiales, etc… ¡pongamos una mancha de ketchup les digo! noooo, me dicen, ¿porqué? porque USA inventó el fast food… y otra de Luther King y la leche blanca de Texas y de como Obama se tiene que justificar, porque simboliza el gran salto que ha supuesto que eligieran a Obama de presidente, etc etc. Nos acostamos todos a las dos de la mañana, y nos levantábamos a las 7.
Los dos, Marc y Pablo sacan unas notas estupendas, pero no tienen ni idea. Tras cinco horas de trabajo en creatividad haciendo el wall mur de las narices, que me hace gracia porque creo que les dan cinco mil vueltas a sus profes en como manejar este tipo de herramientas, la cuestión que con la chorrada perdieron 4 horas. Eso si, el resultado final fue muy creativo y les pusieron una nota estupenda.
Segundo ejemplo: anuncian que el mayor está a las puertas de repetir curso: ha suspendido varias. Una importante, Naturales, me dice que no se presenta porque es imposible… no le falta razón, entre el suspenso y la recuperación le dejan dos semanas en junio. Le digo que ni de coña, me pasa los temas que entran: en un fin de semana juntos hacemos unos apuntes con los temas que le tocan a través de Google porque, como es uno de esos ‘estudiantes felices’, en este caso sumamente creativo, se ha dejado los libros en el colegio. Increíblemente, de hacer el esfuerzo, pasa de un 4 a un 6.5 .
O sea, que si, me tomo esto como un tema personal, y claro que me preocupa… y por lo mismo el monólogo de Ken Robinson me parece, ya no solo rancio, sino peligroso…llevamos no sé cuantos años aplaudiendo a los Biil Gates y Steve Jobs de este mundo, y no hay quien pueda ni recordar (bueno, que optimista, ni mencionar) a tanta gente que ha hecho tanto y es igual de apasionante y de necesaria… claro, aunque laboralmente su vida transcurra en los circuitos públicos, y sean profesores o investigadores. Personalmente me da tanto miedo Bill Gates como Esperanza Aguirre, supongo que es por eso que se me ponen los pelos de punta cuando veo que la utilizan en sus puestas en escena. Me hacen gracia lo justo.
Cris, yo no veo por ninguna parte la moraleja de la anécdota del mural que ya no se llama mural. La verdad es que no veo qué ejemplifica.
Como yo tengo dos hijos escolares, podría contar muchas anécdotas del estilo de la de Regla, pero ¿pa qué?
Prefiero los hechos fundamentales: se termina la secundaria sin saber inglés (después de dar inglés diez años). Se dedican cientos de horas a una teoría endemoniada y absolutamente inútil de la sintaxis (pero no se aprende ni siquiera a hacer una exposición oral o analizar textos). Se dedican cientos de horas a gilipolleces mal dadas (pero no hay laboratorios ni casi prácticas de nada, en ciencias). Se dedican bastantes horas a vaguedades de rollo buenista-ético-ciudadano (pero ni una a saber entenderselas con la burocracia publica y las reglas legales y constitucionales básicas).
Y así todo.
Se necesitan conocimientos, pero ¿qué conocimientos? Mis hijos han aprendido inglés, algo de cocina y mantenimiento de la casa, a contender en las ventanillas públicas, a aficionarse a la lectura y al deporte, a manejar un ordenador, a no ver la televisión como zombies, a ver cine, etc., y en general han adquirido la mayoría de los conocimientos y habilidades que tienen… en casa, o por cuenta de su familia.
Dos terceras partes del curriculo de secundaria, según mis cálculos, son obsoletos o sobrantes (el de primaria es mejorable pero no muy discutible en lo principal). El tercio restante se enseña bastante mal, excepto para quien tenga facilidad natural, que aprendería de todos modos. Muchas cosas que deben aprender las aprenden fuera, o no las aprenden nunca, si su familia no se las facilita.
Nunca jamás he visto un caso de que quien tiene facilidad, afición y vocacion por algo en particular (sean las mates, las ciencias, el cine, la mecánica, el dibujo, el piano, el deporte, la escritura o lo que sea) lo desarrolle en el centro de secundaria o se le aliente y aprecie siquiera. No solo no se ejercita el esfuerzo de enseñar al que tiene dificultades: es que tampoco se aprecia, alienta ni fomenta la excelencia en ningún aspecto, ni siquiera en los más “ortodoxos” académicamente.
En cuanto a las diferencias con hace un siglo, me temo que son poquísimas. No sé qué es “lo bueno” que se pueda haber perdido. ¿El nivel científico o intelectual de España de hace un siglo da para pensar eso? Entonces era un nivel pobrísimo, y ahora es menos pobre, pero porque el país en general es menos pobre.
Cris, le confieso que no deja de sorprenderme. Nunca la hubiera imaginado tan partidaria de la vieja escuela.
