El mundo del guión, como el de todas las profesiones, tiene su propio lenguaje. Una parte de él es de acceso libre; el significado de la palabra escaleta o parlamento puede dejar de ser un misterio con sólo leer a Syd Field. Pero hay otro código extraoficial que se ha gestado durante años en las salas de trabajo. El origen de estas expresiones, en su mayoría, es un misterio. A veces son palabras que suelta uno, le hacen gracia al resto del equipo y acaban en boca de todos. La cosa se contagia cuando uno de esos guionistas se va a trabajar a otra serie, se lleva la expresión con él y sus nuevos compañeros la asumen como propia. Y así hasta que acaban en un blog… A continuación, un top 10 de esas expresiones:
HORNO: Dícese de esas secuencias mañaneras de desayuno, en las que los personajes pasan un rato en familia tomando café y cereales (la marca de la leche también suele salir en el plano), queriéndose un poco antes de ir a lidiar con sus tramas. En toda serie que se precie, debe haber un par de estas secuencias después de la cabecera. La cosa viene de los años de Médico de familia, cuando La Juani despachaba tostadas a los Martín. Las secuencias de horno son sinónimo de “calorcito”. Aunque normalmente se dan en torno a una mesa, cualquier emplazamiento que indique un comienzo y una unión entre personajes es válido. Otros clásicos son la reunión en la sala de profesores, el hermano mayor haciéndole las coletas a su hermanita…
TRAMEAR: El verbo original, tramar, muta a favor de la distinción. Las historias no se traman, se “tramean”. Los guionistas pasan las horas “trameando” y toda serie que se precie tiene un largo proceso de “trameo” encima…
TAPAR: Este verbo también puede leerse en un guión con una diferente acepción de la original. Se utiliza para expresar que un personaje está “tapando” sus emociones, ya sea porque tiene que mentir o porque no le viene bien expresar lo que siente. Esta expresión llega incluso a ser bastante útil, pues en el tapado se pueden aglutinar distintos grados y matices de una mentira que resultan difíciles de especificar. Pero esta es de las más populares entre los guionistas y algunos la han terminado empleando casi para todo, a modo de comodín. Si no sabes cómo acotar la intención de un diálogo, con poner “tapando”, arreglado. Tampoco es eso…
PERRO MAYOR: Los personajes de un guión se enfrentan a conflictos (al menos en los que están bien hechos). Los problemas a los que tienen que atender para poder resolver sus tramas en ocasiones son múltiples y les toca estar a varias cosas. Pero entre las opciones, siempre hay una que llama más la atención del protagonista que las otras. Esa que le da los mayores quebraderos de cabeza es el “perro mayor” al que los personajes deben atar en corto. ¿Por qué se dice perro mayor y no perro grande? ¿De dónde viene esto? Ni idea. Si alguien lo sabe, que nos ilumine en los comentarios.
PANICAR (así, literalmente): Dícese del acto de entrar en pánico y demás variantes del horror. Se utiliza para hablar de las reacciones de los personajes, pero también de las de los guionistas cuando les dan un único día para “tramear” un capítulo. De este modo, pueden leerse en guiones acciones en las que el protagonista “pánica” de la misma manera que tu jefe puede advertirte de que está “panicando” por la basura de secuencias que le has entregado (lo de que sólo tuviste un día para hacerlas es también tu culpa).
EN VERDAD: En algunos guiones televisivos se acotan bocadillos con esta expresión para referirse a esos momentos en los que los actores hablan con el corazón en la mano, los ojos trémulos de emoción y, en el peor de los casos, sobreactuando. Las tramas también pueden estar o no “en verdad”. Por ejemplo, puedes hacer una trama de comedia de una serie como Aída, en la que el Luisma se pase todo el capítulo robándole dinero de la caja a Chema y que te quede de lo más chistosa. Pero la trama sólo estará “en verdad” si en sus últimas secuencias descubres que lo ha hecho todo para comprarle el anillo más bonito del mundo a Paz. Ese es el momento en el que sale a la luz la verdad de tu personaje y lo que consigue que la historia “esté en verdad”.
LIMPIEZA: Las tramas están limpias cuando los “perros” se atan jerárquicamente. Es decir, cuando una cosa te lleva a la otra y no hay elementos que “ensucien” la historia. Por ejemplo, y de vuelta al Luisma, puede que mientras le roba dinero a Chema se acuerde de que hace años fue carterista y que se ofrezca un flashback de sus dotes como pickpocket junto a la chica que, por aquel entonces, le acompañaba en sus fechorías. Entrar en ese pasado descentraría la “verdad” de la trama y ensuciaría la historia, como yo mismo acabo de ensuciar este párrafo.
JUMP THE SHARK: Es común escuchar el término para referirse a los saltos mortales en sus acciones que los personajes pegan, así, de la nada, a lo burdo.
La denominación Jumping the shark (del inglés: saltar sobre el tiburón) es un coloquialismo empleado por los críticos de televisión para definir el instante en el que ocurre un evento extraordinario (e inesperado) en la línea argumental de un guión de una serie de televisión. La frase jump the shark se refiere a una escena de la serie estadounidense Happy Days, durante su quinta temporada en septiembre de 1977, en la que experimentaba un declive de audiencia. En esta historia el personaje central de la serie Fonzie (interpretado por Henry Winkler), visita Los Angeles y allí de forma sorprendente desde sus esquíes acuáticos salta sobre un tiburón. Con esta acción proporciona evidencias de su bravura. (Fuente: Wikipedia)
ORGÁNICO: Las historias tienen corazón, tripas, pulmones e incluso órganos sexuales que conectan sus tramas. Una historia mal hecha tiene menos órganos dentro que una ameba. Por eso se dice que algo es orgánico cuando está bien construido. Son esas tramas en las que una cosa te lleva a la otra, sin vaselina, sin “jump the shark”, con sus “perros mayores” bien atados ni “suciedades” que valgan.
SE TE VE EL CARTÓN: Dícese del momento en el que asoma la mano del guionista y se descubre el teatrillo “inorgánico”. Es algo así como saltarse la cuarta pared, pero no por ser moderno, sino porque te han pillado. Lo que se ve en la tele es ficción, sí, pero hasta un estado de sitio en un colegio elitista como el de El internado puede hacerse de un modo “orgánico” y “en verdad”. Si las acciones de tus personajes van siempre a favor de trama y están mal justificadas, entonces se te “está viendo el cartón”.
Puede que hayan escuchado algunas de estas expresiones con un significado diferente, consecuencia del efecto del teléfono escacharrado, y que conozcan muchas otras (en los comentarios pueden aportar sus granos de arena). Y aunque en el gremio una parte considera el uso de esta jerga exclusiva un sinónimo de grado, para otros no son más que palabrotas… Con independencia del lado hacia el que se incline su balanza, si trabaja en la tele, probablemente tendrá que lidiar con compañeros y jefes que se manejen con ese argot. Lo más profesional es conocer su significado. Lo de usarlas ya es voluntario. Cuestión de gustos más que de costumbres.
Muy educativo.
Yo conocia algunas expresiones en inglés:
Punchline, hareng saur, cliffhanger, macguffin…
Algunas expresiones se entienden sin explicarlas, pero
lo de “horno” y “perro mayor” me ha dejado descolocado.
No sé porqué en las series españolas casi no se usan
cliffhangers, y si lo hacen, a continuación te ponen un
resumen de lo que va a pasar en el próximo episodio, lo
que estropea el resultado.
Un tema siempre interesante y revelador de nuestras maneras guionísticas.
Yo apunté también algunos términos como “Jander” o “selovoyadecirnopuedo” hace años en este post: http://elguionistahastiado.espacioblog.com/post/2008/09/08/pseudoterminologia-subguionistica
Abrazos, Carlos, y gracias por escribir.
Estado deux machina.
¿Alguien me puede explicar qué es “hareng saur”?
“hareng saur” tambien conocido como “red herring”
o “arenque rojo” es una técnica narrativa destinada
a distraer la atención del espectador.
En las historias de policias seria como una pista falsa, y
en las de miedo sería como el gato que hace un ruido
en la casa asustando al inquilino (y cuando el inquilino
dice “uf, sólo era el gato” ¡zas! aparece el asesino de verdad)
Como conocedor del universo “daniecijaniano” (que no es bueno ni malo: simplemente es) donde se originó, una corrección respecto al término “horno”.
No se refiere a esas secuencias matinales de desayuno, sino a los distintos elementos básicos que ha de tener un guion-tipo de dramedia. Esas secuencias (que sirven para juntar personajes y cruzar sus tramas) son uno de ellos, pero no el único; otros son los tres días en que transcurre el guion, las tres tramas, el reparto asociativo de los personajes por tramas… es una especie de patrón, de plantilla marca de la casa.
En realidad, podríamos decir que una gran parte de estas palabras se resumen en una…
“Vicios”.
Es infumable y absurdo que se diga que conocer esta triste jerigonza es ser profesional. Cualquiera con alguna experiencia sabe que aquí no se habla de un vocabulario profesional más o menos extendido en el gremio, como el que recogía Hastiado en su artículo. Lo que se reproduce aquí es una mera lista de tics verbales utilizados en Globomedia, producto de la pobreza expresiva que abunda en esa fábrica de churros, propia de quienes no saben cómo se dicen las cosas y tienen que recurrir a clichés para repetir una y otra vez las mismas mierdas. Usar estas muletillas lejos de ser garantía de profesionalidad es síntoma de proceder de la empresa creativamente más cutre y empresarialmente más indecente del sector, y no haberse desprendido de la costra de caspa que le es inherente, o aún peor, estar orgulloso de ella. (Claro que, con la pasta que cuestan los masters…)
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