Es curioso que esté tan en contra de los contenidos ya diregidos y que crea firmemente que no se estimula el pensar por uno mismo, ni se deja a los crios que lleguen a sus propias conclusiones, cuando al mismo tiempo se implica de forma tan activa en los trabajos escolares de sus hijos. Menos mal que la tienen a usted ahí para sacarles del apuro.
Quizás lo que les conviene es aparcar el ordenador sólo para los video juegos y seguir las pautas establecidas por aquella profesora suya de filosofía, que seguro que aprendían mucho más y se volvían más autónomos. Quien sabe, igual volviendo a la manera tradicional de leer esos pesadísimos ladrillos se les ocurre la original idea de dibujar una viñeta de comic en sus trabajos, con la ventaja de que ahora seguro que no les bajaban la nota por ello.
Y por cierto, comparto su visión sobre Celine. Aunque la he visto bien en esta actuación, pienso que en el escenario y en un tema tan cañero como el de AC/DC, el look y la voz de Anastacia encajan bastante mejor. Y además no lleva tacones de aguja! (Nunca los he soportado)
Acabo de concluir mi estudios. Priimaria, secundaria, bachillerato, FPGS y universidad. Toda la vida sometido a las radiaciones del conocimiento. Pero ¿Qué he aprendido? Existe entre los jóvenes de hoy dia una desidia absoluta por el aprendizaje. Aprender es aburrido; las escuelas son purgatorios; estudiar sirve para sacar buenas notas que te eximan de soportar los sermones por parte de padres y profesores, porque si saco buenas notas ellos están convencidos que seré un hombre de provecho, porqué una buena nota es proporcional a un futuro bienestar laboral y vital, o más aún, una garantía de felicidad. Y en ese eje de extrañas asociaciones forjamos parte de nuestra vida.
Pero la realidad es que existe un profundo socavón de identidad, una carencia existencial, de ilusiones, de inquietudes, de estímulos que tiene su origen en el sistema educativo más elemental. Nos pasamos 20 y tantos años acatando las directrices de un profesorado pusilánime, falto de preparación y compromiso para con sus futuros conciudadanos. Auténticos cuenta-cuentos del conocimiento (en el sentido más mecánico del concepto). Nada tiene que ver con aquella figura del mentor, del guía y el consejero que ofrece a sus discípulos la posibilidad de otras lecturas. Si a esa disfunción se le añade la de la televisión o las redes sociales como principales fuentes de conocimiento y educación (aún hay alguien que crea que ese título corre a cargo de los padres? No en la mayoría de casos) tenemos un terreno abonado para generar activos mecánicos, no humanos. Para generar gente que sea eficiente en su trabajo, que cumpla, pero que no cuestione. En ‘1984’ queda todo muy clarito. También en ‘El club de los poetas muertos’.
No ha sido hasta que ingresé en la universidad cuando he conocido auténticos mentores, disidentes de la ortodoxia académica, gente empeñada en transmitir nuevos y amplios puntos de vista, y que desencrostan a sus alumnos tras 20 años de dogmas y pura mecánica. No está de más que ese tipo de revelaciones dejen de serlo para que sean parte del proceso natural de aprendizaje. No estamos hablando de hacer murales, sino de que el profesor sea una buena fuente educativa de la que puedan beber los alumnos y nutrirse. Eso es creatividad: interacción y pensamiento.
es.
Yo creo que cuando nos ponemos “cavilosos”, siempre podemos lograr una reflexión o frase lapidaria que nos acerque en parte a la razón. Y es que pienso que es tan difícil contradecir cualquier tipo opinión del post y de los comentarios, como aliarse incondicionalmente a ninguna. Bien interesantes todas por otra parte.
Mi opinión es que depende qué momentos, todos podéis tener una parte de razón, como asimismo las frases lapidarias de los citados. Supongo que no toda, porque las diferencias en los intangibles condicionarán el punto de vista. No es lo mismo llevar 20 años en la profesión, que estar dando tus primeros pasos. No es lo mismo estar en una serie en el prime time generalista, que un horario de tarde de una autonómica. No es lo mismo escribir tu tercer guión de cine por encargo, que tu primero porque ha llamado la atención de un productor. No es lo mismo ser un asalariado con hipoteca, que tener tu futuro resuelto. No es lo mismo escribir para la HBO, que para alguna productora satélite de T5. Todo ello puede formar parte de características de los guionistas, de un mundo tan abierto dependiendo de las circunstancias que, resulta difícil acotar en general. Yo creo que el mundo del guión como trabajo profesional, no difiere tanto de otros entornos que parecen muy distintos a priori. Por ende es difícil calibrar qué conviene cuando, o lo más favorable de qué para quién. Creo que la forma de enfrentarse a los obstáculos la otorga precisamente el entendimiento que te da la experiencia en retarse con ellos, en la forma y manera que te de la coyuntura. Te puede valer cualquier consejo o quizá ninguno. Para eso tenemos lo que está encima de los hombros, los impulsos recibidos y las vivencias adquiridas.
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